Micobacteriosis - The Center for Food Security and Public Health

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Micobacteriosis
Tuberculosis en peces,
Tuberculosis de piscina,
Granuloma de las piscinas,
Granuloma del tanque de peces,
Enfermedad de los manipuladores
de pescados,
Nódulos de los manipuladores de
pescados
Última actualización: Agosto de,
2007
Etiología
La micobacteriosis es una enfermedad granulomatosa sistémica crónica o aguda que se
produce en los peces de acuarios y los peces comestibles de criadero, particularmente los criados
en condiciones intensivas. La micobacteriosis se produce por la infección de distintas especies de
Mycobacterium, bacilos pleomórficos aeróbicos, gram-positivos, que pertenecen al orden de los
Actinomycetales y la familia Mycobacteriaceae. Las micobacterias están diseminadas en el
ambiente, especialmente en los reservorios acuáticos. Las dos especies más importantes que
causan micobacteriosis en peces y humanos son Mycobacterium marinum y Mycobacterium
fortuitum. Otras especies que causan la enfermedad micobacteriana en peces incluyen M.
chelonei, M neoaurum, M simiae, y M scrofulaceum.
La Mycobacterium marinum fue observada por primera vez en 1926 en el hígado, bazo y
riñón de peces corales tropicales de un acuario en Philadelfia. La M. marinum puede crecer
prolíficamente dentro de fibroblastos, células epiteliales y macrófagos. En el pasado, los brotes
de M. marinum en humanos eran esporádicos y estaban normalmente asociados a piscinas
contaminadas. Las prácticas de clorinación que se emplean actualmente han minimizado
significativamente la frecuencia de los brotes de estas fuentes. En los últimos diez años, se ha
observado un aumento, pequeño pero constante de la frecuencia de
infecciones de
Mycobacterium marinum en peces cultivados o de criadero y de casos en humanos asociados
con los acuarios de peces.
Distribución geográfica
La Mycobacterium marinum es ubicua y se encuentra en todos los cuerpos de agua dulce,
salobre y salada de todo el mundo. Una investigación encontró que más del 67% de los
especimenes acuáticos recogidos de fuentes naturales, tratadas y de contacto animal, contenían
micobacterias, incluida la M. marinum.
Transmisión
La fuente de la infección de Mycobacterium marinum son fuentes de agua contaminada. En
los peces, la transmisión puede ocurrir por consumo de alimento contaminado, canibalismo de
peces o detritus acuático infectados o puede ingresar a través de heridas, excoriaciones cutáneas o
parásitos externos. En los peces vivíparos, también se ha registrado transmisión transovárica. Los
caracoles y otros invertebrados han demostrado desempeñar un rol importante en la transmisión
de la Micobacteria.
En los humanos, las lesiones cutáneas sirven como punto de ingreso para el organismo
durante el contacto con fuentes de agua contaminada o peces infectados. Ello es más común
durante la limpieza o mantenimiento de los acuarios. La inoculación directa puede ocurrir luego
de una lesión provocada por las aletas o mordidas de pescado. Menos frecuente, la exposición
puede ocurrir del contacto con fuentes de agua natural durante actividades como la pesca,
canotaje o natación. La mayoría de las infecciones se producen en personas que tienen acuarios
en el hogar; sin embargo, la infección de M. marinum puede ser un peligro ocupacional de ciertos
profesionales, como acuicultores, procesadores de pescado o empleados de tiendas de mascotas.
La Mycobacterium marinum puede permanecer viable en el medioambiente (suelo y agua)
por dos años o en carcasas y órganos hasta por un año. Esto puede producir una posible
transferencia indirecta del organismo, conforme a lo observado en un caso de exposición de una
tina de baño en la que con frecuencia se limpiaba la pecera del pez tropical de la familia, y un
brote de micobateriosis en lagartos mantenidos en un acuario de peces contaminados.
