Colegio Hispanoamericano Yo leo... tú lees... leemos Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar; hay una calle ciega que está vedada a mis pasos; hay un espejo que me ha visto por última vez; hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo. Entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolos), hay alguno que ya nunca abriré, este verano cumpliré cincuenta años; la muerte me desgasta, incesante. JORGE LUIS BORGES, Límites. Fecha de recibo: 10-04-06 – Fecha de aprobación: 15-05-06 PATRICIA TIGREROS B. De la página 67 a la página 71 Resumen Este es un escrito cargado de pasión, donde el libro, la lectura y leer son actos continuos en mi diario vivir, donde se recopilan posiciones y comentarios de la lectura de diferentes autores, más que un artículo es un collage de decires, opiniones, sentimientos, pasiones. Palabras clave Lectura, lector, leer, elegir, comprender, pensamiento, pensar, banal, información, saber, conocimiento, Abstract This is a writing filled with passion, where the book, the reading and to read are continuous acts in my daily live, where positions and comments of different authors are compiled. More than an article it’s a “collage” of sayings, opinions, feelings, passions. Key words Reading, reader, to read, to choose, to understand, thought, to think, banal, information, to know, knowledge. Résumé Cet écrit est rempli de passion, dans lequel le livre, la lecture et l´action de lire sont des actes continus dans mon journal de vie, où les positions et les commentaires de la lecture de différents auteurs sont réunis.. Plus qu´un article, il s´agit d´un collage de “dire”, d´opinions, de sentiments, de passions. Mots clés Lecture, lecteur, lire, choisir, comprendre, pensée, penser, banal, information, savoir, connaissance. 67 Revista de Educación & Pensamiento Lectura, universo de palabras escritas que nos llevan a mundos no imaginados, conocimiento, entretenimiento, huidas, partidas etéreas en mundos fantásticos. La lectura, como parte de la vida, la situamos en una historia que muestra cómo desde la aparición de la humanidad es necesaria, es comunicación, es establecer un puente entre todos, porque había que leer el mundo... un mundo lleno de misterios, ritos, objetos escritos que los impresiona. Esta iniciación de leer el mundo y crear palabras lectoras lleva a la humanidad a plasmar símbolos que originan un mundo lector y es aquí donde la lectura encarna gestos, espacios y hábitos. La lectura no es solamente una operación intelectual abstracta: es una apuesta a prueba del cuerpo, la inscripción en un espacio, la relación consigo mismo o con los demás. Entonces leer es trascender esa lectura, es emoción, entrega, compartir y saber que al leer creo imágenes, emociones, olores, sabores, recuerdos sonoros que invitan a existir, cuestionar, reflexionar, criticar. Leer es elegir, es pasar la vista por o a lo largo, pasar lista o revista, ver, observar, ojear, mirar, contemplar, otear, analizar, razonar, aprender, aprehender, pensar, entender. 68 Leer es comprender, es percepción, reconocimiento, organización, retención del material leído, percibir unos elementos, relacionarlos hasta dar con el significado o los significados que hagan posible su comprensión. Leer es el desarrollo del pensamiento, donde se correlaciona con los niveles de comprensión. La formación de conceptos discurre a través de las funciones de diferenciación, abstracción y ordenamiento, pasando por la inferencia y la generalización que a su vez incluyen la identificación, la comparación, la síntesis y la interpretación. Leer es pensar. La lectura equivale al proceso de pensamiento. Sin el pensamiento la lectura no sería sino una simple actividad mecánica de reconocimiento de palabras y no la posibilidad de interpretación de símbolos, captación de significados y evaluación de mensajes. La lectura implica, al menos, cuatro operaciones: reconocer, organizar, elaborar y evaluar. Alcanzar el significado de los símbolos gráficos empleados en el texto; combinar el significado de las palabras en la oración, frase, párrafo o capítulo; por último, evaluar o cotejar los contenidos con los ideales, las concepciones y sentimientos propios para aceptar o rechazar las supuestas verdades o 1. Dubuffet, Jean. Trace of adventure. Ed. By Agnes Husslein, Munich: Prestel, 2003. afirmaciones vertidas en el texto. La vida, ejercicio de lectura en lectura, entre sucesivas lecturas, entre primeras y segundas lecturas, leyendo