Micosis

Anuncio
Micosis Superficiales
• ¿Qué son las micosis superficiales?
• ¿Qué lo produce y cómo lo produce?
• ¿Cuándo sospechar?.
• ¿Cómo saber o confirmar que tengo una micosis?.
• ¿Cómo se soluciona?.
• ¿Qué complicaciones pueden aparecer?.
• ¿Cómo puedo evitarlo?
¿Qué son las micosis superficiales?
Se denominan micosis superficiales a las infecciones de las mucosas, piel y anejos cutáneos (pelo y uñas)
producidas por diferentes especies de hongos. El concepto de micosis superficial viene dado por la
localización del proceso que no va más allá del epitelio o capa más externa de la piel.
El hongo puede limitarse a la piel, pelo o uñas con escasa respuesta inflamatoria y provocando un problema
fundamentalmente estético o bien puede en otras ocasiones ocasionar una respuesta inflamatoria, aguda o
crónica, más o menos importante. Además a veces se producen reacciones alérgicas a los hongos provocando
una lesión a distancia del lugar inicial de la infección.
Las manifestaciones clínicas pueden ser características y fácilmente reconocibles por
el médico o ser difíciles de distinguir de otras enfermedades dermatológicas para cuyo diagnóstico es
necesario hacer un examen de laboratorio.
En el presente título vamos a comentar conjuntamente las características de las micosis superficiales haciendo
especial hincapié en la prevención, sin entrar a describir en profundidad cada uno de los cuadros que pueden
ser producidos por hongos en la piel.
¿Qué lo produce y cómo lo produce?
Los hongos que producen micosis en el ser humano se encuentran en dos estados: levaduras y mohos. Una
levadura puede definirse como un hongo constituido por una sola célula, mientras que los mohos son hongos
con muchas células de estructura filamentosa. Las células de los hongos poco o nada tienen que ver con las de
otros gérmenes que causan infecciones, estando casi más relacionados, si bien a mucha distancia, con las
plantas que con las bacterias. Por esto último los productos que se emplean para tratar estas lesiones o
antifúngicos poco tienen que ver con los antibióticos que se utilizan para tratar otras infecciones.
Un mismo trastorno, por ejemplo las infecciones de las uñas u onicomicosis, puede estar producido por
diferentes grupos de hongos. También son importantes los factores ecológicos y ambientales, a la hora de
definir cuales son los responsables de la infección.
Muchos de los hongos que causan infecciones de la piel se encuentran en el medio, por ejemplo en el suelo o
infectando especies de animales como los perros, y el contagio sería por contacto directo con los mismos, pero
también nos podemos contagiar por contacto con las lesiones de otras personas.
Dentro de los hongos que infectan la piel y estructuras relacionadas, un grupo importante lo constituyen los
denominados dermatofitos que son los responsables de las tiñas, o infecciones por dermatofitos de piel, pelos
o uñas, algunas tan conocidas como el pie de atleta o Tinea pedis .
1
En la siguiente tabla se recogen cuales son los principales cuadros clínicos en España, el grupo de hongo
responsable y como se adquieren.
Cuando figura exógeno supone que la fuente de infección es o bien el medio o bien otro ser vivo infectado y
por endógeno entendemos que los hongos que van a producir la infección se encuentran habitando
normalmente nuestra piel y que en determinadas circunstancias propiciatorias son capaces de provocar
lesiones.
Tipo de Micosis
Pitiriasis versicolor
Candidiasis cutáneas
Candidiasis mucosa
Onicomicosis o
infecciones de las uñas
Tiñas o dermatofitosis
Hongo
Levadura
Levadura
Levadura
Forma de adquirirlo
Endógeno
Endógeno/Exógeno
Endógeno/Exógeno
Dermatofitos, levaduras, otros
Exógeno
Dermatofitos
Exógeno
¿Cuándo sospechar?
En esta sección nos vamos a limitar a describir las formas clínicas más frecuentes, si bien y como
comentábamos al principio muchas veces las manifestaciones cutáneas son similares entre distintas
enfermedades lo que requiere que sean reconocidas por el médico precisando en ocasiones la ayuda de
pruebas específicas.
Tiñas
Tinea capitis o del cuero cabelludo: Aparecen zonas sin pelo y con escamas, a veces
con pústulas y costras. En ocasiones la lesión desprende un olor a amoniaco.
Tinea barbae o de la barba y el bigote: Pequeños abscesos foliculares en la zona de
la barba y el bigote.
Tinea corporis: En las zonas de piel sin pelo, de las regiones del tronco, abdomen,
brazos, piernas y cara. Las lesiones son circulares con bordes enrojecidos y
escamosos, que producen picor y van creciendo hacia fuera. Hay distintas formas con
inflamación variable.
Tinea cruris: En la ingle, una placa enrojecida y escamosa, que causa picor, con
vesículas en los bordes. Esta forma es más frecuente en el varón adulto.
Tinea manum: En las palmas de las manos y bordes de los dedos se forman placas
con descamación y vesículas con o sin aumento del grosor de la piel. Pueden ser
2
lesiones parecidas a un eczema de contacto.
Tinea pedis: En la planta de los pies y en los espacios entre los dedos. Las lesiones
presentan descamación, con picor y grietas en el fondo de los pliegues de los espacios
entre los dedos, sobre todo en el cuarto espacio. También se le llama pie de atleta, ya
que se relaciona con la sudoración al usar calzado deportivo.
Tinea unguium o tiña de las uñas.
Pitiriasis versicolor
Se caracteriza por lesiones parecidas al salvado, con más o menos coloración que la
piel sobre la que asientan, localizadas en el tronco, sobre todo en los hombros y en la
espalda. La aparición de las lesiones se relaciona con factores de la persona, ya que el
hongo es un comensal, es decir habita normalmente en la piel de personas sanas.
