Tendencias actuales en la educación superior: rumbos del mundo y

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Educación Superior
Tendencias actuales en la educación
superior: rumbos del mundo y rumbos
del país
Bernardo Restrepo Gómez
Revista Educación y Pedagogía, vol. XVIII, núm. 46
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Resumen
Tendencias actuales en la educación superior: rumbos del
mundo y rumbos del país
El artículo presenta cuatro transformaciones que agitan las aguas de
la educación superior en el mundo y particularmente en América
Latina y Colombia en las últimas décadas. Tales tendencias tienen
que ver con: 1) el manejo de los efectos de la globalización; 2) el
fenómeno de la calidad; 3) los cambios pedagógicos, y 4) el
emprendimiento o empresarismo. Cada uno de estos factores es desarrollado en su significado general y en su aplicación al caso colombiano, exponiendo en mayor detalle los dos primeros, esto es, la
globalización y el aseguramiento de la calidad, en los cuales se presenta su evolución histórica. Los cambios pedagógicos y la investigación se exponen más esquemáticamente, enunciando transformaciones específicas que se están discutiendo, aplicando y experimentando.
Abstract
Current tendencies in higher education: world´s paths and
those of the country
The article presents four transformations that agitate the higher
education arena all over the world. It has particularly in Latin America
and Colombia, in the last decades. These tendencies are related to: 1)
the handling of the effects of globalization; 2) the quality phenomenon;
3) the pedagogical changes; 4) enterprising or entrepreneurship.
Each of these factors is developed within its general meaning and its
application to the Colombian case, making greater emphasis on the
first two: globalization and the assurance of quality; in which the
historical evolution is presented. The pedagogical changes and the
research are exposed in a more schematic way, highlighting specific
transformations that are being discussed, applied and experimented
with.
Résumé
Tendances actuelles dans l'éducation supérieure : routes du
monde et routes du pays
L'article présente quatre transformations qui bouleversent le monde
de l'éducation supérieure dans le monde et en particulier en Amérique
latine et en Colombie dans les dernières décennies. Telles tendances
ont un rapport avec: 1) la gestion des effets de la mondialisation; 2)
le phénomène de la qualité; 3) les changements pédagogiques, et 4)
l'entreprise. Chacun de ces facteurs est développé dans leur
signification générale et dans leur application au cas colombien, en
exposant plus dans le détail les deux derniers, c'est à dire, la
mondialisation et raffermissement de la qualité dans laquelle leur
évolution historique est présentée. Les changements pédagogiques
et la recherche sont exposés plus schématiquement, en énonçant des
transformations spécifiques qu'on est en train de discuter, appliquer
et expérimenter.
Palabras clave
Educación superior, globalización, calidad de la educación superior,
cambios pedagógicos, emprendimiento, investigación.
Higher education, globalization, higher education quality, pedagogical changes, enterprising, research.
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Revista Educación y Pedagogía, vol. XVIII, núm. 46
Educación Superior
Tendencias actuales en la educación superior: rumbos
del mundo y rumbos del país
Bernardo Restrepo Gómez*
Introducción
Globalización
¿
Una primera tendencia, asumida tímidamente
como internacionalización por muchas instituciones, y por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (Unesco) como colaboración internacional, tiene que ver con la globalización, realidad campante que sobredetermina la política y la economía del mundo. Es un fenómeno
de internacionalización general con énfasis en
la economía y en la información, que se desarrolla a partir de la Segunda Guerra Mundial
y culmina con el tránsito de la polaridad dual a
la multipolaridad después del derrumbe del
bloque socialista. Su manifestación más visible es el libre acceso de todas las empresas a
todos los mercados en igualdad de condiciones.
Hacia dónde va la educación superior
en Colombia? ¿Cuáles son sus rumbos?
No es difícil otear el horizonte de la educación superior, porque las tendencias e indicadores objetivos que marcan los derroteros
de la nación colombiana son los mismos que
orientan los caminos de América Latina, Asia,
África, Europa, Australia y Norteamérica. Hay
fenómenos que agitan la política y economía
nacionales, que señalan necesidades y derroteros a la educación, no sólo a la superior, pero
con especial significación a ésta. Muchos son
los fenómenos nuevos que tocan a las puertas
de la universidad, porque el país los está afrontando. Se expondrán aquí cuatro de estas nuevas situaciones o tendencias que afectan la
educación mundial y colombiana. Aluden ellas
a la globalización, al mejoramiento de la calidad, a las transformaciones pedagógicas en la
enseñanza superior y al emprendimiento.
