Minerales en conflicto del Congo

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ENOUGH
El proyecto para poner fin al genocidio y a las muertes contra la humanidad
Un enfoque completo sobre los minerales en
conflicto del congo
Escrito por el equipo del proyecto Enough junto con el Grassroots Reconciliation Group en abril del 2009
Introducción
El Proyecto Enough está dando la voz de alarma. La República Democrática del Congo, escenario del conflicto más
sangriento desde la Segunda Guerra Mundial, es el lugar más peligroso del mundo para una mujer o una chica, en
gran parte para saciar la demanda internacional de productos electrónicos que requiere los minerales que se
encuentran en el Congo oriental. Mientras que el Congo oriental siga teniendo una crisis compleja que es avivada
por las tensiones por el terreno, por los derechos, por la identidad, por las luchas por el poder regional y por la
debilidad del Congo como país, el comercio de los minerales en conflicto seguirá siendo una de las claves
principales del conflicto. Los mismos grupos armados que obtienen enormes beneficios del comercio de minerales
en el Congo oriental llevan a cabo regularmente las atrocidades más estremecedoras, ya que compiten por el
control de las minas más valiosas de la región, las mejores rutas de transporte y oportunidades para imponer
“impuestos” desorbitados a aquellos que están involucrados en este negocio.
Aquellas compañías que producen productos electrónicos que pueden contener minerales en conflicto provenientes
del Congo oriental tienen la responsabilidad de asegurar que sus negocios no están ayudando a alimentar las
atrocidades involuntariamente. Ésta no es una tarea fácil, pero se puede llevar a cabo. Las compañías que producen
productos electrónicos pueden presionar a sus proveedores y seguir el rastro de los minerales que usan para
asegurar que no provienen de las minas que financian grupos armados e intereses criminales. Los consumidores y
los ciudadanos globales tienen que desempeñar un papel crítico demandando que las compañías y los gobiernos
ejerzan presión en la cadena de suministro para que los minerales en conflicto del Congo queden fuera de las
relaciones comerciales.
Llevar la transparencia a la cadena de suministro de los consumidores de productos electrónicos sería el primer
paso significante para transformar las abundantes fuentes de minerales del Congo y que así pasen de ser la llama
de la violencia al motor de poder para las millones de personas que se encuentran atrapadas en el conflicto y para
todas aquellas que dependen del escaso sustento que ganan en las minas del Congo oriental. Los Estados Unidos
y otros legisladores y activistas pueden alterar estas dinámicas definitivamente concentrándose en la dimensión
internacional del comercio de los minerales en conflicto y asegurando que los esfuerzos para la reconciliación
abordan la economía política del conflicto, la cual se ha estado ignorando desde hace mucho tiempo.
Para vencer de verdad a la maldición de los minerales en conflicto en el Congo oriental, se necesita un enfoque más
exhaustivo. Se necesita un enfoque que abarque una inversión importante, prolongada y a largo plazo sobre la
seguridad, la gobernanza y los sustentos del Congo dentro de un período de varios años.
Una estrategia exhaustiva que termine con el comercio de los minerales en conflicto del Congo debe tener cuatro
partes principales:
1.
Prestar atención a la cadena de suministro
2.
Identificar y asegurar las minas estratégicas
3.
Reformar la gobernanza
4.
Apoyar los sustentos y las oportunidades económicas para los mineros
Finalmente, cualquier esfuerzo para abarcar el problema de los minerales en conflicto debe estar unido a una
estrategia más amplia para así generar la voluntad política en el Congo y entre sus vecinos. Así, se encontrarán
soluciones diplomáticas para terminar con las tensiones locales, nacionales y regionales que se han propagado en
los últimos 15 años. La transparencia y la responsabilidad deben extenderse más allá de las fronteras para incluir a
otros gobiernos en la región. Ruanda, Uganda y Burundi (en menor medida) se han beneficiado enormemente del
comercio ilegal de minerales y de la continúa inestabilidad, a la cual han contribuido a veces de manera directa. Por
la misma razón, los vecinos del Congo tienen preocupaciones de seguridad legítimas e intereses económicos en el
Congo oriental. Es vital que los Estados Unidos y sus aliados hagan un enfoque más imparcial hacia estos actores
regionales para abarcar estas preocupaciones de seguridad, para terminar el papel importante que estos estados
continúan desempeñando en el comercio destructivo de los minerales en conflicto, y para apoyar el estado de
derecho en el Congo y más allá de sus fronteras.
La cadena de suministro del Congo: desde las minas
congoleñas hasta los mercados internacionales
La mayoría de la violencia en el Congo oriental se ha llevado acabo en zonas con abundantes minerales en las
provincias orientales de Kivu del Norte, Kivu del Sur y la Provincia Oriental. Esto no es una casualidad. En las zonas
remotas que quedan fuera del control del estado congoleño, los grupos armados que perpetran la violencia también
controlan la mayoría del comercio de los minerales. Las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (cuyas
siglas son FDLR, milicias ruandesas dirigidas por algunos de los que perpetraron el genocidio de 1994), unidades
autónomas o renegadas del ejército congoleño, los grupos Mai-Mai y otros grupos paramilitares controlan muchas
de las explotaciones mineras, mientras que el rebelde Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (cuyas sigla
son CDNP, el grupo rebelde que previamente fue encabezado por Laurent Nkunda y apoyado por Ruanda) se ha
aprovechado de su control sobre los puestos fronterizos y los impuestos sobre estos mineralesi.
¿Cuáles son los minerales que se comercian? Las tres Ts1 y el oro.
Los grupos armados comercian las tres Ts (las menas que producen los metales estaño, tantalio y wolframio) y el
oro. El porcentaje de producción mundial de los minerales que provienen del Congo varía según la sustancia. Congo
produce entre el 6 y el 8% del estaño en el mundo, lo que le convierte en el sexto productor mundialii. Además,
Congo cuenta con el 15-20% de la producción global de tantalio, la cual se ha visto incrementada por el cierre de las
minas de tantalio australianas, que eran las mayores productoras mundiales. En una declaración que anunciaba su
cierre, la compañía minera australiana Talison atribuyó su decisión a la incapacidad de competir contra la
producción barata de África Central, particularmente de la República Democrática del Congo donde crece el
comercio de los minerales en conflictoiii. En lo que se refiere al wolframio, Congo desempeña un papel muy pequeño
con el 2-4% de la producción mundial. Sin embargo, este mineral es una fuente de ingresos en crecimiento para los
grupos armados. De manera similar, la producción del oro en el Congo es menor al uno por ciento de la producción
global, pero es una fuente de ingresos crucial, especialmente para las Fuerzas Democráticas para la Liberación de
Ruanda. Para más detalles, ver el Apéndice I.
Estimar los beneficios que los grupos armados obtienen del comercio de los minerales es un esfuerzo desafiante,
dada la dificultad de obtener datos fiables sobre un negocio que está lleno de contrabando y de esfuerzos
intencionados de aquellos que se benefician del comercio ilegal para cubrir todas las pruebas documentales. Sin
embargo, basándonos en datos fiables, estimamos que en el 2008 los grupos armados del Congo ganaron
aproximadamente 185 millones de dólares con el comercio de los minerales. De muchas maneras, esta es una
suposición bien fundamentada, y esperamos que esta cifra y nuestros cálculos puedan dar comienzo a una
investigación más amplia y más detallada que lleve a una mayor transparencia. Para un desglose más detallado de
los cálculos que se han usado para llegar a esta estimación, ver el Anexo 2.
Los sitios de explotación minera se extienden sobre una vasta franja en el Congo oriental y abarca toda una gama
de operaciones a gran escala, que van desde, por ejemplo, la mina Bisie en el territorio de Walikale, la cual da
trabajo a unos 2.000 mineros hasta los agujeros dispersados en el suelo en los que trabajan un puñado de obreros.
Toda la explotación minera llevada a cabo en las zonas de conflicto es artesanal: trabajo manual, herramientas
simples y las tecnologías más básicas. Este es el caso de la mayoría de explotación minera en el Congo. Incluso en
la provincia de Katanga, donde se encuentras las minas de cobre y cobalto que dominan el sector minero, gran
parte de la producción actual es artesanal y las operaciones industriales a gran escala se quedan principalmente en
la fase de exploración. Desafortunadamente, bajo el marco legal congoleño actual, toda la explotación minera
artesanal en el Congo oriental es técnicamente ilegal, ya que ninguna de las zonas de explotación minera ha sido
designada oficialmente como zonas para la explotación minera artesanal. Esta falta de un marco legal viable para
esfuerzos para la explotación minera legítima complica los esfuerzos para tratar con los grupos armados violentos
que dominan el sector, pero no lo controlan enteramente.
La otra riqueza mineral del Congo
El oro, el tantalio, el wolframio y el estaño representan solo una parte clave de la abundante riqueza mineral del
Congo, que consiste en más de 1.100 sustancias minerales que se extienden sobre 2,3 millones de acres, según el
Banco Mundial. Otras zonas claves ricas en recursos naturales son Katanga, que tiene abundantes minas de cobre
y cobalto, y la provincia Kasal, que es rica en diamantes. Estas zonas no están siendo víctimas del conflicto armado
y, por ello, sus productos no se consideran minerales en conflicto.
Los retos relacionado con el uso de todos los recursos naturales del Congo para el beneficio de su gente son
enormes y vitales para el desarrollo a largo plazo del país .El sector minero también es controvertido, especialmente
teniendo en cuenta el papel destacado de las inversiones occidentales y chinas. El gobierno congoleño ha estado
1
En inglés, tantalio, wolframio y estaño se traducen como tantalum, tungsten y tin, respectivamente. (N.
del T.)
llevando a cabo un análisis y una renegociación exhaustivos de todos los contratos de explotación minera desde el
2007. Estaba planificado que se completaran en abril del 2009, pero se extendió el plazo a 6 meses más.
El tantalio, el wolframio y el estaño: ¿minerales o metales?
