Unidad No. 5 : Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones

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Unidad No. 5 : Aceptación de cargos,
preacuerdos y negociaciones
Asignatura: Sistema procesal
Especialización en Sistema Penal Acusatorio
Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
Nombre de la Asignatura/módulo: Sistema procesal
Modalidad Asignatura: B-Learning (Aprendizaje combinado, presencial o virtual)
Área del conocimiento/programa: Especialización en Sistema Penal Acusatorio
Número de Créditos: 3
Facultad:
Derecho
Autor:
Hilda Astrid Carvajal Quintero - (Autora de las unidades: primera a la cuarta)
Diego Mauricio Torres Reyes - (Autor de las unidades: quinta y sexta)
Coordinadora de innovación académica:
Isabel Cristina Ramos Quintero
Diseño Instruccional:
Deisy Marcela Castillo
Juan Carlos Velásquez
Diseño y diagramación:
Carolina Herrera Rincón
Imágenes:
Thinkstock
iStock
Getty images
Universidad Católica de Colombia
Decanatura Académica
Coordinación de innovación académica
2016
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Sistema procesal
Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
Unidad No.5 : Aceptación de cargos, preacuerdos y
negociaciones
Diagrama de temas de la unidad
Naturaleza Jurídica
Normatividad
Características
Requisitos
Aceptación de
cargos
Oportunidad
Modalidades
Consecuencias Jurídicas
SALIDAS ALTERNAS
Finalidad
Facultades del juez
Normatividad
Características
Preacuerdos y
negociaciones
Requisitos
Momentos
Modalidades
*Características
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Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
Objetivo general
Comprender en qué consiste la aceptación de cargos o allanamiento y los
preacuerdos y negociaciones como salidas alternas para la terminación anticipada
del proceso penal, así como sus principales características y diferencias.
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Introducción
Con la entrada en vigencia del último Código de Procedimiento Penal se institucionalizaron en nuestro contexto las denominadas salidas alternas, siendo expresión de estas la aceptación de cargos y los preacuerdos y negociaciones; la primera
como manifestación del derecho premial y las segundas del consenso. Estas instituciones han sido utilizadas en gran medida por los usuarios y operadores del sistema
procesal penal para obtener importantes beneficios y/o descuentos punitivos y para
economizar justicia, recursos técnicos y humanos, materializando y haciendo posible
su finalidad.
Por eso, en el presente módulo abordaremos y analizaremos detenidamente
cada una de estas formas de terminación anticipada del proceso, comenzando por
sus antecedentes más próximos, la normatividad que las rige y los criterios jurisprudenciales que han modulado su interpretación al aplicarlos a casos específicos,
labor de suma importancia porque supera el conocimiento eminentemente teórico y
lo concreta en la realidad; continuando con las modalidades, oportunidades y requisitos que las definen; para finalmente adentrarnos en el estudio de sus consecuencias jurídicas, que reflejan, pese a las últimas tendencias legislativas de represión de
todas las conductas punibles, la humanización del derecho penal.
El anterior análisis, las descripciones procedimentales y discusiones jurisprudenciales a las que acudiremos entregarán al discente herramientas conceptuales
básicas para diferenciar cada una de las precitadas instituciones y comprender sus
principales características a efectos de ser utilizadas y aprovechadas en su actividad
académica y ejercicio profesional, potencializando de esta manera sus competencias.
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Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
Desarrollo temático
Salidas alternas
Rodrigo Blanco/thinkstock
A través del Acto Legislativo número 3 de 2002, Colombia institucionalizó un
procedimiento penal con tendencia acusatoria y lo materializó mediante la Ley 906
de 2004 que entró a regir de manera gradual y progresiva en los distintos distritos
judiciales que componen la Rama Judicial del Poder Público1.
Entre las características principales –y en su momento novedosas– del actual
sistema de enjuiciamiento penal que tanta controversia generó desde sus inicios y
sigue generando en la actualidad,2 encontramos el derecho premial y el consenso
como formas de terminación anticipada y anormal del proceso, expresadas a través de la aceptación de cargos o allanamientos y los preacuerdos, respectivamente.
(Corte Suprema de Justicia, Rad. 26502/2011).
Las prenombradas figuras jurídico-procesales contienen aspectos que las
identifican y a su vez las hacen diferentes –pese a que en un principio operadores y
1
Artículo 530 de la ley 906 de 2004.
2
A propósito de la tendencia legislativa de aumentar las penas y eliminar beneficios.
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usuarios del sistema las confundieron–3. Por ejemplo, ambas son manifestación de la
terminación anormal del proceso, sin embargo la primera es expresión de la voluntad
de una sola parte (imputado); y la segunda producto de una negociación entre las
partes (representante del Estado y defensa –técnica y material–).
Debe decirse que las salidas alternas o resolución anticipada de las controversias penales son un propósito de nuestro procedimiento penal; hay que agregar que
fue uno de los principales argumentos político-criminales para sacar adelante el acto
legislativo que implementó el sistema con tendencia acusatoria, en la medida que da
prestigio a la administración de justicia, economiza recursos estatales y descongestiona los despachos judiciales. Lo anterior convierte al agotamiento de todo el proceso penal en una excepción, dado que un porcentaje mínimo de todas las actuaciones
–generalmente las que se reputan importantes– terminarían de manera normal por
medio de un juicio oral. Lo contrario implicaría duplicar o triplicar los juzgados que
actualmente existen y los funcionarios que los componen para que medianamente la
impunidad no campee en nuestra sociedad.
En este orden de ideas, para mayor coherencia argumentativa, orden lógico y
facilitar la comprensión de las dos figuras jurídicas objeto de estudio, en el presente
documento las analizaremos de manera separada, advirtiendo que en desarrollo de
tal pedagogía inevitablemente y por momentos tendremos que referirnos a ellas de
manera conjunta o de parangón, para facilitar su cabal entendimiento.
3
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia de 23 de agosto de 2005, radicado 21.954, M. P. Jorge Luis Quintero Milanés; sentencia de 14 de marzo de 2006, radicado 24.052, M. P. Álvaro Orlando Pérez Pinzón; y sentencia de 4 de mayo de 2006, radicado 24.531,
M. P. Sigifredo Espinoza Pérez.
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1. Aceptación de cargos
Fuse/thinkstock
La aceptación de cargos, comúnmente denominada allanamiento (a la imputación o a la acusación, dependiendo de la instancia procesal en que se verifique) es
también conocida en derecho comparado como conformidad –patteggiamento, en el
derecho italiano (Guerrero, 2007), o plea guilty en el anglosajón–; tiene como rasgo
fundamental la aceptación pura y simple, sin discusión de los términos, hechos y
consecuencias, que hace el imputado de los cargos comunicados o formulados por
el organismo persecutor del Estado –Fiscalía General de la Nación– con el fin de obtener una rebaja punitiva importante y sin que medie, salvo contadas excepciones,
negociación entre las partes (acusadora y defensa).
Las razones de dicha aceptación voluntaria suelen asociarse a una evidente
culpabilidad de los hechos endilgados, sustentada en pruebas sólidas que hacen preferible su reconocimiento con miras a obtener un importante descuento en la sanción
o porque para algunos inculpados es preferible la obtención de un buen descuento y
no los resultados de un proceso incierto (Guerrero, 2007).
Hasta acá advertimos cuál es la razón para afirmar que la aceptación de cargos es una manifestación de lo que comúnmente se denomina derecho premial, pues,
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como anotamos en el párrafo que nos precede, allanarse a los cargos permite automáticamente que el investigado obtenga una rebaja –“premio”– en la pena que
le correspondería si es demostrada su responsabilidad en los acontecimientos juzgados luego de realizar el correspondiente juicio oral, público, contradictorio y con
inmediación de la prueba, pues la conformidad por parte del sujeto activo de la conducta investigada ahorra importantes recursos, tanto técnicos como humanos, a la
administración de justicia que bien se pueden focalizar en causas que sí lo ameriten,
además de permitir una pronta resolución de los conflictos.
Lo expuesto nos permite afirmar sin vacilación que el allanamiento tiene por
objeto la imputación y de esta se deriva la admisión de responsabilidad del imputado,
sin importar el momento procesal en que se acepten los cargos.
•
1.1. Naturaleza jurídica
El allanamiento a cargos puede analizarse teóricamente desde tres puntos: La
disponibilidad, la transacción y como acto de postulación, según el entendimiento
que se le dé a este instituto y las consecuencias del mismo (Guerrero, 2007).
De acuerdo con la teoría de la disponibilidad, tal como sucede en el derecho
civil, las partes son quienes disponen de la acción, en este caso, el imputado. Es decir,
al aceptar la responsabilidad sobre los hechos imputados el procesado dispone de su
derecho a renunciar a ser juzgado públicamente, de manera imparcial y con inmediación de las pruebas, para asumir libremente las consecuencias de su aceptación. Sin
embargo, esta teoría encuentra fuertes críticas en punto del derecho material que
debe aclararse o es objeto del proceso penal y que es exigido por la sociedad –averiguación de la verdad– puesto que este aspecto no es disponible.
Tomados sus fundamentos igualmente del derecho civil, encontramos la teoría de la transacción, según la cual, las partes pueden “acordar” situaciones que las
favorecen mutuamente (la terminación de la actuación y la rebaja de la pena). No
obstante, sobre esta teoría se cierne la misma crítica expuesta en la teoría de la disponibilidad de la acción.
Para zanjar la discusión y superar la crítica de las referidas teorías, la doctrina
ha optado por entender que el allanamiento o la aceptación de cargos es un acto
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procesal de postulación en el cual los extremos procesales deciden omitir la fase del
juicio oral y dejan en manos de un tercero imparcial –juez– la decisión definitiva.
•
1.2. Sustento normativo
El sustento normativo, cotenido en la Constitución Política de Colombia (Artículo 250), se encuentra principalmente en los Artículos 283 del Código de Procedimiento Penal4, que explica en qué consiste la aceptación de cargos por parte del
imputado, 288 numeral 35 que habla sobre la posibilidad de la persona investigada
de declarar su conformidad con la formulación de la imputación presentada por el
ente acusador ante un Juez de control de garantías; y el 2936 sobre el procedimiento
que debe agotarse en caso de aceptación de la imputación, siendo la segunda de
las referidas normas la que expresamente remite al Artículo 3517 para efectos de
establecer el descuento punitivo al cual se hace acreedor quien acepta cargos en la
primera oportunidad prevista por el legislador.