Estos factores que favorecen su aparición se relacionan con un recambio de las capas
más externas de la piel más lento de lo habitual.
Candidiasis
Las levaduras del género Candida suelen infectar los grandes pliegues, debajo de las
mamas e ingles, causando el denominado intértrigo. También da lugar a cuadros como el eczema de los
pañales, o infecciones de las uñas que son habituales en las personas que tienen con frecuencia húmedas las
manos, como los camareros, y a veces se acompañan de inflamación en la piel que rodea la uña.
¿Cómo saber o confirmar que tengo una micosis?
La sospecha clínica inicial establecida por el médico debería ser confirmada por un diagnóstico micológico
específico. Si bien las lesiones de las que se ha hablado con frecuencia representan problemas no graves, es
importante su diagnóstico y tratamiento. Con frecuencia los tratamientos son largos y los fármacos que son de
utilidad frente a un tipo de hongos no lo son para otros.
Las pruebas para realizar el diagnóstico consisten en un examen de las escamas de las lesiones y su cultivo
para demostrar que existen hongos en el tejido infectado. Además, hay otras pruebas en procesos específicos
como en la pitiriasis versicolor en la cual el examen con luz de Wood, destaca las manchas que aparecen en
esta enfermedad.
¿Cómo se soluciona?
El tratamiento de estos procesos se basa en sustancias con actividad específica
contra los hongos que las producen, o antifúngicos. Como todo antimicrobiano, los antifúngicos deben ser
prescritos y supervisados por el médico. En el caso de los antifúngicos esto último es particularmente
3
importante ya que muchas veces, como veremos, son tratamientos prolongados.
Otra consideración es que la elección de un antifúngico u otro se realiza en función del tipo de lesión y en
consecuencia del hongo responsable de ahí que no deban tomarse este tipo de fármacos sin haber acudido
previamente al médico y contar con un diagnóstico específico.
Se dispone de antifúngicos de aplicación tópica preparados para una sola aplicación diaria y existen
presentaciones galénicas que permiten tratar todo tipo de lesiones. Los tratamientos orales con los
nuevos antifúngicos, han aumentado la seguridad del tratamiento y gracias a sus características se
pueden realizar pautas intermitentes útiles cuando el tiempo de administración ha de ser largo.
En las tiñas, el fármaco de elección depende del tipo de tiña. El tiempo de tratamiento será de unas 4 a 6
semanas recomendándose un control micológico que asegure la curación de las lesiones. En muchos casos el
tratamiento se completa con antisépticos y antifúngicos tópicos como por ejemplo en forma de gel.
Las micosis de la piel sin pelos, se pueden tratar tópicamente si las lesiones son limitadas en número y
superficie, mientras que si son muy extensas, hay dificultades para su aplicación. Si son recurrentes o afectan
a zonas con pelos o uñas, se recomiendan tratamientos orales. La tiña de las uñas se trata por vía oral, durante
2 a 4 meses (hay fármacos que permiten pautas intermitentes), dependiendo de la evolución clínica y de los
cultivos de control. En caso de intolerancia a los tratamientos orales o para consolidar y acelerar el efecto
terapéutico puede utilizarse un tratamiento tópico en forma de laca de uñas o eliminar químicamente la uña
enferma.
En el tratamiento de la pitiriasis versicolor se utilizan soluciones tópicas, si bien en formas muy extensas o
recidivantes se pueden usar formulaciones orales. La dermatitis seborreica, que se relaciona con la levadura
que causa este cuadro, se ha visto que mejora con antifúngicos tópicos.
En el caso de las candidiasis también existen antifúngicos tópicos, si bien cuando sea necesario es posible el
tratamiento con fármacos administrados por vía oral durante 7 a 14 días (para la candidiasis vaginal es
suficiente 3 días o incluso hay fármacos que permiten el tratamiento con una sola dosis). Las infecciones de
las uñas por levaduras del género Candida se pueden tratar con los mismos antifúngicos pero administrados
durante 1 a 4 meses.
Para las infecciones de las uñas por otros hongos distintos a los descritos hay tratamientos tópicos pero en
muchos casos hay que extraer la uña.
¿Qué complicaciones pueden aparecer?
No es extraño que las lesiones se sobreinfecten por bacterias, debido a que la barrera que supone la piel está
dañada. En este caso cambia el aspecto de la lesión inicial y será necesario un tratamiento antibiótico.
Cuando se administran antifúngicos durante períodos prolongados se recomienda hacer vigilancia con análisis
de sangre y tener en cuenta las posibles interacciones con otros medicamentos que el paciente esté tomando en
el mismo momento como antiácidos, anticonceptivos y los hipoglucemiantes orales, por citar algunos.
¿Cómo puedo evitarlo?
En este punto es importante recordar el carácter exógeno o endógeno de las distintas micosis (ver la tabla
anterior).
4
Las micosis que se adquieren o se contagian de forma exógena es decir aquellas producidas por hongos que
habitualmente no forman parte de nuestra flora corporal pueden tener un origen humano o animal. La
infección se suele adquirir en gimnasios, piscinas o por el uso de ropa o calzado contaminados. En estas
situaciones es importante una limpieza cuidadosa de las instalaciones y el uso de toallas, ropa y calzado
personales así como evitar ir descalzo.
Las tiñas se transmiten de una persona a otra con mucha facilidad al entrar en contacto con las lesiones
infectadas. Si un niño es portador de una Tinea capitis o corporis no debe ir a la escuela hasta que lleve
tratamiento y las lesiones cubiertas.
Las tiñas por especies de hongos que infectan a los animales son las más frecuentes en los países desarrollados
y los animales que las contagian pueden ser gatos, perros, hámsters o conejos.