Desinfección
La Mycobacterium marinum puede tener una mayor resistencia a los desinfectantes y
requiere períodos de contacto más prolongados para que la mayoría de los desinfectantes sean
eficaces, entre los que se encuentran fenol al 5%, hipoclorito de sodio al 1% (baja materia
orgánica y períodos de contacto más prolongados), soluciones de yodo (alta concentración de
yodo disponible), glutaraldehído y formaldehído (período de contacto prolongado).
Infecciones en humanos
Período de incubación
En los humanos, el período de incubación es de 2 a 4 semanas, pero puede tardar hasta
nueve meses para que se presente la enfermedad.
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Micobacteriosis
Signos clínicos
adecuada y los desbridamientos reiterados.
La micobacteriosis comúnmente se manifiesta como una
enfermedad cutánea que puede ser bastante variable, de desarrollo
lento y sintomáticamente no específica. Pequeñas pápulas
eritematosas evolucionan a granulomas, abscesos o úlceras que
pueden persistir durante meses. Las lesiones cutáneas pueden ser
simples; sin embargo, normalmente se presentan de forma múltiple
o en grupos, y pueden diseminarse a lo largo de la línea del sistema
linfático más próxima. La ubicación de las lesiones varía en
función de la exposición. Los codos, las rodillas y los pies son los
observados con mayor frecuencia en los casos relacionados con
piletas de natación y manos y dedos en propietarios de acuarios. Es
posible observar infecciones profundas de tejidos y pueden causar
daños considerables en los huesos, tendones y tejidos subyacentes,
como la proliferación crónica del tejido sinovial, erosión de las
articulaciones, daño en los tendones. Las cicatrizaciones y
adherencias extensivas, especialmente en la mano y muñeca
pueden comprometer la funcionalidad normal. Las secuelas graves
pueden incluir dermatitis diseminada, artritis, bursitis, osteomielitis
y tenosinovitis. La diseminación sistémica es poco frecuente; sin
embargo, se han observado varios casos en personas
inmunodeprimidas y puede causar la muerte.
Prevención
Transmisibilidad
No hay evidencias de transmisión de persona a persona de
micobacteriosis.
Pruebas de diagnóstico
El diagnóstico puede ser difícil y normalmente se retrasa. Un
historial clínico completo puede proporcionar pistas que incluyan
lesiones cutáneas asociadas con peces, acuarios o, posiblemente,
piscinas. Las biopsias de tejidos para histología y cultivos resultan
de vital importancia. La apariencia histológica variará y dependerá
de la edad de la lesión; las lesiones tempranas pueden revelar la
presencia
de
bacterias
acidorresistentes,
leucocitos
polimorfonucleares e histiocitos, mientras que las lesiones más
antiguas consisten en linfocitos, células epiteloides y algunas
células gigantes de Langhans, usualmente sin caseificación. Es
posible obtener un diagnóstico definitivo mediante un cultivo
positivo en condiciones óptimas de desarrollo. La M. marinum
crece mejor en medios Lowenstein-Jensen a 30-33ºC (en vez de a
37ºC) en 7 a 21 días. Las colonias son de color crema y se vuelven
amarillas cuando se exponen al sol. Se han realizado pruebas PCR.
Tratamiento
Muchas infecciones de M. marinum tienen una resolución
lenta y espontánea durante períodos de 1 a 6 años. Se puede
garantizar una terapia antibiótica para prevenir que evolucione a
una infección profunda. Se ha comprobado que los agentes
antibióticos son activos contra la M. marinum in vitro como por
ejemplo etambutol, rifampicina, estreptomicina, trimetoprimsulfametoxazol, tetraciclinas, claritromicina, azitromicina, y
algunas quinolonas. De acuerdo con el alcance y la gravedad de la
infección, la duración de la terapia antimicrobiana puede variar de
dos semanas a 18 meses. Se deben evitar los corticoesteroides o
bien deben usarse en dosis mínimas para evitar exacerbar la
enfermedad. Las infecciones profundas generalmente requieren
antibióticos y tratamiento quirúrgico. Es posible que sea necesario
el desbridamiento de los tejidos necróticos como también
sinovectomias, tenosinovectomias y artrodesis. Se puede requerir
la amputación para controlar la infección a pesar de la terapia
antimicrobiana
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La prevención de la micobacteriosis implica evitar el contacto
con fuentes infectadas o de agua contaminada y procedimientos de
limpieza y desinfección. Se debe usar guantes al tocar o trabajar
con peces, el agua o equipos del acuario. Si se prevé el contacto
con espinas filosas de peces, será necesario usar guantes gruesos.
