Propuestas de comentario

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Propuestas de comentario
Texto 1
«Para poder suprimir del todo (la razón de dudar), debo examinar si hay
Dios, tan pronto como encuentre ocasión para ello; y si encuentro que lo hay, he de
examinar también si puede ser engañador […]. Bajo el nombre de Dios entiendo
una substancia infinita, eterna, inmutable, independiente, omnisciente,
omnipotente, por la cual yo mismo y todas las demás cosas existen -si es que
existen algunas- han sido creadas y producidas. Ahora bien: tan grandes y eminentes
son estas ventajas, que cuanto más atentamente las considero, menos me convenzo
de que la idea que de ellas tengo pueda tomar su origen en mí, y, por consiguiente,
es necesario concluir de lo anteriormente dicho que Dios existe: pues si bien hay en
mí la idea de la substancia, siendo yo una, no podría haber en mí la idea de una
substancia infinita, siendo yo un ser finito, de no haber sido puesta en mí por una
substancia que sea verdaderamente infinita.»
R. Descartes, Meditaciones metafísicas.
Propuesta
La primera frase del texto propuesto hace referencia al más radical de
los motivos de duda propuestos por Descartes: si no hay Dios, o hay un dios
engañador, mi mente no tiene ninguna garantía de alcanzar la verdad, pues al
desconocer su origen y la finalidad de su existencia, no puede saber si sirve
para cumplir esta función.
Una vez aclarada la importancia de esta cuestión para el problema del
conocimiento, comienza la demostración propiamente dicha de la existencia
de Dios: poseo una idea que puedo resumir en la expresión “sustancia
infinita” (las otras características enumeradas –eterna, inmutable,…- estarían
contenidas en la infinitud); es esta idea que encuentro en mi mente distingo
una parte que ha podido ser producida por ella (la idea de “sustancia”), y otra
que sólo puede proceder de un ser infinito (la idea de “infinitud”); por tanto,
“es necesario concluir que Dios existe.”
La estructura argumentativa del fragmento podría sintetizarse así:
1. Para garantizar la posibilidad del conocimiento, es necesario afirmar
la existencia de Dios.
2. Poseo una idea de Dios como “sustancia infinita.”
3. Esta idea no ha podido ser producida por mi mente (finita), sino por
una sustancia infinita.
4. Por lo tanto, Dios existe (y el conocimiento es posible).
Texto 2
«Recapitulemos los razonamientos de esta sección: toda idea es copia de una
impresión o sentimiento precedente, y donde no podemos encontrar impresión
alguna, podemos estar seguros de que no hay idea. En todos los casos aislados de
actividad de cuerpos o mentes no hay nada que produzca impresión alguna ni que,
por tanto, pueda sugerir la idea de poder o conexión necesaria. Pero cuando
aparecen muchos casos uniformes y el mismo objeto es siempre seguido por el
mismo suceso, entonces empezamos a albergar la noción de causa o conexión […].
Pues como esta idea es surge a partir de varios casos similares y no de un caso
aislado, ha de surgir del hecho por el que el conjunto de casos difiere de cada caso
individual.»
D. Hume, Investigación sobre el conocimiento humano.
Propuesta
Como se afirma al comienzo del texto, el fragmento es una recopilación
de razonamientos anteriormente expuestos. En cuanto a los temas tratados,
hay que distinguir entre la enunciación del principio general (“toda idea
procede de una impresión”) en las primeras líneas, y el resto del fragmento
donde se aplica ese principio general a un caso concreto: el origen de la idea
de conexión necesaria.
¿Dónde encontramos la impresión que da origen a esta idea? No en
casos aislados, sino más bien en la suma de varios casos similares: “cuando
aparecen muchos casos uniformes […], entonces empezamos a albergar la
noción de causa…”. Parece lógica la conclusión: la impresión que produce esta
idea no se halla en ninguno de los hechos experimentados, sino en lo que sólo
aparece en el conjunto y no en cada caso individual.
¿Qué es esto que no está en un solo caso y sí en muchos repetidos?
Según Hume, el hábito mental de esperar que vuelva a suceder lo que ya
hemos visto suceder en varias ocasiones.