Antes de ser refinados más adelante en la cadena de suministro, los minerales que se extraen en el Congo oriental
tienen forma de mena. Cuando tienen está forma, suelen recibir otro nombre.
En el Congo oriental:
•
Mena de estaño: casiterita
•
Mena de tantalio: “coltan” o columbita tantalita
•
Mena de wolframio: wolframita
Una vez que se procesan o se funden, la mena de mineral se convierte en metal.
Los grupos armados se benefician del comercio de los minerales de dos maneras:
•
Controlando las minas, forzando a los mineros a trabajar en condiciones desesperadas y peligrosas a
cambio de una miseria (entre un dólar y cinco dólares al día)iv. La extensión de la presencia de los grupos
armados en las zonas de explotación minera y el grado de coacción que utilizan varía según la zona y el
grupo armado.
•
Exigiendo sobornos e impuesto a los transportistas, a los compradores locales e internacionales, y en
los controles aduaneros. Esto comienza con los obstáculos a las afueras de las zonas de explotación
minera, pero también incluye coaccionar a las instituciones estatales que están presenten en el Congo
oriental al igual que las autoridades tradicionales locales.
Las Naciones Unidas y las ONGs han documentado de manera extensiva la relación entre los grupos armados
y el comercio de minerales. El último informe del Grupo de Expertos de la ONU en diciembre del 2008
mencionó que las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda controla la mayoría de minas en Kivu
del Sur. El anterior Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo ahora aliado con el gobierno desde un
acuerdo de paz que tuvo lugar el 23 de marzo del 2009, jamás controló muchas minas de manera directa, pero
fue capaz de dominar la mayor parte del comercio a través del control de los puestos fronterizos clavesv. La
revista Africa Confidential informó de que en marzo del 2008 los soldados y milicias congoleñas se apoderaron
de dos toneladas de minerales en el aeropuerto de Gomavi. El Polé Institute ha documentado de manera
extensiva que las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda están involucradas en las minas de
estaño, tantalio y orovii. La ONG Global Witness informó de que las Fuerzas Democráticas para la Liberación de
Ruanda y el ejército congoleño estaban trabajando conjuntamente en el comercio de minerales en septiembre
del 2008viii. Además, un estudio reciente relacionado con la mina Bisie en el territorio Walikale en Kivu del
Norte, que cuenta con el 70% de mena de casiterita exportada de Goma, sugiere que las élites militares,
comerciales y políticas que controlan el comercio ganan un 70% de los beneficios obtenidos con la explotación
minera de la casiterita, lo que hace que los mineros o transportistas obtengan pocos beneficiosix.
La cadena de suministro de los minerales en conflicto
1.
Congo Oriental: los grupos armados controlan las minas y las rutas de tránsito, compran armas, cometen
violencia.
2.
Ruanda, Uganda y Kenia: los minerales se transportan a las refinadoras y fundiciones. Los principales
actores son los comerciantes de metal europeos.
3.
Asia oriental: Las empresas de fundición de minerales o de procesado químico transforman los minerales
en metales. Las empresas encargadas de fabricar las tarjetas de circuitos colocan los metales en éstas.
4.
Estados Unidos: los minerales procesados se venden en los teléfonos móviles, reproductores de música y
cámaras digitales.
4. Europa: los minerales procesados se venden en los teléfonos móviles, reproductores de música y
cámaras digitales.
Desde el Congo oriental, los mineral se transportan a través de los países vecinos, incluyendo Ruanda, Uganda y
Burundi. Como los impuestos de exportación el Congo oriental son mayores si los comparamos con los de sus
países vecinos, las casas de comercio que exportan los minerales tienen una fuerte motivación de no decir con
exactitud la cantidad de minerales que procesan o, en ocasiones, pasan de contrabando a través de los bordes
fronterizos que suelen estar poco regulados y donde reina la corrupciónx. El Departamento Británico para el
Desarrollo Internacional (DFID) estima que las cifras oficiales proporcionadas por el gobierno congoleño representan
menos del 30% del comercio actual de la mena de estañoxi. A menudo, los comerciantes internacionales dan
información incorrecta sobre los recursos provenientes de Ruanda, Uganda u otros países de la región, para evitar
la etiqueta de “minerales en conflicto” del Congo. De manera ilustrativa, Ruanda informó de que exportó 2.679
toneladas de estaño en la primera mitad del año 2008, pero su principal mina en Gatumba produce solamente cinco
toneladas de estaño al mesxii.
Desde la región, los minerales se transportan en barco a través de los puertos de Mombasa, Kenia y Dar es Saalma,
en Tanzania, principalmente a Asia, donde las empresas multinacionales de fundición y procesado en Malasia,
Tailandia y China y otras partes, transforman los minerales en metalesxiii. Las empresas de procesado de tantalio
con sede en los Estados Unidos y Alemania, al igual que las empresas de comercio de metales belgas, pueden
estar adquiriendo minerales de los otros grupos armados en el Congo oriental, el Congreso Nacional para la
Defensa del Pueblo y el ejército congoleñoxiv. Estos metales son adquiridos por empresas que fabrican componentes
electrónicos como condensadores y tarjetas de circuitos. Uno por uon, estos componentes se suministran a los
fabricantes de aparatos electrónicos, incluyendo los productos más vendidos como teléfonos móviles, reproductores
portátiles de música, videojuegos y cámaras digitalesxv.
¿Por qué se quedan cortos los esfuerzos actuales?
Las acciones para abordar el conflicto en el Congo oriental se han reactivado en gran medida y son inadecuadas
para la escala del problema. La comunidad internacional ha gastado miles de millones en elecciones y en mantener
la paz, pero a pesar de la extensiva documentación de dos investigaciones de la ONU sobre la economía de guerra
del Congo, los esfuerzos por mantener la paz han fracasado a la hora de abordar las claves económicas del
conflicto. No ha habido un enfoque coherente para cambiar las estructuras que incentivan el comercio de los
minerales en conflicto del Congo ni para cambiar su impacto devastador, ya que ayuda a mantener las instituciones
del Congo débiles y deficientes. Los esfuerzos hasta ahora se han centrado exclusivamente en castigar de manera
gradual las infracciones individuales o la fiabilidad de las instituciones. Algunas de estas iniciativas tienen la
posibilidad de contribuir al desarrollo de oportunidades económicas legales en el Congo oriental, pero hasta ahora
han carecido de la coherencia y el ímpetu diplomático necesarios para cambiar el estatus quo. Como resultado de
ello, el congoleño común permanece atrapado, sus sustentos dependen de un comercio de minerales que lo
explota. Los grupos armados violentos siguen estando bien financiados ya que roban el estado de recursos que
pertenece colectivamente al pueblo del Congo. Mientras tanto, los consumidores occidentales continúan adquiriendo
productos electrónicos sin ser conscientes de que sus aparatos están alimentando el círculo vicioso de la
desesperación.
El gobierno congoleño: déficit en el liderazgo y en la capacidad
El gobierno congoleño carece del control significativo sobre las zonas ricas en minerales del Kivu y de las provincias
vecinas. Hay una discrepancia importante entre el marco legal que gobierna presumiblemente la explotación minera
y el comercio en el Congo, y las prácticas que se llevan a cabo en la realidad. Aunque la normativa minera del
Congo se revisó en el 2002 para que cumpliera los estándares internacionales, se ignora completamente en el
Congo oriental o, aún peor, el experto en explotación minera Nicholas Garrett argumentó que “se usa por los que
tienen el poder para explotar a los mineros artesanales a través de la manipulación, el acoso y la extorsiónxvi”. Un
complejo collage de agencias gubernamentales y los organismos reguladores son los responsables de la
supervisión y gravamen de impuestos de la explotación minera y del comercio de la riqueza mineral. El Polé Institute
ha documentado 25 agencias gubernamentales congoleñas diferentes que desempeñan un papel importante a la
hora de regular el comercio de los minerales en Gomaxvii . Hasta el punto de que estos organismos están realmente
presentes en las zonas de explotación minera, comerciando las minas, o en los bordes fronterizos, funcionan más
como un medio de “impuestos” colectivos que nunca llegan a las arcas del gobierno que como instituciones públicas
legalesxviii.
A pesar de que las autoridades congoleñas puedan necesitar recursos y experiencia para ayudar a asegurar que la
riqueza mineral del país beneficie al estado y a sus ciudadanos en vez de a los grupos armados y a las redes de
criminales, la capacidad para ello solo es parte de la historia. El Comité de Expertos de la ONU llegó a la conclusión
en el 2002 de que “el elemento más importante para parar la explotación ilegal de manera efectiva en la República
Democrática del Congo está relacionado con la voluntad política de aquellos que apoyan, protegen y se benefician
de las redes” xix .Los gobiernos, los empresarios y la sociedad civil deben trabajar juntos para forjar la voluntad
política para legalice la riqueza mineral del Congo.
Esfuerzos internacionales incoherentes
Se han llevado a cabo una variedad de esfuerzos internacionales para abordar los minerales en conflicto del Congo.