entre líneas, entre la lectura floral, paisajística, ecológica, ambiental; prosiguiendo con la lectura biopsicosocial, política, económica, laboral, recreativa, poética, cultural, mística, espiritual, se va conformando la lectura arquitectónica del mundo, del espacio –físico y espiritual– y del tiempo histórico, la territorialidad en la que le correspondió vivir, leer, edificar, hasta dar con la mejor lectura individual inserta en la grupal, colectiva, que le permitirá la lectura de sus capacidades de aprehensión, codificación y decodificación, las que a su vez le irán revelando sus experiencias, en una palabra, los durmientes, los cimientos o fundamentos por los que ha de fluir el hormigón de su conciencia social, de su obrar colectivo, de su impulso creador, co-creador, socio-creador, recreador. A poco andar, entre sus años, insomnios, rebeldías, el cúmulo de lecturas efectuadas le permitirá trazarse su Proyecto de Vida, su Proyecto Creador, su Vocación para la Vida como testimonio irreversible de la solución que dio al problema de los problemas, a ese conflicto o ese centro de un conflicto que es el hombre (Dubuffet).1 Colegio Hispanoamericano Con nuestro propio lápiz, apenas reparemos, habremos escrito nuestra historia en las Hojas de Vida de nuestro propio Libro de Vida. El tiempo y quienes nos sucedan se encargarán de evaluar finalmente nuestros escritos o legados. Urge “rescatar, leer los signos que dejan las constelaciones y los solsticios para que trabajemos como esforzados segadores en dirección a la luz, esté donde esté, en los territorios de la democracia o la subversión, en aquellos que apunten hacia la consagración de la justicia, la belleza y el amor” (Mery Sananes).2 Los jóvenes y la lectura; en la realización de las Semanas Sociales de Francia se anunció la importancia de orientar a los jóvenes en un mundo que los absorbe, banal: “Es necesario formar cuidadosamente el sentido crítico de los jóvenes, en la edad en la cual éstos se abren a la vida civil y social, no para alimentar el gusto por la crítica, al cual tal edad es propensa, sino para enseñarles a vivir y a pensar como hombres en una sociedad en la cual los medios de comunicación social y de difusión de las noticias y de las ideas han alcanzado una irresistible fuerza de persuasión: saber leer un libro, un periódico, juzgar un film, criticar un espectáculo; saber conservar la autonomía del propio juicio y de los sentimientos contra todo aquello que tienda a despersonalizar al hombre, ha llegado a ser una de las necesidades más apremiantes de nuestro tiempo”.3 Ante las implicaciones de la neolengua y del neolenguaje, dentro de la actual simbiosis de los multimedia, surgen la videológica, la videopolítica, la videocracia. No sólo saber cómo leemos sino cómo pensamos, cómo vemos y nos vemos. Permanentemente inmerso en la pantalla, adscrito y absorto en su videológica, el homo audiovisualis contemporáneo, partícipe de una omnicontemporaneidad histórica, dispone de una descomunal omnicomprensividad a modo de motivación glocalizada o “con- ciencia cibernética intuitiva” en la que el nuevo “sistema nervioso” comunicacional, sumido en una apabullante videocracia, a gritos reclama prestar atención a las líneas maestras, claves para el futuro ecuménico planetario: interactividad, movilidad, convertibilidad, conectabilidad, omnipresencia y mundialización (A. Toffler). La lectura en la sociedad de la información: “La escritura y la lectura se han constituido en parámetros que miden el desarrollo cultural y económico de un pueblo. La comunicación y la información han sido elementos constitutivos de la sociedad. Siempre han estado presentes, de una manera implícita o explícita, en el desarrollo de la humanidad. Representan un verdadero recurso estratégico para el desarrollo económico-cultural de las naciones”. Elsa Margarita Ramírez Leyva.4 La lectura un goce, lejos de todo imperativo pedagógico, leer no debe entenderse como deber, sino como placer, diferenciando tajantemente entre lectura por gusto o por disgusto. Éste es uno de los más graves daños infligidos por los sistemas pedagógicos: darle preferencia a la lectura formal, escolar, crítica, antes que a la lectura voluntaria, placentera, de evasión, poética, de goce –como acto gozoso–. Ya hablaba Roland 2. Sananes, Mery, Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid. 3. www.centromanuellarrin.cl/artículos/11-2005/problemáticasberrios/htm 4. Ramírez Leyva, Elsa M. La lectura: un problema para la sociedad de la información. México: UNAM vol. 15-31. 