*
¿Qué ha significado? Volvernos más semejantes, integrarnos, parecernos más. Hasta ahora se ha centrado más en lo económico y en lo
informativo, pero la idea es extender la globa-
Integrante del grupo de investigación Calidad de la Educación y Proyecto Educativo Institucional de la Facultad
de Educación de la Universidad de Antioquia. Magíster en Sociología de la Educación de la Universidad de
Wisconsin y Ph. D. en Investigación en Educación y Sistemas Instruccionales de la Universidad Estatal de la
Florida. Profesor de la Maestría en Educación de la Universidad de Antioquia y asesor de varias instituciones de
educación superior.
E-mail: [email protected]
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Tendencias actuales en la educación superior: rumbos del mundo y rumbos del país
lización a lo político, a lo cultural, a lo educativo, a lo ecológico y ambiental, a los derechos
humanos, a lo comercial, y ya vendrán las
demás áreas.
La realidad es que la globalización, en el caso
colombiano, se ha dado por pasos, desde el
antiguo Pacto Andino de 1969, ahora Comunidad Andina de Naciones (CAN), en crisis;
luego las negociaciones con el Mercado Común del Sur (Mercosur), bloque económico
de los países del cono sur y Brasil: y en este
momento el Tratado de Libre Comercio (TLC)
con Estados Unidos, América Central y otros
países y bloques. La internacionalización es
un hecho y la educación entrará en el libre
comercio de los servicios, con el peligro grande
de que las transnacionales la vean como una
industria de billones de dólares, una mercancía que espera ser explotada y no como un
bien público al servicio del desarrollo social.
¿Qué implicaciones tiene la globalización para
la educación superior? ¿Hacia dónde va ésta
en el ambiente descrito?
Implicación delicada es que la educación sea
considerada como un objeto comercial más
en los tratados de libre comercio —el TLC y
el Área de Libre Comercio de las Américas
(ALCA)—. Es probable una competencia en
el servicio educativo, con peligro para las instituciones de América Latina frente a las de
Estados Unidos, sumadas a las de Europa, que
ya han tomado la iniciativa de entrar en el
continente. Muchas de estas instituciones tienen mayor desarrollo, mejor calidad en general, han adoptado las nuevas tecnologías de
información y comunicación (TIC), pueden
mostrar buenos resultados de docencia, investigación y producción intelectual de su
profesorado, y hasta pueden competir en costos con las instituciones latinoamericanas y
colombianas.
Comenzando el siglo XXI, hay en el mundo
unos cincuenta millones de docentes, unos
mil millones de alumnos y miles de establecimientos educativos (Kuhen, 2003). Este pano-
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rama es para algunos un mercado formidable
y comienzan a acariciarlo dentro del esquema de libre comercio del servicio educativo.
Es de esperarse que, en el trámite que actualmente se da a los detalles del documento final del TLC, el gobierno haya sacado adelante cláusulas de excepción educativa, como se
ha planteado también para el sector rural.
Porque es cierto que después de 1980 el desarrollo de los sistemas nacionales de educación
y las categorías curriculares y de evaluación se
explican por modelos universales más que por
factores nacionales. Lo nacional declina y se
imponen normas universales, la ideología
mundial dominante y la cultura mundial que
inciden en la educación. Ahora, más que nunca, hay la necesidad de investigar y formar en
lo propio para no caer en estos extremos de la
globalización. La cultura de cada pueblo no
puede dejarse de lado.
Dentro de este escenario asistimos a otra implicación: la expansión de la educación a distancia y de los campos educativos virtuales,
modalidad que crece inusitadamente y que al
principio tuvo un objetivo claramente social.
Como el conocimiento es un factor cada vez
más importante de la producción y la competitividad, se ha acudido a las TIC para distribuir este conocimiento y preparar el talento humano para la industria del conocimiento. Sin
duda, uno de los grandes motores de la globalización es la virtualidad, tanto en información,
como en economía y educación.
