El Sol y Su Piel Solíamos pensar que dejarse bañar por los rayos del sol era algo saludable, hasta que nos enteramos del peligro que conllevan los rayos ultravioleta. reflejarse en la arena, el agua, las plataformas de madera del porche y de los balnearios y piscinas, el concreto e incluso el césped. Si bien la luz solar puede ser beneficiosa para el tratamiento de ciertas afecciones de la piel, la exposición excesiva puede producir arrugas, pecas, cambios en la textura de la piel, vasos sanguíneos dilatados y cáncer de piel. La mayoría de las prendas de vestir absorben o reflejan los rayos ultravioleta. Sin embargo, las telas blancas de algodón con trama abierta y la ropa mojada que cuelga de la piel no ofrecen una protección adecuada. En general, cuanto más cerrada sea la trama de una tela, mejor será la protección contra el sol. Los Rayos del Sol El sol produce rayos visibles e invisibles. Los rayos invisibles, que causan la mayor parte de los problemas de piel, son los rayos ultravioleta A (UVA) y los rayos ultravioleta B (UVB). Estos dos tipos de rayos producen bronceado, quemaduras y daño solar. No existe ninguna radiación UV que sea “segura”. Los rayos ultravioleta dañinos son más intensos en el verano, en altitudes elevadas y en zonas más cercanas al Ecuador terrestre. Por ejemplo, Florida recibe un 150% más de rayos ultravioleta que Maine. Los efectos nocivos del sol se potencian con el viento y el reflejo del agua, la arena y la nieve. Los rayos ultravioleta llegan a la tierra incluso en los días nublados y pueden causar daño. Cómo Protegerse del Sol La utilización de protectores solares le ayudará a prevenir daños en la piel y reducir el riesgo de cáncer. Evite tomar sol deliberadamente, póngase un sombrero de ala ancha, anteojos de sol y ropa protectora siempre que sea posible. Si debe estar al sol, póngase un protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (SPF) de 50 como mínimo, incluso en los días nublados. Los protectores solares absorben, reflejan o esparcen los rayos solares en la piel y vienen en distintas presentaciones como ungüentos, cremas, geles, lociones o barras. Todos llevan una etiqueta con el número de factor de protección solar. Cuanto más alto sea el SPF, mayor será la protección contra las quemaduras, especialmente las que producen los rayos ultravioleta B. Algunos protectores solares, llamados de “amplio espectro” bloquean los rayos ultravioleta A y B. Estos protegen mejor la piel contra otros efectos del sol, por ejemplo, los salpullidos. Sin embargo, los protectores solares no son perfectos. Por eso, la principal protección contra el sol es evitar las horas donde la radiación solar es más intensa y vestirse adecuadamente. Los protectores solares deben aplicarse 20 minutos antes de exponerse al sol. Los protectores solares resistentes al agua deben volver a aplicarse cada 2 horas e inmediatamente después de nadar o realizar actividades físicas intensas. La cantidad necesaria para cubrir todo el cuerpo es una onza o el equivalente a una pelota de golf. El envase común de protector solar (4 a 8 onzas) no debería durar más de 2 días cuando se realizan actividades al aire libre y el protector se vuelve a aplicar correctamente. Las sombrillas y otro tipo parasoles son una buena idea pero no ofrecen protección completa. Los rayos ultravioleta pueden Rev. 5/2015 Evite los Rayos Solares Más Intensos Las posibilidades de experimentar una quemadura solar son más altas entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando los rayos solares son más intensos. También es más fácil quemarse en días calurosos, porque el calor potencia los efectos de la radiación ultravioleta. También es importante protegerse del sol en invierno. La nieve refleja más del 80 por ciento de los rayos solares y causa quemaduras y daño si la piel no está protegida. Además, en los lugares de altitudes elevadas es mayor la cantidad de rayos solares que penetran la atmósfera más delgada. Indicios de una Quemadura Solar La exposición excesiva a la radiación solar produce enrojecimiento de la piel, que puede aumentar durante las siguientes 24 horas a la exposición. Las quemaduras graves causan sensibilidad, dolor, hinchazón y ampollas en la piel. Otros síntomas como fiebre, escalofríos, malestar estomacal y confusión pueden señalar una quemadura solar grave y requerir atención médica inmediata. Lamentablemente, no existe una cura rápida para las quemaduras solares leves. Las compresas húmedas, los baños de inmersión en agua tibia y las lociones (hidrocortisona) proporcionan cierto alivio. Sin embargo, lleva tiempo recuperarse de una quemadura. Si su quemadura solar es grave, comuníquese con su proveedor. Bronceado Con frecuencia se cree que el bronceado es signo de buena salud pero, en realidad, el bronceado es el resultado de una lesión en la piel. El bronceado se produce cuando los rayos ultravioleta penetran la piel y esta se protege generando más pigmento o melanina. Broncearse en camas solares es aún más dañino que tomar sol, tanto es así, que la Organización Mundial de la Salud ha comparado los rayos de las camas solares con el tabaquismo. La mayoría de las camas solares utilizan bombillas que emiten rayos ultravioleta A. Varios estudios han demostrado que este tipo de rayos penetra la piel más profundamente y contribuyen a la formación de arrugas prematuras y al desarrollo del cáncer de piel. De hecho, solo cuatro sesiones de cama solar al año aumentan un 15% el riesgo de desarrollar cáncer de piel de tipo no melanoma y un 11% el de desarrollar un melanoma. No obstante, debido al uso NOTA: Este documento se proporciona con fines educativos únicamente y no debe considerarse un consejo medico. Consulte a su proveedor de salud para recibir información adicional y/o atención apropiada. 