Otras micosis como la pitiriasis versicolor y las candidiasis suelen ser de origen endógeno (no se contagian)
por lo que la prevención se basa en medidas individuales como evitar la sudoración excesiva, traumatismos
pequeños que erosionan la piel, excoriaciones y la maceración de la piel, que es frecuente en las manos que
están continuamente en contacto con el agua y los jabones.
Micosis Oportunistas
Introducción.
Los pulmones son los órganos más frecuentemente afectados por los hongos llamados oportunistas y
constituyen además la puerta de entrada y primera localización de las micosis producidas por las denominados
hongos patógenos verdaderos.
A los hongos del género Candida, Cryptococcus, Aspergillus y orden Mucorales, se les asimila al grupo de
agentes oportunistas, pues el estado mórbido a que pueden conducir es básicamente producto de un déficit
defensivo del huésped. En cambio la enfermedad producida por los hongos patógenos verdaderos es
principalmente inherente a su virulencia. Ellos son el Histoplasma capsulanatum, Coccidiodes immitis,
Paracoccidiodes braziliensis y Blastomyces dermtitidis. Sin embargo el límite entre hongos oportunistas y
patógenos verdaderos no es neto, y en algunos casos pueden aparecer criptococcosis primarias o
histoplasmosis oportunistas.
Los hongos pueden llegar a los pulmones a través de dos vías principales; aérea y hematógena. La primera de
ellas, más frecuente, origina micosis pulmonares primarias, y la segunda promueve una localización más de
una micosis diseminada, resultando por lo tanto una micosis pulmonar secundaria. Las infecciones micóticas
han adquirido en los últimos veinte años una importancia creciente en patología médica especialmente en lo
que respecta a las micosis oportunistas. Esto se debe en parte a los avances de la medicina como son la terapia
con antimicrobianos de amplio espectro, el uso de corticoides, la quimioterapia del cáncer, el transplante de
órganos, la cirugía mayor, así como también a la aparición del sindrome de inmunodeficiencia adquirida y a la
expansión de la drogadicción endovenosa. Por otra parte, las micosis por hongos patógenos verdaderos
continúan siendo un problema de importancia epidemiológica en ciertas áreas geográficas del mundo, no así
en Chile donde se consideran como una patología infecciosa exótica, y en general corresponden a casos
importados desde países tropicales.
Tradicionalmente los laboratorios de microbiología no han desarrollado en forma adecuada las técnicas de
aislamiento e identificación de hongos, porque no se ha considerado su real importancia en patología humana.
Pero este concepto ha cambiado en los últimos años y ya existe conciencia del valor de la micología médica,
como lo apoya la extensa literatura científica al respecto. El diagnóstico de las micosis diseminadas y en
particular de las pulmonares no sólo requiere de métodos de diagnóstico microbiológicos e inmunológicos,
sino que también de métodos anatomopatológicos, los que actualmente ocupan un lugar relevante en este
5
campo.
La naturaleza de las enfermedades pulmonares producidas por hongos es variada. Clínicamente pueden ser
agudas, subagudas, crónicas aparentes o crónicas inaparentes. La mayoría de las micosis pulmonares
oportunistas son agudas, en cambio las producidas por hongos patógenos verdaderos suelen ser crónicas. Por
otra parte, desde el punto de vista anatomopatológico, existe un grupo de micosis pulmonares que cursan con
la presencia del hongo en el tejido y que presentan desde ausencia de reacción tisular a graves transtornos
circulatorios locales, pasando por inflamaciones de diverso tipo e intensidad. Otro grupo no despreciable de
enfermedades pulmonares provocadas por hongos o sus antígenos, cursan con una mínima población o
ausencia de elementos micóticos en el tejido, y determinan daño por mecanismo de hipersensibilidad
manifestado generalmente por inflamaciones crónicas.
El tratamiento de las micosis pulmonares debe basarse en un diagnóstico etiológico. Como desgraciadamente
los hallazgos clínico y radiológicos, tanto en micosis por hongos patógenos verdaderos como oportunistas,
son por lo general inespecíficos, los esfuerzos deben estar encaminados a demostrar directa o indirectamente
la presencia del hongo o de sus antígenos.
En este capítulo analizaremos algunas generalidades sobre los exámenes de laboratorio clínico y
anatomopatológicos empleados en el diagnóstico micológico, y luego nos refeciremos en forma más detallada
a las principales micosis pulmonares oportunistas: candidiasis, criptococcosis, aspergilosis y zigomicosis.
Exámenes de laboratorio empleados en el diagnóstico de las micosis pulmonares.
La selección, recolección y transporte de las muestras son etapas vitales para el correcto diagnóstico de
laboratorio de una micosis pulmonar. Por ello una buena relación clínico−microbiólogo es fundamental para
obtener un rendimiento óptimo. Las muestras destinadas al estudio micológico pueden provenir de la primera
expectoración de la mañana, la expectoración inducida, la secreción traqueal, el lavado bronco−alveolar, el
aspirado transtraqueal, el tejido pulmonar o el aspirado de contenido gástrico en ayunas. Esta debe ser
rápidamente transportada al laboratorio donde el microbiólogo escogerá las porciones purulentas. grumosas o
sanguinolentas para el estudio directo y cultivo micológico.
El examen directo puede ser al fresco o con KOH, y su rendimiento depende de la micosis pulmonar.En
cuanto al cultivo micológico, se recomienda sembrar a lo menos 0.5 ml de las muestras fluidas. Las muestras
sólidas como tejido pulmonar deben ser maceradas o divididas en pequeños fragmentos que se siembran en
superficie y en picadura en el agar, de tal manera que parte de la rnuestra quede sumergida en el medio y parte
quede en contacto con el aire. Este método permite recuperar hongos filamentosos como Aspergilli y
miembros del orden Mucorales, provenientes de infecciones invasivas.
