El año 2016 empezó para Bolivia con una desaceleración de la tasa

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Red Econolatin
www.econolatin.com
Expertos Económicos de Universidades Latinoamericanas
BOLIVIA
Enero-Marzo
2016
Dr. H. Ernesto Sheriff B.
Carrera de Economía
Universidad Mayor de San Andrés
1. SITUACIÓN ECONÓMICA
ACTIVIDAD ECONÓMICA
El año 2016 empezó para Bolivia con una desaceleración de la tasa de crecimiento del
Producto Interno Bruto estimada en debajo del 4.5 por ciento anual. Las estimaciones no
oficiales adelantan que la tasa de crecimiento esperada es todavía expectable en relación a los
otros países de la región que vienen mostrando tasas muy bajas de crecimiento o incluso
negativas.
Las cifras oficiales todavía no han confirmado la tasa de crecimiento del Producto Interno
Bruto del año 2015 que se estima esté alrededor del 4.8 por ciento anual ligeramente inferior
al promedio de 5.1% de los últimos cinco años. La estabilidad del crecimiento boliviano ha sido
merecedora de elogios por parte de analistas internacionales puesto que Bolivia es un país
asociado con el extractivismo, es decir, con la elevada dependencia de su economía de la
explotación de recursos naturales renovables y no renovables.
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Las modestas tasas de crecimiento en relación a la magnitud del shock externo positivo
registrado entre los años 2006 y 2014 podrían haber generado una serie de reservas tanto en
el sistema financiero público como del privado lo que estaría financiando el boom de la
construcción que todavía es visible, la expansión del consumo privado, la expansión de la
inversión pública e incluso la expansión del inversión privada. Las enormes disponibilidades de
reservas internacionales y depósitos en el sistema financiero boliviano hacen pensar que se
creó un fondo de estabilización de facto que está permitiendo solventar la economía tras 12
meses de caída continua en los precios internacionales de las múltiples materias primas que
exporta Bolivia y que representan más del 80% de sus exportaciones y más del 50% de sus
ingresos fiscales. Esto podría estar explicando las todavía altas tasas de crecimiento de la
actividad económica en un contexto externo negativo.
No existen todavía para el primer trimestre de 2016 datos acerca sobre la evolución de la
actividad económica, sin embargo las expectativas tanto pública como privada apuntan a una
desaceleración del crecimiento para 2016; para asegurarse una tasa superior al 4% anual
(aunque inferior al 4.5%) el gobierno ha diseñado un programa de expansión productiva dando
protagonismo a la inversión pública como motor de dicho crecimiento. Asimismo ha efectuado
acercamientos con el sector privado nacional y extranjero para impulsar la inversión privada y
asegurar por segundo año consecutivo una tasa de crecimiento aceptable para un contexto
externo tan negativo.
SECTOR EXTERIOR
Por segundo año consecutivo las exportaciones han venido cayendo en valor a una tasa
anualizada que ya ronda el 40% anual lo que ilustra de manera autónoma la magnitud del
choque externo que Bolivia viene sufriendo. El valor de las exportaciones bolivianas sufrió una
nueva contracción de 34% entre enero de 2016 respecto de similar periodo en 2015. Todavía
la caída en los volúmenes es limitada (-4.2%) y solo es explicable por un efecto oferta o, lo que
es más grave, por una desaceleración de la demanda externa. De acuerdo a los reportes del
Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) las exportaciones de hidrocarburos y las
exportaciones de minerales son las que sufrieron mayores contracciones en los últimos 16
meses, registrando caídas en valor del orden 39% y 27% respectivamente. Otros sectores
como el de la soja también han mostrado fuertes caídas en el valor de las exportaciones. Se
debe aclarar que la mayoría de los analistas en Bolivia consideran a la soja un producto no
tradicional cuando en realidad es un commodity tan similar a los minerales o a los
hidrocarburos y expuesto a los mismos tipos de shock y a la misma dinámica es activista.
No se espera una recuperación de precios en los productos de exportación para 2016, la mayor
parte de los fundamentos del mercado de los productos de exportación bolivianos se han
debilitado en los últimos tres meses dando lugar a una recaída en el precio del petróleo y por
consiguiente en el precio del gas que exporta Bolivia a Brasil y Argentina. El mayor valor
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agregado de los compuestos complementarios al gas que se bombea estos países es una
fuente de ingreso que si bien no compensa la caída del precio principal permite rescatar una
parte del valor que antes exportaba aprecio cero, para dicho fin se tuvieron que hacer
importantes inversiones para el aprovechamiento de estos otros materiales.
Las importaciones vienen acompañando el clima macroeconómico general habiendo
aumentado de manera drástica en los últimos cinco años y disminuyendo menos que
proporcionalmente al nivel de las exportaciones, lo que condujo a crecientes déficits
comerciales que Bolivia viene enfrentando en la coyuntura actual.
