Acerca de la Incomunicación en las Relaciones Intra e Intergrupales Cerno, Leonardo A. Instituto de Letras. Facultad de Humanidades, UNNE. Av. Las Heras 727 - (3500) Resistencia - Chaco - Argentina. Tel./Fax: +54 (03722) 437067 - E-mail: cherno@infovía.com ANTECEDENTES Paralelamente al desarrollo de los modelos de la comunicación originados desde marcos disciplinares tales como la teoría de la información y la lingüística estructural [cf. Jakobson, 1960], el afianzamiento de la perspectiva pragmática de los intercambios simbólicos, enriquecido tanto desde la filosofía del lenguaje, la cibernética, y la psicoterapia, dirigía sus modelos hacia los errores, patologías y paradojas que plantea específicamente la comunicación humana. La psicoterapia, sin embargo, enfatizaba sobre un axioma básico de la comunicación humana, apoyado en el concepto de "interacción": el de la imposibilidad de no comunicar. El problema que se plantea, pues, si toda acción es comunicación, es, entonces, el de establecer una cualificación de los procesos de comunicación humanos considerando la esencia del ser-en-grupo desde fundamentos ético-universales de los intercambios simbólicos (Guattari, 1989). Nuestro trabajo, en sí, se inserta dentro de esta última la rama de investigaciones, relativas a los problemas de comunicación, acotado a las relaciones interpersonales en las instituciones. La indagación se ha encaminado desde el desarrollo del concepto de "incomunicación". Para esta clase de enfoque, las ciencias sociales han desarrollado nociones y métodos complementarios, tanto desde la sociología (Habermas, 1991), semiología (Verón, 1995), la antropología (G. Bateson), la lingüística (Van Dijk, 1987) y la psicoterapia (Watzlawick et al, 1968; Blander et al, 1975). Como problema existencial o filosófico, la incomunicación entre los seres humanos es tal vez tan antiguo como la torre de Babel. Probablemente sean algunos subgéneros artísticos los que en nuestra época expresan de mejor manera este fenómeno: el teatro del absurdo, o el expresionismo abstracto, son algunos ejemplos. Ajeno a la libertad del arte, al menos por ahora, el trabajo de las ciencias sociales exige una limitación de las perspectivas de análisis. En nuestro caso, apelamos a contribuciones de los autores mencionados arriba. MATERIALES Y MÉTODOS La primera etapa de esta investigación estuvo centrada en determinar la naturaleza del fenómeno en cuestión. Con el objetivo de elaborar un lenguaje mediante el cual describirlo, un lenguaje preferentemente de observación, se grabaron 6 horas de conversaciones espontáneas entre 8 personas, previamente desconocidas entre sí, divididas en 2 grupos. De aquí se formularon hipótesis de inducción que fueron volcadas en un cuestionario estructurado, el cual fué aplicado a 18 personas. El cuestionario realizaba preguntas acerca de la experiencia subjetiva de la incomunicación y sus aspectos observables. Las personas que lo respondieron se dividían en número casi igual entre hombres y mujeres, entre 20 y 30 años, de la ciudad de Resistencia. Por otra parte, provenían de diferentes sectores sociales, grados de formación, ámbitos laborales y culturales. Los discursos obtenidos mediante grabaciones se fragmentaron en proposiciones que remitían a saberes espontáneos u opiniones de tipo general, cuyo léxico fué más tarde traducidos a conceptos de teoría. El total de enunciados resultantes fueron sistematizados en una pseudoteoría, que establecía de generalidad, relaciones de inclusión, exclusión, y contradicción mutua entre las enunciaciones. En este último caso, el procedimeinto fue deductivo. A partir de los materiales mencionados estábamos en condiciones de realizar una segunda etapa, en la que se procedió a la grabación y filmación de interacciones privadas, semiprivadas y públicas, libres de consignas, ya fueran conversaciones o situaciones de trabajo o de estudio. Se obtuvieron 8 hs. de filmaciones, en las que participaron unas 30 personas. Para la selección de los informantes se utilizaron los mismos criterios especificados más arriba. Este último material sirvió para la elaboración de modelos de esquemas de interacciones y organizaciones, que detallaremos a continuación. La 3ª etapa de este trabajo, por útlimo, se centra en la construcción de una tipología de relaciones intra e intergrupales, deducidas de los esquemas producidos, capaz de ser aplicada a organizaciones