C. LA ACUICULTURA EN LA REPÚBLICA DOMINICANA C.1

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A partir del 1996, América Latina y el Caribe se destacan como una región exportadora neta de productos
pesqueros. Entre los años 1996 y 2000, estos países representaban un 20,2% del volumen mundial de
exportaciones pesqueras y tan sólo un 3,3% de los volúmenes de importación mundiales. En el 2001, América
Latina y Caribe representan casi un 14% de la producción pesquera mundial, o bien, un 18% de las capturas
silvestres y un 2,9% de los cultivos acuícolas. En términos de valor, la acuicultura regional es más relevante
que en volumen, al participar con un 7,1% del total mundial, por ser especies de alto valor las principalmente
producidas (salmón y camarones).
Se observan claros índices de dinamismo en el crecimiento de la acuicultura regional: el volumen y valor medio
de las cosechas por país, prácticamente se duplican cada cinco años a partir del período 1986-1990, al tiempo
que las tasas de aumento doblan en valor a lo que ocurre como promedio a nivel mundial.
De acuerdo con información de la FAO para el año 2000, la pesca y acuicultura en América Latina y El Caribe
generaron 969 mil puestos de trabajo en labores primarias y de ellos, 212 mil corresponden a actividades de
acuicultura.
C. LA ACUICULTURA EN LA REPÚBLICA DOMINICANA
C.1 Historia
La acuicultura dominicana inició a principios de los años 50, cuando el dictador Rafael Leónidas Trujillo instaló
una finca piscícola en los predios de Nigua, con asistencia de la Organización de las Naciones Unidas Para la
Agricultura y la Alimentación (FAO). Dicha finca es hoy la Finca Piscícola Experimental de Nigua, perteneciente
a la División de Recursos Pesqueros de SEMAREN.
Durante esa época fueron introducidos al país, con fines de acuicultura y repoblación de cuerpos de agua
naturales, los primeros stocks de tilapia de Mozambique (Oreochromis mossambicus), pez originario de
Africa. Durante los 60’s y los 70’s fueron introducidas la lobina norteamericana (largemouth bass, Micropterus
salmoides), la carpa común asiática (Ciprinus carpio) y otras especies de tilapias (Tilapia rendalli, Oreochromis
niloticus). En 1980, el gobierno de Taiwán ofrece ayuda al sector público nacional. En este período es cuando
se logra captar realmente el interés de empresarios privados. Se introdujeron tres especies adicionales de
carpas (Cternopharingodon idella, Hypophthalmichthys molitrix y Aristichthys nobilis), y dos especies de tilapias
(Oreochromis aureus y O. hornorum).
Estas especies, las tilapias, carpa común y lobina, debido a su rusticidad, alta tasa de crecimiento y fecundidad,
han ido paulatinamente suplantando las especies nativas existentes dajao (Agnostumus monticola) y guavinas
(Eleotridae) de las aguas interiores de nuestro país.
El langostino de Lousianna (crawfish, Procambarus clarkii) fue introducido a finales de los años 70’s como iniciativa
del Cuerpo de Paz de los Estados Unidos de America, para la realización de sistemas de policultivo arroz/
langostino en Juma, Bonao. Sin embargo, los resultados no fueron los esperados, debido a que los langostinos
perforaban los canales de riego, escapando de los cultivos. Este fracaso fue debido a que no se tomó en cuenta
para la introducción del animal, las diferencias existentes entre los sistemas de cultivo de arroz norteamericano
(estanques) y dominicano (canales).
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