•
1.3. Principales características
De lo expuesto surge una de sus principales particularidades, su unilateralidad, dado que, como ya fue dicho, la persona que es objeto de una investigación penal, luego de conocer la imputación en su contra (tanto fáctica como jurídica), decide
aceptarla de manera voluntaria, tal como fueron comunicados por el ente acusador,
con la finalidad de obtener una rebaja en la sanción que puede ser de hasta el 50%
del total de la pena a imponer, conforme lo establece el último de los citados enunciados normativos, descuento que, como lo reconoce la jurisprudencia de la Sala de
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Artículo 283. Aceptación por el imputado. La aceptación por el imputado es el reconocimiento libre, consciente y espontáneo de haber participado en alguna forma o grado en la ejecución de la conducta delictiva que se investiga.
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Artículo 288. Contenido. Para la formulación de la imputación, el fiscal deberá expresar oralmente:
1. Individualización concreta del imputado, incluyendo su nombre, los datos que sirvan para identificarlo y el domicilio de citaciones.
2. Relación clara y sucinta de los hechos jurídicamente relevantes, en lenguaje comprensible, lo cual no implicará el descubrimiento de los elementos materiales probatorios, evidencia física ni de la información en poder de la Fiscalía, sin perjuicio de lo requerido para solicitar la imposición de medida de aseguramiento.
3. Posibilidad del investigado de allanarse a la imputación y a obtener rebaja de pena de conformidad con el artículo 351.
6. Artículo 293. Procedimiento en caso de aceptación de la imputación. Si el imputado, por iniciativa propia o por acuerdo con la Fiscalía acepta la
imputación, se entenderá que lo actuado es suficiente como acusación. La Fiscalía adjuntará el escrito que contiene la imputación o acuerdo que será enviado al Juez de conocimiento. Examinado por el juez de conocimiento el acuerdo para determinar que es voluntario, libre y espontáneo, procederá a aceptarlo sin que a partir de entonces sea posible la retractación de alguno de los intervinientes, y convocará a audiencia para la individualización de la pena y sentencia.
PARÁGRAFO. La retractación por parte de los imputados que acepten cargos será válida en cualquier momento, siempre y cuando se demuestre por parte de estos que se vicio (sic) su consentimiento o que se violaron sus garantías fundamentales.
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Artículo 351. Modalidades. La aceptación de los cargos determinados en la audiencia de formulación de la imputación, comporta una rebaja hasta |de la mitad de la pena imponible, acuerdo que se consignará en el escrito de acusación.(...)
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Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, es ponderado por el Juez de conocimiento si no se ha dicho nada al respecto8.
Nótese entonces, que la función de la Fiscalía General de la Nación en estos casos
se limita simple y llanamente a colocar al imputado en relación directa con el Juez, nota que
lo distingue de las negociaciones, ya que no hay acuerdo de voluntades (como veremos en
los apartados dedicados a esa institución) pero que en todo caso no la excusa de explicar
detalladamente al procesado cuáles son las implicaciones de su libre proceder, por eso,
se dice que la aceptación de cargos es inducida. La anterior consideración nos permite
afirmar que otras de sus características son: La voluntad de someterse a la imputación que
trae como consecuencia y la inexorable terminación del proceso.
De cara a la característica de la voluntad del justiciable debemos detenernos
un poco para resaltar que la misma trae consigo un elemento que es indispensable
para perfeccionarla, cual es la capacidad, en la medida que aquellos que no pueden
autodeterminarse, no podrán aceptar la imputación por la sencilla razón que su consentimiento estará viciado. Tampoco tendrán capacidad aquellas personas que, por
ejemplo: sean menores de edad, no comprendan el idioma o su estado anímico y/o
fisiológico no les permitan entender los hechos, la naturaleza de los cargos, ni las
implicaciones del allanamiento o renuncia de algunos derechos (Guerrero, 2007).
Por su parte, el juez de control de garantías no sólo hace un control formal de
la conformidad del imputado que sea espontánea y expresa, así como libre de toda
presión, coacción, promesas ilícitas o inducción al error, sino también material9, es
decir, que los hechos realmente hayan sucedido tal y como fueron presentados y estructuren un ilícito10, además de que el imputado haya participado en el injusto típico
y exista un mínimo de pruebas que den cuenta de lo anterior, se hayan respetado sus
derechos y garantías fundamentales para declarar que la aceptación se compadece
con los postulados de la Carta Política y los fines del proceso penal, caso en el cual se
plasmará en un documento que hará las veces de escrito de acusación (Artículo 293
del Código de Procedimiento Penal) para su presentación ante los jueces de conocimiento. Ahora bien, si no satisface tales presupuestos, no es expreso ni espontáneo o
8
Con la expedición de la ley 1453 de 2011, que modificó, entre otros, el artículo 301 del Código de Procedimiento Penal que hace alusión a la captura en estado de flagrancia, la concesión de este beneficio varió sustancialmente, pues la norma indica que quien sea sorprendido en flagrancia
solamente se hace acreedor a una cuarta parte del beneficio previsto en el artículo 351 del Código de Procedimiento Penal.
9
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, auto de 18 de abril de 2007, radicado 27.159, y sentencia de 8 de julio de 2009, radicado 31.280, M.
P. Julio Enrique Socha Salamanca.
10 Es importante verificar que el delegado de la Fiscalía General de la Nación no haya exagerado los hechos y la imputación con el ánimo de influir en la
psicología y voluntad del procesado para obtener la aceptación de la culpabilidad.
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es producto de una presión, amenaza, dádiva, etcétera, así mismo, si su destinatario
no entiende el alcance de allanarse a los cargos ni las consecuencias que conlleva, lo
propio será su improbación para continuar el trámite normal.
•
1.4. Requisitos procesales
Teniendo en cuenta todo lo explicado hasta el momento, es importante resaltar los requisitos procesales que revisten de legalidad la aceptación de cargos por
parte del imputado11.
•
1.4.1. Existencia de una imputación ante un juez de control de garantías.
Teniendo en cuenta que la formulación de imputación es un acto de comunicación por medio del cual el aparato persecutor del Estado le informa a una persona
que se está adelantando una causa criminal en su contra (Artículo 286 ibídem), pues
existen elementos materiales probatorios, evidencia física e información legalmente
obtenida que permite inferir razonable su autoría o participación (Artículo 287 ibídem), adquiriendo el estatus de imputado, previamente a la aceptación de cargos o
allanamiento, debe mediar una imputación concreta que le permita al imputado decidir si acoge o no la postura fiscal para economizar su pena.
No obstante, existen criterios que afirman que la persona que sabe que en su
contra se adelanta una investigación previa, antes que la Fiscalía le formule la correspondiente imputación, puede promover ante los jueces de control de garantías la
realización de una audiencia pública para aceptar los cargos de los hechos que conoció con antelación y en los cuales es investigado. El sustento de esta consideración
se encuentra en el principio acusatorio, dada la igualdad de armas entre las partes
que se predica del anotado principio y que debe regir la actuación judicial, así como
en los principios de celeridad y eficacia de la administración de justicia.
Si bien es cierto, base fundamental del principio acusatorio es la igualdad de
armas entre las partes en litigio; también que este encuentra razón de ser en el poder
dispositivo de la Fiscalía General de la Nación para perseguir las conductas que se
consideran punibles, denominado titularidad de la acción penal y que la faculta para
11 La Corte Constitucional a través de la sentencia C-1260 de 2005 fijó los requisitos esenciales para que el procedimiento en caso de allanamientos y
preacuerdos resulte ajustado a la Constitución Política.
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activar el trámite judicial ante la existencia de motivos y circunstancias fácticas que
así lo demuestren, por eso, si no se formula imputación en los términos del Código
de Procedimiento Penal formalmente no se da inicio al proceso penal; así mismo, es
probable que no lo haya hecho porque el órgano persecutor aún no ha esclarecido
los acontecimientos ni logrado individualizar posibles autores, o tal vez los haya individualizado, pero no cuenta con prueba suficiente sobre la eventual autoría o participación, también, porque tiene previsto aplicar el principio de oportunidad12. Incluso,
la norma procedimental le da la posibilidad a la Fiscalía para que impute cargos y
posteriormente, ante existencia de las causales previstas en el Artículo 332, solicite
su preclusión.
Es decir, la sistemática del procedimiento implementado en 2004, enseña que
no hay proceso sin imputación, misma que automáticamente activa el ejercicio del
derecho de defensa.
De ahí que no sea posible pedir una audiencia para aceptar cargos que no han
sido imputados de forma clara y concreta, dado que esto sería tanto como otorgarle
la titularidad de la acción penal a la defensa, lo que desnaturalizaría los cimientos del
sistema acusatorio; además, de que es a partir de la formulación de acusación que la
defensa prepara su actividad procesal (Artículo 290)13. Lo anterior no significa que no
sea posible que una vez realizada la formulación de imputación y antes de la presentación del escrito de acusación, la defensa en virtud del pluricitado recurso, en teoría, no
pueda solicitar luego de la respectiva asesoría de su abogado defensor, audiencia de
aceptación voluntaria y libre de cargos con miras a obtener el mayor descuento punitivo posible, dado el ahorro de esfuerzos.
•
1.4.2. Asesoría de un profesional del derecho.
Expresión del derecho fundamental de defensa –técnica– previsto en el Artículo 29 de la Carta Política, el bloque de constitucionalidad (Artículo 93 de la Constitución Política y 3 del Código de Procedimiento Penal –Convención Americana de
Derechos Humanos, Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre,
Declaración Universal de Derechos Humanos y Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos–) y los Artículos 8 literal “e”, 119, 130, 131 y 289 del estatuto adjetivo,
entre otros.
12 Artículos 321-330 del Código de Procedimiento Penal.
13 Preparar la actividad procesal no significa que previamente a la vinculación del imputado mediante formulación de imputación, la defensa, tanto técnica
como material, no pueda preparar y perfilar su estrategia defensiva.
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Son contundentes los argumentos que justifican su obligatoriedad al momento
de la aceptación de cargos por parte de la persona imputada de cometer conductas
delictuosas, por cuanto es indispensable en cualquier país democrático que la formación de la voluntad esté precedida de la asesoría de un abogado para que le muestre
el panorama procesal, probatorio, los beneficios y consecuencias de allanarse a la
imputación o de agotar en su totalidad el debate probatorio, además de las garantías
fundamentales a las que renuncia en caso de preferir la primera opción.
En nuestro contexto es importantísimo y obligatorio que el procesado esté
asistido por un profesional del derecho idóneo que lo oriente sobre la estrategia
defensiva a seguir, pues recordemos que en ocasiones la mejor defensa es aquella
que aconseja a quien debe soportar todo el rigor de la justicia por la comisión de
una conducta típica; antijurídica y culpable; declarar su conformidad con la situación
fáctica y jurídica endilgada para obtener un descuento punitivo; hacer realidad los
principios de pronta y cumplida justicia; y la eficacia de la administración de justicia.