Hay un mercado a distancia y virtual en ascenso. La educación superior es un producto
con múltiples proveedores que compiten para
ganar mercado. En Estados Unidos, cerca de
cien mil escuelas, colegios y universidades
ofrecen cursos por internet. En Canadá existe la Canadian Virtual University, programa
cooperativo de varias universidades de ese
país que ofrece 250 títulos, diplomas y certificados. La Unesco mantiene en internet una
lista de instituciones de educación superior
de más de cuarenta países de todos los conRevista Educación y Pedagogía, vol. XVIII, núm. 46
Educación Superior
tinentes. Aparecen en esta lista universidades
importantes de Estados Unidos, como Berkeley, Michigan, Cornell y la ya famosa Universidad de los gobernadores del suroeste, institución financiada por diecinueve estados de
ese país. En la lista aparece también la Universidad de Quilmes, de Argentina, que
permanece al aire gran parte del día y emite
sus programas por televisión e internet, en
español y portugués (Otchet, 1998). Y en Colombia, la Fundación Universitaria Católica
del Norte ha emergido como una institución
totalmente virtual.
Esto para citar sólo algunas de las instituciones que han optado por la virtualidad, en sistema total, o en el enfoque blended o combinado. La institución de educación superior que
ignore esta modalidad, que no reflexione sobre sus posibilidades y se demore en actuar
consecuentemente, tiene poco futuro. Creo
que la universidad colombiana está atrasada
con respecto a muchos países del mundo y
de Latinoamérica. Debido a esto, ya el sector
empresarial se movió, mediante la creación
de las universidades corporativas, a cubrir el
retraso que nuestra educación formal muestra en este sentido. Estas universidades se han
propuesto (Derrick, 1999):
— Repensar la educación en la era de la globalización.
— Apoyar mecanismos para el intercambio
de ideas y experiencias en el uso de las tecnologías educativas.
— Fomentar la experimentación para impulsar las fronteras del potencial de las TIC
en busca de un aprendizaje más efectivo.
— Diseñar comunidades de aprendizaje piloto que expandan el tiempo y el espacio
en la educación.
— Montar esquemas colaborativos para el
desarrollo de software educativo (relacionado con el currículo) que pueda usarse
en todo el mundo para lograr economías
de escala.
Revista Educación y Pedagogía, vol. XVIII, núm. 46
— Apoyar el diseño de infraestructura de información más apropiado para la educación y que sea costo-efectivo y sostenible.
Asistimos también a otra implicación de la globalización, una tendencia a que el Estado disminuya la inversión en educación y se incline
por su privatización y ésta se convierta en un
servicio competitivo, en el cual la práctica de
las franquicias puede ser un fenómeno impredecible.
Desde 1994, la Organización Mundial del Comercio (OMC) ambientó el Acuerdo general
sobre el comercio de servicios (GATS), que fue
firmado por 40 de los 134 países de esa organización y desde entonces se habla de favorecer el comercio de los servicios educativos.
Europa, sobre todo España, ya lo aplica, y
aunque Francia no es partidaria del libre comercio en educación, exceptúa el nivel de
educación superior. Pero hay que tener presente que el libre comercio del servicio educativo operará cuando este servicio no sea
prestado totalmente por el sector público, como es el caso de Colombia.
Hasta ahora existen cuatro formas de operar
el comercio de servicios educativos, a saber:
— Suministro transfronterizo, como es el caso de la educación a distancia, semipresencial y virtual.
— Consumo del servicio en el extranjero,
como es el fomentado por el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios
Técnicos en el Exterior (Icetex), para estudios en el extranjero.
— Prestación del servicio físicamente, en un
país miembro del tratado, por otro país
miembro. En educación, universidades extranjeras abren sedes en otros países (Salamanca y la Universidad Central; la Universidad Cooperativa de Colombia —UCC—
en Ecuador y Panamá; la Universidad Nacional Abierta y a Distancia —UNAD— en
Estados Unidos...).
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— Prestación del servicio por profesionales
extranjeros. En educación, docentes de un
país van a prestar el servicio en otros países. Es la presencia comercial de personas
que se desplazan temporalmente.
Los efectos pueden ser positivos o negativos.
