A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 19 de marzo de 2008, habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden de votación: Pettigiani, Corte de doctores se reúnen Justicia en Genoud, los Hitters, señores acuerdo jueces ordinario de de para Lázzari, la Suprema pronunciar sentencia definitiva en la causa L. 89.858, "Noguera, Ramón Marino contra ‘Laso S.A.’. Indem. por despido y otros". A N T E C E D E N T E S El Tribunal del Trabajo nº 3 de Tres Arroyos rechazó la demanda promovida, con costas a cargo de la parte actora. Ésta interpuso recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley. Dictada la providencia de autos y hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente C U E S T I O N ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley? V O T A C I O N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Genoud dijo: I. El Tribunal del Trabajo rechazó la demanda promovida el 17-VII-2001 (cargo de fs. 33 vta.) por Ramón Marino Noguera contra "Laso Sociedad Anónima" por las que perseguía el cobro de diferencia en la indemnización por despido, y el resarcimiento prescripto por el art. 52 de la ley 23.551. La decisión emitida se fundamentó en que se tuvo por no probado que la empresa demandada tuviera tareas acordes a la capacidad residual del trabajador, extremo en el cual ésta fundó la rescisión contractual, conforme la autorización conferida por el pronunciamiento dictado en la causa "Laso S.A. c/Noguera, Ramón Marino s/exclusión de garantía de estabilidad gremial" (expte. nº 16.070). II. Contra dicho pronunciamiento la parte actora interpuso recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley en el que denuncia violación de los arts. 211 y 212 de la Ley de Contrato de Trabajo; 34 inc. 4), 375 y 384 del Código Procesal Civil y Comercial; y 44 inc. d) de la ley 11.653, en el que cuestiona las conclusiones fácticas establecidas en el veredicto en punto a la inexistencia de tareas acordes a la capacidad residual del actor. Por otro lado, y en relación a la aplicación al caso del art. 212 de la Ley de Contrato de Trabajo, estima no cumplida la exigencia de colocar en el período de reserva del puesto al trabajador, para que se tornen operativos los distintos supuestos contenidos en dicho precepto. III. El recurso no puede prosperar. a. Estimo necesario alterar el orden lógico de los agravios, a fin de establecer cuál es el presupuesto que permite contemplados Trabajo, tornar operativos en el art. 212 porque su eventual los de distintos la supuestos Ley de Contrato en el caso ausencia de podría derivar en la modificación de la resolución de grado sin necesidad de atender al restante planteo contenido en el remedio procesal en examen. Ello así pues en el criterio del recurrente se encontraría ausente la exigencia de posicionamiento del trabajador en el período de reserva del puesto contenida en el art. 211 de dicho cuerpo legal, lo cual aparece como el presupuesto necesario para resolver la extinción con apoyatura en el ya citado art. 212, ausente en el caso. Sin embargo, tal concepto no es correcto por las razones que seguidamente se exponen. 1. enfermedad de trabajador configura Ocurrido el para un carácter accidente inculpable, cumplimiento el o empleador de su su exteriorizada que débito obligación una impidan al laboral, se de continuar abonando las remuneraciones durante los plazos previstos por el art. 208. Superado este término, y de continuar impedido el empleado de prestar tareas, cesa para el principal su obligación de pagar salarios, mas tiene la carga de conservar el empleo por el término de un año (art. 211). Finalizado hasta tanto una de este las período, partes la relación resuelva su perdura extinción mediante su comunicación a la otra. Al respecto, este Tribunal ha expresado que el art. 211 de la Ley de Contrato de Trabajo habilita la rescisión contractual constituyendo una causal que no opera por sí misma. Es preciso que una de las partes del contrato exteriorice su voluntad de disponer el cese en ejercicio del poder de rescisión que acuerda la norma citada, sin carga económica una vez vencido el período de conservación del puesto (causa L. 72.057, sent. del 28-III-2001). Para conservación inculpable el del caso puesto, resultase una que si durante del el accidente disminución período o de enfermedad definitiva en la capacidad laboral del trabajador, el art. 212 prescribe a lo largo de cuatro párrafos, los distintos supuestos de reincorporación, o su resarcimiento si no hubiese tareas acordes a la capacidad residual del trabajador. Si bien el precepto legal expresa que el carácter definitivo de la minusvalía debe producirse durante el período de reserva del puesto, no resulta razonable pensar que es sólo a partir de dicho supuesto en que pueda darse aquella circunstancia para entonces encuadrar el estado del trabajador en alguna de las situaciones que contempla el art. 212, atento a que el carácter permanente de la minoración puede darse tanto durante el período de licencia paga, como incluso más adelante. Así, la norma requiere del carácter definitivo de la disminución de la capacidad laboral del trabajador durante la vigencia de la relación como condición para la exigibilidad tanto de la obligación principal que impone al empleador -reasignación de funciones- como de las distintas indemnizaciones que contempla en sus distintos párrafos el art. 212. Mas nada autoriza a pensar en la necesidad del cumplimiento fatal de los plazos para que recién entonces pueda configurarse alguna de las situaciones contenidas en la norma citada en último término, cuando, como se acaba de expresar, lo que cuenta es que el carácter definitivo de la incapacidad se dé estando vigente la relación de trabajo. Por ello, no aparece como condición necesaria -como lo pretende el recurrente- posicionar al trabajador en la situación de reserva del empleo cuando el presupuesto al que se supedita la aplicación de la norma (art. 212, L.C.T.), esto es, el carácter definitivo de la incapacidad, aparece configurado durante la vigencia de la relación, pues es justamente este carácter el que torna operativo a dicho precepto legal. 