En micología podemos emplear medios de cultivo no inhibitorios e inhibitorios.
Estos últimos se utilizan más para el diagnóstico de micosis pulmonares, ya que las muestras a estudiar
generalmente presentan una rica flora bacteriana que puede inhibir el crecimiento del presunto hongo
infectante. Incluso se dispone de medios inhibitorios que suprimen en forma selectiva el crecimiento de
algunos hongos a los cuales se pueden adicionar diversos antibióticos como Cloramfenicol, Gentamicina,
Penicilina G o una combinación de ellos, que logran inhibir la mayoría de las bacterias contaminantes.
La adición de 500 mg/ml de agar de ciclohexamida, tiene por fnalidad retardar el rápido crecimiento de los
hongos saprófitos. Sin embargo, siempre debe incubarse una placa sin ciclohexamida, puesto que esta
sustancia es capaz de inhibir total o parcialmente el desarrollo de Cryptococcus neoformans, algunas especies
del género Cándida y Aspergillus, orden Mucorales, Pseudoallescheria boydii, y Trichosporon cutaneum.
Los cultivos micóticos primarios deben incubarse a 25°C y 37°C, aunque algunos autores recomiendan la
6
incubación sólo a 30°C por treinta días antes de eliminar las placas sin desarrollo. Una vez desarrollado el
hongo, las placas deben sellarse con tela.
Se dispone de una seric de pruebas para la identificación de levaduras, dentro de las cuales destacan la
formación de tubo germinativo, la micromorfología en agar maíz−Tween 80, ureasa, reducción de nitratos,
asimilación trehalosa, formación de ascosporas, utilización de hidratos de carbono, entre otros. La
identificación de los hongos filamentosos se basa fundamentalmente en criterios morfólogicos, destacando las
características macroscópicas de las colonias y su examen microscópico. En el caso de los hongos dimórficos,
es importante la demostración de la conversión in vitro de la forma filamentosa a la forma levaduriforme.
Examenes anatomopatológicos empleados en el diagnóstico de las micosis pulmonares.
Los estudios anatomopatológicos permiten establecer un diagnóstico etiológico más o menos preciso de las
micosis, pues los hongos son elementos lo suficientemente grandes y característicos como para identificarlos
y tipificarlos en muestras de tejido o en muestras citológicas.
Los estudios anatomopatológicos incluyen la autopsia, la biopsia y el examen citológico. La autopsia entrega
muchas veces un diagnóstico insospechado de micosis, a la vez que permite establecer en forma fidedigna la
presencia de invasión y de diseminación. La biopsia, por su parte, es el único medio para establecer el
diagnóstico de certeza de una micosis invasora del pulmón, permite separar claramente a los pacientes con
colonización pulmonar micótica de aquellos con infecciones fúngicas pulmonares invasivas, así como también
facilita el diagnóstico diferencial de los hongos patógenos que afectan al pulmón. El rendimiento de la biopsia
depende básicamente de cuan representativa sea del proceso pulmonar estudiado. La biopsia transbronquial
tiene mayor rendimiento en los casos de micosis pulmonares difusas o multifocales y extensas. En micosis
pulmonares localizadas, la biopsia quirúrgica o la biopsia por punción bajo visión radioscópica son los
métodos de elección. El examen citológico de muestras broncopulmonares, adecuadamente tratado, es de gran
ayuda para establecer el diagnóstico etiológico de algunas micosis pulmonares.
En cualquiera de los métodos de la anatomía patológica pueden aplicarse aplicarse técnicas de microscopía
óptica y electrónica. La microscopía óptica, con tinciones rutinarias como la hematoxilina−eosina, permite
evaluar la reacción tisular a los agentes infecciosos, facilita la identificación de muchos de ellos, a la vez que
orienta el empleo de técnicas histoquímicas e inmunohistoquímicas complementarias. Para identificar y
tipificar a los elementos micóticos en el tejido, utilizamos la impregnación argéntica de Gomori−Grocott y las
tinciones de periodic acid−Schiff (PAS), Gridley y muricarmín de Mayer. Para la identificación de hongos en
tejidos también se ha empleado la inmunofluorescencia con anticuerpos policlonales y actualmente se ha
introducido el uso de anticuerpos monoclonales marcados. Para un diagnóstico rápido en muestras de tejido
congelado, se ha usado la propiedad de autofluorescencia de los hongos y el calcofluor blanco que acentúa
esta propiedad. La microscopía electrónica de transmisión la hemos empleado pocas veces con fines de
diagnóstico en este campo.
Debe tenerse presente, que en muchos pacientes se plantea el diagnóstico diferencial de compromiso tumoral
versus infección pulmonar como una complicación del tratamiento. Por ende, las técnicas destinadas a
identificar hongos representan sólo una parte de las que generalmente se emplean con fines de diagnóstico
oncológico, o para identificar en los tejidos a otros agentes infecciosos.
1. Candidiasis.
7
Definición: La candidiasis es una infección primaria o secundaria capaz de comprometer cualquier tejido del
organismo, provocada por hongos levaduriformes del género Candida (excepto Candida glabrata o Torulopis
glabrata). Candida albicans es la especie responsable de la gran mayoría de los casos. A diferencia de otros
hongos cuya fuente es el ambiente, el reservorio del género Candida es por lo general la propia flora endógena
del paciente (Fig. 22.1).
Fig. 22.1. Candidiasis pulmonar hematógena. Las flechas indican algunos focos necróticos con halo
hemorrágico. En el recuadro se observan levaduras, blastosporas y pseudohifas del género Candida (Gridley x
500, aumento original).
Aunque la candidiasis es la mitosis oportunista más frecuente en el hombre, los pulmones no son el órgano
más afectado. La infección pulmonar puede ser en ocasiones primaria de origen endobronquial, pero más
frecuentemente es secundaria a una diseminación hematógena a partir de un foco extrapulmonar.