Evite el contacto con fuentes de agua dulce o salada, incluidos los
acuarios, si tiene cortes, raspones o llagas abiertas en la piel.
Lávese las manos con agua y jabón luego de limpiar el acuario o
procesar pescados. Asegúrese de llevar a cabo una clorinación
regular y adecuada de las piscinas para matar todas las bacterias
que puedan existir.
Morbilidad y mortalidad
La incidencia de Mycobacterium marinum en los EE.UU. es
baja. Un estudio realizado en los EE. UU. desde 1993 hasta 1996
registró la distribución geográfica y el promedio nacional de 198
casos de M. marinum casos por año.
Las infecciones de M. marinum pueden producir una
morbilidad significativa. Las lesiones cutáneas pueden ser crónicas
y dejar cicatrices luego de curarse. La demora en el diagnóstico es
frecuente, y la invasión en estructuras más profundas como
sinovia, bolsas y hueso ocurre en aproximadamente un tercio de
los casos registrados. Las infecciones profundas pueden dejar
secuelas como la pérdida de movilidad articular causada por la
osteomielitis, y los casos graves pueden requerir la amputación de
las extremidades para controlar la infección. Se estima que un 40%
de los pacientes con enfermedades profundas, tratadas, como
mínimo, con terapia antimicrobiana, aún requieren desbridamiento
quirúrgico para controlar el proceso de la enfermedad. La
enfermedad sistémica de Mycobacterium marinum es poco
frecuente pero afecta más comúnmente a personas
inmunodeprimidas.
Infecciones en animales
Especies afectadas
Todas las especies de peces (agua dulce, agua salobre y agua
salada) son susceptibles a la micobacteriosis y se ha descrito en
una gran variedad de peces de acuario. Los brotes son más
frecuentes en peces de acuario tropicales. Los miembros de
distintas familias de agua dulce [Anabantidae (bettas y gouramis),
Characidae (tetras y pirañas) y Cyprinidae (danios y barbs)]
parecen ser particularmente susceptibles.
Se ha encontrado micobacteriosis en un grupo de peces
silvestres incluido el bacalao, el lenguado, el róbalo rayado, la
caballa del noreste atlántico y la perca amarilla. Las especies de
peces de agua cálida cultivados intensamente también son
susceptibles. Ha aumentado la frecuencia de infección de M.
marinum en los peces cultivados o de criadero, como el salmón
chinook, el róbalo rayado de cultivo, los peces ornamentales de
agua dulce, el salmón, el esturión y el róbalo.
Se ha observado que la infección de Mycobacterium marinum
también se presenta en algunos reptiles. Un grupo de lagartos
egipcios de cola espinosa (Uromatyx aegyptius) fueron afectados
luego de permanecer en un tanque sin esterilizar donde
previamente había habido peces.
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Micobacteriosis
Período de incubación
Tratamiento
El período de incubación es variable, varía desde años de
desarrollo a muerte súbita.
El tratamiento farmacológico en peces es de valor limitado
para esta enfermedad y varía en el grado de éxito. El tratamiento
no eliminará la Micobacteria de las colonias de peces afectadas. La
administración parenteral y oral de sulfasoxazol con doxyciclina o
minociclina, baños o inyecciones intraperitoneales de kanamicina
o estreptomicina o la incorporación de isoniacida o rifampina en la
dieta pueden ser posibles tratamientos.
La infección sólo se controla por completo mediante el
sacrificio de las poblaciones de peces afectados y la desinfección
de los tanques y equipos asociados con estos animales.