Gravitan hasta ahora principalmente sobre la
calidad, la soberanía y la competencia desigual
frente a nuestras instituciones de educación
superior.
Es evidente que las medidas que el gobierno
colombiano ha venido tomando a partir de la
reforma de la educación superior, Ley 30 de
1992, y decretos reglamentarios, particularmente los que tienen que ver con acreditación, condiciones mínimas, los Exámenes de
Calidad de la Educación Superior (Ecaes) y
otros, lo mismo que la Ley 749 de 2002 y sus
decretos reglamentarios, están impulsadas por
estas tendencias mundiales de la educación.
Un primer impacto de la globalización y el
comercio de servicios, incluyendo el de educación, en efecto, es haber alertado al país sobre la situación de la calidad de la educación
y sus posibilidades de competir con el servicio educativo de otros países. De ahí el movimiento en pro de la internacionalización de
la educación superior y también las normas
sobre mejoramiento de la calidad y rediseños
curriculares pertinentes para atender las necesidades de los interesados.
La internacionalización de la educación superior es discutida por la Unesco, como colaboración internacional, en el capítulo 6 del libro La educación encierra un tesoro, publicado
en 1996, obra que plantea la educación para
las primeras décadas del siglo XXI (Delors et
al., 1996). La Conferencia Mundial sobre la
Educación Superior, celebrada en París en
1998, en su Declaración mundial sobre la educación superior en el siglo XXI: visión y acción, ratifica esta nueva misión de la universidad y
plantea, en el capítulo final, sobre “Acciones
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que deben emprenderse en el plano internacional”, que
[...] la comunidad universitaria y todos
los interlocutores interesados de la sociedad deberán promover la movilidad
universitaria internacional como medio
de hacer progresar el saber y de compartirlo [...] (Unesco, 1998).
A partir de estos eventos y sus declaraciones,
ha comenzado a hablarse de la cuarta misión
sustantiva de la educación superior, al lado
de la docencia, la investigación y la proyección social, a saber: la cooperación internacional.
Esta formalización de la Unesco incentivó a
las universidades europeas, norteamericanas
y de algunos países latinoamericanos, a incrementar su iniciativa de ofrecer programas en
América Latina. Desde 1994 se habían creado
las Redes ALFA (seis universidades por cada
red, tres de Europa y tres de América Latina),
programa de cooperación entre instituciones
de la Unión Europea y América Latina (América Latina – Formación Académica). El objetivo de las redes ALFA es fomentar el diálogo
entre las comunidades académicas de Europa y América Latina (Programa ALFA, 2004).
Más de mil cien universidades y otras instituciones de educación de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica, se han afiliado desde ese
año. La Primera Cumbre de Río, en 1999, entre Europa y el Grupo de Río, reúne a jefes de
Estado a pensar en un “Plan de Acción Cooperativa” en educación superior. Las prioridades número 41, 42 y 43 se enfocan a apoyar
la educación en general, la investigación, los
estudios de posgrado y el entrenamiento en
procesos de integración, no sólo en las Américas, sino con Europa (Programa ALFA, 2006).
Las universidades virtuales y las universidades a distancia, con apoyo virtual, son otro
sector de crecimiento para atender la internacionalización. Entre nosotros son encomiables
los casos de la Fundación Universitaria CaRevista Educación y Pedagogía, vol. XVIII, núm. 46
Educación Superior
tólica del Norte, institución totalmente virtual,
y el de la UNAD, universidad oficial, con más
de treinta mil estudiantes, que abrió en el año
2005 un Centro de Educación a Distancia
(CEAD) en Florida, Estados Unidos, desde
donde ofrece varios programas profesionales
a colombianos que viven en ese país y a ciudadanos de otros países.
La globalización, pues, trae un vórtice de hechos que gravitan sobre la educación superior, planteándole, en la encrucijada de los siglos XX y XXI, innovaciones, conflictos, necesidades, objetivos y hasta misiones nuevas.
Los retos van desde el económico, el informático, las modalidades diversas de entrega de
la formación, la competencia en la oferta del
servicio con otros países, el cuestionamiento
de la razón de ser o del objetivo básico de la
educación superior en un país en desarrollo,
y otros interrogantes que la enfrentan a decisiones no fáciles. Las respuestas tienen que
ser equilibradas entre evitar quedar de espaldas a los cambios y no perder el compromiso
con el desarrollo social. Innovación sí, pero con
identidad cultural y compromiso social.