Comenzaron en el 2001 cuando el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó el Panel de Expertos en Explotación
Ilegal de Recursos Naturales y otras Formas de Riqueza Naturales en la República Democrática del Congo
(generalmente conocido por el término “Grupo de Expertos”). Este grupo escribió una serie de informes que
ilustraban el alcance de la economía de guerra que funcionaba en todas las partes de la guerra del Congo. En el
2004, siguiendo la imposición de un embargo de armas y sanciones de régimen dirigidas al Congo, el Consejo de
Seguridad estableció un segundo Grupo de Expertos que se centraba más en vigilar las cláusulas de las sanciones
del régimen. Las series de informes que investigaban el conflicto detalladamente y que fueron producidas por los
dos organismos expertos de la ONU, ilustran los continuos fundamentos económicos de seguridad en el Congo
oriental, a pesar del progreso político que el país ha experimentado durante este período. Las medidas específicas
recomendadas por estos dos grupos han cambiado durante el tiempo, yendo desde el embargo sobre los minerales
en conflicto hasta medidas menores como un sistema de rastreo para las cadenas de suministro de los minerales o
los debidos requisitos para las empresas que compran minerales de la región.
Resulta polémica la posibilidad de imponer sanciones en los minerales que sean originarios de las zonas de
conflicto del Congo oriental. En el 2006, el Grupo de Expertos de la ONU recomendó que el Consejo de Seguridad
“debería declarar como acto sancionable todas las exploraciones, explotaciones y comercios ilegales que se lleven a
cabo con los recursos naturales de la República Democrática del Congoxx”. Un informe de la ONU posterior
examinó los efectos secundarios potenciales humanitarios derivados de estas sanciones y advirtió de que estas
sanciones pueden tener consecuencias negativas en el sustento de más de dos millones de mineros artesanales y
sus familias porque todos estos mineros trabajan fuera del marco legal formal del Congo bajo las condiciones
actualesxxi.
El gobierno alemán y el G-8 han apoyado una iniciativa que a largo plazo puede ser alentadora: el desarrollo de
Cadenas de Comercio Certificadas (CTC en inglés: Certified Trading Chains), con zonas de explotación minera
legítimas vinculadas a los clientes internacionales. Esta iniciativa está conectada con esfuerzos científicos para
identificar el origen geológico de los minerales específicos y permitir su rastreoxxii. El Gobierno alemán tiene
programas de ayuda bilaterales tanto con el Congo como con Ruanda para ayudar a desarrollar un sistema así para
el tantalio, con la posibilidad de incluir los otros minerales. Otras empresas privadas también han manifestado que
existen tecnologías para seguir el rastro del estaño y los otros minerales mediante pruebas con isótopos. Sin
embargo, poner en marcha esta iniciativa implicaría desafíos enormes en lo que se refiere a la logística, oposición
política y gastos. Las Naciones Unidas y otros gobiernos involucrados en el proyecto como los Estados Unidos se
han mostrados escépticos ante el uso de las Cadenas de Comercio Certificadas, y, además, sería ideal si se llevara
a cabo durante un período de tiempo más largo que el prometido.
Junto con los esfuerzos mencionados anteriormente para romper el vínculo entre el conflicto y el comercio de los
recursos naturales, se ha dirigido numerosa ayuda internacional para forjar la capacidad de las instituciones
congoleñas, El Banco Mundial ha desarrollado un plan exhaustivo para el Crecimiento con Gobernanza en el Sector
Minero, y las agencias contribuyentes, incluyendo la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional
(USAID en inglés) y el Departamento de Desarrollo Internacional han desarrollado conjuntamente una iniciativa
conocida como Comerciando por la Paz, cuyo objetivo es usar el comercio de los recursos naturales para construir
la paz en la región. Negociando por la Paz ha publicado recientemente una agenda de reformas que incluye muchos
de los elementos necesarios que ayudan a legalizar el comercio regional, pero estos esfuerzos para el desarrollo
tienen que estar ligados a una estrategia política viable si quieren conseguir una masa crítica. La Agencia de los
Estados Unidos para el Desarrollo Internacional también ha fundado la ONG PACT (“pacto” en inglés) que ha
llevado a cabo un trabajo en asociación con las compañías de minas internacionales para mejorar las condiciones
de los mineros y de sus subordinados en las regiones de Katanga e Ituri, pero todavía no se han dirigido esos
esfuerzos hacia las provincias de Kivus.
Los programas de certificación y desarrollo abren la puerta a la posibilidad de soluciones técnicas o para el
desarrollo, pero tienen que ponerse en marcha teniendo en cuenta que el problema es fundamentalmente político.
La certificación es la única solución a largo plazo para distinguir entre los minerales “en conflicto” y los minerales
“limpios”, pero requiere consenso político para que funcione eficientemente, y un programa de certificación
deficiente podría ser el peor de todos. De la misma manera, si los esfuerzos por el desarrollo no están ligados a una
estrategia política para aislar a los actores más indignantes y negocia con los derechos de los explotadores de
conducta inaceptable, corren el riesgo de legalizar el status quo y perjudican a los civiles a los que intentan ayudar.
Estas iniciativas pueden y deben complementar una estrategia política, pero no pueden sustituirla.
La dimensión regional
Las políticas regionales hacen más complicada la cuestión de los minerales en conflicto del Congo pero también
ofrece las mejores expectativas para una solución a largo plazo para este asunto. La riqueza mineral del Congo
oriental llega a los mercados internacionales a través de las rutas comerciales bien documentadas de los países
vecinos, sobre todo Ruanda y Uganda. Desde 1998 hasta el 2003, ambos países ocuparon y robaron
sistemáticamente amplias franjas del Congo. Los casos legales en la Corte Internacional de Justicia dictaminaron la
sentencia de que el gobierno congoleño debía recibir miles de millones dólares en indemnizaciones por las
actividades ilegales llevadas acabo durante ese periodoxxiii. Las recientes operaciones efectuadas en el Congo por
los ejércitos de Ruanda y Uganda han desatado claramente sospechas sobre el hecho de que las acciones contra
las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda y el Ejército de Resistencia del Señor podría conducir a un
continuo control militar por parte de ejércitos extranjeros sobre la riqueza mineral del Congo.
Sin embargo, los estados regionales están a favor de un enfoque futuro más cooperativo, lo que explica en parte por
qué en diciembre del 2006 11 jefes regionales de estado escribieron un Protocolo contra la Explotación Ilegal de
Recursos Naturales como parte de la Conferencia Internacional en la Región de los Grandes Lagosxxiv. Aunque la
cooperación regional sobre este asunto se ha movido con gran lentitud, ofrece un mecanismo potencialmente
innovador y local para establecer colaboración transfronteriza en el desarrollo de mecanismos comerciales que
puedan contribuir a un clima que posibilite más inversiones internacionales. El gobierno alemán ha situado
consejeros técnicos con certificación mineral dentro de la secretaría de la conferencia en Bujumbura, Burundi, lo que
es un primer paso para fomentar un enfoque regional.
Hacia una estrategia exhaustiva
No hay un remedio mágico para terminar con el problema de los minerales en conflicto del Congo. Pero si el
gobierno congoleño y los gobiernos regionales, la comunidad internacional y el sector privado pueden alinear sus
esfuerzos en un objetivo común basado en el comercio de minerales legítimo y revitalizado, habría un mayor efecto
para resolver el conflicto. Aunque los Estados Unidos ha desempeñado un papel líder importante facilitando las
negociaciones políticas con el objetivo de resolver el conflicto crónico en Congo oriental, se ha negado a
responsabilizarse de abordar las economías que siguen alimentando el conflicto. Una nueva estrategia debe afrontar
la economía política del conflicto.
La reforma de las instituciones congoleñas es un objetivo a largo plazo, pero se pueden fijar los prerrequisitos
fundamentales y se pueden dar los primeros pasos en los próximos 12 meses. Hay que llevar a cabo medidas para
prevenir que se siga invirtiendo en el Congo y para mantener el potencial del sector privado para así contribuir a la
recuperación del Congo oriental. A pesar de que los efectos de la recesión económica global suponen una amenaza
para el Congo en la actualidad, también presentan una oportunidad para plantar las semillas de una reforma. Ante
las presiones políticas generadas por el boom de productos, los esfuerzos anteriores del gobierno, entre los que se
incluye revisar los contratos de la explotación minera y de la Comisión Lutundula, han fracasado a la hora de
conseguir reformas importantesxxv. En la actualidad, mientras que el gobierno congoleño necesita capital exterior,
hay una oportunidad para poner en marcha una gobernanza mejorada y políticas económicas. Estas políticas
ayudarán a asegurar que los beneficios obtenidos de la riqueza mineral del país sean para los mineros y sus
familias y no para las empresas criminales.
Hay cuatro componentes entrelazados que llevan a una nueva estrategia para reducir el comercio de los minerales
en conflicto y ayudar a fortalecer el estado congoleño y sus ciudadanos; estos componentes deben ser llevados a
cabo en conjunto con una fuerte imposición de las sanciones endurecidas contra los individuos y los intermediarios
que compran minerales a los grupos armados.
1. Prestar atención a la cadena de suministro
La transparencia es el primer paso para cambiar la economía de conflicto en el Congo. La habilidad para que los
consumidores finales rastreen e inspeccionen las cadenas de suministro de los componentes de metal de los
productos electrónicos es un paso crítico para encauzar la demanda internacional fuera de los grupos armados y
para que ésta tenga acceso a los recursos legítimos.
Ejercer presión a través de los consumidores finales
La industria electrónica es el primer consumidor final de los cuatro principales minerales que se extraen de las minas
del Congo oriental y el vínculo en la cadena de suministro sobre el que los Estados Unidos ejercen más presiónxxvi.
