El ruido sumado a la exposición a productos químicos pueden causar daños devastadores Artículo escrito por: Dr. Robert Ghent Cualquier gestor de seguridad calificará razonablemente los equipos de protección individual (EPI) en categorías, basándose en los riesgos que los equipos puedan atenuar. En función a esto, un respirador facial entero, no es la primera cosa que se nos viene a la mente cuando pensamos en la protección auditiva. Orejeras y protectores auditivos tienen su lugar en los ambientes ruidosos, pero ¿dónde dejamos el respirador? De la misma forma, empleados que trabajan con productos químicos, que hacen uso diario de un respirador, en ambientes con ruido debajo del nivel de las medidas preventivas pueden pensar en una protección auditiva como equipo de seguridad opcional. Un par de daños La verdad es que muchos de los productos químicos industriales más usados son ototóxicos (dañosos para los oídos) y tan perjudicial para la audición de los trabajadores frente al ruido industrial al cual son expuestos frecuentemente. Por lo tanto, la exposición al ruido y a productos químicos al mismo tiempo pueden ser devastadores para la audición. Esto porque los efectos son generalmente sinérgicos en vez de meramente aditivos. En otras palabras, el daño total es mayor que el daño causado por la suma de las partes. Por ejemplo, los investigadores que estudian los efectos del ruido sobre los trabajadores industriales encontraron una incidencia mayor de pérdida auditiva en los trabajadores expuestos a niveles más bajos de ruido que trabajadores expuestos a un área donde existen niveles más altos de ruido (1). No obstante, los trabajadores expuestos a niveles de ruido más bajos, que también fueron expuestos a solventes industriales simultáneamente con el ruido, eso marcó toda la diferencia en los resultados. La exposición a ruidos y a substancias químicas al mismo tiempo, aceleró la tasa de pérdida de audición. La simple exposición a algunas sustancias químicas, pueden causar la pérdida de audición. Los causantes aparentemente son los solventes orgánicos, como el benceno, tolueno, xileno, estireno. Casi todos estos, al mismo tiempo que son perjudiciales para la audición, son sinérgicos con la exposición al ruido. Estos no solo contribuyen a un estrés tóxico en el oído interno, donde la pérdida auditiva generalmente se inicia, sino que también pueden degradar el funcionamiento de los circuitos neuronales de las vías auditivas en el cerebro. El daño neuronal puede causar un tipo de pérdida auditiva que ni siquiera los mismos aparatos auditivos pueden amenizar. Este daño neuronal no solo se limita a perjudicar la audición. Otros sentidos (visión u olfato, por ejemplo), función cognitiva y coordinación motora pueden ser perjudicadas en mayor o menor grado, de forma temporal o permanente. También existen evidencias de muerte de células capilares en el oído interno por productos químicos a base de fosfato, utilizados en plantación, jardinería y agricultura industrializada. Algunos compuestos de carbono no derivados del benceno, tales como el disulfuro de carbono y el monóxido de carbono, también tiene un impacto profundo sobre la audición, así como ciertos metales conocidos por afectar el sistema nervioso. Entre estos están los vapores, pólvora, plomo, mercurio, o manganeso y el arsénico. . Efectos a largo alcance Ninguno de los productos químicos, minerales o solventes mencionados hasta ahora en este artículo son necesariamente raros o exóticos, y no están incluidos en esta lista todos los productos. Compuestos ototóxicos son comunes y no son controlados en una inmensa variedad de procesos industriales (2). Aunque que la pérdida de audición resultante de la exposición a ruidos sea generalmente confinada hacia una pequeña amplitud de frecuencias sonoras, generalmente las más altas. Los daños causados por productos químicos tóxicos pueden ser sentidos en todos los niveles de frecuencia sonora. El oído interno también es responsable por la función primordial de mantener nuestro equilibrio. Compuestos ototóxicos pueden afectar la estructura de nuestro oído interno – no solamente la audición, más los órganos de equilibrio también – exponiendo una persona no solamente al riesgo de la pérdida de audición y al silbido (zumbido en el oído), pero también a tonturas y vértigo (sensación de girar la cabeza). Potección conjunta El punto de todo esto es usar una máscara de gas para minimizar la inhalación de productos químicos, que sería lo mejor en general, es tan importante cuanto usar un protector auditivo con respecto al trabajo con los productos mencionados aquí. Por causa de los efectos combinados de muchos productos químicos con el ruido, el uso de protección respiratoria en conjunto con la protección auditiva, deben ser la línea de frente de defensa contra la pérdida de audición cuando productos químicos son usados en un ambiente industrial. En realidad, así sea que el nivel de ruido no sea alto lo bastante para provocar la pérdida de audición, ( ex. < 80 dB SPL), la sinergia con productos químicos han teniendo el nivel más bajo de exposición a ruidos hacen que la pérdida de audición sea más propicia. En este caso, una buena práctica es recomendar el uso de protección auditiva así sea que el nivel de ruido esté abajo del nivel recomendado en cualquier ambiente donde los productos químicos estén siendo usados, especialmente donde el uso de máscaras o respiradores se vuelvan necesarias. Como una reflexión más holística de este abordaje para la conservación auditiva, el Ejército de los Estados Unidos, estableció el ejemplo a ser seguido, exigiendo que las personas expuestas a compuestos ototóxicos conocidos o sospechados de serlo, sean inscritas al programa de conservación da audición. (3) Sea que hayan sido expuestos a ruido o no. Los trabajadores expuestos a niveles de ruido, aunque mínimos, en conjunto con ototoxinas deben ciertamente ser considerados para la inclusión en el programa deconservación auditiva de su empresa. Referencias 1- Bergstrom, B. & Nystrom, B. (1986). Desarrollo de la pérdida auditiva durante el largo período de exposición al ruido relacionado al trabajo. Un estudio de 20 años. Scandinavian Audiology, 15, 227-234. 2 -Bauman, N.G. (2003). Drogas ototóxicas expuestas. Stewartstown, PA: Marco Publications, 533-604. 3 - Ejército de los Estados Unidos (10 de Diciembre de 1998). Panfleto 40-501: Programa de conservación Auditiva. Washington, D.C. : Departamento del ejército. Dr. Robert M. Ghent, Jr. es un investigador audiólogo y gerente de investigaciones de el Laboratorio de Ensayos Acústicos de la Howard Leight productos de protección auditiva empresa de Honeywell Productos de Seguridad. Dr. Ghent es licenciado en Ciencias de la Comunicación y Disturbio, Maestro en Audiología por la Universidad Brigham Young, y Doctor en Audiología por la A. T. Still University - Escuela de Ciencias de Salud de Arizona. En el Laboratorio de Ensayos Acústicos da Howard Leight el supervisa exámenes de protección auditiva para protocolos de pruebas de atenuación y obtiene investigaciones constantes para apoyar el desarrollo de productos y expandir la base del conocimiento de la profesión. Contacte al Dr. Ghent por correo electrónico: [email protected] Honeywell Latinoamérica: + 55.11.3309.1021 México: 001.800.446.1495 Argentina: + 54.11.4302.5802