2. Métodos físicos: arranque manual, escarda con azada, corte con machete u otra herramienta y labores de cultivo. 3. Métodos culturales: rotación de cultivos, preparación del terreno, uso de variedades competitivas, distancia de siembra o plantación, cultivos intercalados o policultivo, cobertura viva de cultivos, acolchado (plásticos, residuos vegetales que presentan peligro de babosas u otros) y manejo de agua (riego por goteo solo riega las plantas de interés). 4. Control químico a través del uso de herbicidas. 5. Control biológico a través del uso de enemigos naturales específicos para el control de especies de malezas. 6. Otros métodos no convencionales (ej. la solarización del suelo). Para otros detalles ver a Martin y Zallinger. 2001 2.2.6.2. Insectos, hongos, bacterias, virus, nematodos y ácaros. Los ataque de enfermedades y plagas producen una serie de síntomas: cambios de coloración, marchites o atizonamiento de brotes o plantas, hojas y frutos manchados, defoliación, deformaciones, cancros, pudriciones de frutos, raíces y madera (Pinto, Harley y Alvarez, 1994) Las técnicas generales de control de insectos, hongos, bacterias, virus, nematodos y ácaros son el uso de plantas con resistencia o tolerancia genética, las rotaciones, la elección del lugar de la siembra, el uso de agroquímicos, de enemigos naturales o control biológico, rotaciones, una buena nutrición mineral, desinfecciones del suelo y las combinaciones de estas técnicas llamadas “control integrado”. El uso de plantas con resistencia o tolerancia genética es de gran valor por reducir el impacto ambiental que tienen los pesticidas. 2.2.6.2.1. Insectos Los insectos (animales pertenecientes al filum de los Artrópodos) causan serios daños al alimentarse y por ser vectores de enfermedades bacterianas, a virus y por hongos. En el caso de plantas cultivadas el daño es producido por destrucción de hojas, tallos y raíces por insectos masticadores, por succión de savia por insectos chupadores y por enfermedades transmitidas por los insectos. A nivel mundial el ataque de los insectos representa un 15% de las pérdidas sufridas por los cultivos antes de la cosecha, a pesar del uso de insecticida. El valor de las pérdidas es del orden de los 100 mil millones de dólares según dato citado por Lawrence y Koundal (2002), siendo el costo anual en insecticidas unos 8 mil millones de dólares. Además, el daño no sólo es hecho en plantas o animales vivos sino también en alimentos almacenados. Se estima que solo las pérdidas mundiales de productos vegetales en post cosecha suman un 25% del total de productos alimenticios almacenados: unas 1225 - 2300 millones de toneladas, incluyendo 600 a 800 41