Las presiones llevadas a cabo por la industria de electrónica para obtener los máximos beneficios ha impulsado la
demanda de los minerales en conflicto del Congo, que se producen a precio bajo como resultado de las condiciones
medievales en las que se extraen y las redes ilegales que los sacan fuera de Áfricaxxvii. Otras industrias también
usan el estaño, el tantalio y el wolframio: el estaño se usa en las industrias de conservas de alimentos y comida para
animales y latas de aerosolxxviii; el wolframio se usa en las industrias de la construcción (para taladradoras y equipo
de montaje industrial) y las industrias eléctricasxxix; el oro se usa en la bisutería y en los bancos, que adquieren oro
como inversión y como reservas.
Las experiencias de otras campañas muestran que cuando se ejerce presión sobre estos grupos, éstos y las
empresas de consumidores pueden influenciar radicalmente las empresas medianas que se sitúan más bajo en la
cadena de suministro (los proveedores, los fundidores, etc.). Por ejemplo, Wal-Mart fue capaz de influenciar a sus
proveedores en China para cambiar sus prácticas de embalaje. Los estrategas de campañas han subrayado que
las campañas que se centran en empresas de consumidores y marcas evidentes llegan a un público mucho mayor
y, por lo tanto, tienen una mayor probabilidad de éxito. Una campaña pública efectiva sobre la industria electrónica
tendría que tener un efecto multiplicador en las otras industrias claves para que cambien sus cálculos.
La advocacia internacional y el compromiso colectivo sobre este asunto ya ha empezado en Europa gracias al
trabajo de la coalición de ONGs, Make IT Fair (Hazlo justo). Gracias en gran parte a sus esfuerzos por la advocacia,
una asociación para la responsabilidad social de las industrias electrónicas colectivas, la Coalición Ciudadana de la
Industria Electrónica (EICC en inglés), encargó una investigación sobre la cadena de suministro de metales en el
2008xxx . Tras su informe, la Coalición Ciudadana de la Industria Electrónica estuvo de acuerdo en iniciar un modelo
de transparencia de la cadena de suministro del estaño, el tantalio y el cobalto, y publicó una declaración en la que
reconocía que “pueden influir los estándares a través de la cadena de suministro y dentro de industrias más
ampliasxxxi”. Esta es una confesión importante, pero los esfuerzos dirigidos a la industria se han quedado cortos a
nivel de la transparencia necesaria para marcar la diferencia. Actualmente, las empresas solo proporcionan vagas
garantías escritas de los proveedores de que trafican con los minerales en conflicto del Congo. No hay ningún
mecanismo para comenzar una comprobación independiente o inspecciones de las fichas técnicas. Los esfuerzos
para la advocacia deben asegurar que las empresas no se limitan a envolver los problemas con informes y
declaraciones. Las declaraciones de los proveedores de empresas electrónicas que no compran productos
provenientes de las minas ilegales del Congo son un comienzo, pero no son prueba de que los productos
electrónicos de los consumidores no contengan minerales en conflicto.
Incrementando estos esfuerzos, los consumidores y los activistas necesitan exigir de manera independiente
inspecciones comprobables sobre las cadenas de suministro para asegurar que los productos son realmente
productos libres de conflicto. Esto no tiene que ser un boicot a los minerales congoleños, sino más bien unos
requisitos rigurosos para la adquisición de minerales para que así los consumidores puedan asegurar que los
grupos armados no se están beneficiando de la actividad ilegal o de la sumisión de las poblaciones locales.
Numerosas fuentes industriales han confirmado en entrevistas que es posible seguir el rastro de estos minerales.
Por ejemplo, la línea de joyería “Love Earth” de Wal-Mart ha demostrado que es posible poner en marcha un
sistema que coloca un número de rastreo parecido al FedEX2 en el embarque de oro desde la mina de origen hasta
el centro comercial, rastreando cada paso a lo largo del proceso. Sería un desafío instalar un sistema así: implicaría
grandes gastos y los alicientes para falsificar la documentación tienen que ser vistos como parte de ese esfuerzo.
Hay dos claves para crear un sistema eficaz: convencer a los actores claves de la cadena de suministro de que
trabajen juntos para crear un sistema de rastreo, y poner en marcha un control fiable del sistema a través de
terceras personas independientes. Para desarrollar este sistema de rastreo, la industria electrónica debería trabajar
conjuntamente con sus proveedores, desde fabricantes de soldadura hasta las empresas de procesamiento de
tantalio pasando por las fundiciones de estaño, ya que tienen mayor información sobre las fuentes de los minerales
que se han usado. La voluntad implica un esfuerzo transversal en múltiples sectores. La comprobación por parte de
terceras personas independientes presenta un desafío mayor. El ejemplo de Kimberley Process con los diamantes
se ha quedado corto en este caso, con una política interior en la industria y la falta de los requisitos de inspección
independientes que llevan a saltar los agujeros en las declaraciones de transacción de diamantes. Por ejemplo, un
informe reciente del Departamento de Estado de los Estados Unidos descubrió que Líbano estaba informando
erróneamente sobre los precios y los recursos de sus diamantes en bruto, lo que ha podido tener como resultado la
financiación ilegal de Hezbollahxxxii. Necesitamos mejorar esta trayectoria tan contradictoria. Las declaraciones del
origen de la explotación minera y las inspecciones en la cadena de suministro tienen que estar verificadas por
terceras personas que tengan las habilidades requeridas para controlar las transacciones de metales, como los
2
Compañía aérea y logística estadounidense
auditores forenses o el Departamento de Estado de los Estados Unidos, que cuenta con equipos especializados en
la cadena de suministro. La iniciativa alemana para el rastreo sería muy útil si se implementa de manera adecuada.
Aumentar la presión sobre los intermediarios claves
Aunque cambiar los riesgos de los cálculos y las prácticas empresariales de las empresas a través de la cadena de
suministro tiene la posibilidad de influenciar positivamente los alicientes económicos que apoyan el conflicto,
también puede traer consecuencias inesperadas. Si las empresas internacionales se limitan a marcharse del Congo
y el mercado para todos los minerales se agota, esto puede hacer que la situación sea aún peor. Los mineros sin
trabajo pueden caer en la tentación de unirse a los grupos armados para poder asegurar su sustento. Atenuar estos
efectos requiere no solamente un apoyo amplio para legalizar el sector minero en Congo, pero también un
compromiso hacia las empresas en la cadena de suministro que han mostrado interés por el mercado de los
minerales congoleños.
Las empresas que intervienen en las partes cruciales de la cadena de suministro de minerales necesitan sentir el
esfuerzo por mantener el status quo para acoger los beneficios de una conducta más responsable. Los actores
congoleños, regionales e internacionales que trabajan como comerciantes y agentes que trasladan los minerales
desde el Congo hacia los mercados mundiales operan tanto en economías legales como ilegales. La resolución
1857 del Consejo de Seguridad de la ONU, la cual se dictó tras el último informe del Grupo de Expertos, ha
aumentado de manera significativa la presión internacional sobre estos actores, ampliando los criterios de sanción
para incluir “a los individuos o entidades que apoyan los grupos armados ilegales... a través del comercio ilegal de
recursos naturales”. La resolución también anima a los gobiernos a enviar información al Consejo de Seguridad
sobre posibles personas que deben ser sancionadas, y a tomar medidas para asegurar que las empresas
involucradas en la cadena de suministro de minerales actúan legalmente cuando adquieren los minerales. El
Consejo de Seguridad y los gobiernos locales deben hacer sabes a estas empresas que tienen una opción: formar
parte de la solución cortando todo tipo de relación con los grupos armados y apoyando los esfuerzos de reforma en
las sanciones sobre el terreno. Proporcionando la mezcla correcta de incentivos para prevenir que estos actores
dirijan el comercio de manera clandestina, será una pieza crucial para proporcionar oportunidades económicas
legales en el sector económico formal del Congo oriental.
Las siguientes medidas tendrían un impacto duradero en el aumento de la transparencia:
•
Las industrias deberían rastrear e inspeccionar sus cadenas de suministro: las empresas,
especialmente aquellas de la industria electrónica, deben rastrear el tantalio, el wolframio y el estaño en
sus productos hasta llegar a la mina de origen. Se entiende que es posible que las empresas de
consumidores finales no tengan la información en este momento, pero deben trabajar estrechamente con
sus proveedores y empresas de fundición para obtener esta información, ya que si no, se seguirán
demandando minerales en conflicto. También deberían tener inspecciones independientes llevadas a cabo
en sus cadenas de suministro que muestren fichas técnicas de cada uno de los pasos junto con la cadena
de suministro del estaño, el tantalio y el wolframio.
•
Los gobiernos deberían respaldar la acción en la cadena de suministro: los Estados Unidos y otros
gobiernos deberían apoyar vehemente el cumplimiento de la Resolución 1857 del Consejo de Seguridad.
Esto debe incluir más sanciones dirigidas a un objetivo específico, al igual que la legislación para exigir
inspecciones independientes, el rastro de los minerales hasta la mina de origen y otras restricciones. La
legislación debería estar respaldada por un férreo control y vigilancia por parte de las agencias
gubernamentales de los Estados Unidos, incluyendo el Departamento de Seguridad Interior de los Estados
Unidos y otros Departamentos de Estado, para vigilar los informes incorrectos.
2. Identificar y asegurar las minas estratégicas
El Grupo de Expertos de la ONU ha documentado cómo los grupos armados que forman parte del conflicto, incluido
el ejército congoleño, se benefician de la explotación de recursos y amenazan a la población local. Controlan las
minas, cobran impuestos por el comercio y abusan de los civiles que están involucrados en el negocio. Los grupos
armados intimidan o coaccionar los inspectores estatales de minas y éstos son incapaces de mandar en estas
actividades. Mientras que la orden de la MONUC (Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del
Congo)se ha ampliado a la vigilancia de los flujos de recursos ilegales, se necesitará una inversión internacional
mucho más conjunta para cambiar realmente el cálculo de seguridad de las zonas ricas en minas.