Así, las importaciones disminuyeron en 11% en valor de las cuales, un importante porcentaje
corresponde a bienes de capital e insumos de las empresas bolivianas, evidenciando de
manera indirecta que todavía la actividad económica tiene un impulso.
Las reservas internacionales netas del Banco Central de Bolivia han venido cayendo de manera
sostenida desde principios del 2015 registrando en enero de 2016 una nueva caída acorde al
déficit comercial que viene enfrentando la economía boliviana; pese a ello, los niveles de
reservas internacionales son mayores al 40% del PIB y aseguran prácticamente 18 meses
continuos de importaciones aún cuando las exportaciones llegasen a un nivel igual a cero.
SECTOR PÚBLICO Y POLÍTICA FISCAL
Cifras sin confirmar muestran que el déficit fiscal en Bolivia para el año 2015 estará situado
muy por encima del -3% del PIB convirtiéndose en el mayor déficit fiscal en lo que va de la
gestión gubernamental actual y augurando un fuerte ajuste para los años subsiguientes. La
deuda pública total de Bolivia a enero de 2016 se sitúa en 29% del Producto Interno Bruto
esperándose todavía el desembolso de acuerdos de préstamo con China que será efectuado de
manera parcial. En marzo de 2016 se iniciaron gestiones en India para contraer nuevos
empréstitos, los resultados de dichas negociaciones sin embargo todavía no han sido
anunciados.
EMPLEO
El desempleo abierto en Bolivia estimado para el año 2015 es de 2.4 por ciento de la población
económicamente activa lo que estaría mostrando un nivel de pleno empleo para este
economía. La disponibilidad de datos para contrastar esta cifra es bastante limitada, las
encuestas de hogares realizadas hasta la fecha solamente están disponibles para su análisis de
manera limitada e incompleta obstaculizando una completa evaluación del mercado laboral
boliviano y de otras variables sociales; reordenamientos tipo bootstraìng no permiten sostener
la fiabilidad de las muestras de estas encuestas, fuera de los importantes rezagos en su
disponibilidad.
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A pesar de la importancia de tener pleno empleo en Bolivia la productividad del empleo es
muy baja lo que determina bajos salarios y una muy alta informalidad y precariedad del
empleo; para evaluar la importancia de estas variables urge una mayor calidad en las
encuestas realizadas. Se reporta que 1.8 millones de bolivianos se encuentran con empleos
altamente inestables y precarios que fácilmente podrían quedar expuestos en caso de un
agravamiento de la situación macroeconómica. Asimismo existen bolsones de desempleados
agrupados especialmente en jóvenes profesionales que tienen enormes problemas para
ingresar al mercado laboral. Adicionalmente a esto la rentabilidad del educación ha ido
disminuyendo en Bolivia lo que dificultará en un mediano plazo políticas para el aumento de la
productividad.
POLÍTICA MONETARIA, TIPO DE CAMBIO E INFLACIÓN
La desaceleración de la actividad económica todavía está lejos de entrar a umbrales de crisis ya
que con 4.2 por ciento de crecimiento del PIB de economía todavía estará en mejores
condiciones que las que prevalecieron en la década de los años 90 cuando la tasa de
crecimiento promedio apenas superaba el 3% anual. Sin embargo, en este momento existe un
fuerte debate acerca de cómo serán las manifestaciones de las variables macroeconómicas en
caso de producirse un agravamiento de la crisis. Por un lado las nuevas corrientes de análisis
económico de corto plazo muestran que la desaceleración económica vendrá de la mano de
tasas de inflación muy bajas e incluso negativas al típico estilo de lo que predice el modelo
clásico; por otro lado, existen posiciones que predicen que el debilitamiento fiscal repercutirá
directamente sobre la tasa de inflación aumentándola más aún si esto se complementa con
una devaluación de la moneda. El debilitamiento de la credibilidad de la gestión actual
repercutirá indudablemente en las percepciones que tengan los ciudadanos acerca del tamaño
e importancia de la crisis externa; en este momento todavía no se ha devaluado la moneda y
no se ha anunciado ninguna medida en torno a ella lo que hace presumir que el gobierno está
optando por un escenario clásico de recesión y bajos precios en caso de que se agoten los
recursos para acelerar inversión pública, antes que ello procurará un masivo endeudamiento a
fin de mantener la actividad económica a niveles satisfactorios hasta que el ciclo externo se
revierta; en caso de falla esta puesta, la crisis sería del tipo clásico.
Dada la no independencia del Banco Central de Bolivia el escenario de alto déficit fiscal
acompañado de altas tasas de inflación se hace también probable pero en un horizonte de
tiempo bastante posterior al año 2016.
