Saber más… Agricultura Índice i. Introducción ii. Desarrollo histórico de la agricultura iii. La dinámica ecológica de la agricultura iv. Problemas generados por la sobreexplotación agrícola v. Conservación de suelos agrícolas vi. Bibliografía utilizada vii. Links recomendados viii. Bibliografía recomendada Introducción La agricultura se definió como “el arte de cultivar la tierra con vistas a alcanzar su máximo rendimiento en productos necesarios para la conservación y desarrollo de la vida de los hombre”; y, para ello, es necesario que los suelos se encuentren en condiciones físicas, químicas y biológicas óptimas para cada tipo de cultivo. Con el desarrollo histórico de la humanidad la agricultura ha dejado de ser progresivamente un arte rudimentario, para convertirse en actividad teórico-práctica con base científica propia, la agronomía, que aprovecha las adquisiciones de las diferentes ciencias naturales y físicas y las más diversas técnicas, como corresponde a una explotación cada vez más fuertemente racionalizada, en el sentido del uso científico, de la Tierra. Pero antes de llegar a esta explotación racionalizada, se tiene que el tipo de agricultura que existía, e incluso sigue existiendo actualmente, es la agricultura itinerante, la cual es el sistema de explotación agrícola consistente en la utilización de la tierra para unas pocas y limitadas cosechas. La técnica habitual de este tipo de agricultura es la roza, que será definida más adelante. Este tipo de agricultura itinerante en gran escala, lleva a la existencia de sobreexplotación de la agricultura. Desarrollo histórico de la agricultura En el Neolítico el hombre descubrió el cultivo itinerante, es decir, el que busca encontrar condiciones adecuadas para el cultivo. Cuando estas condiciones cambian y la tierra se vuelve infértil, se busca otro lugar para continuar explotando la Tierra. Ya que este tipo de cultivo provoca un nomadismo; es decir, el movimiento constante de un lugar a otro para encontrar mejores condiciones de tierra. En este caso, el hombre intenta asegurar su alimento y, por consiguiente, tratar de que las especies que consumía estuviesen cerca y en cantidades adecuadas, con el fin de que satisficieran sus necesidades. Basado en este proceso, comenzó entonces el desarrollo de la agricultura, como la conocemos hoy en día, una actividad teórico-práctica que, con apoyo del conocimiento de otras ciencias, logra en cierta forma la domesticación de las especies que el ser humano necesita para vivir. Además de haber logrado satisfacer la necesidad de alimentación, se cambió el ambiente y éste se llegó a modificar de tal forma que se adaptó al hombre. Es por ello que la agricultura es una de las actividades que más han llegado a cambiar el paisaje del planeta, modificándolo progresiva y radicalmente. Del bosque ecuatorial, donde el agricultor seminómada continúa practicando las rozas, el cultivo pasó a las fértiles llanuras Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. CICEANA, A. C. Tels: 56-59-60-24 / 56-59-83-55 Tel - Fax: 56-59-05-09 Ciudad de México. Saber más… Agricultura aluviales de la China oriental, Mesopotamia y la cuenca del Mediterráneo, que actuaron como gigantescos oasis, haciendo sedentario al hombre y convirtiéndolo en campesino. Con el Renacimiento, se inició en la costa suroeste del Mar del Norte la “revolución agraria”, que en el siglo XIX había transformado la Europa occidental, gracias al abandono de las hojas de cultivo obligatorio, al empuje de capitales de origen comercial y a las técnicas que incluían rotaciones de cultivos más rentables. Fue eliminando el barbecho improductivo y se introdujeron las semillas selectas, los abonos minerales, el regadío en gran escala y la maquinaria, mientras la comercialización, gracias a la conservación y al transporte de los productos, conseguía regularizar producción y precios. El contraste en la Europa atlántica, con lluvia suficiente y agricultura progresiva, y de las penínsulas mediterráneas, donde en los secanos no evolucionaba la agricultura de subsistencia, se estableció en el