Cambiar esta situación implica asegurar físicamente las mayores minas y quitárselas a los grupos armados. Esta es
una prioridad inmediata, pero la ONU y los otros actores la han ignorado. La operación colectiva que han llevado a
cabo el Congo y Ruanda recientemente (aparentemente contra las Fuerzas Democráticas por la Liberación de
Ruanda, a pesar de que las relaciones con las Fuerzas Democráticas por la Liberación de Ruanda no eran muy
frecuentes) se ha basado en la destitución del líder del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo, Laurent
Nkunda, y la incorporación del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo en las autoridades políticas y militares
locales en Kivu del Norte; esta operación colectiva ha afectado el status quo. Un contexto de seguridad de
aceptación mutua sobre el comercio minero en el Congo oriental es una pieza crucial para una tregua duradera
entre Kinshasa y Kigali, y la comunidad internacional tiene una oportunidad en los sucesos recientes para apoyar
soluciones que beneficien al congoleño común.
Se deben de llevar a cabo diferentes estrategias para hacer frente a los grupos armados de diferentes orígenes y
con diferentes intenciones. La reforma en el sector de seguridad es la mejor manera para tratar al antiguo Congreso
Nacional para la Defensa del Pueblo, a los grupos Mai-Mai, y a los batallones del ejército que no están integrados.
Es improbable que estos esfuerzos desmilitaricen completamente el sector minero a corto plazo, pero tienen las
mayores posibilidades para cambiar el status quo hacia un comercio legal fomentado a medio plazo. Por otra parte,
las operaciones contra las Fuerzas Democráticas por la Liberación de Ruanda necesitará mucha más fuerza militar
y un esfuerzo intenso para debilitar el liderazgo de las Fuerzas Democráticas por la Liberación de Ruanda, negarles
el acceso a las riquezas minerales, animar a que la gente deserte y proteger a los civiles de las represalias.
A corto plazo, la acción poco planeada por las fuerzas congoleñas incontroladas incapaces de proteger a los civiles
o quedarse en el territorio de las Fuerzas Democráticas por la Liberación de Ruanda solo agravarán las ya de por sí
terribles circunstancias en el Congo. Pero la identificación de sitios estratégico de explotación minera s puede
empezar ahora. La MONUC debe colaborar con el gobierno del Congo a la hora de identificar los sitios estratégicos
de explotación minera bajo el control de los grupos armados. Estos esfuerzos no deben centrarse solamente en una
milicia, sino que tienen que ser elegidos basándose en el tamaño, la cercanía a las rutas de tránsito, y la habilidad
del MONUC o de las fuerzas congoleñas entrenadas o cualificadas para mantener su seguridad.
Las fuerzas de seguridad congoleñas propiamente integradas, y respaldadas por la MONUC y los observadores
militares internacionales, deben asegurar estos sitios de explotación minera y las rutas de tránsito relacionadas con
sus cadenas de comercio, en las que se incluye aeródromos específicos, puertos y cruces fronterizos. En la mayor
medida posible, esto se debería llevar mediante la negociación y con alicientes positivos para los jefes que quieran
dejar sus puestos y quieran entrar en un programa de desarme, desmovilización y reintegración. Estas iniciativas
requieren un enfoque mucho más fuerte que los programas congoleños de desmovilización anteriores, que
terminaron dando cobertura a la explotación minera continua y coactiva sin reducir la militarización. Mediante una
minuciosa investigación para filtrar a los que violan los derechos humanos, y el importante proceso de rehabilitación
que sigue después, las tropas de los grupos armados tienen que ser aptas para la integración en los servicios se
seguridad. En conjunto con una MONUC fortificada, una fuerza así podría proporcionar una seguridad física
inmediata necesaria para regular el comercio de los minerales desde estas minas específicas hasta los mercados y
los puntos de exportación en el Congo oriental. Este enfoque debe ser fundamentado en un esfuerzo más completo
y coherente para apoyar la reforma en el sector de seguridad general en el Congo.
Asegurar las minas estratégicas fundamentales
En el Congo oriental, hay cientos de minas controladas a punta de pistola. Pero las siguientes minas son sobre todo
las minas claves para los grupos armados:
• La mina Bisie, en el Distrito Walikale, Kivu del Norte: produce la mayor parte de mena de estaño en el
Norte de Kivu. Pasó de de las manos del batallón 85 no integrado del ejército congoleño (de hecho, una
milicia Mai Mai) a las manos de un batallón integrado bajo el mando de un jefe del Congreso Nacional
para la Defensa del Pueblo, el coronel Manzi. No está claro si los nuevos soldados están físicamente
presentes en las minas, pero están activos en los puestos de control y están cobrando impuestos alos
minerosxxxiii.
•
La mina Lueshe Pyrochlore, en el Distrito Rutshuru, Kivu del Norte: ahora está bajo el control del
ejército congoleño y el Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo. Es uno de los pocos sitios mineros
industriales en Kivu del Norte y Kivu del Sur; produce niobio, que está estrechamente relacionado con el
tantalio. Es uno de los sitios propicias para la puesta en marcha de operaciones industriales.
•
Bisembe, territorio de Mwenga, Kivu del Sur: las minas en los alrededores de Miwenga están
controladas militarmente y económicamente por las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda,
que ha establecido un mini estado en esta región de Kivu del Sur. Asegurar esta zona requiere esfuerzos
significativos para acabar con el control militar y administrativo de las Fuerzas Democráticas para la
Liberación de Ruanda, y solamente se debe considerar con una amplia planificación, incluyendo
provisiones para proteger a los civiles.
Otras zonas de explotación minera importantes son: la mina de oro Misisi en Fizi, Kivu del Sur; minas de estaño,
tantalio y oro en Ziralo, en el territorio de Kalehe, Kivu del Sur; y las minas de oro en los alrededores de Ksugho, en
el territorio Lubero de Kivu del Norte.
3. Reformar las estructuras de gobernanza
La riqueza mineral del Congo enriquece a las redes compuestas por empresarios locales e internacionales, líderes
de las milicias y políticos que se benefician de los recursos que deberían formar la base de una autoridad estatal
legítima. Los esfuerzos por construir un estado en el Congo oriental se han centrado en los aspectos más básicos
de prolongar el mandato del estado: dando el control de las rutas elegidas a las autoridades del gobierno. Aunque
este sea un paso importante, estos esfuerzos serán insostenibles sin unas fuentes de ingresos para las autoridades
locales y provinciales. El hecho de dar parte del control de la economía minera al estado puede proporcionar la base
de apoyo necesaria y ayudaría a desarrollar un comercio legal de minerales bien visible en el cual se podría centrar
un importante apoyo internacional. En una evaluación sobre comercio de casiterita en Kivu del Norte para el Banco
Mundial, el especialista Nicholas Garrett se refiere a este concepto como “Islas de Integridad, con efectos
secundarios en las otras regiones”. Debido a la severidad de los desafíos para terminar con la corrupción y el hecho
de que los oficiales de minas congoleños están a merced de los grupos armados, se requerirá una
internacionalización indiscreta pero temporal del sector minero para asegurar que los ingresos apropiados obtenidos
de la explotación minera y el comercio regresan a las arcas oficiales del gobierno.
La comunidad internacional debe trabajar duramente junto con el gobierno congoleño para forjar una voluntad
política y una capacidad para ejercer control sobre la explotación minera y el comercio en el Congo oriental. Los
pilares de ese esfuerzo se encuentran resumidos en la estrategia del Banco Mundial, pero requiere un enfoque
mayor sobre las dimensiones particulares del conflicto de los recursos en las provincias orientales. La corrupción
endémica del Congo y las redes altamente sofisticadas que dominan el comercio de los minerales son grandes
obstáculos para la reforma. Pero con el gobierno congoleño al borde de una crisis en la balanza de pagos y con la
urgente necesidad de los fondos de emergencia del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y los
gobiernos involucrados, la comunidad internacional tiene la oportunidad de presionar no solamente por el
compromiso sino para conseguir reformas demostrables en lo que respecta a la regulación de la explotación minera,
el comercio y los regímenes de impuestos.
Las siguientes iniciativas políticas tendrían un impacto duradero en la reforma de las estructuras de gobernanza:
•
Diálogo para forjar una voluntad política para la reforma: Los Estados Unidos y la MONUC deben
trabajar con socios internacionales y congoleños para empezar un proceso que incluya el diálogo sobre la
reforma del comercio de minerales en el Congo oriental. Un proceso así necesita incluir una amplia gama
de depositarios, entre los que se encuentran representantes de las comunidades mineras, organizaciones
de la sociedad civil, fabricantes, la comunidad comercial, al igual que gobiernos locales, provinciales y
nacionalesxxxiv. Se fomenta que se lleven a cabo conversaciones políticas a través del proceso Tripartite
Plus, pero solo tiene que ser la primera parte de un proceso mucho más amplio e inclusivo.
•
Coordinación donante sobre un esfuerzo conjunto para apoyar la reforma: una reforma fragmentada
y unas intervenciones descoordinadas deben dar lugar a una cooperación internacional coordinada para
apoyar el comercio legal de minerales. El concepto de las Cadenas de Comercio Certificadas desarrollado
por el gobierno alemán proporciona una marco útil para una iniciativa de este tipo, pero los esfuerzos
llevados a cabo por los locales y las instituciones congoleñas deben ser la prioridad.