Entonces, para la validez de cualquier declaración de culpabilidad se debe
contar con la asistencia de un abogado y su pretermisión vicia el consentimiento
y vacía el derecho de defensa. No perdamos de vista que en la mayoría de las ocasiones el encartado es un lego que no tiene conocimientos profundos ni detallados
sobre derecho penal, tanto sustancial como adjetivo, lo que le da valía a la labor de
asesoría y garantiza que el destinatario de la acción penal comprenda el alcance y
sentido de sus decisiones.
•
1.4.3. Control judicial.
En el apartado 1.3 señalamos que el allanamiento a la imputación automáticamente genera un control por parte del juez constitucional. Ahora bien, antes de
proseguir es preciso indicar que tratándose de la afectación, limitación o suspensión
de derechos fundamentales de los asociados, todo juez de la República se presume
constitucional. Lo anterior significa que como garante de las prerrogativas de orden
superior, es su deber verificar la correspondencia del procedimiento que permitió
arribar a un allanamiento con los dictados de la Carta Política.
En este orden de ideas, los jueces de control de garantías y los jueces de conocimiento cumplen una labor importantísima en relación con la figura jurídica ana-
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Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
lizada. Así, frente al allanamiento a cargos en la primera oportunidad legal, o sea en
la formulación de imputación, eljuez de control de garantías es quien debe hacer la
respectiva comprobación y en las subsiguientes etapas la obligación es trasladada a
los jueces de conocimiento.
En el supuesto de hecho que el allanamiento sea realizado y consentido en la
oportunidad inicial prevista por el legislador, basta con que uno solo de los precitados aplicadores de derecho, el de control de garantías, le imparta legalidad al procedimiento; lo contrario sería nugatorio de los principios de seguridad jurídica y de
preclusión de las instancias procesales y condicionaría la libre aceptación de cargos
a nuevas manifestaciones de la voluntad que abrirían la puerta a la retractación (Corte Constitucional, Sent.C-1195/2005). Es decir, si el imputado se allana a cargos en
la audiencia de formulación de imputación, no es necesaria una nueva comprobación
por parte del juez de conocimiento previo a la emisión de la sentencia condenatoria,
a menos que estemos ante una evidente violación de garantías fundamentales14.
•
1.4.4. Interrogatorio personal al procesado.
Íntimamente ligado al anterior requisito, pues el juez constitucional ante el cual
se aceptan cargos debe interrogar directamente al imputado con miras a establecer
que este se haya hecho de manera libre, expresa, consciente, voluntaria –exenta
de vicios–, espontánea y debidamente asesorado sobre las consecuencias de
su aceptación y renuncia de derechos por parte del profesional del derecho que
representa sus intereses según el Artículo 131 del código de procedimiento penal.
•
1.4.5. Obligatoriedad.
Si el allanamiento a cargos no desconoce garantías fundamentales del procesado,
ni el principio de legalidad, lo propio es que el juez constitucional, dependiendo la
etapa procesal, proceda a aprobarlo.
14
Artículos 293, parágrafo, y 368 del Código de Procedimiento Penal.
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Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
•
1.4.6. Rechazo de la aceptación de culpabilidad.
Si el funcionario judicial encargado de verificar la legalidad de la aceptación de
la imputación evidencia la violación de cualquier prerrogativa constitucional, tiene
el deber jurídico de rechazarla y adelantar el trámite como si nunca hubiere existido
una alegación de culpabilidad (Artículo 368).
•
1.5. Oportunidades para aceptar los cargos
La aceptación de cargos fue concebida por el legislador para ser aceptada
en tres etapas procesales diferentes, estas presentan como nota característica una
variación del porcentaje de pena que se debe reconocer al imputado dependiendo el
momento en que se verifique, pues no es lo mismo aceptar cargos al inicio del procedimiento que aceptarlos cuando este se encuentra en un estado avanzado. Tal razonamiento tiene sustento en el principio de gradualidad de la pena (Corte Suprema
de Justicia, Rad. 26190/2007) y el ahorro de recursos por parte de la Administración
de Justicia.
•
1.5.1. Primera oportunidad.
1. En el acto de comunicación al procesado sobre la existencia de elementos materiales probatorios, evidencias físicas a través de las cuales se puede inferir
razonablemente que es autor o partícipe de un injusto típico (Artículo 287),
el delegado de la Fiscalía General de la Nación tiene la obligación de expresarle oralmente la base factual circunstanciada motivo de la imputación y la
posibilidad de allanarse en ese momento para obtener una disminución de la
sanción establecida en el Código Penal (Artículo 288). Es de advertir que la
aceptación de cargos en esta fase se hace ante el Juez de Control de Garantías
y es este quien verifica que la misma se haya hecho de manera libre, consciente, voluntaria y debidamente asesorada por un profesional del derecho.
2. La conformidad con la imputación en esta instancia del procedimiento a la
luz de la precitada norma y la remisión expresa al Artículo 351, comporta una
rebaja punitiva de hasta el 50% de la pena individualizada, porcentaje de concesión que es propia del juez de conocimiento y quien atendiende los criterios
establecidos por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia,
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Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
enunciados anteriormente. Estos implican oportunidad y rapidez del allanamiento; presentación voluntaria; mayor o menor fortaleza en relación con los
medios cognoscitivos (Corte Suprema de Justicia, Rad. 26190/2007); magnitud del ahorro de esfuerzos y de investigación (Corte Suprema de Justicia,
Rad. 24531/2006); la eficaz colaboración para lograr los fines de la justicia;
que la ayuda que se genere con la aceptación sea proporcional con la dificultad probatoria; facilidad de la investigación de otros autores o partícipes,
aclarando que no es permitido que influyan las condiciones tenidas en cuenta
para la individualización de la pena, dado que estas ya agotaron su función,
además, porque la aceptación es una conducta postdelictual15.
•
1.5.2. Segunda oportunidad.
Superada la anterior etapa, quien es acusado nuevamente tiene la oportunidad de aceptar unilateralmente los cargos endilgados en el desarrollo de la audiencia
preparatoria, conforme lo estipula el Artículo 356 numeral 5 de la norma adjetiva.
Por ser posterior, la manifestación de la voluntad de allanarse que se traduce en un
menor ahorro de esfuerzos estatales en la averiguación de la verdad, el descuento
punitivo difiere del fijado en el Artículo 351 y se aplica una disminución de hasta la
tercera parte de la pena a imponer para lo cual se tendrán en cuenta los aspectos
señalados en el párrafo anterior.
Cabe agregar que como quiera que la conformidad se declara ante el juez de
conocimiento la verificación se hace ante este mismo funcionario.
•
1.5.3. Tercera oportunidad.
Finalmente, la última etapa procesal permitida por la ley para declararse conforme con la imputación instaurada por el órgano acusador del Estado, es en la instalación del juicio oral. En efecto y teniendo en cuenta el Artículo 367, el juez le concederá la palabra al acusado para que manifieste si se declara inocente o culpable de
la conducta típica base del diligenciamiento; en el caso que la declaración sea de la
segunda clase, esto es, de aceptación de culpabilidad, la rebaja es de un porcentaje
fijo equivalente a la sexta parte de la sanción a que se hace merecedor. Al igual que en
15 Sentencia de 4 de abril de 2006, radicado 24.868, sentencia de 29 de junio de 2006, radicado 24.529, M. P. Jorge Luis Quintero Milanés y sentencia de 21
de febrero de 2007, radicado 25.726, M. P. Marina Pulido de Barón.
Sistema procesal
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Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
la segunda oportunidad, el encargado de verificar la libertad y voluntariedad de la
manifestación del acusado, así como el conocimiento previo de las consecuencias de
su decisión y renuncia de derechos y la asesoría de un profesional del derecho, es el
juez de conocimiento ante el cual aceptó los cargos (Artículo 368).
•
1.5.4. Cuarta oportunidad.
Técnicamente no equivale a un nuevo momento procesal ni a una cuarta
oportunidad sino a una excepción del legislador institucionalizada en el Artículo 289
del estatuto procedimental penal, modificado por el Artículo 18 de la ley 1142 de
200716, para aquellas personas que por su estado de inconciencia o condición de
salud al momento de formular la imputación no les es posible ejercer su defensa
material ni expresar libremente su voluntad de acogerse a los cargos comunicados y
consiste en extender la posibilidad de allanarse a la imputación hasta al momento en
que recobre la conciencia o su salud.
Es importante resaltar que de no existir la referida excepción se generaría grave
detrimento a las personas que encuadren dentro de esta hipótesis normativa, las
cuales por su particular posición jurídica se presume están en estado de indefensión
y merecen la protección estatal a través de acciones afirmativas; lo contrario a
lo explicado anteriormente vulneraría flagrantemente derechos de raigambre
constitucional.
Finalmente, a manera de complemento podemos afirmar que, la rebaja de
pena en la primera oportunidad procesal oscila entre la mitad (50%) y la tercera
parte más un día de la pena; en la segunda oportunidad fluctúa entre la tercera
parte y la sexta parte más un día de la sanción; y en la tercera, el descuento es fijo y
equivale a la sexta parte de la pena.
•
1.6. Modalidades
Conforme lo estipulan expresamente los Artículos 353 y 367 de la norma adjetiva, la aceptación de cargos puede ser total o parcial y nada se opone a que se haga de
ese modo, dado que es una prerrogativa defensiva.
16 Declarado condicionalmente exequible por la Corte Constitucional a través de la sentencia C-425 de 2008, “en el entendido de que en esta hipótesis, se
interrumpe la prescripción”.
18
Sistema procesal
Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
En primer lugar, la Fiscalía General de la Nación ante le efectiva comisión de
conductas punibles y la individualización de sus autores o partícipes, en audiencia pública imputa los cargos que encuadran perfectamente con la situación fáctica acaecida
y la defensa, con base en su autonomía, independencia y como estrategia defensiva,
acepta la totalidad de los cargos imputados por el ente acusador, pues en ocasiones la
mejor táctica es aceptar integralmente con el objeto de obtener beneficios penológicos
y no el agotamiento de un juicio con consecuencias adversas conocidas.
Ahora bien, con base en esa misma autonomía de parte, la defensa puede optar por una aceptación parcial de la imputación, eventos en los cuales, los beneficios
correlativos se extenderán solamente respecto de las conductas aceptadas (Corte Suprema de Justicia, Rad. 36367/2011).
•
1.7. Consecuencias jurídicas
La conformidad con los cargos trae aparejada unas consecuencias jurídicas, a saber:
•
1.7.1. No desarrollo por parte de la Fiscalía de labores
investigativas.