institucionales públicas y privadas, posteriormente de ser puesta a prueba. DISCUSIÓN DE RESULTADOS El cuestionario dió como resultado la localización de la experiencia de incomunicación en las dimensiones fácticas, metalingüísticas y contractuales de las relaciones sociales. Para reconocer "no comunicación", los actores dirigen sus competencias hacia las señales de contacto, los registros léxico y paralingüísticos, y los resultados de la interacción. De aquí, un conjunto de comportamientos discursivos, gestuales y perlocutivos "significan" ya indiferencia/deferencia, aceptación/rechazo, o compromiso/descompromiso ante la situación creada. Dado que los encuestados confirman una relación de semejanza entre las formas de actuar para significar X y el reconocimiento de X en las formas de actuar del interlocutor -donde X se traduce por la confirmación o el rechazo de la situación creada- se plantea un relativo grado de estandarización de las reglas de actuación comunicativa en el ethos Resistencia. Este grado hacía notar que siempre pueden actualizarse las señales fácticas y metalingüísticas -de tener los hablantes esta competencia- para fingir contacto y entendimiento. Si todo marco de interacción simbólica exige el recurso de señales mas o menos implícitas relativas a la confirmación de la situación, entonces se dan como metacomunicación [Watzlawick et al, cit.]; hablar es así confirmar o desconfirmar la conducta comunicativa de otros y la situación, mediante el tipo de respuesta de los individuos frente a la misma. El nivel metacomunicativo puede ser ya denotado, en, por ejemplo, un enunciado que refiera determinado aspecto del intercambio, o bien connotado, esto es, utilizando rodeos verbales o el propio cuerpo como vehículos de expresión. Entre decir y dar a entender, la última posibilidad era la preferida por los informantes, ya que, el grado de "ritualización" de las señales de contacto, y la exigencia de determinados registros léxicos para las situaciones particulares impide a los hablantes, por lo general, ser excesivamente diferentes de lo que se espera de ellos para rechazar una situación de habla. Si el proceso de metacomunicación implica un reconocimiento de la situación que enmarca el intercambio, entonces toda situación "evoca" un contexto, el cual actúa coercitivamente, admitiendo conductas y prohibiendo otras, determinando el sentido de las enunciaciones, pero que el hablante siempre puede rechazar, imponiendo una nueva situación, y con ella un nuevo contexto, dentro de los ya creados. Un contexto es un sistema de normas de intercambios simbólicos que reserva la cultura, que los hablantes incorporan durante el proceso de socialización, y que actualizan en situaciones particulares. La "apercepción" de un contexto en una situación particular conlleva a una respuesta que se adapta a los patrones establecidos, o bien los desborda. El grado de cooperación de las conductas comunicativas para la conservación del contexto de habla puede ser analizado bajo el concepto de "coherencia pragmática". Un grupo, para cohesionarse como tal, exige cierto grado de coherencia pragmática. En principio, un grupo es una cota que se traza en la madeja de la imbricación social. Es una abstracción: individuos que no se conocen entre sí pueden pertenecer a un mismo grupo (p. ej, "los jubilados", "los estudiantes"), y personas que forman parte de un mismo grupo pueden a la vez pertenecer a otros (p. ej, quienes conforman el consejo directivo de una facultad, o una reunión de padres, etc.) Por otra parte, en niveles superiores de la imbricación social, un grupo comparte siempre con otros el lugar de subgrupos dentro de un "macrogrupo" genérico, y este, a su vez, se agrupa con otros en un nivel superior. En el caso de nuestro trabajo, referido a las relaciones interpersonales, el campo de aplicación de nuestros modelos son los grupos que ya han establecido relaciones sistemáticas de coherencia, esto es, regularidades, "puntuaciones" de la secuencia de hechos. La coherencia pragmática es pertinente para el grado de cohesión y comunicación intragrupal pues, comparable con la noción de "armonía" en la música, implica que hay un "sobrante" de significado en las relaciones, esto es, de redundancia, que economiza las producciones textuales, hace innecesaria la repetición de informaciones, y permite "interpretar" las conductas raras dentro de un marco general