Los plazos (en el derecho civil, en el de

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Citar Lexis Nº 0003/000002 ó 0003/000099 ó 0003/000038
Género: Doctrina
Título:
Los plazos (en el derecho civil, en el derecho procesal y en el procedimiento
administrativo)
Autor:
López Olaciregui, Martín
Fuente: JA 1999-III-967
ACTOS PROCESALES - 04) Tiempo - a) Generalidades
PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO - 08) Plazos
DERECHO - 04) Modos de contar los intervalos en el derecho
SUMARIO: I. El tiempo en el derecho.- II. Los plazos en el derecho civil.- III. Los plazos en el
derecho procesal.- IV. Los plazos en el procedimiento administrativo.- V. El plazo de gracia en el
procedimiento administrativo
I. EL TIEMPO EN EL DERECHO
Todo lo que ocurre, sea o no producto de la actividad humana, ocurre en el tiempo. Por cierto, no
todo lo que sucede es objeto del Derecho. Pero cuando los hechos -tanto los acontecimientos
independientes del hombre como las acciones humanas- son regulados por normas jurídicas
positivas, adquieren conceptualmente la naturaleza de "hechos y actos jurídicos" (en términos
kelsenianos podríamos decir que pasan del plano del ser al del deber ser). Y junto con ellos,
también el tiempo en el que se producen se juridiza, o sea, es regulado por el Derecho. El más
claro ejemplo de esto lo tenemos en la incidencia del tiempo sobre el nacimiento, la transformación
o la extinción de los derechos subjetivos (1).
II. LOS PLAZOS EN EL DERECHO CIVIL
Las normas básicas sobre el tiempo y sus efectos jurídicos están en los arts. 23 Ver Texto a 29
CC., comprendidos en el Título II, denominado "Del modo de contar los intervalos del derecho",
que a su vez forma parte del primer capítulo del Código, llamado "Títulos Preliminares".
Allí podemos encontrar los siguientes principios:
a) El día es el lapso que transcurre de medianoche a medianoche (v. art. 24 Ver Texto ); por
consiguiente, los plazos establecidos en días se cuentan desde la medianoche del día inicial hasta la
medianoche del día final (v. arts. 24 Ver Texto y 27 Ver Texto ).
b) Los plazos de días fijados por normas emanadas de cualquiera de los tres Poderes del Estado
(leyes, decretos, sentencias, etc.) incluyen los días feriados o inhábiles, salvo que la norma
disponga expresamente lo contrario (es decir, que establezca expresamente que el plazo es de
"días útiles") (v. art. 28 Ver Texto ).
c) Los arts. 23 Ver Texto a 29 CC. son supletoriamente aplicables en caso de ausencia de
regulación específica; ergo, pueden ser sustituidos por disposiciones legales, administrativas,
judiciales o convencionales (v. art. 29 Ver Texto ) (2).
Respecto del cómputo de los feriados -que establece el art. 28 Ver Texto -, Busso explica que "(...)
los plazos civiles no se interrumpen por la intercalación de días feriados. El plazo, pues, no sólo
corre a través del feriado, sino que puede terminar en uno de esos días" (3). Y Llambías, que "En
principio los feriados integran los días del plazo que se computan en forma corrida, salvo que se
exprese lo contrario en la norma legal o voluntaria" (4). Lo mismo ha sido sostenido por la C. Nac.
Civ.: "(...) los plazos que señalan las leyes, los tribunales o las partes, en principio, comprenden
los días inhábiles, porque la regla es la continuidad (arts. 27 Ver Texto , 28 y 29 CC.) (...) La
manera de contar los intervalos del derecho, por el carácter general de las normas que lo regulan,
se aplica a todos los actos jurídicos, si bien las partes o el legislador pueden arbitrar otro modo de
contar el tiempo, como ocurre respecto de las actuaciones y diligencias procesales, a cuyos efectos
sólo se computan los días hábiles" (5).
III. LOS PLAZOS EN EL DERECHO PROCESAL
1. Como quedó anticipado por el fallo supra transcripto, el Derecho Procesal tiene sus propios
principios y normas sobre los plazos que se refieren a la actividad de la Justicia y de quienes se
presentan ante ella.