Diagnóstico de laboratorio: El diagnóstico de neumonia o bronconeumonia primaria o secundaria por hongos
levaduriformes del género Candida es extremadamente difícil de establecer con certeza, pues este compromiso
corresponde habitualmente a pacientes graves sometidos a tratamientos antibióticos e intensa
inmunodepresión, y que presentan como hecho corriente una colonización micótica masiva de la cavidad
orofaríngea y del tracto respiratorio superior. De manera que en un estudio de expetoración resulta imposible
diferenciar si estamos frente a una simple colonización o si realmente el aislamiento del hongo representa el
agente etiológico de un proceso pulmonar invasivo.
Examen directo: El estudio directo al fresco o con tinción de Gram nos permite observar levaduras ovaladas,
frecuentemente con pseudomicelio, el cual indica un compromiso superficial o profundo de la zona donde fue
obtenida la muestra. Cultivo: Candida albicans es de fácil desarrollo en medios de cultivo habituales. En
general se recomienda el agar Sabouraud glucosa con antibióticos, incubar a 37°C o a temperatura ambiente,
obteniéndose desarrollo en uno a dos días.
No es infrecuente que estos hongos colonicen e invadan áreas pulmonares afectadas por otros agentes
infecciosos, al igual que tumores infectados. Por ello, algunos autores han recomendado en estos casos el
estudio cuantitativo, considerando significativos recuentos iguales o superiores a 106 unidades formadoras de
colonias por ml de secreción estudiada. En nuestra experiencia esto tiene dudosa utilidad en la indicación de
una terapia antimicótica específica.
Si la candidiasis pulmonar es secundaria, es decir por diseminación hematógena, pueden ser útil los
hemocultivos seriados, el urocultivo en pacientes sin sondas vesicales, y el estudio del fondo de ojo.
Métodos inmunológicos: Numerosos procedimientos serológicos se han empleado en el diagnóstico de la
candidiasis invasiva. Actualmente se usan pruebas que detectan antígenos derivados de la pared celular de
Candida spp, en el suero humano mediante técnicas de radioinmunoanálisis, ELISA y aglutinación con látex.
Esta última debe ser analizada cuidadosamente en el contexto clínico. Tílulos de 1:4 son sugerentes de
8
infección invasiva y títulos iguales o superiores a 1:8 son altamente compatibles con candidiasis invasiva.
Existe controversia acerca de la utilidad práctica de las técnicas que detectan anticuerpos séricos en
candidiasis invasivas, pues pacientes sólo colonizados por Candida spp. pueden presentar altos títulos de
anticuerpos, cn cambio pacientes con candidiasis invasiva demostrada, especialmente neutropénicos, no
experimentan un aumento significativo en su título de anticuerpos.
Patomorfología: La candidiasis pulmonar de origen endobronquial se manifiesta por una bronconeumonia
purulenta lobulillar o acinar confluente, peribronquiolar y peribronquial, asimétrica y multifocal,
generalmente con lesiones del tracto respiratorio superior y presencia de hongos en los lúmenes bronquiales y
bronquiolares y espacios alveolares. En la candidiasis pulmonar de origen hematógeno, se observan
habitualmente múltiples focos necróticos con halo hemorrágico, bilaterales, do distribución miliar, con hongos
intravasculares. Ocasionalmente se observan lesiones del tipo infarto hemorrágico del pulmón.
La biopsia es el único medio, en vida, que permite diferenciar sin dudas una colonización de una invasión del
tejido pulmonar. En el tejido pulmonar, los hongos del género Candida aparecen como levaduras y blasporas
ovoídeas de 3 a 5 um de diámetro mayor y pseudohifas hialinas de bordes paralelos de 3 a 4 um de diámetro,
con tabiques y ramificaciones pseudofilamentosas en ángulo variable.
Estos hongos pueden observarse con hematoxilina−eosina, pero resultan óptimas las tinciones de Gridley,
periodic acid−Schiff (PAS) y la impregnación de Gomori−Grocott.
2. Criptococcosis.
Definición: la criptococcosis es una infección pulmonar diseminada o meningoencefálica, de evolución
crónica, subaguda o aguda, provocada por el Cryptococcus neoformans (Fig. 22.2).
Este hongo se caracteriza por su gran tropismo por el sistema nervioso central.
Afecta principalmente a pacientes con sindrome de inmmodeficiencia adquirida
(SIDA), transplantados renales y otros pacientes inmunodeprimidos. La infección
es primariamente pulmonar y se disemina por vía hematógena. Algunas formas
diseminadas pueden comprometer secundariamente a los pulmones.
Fig. 22.2. Criptococcosis pulmonar de distribución miliar, sin reacción inflamatoria. En el recuadro se observa
levadura capsulada de Criptococcus neoformans en el tejido pulmonar (Mucicarmín de Mayer x 1250,
aumento original).
9
Diagnóstico de laboratorio.
Examen directo: Es de gran utilidad en la forma meningoencefálica, no así en la forma pulmonar primaria o
secundaria. En la muestra de expectoración, numerosos elementos pueden inducir un diagnóstico
falso−posifivo al examinarla al fresco o con KOH y tinta china.
Cultivo: Cryptococcus neoformans crece fácilmente en los medios de cultivo corrientes. Agar
Sabouraud−glucosa ha sido utilizado con frecuencia en el aislamiento del hongo en criptococcosis meníngea.