•
Creación de una Autoridad Minera Transitoria en el Congo oriental junto a la creación de una
fiabilidad gubernamental: teniendo en cuenta el potencial de la corrupción para debilitar la reforma de la
explotación minera, se hace necesario un esfuerzo internacionalizado y de tiempo limitado para
proporcionar una mayor transparencia y responsabilidad. Esta autoridad podría formarse con tecnócratas
congoleños e internacionales y podría supervisar las autoridades mineras provinciales en Kivu del Norte y
del Sur. En un periodo comprendido entre 3 y 5 años, una autoridad minera podría proporcionar una
mayor regulación del comercio de minerales, mejorar la recaudación de ingresos y trabajar con las
agencias gubernamentales existentes para desarrollar un perfil de inspectores de minas y de aduanas
capaces de realizar estas tareas ellos solos. La naturaleza exacta y el alcance de esta iniciativa debe fluir
a través del diálogo y la coordinación. Las opciones pueden abarcar una amplia gama, desde un sistema
como el Programa de Asistencia para la Gestión Económica y el Gobierno (GEMAP en inglés) en Liberia
hasta opciones más limitadas como los Agentes de la Corona/Departamento para el Desarrollo
Internacional de la reforma de aduanas en Mozambiquexxxv.
•
Coordinación regional sobre las exportaciones para eliminar los incentivos para el contrabando a
través de los países vecinos: debido a las diferencias drásticas entre las tarifas de los aranceles, para
exportar desde Ruanda un contenedor de mena de estaño hay que pagar 200$ en impuestos, mientras
que para exportar el mismo contenedor desde la República Democrática del Congo hay que pagar 6.500$.
Esto crea incentivos para el contrabando y, por lo tanto, es necesario coordinar los regímenes de
exportación. Cada país de los Grandes Lagos tiene un gran interés en legalizar el comercio de los
minerales, y los Estados Unidos y la comunidad internacional debería trabajar con estos estados para
construir conjuntamente regímenes de impuestos que fortalezcan la exportación. Esto podría llevarse a
cabo bajo el Pacto y Protocolo Regionales de los Recursos Naturales de los Grandes Lagos, un
instrumento legislativo firmado por todos los jefes de estado pertinentes.
4. Apoyar los sustentos y las oportunidades económicas para los mineros
A menudo, los mineros empobrecidos y sus familias dependen completamente del escaso salario que obtienen
trabajando en la mina, y en la actualidad tienen pocas alternativas económicas posibles que les permitan salir de
esta esclavitud contratada. Además, los mineros tienen que hacer frente a unas condiciones físicas muy difíciles y
peligrosas a la hora de desempeñar su trabajo. Estos factores hacen que todavía sea más importante gestionar los
esfuerzos para la reforma de tal manera que no hagan la vida todavía más difícil a los mineros y a sus familias. Los
esfuerzos para terminar con el comercio de los minerales en conflicto tienen que ir acompañados de apoyo
internacional para el sustento y las oportunidades económicas en el Congo oriental. Esto debe incluir:
•
Crear un espacio legal y organizativo para los mineros artesanales: a menudo, la minería artesanal es
ilegal en la República Democrática del Congo, lo que margina el sector y perpetúa la pobreza. Los
contribuyentes deberían de trabajar con el gobierno congoleño para reformar el Código Minero de la
República Democrática del Congo y así formalizar la minería artesanal y permitir a los mineros artesanales
formar cooperativas y grupos mineros. Esto también permitiría una mayor inversión legal en el ámbito de
la minería artesanal.
•
Infraestructuras: el Banco Mundial y los países contribuyentes deberían trabajar para ayudar a construir
las rutas que conectarán el Congo oriental con las rutas de comercio del Congo occidental y el Gran Valle
del Rift de manera que otros sectores se beneficien del comercio. Los proyectos de infraestructuras con
una mano de obra garantizada y un salario digno pueden ayudar a que los mineros dejen de trabajar en
las minas del conflicto y a que se creen oportunidades para los combatientes desmovilizados.
•
La inversión privada: las grandes empresas pueden aumentar el nivel de vida de los mineros si se ponen
en práctica mecanismos que se puedan comprobar independientemente para así asegurar que las
empresas no están ayudando a los grupos armados, y se pueda ver que hay normas sanitarias, laborales
y de seguridad en los sitios mineros. La inversión privada puede ser parte de la solución si hay
mecanismos de rastreo vigentes y se puede ver que se cumplen las normas apropiadas.
•
Sustentos alternativos: Debería reforzarse la inversión internacional en iniciativas para el desarrollo
agrario en el Congo oriental, el cual se ha visto desplazado por la minería en los últimos años. Hay buenos
modelos de inversión agraria en zonas mineras en Sierra Leona. Estas han conllevado colaboraciones
innovadoras entre los diversos sectores públicos y privados, como, por ejemplo, la colaboración entre la
Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, la joyería Tiffany y la Fundación para la
Seguridad Medioambiental y la Sostenibilidad. También se deberían promover otras alternativas para el
sustento, como los proyectos para el desarrollo de las empresas pequeñas. Se deberían diseñar todos
estos proyectos en estrecha colaboración con los mismos mineros, y también se deberían sustentar con
iniciativas educativas para los mineros.
Conclusión
El problema de los minerales en conflicto en el Congo es complejo, pero existe el itinerario hacia una solución. Las
cuatro partes claves de esta estrategia (una cadena de suministro transparente, asegurar los sitios mineros, mejorar
la gobernanza de las minas y del comercio, y mejorar las opciones de sustento para los mineros) son todas
ambiciones políticas reales. Lograr llevar a cabo estas ambiciones requerirá coherencia y compromiso tanto por
parte del gobierno congoleño como por parte de la comunidad internacional. Pero los esfuerzos no tendrán su
recompensa al menos que los consumidores individuales en los Estados Unidos y en el resto del mundo den un
paso adelante y exijan un cambio. Al igual que la baja presión sobre las empresas y los gobiernos, lo mejor que
podemos esperar son medidas poco contundentes que quizá parezcan que traigan una reforma pero permitan que
continúe la explotación coactiva de la riqueza natural del Congo. También puedes asegurarte de que se oiga tu voz
apoyando nuestro Compromiso contra los Minerales del Conflicto que se puede encontrar online.
Acabar con el dominio absoluto de la corrupción y la violencia en el Congo oriental no es fácil, y tampoco ayudará al
pueblo congoleño a crear instituciones legítimas que representen sus intereses. Pero los consumidores y sus
representantes electos tienen la oportunidad de cambiar de manera decisiva las dinámicas del conflicto en la Región
de los Grandes Lagos centrando la atención internacional en los actores económicos de esta catástrofe de los
derechos humanos. Al exigir transparencia y responsabilidad a las empresas electrónicas más grandes del mundo,
los consumidores pueden cambiar fundamentalmente la lógica del conflicto del Congo y poner fin a la amenaza de
los minerales en conflicto.
........................................................................................................................................................
Apéndice 1: Porcentajes del estaño, el tantalio, el wolframio y el oro que provienen del Congo oriental: 2008
Estaño: entre el 6 y el 8 por ciento xxxvi
•
Producción estimada del Congo oriental: 24.592 toneladas xxxvii
•
Producción estimada mundial en el 2008: 350.000 toneladasxxxviii
Tantalio: entre el 15 y el 20 por cientoxxxix
•
Producción estimada del Congo oriental: 155 toneladasxl
•
Producción estimada mundial en el 2008: 815 toneladasxli
Wolframio: entre el 2 y el 4 por ciento
•
Producción estimada del Congo oriental: 1.300 toneladasxlii
•
Producción estimada mundial en el 2008: 54.600 toneladasxliii
Oro: menos del uno por ciento
•
Producción estimada del Congo oriental: 6,5 toneladasxliv
•
Producción estimada mundial en el 2008: 2.330 toneladasxlv
Apéndice 2: Metodología utilizada para calcular el beneficio de los grupos armados
Deseamos que el diálogo y la consulta continúa sobre los beneficios que los grupos armados obtienen del comercio
de los minerales en conflicto ayude a los investigadores, legisladores e industrias a desarrollar cifras más precisas,
transparentes y fiables. Los cálculos proporcionados en este documento son estimados y recibimos gustosamente
cualquier otro tipo de datos que estén relacionados con el tema.
Los datos sobre los beneficios que los grupos armados obtienen del comercio de los minerales en conflicto están
basados en nuestras cuatro fuentes principales. Empezamos reconociendo que es difícil rastrear este comercio
detalladamente ya que las agencias oficiales del gobierno congoleño no informan con exactitud de la cantidad y del
precio de los minerales, tal y como lo han demostrado numerosos informes de investigación. Sin embargo, durante
los tres últimos años se ha llevado a cabo una exhaustiva investigación de campo sobre este asunto, lo que
creemos que proporciona la base para una cobertura aproximada y razonable de la participación en las ganancias.
Estos datos tienen en cuenta los tres grupos armados principales: las Fuerzas Democráticas para la Liberación de
Ruanda, el Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo, y las unidades rebeldes del ejército congoleño. Estos
grupos armados están sacando provecho del negocio de dos maneras principales: controlando un porcentaje de las
minas y controlando un porcentaje del transporte de los minerales desde las minas hasta el punto de exportación.