El mejoramiento de la calidad
Una segunda tendencia visible en el concierto
universal de la educación y en particular de
la educación superior, es el mejoramiento de la
calidad. En realidad, tiene mucho que ver con
la globalización y la probabilidad de enfrentar con éxito la competitividad general y educativa. Apunta también a la posibilidad de
impulsar la movilidad de estudiantes, profesores, investigadores y currículos de país a
país, entre bloques y en un ámbito más extenso. Las medidas que han venido tomando los
países se relacionan principalmente con la
acreditación de mínimos y máximos, las pruebas internacionales y las pruebas de Estado
en enseñanza media y superior.
Revista Educación y Pedagogía, vol. XVIII, núm. 46
Acreditación
La acreditación, como reconocimiento que el
Estado hace de la calidad de la educación que
una institución brinda y del cumplimiento de
sus objetivos, es un mecanismo de aseguramiento de la calidad que se ha generalizado
en el mundo en las dos últimas décadas. Tiene dos manifestaciones: aseguramiento de
estándares o condiciones básicas de calidad,
y aseguramiento de estándares de excelencia
o alta calidad. En Colombia nació como acreditación de alta calidad. En Chile y Argentina
partió de estándares básicos de calidad.
Colombia inició su experiencia del mejoramiento cualitativo de la educación superior a
través de la acreditación de alta calidad que
aparece en la Ley 30 de 1992. Dadas las exigencias de la acreditación, la comunidad académica y el gobierno se percataron pronto del
largo tiempo que tomaría a las instituciones
llenar los requisitos para la acreditación, así
que se actuó para sumar, al mecanismo de
acreditación, el mecanismo de registro calificado,
no registro simple, que permitiese asegurar
que los programas técnicos, tecnológicos y
profesionales se ofrecerían con condiciones
mínimas de calidad. Fue así como se legisló
para exigir estándares o condiciones mínimas
que significan que las instituciones ofrecen
idóneamente los programas. Deben satisfacerse estas condiciones para obtener el registro
calificado. El paso siguiente, la acreditación
de alta calidad, se estableció como práctica
voluntaria, dados los altos estándares requeridos para su obtención.
Tanto el Consejo Nacional de Acreditación
(CNA), coordinador de la acreditación, como
la Comisión Nacional de Aseguramiento de la
Calidad de la Educación Superior (Conaces),
coordinadora del registro calificado, han desarrollado modelos de autoevaluación y evaluación externa para apreciar la calidad de
programas y, en el caso de la acreditación, también de instituciones totales. Más recientemente, el Ministerio de Educación y el Servi-
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Tendencias actuales en la educación superior: rumbos del mundo y rumbos del país
cio Nacional de Aprendizaje (SENA) vienen
trabajando en un modelo que permita asegurar la calidad de las competencias laborales
que este último ofrece. Estos modelos consideran factores, aspectos e indicadores que son
muy similares a los evaluados por otros sistemas en el mundo y que señalan criterios, estándares e indicadores que determinan lo que
está siendo o no valorado en educación. Urge,
por lo aquí dicho y por las demandas de la
globalización, poner la educación superior en
perspectiva de los estándares internacionales.
El CNA, con la invitación constante de pares
internacionales y con encuentros de los
organismos que atienden la calidad en diversos países, ha dado pasos en esta dirección.
Pruebas Ecaes
Son también un mecanismo para asegurar la
calidad de los programas y facilitar la comparabilidad internacional y el reconocimiento
de títulos para la práctica profesional, más
allá de las fronteras de cada país. Estos exámenes de Estado, que se aplican en el último año
de carrera, buscan no sólo evaluar las competencias cognitivas —como la interpretación,
la argumentación y la capacidad propositiva—,
las comunicativas y las profesionales propias
de cada programa, que el Ministerio de Educación ha ido elaborando con las comunidades académicas, sino también las competencias metaprofesionales requeridas en la actualidad por todo programa profesional, tales
como las investigativas, las informáticas, el
manejo de una segunda lengua y las competencias administrativas útiles para todo profesional.