Esencialmente, los plazos procesales delimitan temporalmente el ejercicio de las facultades de los
magistrados y de las partes dentro del proceso judicial. Así, Alsina los define como "(...) el espacio
de tiempo dentro del cual debe ejecutarse un acto procesal".
Por tanto, como lo advierte el mismo autor, la eficacia de los actos procesales depende de su
producción en tiempo oportuno, de suerte que la inobservancia de un término puede ocasionar la
pérdida de un derecho y hasta la extinción del proceso; y agrega que los plazos procesales también
tienen la función de regular el impulso procesal y de pautar temporalmente las distintas etapas del
proceso, lo que permite su desarrollo progresivo (6).
Palacio, por su parte, destaca que el sistema de plazos procesales responde básicamente a obvias
razones de seguridad y certeza. Además, distingue distintas clases de plazos:
a) Legales, judiciales y convencionales.
b) Ordinarios y extraordinarios.
c) Perentorios y no perentorios: cuando el plazo es perentorio, su solo vencimiento produce
automáticamente la caducidad de la facultad procesal para cuyo ejercicio había sido fijado; si es no
perentorio, el derecho que debía ejercerse dentro de él no decae mecánicamente, sino que su
pérdida debe ser declarada por una resolución judicial.
d) Prorrogables y no prorrogables: los plazos prorrogables son aquellos que pueden ser
prolongados o renovados por decisión judicial, a pedido de parte; los no prorrogables son los que
no pueden ser dilatados (7).
Resta agregar que carece de relevancia la naturaleza del derecho que se pretende ejercer en un
proceso judicial; en efecto, sería incorrecto sostener que los derechos "de fondo" se rigen por los
plazos "sustantivos" del Código Civil y las facultades procesales por los términos impuestos por el
código ritual.
2. El Código Procesal regula los plazos procesales en su Título III, denominado "Actos procesales".
Y dentro de ese Título, en el último artículo -el 124- del Cap. II, llamado "Escritos"; y en el Cap.
VIII, titulado "El tiempo de los actos procesales", que va del art. 152 al 159. El Capítulo VIII
contiene, en lo que aquí interesa, dos secciones: la 1ª ("Tiempo hábil"), que incluye los arts. 152 a
154; la 2ª ("Plazos"), los arts. 155 a 159.
El contenido de las partes mencionadas del Código puede ser resumido de la siguiente manera:
a) En principio, los plazos procesales son perentorios e improrrogables; excepcionalmente pueden
ser prorrogados por acuerdo de partes "manifestado con relación a actos procesales determinados"
(v. art. 155) (8); inversamente, también la abreviación del plazo es posible por acuerdo de partes
(v. art. 157).
b) Los plazos comienzan a correr desde su notificación y, si fueren comunes, desde la última; el día
de la notificación no se cuenta (v. art. 156).
c) Contrariamente a lo que dispone el Código Civil, los plazos procesales se computan sólo en días
hábiles, toda vez que los actos procesales únicamente se pueden llevar a cabo en esos días (v.
arts. 152 y 156); excepcionalmente pueden habilitarse días y horas (v. arts. 153 y 154).
d) El último párrafo del art. 124 instituye el llamado "plazo de gracia", en estos términos: "El
escrito no presentado dentro del horario judicial del día en que venciere un plazo, sólo podrá ser
entregado válidamente en la secretaría que corresponda, el día hábil inmediato y dentro de las dos
primeras horas del despacho".
IV. LOS PLAZOS EN EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
1. El procedimiento ante los organismos de la Administración Pública Nacional presenta rasgos
distintivos -como lógica consecuencia de la especificidad del Derecho Administrativo-, que se
reflejan en su régimen de plazos.
En efecto, la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos 19549 Ver Texto (ALJA 1972- A-382)
dispone expresamente que el procedimiento administrativo debe sujetarse, entre otros, a los
siguientes principios: impulsión e instrucción de oficio, celeridad, economía, sencillez y eficacia en
los trámites e informalismo (v. art. 1, incs. a, b y c).
Ello implica que el procedimiento administrativo se caracteriza, frente al proceso judicial, por un
rigorismo formal atenuado, el que se debe a los fines de interés general que están en juego, a
diferencia de los meramente particulares que se enfrentan en las controversias ante la Justicia civil
y comercial.
