Sobre(vivir) afuera

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Sobre(vivir) afuera
Entrevista a Liliana Cabrera
Por Analía Daniela López
“Entre los muros de una cárcel, las presas ociosas, con ocio
impuesto, buscan afanosamente un trabajo cualquiera, pues
saben por instinto que ocuparse es lo esencial para mantener
el ánimo y para soportar el Tiempo, que bajo los cerrojos
tiene gusto a infinito”,
Victoria Ocampo
“La prevención de los delitos es el único fin del castigo”,
W. Bradford
Liliana es una sobreviviente. Es la que logró escapar del
destino obligado de muchxs. Encontró arte en el lugar menos
pensado y se amarró a esta herramienta para escapar y dar luz.
A Liliana Cabrera la vimos en el documental de Marcia Paradiso
“Lunas Cautivas” en la Unidad Penitenciaria 31 de Ezeiza donde
convivía con más de 200 mujeres, muchas de ellas con sus
bebés. El disparador de este trabajo fue, para la directora,
enterarse que dentro de un penal existía un taller de poesía
que lleva adelante la gente de la Asociación Civil y Cultural
“YoNoFui” a cargo de María Medrano y Claudia Prado. Para
Liliana este taller fue su punto de fuga y comienzo de una
nueva historia que hoy la tiene como protagonista. Porque
salir adelante se puede, siempre y cuando haya oportunidades,
y de eso trata esta nota.
Pasado
Desde que Liliana supo que su estadía en la cárcel iba a ser
prolongada intentó aprovechar el tiempo al máximo. Entró en el
Penal de Ezeiza en el año 2006 y el taller de poesía de
YoNoFui ya funcionaba desde el 2002, y lo recuerda como un
punto de inflexión en su vida: “me sorprendió encontrar en la
cárcel ese tipo de talleres”.
Estaba haciendo el CBC para derecho cuando adelantaron 6 meses
su salida en libertad. Ante lo que unx puede suponer, Liliana
no quería salir. Las razones pueden ser variadas, pero dos
resaltan: el miedo a la soledad del afuera y la falta de
perspectivas laborales. No veía una solución ante ese estado
de desamparo en el que se encontraba; su papá estaba en Marcos
Paz, no había nadie más -o eso pensaba- y se sentía sola.
¿Qué hago cuando salgo? Fue la pregunta que se hizo: “Una
persona que no crea lazos en el afuera, basados en el
conocimiento mutuo, que vayan más allá de lo momentáneo, que
no tenga la lucidez de tender puentes (eso a veces es algo que
no se elige, se da), es muy difícil que consiga oportunidades.
Siempre te juzgan por el delito que ya pagaste con años de
cárcel. He tenido un par de experiencias con quienes deberían
ocuparse de otorgar oportunidades desde el Estado, con las
cuales he comprobado que las personas que salen de la cárcel
pertenecen al grupo vulnerado más discriminado”. Se acercaba
su salida y tenía que arreglar cuestiones que no había pensado
en 8 años; principalmente dónde iba a vivir y qué iba a hacer.
Pensó seriamente en que no quería salir de la cárcel hasta que
uno de los miércoles que asistió al taller de periodismo y lo
habló con María Medrano pudo tranquilizar sus ansias: “me dijo
que me esperaba la gente de YoNoFui, que no era que no había
nadie. YoNoFui ahora es mi familia”.
Para Liliana es importante tener contención cuando se sale
porque si no, es fácil volver. Remarca que no existe
acompañamiento desde el Estado. “Salís y no hay nada más, si
vos no tenés una familia o un grupo que te apoye lo más
probable
es que caigas otra vez”.
Liliana subraya que “en el sistema federal a veces tenés un
trabajo, cuando salis no tenes nada”, ese era su caso, ella
trabajaba en la biblioteca del penal; y en su caso personal
salir de las rejas le daba miedo, “yo he visto volver a chicas
por no tener una contención; y a veces es difícil para el de
afuera porque ellos a veces tampoco tienen nada”.