Sin embargo, es de escasa utilidad en el estudio de expectoración, debido básicamente a la colonización
orofaríngea y del tracto respiratorio superior por hongos levaduriformes del género Candida. En pacientes
inmunodeprimidos, en especial con SIDA, se recomienda detectar precozmente a Cryptococcus neoformans
en expectoración antes de la aparición del compromiso del sistema nervioso central. Para ello se emplea el
agar de Staib (agar guizotia abyssinica creatinina), que es un medio de cultivo diferencial para Cryptococcus
neoformans. En éste sus colonias adquieren una coloración café alrededor del tercer día de incubación que se
intensifica con el tiempo, no así las colonias de otros hongos levaduriformes como Candida albicans. En la
identificación del hongo se emplea una serie de métodos recomendados internacionalmente en el diagnóstico
diferencial de levaduras. En términos generales, Cryptococcus neoformans presenta hidrólisis de la urea, no
fermenta la glucosa y forma una cápsula en la inoculación experimental.
Métodos inmunológicos: En criptococcosis se utiliza la detección de antígeno capsular mediante la prueba de
aglutinación con látex en líquido cefalorraquídeo, suero y orina. Esta prueba tiene gran utilidad para controlar
el tratamiento, determinar recaídas y también su pronóstico. Debido a la pobre capacidad antigénica del
polisacárido capsular del Cryptococcus neoformas, las pruebas que detectan anticuerpos circulantes no son
útiles.
Patomorfología: En la criptococcosis pulmonar del paciente inmunodeprimido, existe generalmente un
compromiso bilateral y difuso, prácticamente con ausencia de reacción inflamatoria y gran proliferación del
hongo, el cual ocupa espacios alveolares, lúmenes y paredes capilares sanguíneos. Es una forma
habitualmente diseminada en el organismo, siendo los pulmones uno de los órganos más afectados. En
ocasiones la proliferación micótica puede constituir masas granulares visibles a ojo desnudo, remedando una
tuberculosis miliar. Cuando estas masas ovoídeas o esferoídeas alcanzan o superan los 0.5 cm de diámetro, se
les llama criptococcomas, en analogía al histoplasmoma. La inflamación supurada o abscedada es muy rara en
esta micosis, y debe hacer pensar en una sobreinfección bacteriana.
En algunos pacientes inmunocompetentes, la primoinfección criptococcósica deja en el pulmón un nódulo
residual fibrocaseoso de 0,2a varios cm de diámetro, que algunos también han denominado criptococcoma".
En el tejido pulmonar, Cryptococcus neoformans aparece generalmente como una levadura capsulada,
esferoídea, de entre 2 y 20 um de diámetro, con algunas yemaciones de base angosta y ocasionalmente con
tubos germinales, sin pseudohifas. En el compromiso vascular sanguíneo capilar se observan pequeñas formas
ovoídeas o de contornos ojivales, habitualmente acapsuladas. La hematoxilina−eosina permite casi siempre
observar al hongo con su gruesa cápsula refringente.Sin embargo, una óptima identificación se logra con la
impregnación de Gomori−Grocott. La cápsula mucopolisacárida se tiñe perfectamente con mucicarmín de
Mayer y azul alciamo, aunque son negativas en las variedades acapsuladas, donde se recomienda las tinciones
de Fontana−Masson y la férrica de Lillie.
3. Aspergilosis.
Definición: La aspergilosis constituye una amplia variedad de enfermedades que incluye alergia, colonización,
invasión y toxicosis, provocadas por hongos del género Aspergillus (Fig. 22.3,4,5)
10
Fig. 22.3 Aspergilosis pulmonar no invasiva. Las flechas indican un aspergiloma en el
segmento anterior del lóbulo superior del pulmón derecho.
Fig.22.4. Aspergiloma pulmonar. Nótese la disposición radiada o actinomicetoide del
crecimiento de las hifas (Gomori−Grocott x 200, aumento original).
Fig.22.5.Aspergilosis pulmonar invasiva: Las flechas indican algunas de las múltiples lesione "target" o
"infartos nodulares". En el recuadro se observan hifas del género Aspergillus en el tejido pulmonar
(Gomori−Grocott x 500, aumento original).
11
La aspergilosis es la micosis pulmonar de mayor importancia en Chile, siendo Aspergillus fumigatus la
especie responsable de la mayoría de los cuadros clínicos. En nuestro país le siguen en frecuencia Aspergillus
niger y Aspergillus flavus
La habilidad de estos hongos de provocar enfermedad, cuyo reservorio es el medio ambiente, depende del
estado local o general, fisiológico e inmunológico del huésped. La infección se adquiere por la vía aérea al
inhalar esporas, resultando por lo tanto el pulmón el órgano más afectado.
Aquí nos referiremos sólo a los métodos diagnósticos de las formas pulmonares no invasiva e invasiva. La
aspergilosis pulmonar no invasiva, es decir el aspergiloma, la aspergilosis intracavitaria e intrabronquial,
resultan de la colonización de cavidades pulmonares preexistentes pero en las cuales no hay macrófagos
alveolares. La aspergilosis pulmonar invasiva se presenta fundamentalmente en pacientes inmunodeprimidos,
siendo el principal factor de riesgo la neutropenia prolongada.
Diagnóstico de laboratorio.
Examen directo: El examen directo al fresco o con KOH al10% puede ser de gran utilidad. El examen
macroscópico de la expectoración permite observar en ocasiones grumos amarillentos, verdosos o negruzcos,
cuyo examen microscópico puede demostrar hifas micóticas con conidióforos característicos de algunas de las
especies de Aspergilli. Este hallazgo unido a las hifas septadas y dicotomizadas en 45° permite concluir que el
hongo observado se encuentra colonizando la superficie de un bronquio o de una cavidad patológica aireada.
En ocasiones se observan hifas en el estudio de expectoración en aspergilosis pulmonar invasiva, pero por lo
general se debe recurrir a métodos invasivos para establecer el diagnóstico como la biopsia transbronquial, la
biopsia por punción y la biopsia quirúrgica. Las hifas típicas pueden observarse a través del método biópsico
al fresco o con KOH; es muy infrecuente la observación de conidióforos en los tejidos.