69 Revista de Educación & Pensamiento Barthes del placer del texto, como San Agustín diferenciaba entre el uso y el goce. Llegó a sostener que “el libro ideal es el que puede ser leído por placer”. De acuerdo con la lógica kantiana –nos lo recuerda Héctor Rojas– “para que se produzca el goce, la lectura de un libro debe producir un efecto inmediato que active la sensibilidad o esa capacidad receptiva que nos permite recibir la representación de los objetos. La sensibilidad es entonces la que nos ofrece las intuiciones y el placer”.5 La lectura, aventura de saber, siendo la lectura sinónimo de encuentro, en ella escritor y lector –compañeros de viaje– concurren a la mejor aventura humana, desde la madrugada primigenia cuando tuvo la palabra poder de creación (J. Ortega y Gasset). “Si la lectura no es una aventura del saber, en la cual se ponen en cuestión todos los saberes anteriores, pues no es una lectura”.6 En conversación sostenida en La Habana, José Saramago le respondía a Noé Jitrik: “Yo digo a veces que nosotros somos seres de papel; la verdad es que yo no puedo imaginarme ni imaginar a nadie fuera de lo que ha leído y 70 5. 6. 7. 8. 9. de lo que ha quedado de lo que ha leído; sin mencionar la memoria que en muchos casos es memoria de lo leído”.7 Definitivamente, somos producto de la lectura. Con ella creamos y re-creamos. Nos creamos y nos re-creamos. Gabriel García Márquez, quien todavía hoy ni él mismo sabe quién es, a quien le costó mucho aprender a leer, quien tenía el arraigado vicio de leer todo lo que cayera en sus manos, acostumbrado a leer en sus reservados habituales hasta que le espante el sol, alguna vez insaciable lector sin ninguna formación sistemática, sí sabe –Gran Lector entre la soledad de sus insomnios– qué es leer: sabe que sólo deberían leerse los libros que nos fuerzan a releerlos; que uno de los secretos más útiles para escribir es aprender a leer los jeroglíficos de la realidad sin tocar una puerta para preguntar nada, mientras la vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla. Vivir para contarla. Llegando a ser el conocimiento, en nuestro siglo XXI, la más básica de todas las materias primas; constituyendo la escritura y la lectura parámetros que miden el desarrollo cultural y económico de un pueblo; siendo que de la lectura depende la libertad del hombre y que el progreso consiste en que la gente pueda leer y lea, he aquí el dilema: Poder leer y leer. O no poder, no saber leer. No leer. Impotencia, indefensión suprema, indefensos quienes no saben o desconocen las letras (Nescio litteras). Las letras, la lectura: el misterio, la incógnita, el enigma; el costo, el valor, el tanto, el precio o sobreprecio; el pago, la comisión, la recompensa. Éste, el problema, el asunto, el caso. That is the question. Opresión, sumisión, dominación, hegemonía, soberanía, libertad. El hombre vale lo que sabe. El hombre vale lo que lee. Importa emplear el pensamiento –la lectura– para cambiar el mundo, respetando, valorizando la naturaleza del hombre.8 “Las capacidades de la lectura deberán superar los obstáculos que la reducen a ser un mero reconocimiento de signos y una actividad banalizada por las ofertas impresas, audiovisuales y digitales que empobrecen los contenidos, a la vez que deterioran los procesos cognitivos” (Elsa M. Ramírez Leyva).9 Rojas, N. ¿Qué libros merecen ser amados por sí mismos? En Verbigracia. El Universal, Caracas, Venezuela. Ortega y Gasset, José. Obras completas. Madrid. Alianza Editorial. Jitrik, N. Saramago, J. Conversaciones en La Habana. www.geocities.com/saramago. Cf Mora, Pablo. Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid. 2003. Op. Cit. La lectura, un problema para la sociedad de la información. pág. 69 Colegio Hispanoamericano Bibliografía Bonfil, Robert, et al. Historia de la lectura. Madrid, Tauros, 2004. Mora, Pablo. Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad complutense de Madrid, 2003. Berbin, J. L. Consideraciones críticas sobre la lectura en los programas de educación primaria. Ediciones de la facultad de Humanidades y Educación. U. C. V. Caracas, 1982. Ramírez Leyva, E. M. La lectura: un problema para la sociedad de la información. Toffler, A. El cambio del poder. Barcelona. Plaza & Janés Editores, S.A. 1990. pp. 372-384. p. 36-37. García Márquez, G. Vivir para contarla. Bogotá, Grupo Editorial Norma, 2002. 71 Revista de Educación & Pensamiento 72