Investigación, innovación y producción
intelectual
Ciertamente, otra tendencia mundial es la de
exigir a la universidad su participación en la
generación de conocimiento y la aplicación
del mismo a la solución de los problemas del
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contexto en el que funciona. La investigación
de grupos institucionales es ya un indicador de
calidad de los niveles más avanzados del sistema educativo. Ahora bien, para sostener la
investigación es menester preparar talento
humano idóneo; de ahí que esta función misional de la universidad, tenga dos escenarios:
la formación investigativa y la investigación
institucional.
La formación investigativa está siendo evaluada por el CNA y la Conaces como investigación formativa, mientras que la institucional
o productiva de conocimiento es evaluada
como investigación científica propiamente
dicha, cuyos indicadores son los grupos de
investigación, las líneas, los proyectos en curso o terminados, y las patentes y publicaciones emanadas de dichos proyectos. Es decir,
la producción intelectual del profesorado universitario. La cultura investigativa del país y
del mundo va consagrando la práctica de publicar, de debatir los resultados de la investigación en pro del progreso de la misma. En la
educación superior de Estados Unidos existe
el proverbio publish or perish (publica o muere), para indicar la exigencia puesta al profesorado de investigar y producir resultados
intelectuales para ascender así en la carrera
profesional o escalafón universitario.
El mejoramiento continuo de la calidad en
la era del conocimiento es una obligación de la
educación, para poner a toda la población en
condiciones de desarrollo pleno y en posibilidades de competir sin desventajas con las
naciones del mundo. No se puede tolerar que
la brecha entre éstas se amplíe en desmedro
de las menos desarrolladas. La participación de
Colombia en las evaluaciones de calidad que
hoy se realizan en el mundo le permite detectar sus fortalezas y debilidades, y emprender
planes de mejoramiento pertinentes. Afortunadamente, el país no ha sido tímido, sino
decidido al participar en evaluaciones internacionales de calidad.
Revista Educación y Pedagogía, vol. XVIII, núm. 46
Educación Superior
Transformaciones pedagógicas
Una tercera tendencia o área de transformación en la educación superior tiene que ver
con la pedagogía misma. Se exponen a continuación brevemente cinco campos que evidencian los cambios pedagógicos actuales:
1. Tránsito del énfasis en contenidos y conocimientos declarativos, al énfasis en procesos y
conocimiento estratégico. De la insistencia
en enseñar contenidos o conocimientos específicos relacionados con las disciplinas
y las profesiones, se está valorando cada
vez más el desarrollo de habilidades que
perfeccionen los procesos mentales y proporcionen al estudiante un aprendizaje
estratégico y un manejo del conocimiento
también estratégico, es decir, el conocimiento de cómo se produce el conocimiento, que es lo mismo que llevarlo a aprender a aprender o a conocer y aplicar procedimientos sobre cómo, dónde y cuándo
usar los conocimientos y sobre cómo producir conocimiento (Baron y Stemberg,
1987; Alexander y Judy, 1988; Monereo et
al., 2001; Monereo, 2006). Este aprendizaje estratégico se refiere a habilidades como
la observación, el análisis, la síntesis creadora, la metacognición, la metainformación, la transferencia de aprendizajes y la
apropiación social del conocimiento. No
significa abandonar el aprendizaje de contenidos, sino refinar el aprendizaje con
instrumentos que potencien el uso de éstos, su adaptación, su circulación, y el
desaprendizaje cuando sea menester.
2. Tránsito del método expositivo, a pedagogías
activas. El Artículo 9, inciso a, de la Declaración mundial sobre educación superior en
el Siglo XXI: Misión y Acción (Unesco, 1998),
insiste en la formulación de nuevos métodos educativos innovadores que incluyan
el pensamiento crítico y la creatividad. Por
mucho tiempo, el método más utilizado
fue el expositivo, el magistral. Hoy se reconoce que las pedagogías activas propi-
Revista Educación y Pedagogía, vol. XVIII, núm. 46
cian más la preparación para la investigación, es decir, son portadoras de procesos
de investigación formativa. Entre estas pedagogías se encuentran los estudios de
casos, la solución de problemas, el aprendizaje basado en problemas (ABP) (que
encarna un método didáctico sistemático
de enseñanza problémica), el aprendizaje
colaborativo y cooperativo, tan utilizado
en programas de educación virtual o elearning, y otras formas de docencia investigativa.