Cultivo: Los Aspergilli crecen fácilmente en los medios habituales de cultivo, recomendándose el uso de agar
Sabouraud−glucosa o agar maltosado con antibióticos, pero sin ciclohexamida para el estudio de
expectoración. Cuando el material a cultivar corresponde a tejido pulmonar obtenido quirúrgicamente no es
necesario agregar antibiótico.
Los cultivos deben incubarse a 37°C por dos a tres días, lapso en el cual se desarrolla el hongo. La
observación de la morfología colonial y su aspecto microscópico permite realizar sin problemas el diagnóstico
de cada especie en particular. Sin embargo, dado el gran número de especies de Aspergilli descritas, las
forma, inhabituales deben ser rigurosamente tipificadas según el manual de referencia. Por otra parte,
debemos tener presente que el desarrollo de hongos del género Aspergillus en los medios de cultivo puede
representar una contaminación ambiental, hecho frecuente en los laboratorios que tienen plantas ornamentales
de interior. Por lo anteriormente expuesto, un cultivo positivo debe ser evaluado críticamente
correlacionándolo con el cuadro clínico, los factores de riesgo, el examen directo al fresco o con KOH y con
el resultado de la biopsia.
Un antecedente micológico muy útil es el desarrollo masivo de Aspergillus fumigatus a partir de una muestra
de expectoración, con aparición de colonias no pigmentadas, blanquecinas, que corresponden a micelio estéril,
fenómeno patognomónico de aspergilosis pulmonar no invasiva.
Métodos inmunológicos: Las pruebas de inmunoprecipitación que detectan anticuerpos, tienen su mayor
aplicación y rendimiento en la aspergilosis pulmonar no invasiva. Cerca del 98% de los pacientes con
aspergilosis pulmonar no invasiva presentan pruebas de doble difusión en agarosa, contrainmunoeletroforesis
e inmunoelectroforesis unidimensional positivas. Los pacientes con aspergiloma o aspergilosis intracavitaria
presentan por lo general entre tres y catorce bandas precipitantes en la doble difusión en agarosa e
inmunoelectroforesis unidimensional, y bandas anódicas y catódicas en la contrainmunoelectroforesis. En la
aspergilosis pulmonar invasiva en cambio, las pruebas de inmunoprecipitación antes mencionadas han
12
demostrado escasa utilidad. Actualmente se están ensayando técnicas inmunológicas para la detección de
antígenos o metabolitos de Aspergilli en el suero. Ya existe alguna experiencia en la detección de antígeno de
Aspergillus fumigatus con técnicas de radioinmunoensayo, ELISA y cromatografía líquida gaseosa. Este es un
campo de interés y promisorio.
Patomorfológia: En la aspergilosis pulmonar no invasiva, el hongo coloniza conductos normales o cavidades
patológicas preformadas, originando los cuadros de aspergilosis intrabronquial, aspergilosis intracavitaria y el
aspergiloma. Las cavidades patológicas pueden corresponder a quistes congénitos o adquiridos,
bronquiectasias, tumores cavitados, abscesos antiguos, y en Chile especialmente a cavernas tuberculosas. La
reacción tisular corresponde generalmente a una inflamación productiva con o sin formación de granulomas y
exudado purulento perifúngico.
La capacidad invasiva de los hongos del género Aspergillus en individuos inmunocompetentes es muy
limitada, y cuando existe se limita a una "colonización" de tejido necrótico y destruido previamente. Sin
embargo, en nuestro material de autopsia hemos podido constatar la transformación de aspergilomas en
formas invasivas, en pacientes que han presentado un intenso detrimento inmunitario.
En la aspergilosis pulmonar invasiva pueden observarse diversos cuadros anatomopatológicos. En la variedad
más frecuente, el hongo que llega al pulmón por la vía aérea, atraviesa las paredes bronquiales y bronquiolares
e invade vasos sanguíneos arteriales periféricos. La invasión micótica angiovascular va seguida de trombosis
micótica, trombosis que se ve favorecida por la producción de coagulasas fúngicas. Aparecen así,
generalmente en un pulmón pero en múltiples focos, áreas de necrosis isquémica llamadas "infartos
nodulares" o "lesiones target". Estas últimas se evidencian macroscópicamente como formaciones nodulares
de 2 a 4 cm de diámetro, múltiples, unilaterales o bilaterales, de distribución miliar, profundas y periféricas, a
veces coalescentes, constituidas por una zona central amarillenta que corresponde a necrosis de coagulación y
destrucción, y un halo hemorrágico. Concluimos, por ende, que la aspergilosis pulmonar invasiva tiene
habitualmente como sustrato morfológico un "infarto nodular" o "lesión target" a infartos hemorrágicos, a los
que equivocadamente por largo tiempo hemos insistido en llamar bronconeumonia necrotizante, inapropiada
denominación para estos casos que realmente corresponden a transtornos circulatorios focales.
En la aspergilosis pulmonar invasiva y no invasiva del pulmón, los hongos aparecen como hifas hialinas de
bordes paralelos de 7 a 8 um de diámetro, con crecimiento dicotómico en ángulo de 45°. En las formas no
invasivas las hifas tienden a conformar talos, también llamados micetomas o bolas aspergilares, en los cuales
los filamentos micóticos se disponen en forma radiada o actinomicetoide, ocasionalmente con conidióforos,
cabezas fructificantes y esporas. La tinción de hematoxilina−eosina es buena para visualizar las hifas del
género Aspergillus en muestras de tejido o citológicas, pero de mayor utilidad son las tinciones de Gridley y
Gomori−Grocott.