Signos clínicos
Los signos de la micobacteriosis en peces son variables y
normalmente se asemejan a los de otras enfermedades. La
enfermedad pude ser aguda o crónica. Algunos peces pueden no
mostrar signos externos de enfermedad. Es más común observar la
forma crónica de la enfermedad. Los peces afectados pueden ser
anoréxicos, escuálidos, deslucidos y letárgicos; pueden separarse
de los otros peces y permanecer en un rincón. Las lesiones
cutáneas nodulares, úlceras o hemorragias pueden producirse luego
de la rotura de una lesión muscular interna. Entre otros signos se
puede observar exoftalmía (ojos saltones), distensión abdominal y
deformidades óseas tales como curvatura de la columna o
malformaciones y branquias pálidas. Algunos peces pueden
padecer putrefacción de aletas y cola. También es común observar
la decoloración de la pigmentación cutánea. Es poco común
observar la forma aguda de la enfermedad. Se caracteriza por
morbilidad y mortalidad rápida con pocos signos clínicos.
Transmisibilidad
Aún no está esclarecida la transmisión de M. marinum en
peces. La vía más probable de infección primaria es la oral (cuando
un pez infectado muere y es consumido por otro pez de la
población), o a través de lesiones cutáneas (si la cantidad de
bacterias en el medioambiente es alta o si el pez tiene un sistema
inmune deficiente).
Pruebas de diagnóstico
El diagnóstico de la micobacteriosis depende de los signos
clínicos e histológicos y de la identificación del patógeno
bacteriano. El frotis de la superficie de corte del bazo, riñón o
lesiones cutáneas debe hacerse y teñirse con Kinyoun o la tinción
de Ziehl-Neelsen. También se recomienda usar coloraciones
fluorescentes.
Las
lesiones
histológicas
y
macroscópicas
de
necrogranulomas que contienen bacilos acidorresistentes brindan
pruebas sólidas de la presencia de Micobacterias.
El aislamiento del patógeno puede proporcionar un
diagnóstico definitivo. Los intentos pueden ser difíciles debido a la
escrupulosidad del patógeno. Los cultivos deben incubarse de 2 a
30 días a 20 hasta 30ºC, debido a que la M. marinum prolifera
lentamente. La proliferación requerirá de siete días de incubación o
más. La morfología celular o de la colonia no es patognomónica.
La identificación puede suceder según las características
bioquímicas; no obstante, estas pruebas resultan engorrosas y
demandan mucho tiempo.
Los métodos basados en PCR pueden ser una alternativa para
el diagnóstico. No se han realizado ensayos inmunosorbentes
vinculados a enzimas en peces.
Prevención
Las medidas de prevención incluyen condiciones de higiene,
desinfección y eliminación de los peces portadores. Los peces
deben adquirirse de criaderos confiables, libres de enfermedades.
Los peces importados deben permanecer en un período de
cuarentena. Si se usan peces de desecho o las carcasas de peces
muertos como fuente de proteína en la dieta de los peces, deben
calentarse a 76ºC durante 30 minutos para matar todas las
micobacterias patógenas. Los peces muertos deben quemarse o
enterrarse en cal viva.
No existen vacunas para la micobacteriosis en peces.
Morbilidad y mortalidad
La incidencia de la micobacteriosis en peces de acuarios se ha
registrado en un margen de entre el 10 y el 22%. En poblaciones
de peces naturales, del 10 al 100% de los peces pueden estar
infectados. Los brotes de la enfermedad en peces de cultivo
parecen estar relacionados con los factores de administración,
como la calidad y cantidad de los nutrientes y agua suministrados.
Lesiones post mortem
Las lesiones por micobacteriosis aparecen a lo largo del
intestino o en la piel y las agallas. Los granulomas miliares
grisáceos-blancuzcos macroscópicos o microscópicos pueden
encontrarse esparcidos, agrupados o combinados dentro de
diferentes órganos. Las lesiones pueden ser blandas o duras, variar
de 80 a 800 μm en tamaño, y tener un centro necrótico
caseoso. El bazo, riñón e hígado son los más afectados
normalmente. Puede manifestarse peritonitis y edema. En casos
graves, los órganos viscerales estarán inflamados y fusionados con
las membranas blanquecinas alrededor de las grandes zonas
necróticas caseosas del mesenterio.
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Micobacteriosis
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