Nuevo Mundo. Los españoles y portugueses habían concebido la colonización al igual que los romanos. Los ingleses, en cambio establecieron un frente pionero agrícola y masivo que avanzó lentamente hacia el Oeste. La Europa oriental alcanzó mucho más tarde, hacia 1800, un nivel comparable al mediterráneo, mientras la agricultura china llevaba milenios de inteligente e inestable equilibrio entre la población y los recursos. Teniendo en cuenta las diferencias de medio y de evolución, los paisajes agrarios actuales pueden ser de tipo ecuatorial, monzónico, tropical, mediterráneo, europeo occidental, norteamericano (y de las tierras templadas del hemisferio sur) y colectivista. A pesar del vertiginoso crecimiento urbano, todavía vive en el campo la mayor parte de la población mundial. Más de la mitad de la población activa de la Europa balcánica, de Asia (excepto Japón, Israel y Arabia), de África (excepto en el sur) y de la América Central y del Sur (excepto en los países templados y en Venezuela), trabaja en la agricultura, generalmente intensiva, pero poco racionalizada. Por el contrario, ocupa máximo un 10 % de la población activa en el triángulo europeo comprendido entre Gran Bretaña, Noruega e Italia, en Israel y en Japón; en América del Norte y en los países templados del hemisferio sur, regiones de agricultura comercializada casi todas ellas. En los países de agricultura colectivista como EUA sucede que el agricultor posee más bien una mentalidad industrial fabricante de productos vegetales. El desarrollo de la agricultura satisfizo las necesidades de las poblaciones en crecimiento. Permitió que ese crecimiento se conservara, y éste se convirtió en un factor más del cambio del paisaje. Ambos cambios llevaron no sólo a la mejora de obtención de alimentos, sino que aparecieron consecuencias más graves: la mecanización en el manejo de esta actividad y nuevas tecnologías para producciones más aceleradas. Todo ello sin tomar en cuenta el daño causado. La dinámica ecológica de la agricultura El triunfo de los sistemas productivos basados en la agricultura supuso la alteración radical de muchos ecosistemas naturales y la adopción de pautas culturales muy distintas a las de los cazadores del Paleolítico. Desde un punto de vista evolutivo, el primer gran cambio fue la mayor autonomía frente al medio natural, puesto que la agricultura, aun en su forma más primitiva, supuso una manipulación de porciones de los ecosistemas y permitió afrontar de una forma más organizada la aplicación del esfuerzo humano a la producción de alimentos. Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. CICEANA, A. C. Tels: 56-59-60-24 / 56-59-83-55 Tel - Fax: 56-59-05-09 Ciudad de México. Saber más… Agricultura Pero la modificación principal para los ecosistemas se halla en las elevadas densidades de población que permitieron las nuevas técnicas agrícolas y ganaderas, ya que al menos durante un tiempo, hasta que se produce el agotamiento ambiental, la intensificación en la explotación del medio hace posible ligar la producción de recursos alimenticios al crecimiento de la población. Desde el punto de vista ecológico, se está ante una revolución en las estrategias de adaptación: tanto los cazadores (recolectores), como los agricultores vivían de lo que obtenían de su hábitat, la dependencia de los primeros respecto al medio natural era casi absoluta; mientras que el medio físico en que habitaban los segundos fue el resultado de impronta humana, que ha modificado profundamente el paisaje con la tala de bosques, la conversión de amplias zonas vigentes en tierras de cultivo y la emergencia de núcleos urbanos. La domesticación de plantas y animales La domesticación implica la alteración en la constitución genética de las plantas y los animales salvajes, con el fin de que éstos se adapten a las condiciones convenientes al hombre, en lugar de que lo hagan a las condiciones del medio ambiente del que provienen. La trascendencia de la domesticación en la historia de la especie humana le ha otorgado el nombre de revolución agrícola. La domesticación no va asociada