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2. PERSPECTIVAS ECONÓMICAS
Cada vez son más lejanas las posibilidades de que los precios de las materias primas se
recuperen hasta alcanzar los niveles de mayo del 2015 apuntando más bien las expectativas a
una coyuntura larga de precios bajos. Ello implica que los precios determinarán mayores caídas
en los niveles de exportaciones y una liquidez decreciente en todas las actividades económicas
bolivianas particularmente pública.
Déficits fiscales mayores al 6% del PIB podrían incidir en un descalabro macroeconómico cuyas
proporciones todavía no han sido evaluadas ni por los organismos públicos ni por los privados;
la oferta de fondos para deuda que Bolivia intenta aprovechar probablemente retrasen pero
no eliminen la tendencia a un déficit fiscal mayor es decir, superiores al 5% del PIB.
Las gestiones para un mayor endeudamiento buscan sostener la absorción interna
estimulando el gasto público, la inversión pública y el consumo privado. En el primer trimestre
del 2016 la inversión pública fue estimulada gracias a una el evento electoral cual fue el
referéndum para aprobar una nueva postulación del actual presidente para el período 2020 2025; si bien dicho referéndum tuvo un resultado adverso al actual gobierno, la cantidad de
obras entregadas estimuló la actividad económica entre enero y febrero de este año ya que
usualmente la ejecución del inversión pública es muy lenta en los primeros semestres de cada
gestión. Esta variable, ejecución de la inversión pública, será determinante este año para
asegurar un impacto máximo de lo público sobre la actividad económica general.
3. SITUACIÓN POLÍTICA
La situación política en Bolivia se ha deteriorado seriamente en los primeros tres meses de
2016 debido a una sucesión de factores que han determinado una imagen del gobierno
inestable, poco confiable, poco transparente e incluso mermando su legitimidad bien ganada
en las urnas en los procesos eleccionarios previos.
El referéndum celebrado en febrero buscaba consultar a la población para que esta probada
una reforma la constitución que permitiera habilitar al actual presidente y vicepresidente del
país para una nueva postulación en las elecciones del año 2019; ello implicaba buscar un
mandato continuo de estos gobernantes desde el año 2006 hasta el año 2025. El gobierno
basó su estrategia instando a la población a votar por el SI a la vista de los éxitos logrados por
el gobierno en el campo económico y social; este sesgo fue aprovechado por la oposición para
atender a la población una imagen de gobierno prorroguista y corrupto poniendo en
circulación una serie de rumores en torno a la credibilidad del gobernante Evo Morales.
Algunos de estos rumores resultaron falsos pero los que sí resultaron ciertos terminaron por
crear zozobra al interior del gobierno y también en una opinión pública que se había
mantenido neutral en torno a la calidad moral de su actual gobernante.
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Por otra parte emergió como una fuerza política poderosa aquella generación de jóvenes que
no conocieron los aciertos o desaciertos de las gestiones anteriores a 2006 y que basaron su
oposición al actual régimen en base a su propio accionar político, económico y social. Este
torrente de votantes jóvenes citadinos terminó por inclinar la balanza a favor del NO que ganó
con un estrecho margen en medio de constantes denuncias de fraude electoral a favor del Si,
muchas de las cuales estuvieron debidamente probadas.
El resultado del referéndum es la primera derrota electoral directa que sufre Evo Morales en
una elección; sin embargo, no hubo tiempo para evaluaciones y recriminaciones al interior del
gobierno puesto que otro escándalo de características que había emergido en los últimos días
de la campaña electoral tomó protagonismo e involucró a toda la clase política boliviana ya
más del 80% del gabinete de ministros del actual presidente. Un periodista vinculado al
oposición denunció la existencia de un fuerte tráfico de influencias por parte del mismísimo
presidente Morales a favor de su amante quien aprovechando haber tenido un hijo suyo se
introdujo en las altas esferas del gobierno para conseguir réditos económicos. El presidente y
una sucesión de ministros de Estado salieron a dar sendas explicaciones del actuar del mismo
cayendo en sendas contradicciones, hipótesis y contra hipótesis, derivando en el apresamiento
de la ahora ex amante. El escándalo sigue ocupando las primeras planas de la prensa oficialista
y opositora de los medios bolivianos y su impacto sobre la gestión política del gobierno se
estima por este analista ha sido desastrosa.
Las variables psicosociales que se habían manejado muy bien hasta el año 2015, han ingresado
en una fase de inestabilidad: confianza en el mandatario resquebrajada; legitimidad todavía no
cuestionada pero si alterada con el intento de prorrogamiento fracasado con el referéndum;
corrupción y mala fe evidentes con casos que aparecen ahora cotidianamente; ilusión
monetaria que los agentes económicos sufrieron a causa del boom externo y que ahora se
relativiza al calor de la crisis económica y política y, memoria de crisis económicas previas y de
crisis políticas previas que se había dormido en los 10 años previos.
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