No desarrollo por parte de la Fiscalía de labores investigativas tendientes a averiguar la verdad, dado que el documento en el cual se plasma el respectivo allanamiento
es suficiente como acusación (Artículo 293 ibídem).
En efecto, cuando el procesado dispone su voluntad de declararse conforme con
los hechos imputados que en el campo probatorio configuraría una confesión (Corte
Constitucional, Sent.C-1195/2005), la función investigativa de la Fiscalía General de la
Nación cesa inmediatamente, en esto precisamente consiste el ahorro de justicia y de esfuerzos por parte de esta, lo contrario sería un despropósito y derroche de valiosísimos
recursos económicos y humanos.
•
1.7.2. No agotamiento del debate público oral y contradictorio.
Corresponde a la renuncia voluntaria que hace el imputado a la realización
del juicio oral en el cual la parte acusadora debe demostrar, más allá de toda duda
razonable, que existió el hecho típico y antijurídico sumando que el procesado es cul-
Sistema procesal
19
Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
pable, lo que implica confrontación de posiciones jurídicas y teorías del caso a través
de las pruebas públicamente introducidas y practicadas.
•
1.7.3. Emisión de una sentencia de carácter condenatorio.
Es evidente que tras el control formal y material de la Judicatura (ver apartado
1.3) sobre la declaración libre, expresa y voluntaria del penalmente responsable (así
se declaró) y el respeto de sus derechos fundamentales, el juez de conocimiento no
tiene alternativa diferente a dictar una providencia condenatoria con la correspondiente disminución de la sanción previamente dosificada –contraprestación por su
libre determinación–, salvo las excepciones ya indicadas y que estudiaremos a continuación.
•
1.8. Facultades del Juez
Hemos indicado que sobre la aceptación unilateral de cargos deben hacerse
dos controles: uno formal y otro material. El primero hace referencia a las formalidades que debe cumplir el acto jurídico, de suma importancia en la medida que se trata
de requisitos de procedibilidad en su formación, luego, no respetarlos puede aparejar
consecuencias como la improbación del allanamiento.
El segundo, gira en torno a la violación de derechos subjetivos (afectación
sustancial), cuya enmienda sólo es posible a través de la sanción máxima prevista en
nuestro ordenamiento jurídico, cual es, la nulidad –incluso, puede incubarse tras la
omisión de una formalidad que afecte grave y realmente derechos fundamentales–
salvo que sea posible enmendarla en el mismo acto al ponderar derechos fundamentales del imputado y la recta administración de justicia con posibles consecuencias
adversas y más nocivas que la sanción extrema puede traer consigo, ejercicio que se
sustenta en el principio pro–homine17.
17
Máxima interpretativa del derecho penal, acorde con la Constitución Política y los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por Colombia en la búsqueda de la solución menos gravosa para los seres humanos que son procesados en una causa criminal y que consulta sus particulares
circunstancias, es decir, la respuesta interpretativa del operador judicial en cumplimiento de estos postulados, a todas luces tiene que ser siempre la
más favorable para el acusado (cláusula de favorabilidad en la interpretación de los derechos humanos en armonía con el principio pro homine).
A propósito del referido principio, la Corte Constitucional en la sentencia T-284 de 5 de abril de 2006, con la ponencia de Clara Inés Vargas Hernández,
señaló: “(e)l principio pro homine es un criterio hermenéutico que informa todo el derecho de los derechos humanos, en virtud del cual se debe acudir a la
norma más amplia, o a la interpretación más extensiva, cuando se trata de reconocer derechos protegidos, e inversamente, a la norma o a la interpretación más restringida cuando se trata de establecer restricciones permanentes al ejercicio de los derechos o a su suspensión extraordinaria. Este
principio coincide con el rasgo fundamental del derecho de los derechos humanos, esto es, estar siempre a favor del hombre” (destacamos).
20
Sistema procesal
Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
Esto nos permite indicar que el Juez Constitucional, respecto a esta forma de
terminación anticipada del proceso, no es un “convidado de piedra” que se limita a
emitir sentencia condenatoria sin verificar el respeto y cumplimiento de derechos
y garantías del sujeto de derecho que decide aceptar cargos. Por eso, es posible
afirmar que más que una facultad es una obligación que encuentra sus bases en los
principios del principio de Estado social de derecho, debido proceso y legalidad.
Por la misma línea argumentativa, en lo que tiene que ver con la protección
de derechos fundamentales de los procesados, la Sala de Casación Penal de la Corte
Suprema de Justicia ha establecido el criterio, según el cual, el Juez Constitucional
–de Control de Garantías o Conocimiento– no sólo debe verificar que la aceptación
de cargos del indiciado se hizo de manera libre, consciente y voluntaria, así como debidamente asesorado por un profesional del derecho, sino que debe también analizar
que el comportamiento criminal objeto de aceptación se ajuste a los tipos penales
y agravantes imputados (principio de legalidad de los delitos y de las penas) y que
exista medio de conocimiento idóneo sobre la real ocurrencia del hecho criminoso.
En ese orden de ideas, el debido proceso, como garantía fundamental de rango
constitucional, se respeta cuando los hechos acaecidos se ajustan y son congruentes
con el delito y/o las agravantes imputadas, así como consecuentes con las pruebas
recaudadas por el ente acusador, lo contrario sería transgresor de esta prerrogativa
y del principio de legalidad.
En efecto, en punto del principio de legalidad, debe decirse que el máximo Tribunal de la Justicia Ordinaria del país en Sentencia de 15 de julio de 2008, radicado
28.872, con ponencia del Magistrado Augusto J. Ibáñez Guzmán, indicó que:
(…) El debido proceso es una garantía reconocida en la Carta Política y el principio de legalidad, como una de sus expresiones, puede resultar eventualmente lesionado cuando la conducta desplegada por el agente no se adecua al tipo penal imputado y con fundamento en el cual se
profirió sentencia condenatoria, o cuando el proceder criminal solo encaja
en una acción típica.
(...) Por consiguiente, de comprobarse que la adecuación típica fractura el principio de legalidad, no es posible oponer la manifestación libre
y voluntaria del indiciado y el presunto cumplimiento de las formas, a los
derechos y garantías fundamentales”. Precedente retomado en la SentenSistema procesal
21
Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
cia de 8 de julio de 2009, radicado 31.280, con la ponencia del Magistrado
Julio Enrique Socha Salamanca.
Entonces para solucionar tal situación, en punto de la terminación anticipada del
proceso por aceptación de cargos en la audiencia concentrada de formulación de imputación o en etapas posteriores, la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de
Justicia, pese a que eventualmente podría predicarse una causal de nulidad para que la
Fiscalía General de la Nación ajuste la imputación ante un Juez de Control de Garantías
en desarrollo de “los fines del proceso y más específicamente con el propósito racional
de economizar jurisdicción cuando se trata de un procedimiento abreviado”18, optó por
la solución menos traumática para el imputado y la administración de justicia la cual es
la de dictar un fallo de reemplazo ajustando los hechos al tipo penal enrostrado, concretamente, eliminando las agravantes específicas imputadas por el representante del
Estado y aceptadas por el indiciado o reconociendo una diminuente de responsabilidad,
respectivamente, dado que en el primer caso no concurría con el tipo penal por el que se
condenó y, en el segundo, era posible el reconocimiento de la atenuación.
Luego, el Juez Constitucional, como garante del respeto de los derechos y prerrogativas constitucionales de los ciudadanos, cumple una labor importante y activa que
permite controlar la legalidad de los delitos y las penas en los allanamientos a cargos y,
sin necesidad de anular el procedimiento, ajustarlos a legalidad sin vulnerar derechos de
los ciudadanos involucrados en una causa penal.
Así mismo, es de suma importancia señalar que cuando media la aceptación de
cargos ningún medio de prueba se practica ante el Juez, ya que esto por sí mismo excluye el adelantamiento del juicio oral, público y contradictorio; empero, “la sentencia
puede (y debe) fundamentarse en aquellos elementos recaudados por la fiscalía siempre
que hayan sido incorporados legalmente a la actuación” (destacamos) (Corte Suprema
de Justicia, Rad. 25724/2006), lo cual tratándose de allanamientos o preacuerdos se
comprueba con la enunciación en el escrito de acusación de los elementos materiales de
prueba y evidencia física y el respectivo descubrimiento probatorio cuando la aceptación
se hace en una etapa posterior a la formulación de acusación.
En ese orden de ideas, se advierte que la omisión del principio de inmediación
de las pruebas y el debate probatorio, no vulnera las garantías procesales propias del
18
22
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Pena, sentencia de 8 de julio de 2009, M. P. Julio Enrique Socha Salamanca.
Sistema procesal
Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
debido proceso, siempre y cuando se hayan respetado los derechos fundamentales
de los procesados, lo cual, como ya se advirtió, se hace verificando que:
i.
La aceptación se hizo libre de todo apremio.
ii.
Conociendo las consecuencias de tal proceder.
iii.
Asistido por un profesional del derecho.
iv.
“Existiendo en el proceso además suficientes elementos de juicio para dictar
sentencia condenatoria” (Corte Constitucional, Sent.C-1260/2005).
Esto significa que, tanto la manifestación del acusado, como la providencia
condenatoria deben “estar plenamente respaldada[s] en el material probatorio recaudado” y legalmente incorporado.
En la medida que, “el funcionario competente, en cada caso, puede desvirtuar
la confesión, por existir vicios en el consentimiento del implicado, por pruebas deficientes, por error, fuerza, o por cualquiera otra circunstancia análoga que aparezca
probada en el proceso”.
En concordancia con lo expuesto, finalizamos indicando que la Corte Constitucional en Sentencia C-1195 de 2005, al analizar la constitucionalidad del Artículo
293 del Código de Procedimiento Penal, lo hizo en armonía con los Artículos 10, 131,
327, 351 y 368, y estableció que se encontraba ajustado a la Carta, sin embargo, advirtió que no era automático ni obligatorio dictar una sentencia condenatoria luego
de la aceptación, dado que es imperativo el control formal y material por parte de
la Judicatura, para lo cual era imprescindible el interrogatorio personal y directo al
procesado, así como la evidencia de un mínimo de prueba19 de la tipicidad (elementos
estructurales del tipo) y la responsabilidad del inducido20.
•
1.9. Irretractabilidad
El Artículo 293 –original–, expresamente señala que una vez verificado que la
aceptación explícita del allanado fue libre, voluntaria y debidamente asesorada, así
19
Recordemos que no se puede fundamentar una sentencia y tampoco una acusación en pruebas ilegales.
20
“Es decir, el problema trasciende la necesidad de base factual del requerimiento norteamericano, de tal manera que en el caso colombiano se le
impone al juez de conocimiento (y de Control de Garantías) un completo examen de naturaleza jurídica sobre la responsabilidad penal del allanado”.