necesariamente al cultivo, ya que es posible cultivar plantas silvestres o criar animales salvajes. La domesticación es un tipo de relación hombre-ambiente distinta de la que existía antes de su introducción, puesto que ha implicado la modificación de los ecosistemas. Es claro que la agricultura, desde su aparición, ha modificado la naturaleza. Existen formas en las que puede ser controlada y bien manejada, para evitar desgastes de la naturaleza. Problemas generados por la sobreexplotación agrícola En la actualidad, los agricultores siguen cultivando en algunas áreas con pendientes pronunciadas y sin terrazas, lo que produce la pérdida total del suelo superficial en un período de 10 a 40 años. La pérdida resultante de la vegetación protectora y suelo superficial también incrementa en alto grado la magnitud de las inundaciones en las áreas bajas de cuencas. Los principios y técnicas de conservación de suelo por el control del agua están dictados por mecanismos de formación y acción de la escorrentía, para lo cual se hacen terrazas en los campos de cultivo. Cuando la pendiente es pequeña existen dos tipos de acondicionamiento: por bandas y por escalonamiento. Si se quiere reducir la velocidad de escorrentía y evacuar el agua a una velocidad no erosiva, se crea una serie de bandas de cultivo, cuya dirección se inclina débilmente respecto de la dirección del flujo natural de agua sobre la pendiente; este acondicionamiento crea “bancales de doble curvatura” llamados también terrazas de divergencia. Para reducir la velocidad de escorrentía y, a la vez, mantener el agua sobre una gran superficie de infiltración, se crean los bancales de triple curvatura, llamados también terrazas de retención, estrictamente orientadas según las curvas de nivel. Con este objeto se forma un rodete por levantamiento del terreno en sus partes superior e inferior, pero no existe modificación de la pendiente original. Desde el comienzo de la agricultura, la gente que habita en bosques tropicales ha utilizado con éxito la práctica de la roza y quema, desplazando los cultivos de un sitio a otro a fin de obtener alimento para poblaciones relativamente pequeñas. El crecimiento de la población va de la mano con el de la pobreza, pues, a pesar del uso de nuevas técnicas de agricultura, éstas no Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. CICEANA, A. C. Tels: 56-59-60-24 / 56-59-83-55 Tel - Fax: 56-59-05-09 Ciudad de México. Saber más… Agricultura han sido suficientes para poder alimentar a toda la población y, por lo tanto, han hecho que agricultores, en muchas áreas de bosques tropicales, reduzcan el período de barbechado de sus campos a sólo 3 años, en vez de los 10 a 30 años que se necesitaban para permitir que el suelo recuperara su fertilidad. El resultado ha sido un marcado incremento en la tasa de erosión del suelo superficial y de disminución de los nutrientes. El apacentamiento o pastoreo excesivo y las prácticas nocivas de explotación forestal también causan fuertes pérdidas de suprasuelo. El pastoreo intenso ha transformado muchas regiones del norte de África y otras áreas áridas y semiáridas, alguna vez pastizales, en desiertos. En los países desarrollados, en donde se practica la agricultura industrializada a gran escala, muchos agricultores han sustituido las prácticas tradicionales de conservación del suelo, con aplicaciones enormes de fertilizantes. La agricultura industrializada también llamada agricultura intensiva no tiene el objetivo de la gestión de los recursos naturales y humanos para mejorar el ciclo productivo gracias al equilibrio biológico, sino la maximización de las cosechas que aportan al ecosistema energía y nutrientes y, en segundo lugar, se asiste a un empobrecimiento de la tierra en materia orgánica, al escaparse del ecosistema de la cosecha hacia el consumidor lejano, sin la posibilidad de que retorne al circuito agrario. Además, la utilización irracional y abusiva de la maquinaria provoca en muchos casos la erosión y la progresiva pérdida de la fertilidad del suelo. Desertificación y degradación de suelos La