Esta menor rigidez se presenta patentemente en el sistema de plazos del procedimiento
administrativo, cuya finalidad, dice Cassagne "(...) no es la misma que en el derecho procesal,
donde el plazo tiende a concretar la preclusión de las diferentes fases del proceso. Esto es así no
sólo por los principios de colaboración y de verdad objetiva que nutren al procedimiento
administrativo, sino también en mérito a otros principios también fundamentales como son el
informalismo y la eficacia, los cuales trasuntan un menor rigorismo en comparación con el derecho
procesal. Contribuye, asimismo, a esa diferencia la propia finalidad de la función administrativa que
se lleva a cabo a través del procedimiento que, al perseguir la satisfacción del interés general o
bien común de un modo inmediato, contiene una télesis de rango superior que la controversia
judicial, la cual resuelve eminentemente una situación de conflicto o controversia. Esto no significa
que la controversia o el conflicto no se den en sede administrativa, sino que en su solución,
mientras el administrado aparece como un colaborador de la función administrativa, la
Administración Pública no debe actuar como oponente en el proceso sino como gestora del bien
común" (9).
2. La ley 19549 Ver Texto y su reglamentación -aprobada por el dec. 1759/72 (ALJA 1972-A- 391),
texto ordenado por el dec. 1883/91 (LA 1991-C-3002)- contienen, en cuanto a los plazos, las
siguientes pautas normativas:
a) Los actos, actuaciones y diligencias se practican en días y horas hábiles administrativos (v. art.
1 inc. d ley 19549 Ver Texto ); por ende, los plazos se cuentan en días y horas hábiles
administrativos (art. 1 inc. e ap. 2 ley 19549 Ver Texto ), salvo disposición legal en contrario, o
habilitación.
b) Los plazos se computan a partir del día siguiente al de la notificación; cuando se trata de actos
que deben ser publicados, se aplica el art. 2 CC. Ver Texto
c) Los plazos pueden ser prorrogados por la Administración -de oficio o a pedido del interesado-,
salvo cuando la prórroga perjudique a terceros (art. 1 inc. e ap. 5º ley 19549 Ver Texto ).
d) Las peticiones articuladas extemporáneamente pueden ser recibidas como "denuncia de
ilegitimidad" (art. 1 inc. e ap. 6º ley 19549 Ver Texto , modificado por la ley 21686 Ver Texto )
(ALJA 1977-B-1272).
e) La interposición de recursos administrativos interrumpe los plazos, aunque tales recursos hayan
sido mal calificados, tengan defectos formales insustanciales o se interpongan ante un órgano
incompetente por error excusable (v. art. 1 inc. e ap. 7º); esta regla no rige cuando se trata de la
ejecución de actos administrativos (v. art. 12).
f) La caducidad de un procedimiento sólo se produce cuando se ha paralizado por sesenta días por
causa imputable al administrado y éste mantiene su inactividad luego de ser emplazado por la
Administración por otros treinta días (v. art. 1 inc. e ap. 9).
g) "El Código Procesal Civil y Comercial de la Nación será aplicable supletoriamente para resolver
cuestiones no previstas expresamente y en tanto no fuere incompatible con el régimen establecido
por la ley de procedimientos administrativos y por este reglamento" (Reglamento de la Ley
Nacional de Procedimientos Administrativos, t.o. 1991, art. 106).
De lo antedicho resulta que:
a) "El principio de preclusión procesal esencial para el procedimiento judicial (...) no puede tener
vigencia dogmática en el procedimiento administrativo (...). Esta rigurosidad no rige en el
procedimiento administrativo, comprobándose sólo que la informalidad se caracteriza por el
debilitamiento de la preclusión (...)" (10).
b) Contrariamente a lo que ocurre en el proceso judicial, la regla es la prorrogabilidad y la no
perentoriedad de los plazos (11).
c) Al igual que en los trámites judiciales, las actuaciones deben producirse en días hábiles -en este
caso, administrativos-, y para el cómputo de los plazos se cuentan únicamente esos días, con
exclusión de los feriados administrativos.
d) El Código Procesal Civil y Comercial de la Nación es supletoriamente aplicable al procedimiento
administrativo
e) Ni la ley ni su reglamentación contienen una norma expresa sobre el "plazo de gracia" de las dos
primeras horas del día hábil siguiente al del vencimiento. Vamos a dedicar un párrafo aparte a este
tema.