(Guerrero) Agreguemos que, perfectamente es dable que el imputado haya actuado bajo una causal que exima su responsabilidad, sin embargo, por
la mala asesoría y/o temeridad de la Fiscalía fue inducido en error. El anterior ejemplo realza la importancia del control judicial de la aceptación de
cargos.
Sistema procesal
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Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
mismo, que fueron respetados sus derechos, garantías constitucionales y legales, lo
propio es convocar a una audiencia para individualizar pena y dictar sentencia “sin
que a partir de entonces sea posible la retractación de alguno de los intervinientes”.
Dicho de otro modo, las partes e intervinientes tienen prohibido retractarse de esa
manifestación de la voluntad o aceptación de cargos, luego de que la misma es verificada por el Juez de la República.
Ahora bien, la Ley 1453 de 2011 (Ley de Seguridad Ciudadana) en su Artículo
69 modificó el anterior precepto normativo e introdujo un parágrafo que permite la
retractación del allanamiento cuando se demuestre fehacientemente que existieron
vicios del consentimiento en la formación de la voluntad del imputado o se vulneraron
derechos fundamentales (Corte Suprema de Justicia, Rad. 36367/2011). Entonces,
es permitido señalar que el legislador introdujo una excepción a la irretractabilidad
de la aceptación de cargos en dos puntuales aspectos debidamente acreditados.
Sin embargo, de acuerdo con lo regulado podemos afirmar categóricamente
que la retractación de la figura jurídica analizada no obedece al mero capricho del
imputado (por ejemplo, modificación de estrategia defensiva por cambio de defensor21), pues desnaturalizaría por completo esta salida alterna y derruiría principios
bacilares de la actuación procesal y del propio derecho, como la seguridad jurídica
y la seriedad que se le debe imprimir a este tipo de actuaciones, además de la lealtad procesal y buena fe (Corte Suprema de Justicia, Rad. 25248/2006) predicables
y exigibles a las partes (Artículo 12 del Código de Procedimiento Penal), sin contar los fines de humanizar el proceso, las sanciones, dar solución a los conflictos,
propiciar la reparación integral y elevar el prestigio de la administración de justicia
(Corte Suprema de Justicia, Rad. 35771/2011), que informan el Estado social –y
democrático– de derecho y, por ende, el proceso penal; además de no ser razonable
y contribuir al detrimento de la administración de justicia, como bien lo acotó el Tribunal Constitucional al analizar la constitucionalidad de la norma citada –antes de la
modificación– en la Sentencia C-1195 de 2005.
Por consiguiente, “dado el efecto vinculante y obligatorio del allanamiento o del
acuerdo el interés del defensor y del procesado sufre una restricción ante el principio
de irretractabilidad, sea expresa por desconocer el convenio celebrado, o tácita cuando discute alguno de sus términos” (Corte Suprema de Justicia, Rad. 35771/2011), y
21
Se advierte que la defensa se entiende como una sola sin importar el cambio de defensor en el transcurso del procedimiento, de ahí la obligatoriedad
de que se realice el respectivo empalme entre el profesional que deja el cargo y el que lo asume, negativa que puede ser sancionable disciplinariamente.
24
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Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
esto restringe o limita el interés jurídico para recurrir, pues además de ser anormal,
demuestra “o que los allanamientos y acuerdos no vienen operando como corresponde a la política del sistema, o que los sujetos procesales, en especial los defensores,
no han logrado entender su filosofía” (Corte Suprema de Justicia, Rad. 25248/2006).
•
1.10. ¿Es posible pactar alguna circunstancia en los
allanamientos?
La respuesta a este interrogante depende de la perspectiva desde la cual se mire
el instituto y la adopción de diferentes criterios para la solución de esta problemática.
En efecto, en un principio el máximo Tribunal de la Justicia Ordinaria del país y por consiguiente el intérprete más autorizado de las normas que regulan esta institución, acogió el criterio, según el cual, el allanamiento a cargos era una modalidad de acuerdo
en el que no era forzoso pactar la reducción de pena (Corte Suprema de Justicia, Rad.
24531/2006), sin embargo, posteriormente admitió que no era una forma de acuerdo
o negociación dada su unilateralidad (Corte Suprema de Justicia, Rad. 25306/2008),
por lo mismo, no era asimilable a los preacuerdos (Corte Suprema de Justicia, Rad.
31063/2008).
Demostrativo de la anterior disyuntiva son dos aclaraciones de voto diametralmente opuestas en un período en el que el procedimiento de enjuiciamiento penal aún
admitía el calificativo de novel.
Nos referiremos en primer lugar, a la aclaración de voto del Magistrado Alfredo
Gómez Quintero a la Sentencia de 4 de mayo de 2006, dentro del radicado 24.531,
con ponencia del Magistrado Sigifredo Espinosa Pérez, en el que puso de manifiesto
que: “jamás –(…)– en un allanamiento puede pactarse algo: ni pena, ni circunstancias,
ni rebajas, ni subrogados, dado que es de la esencia de un allanamiento la aceptación
simple, llana, de la imputación”; que al contrastarlo con el segundo, deja en evidencia
la contradicción al interior de la Sala, nos referimos a la aclaración de voto del magistrado Yesid Ramírez Bastidas a la Sentencia de 21 de febrero de 2007, radicado 25.726,
con ponencia de la Magistrada Marina Pulido de Barón, en el que critica fuertemente
cuando en esta forma de terminación anormal de la pena no se pacta la pena dejando
tal decisión en manos del Juez de Conocimiento, lo que en su sentir, constituye “un
pragmatismo hirsuto” que hace que proliferen los denominados atajos al sistema.
Sistema procesal
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Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
Pese a la discusión, en la actualidad se mantiene el criterio que el allanamiento
a cargos es una figura independiente de los preacuerdos y, por lo mismo, los primeros
no están condicionados al requisito de procedibilidad previsto en el Artículo 349 del
Código de Procedimiento Penal, pues la única condición de validez es la verificación de
que se trata de un acto libre, expreso, informado sobre las consecuencias y derechos
renunciados y mediando asesoría de parte de un profesional del derecho, dado que tal
beneficio es producto y característica del derecho penal premial y no del consensual
(Corte Suprema de Justicia, Rad. 36502/2011).
Que no sea un requisito de validez para perfeccionar o verificar la legalidad del
allanamiento el Artículo 349 del Código de Procedimiento, no obsta para que no tenga
aplicación práctica, en la medida que esta se puede constituir en un criterio orientador
a la hora de tasar la pena en el respectivo cuarto de movilidad en que le correspondió
moverse.
2.
26
Sistema procesal
Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
2. Preacuerdos y negociaciones
Fuse/thinkstock
Esta salida alterna es la manifestación de una de las principales características del sistema acusatorio que es el consenso, pues a través de esta figura las partes e intervinientes de manera voluntaria llegan a un acuerdo sobre los términos de
la imputación (Corte Suprema de Justicia, Rad. 25196/2006) que se traduce en la
modificación de los límites punitivos de la sanción penal, los diferentes hechos, circunstancias que son susceptibles de ser negociadas y que permiten afirmar, al igual
que en los allanamientos que el principio de legalidad se flexibiliza22 (en todo caso
se debe respetar la base fáctica y el núcleo esencial23) con miras a hacer efectiva la
política criminal de Estado institucionalizada en el último sistema de procedimiento
penal.
Esta forma de terminación negociada del procedimiento tiene su origen en
instituciones propias del derecho anglosajón, denominadas plea bargaining, como
alegación de culpabilidad estructuralmente negociada, dado que las partes (acusadora–acusada) disponen sobre la culminación anticipada del trámite con el reconocimiento de culpabilidad del imputado a cambio de beneficios discutidos y estipula22“La teleología de los preacuerdos y de la aceptación pura de cargos radica en que deben tramitarse con total apego a la legalidad, porque de otra
manera no pueden ser aprobados por el juez”. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia 12 de septiembre de 2007, radicado
27.759, M. P. Alfredo Gómez Quintero.
23
Ver, Corte Constitucional, sentencia C-1260 de 2005 y Corte Suprema de justicia, sentencia de 12 de septiembre de 2007, radicado 27.759, M.P.
Alfredo Gómez Quintero.
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Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
dos, que entre otras cosas significa, el desistimiento de la parte acusada a un juicio
oral y público con presentación de pruebas y debate entre los extremos procesales.
Estudiosos del procedimiento penal colombiano desde una perspectiva comparada, como Óscar Julián Guerrero Peralta, señalan que la negociación de la culpabilidad implementada a través del Acto Legislativo 3 de 2002, en el derecho anglosajón se denomina explicit bargaining que, a su vez, se subdivide en negociación sobre
los cargos (charge bargaining, charge reduction y charge dimissal), corresponde a
las figuras fijadas en el Artículo 350 del Código de Procedimiento Penal y en negociación sobre el monto de la pena (sentence bargaining y sentence reduction) prevista
en el Artículo 351. (Guerrero, 2007)
Hasta acá podemos afirmar que tal “negocio” trae consigo concesiones mutuas de las partes, por un lado del sujeto activo de la conducta investigada y por el
otro del organismo persecutor del Estado; pues el primero ofrece “declararse” culpable del injusto típico imputado para recibir como contraprestación un beneficio que
puede traducirse en la reducción sustancial de pena, dependiendo el estadio procesal en que se lleve a cabo la negociación, la eliminación de una agravante o un cargo
específico o la calificación de la conducta punible de forma que resulte más beneficiosa para la parte que acepta la culpabilidad, con el mismo objeto, disminuir la pena.
Debe advertirse que al “negociar” también pueden pactarse los hechos imputados y sus consecuencias, sin embargo y no obstante la flexibilización del principio
de legalidad y las diferentes concesiones que pueden otorgarse, en nuestro ordenamiento jurídico sólo es factible escoger una de las anteriores clases de “negocio”,
constituyendo este el único beneficio; es decir, la negociación de la imputación debe
estar acorde o tener en cuenta “los presupuestos de legalidad penal, tipicidad plena,
transparencia y lealtad con la Administración de justicia” (Corte Suprema de Justicia,
Rad. 27759/2007), además de respetar el principio constitucional de buena fe.
