Sobre la jubilación forzosa de los médicos del SNSO a los 65 años

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ASESORI A J URI DI CA Sobre la jubilación forzosa de los médicos del SNS­O a los 65 años (Alusión a la Sentencia del J uzgado de lo Contencioso­Administrativo nº 2 de P amplona, de 4 de febrero de 2014) Mariano Benac Urroz. Asesoría Jurídica del Colegio de Médicos de Navarra. La normativa por la que se rigen los médicos del Servicio Navarro de Salud­Osasunbidea (SNS­O) establece que su jubilación forzosa se declarará de oficio al cumplir los 65 años de edad (artículo 31 de la Ley Foral 10/2003, de 5 de marzo, de derechos pasivos del personal de las Administraciones Publicas de Navarra). Pero el artículo 32 de este mismo texto legal dispone que “1. Los funcionarios que, una vez cumplida la edad de jubilación forzosa, dese­ en prolongar su permanencia en el servicio activo, lo podrán hacer, como máximo, hasta cumplir los setenta años de edad, con excepción de aquellos que hayan sido nombrados para los puestos de trabajo sometidos a normas específicas de jubilación. 2. El funcionario que opte por la continuación en el servicio activo deberá solicitarlo, mediante escrito dirigido a la Administración Pública en la que preste sus servicios, con una anticipación de dos me­ ses, como mínimo, a la fecha en que cumpla los sesenta y cinco años de edad, y solamente se podrá denegar dicha solicitud si el interesado no cumple el requisito de edad o presenta la solicitud fuera de plazo”. Esta normativa es semejante a la aplicable a los funcionarios del Estado (artículo 67.3 de la Ley 7/2007, de 12 de octubre, Estatuto Básico del Empleado Público) y al personal sanitario de los Servicios de Salud (artículo 26.2 de la Ley 55/2003, de 16 de diciembre, Estatuto Marco del personal estatutario de los Servicios de Salud), que también establecen la jubila­ ción forzosa a los 65 años y la posibilidad de prorrogar el servicio activo hasta los 70. Pero la regulación foral contiene una importante y sustancial diferencia: así como los textos legales estatales otorgan discrecionalidad a la Administración Pública respectiva para acep­ tar o denegar la prórroga en el servicio activo en función de su necesidad de organización articulada en el marco de los Planes de Ordenación de Recursos Humanos, la Ley Foral únicamente supedita la autorización de la prórroga en el servicio activo a que se alcancen los 65 años de edad y a que se solicite dicha prórroga con una anticipación mínima de dos meses a cumplirla; es decir, que si se cumplen estos requisitos, no puede negar la prórroga en el servicio activo la Administración. La diferente regulación es relevante pues el Juzgado de lo Contencioso­Administrativo nº 2 de Pamplona en su sentencia de 4/2/14 ha afirmado que en el caso de la normativa estatal el médico únicamente tiene una mera expectativa de derecho –“derecho debilitado”­, mien­ tras que la regulación foral atribuye un verdadero derecho adquirido –“derecho pleno”­; y por tanto, mientras que en el caso de la normativa foral la posterior eliminación de la prórroga en el servicio activo autorizada o concedida infringe el principio constitucional de que la ley no puede aplicarse retroactivamente si restringe derechos, en el supuesto de la normativa esta­ tal no se vulnera tal precepto al considerarse que no hay derecho adquirido sino únicamente una mera expectativa de derecho.
1 Un marco legal complejo y cambiante La Ley Foral 13/2012, de 21 de junio, de medidas urgentes en materia de personal al servi­ cio de las Administraciones Públicas de Navarra, dispone en su artículo 1.1 que durante 2012 no se aplicará la prolongación de la permanencia en el servicio activo del personal funcionario. En el apartado 4 de este mismo artículo 1 establece que el personal que a la entrada en vigor de dicha ley el 1 de julio de 2012 permanezca en servicio activo con la edad de jubilación forzosa ya cumplida dispondrá de un plazo de tres meses para poner fin a dicha situación y solicitar su jubilación; y en el supuesto de no hacerlo “se le declarará la misma de oficio a su finalización”. En el artículo 1.6 se establece la suspensión del precepto que autoriza la prolongación del servicio activo entre los 65 y 70 años (artículos 31 y 32 Ley Foral 10/2003); y su disposición adicional primera establece que las previsiones de la ley se aplicarán también al personal estatutario y al laboral al servicio de la Administración de la Comunidad Foral en las mismas condiciones fijadas para el personal funcionario. Con posterioridad, la Ley Foral 25/2012, de 26 de diciembre, prorrogó estas medidas para el año 2013 y por Decreto­Ley Foral 1/2013, de 30 de diciembre, volvieron a prorrogarse para el presente año 2014. Con este marco legal tan complejo y cambiante, un número determinado de médicos esta­ ban en situación de prórroga en el servicio activo cuando el 1 de julio de 2012 entró en vigor la suspensión de esta posibilidad, habiendo sido autorizados