220-68271 Asunto: Disolución y Liquidación de una sociedad

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220-68271
Asunto: Disolución y Liquidación de una sociedad - Responsabilidades del Representante Legal.
Me refiero a su comunicación radicada en esta entidad con el número 468.064-0, por medio de la cual alude a la
actuación del gerente de una sociedad de responsabilidad limitada que nunca desarrolló su objeto social, se
encuentra disuelta y en estado de liquidación y con base en ello plantea una serie de inquietudes:
Sobre el particular, me permito manifestarle que por cuanto las inquietudes expuestas tienen relación directa y
giran sobre el mismo asunto, por razones prácticas se involucran en un solo contexto, para lo cual se parte de la
base de que la sociedad limitada, si bien es cierto se encuentra disuelta, no ha dado inicio a su proceso liquidatorio.
Sea lo primero tener en cuenta que, cuando unas personas se unen con el propósito de constituir una sociedad, a
fin de adelantar unas actividades, es fundamental el ánimo de colaboración que debe existir entre los asociados
para sacar adelante la empresa común. De allí que para que el contrato de sociedad tenga plena operancia, sea
indispensable la preexistencia, en cada uno de los contratantes, de una voluntad o intención de contratar, es decir,
de "un animus societatis o affectio societatis", el que se da por supuesto cuando se celebra con las formalidades
legales el contrato de sociedad del que surge la persona jurídica para ese fin constituida, lo que la individualiza
como sujeto de derecho para todos los efectos que establece la ley.
Independientemente de lo anterior, al vencer su término de duración sin que el máximo órgano social haya
previamente adoptado las medidas tendientes a lograr su prorroga, conforme las normas legales y estatutarias
pertinentes, la compañía queda inmediatamente disuelta entre los asociados y respecto de terceros a partir de la
ocurrencia de dicha situación, conforme lo dispuesto en los artículos 218, numeral 1 y 219 del Estatuto Mercantil.
El paso inmediato a seguir en esas circunstancias, salvo la opción que contempla el artículo 229 ibidem, es que el
máximo órgano social designe al liquidador, que bien puede ser la persona que figure como representante legal de
la sociedad o en su defecto una persona ajena a la misma, la cual está en la obligación de dar estricta aplicación, a
la mayor brevedad, al procedimiento previsto en los artículos 225 y siguientes del Código de Comercio, con el fin de
dar por terminada legalmente la existencia de la persona jurídica. A ese respecto advierte la ley (art. 227 ibidem),
que mientras no se haga y registre el nombramiento del liquidador, actuarán como tales las personas que figuren
inscritas en el registro mercantil como representantes legales. Debe quedar perfectamente claro que el hecho de
que la compañía, como parece ser el caso de la persona jurídica que nos ocupa, no haya efectuado operación
alguna en desarrollo de su objeto social no obsta para el normal desarrollo de dicho proceso, amén de que
independientemente de ello, se configuran obligaciones a cargo de la sociedad, como pueden ser entre otras, la
renovación de la matricula mercantil.
En cuanto hace a la responsabilidad que se predica tanto de los asociados como de los administradores, es preciso
tener en cuenta que frente a los primeros al no haber cancelado los aportes previamente acordados, responderán
de manera solidaria e ilimitada (artículo 355 en concordancia con los artículos 252 y siguientes) y en cuanto a los
segundos, donde se ubican tanto el gerente como el liquidador, responderán en la medida en que sus actuaciones
se hayan desarrollado acorde con sus funciones tanto legales (artículo 23 de la Ley 222 de 1995) como estatutarias
pertinentes, en los términos establecidos en los artículos 24 de la citada Ley y 255 del mencionado código.
Referente a la actuación del gerente o del subgerente frente al cumplimiento de las obligaciones que impone la ley,
es claro que ha de estarse a lo dispuesto en los estatutos sociales, en cuanto hace a las funciones que a uno y otro
le correspondan, teniendo en cuenta entre otras que si el subgerente, está llamado a suplir al gerente, solo actúa
como tal cuando se presente la falta de aquél.
Finalmente, debe advertirse que independientemente de que un ente económico desarrolle o no actividades
concernientes a su objeto social, es imprescindible por parte de la administración como del contador de la
compañía, elaborar los estados financieros cuando menos una vez al año, durante la existencia de la persona
jurídica, así como presentar ante las autoridades tributarias las declaraciones a que haya lugar.
Ahora bien, una vez la sociedad inicie su proceso liquidatorio, es preciso elaborar y difundir el estado de liquidación,
donde se indique que el ente económico ha cesado en sus operaciones, si venía desarrollándolas, e ""informar sobre
el grado avance del proceso de realización de sus activos y la cancelación de sus pasivos" en caso de existir y sino,
así debe hacerse constar en el estado correspondiente. (artículos 7, 9 y 30 del Decreto 2649 del 24 de diciembre de
1993), so pena de que las personas encargadas de la elaboración de dichos documentos, respondan en los términos
del artículo 24 de la Ley 222 de 1995.
En los anteriores términos se ha dado contestación a su consulta, no sin antes manifestarle que los efectos del
presente pronunciamiento son los descritos en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.
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