Es necesario recalcar, que las negociaciones no giran únicamente en torno a
la disminución de pena imponible o de los cargos imputados, debido a que es plenamente posible preacordar sobre la ejecución de la sanción (suspensión condicional
de la ejecución de la pena o prisión domiciliaria) y sobre la indemnización de la víctima, siendo en este caso facultativo de la parte “pasiva” 24 aceptar lo preacordado
(Artículos 11 y 351 inciso 6° del Código de Procedimiento Penal) o acudir a otra
24
En nuestro ordenamiento el calificativo de pasivo no es tal, debido a que la víctima cuenta con prerrogativas constitucionales y legales que le permiten participar activamente en el proceso, y así lo ha reconocido la jurisprudencia de la Corte Constitucional (C-228 de 2002 y C-209 de 2007) y de
la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal (sentencia de 18 de julio de 2007, radicado 26.255, MM. PP. Jorge Luis Quintero Milanés y Julio
Enrique Socha Manrique, y auto de 11 de noviembre de 2009, radicado 32.243, M. P. Yesid Ramírez Bastidas).
28
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Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
jurisdicción a fin de reclamar los daños y perjuicios derivados de la conducta típica,
antijurídica y culpable (Corte Suprema de Justicia, Rad. 24052/2006).
De lo antecedente podemos señalar que si bien el objeto de la conformidad
es la imputación, el del preacuerdo son los hechos y sus circunstancias “sin llegar a
convertir el proceso penal en un festín de regalías que desnaturalizan y desacreditan
la función de Administrar justicia, en un escenario de impunidad, de atropello a la
verdad y al derecho de las víctimas de conocer la verdad” (Corte Suprema de Justicia,
Rad. 27759/2007).
•
2.1 Finalidades
Los preacuerdos o negociaciones tienen una nota característica que los define e identifica con la tendencia de los tratados internacionales de derecho público
que versan sobre derechos humanos (Artículo 3 del Código de Procedimiento Penal),
pues uno de sus principales pilares es la humanización de la actuación procesal y
de la pena, frente a lo cual es permitido afirmar que, en una sociedad democrática y
civilizada no se puede esperar menos.
Los destinatarios de dicha preceptiva procedimental, por ser general y abstracta, somos todos los asociados, fines en sí mismo y no instrumentos de los demás, ni siquiera de la persona jurídica Estado, pese a que por momentos alguno que
otro personaje mediático o el propio legislador le niegue tal carácter o lo cosifique
a través de diferentes actos o pronunciamientos en sentido contrario, con el único
propósito de obtener créditos políticos o audiencia (rating).
Se tiene además que esta figura jurídica de terminación anticipada del proceso, propugna y encuentra sus cimientos en el principio de pronta y cumplida justicia.
También promueve y propicia la participación directa y activa de todos los ciudadanos en la solución de los conflictos sociales que los aquejan, favorece la reparación
de los daños y perjuicios derivados de la conducta penal y permite la participación
del imputado en la definición de su caso, finalidades previstas específicamente en el
Artículo 348 del Código de Procedimiento Penal y que consultan los fines esenciales
del Estado como garantía para la participación de todos en las decisiones que los
afectan (Artículo 2 de la Constitución Política) en la búsqueda de la justicia social.
Finalmente recordar que deben estar presentes, orientar e irradiar el ordenamiento
jurídico y la actuación estatal.
Sistema procesal
29
Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
•
2.2 Sustento normativo
Además de las normas constitucionales que lo regentan, el estatuto procedimental penal dedica un capítulo único a los preacuerdos y negociaciones, compuesto
por los Artículos 348 a 354, de la siguiente manera:
• El Artículo 348 enfatiza sobre las finalidades de la figura jurídica, tal como
explicamos en supra 2.1.
• El Artículo 349 contiene el requisito de procedibilidad respecto de aquellas
conductas típicas en las que el sujeto activo ha obtenido un incremento
patrimonial fruto de las mismas, cuya inobservancia hace improcedente el
acuerdo.
• Los Artículos 350, 351 y 352 contienen los momentos procesales en los que es
procedente pactar los hechos y sus consecuencias, igualmente las modalidades
y beneficios que comporta aceptar cargos de manera negociada;
• El Artículo 353 autoriza la aceptación parcial de cargos.
• El Artículo 354 contiene reglas comunes que deben observarse previa y
coetáneamente al convenio suscrito.
•
2.3 Principales características
De lo expuesto hasta el momento se evidencia una singularidad que diferencia esta forma de terminación anormal de los allanamientos y es su bilateralidad. En
efecto, no obstante coincidir con esta última en que en ambas existe una aceptación
de culpabilidad, en la segunda se hace de manera voluntaria por el procesado y sin
que medie ningún otro tipo de concordancia; contrario a la primera que está condicionada a un pacto legal con la Fiscalía, es decir, ambas partes deben coincidir en los
aspectos y extremos que configurarán el preacuerdo. Lo anterior, no significa que la
Fiscalía General de la Nación esté obligada a pactarlos (Corte Suprema de Justicia,
Rad. 34493/2010), pues es facultativo, de ahí su bilateralidad.
En esta salida alterna confluye también como característica de suma importancia la capacidad del sujeto imputado para manifestar libre de todo apremio su
voluntad. De igual forma, la obligatoriedad por parte del Juez de la República de
30
Sistema procesal
Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
verificar que la aceptación de culpabilidad sea libre, espontánea, con comprensión
de las implicaciones y consecuencias que acarrea y asesorada por un profesional del
derecho; también sobre la legalidad de los delitos y de las penas; que lo convenido
esté acorde con el ordenamiento jurídico; además de no existir doble beneficio; y que
se hayan respetado los derechos de las víctimas. De ahí que si se superan los anteriores planteamientos, el Juez que conoce del asunto no tiene otra salida más que
impartirle aprobación (control formal y material) (Corte Suprema de Justicia, Rad.
29979/2008) y convocar inmediatamente a las partes e intervinientes a audiencia
de individualización de pena y sentencia prevista en el Artículo 447 del Código de
Procedimiento Penal.
Caso contrario, debe proceder a rechazarlo y continuar con el trámite normal
del proceso, siempre y cuando las partes no presenten otro preacuerdo que sí satisfaga los requisitos previamente descritos (Artículo 351 inciso 4°), por cuanto se trata
de un sistema de partes, donde el Juez, como tercero imparcial, tiene vedado promover la variación de los términos25, pues no puede ser juez y parte al mismo tiempo26.
Esta característica permite, promueve el estudio detallado y serio de los términos del “negocio” además del análisis de diferentes variables acordes con el principio de legalidad, teniendo como norte el respeto de los derechos del procesado y
la búsqueda de la solución más benéfica para ambos extremos, pues no olvidemos
que, si bien, la Fiscalía General de la Nación cumple una función acusadora frente a
la comisión de conductas punibles en la búsqueda de la convivencia pacífica, también
debe orientar todas sus actuaciones hacia el respeto de la dignidad del ser humano
que es procesado en una causa criminal27.
La improbación del preacuerdo y la no intervención del fallador, podría decirse, es un llamado para que los negociadores tengan el cuidado de hacer las cosas
bien, por ejemplo, que exista consonancia entre la imputación fáctica y la jurídica
–principio de congruencia- (Corte Suprema de Justicia, Rad. 27337/2007) so pena
25
Tal mandato debe ser recibido con beneficio de inventario, en la medida que al Juez le corresponde velar por la salvaguarda de los derechos y prerrogativas fundamentales de los procesados, lo que implica verificar que lo convenido sea acorde a derecho y lo más benéfico para quien se presume es
la parte más débil de la relación. Es preciso destacar que, en la mayoría de los Estados federados que componen los Estados Unidos de Norteamérica
la intervención del Juez está prohibida de manera expresa, aspecto criticado fuertemente pues limita y asimila la labor del juez a la de simple notario,
con consecuencias graves, como la no averiguación de la verdad procesal, fundamento del sistema judicial en un Estado democrático.
26
“El juez no debe tener ningún interés, ni general ni particular, en una u otra solución de la controversia que está llamado a resolver, al ser su función la
de decidir cuál de ellas es verdadera y cuál falsa. Al mismo tiempo, no tiene por qué ser un sujeto “representativo”, puesto que ningún interés o voluntad
que no sea la tutela de derechos subjetivos lesionados debe condicionar su juicio, ni siquiera el interés de la mayoría, o incluso el de la totalidad de los
asociados lesionados: (…) al contrario que el poder ejecutivo o el legislativo, que son poderes de mayoría, el juez juzga en nombre del pueblo, pero no
de la mayoría, para la tutela de la libertad de las minorías”. (Ferrajoli, 1995).
27
Constitución Política de Colombia artículo 2 y Código de Procedimiento Penal artículos 1, 27 y 115.
Sistema procesal
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Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
de continuar el rito por los cauces normales, sirviendo el acta de preacuerdo como
escrito de acusación.
Cualquier otro tipo de intervención del juez que no gire en torno al control formal y material, sobre el cual ya hemos recabado, alteraría el equilibrio procesal que
debe existir entre la parte acusadora y la defensiva, haciendo nugatorio el principio
acusatorio y la imparcialidad que del administrador de justicia se debe predicar. Esto
no implica que al funcionario judicial le esté vedado interrogar a las partes con el propósito de que sean aclarados aspectos importantes, como la base fáctica o circunstancias específicas, con el fin de hacer los llamados ajustes de legalidad, siempre y
cuando no modifique lo acordado o influya en la aceptación libre y voluntaria de la
culpabilidad.
No obstante, lo ideal es que el escrito de acusación o de preacuerdo contenga
de manera clara y circunstanciada los hechos y que exista perfecta congruencia entre estos y la imputación jurídica (el límite de la Fiscalía para la adecuación jurídica
son los hechos), así como las pruebas de la comisión y responsabilidad de la conducta punible, para evitar cualquier tipo de explicación, aclaración o justificación.
A pesar de lo expuesto, el órgano de cierre de la Justicia Ordinaria tiene establecido que si la adecuación típica es modificada con la presentación del preacuerdo,
“pero «no se agregó un hecho nuevo, ni se cambió la esencia de la base fáctica»
sino que por el contrario se presenta «un cambio circunstancial que favorecía al
procesado», el juzgador puede optar por preferir la tipicidad que considera acertada,
máxime si «el defensor estaba de acuerdo» (sentencia del 8 de julio de 2009, radicado
31.280)” (Corte Suprema de Justicia, Rad. 36367/2011).
Ahora bien, es igualmente una particularidad de esta salida alterna –como de
la conformidad– la renuncia expresa de derechos y garantías fundamentales, como
algunos de los previstos en el Artículo 8 del Código de Procedimiento Penal, a saber:
no ser obligado a declarar en contra de sí mismo (nemo tenetur se ipsum accusare)
ni de los familiares más próximos, no utilizar el silencio en su contra, tener un juicio
público, oral, contradictorio, concentrado, imparcial, con inmediación de las pruebas
y sin dilaciones injustificadas.
Dado que otros, no son renunciables y constituyen un requisito indispensable
para la existencia de un preacuerdo, este sería el caso de la inexorable asistencia
de un profesional del derecho (Artículo 354 del Código de Procedimiento Penal) –de
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Sistema procesal
Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
confianza o proporcionado por el Estado–, el conocimiento de los cargos imputados
y las pruebas existentes.