de normas compartidas que restrinje la intervención del azar. Si la exigencia de coherencia pragmática tiene esta fuerza coercitiva, y el conocimiento de las normas compartidas puede usarse para fingir contacto, entendimiento y adaptación, entonces el grupo como objeto de análisis ha de enfocarse desde dos niveles: manifiesto y latente. El nivel manifiesto implica la presencia de un observador ajeno al grupo que induce las regularidades a partir de la repetición de las acciones grupales. Lo que el observador registrará es un grado de normatización de las conductas de los integrantes del grupo: "contextos" de intercambio que frecuentemente son realizados en y por las prácticas. El nivel latente, en cambio, implica el punto de vista del participante, esto es, una "apercepción" más o menos consciente de las normas grupales por parte del actor, y un grado de adhesión o desapego de las mismas. El objeto de descripción del nivel latente es el contexto mental de los participantes [Blander et al, cit]. El desarrollo de la investigación se ha centrado hasta ahora en el nivel manifiesto. Los resultados que adelantamos, por consiguiente, deberán entenderse como parciales, y referidos a este nivel. Se han elaborado dos modelos de interacción grupal y se han planteado relaciones hipotéticas entre los mismos: i) esquemas de interacción verbal, que consta de formas de intercambios verbales concebidas "atómicamente", y ii) esquemas de organización grupal, concebidos "molarmente", que contienen a los primeros como microacciones dentro de acciones más globales [Van Dijk, 1988]. En principio, estos esquemas se aplican tanto a interacciones verbales como no verbales. Los ejemplos que damos, sin embargo, son relativos a acciones verbales. Los esquemas de interacción verbal ( i ) se construyen a partir de un formato frasal o "macrofrase" que integra los elementos de la enunciación y les asigna una función. El formato contiene "lugares" para a) referencias personales (yo, tu, el, "ello" impersonal), b) roles (enunciador, destinatario, referente), c) seudo roles (caracter directo o indirecto, presente o ausente de los roles), y d) una "acción verbal", relativa a la situación de enunciación y realizada en la respuesta de los participantes del intercambio. La "acción verbal" es siempre considerada en su aspecto autorreferencial. De aquí, el formato vacío quedaría así: {[roles e/d (seudo)] acción vebal [referente]}. Los esquemas son ejemplificados con formatos frasales que contienen estos elementos en sus relaciones. Los números indican la identidad de los participantes; el referente del discurso se indica con el dativo del pronombre personal. i) Esquema de Formato... Representación interacciones simbólica de 1ª orador {[Yo (1) uds (2, 3, 4..)] digo: (me, te, le)} 1 3 2 Paralelas {[nos (yo 1, yo 2) tu (3)] digo: (me, te, le)} 1 3 2 Indirectas {[Yo (1) tu (2)] digo: [le (3)]}{[Yo (2) tu(3)] 1 digo: (me, te, le)} 3 2 de 3º diferido {[Yo(1) tu (2)] digo: [le (3)]}{[ yo (2) tu (1)] 1 digo: [le (3)]} 3 2 En segundo lugar, los esquemas de organización grupal (ii), donde los primeros (i) se integran como microacciones secuenciadas dentro de un acto "macro", a) ya sucediendo a las anteriores o superponiéndose a ellas, b) identificándose con las anteriores o difiriendo de ellas, todo lo cual conlleva c) a la conservación o a la disolusión del esquema creado: ii) Secuenciación Clases de Homogeneidad de la Representación Parámetros → de microacciones microacciones macroacción simbólica Organizaciones ↓ Coordinadas Sucesivas Semejantes Homogénea (1x) (2x) (1-3.x)...= 0 Subordinadas Simultáneas Semejantes / Homogénea (1x) (2x) (1-3x).. diferentes [(3y) (4y)]... = 0 Yuxtapuestas Sucesivas Diferentes Heterogénea (1x) (2x) [3y] ...