ne las aguas, por lo tanto, se

Anuncio
RESERVA DE LA BIOSFERA DE LA MANCHA HÚMEDA: RETOS Y OPORTUNIDADES DE FUTURO
dichos humedales se localizan en áreas de la Llanura en las que no hay una red fluvial que drene las aguas, por lo tanto, se trata de cuencas endorreicas. Sin embargo, no se debe simplificar
afirmando un origen estepario, ya que en los estudios geomorfológicos realizados (Sanz y Díaz,
1992; Peinado, 1999) se han identificado humedales de muy distintas génesis: kársticos/pseudokárstico, en contactos litológicos, de origen estructural (en fracturas, en sinclinales, condicionados por la existencia de cuestas) por deflación eólica, etc. Por otra parte, la distinta mineralización de sus aguas desde dulces hasta salmueras (con una salinidad muy superior a la del
agua marina) condiciona una gran diversidad de habitat.
El clima templado mediterráneo de La Mancha tiene como uno de sus rasgos característicos una acusada sequía estival, este hecho junto a la elevada evapotranspiración, condiciona
que los humedales, salvo aquellos que eran alimentados por cursos fluviales o por aportes de
aguas subterráneas, tuvieran un marcado carácter estacional, llegando incluso a permanecer
secos durante varios años en los períodos climáticamente más adversos.
Desde el punto de vista biogeográfico, la intensa actividad agrícola llevada a cabo en la
Llanura manchega ha determinado la práctica ausencia de vegetación natural, quedando los originales bosques de encinas relegados a pequeñas manchas. Sólo en los humedales, en los suelos encharcados de las vegas y en los suelos salinos se conserva la vegetación natural. Estos
enclaves son habitat de gran interés como se manifiesta en el hecho de que en la Reserva hay
14 habitat catalogados como de particular interés y de importancia europea (Directiva 92/43/CEE)
destacando entre éstos dos de interés prioritario: las estepas salinas mediterráneas (Limonetalia) y las turberas calcáreas de Cladium mariscus (masegares). Igualmente, dentro de los habitat
de particular interés y de importancia europea hay que destacar la vegetación anual pionera con
Salicornia y otras especies de zonas fangosas y arenosas, estas últimas aparecen sobre un interesantísimo conjunto de arenales de origen eólico que son uno de los tipos de elementos geológicos y geomorfológicos de interés especial que se recogen en la Ley 9/1999, de Conservación de la Naturaleza de Castilla-La Mancha.
En el sector nororiental, la Reserva penetra en la Sierra de Altomira, esta sierra pertenece desde el punto de vista geológico y geomorfológico al dominio Ibérico y se define por
un conjunto de pliegues de dirección N - S donde afloran potentes paquetes de calizas y dolomías del Jurásico y Cretácico, forma parte también de esta unidad la plataforma jurásica
de Campo de Criptana. Por esta sierra discurren los ríos Riánsares, Gigüela, Záncara, Rus, Saona, los cuales desembocan en la Llanura, formando un solo colector en el lugar denominado
Junta de los ríos.
a
En cuanto a la dinámica hidrogeológica, las aguas del acuífero de la S de Altomira (U.H.
04.01.) drenan hacía el acuífero manchego. Manifestándose en las proximidades del contacto
entre ambos acuíferos un ascenso importante del nivel freático, hecho que se pone de relieve
por el número tan importante de humedales que hay en este sector (entre los núcleos de Pedro Muñoz, Mota del Cuervo y Las Pedroñeras).
Por último, el sector suroriental de la Reserva tiene una forma estrecha y alargada debido a que este límite se adapta a la forma del valle del Alto Guadiana. Dicho valle se encaja en
la altiplanicie del Campo de Montiel, una altiplanicie labrada sobre un potente afloramiento de
dolomías y carniolas de edad Jurásica que conforman el acuífero del Campo de Montiel (U.H.
04.06.). En este valle se ha configurado un interesantísimo complejo fluvio-lacustre, las lagunas
de Ruidera, fruto del depósito de barreras travertínicas y edificios tobáceos que hacen de este
espacio un lugar de especial interés desde el punto de vista geológico y geomorfológico.
Descargar