1 de 2 Copyright © 2015, Facey Medical Foundation El Sol y Su Piel frecuente de las camas solares, el riesgo general de desarrollar melanoma para las personas que se broncean de esta manera es del 75%. Envejecimiento Las personas que trabajan al aire libre o que toman sol sin protección pueden desarrollar piel una más gruesa y dura que los hace verse más viejos. El sol también puede causar acné difícil de tratar, pecas grandes conocidas como lentigo solar o “manchas de edad” y crecimientos escamosos llamados queratosis actínicas o “lesiones precancerosas”. Estos cambios en la piel se producen después de años de exposición solar. Es posible que transcurran 20 o 50 años desde que usted sufriera una lesión causada por el sol y la aparición de cambios en la piel, aunque generalmente el lapso es mucho más corto. Es particularmente importante proteger del sol a los niños, ya que la mayor parte de la exposición solar se produce antes de los 20 años y 1 de cada 5 niños desarrollará cáncer de piel cuando sea adulto. Cáncer de Piel Más del 90 por ciento de todos los cánceres de piel se producen en pieles que han estado expuestas al sol. La cara, el cuello, las orejas, los antebrazos y las manos son los lugares más frecuentes. Los tres tipos de cáncer de piel más comunes son el carcinoma de células basales, el carcinoma de células escamosas y el melanoma. Carcinoma de células basales Suele afectar a personas de piel clara y aparece en la cara, las orejas, los labios y alrededor de la boca. Puede comenzar como un parche rojo o un bulto brillante rosa, rojo o blanco. Además, es posible que tenga una costra o una llaga abierta que no se cura o que se cura sólo temporalmente. Este tipo de cáncer, si se lo trata a tiempo, puede curarse. Carcinoma de células escamosas Suele aparecer como un parche escamoso o elevado o un crecimiento similar a una verruga. También tiene una alta tasa de curación si se lo detecta y trata precozmente. En casos raros, si no se recibe tratamiento, puede ser mortal. Melanoma Es el tipo de cáncer de piel más peligroso. Por lo general, se asemeja a un lunar de color marrón o negro con bordes irregulares aunque, en ocasiones, también puede presentar diversas tonalidades rojas, azules o blancas. Este tipo de cáncer de piel puede aparecer en cualquier parte del cuerpo y, si se lo detecta precozmente, tiene cura. Sin embargo, si no se lo trata, se esparce por todo el cuerpo y puede ser mortal. Reacciones Alérgicas En ocasiones, las personas experimentan reacciones alérgicas al sol. Estas reacciones pueden aparecer incluso después de una breve exposición a la radiación solar. Los síntomas más comunes de una reacción alérgica al sol son bultos, la urticaria, las ampollas Rev. 5/2015 o las manchas. A veces, los cosméticos, los perfumes, las plantas, los medicamentos tópicos o las preparaciones para el sol pueden causar estas reacciones. Ciertos fármacos, entre ellos, las píldoras anticonceptivas y los medicamentos para la presión sanguínea, la artritis y la depresión, pueden provocar salpullido cuando la persona se expone al sol. Enfermedades Que Empeoran con la Exposición al Sol Algunas enfermedades pueden empeorar con la exposición al sol, entre ellas, las aftas, la varicela y varios trastornos menos comunes como el lupus eritematoso. Los rayos ultravioleta también pueden causar cataratas que gradualmente opacan la lente del ojo. ¿Qué sucede con la Vitamina D? La piel sintetiza la Vitamina D cuando se la expone a los rayos ultravioleta. Esta vitamina es necesaria para tener huesos fuertes y prevenir infecciones y distintos tipos de cáncer. Las tasas de cáncer de piel están aumentando y, sin embargo, las tasas de hipovitaminosis D (niveles bajos de Vitamina D) también. En algunas personas, el aumento de los niveles bajos de Vitamina D pueden deberse a una protección excesiva del sol. La manera más segura de evitar la hipovitaminosis D no es broncearse ni echarse a tomar sol sino tomar suplementos de Vitamina D por vía oral. La Dosis Diaria de Vitamina D Recomendada Actualmente es: 400 IU para niños menores de 1 año, 600 IU para todas las personas de entre 1 y 69 años, 800 IU para las personas de 70 años o más. Consejos para Protegerse del Sol 1. Póngase protector solar de amplio espectro con un SPF de 50 como mínimo en toda la piel expuesta al sol (también en los labios), incluso en días nublados. Recuerde que la cantidad necesaria para cubrir todo el cuerpo es una onza (o la cantidad equivalente a una pelota de golf). 2. Vuelva a aplicar el protector solar con frecuencia: cada 2 horas y aún más seguido después de nadar o realizar actividades físicas intensas. 3. Póngase un sombrero de ala ancha y anteojos de sol. 4. Siéntese a la sombra siempre que sea posible. 5. Póngase prendas de vestir protectoras de trama cerrada. 6. Evite el horario en el que los rayos solares son más intensos (entre las 10 a.m. y las 4 p.m.). Planifique sus actividades al aire libre temprano por la mañana o al final de la tarde. Si se toman las precauciones necesarias y con un poco de sentido común, es posible disfrutar de las actividades al aire libre sin preocuparnos demasiado por el cáncer de piel o las arrugas. NOTA: Este documento se proporciona con fines educativos únicamente y no debe considerarse un consejo medico. Consulte a su proveedor de salud para recibir información adicional y/o atención apropiada. 2 de 2 Copyright © 2015, Facey Medical Foundation