( 200 ) das y apretadas, y por esto son mas hermosos para jardines ó claustras. Puédense plantar juntos unos con otros, y trasquilarlos y hacerlos llanos de copa como mesas. Su traspo ner dellos es por Marzo y Abril; y aunque tardan muchoxen crescer, en muchas partes hacen ricas selvas y arboledas dellos para después vender la madera, por ser de las mas preciosas maderas que se hallan; y el lugar para hacer tal arboleda sea de tierra dura, no húmida, y si h a y , en lugar algo costero y hacia el sol. N o quieren estiércol, antes les hace daño. L a madera del ciprés es de muy singular olor, y es muy precioso para arcas: nunca se carcome ni cria gusanos, ni se hiende si no hobiere fuerza; y aun donde están sus agallas ó hojas no habrá polilla ni gusano en las ropas, y por eso es esta madera m u y singular para guardar ropa, que le da buen olor, y lo guarda de polilla, y siempre paresce que está nueva esta madera aunque de muchos años sea. D u r a mucho tiempo, tanto que casi paresce ser eterna. Mas trae su olor algund dolor de cabeza, si es en mucha cuantidad ; y suda muchas veces esta madera, según dice Teofrasto. D i c e el de frofietatibus, que si le cortan, que torna á echar nueva rama; mas no es ansi, antes se seca; y Plinio dice que cortado ó desmochado el ciprés nunca torna á brotar, y por eso los gentiles los apropriaban á los muertos. Este árbol no se puede enjerir ni en sí ni en otro si no fuese pasado . Enfermedades no tienen estos árboles: solamente les han de forzar que vayan derechos desde chicos. E l aceite del ciprés aprieta, enduresce , aprieta las encías, quita el dolor de los dientes, restriñe las cameras, y sana las llagas de la madriz, y aprieta las llagas que manan, y las sana, y es bueno para las quemaduras. Todas las cosas del ciprés restriñen : sus hojas majadas y puestas en las mordeduras ponzoñosas aprovechan; y si alguno escupiere sangre haga polvos de las agallas dellos, y bebanlos, que consueldan m u c h o ; y bebidos estos polvos con vino de mañana alargan el huelgo á quien le tiene corto, y las hojas verdes majadas consueldan las llagas. Las agallas majadas, y con harina de cebada vueltas con masa, sanan el alhombra puestas encima, y aprieT I Y aun asi no creo que prenderán. Edic. de 1546y siguientes.