V. EL PLAZO DE GRACIA EN EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
1. No obstante la señalada falta de previsión expresa, se ha llegado a la conclusión de que el art.
124 CPr. Ver Texto rige en el procedimiento administrativo por vía de la aplicación supletoria de
aquel código a este procedimiento, dispuesta por el art. 106 del Reglamento de la Ley Nacional de
Procedimientos Administrativos.
Esto ha sido sostenido y fundado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en los siguientes
términos: "(...) la norma del art. 124 CPr. Ver Texto no debe considerarse como un intento de
modificación de las leyes de fondo o de forma que fijan plazos para el ejercicio de un derecho, sino
como un modo de regular las situaciones en que el interesado se ve en la imposibilidad de utilizar
todo el tiempo apto del que legalmente dispone, debido a la hora de cierre de las oficinas judiciales
-o, en el caso, administrativas-, partiendo del presupuesto de que normalmente la respectiva
voluntad fue expresada en el curso del día anterior, sin que fuese materialmente recibida merced a
la circunstancia antedicha.
"(...) tal disposición no resulta, entonces, incompatible con el régimen de la ley 19549 Ver Texto ,
en cuanto establece que los plazos se contarán por días hábiles administrativos y se computarán a
partir del día siguiente al de la notificación (art. 1 inc. e aparts. 1º, 2º y 3º). Preceptos análogos aun más estrictos- contiene el CPr. al que pertenece aquella regla (arts. 155 y 156). Por lo demás,
dichos plazos administrativos, por aplicación supletoria del Código Civil (art. 29 Ver Texto ), son
continuos y completos y se extienden desde el momento en que finaliza el día de la notificación
hasta la medianoche del día de su vencimiento (arts. 24 y 27 Cód. cit.), siendo en cambio limitadas
las horas en que funcionan las respectivas oficinas.
"(...) en atención a tales extremos resulta adecuado aplicar el antedicho art. 124, a tenor de lo
dispuesto por el art. 111 dec. 1759/72 (hoy art. 106), a fin de no privar al recurrente del lapso que
queda a su favor entre la finalización del horario de oficina y la medianoche del vencimiento del
plazo, máxime cuando, como en el caso, se trata de interponer -aunque en sede administrativa- un
recurso judicial y toda vez que frente al formalismo moderado que caracteriza al procedimiento
administrativo (arg. art. 1 ley 19549 Ver Texto ), resultaría incongruente negar en él lo que está
permitido en el ámbito de la justicia" (12). A la misma conclusión han arribado la doctrina y la
Procuración del Tesoro de la Nación (13).
La posibilidad de utilizar el "plazo de gracia" no queda limitada a la interposición de recursos: en su
comentario a este fallo, Cassagne señala que "El criterio que sustenta la jurisprudencia de la Corte
es válido no sólo respecto de los recursos contra actos administrativos que deban tramitar en la
justicia (aun cuando en el caso se trataba de un recurso presentado en sede administrativa), sino
que cabe extenderlo -como principio general- a todo el procedimiento administrativo" (14).
Esta interpretación es corroborada por Pearson: "Aunque el fallo se encuentra referido al caso de
un recurso o apelación y todavía de naturaleza judicial, tales circunstancias aparecen solamente
como algo anecdótico. Lo fundamental es que la presentación del interesado debía realizarse en el
órgano administrativo y se ha considerado el plazo, por esa particularidad, como administrativo. La
doctrina cala honda y profundamente, con un sentido absolutamente general. Se vincula a todos
los plazos administrativos. De tal suerte, el plazo de gracia en cuestión funciona en relación a los
plazos concernientes a recursos, vistas, traslados, etc. Después de este pronunciamiento el
llamado 'plazo de gracia' del ahora famoso art. 124 CPr. Ver Texto , tiene que quedar
definitivamente impuesto en el ámbito de la Administración Pública Nacional" (15).