El razonamiento del texto es, de forma esquemática, el siguiente:
1. Principio general: toda idea procede de una impresión.
2. Aplicación: la idea de conexión necesaria debe proceder de una
impresión.
3. La impresión que da lugar a esta idea no puede encontrarse en un
solo ejemplo aislado de producción de un efecto.
4. Esta impresión surge a partir de la repetición de muchos casos
similares.
5. Y debe hallarse, por tanto, en lo que hay en la comprobación de
varios casos y falta en uno solo (el hábito mental de esperar un
efecto).
Texto 3
«Si eliminamos del pacto social lo que no es esencial, nos encontramos con
que se reduce a los términos siguientes: “cada uno de nosotros pone en común su
persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general,
recibiendo a cada miembro como parte indivisible del todo”. De inmediato este
acto de asociación produce, en lugar de la persona particular de cada contratante,
un cuerpo moral y colectivo compuesto de tantos miembros como votos tiene la
asamblea, el cual recibe por este mismo acto su unidad, su yo común, su vida y su
voluntad.»
J. J. Rousseau, El contrato social.
Propuesta
El texto gira en torno a la idea de “pacto social”, y trata de determinar
lo que es esencial y transitorio en dicha idea. Lo que es fundamental es la
subordinación de todas las voluntades individuales a la voluntad general:
“cada uno pone en común su persona bajo la suprema dirección de la voluntad
general”. De esta forma, se constituye la comunidad política como un cuerpo
o un “yo común”, en que todos los individuos son iguales y “partes indivisibles
del todo”, pues todos han renunciado a su voluntad individual a favor de la
general. Por tanto, el individuo que decide someterse a la voluntad general
actúa como la parte que se somete al todo, con la única condición de que
todas las demás partes realicen el mismo acto de sumisión.
En síntesis, las ideas fundamentales que se exponen en el texto son:
1. El pacto social consiste en la renuncia de los intereses individuales a
cambio de la protección de la comunidad.
2. Como consecuencia del pacto se constituye un cuerpo moral dotado
de voluntad general.
3. Las renuncias de derechos individuales no perjudica a los individuos,
siempre y cuando se dé la igualdad absoluta de todos los miembros.
Texto 4
«Nos queda aún por intentar, después de haber sido negado a la razón
especulativa todo avance en el terreno suprasensible, si no se encuentran datos en
su conocimiento práctico para determinar aquel concepto racional y trascendente
de lo incondicionado y sobrepasar, de este modo, según el deseo de la metafísica,
los límites de toda experiencia posible con nuestro conocimiento a priori, aunque
sólo desde un punto de vista práctico. Con este procedimiento la razón especulativa
siempre nos ha dejado, al menos, sitio para tal ampliación, aunque tuviera que ser
vacío. Tenemos, pues, libertad para llenarlo. Estamos incluso invitados por la razón
a hacerlo, si podemos, con sus datos prácticos.»
I. Kant, Crítica de la razón pura.
Propuesta
La cuestión que plantea el texto es si existe un acceso racional a lo
suprasensible (aquello que está más allá de la experiencia). En la primera
línea, Kant declara su respuesta negativa a esta cuestión, en lo que se refiere
a la razón especulativa, cuyo resultado es el conocimiento científico. Queda,
por tanto, plantear la misma cuestión en lo relativo a la razón práctica,
encargada de determinar nuestros deberes morales: ¿puede ésta sobrepasar
“los límites de toda experiencia sensible”? Sin llegar a contestar a esta
cuestión, lo que se hará en obras posteriores, el autor muestra que este
acceso es posible en cuanto que la razón especulativa deja un espacio libre
(aquello que no es capaz de conocer, pero sí de pensar y por tanto de admitir
como posible), que espero sea llenado por el conocimiento práctico.
Las ideas fundamentales del texto son:
1. La razón especulativa es incapaz de alcanzar un conocimiento de lo
suprasensible.
2. Sin embargo, dicha razón admite la posibilidad de una realidad más
allá de la experiencia, aunque debe renunciar a conocerla.
3. Queda, entonces, un espacio vacío que tal vez pueda ser llenado por
la razón práctica.
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