En primer lugar, debemos decir que para el estaño, el tantalio y el wolframio, usamos los datos oficiales del 2008 de
la División de Minas para Kivu del Norte y los datos de la Federación del Sector Privado para Kivu del Sur, según
presentaron Garrett y Mitchell en abril del 2009. Tal y como han subrayado el Polé Institute y otros, la mayor parte
de estos tres minerales (estaño, tantalio y wolframio) no se pasa de contrabando, sino que no se informa con
exactitud sobre su cantidad y su precio. En segundo lugar, usamos la tasa de Garrett y Mitchell que indica que no se
informa con exactitud del 35% de la cantidad en peso exportada de los tres minerales. Esta es un cálculo
aproximado, ya que otras estimaciones realizadas por el Polé Institute, la Iniciativa por África Central, el
Departamento del Desarrollo Internacional y otras instituciones sitúan esta cantidad entre el 40 y 130%; asumimos
que la recopilación de datos oficiales ha mejorado en los últimos tres años. La tasa del 35% se basa en parte en las
discrepancias entre las observaciones de primera mano realizadas por el Polé Institute sobre la mena de estaño
proveniente de la mina Bisie, la Oficina General de Migración Kilambo y Garrett, y los datos bajísimos datos
obtenidos de la misma mena de estaño exportada de Goma. En tercer lugar, para los cálculos de los porcentajes de
mina y rutas de transporte controladas por los grupos armados, usamos los datos de diciembre del 2008
proporcionados por el Grupo de Expertos de la ONU y también los informes independientes de la revista Africa
Confidential y los comerciantes de minas de la región. Finalmente, las entrevistas con el Servicio Geológico de los
Estados Unidos y los comerciantes de metal han proporcionado excelentes informaciones sobre la cadena de
suministro y la tasación aproximada de los minerales a lo largo de la cadena. A pesar de que el comercio del oro es
más difícil de rastrear porque se pasa de contrabando de manera más extensa, el Polé Institute y la ONG PACT han
proporcionado una investigación útil que usamos como base. Reconocemos que existen posibles variaciones en los
porcentajes de varias de las variables, por eso damos un rango de estimaciones sobre los beneficios: alto, medio y
bajo.
Enough es un proyecto del Center for American Progress (Centro para el Progreso Americano) para terminar
con el genocidio y los crímenes contra la humanidad. Fundado en el 2007, Enough se centra en las crisis del
Sudan, Chad, Congo oriental, el norte de Uganda, Somalia y Zimbaue. Los documentos y sesiones
informativas para la estrategia de Enough proporcionan un profundo análisis de campo y recomendaciones
políticas con un propósito específico basados en 3 puntos (3Ps en inglés: promote, provide and punish)
para una estrategia de respuesta a una crisis: promover la paz durable, proporcionar protección civil y
castigar a los autores de las atrocidades. Enough trabajar con ciudadanos, defensores y legisladores
interesados en prevenir, mitigar y resolver estas crisis. Para saber más sobre Enough y lo que puedes hacer
para ayudar, visita: www.enoughproject.org.
i
Para nuestros análisis de las operaciones conjuntas entre Ruanda y Congo ver “Congo´s Dangerous
Crossroads”, Enero 30, 2000; para información sobre los acuerdos recientes entre el Congreso Nacional
para la Defensa del Pueblo y el gobierno congoleño, ver el próximo informe de Enough. Para
recomendaciones sobre cómo echar a las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda del Congo
oriental, ver “Past Due: Remove the FDLR from Eastern Congo” de Rebecca Feeley y Colin ThomasJensen, Enough Strategy Paper, junio 2008.
ii
Daniel Magnowski, „Tin price spike shows Congo´s growing origin role”, Reuters, 30 de octubre , 2008,
disponible en http://www.reuters.com/article/latestCrisis/idUSLU661455
iii
Minerales Talison, “Talison to Suspend Wodgina Tantalum Operations”, Press Statement, 26 de
noviembre del 2008.
iv
Nicholas Garrett, “Artisanal Cassiterite Mining and Trade in North Kivu: Implications Implications for
Poverty Reduction and Security,” Communities and Small Scale Mining, junio del 2008.
v
“El Grupo de Expertos estima que las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda controlan la
mayoría de los sitios principales de explotación minera artesanal en Kivu del Sur, que en su mayoría son
minas de casiterita, oro y coltan. En Kivu del Norte, las Fuerzas Democráticas para la Liberación de
Ruanda controlan muchas de las canteras de las minas de oro situadas en la jungla de la parte occidental
de la ciudad de Lubero. El grupo rebelde también está involucrado en el tráfico de minerales a través de la
carretera de Walikale y controla la mayoría del territorio del Parque Nacional Kahui Biega, que es rico en
minerales.” Ver el “Informe Final del Grupo de Expertos sobre Democracia en la República del Congo”
(“Final Report of the Group of Experts on the Democratic Republic of the Congo,” en inglés) del Consejo
Seguridad
de
la
ONU,
S/2008/773,
disponible
en
http://www.un.org/Docs/journal/asp/ws.asp?m=s/2008/773, p. 20. 6
vi
“How Smuggling Pays for Killing,” Africa Confidential, 49 (23) (14 de noviembre del 2008).
vii
Según Africa Confidential, el Pole Institute publicó esta información en el 2008. “How Smuggling pays
for killing,” Africa Confidential, 49 (23) (14 de noviembre del 2008).
viii
Global Witness, “Control of mines threatens peace efforts in eastern Congo,” (septiembre del
2008), disponible en http://www.globalwitness.org/media_library_detail.php/663/en/control_of_mines.
ix
Nicholas Garrett, Sylvia Sergiou, y Koen Vlassenroot, “Negotiated Peace for Extortion: The Case of
Walikale Territory in eastern DR Congo,” Journal of East African Studies 3 (1) (marzo del 2009).
x
Aloys Tegera y Dominic Johnson, “Rules for Sale: Formal and Informal Cross-border trade in Eastern
DRC” (Polé Institute, junio del 2007).
xi
Nick Bates y Hilary Sunman, “Trading for Peace: Achieving security and poverty reduction through
trade in natural resources in the Great Lakes area”, (Departamento del Desarrollo Interacional/Agencia de
los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional/Comesa, octubre del 2007).
xii
Para las estadísticas de exportación, ver el Banco Nacional de Ruanda, “Export Statistics” (agosto del
2008), disponible en http://www.bnr.rw/statistics.aspx. Para la producción minera, ver “MPA to Step up
Rwanda
Investments,”
ITRI
News,
febrero
del
2009,
disponible
en
http://www.itri.co.uk/pooled/articles/BF_NEWSART/view.asp?Q=BF_NEWSART_310329.
xiii
Ver “Final Report of the Group of Experts on the Democratic Republic of the Congo,” del Consejo de
Seguridad de la ONU, p. 22-23; ver, “Congo Rebels Cash in on Demand for Tin,” de Nicholas Garrett y
Harrison Mitchell Financial Times, 5 de marzo del 2008.
xiv
H.C. Starck con sede en Goslar (Alemania) y otras oficinas en Ohio, Michigan y Massachusetts, y
Cabot Corporation, cuya sede principal se encuentra en Boston, Massachussets, son las dos procesadoras
de tantalio más grandes del mundo. En los datos del gobierno de la República Democrática del Congo y
en los informes de la ONU, también se menciona que varias empresas de comercio de metales están
comprando estaño y tantalio del Congo Oriental, entre las que se incluyen Trademet y Traxys, ambas con
sede en Bélgica, y Afrimex, con sede en el Reino Unido, aunque Afrimex informó a las Naciones Unidas
que ya en el 2008 no importó minerales del Congo. Consejo de Seguridad de la ONU, “Final Report of
the Group of Experts,” (“Informe final del Grupo de Expertos”) p. 22-23. 15.
xv
Consumer Electronics Association (Asociación de Consumidores de Electrónica, “CEA Market
Research” (January 2007), disponible en http://www.ce.org/Research/Sales_Stats/1219.asp.
xvi
Garrett, “Artisanal Cassiterite Mining and Trade in North Kivu: Implications for Poverty Reduction
and Security,” p. 21.
xvii
Tegera y Johnson “Rules for Sale,” p. 37-29.
xviii
Tegera y Johnson “Rules for Sale”; Bates y Sunman, “Trading for Peace.”
xix
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, “Final Report of the Panel of Experts on the Illegal
Exploitation of Natural Resources and Other Forms of Wealth of the Democratic Republic of the Congo,”
S/2002/1146, octubre del 2002, p. 28.
xx
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, “Report of the Group of Experts on the Democratic
Republic of the Congo,” S/2006/525, julio del 2006, p. 33
xxi
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, “Report of the Secretary-General pursuant to paragraph
8 of resolution 1698 (2006) concerning the Democratic Republic of the Congo,” S/2007/68, febrero del
2007.
xxii
Ver Frank Melcher y otros, “Fingerprinting of conflict minerals: columbite-tantalite (“coltan”) ores,”
Society for Geology Applied to Mineral Deposits News, junio del 2008.
xxiii
La Corte de Justicia Internacional decretó en el 2005 que Uganda debe pagar indemnizaciones al
gobierno congoleño por violar los principios de no intervención con sus fuerzas armadas entre 1993 y
2003. El gobierno de la República Democrática del Congo estima que estas indemnizaciones deben
ascender a los 6 mil millones de dólares americanos. Hubo un caso similar contra el gobierno de Ruanda.
