últimos serán paralelos al río principal. Este tipo de red refleja un marcado control estructural sobre las corrientes superficiales (Seco, 2000). Figura 10. Red de drenaje tipo paralelo Se presentan en zonas homogéneas, de pendientes uniformes y suaves en las que las corrientes principales reflejan fallas o fracturas. Los tributarios suelen unirse formando ángulos generalmente iguales. Son típicas de llanuras costeras y de grandes afloramientos basálticos (CEOTMA, 1984). Se encuentra donde existe una fuerte pendiente y control estructural que conduce a un espaciamiento de las corrientes de dirección paralela o casi paralela (Seco, 2000). Figura 11. Red de drenaje tipo desordenado Son sistemas no integrados, resultantes de formas del suelo relativamente jóvenes con topografía llana o suave y elevada capa freática. En las depresiones existen zonas pantanosas, lagunas; suelen presentarse en llanuras jóvenes, y en llanuras aluviales (CEOTMA, 1981). Característico de regiones directamente afectadas por las glaciaciones, donde el drenaje pre-glacial fue borrado y el nuevo drenaje no ha tenido tiempo de desarrollar un grado de integración significativo. Muestra corrientes irregulares, cuyos cursos corren hacia y a partir de pantanos y presentan sólo escasos y cortos tributarios. Los interfluvios son pantanos y las corrientes son meros hilos de agua a través de áreas pantanosas (Seco, 2000). La influencia del clima en el modelado del paisaje El clima es un factor muy importante en el modelado del relieve, pues de él depende la cantidad e intensidad de la lluvia, la humedad ambiental y la temperatura, entre otros factores. De hecho, una parte importante de la geomorfología se estudia en base a la clasificación de los Sistemas Bioclimáticos de Erosión. La idea central de esta clasificación es que cada tipo de clima a nivel global, I ntroducción a las herramientas para la construcción de mapas de paisajes 37 ejerce una influencia y deja su huella en el relieve de manera muy particular, dando lugar a geoformas típicas para cada faja climática del globo: faja polar, fría, templada, subtropical y tropical. Así por ejemplo, las formas típicas de los desiertos son las dunas en forma de media luna o barjanes, los surcos de excavación o yardangs; en los polos existen formas características: acumulativas como los glaciares, o erosivo-acumulativas como las ojivas. En las zonas tropicales, las formas del relieve tienen forzosamente la huella de un clima caracterizado por la abundancia de lluvias y la constante y elevada temperatura a lo largo del año. Esto se manifiesta en la aparición de superficies muy gastadas, oxidadas, erosionadas y carcomidas como en el caso tan espectacular del relieve cárstico, con sus formas asociadas como los cenotes o dolinas, lagos cársticos o uvalas, etc. Esta poderosa influencia del clima en el relieve tiene una expresión que es perceptible por medio de la utilización del método y los materiales adecuados. Para ello, nos podemos apoyar en los índices morfométricos construidos previamente. Como primer paso, hay que sobreponer el Mapa de Tipos Climáticos incluyendo las Isoyetas e Isotermas promedio anuales al Esquema de Unidades Morfográficas. El objetivo es encontrar patrones de coincidencias al contrastar las zonas con climas opuestos: los sectores más secos con los más húmedos, los más cálidos con los más fríos, y sobre todo, relacionar estos datos con la expresión de las curvas de nivel y la red hidrológica. En muchos casos podemos observar que existe una relación estrecha entre ambos componentes: por ejemplo, en los climas de mayor precipitación casi siempre hay una mayor DH, por el contrario, en los climas más secos la DH será menor. Sin embargo, es importante aclarar que la relación entre ambos fenómenos no es necesariamente lineal, dado que en el modelado del paisaje influyen también otros factores como el tipo de roca, el ángulo de inclinación de la pendiente y la historia paleogeográfica de la zona de estudio. Para hacer una aproximación más precisa en el análisis de los factores que influyen en la génesis de las Unidades Morfográficas se recurre al Mapa Geológico, donde podremos corroborar que también existe una relación de coincidencia, inclusive en muchos casos más estrecha que con el mismo clima. La explicación a esto es que, cada factor que diferencia los tipos de paisaje ejerce una influencia distinta, dependiendo de la escala de tiempo y espacio en la que actúa. Así, por ejemplo, el clima ejerce una influencia muy notable cuando hablamos de fajas climáticas (determinadas por la latitud) o pisos altitudinales (determinados por la elevación sobre el nivel del mar), pero al interior de éstos, donde 38 Herramientas para la planeación territorial y el ordenamiento ecológico Figura 11. Relación entre la precipitación promedio anual con el grado de disección horizontal del relieve (DH) Se puede apreciar que las zonas de mayor precipitación coinciden, en lo general, con los tonos obscuros que representan la mayor DH; por el contrario, en las porciones más secas la DH es mínima. las condiciones se homogenizan, es más determinante el tipo de rocas o depósitos presentes en el territorio, la exposición que éstos tienen, así como su edad. Dentro de un mismo piso térmico o climático, podemos encontrar las unidades que estructural y genéticamente son distintas y eso se expresa en la red de drenaje. Metodología para la delimitación y nomenclatura de las unidades estructuro-genéticas Las Unidades Estructuro-Genéticas se delimitan en base a la superposición del Mapa de Disección Vertical del Relieve con el Mapa Geológico ó Litológico. En la base de datos del SIG, al hacer un Identity, resulta que tenemos unidades en las que quedarán grabados los atributos de ambas tablas, de manera que tenemos un I ntroducción a las herramientas para la construcción de mapas de paisajes 39