m desde la embocadura del Tajo á la del Guadiana, Guadalquivir y la costa de Alentejo, en Portugal, Huelva, Murcia, Valencia y Alicante, cuyo castillo está construido sobre rocas mioceno-marinas, asi como lo son los cerros inmediatos; y adelanta su influencia y penetra con sus terrenos en forma de golfos, de todos los que son los mas notables los del Guadalquivir y del Tajo. El del Guadalquivir abraza la cuenca de este rio con todos sus afluentes, desde los últimos contrafuertes de la sierra de Ronda hasta los que limitan la de Aracena; penetra hasta Linares, Andujar y la Ca­ rolina de un lado y á la vega de Granada del otro, encerrado entre las Alpujarras y Sierra-Morena. El del Tajo se halla limitado por la corriente de este rio, desde Lis­ boa hasta Abrantes al N. y al S. por los depósitos secundarios de Alentejo, constituyendo el golfo que corresponde á los miocenos, y unién­ dose en Badajoz á los del Guadiana, penetra al S. á los límites de la provincia de Sevilla en Monasterio, y al E. sigue por Villanueva de la Serena hasta los linderos de los montes de Toledo. La topografía de los terrenos terciarios demuestra que han sido mutilados por grandes masas de agua en la época cuaternaria, justifi­ cando este fenómeno los depósitos diluvianos que rodean las cadenas cantábrica y de Guadarrama, y que se estienden en las provincias de Yalladolid, Segovia y Madrid, en la cual llegan hasta Alcalá de Hena­ res á 2 5 ó 50 kilómetros de la sierra. También se halla reconocido el Diluvium en las dos orillas del Tajo, desde Almaraz hasta Jaraicejo. Los valles de las cordilleras subalternas de Sierra-Nevada están rellenos con depósitos terciarios verificados en mares tranquilos y de aluviones con rocas erráticas, debidas estas últimas á causas y fenó­ menos idénticos á los que tienen lugar en los Alpes. Los terrenos cuaternarios se estienden en fajas ó bandas por las costas y en las orillas de los rios, dando lugar á depósitos de la época actual, que constituyen dunas en la embocadura de los rios, y lechos de arcilla y cantos rodados de mayor ó menor anchura y de diferentes espesores. • En los terrenos terciarios se observa una vegetación vigorosa,