3. Tránsito del énfasis en la enseñanza, al énfasis en el aprendizaje. Si el proceso educativo formal giraba en torno a la planeación,
actuación y evaluación del profesor, el eje
es ahora el trabajo del estudiante. El docente ambienta y genera problemas, el estudiante busca el conocimiento, lo analiza, lo organiza y busca producir, con el
mismo, respuestas alternativas a los problemas. De ahí también que muchos expertos en educación estén promoviendo,
como ya se anotó, el denominado aprendizaje estratégico (Monereo, 2006), investigado ampliamente desde décadas anteriores
(entre otros, por Lev Vigotsky y Jerome
Bruner, desde la década del cincuenta, y
Robert J. Sternberg, David Perkins, Howard Gardner, John Flavell y el mismo
Carles Monereo).
4. Tránsito del aprendizaje por recepción, a una
combinación entre aprendizaje por recepción
y aprendizaje por descubrimiento y construcción. No se anatematiza el método expositivo, pero se busca una combinación entre aprendizaje por recepción significativa y aprendizaje por descubrimiento y
construcción. Es una sabia complementación, para lograr la eficiencia en el cubrimiento de programas y posibilitar el aprendizaje de la investigación por parte de los
estudiantes. En seguimiento al llamado
Proceso de Bolonia que une a 40 países
europeos en el propósito de diseñar un
sistema de educación superior comprable,
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Tendencias actuales en la educación superior: rumbos del mundo y rumbos del país
la reunión de Europa, América Latina y el
Caribe diseñó en México, en el mes de
enero del 2004, un proyecto tendiente a
buscar el acercamiento, compatibilidad y
convergencia en la educación superior de
estas regiones. El proyecto fue denominado 6X4 UELALC y consistió en acercar la
planeación y ejecución de seis profesiones (administración, ingeniería electrónica, medicina, química, historia y matemáticas) con base en cuatro ejes (competencias profesionales, créditos académicas,
acreditación y evaluación, y formación
para la innovación y la investigación). Esta
propuesta, publicada por la Universidad
Autónoma de Yucatán (2004), insiste en
analizar las estrategias de formación para
la innovación y la investigación en los diferentes programas de estudio y en el análisis del aprovechamiento de mecanismos
y programas internacionales para la formación de recurso humano para la investigación. Es patente, en la propuesta, la
preocupación por la investigación en todos los programas profesionales.
5. Tránsito de una evaluación basada en pruebas objetivas de conocimientos, a una evaluación basada en competencias. La complejidad del desarrollo de competencias, de
manera integral, es difícil de comprobar
mediante las tradicionales pruebas objetivas de múltiple escogencia y afines, y aún
mediante el ensayo. Por ello, en las últimas
décadas se ha introducido paulatinamente la técnica del portafolio, a través de la
cual se puede rastrear el desarrollo de habilidades y el logro de competencias, de
una manera más integral.
Ha quedado claro que los organismos internacionales de educación y economía plantean,
al unísono, transformaciones pedagógicas en
todos los niveles de enseñanza, pero con especial atención en la educación superior, señalando la pertinencia de las pedagogías activas, muy particularmente de la docencia
investigativa. En esta dirección, los teóricos
insisten en el fomento del conocimiento estratégico, del aprendizaje estratégico y del
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docente estratégico, relacionando los tres términos con los conceptos de aprender a aprender, y de conocer y manejar los métodos científicos de búsqueda y aplicación del conocimiento.
El emprendimiento
La cuarta tendencia actual en la educación superior tiene que ver con el emprendimiento o
empresarismo. En Colombia hay mucho trabajo, lo que no hay es empleo; pero este país
está por construirse en muchos de sus aspectos. La educación superior tiene que reflexionar sobre ello y sentar las bases, en todos sus
programas profesionales, para que los egresados adquieran actitud y competencias empresariales.
Ya el gobierno ha tomado conciencia de esta
realidad y en muchos países, sobre todo en
los más desarrollados, se han dado pasos importantes en esta dirección. El Ministerio de
Comercio Exterior de Colombia estatuyó la
cátedra virtual de “Creación de empresas de
base tecnológica” y ha invitado a las Instituciones de Educación Superior (IES) a que se
vinculen al proyecto, para crear la cultura empresarial. La tercera promoción de estudiantes de esta cátedra tuvo 2.262 egresados y participaron 57 universidades.
