Los crímenes del cometa Hale-Bopp

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Los crímenes del cometa Hale-Bopp
Sectas, apologética y conversos / Sectas: Ideologías incompatibles con la Fe Católica
Por: Miguel Ángel Cid | Fuente: La rana perdida
Tres noticias a raíz del cometa Hale-Bopp: una muy mala, otra que pudo ser mala... y al final una buena.
¿Cuál prefieres primero? ¿La mala? Pues comencemos con la mala. Eran simpáticos. Gente eficiente. Los treinta y nueve vivían en
California, en el segundo barrio más exclusivo de los Estados Unidos después de Beverly Hills. Todos genios de la informática; hombres
y mujeres menores de cuarenta años. Habitaban en una casa alquilada valorada sobre el millón y medio de dólares. Ofrecían sus
servicios, especialmente para el diseño de páginas de Internet, bajo el nombre de la empresa Higher Source. Vestían un poco raro, con
camisetas negras, y se cortaban el pelo a lo militar. El jefe se llamaba “Padre John” (Marshall Applewhite); el segundo de a bordo es el
“Hermano Logan”. La dirección de Internet era Higuersource.com Sus creencias las plasmaban en otra dirección: Heavensgate.com. En
grupo se llama “Autoridad Superior” y su rancho se denomina Santa Fe. Hasta aquí su telegráfica descripción.
El día 27 de marzo de 1997 aparecen todos muertos en la casa, con sus ropas negras y una tela de púrpura que les cubría el rostro.
¿Qué pasó? Se suicidaron para ser recogidos por la nave sideral, deidad llamada “Ti”, que venía detrás del cometa Hale-Bopp, para
pasar a un nivel de existencia superior, de esos que promueve el new age. Luego se supo que muchos de ellos vivían castrados para
parecerse a unos marcianos andróginos. Por lo visto se suicidaron en tres grupos y utilizaron barbitúricos, alcohol y bolsas de plástico
para las cabezas. Para darle un toque romántico al asunto, los cibernéticos dejaron cartas y un vídeo de despedida. Un último dato
anecdótico: entre los muertos estaba el hermano de la actriz Michelle Nichols, la teniente Uhura en la serie de ciencia-ficción “Star Trek”.
La famosa revista U.S. News escribía así el 7 de abril de 1997: “How an obscure cult mixed computers, UFOs, and New age theology so
its 39 members could take the ultimate journey”.
Ésta pudo ser mala... Unos meses más tarde, precisamente el 9 de enero de 1998, aparece otra noticia, esta vez en el periódico ABC de
España: la policía impide el suicido de 33 personas en Tenerife, en las Islas Canarias. Por lo visto, unos sectarios liderados por la
psicóloga alemana Heidi Fittkau-Garthe, cercana a Brahma Kumaris, querían suicidarse en el Teide para ser recogidos por una nave
extraterrestre que debería llevarles a otro mundo, pues el nuestro estaba llegando al final.
Estas noticias podrían parecer historias tristes, pero, en definitiva, pasadas. Eso... historia. Lamentablemente no es así. Estos grupos
fomentados por el new age, y obsesionados por la cercanía del fin del mundo, según afirmó la agencia de noticias Zenit el pasado 5 de
agosto de 1999, van en aumento. Aquí no se trata de creer o no en la posibilidad de que existan seres vivos en otros planetas o
galaxias, sino de crear una religiosidad cuyos cultos hacen referencia a comunicaciones con extraterrestres, reencarnaciones en otros
planetas, divinidades espaciales, etc. Y ésta es una realidad que se da, y se da en aumento. En los últimos años han aparecido más de
15.000 libros sobre el tema, ¿qué tal? Las sectas ufónicas (de U.F.O.: Unidentified Flying Object) van en constante crecimiento; algunos
nombres: Aetherius, Centro Astral, Kraspedón, Universe Society Church, Semjase Silver Star Center, Movimiento Raeliano,
Nonsiamosoli, Iso-Zen, Mark Age, Unarius, Misión Rama, y un largo etcétera. Por lo tanto, o la gente recupera el sentido común y se
deja de jugar a los marcianos, o es probable que volvamos a tener más noticias como la del Rancho Santa Fe...
Por fin, la buena noticia. En realidad yo no sé si existen o no los marcianos. Tampoco sé si el querido E.T. de Spielberg aparecerá algún
día por el balcón de la casa del vecino pidiendo un teléfono para llamar a su casa. Ignoro por completo si lo que ahora contemplamos en
las gigantes pantallas del cine, gracias a la genialidad de George Lucas, se convertirá en realidad, y veremos a Owi-Wan Kenobi o a
Darth Vader en la estación espacial rusa MIR dando vueltas alucinantes alrededor del Everest o del Teide... Si algún día estos sueños y
ficciones se convierten en realidad, ya veremos la que se arma... pero lo que sí está claro es que, pase lo que pase, ni serán divinidades,
ni serán salvadores, ni podrán ser la verdadera religión. Y mucho menos valdrá la pena pegarse un tiro para que le den un paseo con el
ovni y le lleven al planeta Dagobah a conocer al Maestro Jedi... Esto no sólo está claro, está cristalino.
El único Dios que existe, el fundador de la única Iglesia verdadera, el auténtico Salvador del mundo ya vino hace 2000 años a la tierra, y
se llama Jesucristo; y se encarnó como cualquier hombre, aunque era Dios. Los ovnis dejémoslos para las películas de George Lucas; a
Dios aceptémoslo en la realidad de nuestra existencia de todos los días. Sólo así evitaremos que se repitan los crímenes del comenta
Hale-Bopp.
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