Ante la pregunta de si existe algún programa que ofrezca
oportunidades laborales a aquellas personas que salen de la
cárcel, la respuesta es contundente y refleja la realidad de
miles de exdetenidxs, “la persona que sale en libertad posee
nulas oportunidades por parte del Estado. La única manera que
podés llegar a conseguir trabajo es a partir de tus conocidos,
familia o acercándote a aquellas personas, a quienes tu
situación transitoria de detención los trasciende, como
sucedió conmigo y lxs integrantes de YoNoFui.”.
Presente
Actualmente Liliana colabora activamente en YoNoFui y concurre
como tallerista a dos penales en Ezeiza donde vive
experiencias muy diferentes, “en el penal 31 voy a ver a mis
compañeras y ahí ya todas vienen con las poesías en mano y el
termo, y nosotrxs llevamos los bizcochitos. Al ser condenas
largas se arriesgan más a jugar con las palabras”. Por otro
lado, la experiencia en el complejo IV de Ezeiza es algo
nuevo: “es interesante la motivación para que me conozcan y
ver sus caras cuando se enteran que yo estuve presa. Son
chicas que recién ingresan y eso se nota en la forma de
encarar la escritura. Las chicas que recién caen necesitan
hablar de lo que les esta pasando, de eso que caes y no sabes
cuánto tiempo vas a estar”. Ella asumió un compromiso al ir a
los talleres: “hay que estar dispuesta a recibir el llamado a
cualquier hora y eso esta bueno porque es que confian en vos”.
Futuro
Actualmente hay un gran debate judicial y mediático sobre qué
hacer con lxs presxs. Liliana duda al respecto, pero sabe
algo: “La verdad sería buenísimo que no existiera el sistema
penitenciario, ahora, si me preguntas qué propondría, no lo
sé. Este sistema así como esta no ayuda a nadie, la gente sale
peor”. Para ella hay muchos cabos sueltos. Principalmente
resalta el tema del acostumbrarse a depender de los otrxs, a
que las cosas vengan hacia vos y “cuando salis tenes que
activar porque nadie te da una mano”.
Su mano amiga fue la gente de YoNoFui, ella es parte de esta
organización y quiere continuar creciendo como tallerista, sin
embargo las trabas están latentes: “Una persona con
antecedentes no puede formar parte del Consejo de una
Cooperativa, aún cuando está comprobado que participó desde el
principio, como pasa con mi compañera de YoNoFui, Ramona
Leiva, socia fundadora, que después de 10 años en libertad, se
ve imposibilitada de participar en el consejo, pasa conmigo,
que no puedo tener un contrato a mi nombre en el Ministerio de
Cultura por los talleres de Ezeiza, pasa con las compañeras
que no pueden tener un contrato a su nombre en algún Organismo
del Estado (con excepción del Ministerio Público Fiscal), aún
cuando se encuentran calificadas para realizar el trabajo,
porque lógicamente si saliste de la cárcel, va a constar en
los papeles que tenés antecedentes. Es como volver a pagar la
condena, pero del lado de afuera.”
Liliana cumplió su condena y pide no volver a pagar en
libertad algo por lo que estuvo 8 años cautiva. Los por qué
cayó presa tampoco interesan. Eso es parte de un debate más
amplio que implica repensar todas las estructuras sociales en
las que estamos inmersxs.
YONOFUI es una Asociación Civil y Cultural sin fines de lucro
que trabaja en proyectos artísticos y productivos en las
cárceles de mujeres de Ezeiza y, afuera, con las que recuperan
su libertad. El objetivo de YONOFUI es acompañarlas en su
proceso de inclusión social, dándoles un marco de contención
emocional y herramientas para facilitarles una salida laboral,
a través de la capacitación y la participación en diversos
talleres de artes y oficios; siempre promoviendo la
autogestión.
Dossier completo:
Introducción Dossier Especial: “Volver
http://revistafurias.com/?p=8156
de
la
cárcel”:
La jaula nunca será pájaro: http://revistafurias.com/?p=8162
YoSoy: http://revistafurias.com/?p=8169
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