Se ha sugerido que los pregrados deberían
focalizarse en empresarismo e investigación
aplicada, dejando para los posgrados el llamado heavy research.
Recientemente se realizó, en Inglaterra, una
encuesta en 133 IES para determinar la intensidad de enseñanza del empresarismo. De
ellas, cincuenta ofrecían cursos de empresarismo. El 25% de los estudiantes que tomaban
los cursos no eran del área de administración
o negocios.
Francia y Alemania, igualmente, han establecido redes entre IES, de modo que puedan
preparar en empresarismo. En Francia, desde
1999, el Ministerio de Educación lleva a cabo
Revista Educación y Pedagogía, vol. XVIII, núm. 46
Educación Superior
intervenciones para motivar a los estudiantes, apoyar a los que consideren crear un negocio y facilitar especialización a quienes estén motivados en adquirir habilidades específicas de gestión. En esta misma dirección,
se ha creado el Club franco-británico de empresarismo (Liddell, 1999). En todo el mundo, el nuevo rol de crear el espíritu de empresarismo y de contribuir así al desarrollo de la
sociedad, es ampliamente aceptado y reconocido por todos. Esta actividad comienza a integrarse con las “incubadoras de empresas”,
los parques de ciencia, parques tecnológicos
y parques de investigación, como un nuevo
perfil de la educación superior. En la actualidad se reconocen más de cuatro mil incubadoras en el mundo. De ellas, mil aparecen en
Estados Unidos, trescientas en Alemania, cuatrocientas en China, trescientas en Corea, la
mayoría de ellas vinculadas con instituciones
de educación superior (User Group Conference —UGC—, 2005).
Esta cuarta tendencia, altamente generalizada en el mundo y que cada vez toma más fuerza en Colombia, es percibida como factor de
pertinencia por la educación superior de los
países en vía de desarrollo, que ven en el
emprendimiento una fuente de generación de
empleo y de ampliación de las exportaciones
no tradicionales. Los gobiernos la apoyan y
las instituciones de educación superior ven
en ello una forma de motivar y mantener en
el sistema a estudiantes que dudan de la capacidad de éste para ofrecerles ubicación en
el mercado de trabajo.
Coda
En junio de 1999, los ministros de educación
europeos y los rectores de las universidades
de la Unión Europea, después de una importante reunión en Bolonia, la cuna de la primera universidad de Occidente en 1141, expidieron la llamada Declaración de Bolonia,
manifestación oficial del proceso de búsqueda común que estos ministros vienen haciendo
en el llamado proceso de Bolonia. En esta declaración se debaten algunas de estas tenden-
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cias y se enfatiza en la necesidad de unificar
un sistema de créditos, en practicar la movilidad en la educación superior, en trabajar conjuntamente un sistema de aseguramiento de
la calidad y en lograr mayor integración entre la formación y la investigación (Universia,
2006). La globalización, la internacionalización, la calidad y, dentro de ésta, las pedagogías activas, son el signo de los tiempos en
educación terciaria.
Las instituciones de educación superior están presionadas, por los fenómenos comentados, a tomar decisiones de modernización
en un ámbito de calidad definido por la comunidad académica internacional. Las que
hagan caso omiso de las tendencias actuales
se sentarán a esperar que se cumpla la profecía de Peter Drucker en 1997, citado por Patricio Meller (2004) y que en síntesis afirma
que en treinta años las grandes universidades que
conocemos, con sus claustros impresionantes, sus grandes zonas verdes, sus grandes
bibliotecas y laboratorios, serán reliquias dejadas atrás por la aplicación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación,
y por las nuevas tendencias que exigen nuevos satisfactores a la pertinencia de instituciones y programas. ¿Se cumplirá la profecía
del gurú de la administración?
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Referencia
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(septiembre-diciembre), 2006, pp. 79-90.
Original recibido: octubre 2006
Aceptado: noviembre 2006
Se autoriza la reproducción del artículo citando la fuente y los créditos de los
autores.
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Revista Educación y Pedagogía, vol. XVIII, núm. 46
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