El compromiso anatómico de los pulmones en los procesos alérgicos por hongos del género Aspergillus
corresponde a veces al cuadro del asma extrínseca, en la cual se desarrolla una bronconeumonia eosinofílica
bilateral, con microabscesos eosinofílicos, moldes mucosos intrabronquiales, espirales de Curschmann y
cristales de Charcot−Layden. En otras ocasiones la hipersensibilidad frente a los Aspergilli se manifiesta
como una alveolitis alérgica extrínseca, es decir como una neumonitis linfoplasmocitaria, difusa o focal, de
intensidad variable, leve fibrosis, algunos granulomas epiteloídeos y descamación alveolar.Otra forma de
hipersensibilidad a estos hongos la constituye la llamada aspergilosis broncopulmonar alérgica, cuyo sustrato
morfológico se asimila habitualmente al de la impactación mucosa y de la granulomatosis broncocéntrica.
4. Zigomicosis (Mucormicosis).
Definición: La zigomicosis es una infección oportunista, generalmente aguda y de rápida evolución,
producida por varias especies del orden Mucorales (Fig. 22.6).
13
Fig.22.6.Zigomicosis pulmonar primaria.La flecha indica un extenso infarto séptico En el recuadro superior se
observan hifas cenocíticas del orden Mucorales (Gomori−Grocott x 500, aumento original). En el recuadro
inferior cultivo de Rhyzopus sp. (Examen microscópico, lacto−fenol x 500, aumento original).
La enfermedad puede ser localizada o diseminada. La localización más frecuente es la zona craneal con
compromiso preferente rinocerebral; menos frecuentes son las formas localizadas pulmonares,
gastrointestinales, cutáneas y otras. La infección se asocia con mayor frecuencia a diabetes mellitus,
insuficiencia renal y neutropenia. La forma pulmonar primaria se presenta generalmente en pacientes
neutropénicos.
Diagnóstico de laboratorio.
Examen directo: Ocasionalmente pueden observarse las típicas hifas sifonadas no septadas al examen directo
de expectoración o de tejido pulmonar en examen al fresco o con KOH al 10%.
Cultivo: Se utiliza agar Sabouraud−glucosa o agar maltosado sin ciclohexamida. Los hongos del orden
Mucorales son de fácil y rápido desarrollo. Al cabo de uno a dos días, el crecimiento micótico ha cubierto
totalmente la placa de Petri sembrada. Como los hongos del orden Mucorales son habitantes constantes del
ambiente, un cultivo positivo no permite asegurar el diagnóstico de zigomicosis. Por lo tanto el cultivo debe
ser analizado críticamente a la luz del cuadro clínico, los factores de riesgo del paciente, el examen directo y
especialmente en relación al resultado de la biopsia, único examen que asegura el diagnóstico. La
identificación particular de cada especie de este orden es muy difícil en los laboratorios de microbiología
rutinarios, por lo que generalmente sólo se hace cl diagnóstico de género.
Métodos inmunológicos: No se dispone de pruebas inmumológicas útiles para el diagnóstico de zigomicosis
en la actualidad.
Patomorfología: El pulmón puede comprometerse en forma primaria y exclusiva por los hongos del orden
Mucorales, representando una forma localizada de la enfermedad, o bien en forma secundaria, por
diseminación hematógena del hongo a partir de un foco extrapulmonar, lo que representa una localización
secundaria de una zigomicosis diseminada.
En la zigomicosis pulmonar primaria o localizada, el hongo inicialmente prolifera en un bronquio principal,
invade las estructuras del híleo pulmonar correspondiente, especialmente a la arteria pulmonar, y esta
angioinvasión arterial produce una trombosis micótica que consecuentemente origina un infarto pulmonar.
Este suele ser único y puede involucrar a todo el pulmón, un lóbulo o un segmento. En otras ocasiones
14
aparecen "infartos nodulares múltiples" uni o bilaterales, semejantes a los observados en la aspergilosis
pulmonar invasiva. La zigomicosis pulmonar secundaria, generalmente por diseminación hematógena a partir
de un foco craneal, se manifiesta por "infartos nodulares múltiples" y bilaterales.
La zigomicosis oportunista tiene muchos signos morfológicos semejantes a los de la aspergilosis invasiva,
aunque, por razones desconocidas, los hongos del orden Mucorales tienen una extraordinaria capacidad de
histoinvasión, y especialmente de angioinvasión de vasos arteriales mayores.
En el tejido pulmonar, las hongos del orden Mucorales, se presentan como hifas cenocíticas o sifonadas, de
aspecto ópticamente vacío, de lados no paralelos, pleomorfas, hialinas, habitualmente de entre 5 y 20 um de
diámetro, y con ramificaciones en ángulo de 90º. La mejor tinción para la observación de los hongos de la
clase Zygomycetes y orden Mucorales, es la rutinaria tinción de hematoxilina−eosina. La impregnación de
Gomori−Grocott es una buen técnica, en cambio, las tinciones de Gridley y periodic acid−Schiff (PAS) son
sólo de regular rendimiento para observar estos hongos en los tejidos.
Resumen. Las micosis oportunistas han adquirido una importancia creciente en los últimos años debido a los
avances en medicina, como el uso de antimicrobianos de amplio espectro, la quimioterapia del cáncer, el
transplante de órganos, entre otros. La aparición del sindrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y la
drogadicción endovenosa son también situaciones que favorecen el desarrollo de hongos oportunistas.
El diagnóstico de las micosis pulmonares requiere de métodos microbiológicos, inmunológicos y los
diferentes métodos de la anatomía patológica que tienen un papel preponderante en la identificación y
tipificación de los hongos, tanto en muestras de tejido como citológicas.
Una buena relación clínico−microbiólogo es fundamental para obtener un rendimiento óptimo.
1
15
15
Descargar