En el mismo sentido, como nota característica de las negociaciones está la
prohibición de utilizar en contra del procesado el contenido de las conversaciones
previas si el acuerdo no llega a perfeccionarse o es rechazado por el Juez de
Conocimiento.
Por su parte, teniendo en cuenta que uno de los principales objetos de esta
anormal culminación de la causa penal estriba en acordar la sanción es preciso
indicar que, no obstante no ser obligatorio pactar la disminución de la pena sí es
recomendable28 en la medida que en la práctica judicial quienes negocian omiten
este aspecto y lo dejan al arbitrio del Juez de conocimiento, quien partiendo del
sistema de cuartos previsto en el Artículo 61 del Código Penal tiene la libertad de
imponer la sanción que considere adecuada, necesaria y proporcionada dentro del
respectivo ámbito de movilidad29, situación que en la mayoría de ocasiones genera
malestar en las partes, sobre todo la defensa, pues se imponen penas más altas que
la proyectada en la negociación y que la esperada por el imputado que en últimas es
quien tiene que sufrir el rigor de la sanción y la omisión o desidia de las partes. Tal
situación evita igualmente la interposición de recursos con la consabida congestión
judicial que desnaturaliza la finalidad de la salida negociada.
Añadimos como característica de las salidas negociadas, la posibilidad de
que las partes realicen preacuerdos sobre la totalidad de la imputación, acusación
o sólo sobre una parte de esta, dado que “la aprobación parcial de los preacuerdos
es legítima tanto como anular parcialmente los preacuerdos y negociaciones en lo
que no se ajusten a la legalidad” caso en el cual, lo propio es la ruptura de la unidad
procesal para continuar bajo otra cuerda procesal la investigación o juzgamiento
de las conductas no aceptadas o pactadas y que subsisten (Artículo 53 numeral 4)
(Corte Suprema de Justicia, Rad. 34787/2010).
28
El Juez debe respetar la pena pactada, lo contrario desbordaría el marco de la acusación. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia 10 de agosto de 2006, radicado 25.196, M. P. Sigifredo Espinoza Pérez. 29
Ver entre otras, Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia de tutela de 4 de abril de 2006, radicado 24.868, M. P. Alfredo Gómez
Quintero; sentencia de 4 de mayo de 2006, radicado 24.531, M. P. Sigifredo Espinoza Pérez; sentencia de 23 de mayo de 2006, radicado 25.300 M. P.
Sigifredo Espinoza Pérez.
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Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
•
2.4. Requisitos procesales
Si bien, la terminación del proceso a través del consenso comparte muchas
características con la culminación basada en el derecho premial, como la existencia
de una imputación, la asesoría de un profesional del derecho, el control judicial, el
interrogatorio personal del procesado, la obligatoriedad y el rechazo de la aceptación
de culpabilidad, vistas en apartado 1 y 1.4, los preacuerdos tienen notas diferenciadoras respecto del allanamiento en algunas de las citadas particularidades, sobre los
cuales trataremos en este aparte.
•
2.4.1. Observar las directivas de la Fiscalía General de la Nación
Pese a la independencia que se predica del delegado de la Fiscalía en
punto de la negociación y suscripción de preacuerdos, esta no es absoluta,
pues encuentra un límite infranqueable en el principio de legalidad; además
con el objetivo de aprestigiar la administración de justicia y evitar sus cuestionamientos, es indispensable para la negociación de un acuerdo que el titular
de la acción penal observe las directivas trazadas por la Fiscalía General de la
Nación y las pautas trazadas como política criminal, tal como lo establece el
Artículo 348 del Código de Procedimiento Penal.
Dicho requisito es una adaptación al contexto colombiano de los lineamientos trazados por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos de
Norteamérica (U.S. Attorneys´ manual) que delimitan la actuación del Fiscal en
este tipo de asuntos, con base en los siguientes criterios:
i.
Dificultad del caso.
ii. Grado de compromiso del acusado con la conducta punible.
iii.Ventajas respecto a otros asuntos.
iv.Ahorro de costos y esfuerzos.
v. Protección de testigos. (Guerrero, 2007)
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Tenemos entonces que en nuestro contexto los lineamientos se circunscriben de manera general a:
i.
Humanizar la actuación y la pena.
ii. Obtener pronta y cumplida justicia.
iii.Activar la solución de los conflictos sociales que genera el delito.
iv.Propiciar la reparación integral de los perjuicios ocasionados con el injusto.
v. Lograr la participación del imputado en la resolución de su caso, contenidas en el precitado canon.
Ahora bien, de manera específica, están previstos en la Directiva 001 de
2006 de la Fiscalía General de la Nación, según la cual:
i.
No se pueden hacer negociaciones antes de la formulación de imputación
(aspecto revaluado por nuestra jurisprudencia como veremos en infra 2.5,
2.5.3).
ii. En el caso de concurso de conductas punibles, no se puede negociar la
eliminación del cargo más grave o de mayor trascendencia, atendiendo el
bien jurídico y la sanción fijada.
iii.Realizada la imputación, no puede hacerse una nueva y menos gravosa
que la inicial.
iv.Es imprescindible la verificación de que el imputado actúa de manera libre,
sin ningún tipo de coacción, asesorado por abogado idóneo, consciente
de los derechos a los cuales renuncia y las consecuencias, y debe advertir
que una vez verificada la legalidad, este acuerdo no admite retractación
(podría decirse que es un control previo que privilegia los derechos fundamentales del procesado).
De cara a estas específicas observaciones, no puede pasarse por alto
que son normas de inferior jerarquía con respecto a las contenidas en el
Código de Procedimiento Penal, esto significa que apesar de estar previstas
y ser punto de referencia para la negociación en el caso de los fiscales, en
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Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
teoría, no tienen la entidad de oponerse a la realización de una negociación
que respete el principio de legalidad, pues entre otras, le restaría independencia y autonomía al negociador del Estado y negaría el contenido del
Artículo 348 de mayor jerarquía.
•
2.4.2. Control judicial
Este requisito coincide con el explicado en el apartado dedicado a la
aceptación de cargos, sin embargo, difiere en un puntual aspecto con respecto a la precitada terminación anormal del proceso, en la medida que, tratándose de un allanamiento a cargos en la primera oportunidad procesal –en la
formulación de imputación–, basta con que el Juez de Control de Garantías
compruebe que la aceptación se hizo de manera libre, expresa y voluntaria,
siendo un despropósito una nueva manifestación en este sentido ante el Juez
de Conocimiento; en el caso de los preacuerdos, la comprobación siempre se
hace ante estos últimos funcionarios judiciales, por cuanto, en principio, se
entiende que la negociación es posterior al acto de comunicación al procesado
sobre la inferencia razonable, a partir de pruebas recaudadas, que él es autor
o partícipe de una conducta punible investigada.
•
2.4.3. Obligatoriedad.
Tenemos establecido que si la aceptación negociada de la culpabilidad
respeta los presupuestos legales de la figura jurídica y los derechos subjetivos
del procesado, el Juez de Conocimiento queda vinculado con dicha salida negociada, no teniendo alternativa diferente a impartirle aprobación. No obstante, es imperioso recalcar que por tratarse de una salida consensuada, cuya característica principal es la bilateralidad, en virtud del principio dispositivo que
rige el sistema penal acusatorio, tanto la parte acusadora como la defensiva,
pueden desistir del preacuerdo en cualquier momento siempre y cuando sus
términos no hayan sido objeto de control de legalidad y aprobación por parte
de un Juez de Conocimiento (Corte Suprema de Justicia, Rad. 28298/2008),
caso en el cual se aplican las mismas reglas y criterios sobre irretractabilidad
de la aceptación de cargos (supra 1, 1.9).
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•
2.5. Momentos en los que se puede pactar un acuerdo
Los momentos para negociar la terminación anormal del procedimiento se
pueden identificar con las oportunidades para la aceptación unilateral y voluntaria
de la culpabilidad, con la diferencia que en los preacuerdos la consecuencia no es
siempre la disminución punitiva de la sanción y se pueden sintetizar de la siguiente
manera:
•
2.5.1. Después de la formulación de imputación y antes de presentar el escrito de acusación
Este momento está contenido en el Artículo 350 de la codificación
procesal y significa que durante esta etapa la Fiscalía, el procesado y
su defensor, pueden llevar a cabo conversaciones para convenir los términos que permitan finiquitar la actuación, convenio que de suscribirse
será presentado ante un Juez de Conocimiento a manera de escrito de
acusación y este procederá a realizar el control formal y material.
•
2.5.2. Después de la presentación de la formulación de acusación y hasta antes de ser interrogado el acusado al inicio del juicio oral.
Previsto en el Artículo 352, este momento es muy amplio y abarca varias etapas procesales. La aceptación preacordada de la culpabilidad puede ser posterior a la acusación formal ante el Juez de Conocimiento y en cualquier momento antes del interrogatorio del procesado
al inicio del juicio oral sobre la aceptación de su responsabilidad, esto
implica que se pueda verificar (o adelantar conversaciones pendientes
de materializar) después de formulada la acusación y antes de realizar
la audiencia preparatoria –lo que implica el descubrimiento probatorio
total por parte de la Fiscalía–; en desarrollo de esta diligencia o después de practicada, incluso durante la instalación del juicio oral, conforme lo establece el Artículo 369.
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Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
Tal situación ha generado diversas opiniones en torno a la influencia, valor demostrativo o suficiencia de los elementos materiales
probatorios o evidencia física y la actividad del órgano persecutor, dado
que ante una deficiente investigación o carencia de pruebas, la aceptación voluntaria de culpabilidad, que se asimila a una confesión, puede
repercutir negativamente en los principios de presunción de inocencia
e in dubio pro reo y coadyuvar con la desidia investigativa, además de
socavar el principio de igualdad respecto de aquellos ciudadanos que
negocian antes de agotar tal fase y no conocen qué pruebas se obtuvieron en su contra. (Guerrero, 2007)
Las críticas no sólo se centran en este aspecto sino en el hecho
de que la Fiscalía acuse a los ciudadanos de conductas punibles graves, a sabiendas que está en incapacidad de demostrar la materialidad
y responsabilidad o que los hechos no se adecúan a tal acusación, con
el único propósito de robustecer su posición en una eventual negociación y provocar un acuerdo sobre la conducta que realmente aconteció
y que sí puede demostrar. (Guerrero, 2007).