desertificación, se definió en la Conferencia de Naciones Unidas en Nairobi, 1977, como: la disminución o la destrucción del potencial biológico de la tierra y que puede desembocar en definitiva en condiciones de tipo desértico. Constituye un aspecto del deterioro generalizado de los ecosistemas y ha reducido o liquidado el potencial biológico, es decir, la producción vegetal y animal, con múltiples fines, en un momento en el cual es necesario aumenta la productividad para mantener a un número creciente de personas que aspiran al desarrollo. El deseo de alcanzar una productividad agrícola cada vez mayor ha intensificado la explotación y ha extendido los trastornos creados por el hombre a tierras menos productivas y más frágiles. La explotación excesiva trae consigo una degeneración de la vegetación, el suelo y el agua, que son los tres elementos, que precisamente constituyen los cimientos naturales de la existencia humana. En ecosistemas excepcionalmente frágiles, tales como los situados en los márgenes de los desiertos, la pérdida de productividad biológica debido a la degradación de las plantas, los animales, el suelo y el agua puede fácilmente llegar a ser irreversible y reducir en forma permanente su capacidad para sustentar la vida humana. La desertificación es un fenómeno que se autoacelera y que se alimenta de sí mismo y, a medida que avanza, el costo de la rehabilitación crece exponencialmente. Muy pocas áreas del planeta sufren un proceso natural de desertificación, pero la presión humana incontrolada convierte en nuevos desiertos determinadas zonas áridas y semiáridas. Esto recibe el nombre de desertificación. Este fenómeno aparece en realidad como un auténtico avance, que se acelera a causa de la sobreexplotación agrícola y el excesivo pastoreo. Aun cuando existen muchos procesos de degradación del suelo por actividades agrícolas, frecuentemente interactuantes, se les puede agrupar en seis categorías: Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. CICEANA, A. C. Tels: 56-59-60-24 / 56-59-83-55 Tel - Fax: 56-59-05-09 Ciudad de México. Saber más… Agricultura • • • • • • Erosión hídrica: en esta categoría se incluyen procesos como la erosión por salpicadura, la erosión laminar, la erosión en cárcavas, y diversos tipos de movimientos de masa, por ejemplo, corrimientos de tierras, corrientes de fango y solifluxión. Erosión eólica: la erosión eólica abarca tanto la remoción y el depósito de partículas del suelo por la acción del viento, como los efectos abrasivos de las partículas móviles cuando éstas son transportadas. Exceso de sales: en esta categoría se comprende la salinización y la alcalinización (sodicación). Degradación química: esta categoría se reserva para procesos tales como la lixiviación de bases y la formación de toxicidades diferentes de las debidas al exceso de sal. Degradación física: se refiere a los cambios adversos en las propiedades físicas de suelo, como son porosidad, permeabilidad, densidad aparente o de volumen y estabilidad estructural. Degradación biológica: es la referente a los procesos que aumentan la velocidad de mineralización. Estos tipos de erosiones son los efectos de la agricultura y es necesario saber que existen técnicas para lograr una conservación de los suelos. Conservación de suelos agrícolas Si se consideran los problemas asociados con el agua, se aprecia que la degradación del suelo proviene generalmente del empleo de prácticas de explotación agrícola, forestal o ganadera, por lo general mal logradas. Su conservación tiene, por principio fundamental, su abandono y la aplicación de prácticas que protejan al suelo, manteniendo e incluso aumentando su productividad. Con esta meta, el ser humano dispone de toda una serie de medios biológicos que descansa en la manipulación de la vegetación y el trabajo del suelo y de medios mecánicos, que se apoyan simultáneamente en el cuidado del terreno y en el laboreo del suelo. La vegetación y los cultivos pueden ser manipulados o dirigidos de forma tal, que el suelo sea protegido eficazmente contra el ataque hídrico y guarde todo su potencial