Ver http://www.icj cij.org/docket/index.php?p1=3&p2=3&code=co&case=116&k=51.
xxiv
Conferencia Internacional en los Grandes Lagos sobre el Pacto en Seguridad, Estabilidad y Desarrollo
en la Región de los Grandes Lagos (en inglés, International Conference on the Great Lakes Region Pact
on Security, Stability, and Development in the Great Lakes Region). Diciembre del 2006. ver
http://icglr.org/common/
docs/docs_repository/pactsecuritystabilitydevelopment.pdf
xxv
Correspondencia con un analista politico en Kinshasa, abril del 2009.
xxvi
John Prendergast, “Can You Hear Congo Now? Cell Phones, Conflict Minerals, and the Worst Sexual
Violence in the World,” Enough Strategy Paper, abril del 2009.
xxvii
Minerales Talison
xxviii
Instituto Internacional de la Investigación del Estaño, “Review of Tin Use and Recycling for 2007,”
disponible
en
http://www.itri.co.uk/pooled/articles/BF_NEWSART/view.asp?Q=BF_NEWSART_308811.
xxix
Boletín informativo de la Asociación Internacional del la Industria del Wolframio, diciembre del
2008, disponible en http://www.itia.org.uk/Default.asp?Page=31; entrevista con el Servicio Geológico de
los Estados Unidos, marzo del 2009
xxx
GHGm, “Social and Environmental Responsibility in Metals Supply for the Electronics Industry”
(junio del 2008), disponible en http://www.eicc.info.
xxxi
Coalición Ciudadana de la Industria Electrónica /Declaración de la Iniciativa e-Sostenibilidad Global,
febrero del 2009
xxxii
Chaim Even-Zobar, “Lebanon-Guinea Axis Emerges as a Major Diamond Laundering Route,”
Diamond Intelligence Briefs, 10 de marzo del 2009.
xxxiii
Correspondencia con la ONG Global Witness
xxxiv
Para una descripción mucho más detallada del proceso, ver Nicholas Garrett y Harrison Mitchell,
“Trading Conflict for Development: Utilising the Trade in Minerals from Eastern DR Congo for
Development,” Resources Consulting Service LLC, abril del 2009.
xxxv
Conoce más sobre GEMAP en http://www.gemapliberia.org/.
xxxvi
La producción de estaño en la República Democrática del Congo ha disminuido en los últimos años
(alrededor de 20.000 toneladas en el 2007), pero las cifras reales podrían ser mayores debido a que las
agencias de la República Democrática del Congo no proporcionan todos los datos con la debida exactitud.
De la misma manera, la producción mundial del estaño oscila entre 330.000 y 350.000 toneladas. Por eso,
usamos un porcentaje de error de entre le 6 y el 8%.
xxxvii
Estas cifras están basadas en cifras recopiladas oficialmente y obtenidas de la División de Minas del
Gobierno de la República Democrática del Congo, más un 35% aproximado de subdeclaración por las
agencias oficiales. La División de Minas informa que se extrajeron 12.502.000 kilogramos en Kivu del
Norte y 4.196.000 kilogramos en Kivu del Sur durante los primeros 11 meses del 2008. Las cifras de
18.412.000 y 6.180.000 incluyen un mes adicional y el 35% de la tasa de subdeclaración. El 35% de la
tasa de subdeclaración se basa en varias fuentes. INICA estima que la subdeclaración para las
exportaciones de los recursos naturales se encuentra entre el 30 y el 135%. Además, la subdeclaración del
estaño obtenido de Bisie, la mina más grande en Kivu del Norte, fue más del 40% en el 2006 y 2007. La
capacidad oficial de Bisie es de 10.600.000 kilogramos al año, y la autoridad congoleña oficial de la
Oficina General de Migración Kilambo presenció 10.309.000 kilogramos cuando salió de la zona minera
Bisie-Walikale de Goma, pero la División de Minas declara que la cantidad es un 44% menor. Las
razones de este fraude se describen en detalle en el informe del Polé Institute. Para el 2007, Garrett
mencionan 12.754,56 toneladas extraídas en Kivu del Norte basándose en seis camiones llenos que
llevaban por día dos toneladas cada uno y que salían de la zona minera del Walikale hacia Goma, y 4.115
toneladas más que llegan hasta Goma desde otras zonas de Kivu del Norte. El Polé Institute, y después
Bates y Sunman basándose en la investigación de Polé, mencionan 16.780 toneladas como el total para
tanto Kivu del Norte como Kivu del Sur en el 2006. Las cifras oficiales de exportación en el 2007
proporcionadas por el Ministerio de Minas congoleño son de 10.175,2 para Kivu del Norte y 4.731 para
Kivu del Sur. Sin embargo, se deben revisar estas cifras oficiales, teniendo en cuenta que el 35% es
estaño aplanado, y aproximadamente el 44% no fue declarado en la aduana., según Garrett. Esto haría
17.363 toneladas en total. Bates estima que hubo una tasa mayor de subdeclaración por los oficiales de
aduana en el 2006, aproximandamente el 67%. Sin embargo, las entrevistas hechas sobre el terreno
revelan que la recopilación de datos ha mejorado en cierto modo, y por eso usamos una cifra más
aproximada para la subdeclaración del 35%. Nicholas Garrett y Harrison Mitchell, “Trading Conflict for
Development (Departamento del Desarrollo Internacional, abril del 2009); Nicholas Garrett, “Artisanal
Cassiterite Mining and Trade in North Kivu:Implications for Poverty Reduction and Security” (CASM,
junio del 2008); Aloys Tegera y Dominic Johnson, “Rules for Sale: Formal and Informal Cross-Border
Trade in Eastern DRC” (Polé Institute, junio del 2007), p. 52-54; Nick Bates y Hilary Sunman, “Trading
for Peace: Achieving Security and Poverty Reduction Through Trade in Natural Resources in the Great
Lakes Area” (Departamento para el Desarrollo Internacional/Agencia de los Estados Unidos para el
Desarrollo Internacional/Comesa, octubre del 2007); datos oficiales de exportación para el Ministerio de
Minas de la República Democrática del Congo, 2007; entrevistas con los especialistas en estaño, África
Central y tantalio del Servicio Geológico de los Estados Unidos, febrero del 2009, entrevistas con los
Servicios de Asesoramiento de Recursos, febrero del 2009.
xxxviii
ITRI, “Review of Tin Use and Recycling for 2007”; el Servicio Geológico de los Estados Unidos
menciona una cifra algo menor a las 330.000 toneladas. Sondeo de mercancías sobre el estaño realizado
por el Servicio Geológico de los Estados Unidos (2009), disponible en http://www.usgs.gov.
xxxix
Esta cantidad era más baja en la mitad de la década comprendida entre el 2000 y el 2010, entre un
tercio y la mitad de la producción actual. Esto se debe a que la producción de tantalio en la República
Democrática del Congo fue menor debido a los bajos precios y a la inseguridad en aquella época. Los
futuros porcentajes podrían fluctuar entre el 10 y el 25% por ciento ya que dependen de otros precios,
producciones en otras partes del mundo como Australia y los patrones de compra corporativos.
xl
Los informes oficiales del Ministerio de Minas de la República Democrática del Congo informan que se
recogieron 56.000 kilogramos en Kivu del Norte y 295.000 kilogramos en Kivu del Sur durante los
primeros 11 meses del 2008. Incluyendo una tasa de subdeclaración del 35%, esto hace que el total sea
517 toneladas para los dos Kivus. Con un 30% en contenido de mena, esto hace que el total sea de 155,1
toneladas. Garrett y Mitchell, “Trading Conflict,” p. 31.
xli
. Sondeo de mercancías sobre el estaño realizado por el Servicio Geológico de los Estados Unidos
(2009), disponible en http://www.usgs.gov
xlii
Estos son cálculos aproximados, siendo las cifras reales algo mayores. Los informes oficiales de la
División de Minas recogen 441.000 kilogramos en Kivu del Norte y 56.000 kilogramos en Kivu del Sur
durante los 11 primeros meses del 2008. Incluyendo una tasa de subdeclaración del 35%, esto hace que el
total sea de 880.000 toneladas para las dos Kivus. Sin embargo, la División de minas recoge 767.000
kilogramos para Kivu del Norte en el 2007, y otras agencias gubernamentales realizaron estudios en los
que se recogieron cifras más altas, lo que significa que la cantidad real puede ascender hasta las 1.500
toneladas. Por eso, nosotros usamos la cantidad de 800 toneladas para Kivu del Norte. Garrett y Mitchell,
“Trading Conflict,” p. 31.
xliii
Sondeo de mercancías sobre el estaño realizado por el Servicio Geológico de los Estados (2009),
disponible en http://www.usgs.gov
xliv
Estas cifras son aproximadas y se basan en varias Fuentes. La ONG PACT, basándose en los cálculos
del Grupo de Expertos de la ONU, calcula que Kivu del Norte produce 1,5 toneladas de oro al año. Bates
y Sunman, teniendo en cuenta un informe del Departamento del Desarrollo Internacional basado en las
investigaciones del Polé Institute, calculó que la exportación de oro desde Kivu del Sur era de unos 5.000
kilogramos. Bates and Sunman, “Trading For Peace”; Pact, “Natural Resource Trade Flows—
DFID/USAID/COMESA Study” (junio del 2007), p.. 35-36: Tegera y Johnson, “Rules for Sale,” p. 7578.
xlv
Sondeo de mercancías sobre el estaño realizado por el Servicio Geológico de los Estados Unidos
(2009), disponible en http://www.usgs.gov
Otros firmantes: Acidi Congo (Kivu del Sur), República Democrática del Congo; Action des
Chrétiens Activistes des Droits de l’Homme à Shabunda (ACADHOSHA), República Democrática
del Congo; Centre National d’Appui au Développement et à la Participation Populaire
(CENADEP), República Democrática del Congo; Centre for Trade Union and Human Rights
(CTUHR), Filipinas; Fair Trade Centre, Suecia; Free the Slaves, Estados Unidos; Mark Taylor del
FAFO Institute for Applied International Studies Oslo, Noruega; Shan Sapawa, Birmania.
Financiadoras:
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