para ello por resolución del Servicio Navarro de Salud, que previamente se había dirigido a los interesados advirtiéndo­ les de que podían acogerse a tal medida unos meses antes de que les faltaran dos para cumplir los 65 años. En aplicación de lo dispuesto en el artículo 1.4. de la Ley 13/2012 y como, obviamente, no pusieron voluntariamente fin a su situación de prórroga en el servicio activo, el Servicio Na­ varro de Salud declaró de oficio la finalización de tal situación y, consiguientemente, su cese o baja en el servicio activo por jubilación. Y contra tales resoluciones recurrieron los intere­ sados ante la jurisdicción contencioso­administrativa, que ya se ha pronunciad a este res­ pecto: la sentencia del Juzgado de lo Contencioso­Administrativo nº 2 de Pamplona de 4/2/14, haciéndose eco de la doctrina establecida por la del Tribunal Supremo de 5/12/13 afirma que “…puesto que la única limitación que la Ley Foral 10/2003 ponía a la obtención del derecho era que no se cumpliera con el dato objetivo de la edad y que no se hubiera pedido dentro de plazo, otro dato objetivo, por lo que no cabía que la Administración lo de­ negara por ninguna causa, sin que se condicionara su duración o prórroga de tal manera que no nos encontramos ante una expectativa de derecho o ante un concepto jurídico inde­ terminado… De todo esto podemos concluir que la Ley Foral 10/2003 consagraba un dere­ cho del funcionario, no una mera expectativa o derecho debilitado, como señala la Sala Ter­ cera del Tribunal Supremo en la sentencia que trascribimos por lo que, de haberse solicitado por los recurrentes la prórroga del servicio activo antes de entrar en vigor la Ley Foral 13/2012, no cabe aplicar la misma sin que suponga esto una aplicación retroactiva de una norma desfavorable, lo que está prohibido por el artículo 9.3 de la vigente Constitución Es­ pañola y por el antedicho artículo 57 de la Ley 30/1992.” Este artículo 57 de la Ley 30/1992 lleva a la conclusión de que sólo caben la eficacia retro­ activa de un acto administrativo cuando tal acto nuevo que se dicta en sustitución del anula­ do produce efectos favorables al interesado; y, obviamente, no es el caso.
2 Concluye la sentencia del Juzgado de Pamplona que, constando en el expediente adminis­ trativo las resoluciones individuales notificadas a cada facultativo afectado en cuya virtud antes de la entrada en vigor de la Ley 13/2012 se estimaban sus peticiones para prolongar la permanencia en el servicio activo, “sin ningún tipo de condicionamiento en cuanto a su duración, dependiendo únicamente de la voluntad del funcionario de la misma, lo que, como hemos dicho suponía la adquisición de un pleno derecho, conforme a la redacción del artícu­ lo 32 de la Ley Foral 10/2003 arriba trascrito y no de una simple expectativa, sujeta a la aprobación por la Administración, … se ha de estimar en este punto el recurso conten­ cioso­administrativo, revocando y dejando sin efecto la resolución recurrida, decla­ rando el derecho de los recurrentes a reintegrase al servicio activo en los puestos de trabajo desempeñados con anterioridad a su pase a la jubilación y a percibir las retri­ buciones devengadas y no percibidas desde el cese de los mismos, hasta su reinte­ gración, descontando las cantidades percibidas en concepto de pensión de jubila­ ción” . Derecho pleno de la prórroga en el servicio activo Esta sentencia objeto de comentario no es firme, y ha sido recurrida en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra por el Servicio Navarro de Salud, según informa­ ción a la que ha podido acceder esta asesoría jurídica. Pero a reservas de lo que pueda resolver el Tribunal Superior de Justicia, el pronunciamien­ to del Juzgado tiene una gran importancia pues al establecer el carácter de derecho adquiri­ do o derecho pleno de la prórroga en el servicio activo ya concedida, aplica la prohibición de la irretroactividad de las disposiciones restrictivas de derechos contenida en el artículo 9.3. de la Constitución, frente a lo legislado por el Parlamento Foral. Resulta conveniente advertir de que este pronunciamiento, si es confirmado en apelación por la Sala de lo Contencioso­Administrativo del TSJ, no resulta de automática o directa aplicación a los casos de quienes no tenían concedida el 1 de julio de 2012 la prórroga en el servicio activo. En estos supuestos habrá de basarse la impugnación de la imposibilidad de prorrogar el servicio activo en otros argumentos jurídicos, aunque posiblemente sea más difícil obtener un pronunciamiento favorable. Y una vez que la sentencia comentada adquiriera firmeza podría valorarse la posibilidad de extender sus efectos a otros supuestos que se encuentren en idéntica situación jurídica que los favorecidos por el fallo, siempre que se cumplan los requisitos establecidos a tal efecto en el artículo 110 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Contencioso­Administrativa.
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