=1 Inordinadas Simultáneas Diferentes/ Heterogenea / (1x) (2y) [3y] (1x) Semejantes homogénea [4 z]... =1/0 En el caso de las organizaciones coordinadas, esquemas de interacción semejantes (x, ó y) se dan de modo sucesivo [ (..) (..)] por parte de diferentes actores (1, 2,...) sin desrealizar una acción global o "macro"(= 0). Ello ocurre, por ejemplo, cuando, diferentes personas se cuentan una experiencia en común, u opinan acerca de un mismo tema, de modo sucesivo ( realizando asi el esquema de interacción "1º relator"). Por su parte, las organizaciones con subordinadas admiten microacciones (ya "x" o "y", ...) que se dan simultáneamente a una macrosecuencia, pero sin desestablilizarla. Un ejemplo de esto es pedir un cigarrillo a una persona mientras otra mantiene el uso de la palabra, o hacerle un comentario por lo bajo, pertinente al tópico o no. Las yuxtapuestas, a diferencia de las anteriores, se dan mediante una microacción que sucede a la acción global, desrealizándola momentáneamente. Es el caso de una llamada telefónica, de È Ì Ì Ê È ÇÈ Ê una interrupción brusca, de un pedido de "orden en la sala", etc. Por último, las inordinadas corresponden a conductas simultáneas al acto global, pero desintegradas del mismo, que no necesariamente desrealizan el marco organizacional. Dos alumnos conversando en el marco de una clase, o una persona que da señales de no atender lo que se dice en el grupo, se hallan inordinados, aunque su conducta se categorize a partir del contraste con un marco general donde la acción principal es otra. Cabe aclarar, por último, que las combinaciones deducidas de ambos esquemas pueden dar subespecies diferentes de organizaciones, al menos en hipótesis: es dable imaginar un grupo coordinado compuesto de mircoacciones simultáneas ya homogéneas (p. ej. el trabajo en grupo en el aula), ya heterogeneas (p. ej. el trabajo en el laboratorio, en las diferentes aulas de un instituto, etc); o bien, organizaciones con subordinadas sucesivas y heterogéneas (p. ej. una breve discusión acerca de dónde ir a almorzar en el marco de una reunión entre viejos amigos), etc. Ambas clases de esquemas en este sentido dan lugar a la extracción de consecuencias lógicas que serán puestas a prueba en la 3ª etapa de la investigación, cuyo objetivo es la creación de elementos para la tipología de las relaciones interpersonales intra e intergrupales. Como dijimos mas arriba, los esquemas corresponden al punto de vista del observador, o al nivel manifiesto de las interacciones grupales. Este nivel se traduce, en el nivel latente, en una representación determinada de las normas grupales en la conciencia de los actores, y un significado subjetivo inherente a ellas. Nuestras hipótesis relativas a este segundo nivel se centran en torno de la idea básica de que la clase de representación de las normas de intercambio por parte de los actores determina, por un lado, la conservación o la modificación de los esquemas organizativos y, por el otro, la propia sensación de sentirse comunicados o incomunicados con los miembos del grupo o de otros grupos. La tercera etapa de esta investigación desarrollará procedimientos para indagar acerca de tales representaciones. CONCLUSIONES Podemos concluir entonces señalando algunas hipótesis mediante las cuales se pondrá a prueba el futuro modelo de tipología de las relaciones, que validaría opiniones acerca del aspecto ecológico de la interacción grupal: en primer lugar, la sensación de estar incomunicado se debe a un mayor grado de representación de las normas de la relación como inapelables o necesarias. De aquí se da lugar a conductas más adaptativas que otras, que tienden a confirmar las normas y a conservar la modalidad establecida y no a desconfirmarlas y modificar así el patrón de intercambio. En segundo lugar, los grupos más comunicativos son aquellos donde los distintos participantes pueden actualizar los diferentes esquemas de interacciones verbales, es decir, no hay papeles enunciativos exclusivos. Si bien esto llevaría a pensar que la incomunicación es relativa a las relaciones asimétricas, una tercera hipótesis controla esa respuesta: las relaciones de incomunicación son aquellas en que la posibilidad de establecer enunciados metacomunicativos (que sean reconocidos como tales) se halla inhibida, lo cual puede ocurrir tanto en las relaciones simétricas como en las asimétricas. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS - - BLANDER, R. Y GRINDER, J. 1975. The structure of the magic I. Science and behavior, Inc. (Tr: La estructura de la magia, t. 1. Cuatro vientos, Santiago de Chile, 1980 HABERMAS, J. 1981. Theorie des kommunikativen handelns, Band 2. Suhrkamp Verlag, Frankfurt am Main. (Tr: Teoría de la acción comunicativa, t II. Taurus, Buenos Aires, 1990) DIJK, T. A. Van. 1987. Text and context. Longman, London. (Tr: Texto y contexto, Madrid, Cátedra, 1988) GUATTARI, F. 1989. Les trois écologies. Galilée, Paris. (Tr: Las tres ecologías. Pre-textos, Valencia, 1996) JAKOBSON, R. 1960. 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