2. En autos quedó probado, con arreglo al expediente caratulado "Noguera, Ramón Marino c/Laso S.A. s/indem. por accidente de trabajo" (nº 14.629; agregado por cuerda), que el actor padece una afección pulmonar de tipo obstructivo y incapacidad pertenece) una miocardiopatía, parcial del 50% y de que permanente la total le (el obrera ocasionan una resaltado me y en la cual concurren por partes iguales factores causales atribuibles al trabajador y al trabajo, habiendo quedado consolidada la misma en el mes de febrero de 1993 (vered. 2ª cuestión, fs. 201 vta./202). Es decir, desde la fecha señalada la minusvalía padecida por el señor Noguera revestía el carácter de permanente (o definitivo, en el texto de la Ley de Contrato de Trabajo), por lo cual a partir de allí se estaba en condiciones de verificar en cuál de los distintos supuestos contenidos en el art. 212 de la ley 20.744 -t.o.-, se encuadraba la situación del actor. Lo hasta aquí expuesto resuelve en forma negativa, el cuestionamiento del recurrente en punto a los presupuestos necesarios para la operatividad del art. 212 de la Ley de Contrato de Trabajo en el caso de autos. b. propuesto por Superado el el impugnante, condicionamiento cabe entonces normativo analizar el restante planteo, esto es, el vinculado en el orden fáctico y probatorio con la existencia de tareas acordes a la capacidad residual del señor Noguera. En relación a la denunciada inversión indebida de la carga de la prueba, se hace necesario efectuar las siguientes precisiones. El recurrente expresa que, en autos, en la octava cuestión del veredicto, el Tribunal se había interrogado respecto empresa de si tareas se había acordes acreditado a la que existían incapacidad en laboral la del accionado. Y afirma también que se respondió que no se había probado que la actora poseyera tareas pasivas adecuadas para asignarle al trabajador. Se indicó allí que tal respuesta había sido efectuada a fojas 566 vuelta. En primer lugar, debe señalarse que la aludida cuestión del fallo de los hechos a la que se refiere el recurrente, es la expresada en el expediente de exclusión de la tutela sindical (nº 16.070, que corre por cuerda), y en el cual la parte actora era la empleadora. Basta para ello con quejoso, remitirse donde obra a las la fojas individualizadas respuesta al por interrogante el allí planteado. Sin perjuicio de ello, y a fin de brindar una adecuada respuesta, en el sub lite el tópico vinculado con la existencia de tareas acordes a la capacidad residual del actor fue formulado, en la presente causa, en la novena cuestión del veredicto (fs. 201 vta.), brindándose respuesta negativa a la misma, a fojas 203 vuelta/204, en que se concluyó que se encontraba suficientemente acreditado que la demandada no poseía tareas acordes a la capacidad residual del actor (fs. 204). En ese contexto, y en atención a los términos -para más, categóricos- en que aparece fundada la conclusión del Tribunal, la denuncia relativa a la existencia de una supuesta violación de las reglas del onus probandi pierde relieve, careciendo de trascendencia. Despejado el tramo de la queja vinculado con la impugnación referida adjudicación continuar el de la a la carga imputación de cuestionamiento la del de prueba, una indebida cabe entonces recurso relacionado, ahora, con la definición expuesta en el fallo acerca de la inexistencia -que se juzgó comprobada - de tareas acordes a la capacidad laborativa del señor Noguera. Al respecto, al abordar dicho extremo el tribunal a quo tuvo en cuenta los dictámenes periciales contable y técnico obrantes en el expediente de exclusión de tutela sindical, interrelacionados con la prueba testifical que individualiza, lo que lo llevó a concluir -reitero- en la inexistencia de labores acordes a la capacidad restante del trabajador. Así resuelta la cuestión, ésta no puede modificarse pues el sentenciante de origen interrelacionó los elementos probatorios de ambas causas que individualizó para poder arribar a la conclusión objetada, alejando de tal modo la posibilidad de incurrir en el vicio de absurdo. En relación a esta anomalía invalidante, ha expresado esta Suprema Corte que el concepto de absurdo hace referencia a la existencia, en la sentencia atacada, de un desvío notorio, patente o palmario de las leyes de la lógica o a una grosera desinterpretación material de la prueba producida. No cualquier error, ni la apreciación opinable, otras discutible u interpretaciones, objetable, alcanzan ni para la posibilidad configurarlo, de sino que es necesario que se demuestre un importante desarreglo en la base del pensamiento, una anomalía extrema, que debe ser eficazmente denunciado y demostrado por quien lo invoca (causa L. 83.792, sent. del 2-III-2005). Al respecto, el recurrente opone al extremo fáctico en crisis, su particular y discrepante criterio en la selección e interpretación de los medios de prueba que individualiza, mas dicha labor no permite poner en evidencia que el cometido axiológico del juzgador de grado esté teñido, vuelvo a decir, del vicio de absurdo. Por último, no es argumento eficaz para desmerecer el extremo fáctico en crisis, la imputación al tribunal de grado de una interpretación restrictiva del art. 212 de la Ley de Contrato de Trabajo que éste no le ha adjudicado, sino que, por el contrario, aplicó con arreglo a la situación de los litigantes, verificada en la causa. IV. Por lo expuesto, el recurso debe rechazarse; con costas (art. 289, C.P.C.C.). Voto por la negativa. Los señores jueces doctores Hitters, de Lázzari y Pettigiani, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Genoud, votaron también por la negativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se rechaza el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley traído; con costas (art. 289, C.P.C.C.). Notifíquese y devuélvase.