•
2.5.3. Antes de la audiencia de formulación de imputación
Desde los albores del sistema acusatorio ha surgido el interrogante de si se pueden pactar preacuerdos antes de formulada la imputación, dado que esto beneficiaría la sistemática acusatoria al imputable y descongestionaría la Administración de Justicia.
Esta posibilidad fue descartada en un principio por operadores y
usuarios de la Judicatura, y sustentada en la teoría de la titularidad de
la acción penal y la facultad de adecuar una conducta a un tipo penal
en cabeza del representante del Estado, pues la imputación permite,
además, partir de una base sólida y cierta a la hora de negociar; igualmente, en el literal a) de la Directiva 001 de 2006 de la Fiscalía General
de la Nación.
Sin embargo y sin descartar lo anterior, la Sala de Casación Pe-
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nal de la Corte Suprema de Justicia, con base en la sistemática de premios y beneficios establecida en la Ley 906 de 2004 –sistema de tendencia acusatoria– a cambio de evitar los juicios, señaló que, dado el
sistema de partes que impera es posible que, incluso, desde antes de
la formulación de imputación, estas se acerquen, conversen y negocien
con el fin de lograr un acuerdo, sin que sea obligatorio informar al Juez,
ni siquiera al de Control de Garantías, a quien solamente se le informa
el convenio final celebrado, debido a que esos acercamientos forman
parte de lo que se conoce como diálogos privados. En ese orden de
ideas, si se llega a un acuerdo en tal oportunidad, lo propio es que la
imputación se haga con base y honrando el pacto privado y previo
(Corte Suprema de Justicia, Rad. 36367/2011).
•
2.6. Modalidades
Como hemos afirmado a lo largo de este estudio, los preacuerdos, a diferencia
de la conformidad, versan sobre diferentes aspectos, esto es, se pueden pactar rebajas punitivas, eliminación de agravantes, retiro de cargos y la tipificación de cargos
concertada y conclusiva, sin que sea posible, insistimos, acumular beneficios.
•
2.6.1. Rebajas punitivas
Cuando se acuerda como beneficio la rebaja de un porcentaje de la pena
debidamente dosificada, se aplican los mismos criterios y disminuciones punitivas explicadas en el aparte dedicado a la aceptación de cargos (supra 1, 1.5),
a saber: si el preacuerdo se verifica después de la formulación de imputación
y antes de la acusación, la rebaja punitiva será de hasta la mitad (el 50%), de
acuerdo con el Artículo 351 del Código de Procedimiento Penal, sin que sea
inferior a una tercera parte más un día, porque la concesión en audiencia preparatoria es de hasta la tercera parte (Artículo 356 ibídem); si el preacuerdo
se produce después de la acusación y antes de la instalación del juicio oral, la
rebaja fluctuará entre la tercera parte sin ser inferior a una sexta parte más un
día, pues la disminución punitiva al inicio del juicio oral conlleva una concesión
única de la sexta parte (Artículo 367 ibídem).
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•
2.6.2. Eliminación de agravantes
Esta modalidad gira en torno a la eliminación de las agravantes imputadas por el ente acusador, configuradas a partir de los sucesos que tipificaron
el delito y con soporte probatorio, en razón a que su supresión hace menos
onerosa la sanción destinada a quien de manera negociada acepta la culpabilidad.
•
2.6.3. Eliminación de cargos
Modalidad de acuerdo que significa renuncia por parte de la Fiscalía
General de la Nación a la persecución de una conducta punible consumada y
con elementos de acreditación, con el propósito de dar un trato más benigno
al procesado que le ahorró esfuerzos al Estado a cambio de aceptar los cargos.
•
2.6.4. Tipificación de cargos concertada y conclusiva
Gira en torno a la adecuación de la conducta acontecida y el grado de
participación del imputado en su comisión, permitiéndole a la Fiscalía General
de la Nación variarlo de coautor a cómplice, siempre y cuando no se vulnere
el principio de legalidad; lo mismo ocurre, con el grado de consumación del
hecho punible, autorizando tipificar la conducta en el amplificador del tipo
denominado tentativa.
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Resumen
La aceptación de cargos, allanamientos o conformidad junto con los preacuerdos y negociaciones son formas de terminación anticipada del proceso penal, institucionalizadas en nuestro ordenamiento jurídico para finalizar los procesos por fuera
de sus cauces ordinarios ante la imposibilidad técnica y humana del Estado para
conocer, adelantar y culminar todos los procedimientos de manera adecuada.
Es preciso advertir que estas expresiones de las comúnmente denominadas
salidas alternas revisten características importantes que las identifican, pero que
también las hacen diferentes. En efecto, son diferentes porque las primeras son
fruto de la manifestación unilateral del sujeto pasivo de la acción penal y las segundas de un acuerdo de voluntades entre la parte acusadora y acusada, sin embargo,
confluyen en aspectos como la aceptación de responsabilidad por parte del autor o
partícipe de la conducta punible que se va a juzgar, la rebaja punitiva fruto de dicha
aceptación libre, expresa, consciente, voluntaria y libre de todo apremio, que se traducen en ahorro de jurisdicción y prevención de la impunidad.
Así mismo, estas instituciones jurídico procesales deben satisfacer ciertos requisitos y verificarse en etapas procesales preclusivas, estos son comprobados por
el Juez Constitucional cuando hace el respectivo control formal y material de legalidad; función constitucional y legal de la judicatura que tendrá siempre como norte el
respeto de los derechos y garantías fundamentales de quienes decidieron acogerse
a estas instituciones así como de las víctimas.
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Glosario
ALLANAMIENTO A LOS CARGOS: Reconocimiento de la responsabilidad penal que el
indiciado efectúa en el proceso a la pretensión de la fiscalía.
FÁCTICO: Basado en hechos.
ILÍCITO: Contrario a lo legal.
IMPROBAR: Reprobar, desaprobar algo.
IMPUTAR: Atribuir la responsabilidad de un hecho reprobable. Formular cargos o la
comisión de un delito a alguien.
PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN: Principio que informa el sistema de enjuiciamiento, en
virtud del cual el juez que practica las pruebas es el que ha de dictar sentencia,
exigiendo la presencia inmediata del juez en las actuaciones judiciales, a fin de que
pueda adquirir personalmente los elementos de juicio precisos para dictar sentencia.
NUGATORIO: Engañoso, violatorio.
PRECLUSIÓN: Principio que inspira la legislación procesal, en virtud del cual, para
que los actos procesales sean eficaces, han de realizarse en el momento procesal
oportuno, careciendo de validez en otro caso.
PRESUNCIÓN: Consecuencia que la ley o el magistrado extraen de un hecho conocido,
por otro desconocido y que se tiene como verdad.
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Corte Suprema de Justicia. (2006). Sala de Casación Penal, Sentencia de 4 de abril
de 2006, radicado 24.868, M. P. Alfredo Gómez Quintero. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2006). Sala de Casación Penal, Auto de 6 de abril de
2006, radicado 25.248, M. P. Alfredo Gómez Quintero. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2006). Sala de Casación Penal, Sentencia de 4 de mayo
de 2006, radicado 24.531, M. P. Sigifredo Espinoza Pérez. Colombia.
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Unidad 5 • Aceptación de cargos, preacuerdos y negociaciones
Corte Suprema de Justicia. (2006). Sala de Casación Penal, Sentencia de 23 de mayo
de 2006, radicado 25.300 M. P. Sigifredo Espinoza Pérez. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2006). Sala de Casación Penal, Auto de 10 de mayo de
2006, radicado 25.248, M. P. Mauro Solarte Portilla. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2006). Sala de Casación Penal, Sentencia de 29 de junio
de 2006, radicado 24.529, M. P. Jorge Luis Quintero Milanés. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2006). Sala de Casación Penal, Sentencia 10 de agosto
de 2006, radicado 25.196, M. P. Sigifredo Espinosa Pérez. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2006). Sala de Casación Penal, Sentencia de 5 de octubre
de 2006, radicado 25.248, M. P. Mauro Solarte Portilla. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2006). Sala de Casación Penal, Sentencia de 19 de
octubre de 2006, radicado 25.724, M. P. Álvaro Orlando Pérez Pinzón. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2007). Sala de Casación Penal, Sentencia de 21 de
febrero de 2007, radicado 25.726, M. P. Marina Pulido de Barón. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2007). Sala de Casación Penal, Sentencia de 18 de julio
de 2007, radicado 26.255, M.P. Jorge Luis Quintero Milanés y Julio Enrique Socha
Manrique. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2007). Sala de Casación Penal, Sentencia 23 de agosto
de 2007, radicado 27.337, M. P. Sigifredo Espinoza Pérez. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2007). Sala de Casación Penal, Sentencia 12 de septiembre
de 2007, radicado 27.337, M. P. Alfredo Gómez Quintero. Colombia.
Corte Suprema de justicia. (2007). Sentencia de 12 de septiembre de 2007, radicado
27.759, M.P. Alfredo Gómez Quintero. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2007). Sala de Casación penal, Sentencia de 14 de
noviembre de 2007, radicado 26.190, M. P. Sigifredo Espinoza Pérez. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2008). Sala de Casación Penal, Sentencia de 23 de enero
de 2008, radicado 28,298, M. P. Augusto J. Ibáñez Guzmán. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2008). Sala de Casación Penal, Sentencia de 8 de abril
de 2008, radicado 25.306, M. P. Augusto J. Ibáñez Guzmán. Colombia.
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Corte Suprema de Justicia. (2008). Sala de Casación Penal, Sentencia 8 de julio de
2008, radicado 31.063. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2008). Sala de Casación Penal, Sentencia 27 de octubre
de 2008, radicado 29.979, M. P. Julio Enrique Socha Salamanca. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2009). Sala de Casación Pena, Sentencia de 8 de julio de
2009, M. P. Julio Enrique Socha Salamanca. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2009). Sala de Casación Penal, Auto de 11 de noviembre
de 2009, radicado 32.243, M. P. Yesid Ramírez Bastidas. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2010). Sala de Casación Penal, Auto 13 de septiembre de
2010, radicado 34.493, M. P. Sigifredo Espinoza Pérez. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2010). Sala de Casación Penal, Auto 15 de septiembre de
2010, radicado 34.787, M. P. Alfredo Gómez Quintero. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2011). Sala de Casación Penal, Auto de 23 de marzo de
2011, radicado 35.771, M. P. Julio Enrique Socha Salamanca. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2011). Sala de Casación Penal, Sentencia de 5 de
septiembre de 2011, radicado 36.502, M. P. Alfredo Gómez Quintero. Colombia.
Corte Suprema de Justicia. (2011). Sala de Casación Penal, Auto de 7 de diciembre
de 2011, radicado 36.367, M. P. José Luis Barceló Camacho. Colombia.
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INFOGRAFÍA/WEBGRAFÍA
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