Por otra parte, se ha entendido en doctrina que el art. 124 CPr. Ver Texto cumple con el requisito
de compatibilidad con el sistema de procedimientos administrativos que exige el art. 106 del
reglamento de la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos. Al respecto apunta Cassagne
que "La aplicación del art. 124 CPr.CC. Ver Texto se lleva a cabo, en el caso, por vía supletoria y no
analógica, en razón de tratarse de la aplicación directa y completa de una norma que es compatible
con el sistema, cuya incorporación dispuso el legislador" (16).
2. En otro orden, entendemos que el "plazo de gracia" no sólo es aplicable al procedimiento
administrativo general; también rige para los procedimientos administrativos especiales que aún
subsisten, por el juego armónico del art. 106 del Reglamento de Procedimientos Administrativos y
el art. 2 dec. 722/96 Ver Texto .
Este último ha dispuesto la continuidad de la vigencia de una serie de procedimientos
administrativos especiales, "Sin perjuicio de la aplicación supletoria de las normas contenidas en la
Ley Nacional de Procedimientos Administrativos 19549 Ver Texto y en el Reglamento de
Procedimientos Administrativos aprobado por dec. 1759/72 (t.o. por dec. 1883 del 17/9/91) (...)".
Por consiguiente, si el "plazo de gracia" del art. 124 CPr. Ver Texto integra, por aplicación
supletoria, el régimen general del procedimiento administrativo (en virtud del art. 106 del
reglamento de la ley 19549 Ver Texto ), y éste a su vez completa supletoriamente a los
procedimientos administrativos especiales (por mandato del art. 2 dec. 722/96 Ver Texto ) (LA
1996-B-1913), sólo resta concluir que también en estos procedimientos tiene vigencia el "plazo de
gracia".
NOTAS:
(1) V. Llambías, J. J., "Código Civil anotado", t. I, p. 60. Belluscio, A. C. (dir.) - Zannoni, E. A.
(coord.) - Garbino, G. E. - Lavalle Cobo, J. E. - Pardo, A. J. - Rivera, J. C., "Código Civil y leyes
complementarias, comentado, anotado y concordado", t. I, ps. 114/115. Alsina, H., "Tratado
teórico práctico de derecho procesal civil y comercial", 2ª ed., t. I, p. 733 y ss.
(2) Llambías, ob. y t. cit., p. 63; Alsina, ob. y t. cit., p. 738; Busso, E. B., "Código Civil anotado", t.
I, ps. 240/241.
(3) Busso, ob. y t. cit., p. 238.
(4) Llambías, ob. y t. cit., p. 63.
(5) C. Nac. Civ., sala D, 31/10/80, "Demartino, Alberto E. v. Cortés, María E.", ED 92-150.
(6) V. Alsina, ob. y t. cit., p. 738.
(7) V. Palacio, L. E., "Derecho procesal civil", t. IV, p. 55 y ss.
(8) V. Palacio, "Derecho procesal civil", t. IV, ps. 70/74.
(9) Cassagne, J. C., "Los plazos en el procedimiento administrativo", ED 83-897.
(10) Fiorini, B. A., "Derecho administrativo", 2ª ed. act., t. II, ps. 428 y 431.
(11) V. Gordillo, A. A., "Tratado de derecho administrativo", t. 4.1., ps. VIII- 8 y ss.; Fiorini, ob. y
t. cit., p. 517; Cassagne, ob. cit., p. 898.
(12) Corte Sup., 5/10/78, "Fundación Universidad de Belgrano", LL 1979-B-104 Ver Texto .
(13) V. Fiorini, ob. y t. cit., p. 522; Gordillo, ob. y t. cit., ps. VIII-21 y 22; Procuración del Tesoro,
Dictámenes 156-138, entre otros.
(14) Cassagne, ob. cit., p. 899.
(15) Pearson, M. M., "Aplicación del plazo de gracia del artículo 124 Ver Texto del Código Procesal
en lo Civil y Comercial de la Nación en el procedimiento administrativo nacional", revista "Régimen
de la Administración Pública", año 1, n. 7, p. 27.
(16) Cassagne, ob. cit., p. 899.
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