de producción. Las plantas y las técnicas de laboreo del suelo, pueden ser utilizadas para mejorar las propiedades de éste y darle una resistencia creciente contra la erosión. El acondicionamiento del terreno y la utilización de la vegetación pueden permitir el control de la escorrentía y, por tanto, ayudar a controlar las perdidas de tierra. En otros términos, la conservación del suelo, si se concentra sobre los fenómenos provocados por el agua, se efectúa por tres controles: el control del suelo, el de la vegetación y el del agua. Pueden plantearse, por consiguiente, dos problemas: el de la protección de las zonas no degradadas, para impedir que cualquier fenómeno destructivo pueda alcanzar un valor peligroso, y el de la restauración de las zonas degradas. Según su naturaleza y su forma de ejecución, el laboreo del suelo puede, por sus efectos mecánicos físicos e indirectamente biológicos, contribuir a mejorar el suelo en resistencia al ataque hídrico. Interviene para aumentar la penetración del agua el los suelos compactos e impermeables. El control del agua del suelo depende, por otra parte, de los trabajos que conviene realizar en este aspecto, como pueden son: subsoldado y drenaje-topo. El subsoldado tiene por objeto dividir las capas profundas de un terreno, una galería, que permita, por tanto, la evacuación del agua. El drenaje-topo consiste en moldear las partes profundas del terreno, una galería que haga el papel de un Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. CICEANA, A. C. Tels: 56-59-60-24 / 56-59-83-55 Tel - Fax: 56-59-05-09 Ciudad de México. Saber más… Agricultura dren y permita, por tanto, la evacuación del agua. Cuando el peligro de degradación no se plantea en términos graves, bastan generalmente para conservar el suelo la utilización de métodos racionales de explotación del medio. La aplicación de estos métodos en agricultura, silvicultura, agroforestería y explotación de pastos, permite en particular realizar los controles deseados. Existen, sin embargo, circunstancias en las que se revelan insuficientes. Entonces, es necesario emplear como complemento métodos que utilizan, generalmente, medios mecánicos de lucha contra la erosión y que permiten un control más riguroso del fenómeno. Bibliografía utilizada • EROS Data Center, 2000. Land Cover Characteristics Database, Version 2.0. http://edcwww.cr.usgs.gov • FAO (Food and Agriculture Organization) Agriculture 21. http://www.fao.org/ag • Reportes de la European Environment: Agency. http://reports.eea.eu.int • The Earth Council Secretariat of Costa Rica Artículo: La Integración Armoniosa del Bosque y la Agricultura. http://www.ecouncil.ac.cr/centroa m/costaric/espanol/carvajal.htm Bibliografía recomendada • Altas de la Ecología. Nuestro Planeta, Cultural de Ediciones, S.A. España, 1997. • Altas de la Ecología. Nuestro Planeta. Cultural de Ediciones, S.A., España, 1997. • Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación – FAO. http://www.fao.org/waicent/ois/pr ess_ne/presseng/1998/pren9842.ht m • BATJES, N. 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Tels: 56-59-60-24 / 56-59-83-55 Tel - Fax: 56-59-05-09 Ciudad de México. Saber más… Agricultura • BOONS-PRINS, E.R.; DE KONING, G.H.J; VAN DIEPEN, C.A. y PENNING DE VRIES, F.W.T. Crop-specific simulation parameters for yield forecasting across the European Community. Simulation Reports CABO-TT, No 32. Wageningen, 1993. • BRUGGEMAN, H.Y. y NACHTERGAELE, F.O. Methodology for identification of physical constraints to agricultural development. AG: GCP/RAS/107/JPN. Field Document 3, RAPA, FAO, Bangkok, 1986. • CUNNUNGHAM, William P. Environmenatal Science: a global concern. 6th ed, Mac Graw-Hill, 2001. • FAO/UNESCO. Legend of the Soil Map of the World. FAO. Rome, 1974. • REZZA. Tratado Universal del Medio Ambiente. Rezza Editores, 1era edición. España, 1993. • VAN ENGELEN, V. y TING-TIANG, W. (eds.) Global and National Soils and Terrain Digital Databases (SOTER). International Soil Reference and Information Centre. Wageningen, 1993. 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