NOTAS BIBLIOGRÁFICAS experiencias analizadas, destacando algunos aspectos de la organización ecnnóinica e instrunienlos de política que dehcn tr>niar¿e en cuenta para lograr efectos positivos de una estrategia de redistriIjución del paUimonio. Destaca entre éstas, la necesidad que existe de emplear tjna coml)inación adecuada de incentiGABRIKI. ROBLEDO ESI'ARZA, 1125 vos, de mecanismos de precios y de controles selectivos por parte del Estado. Esto resulla ser un criterio indispensal.ile para que las unidades socializadas provean recur?^os susceptildes de ser canalizados hacia los estratos pobres, segi'in concluyen los autores del documento. A. L. C. El desarrollo del capitalismo mexicano. Edición del autor, 1973, 303 pp. El autor declara en la introducción al libro su intención de aplicar rigurosamente las tesis sostenidas por Marx en su obra cumbre. El capital, a ''la deícrminación de la naturaleza del régimen económico existente en nuestro país, de su origen liislórico y de las perspectivas de su desarrollo." En el capítulo primero se da a la tarea de establecer, de acuerdo con los conceptos marxistas, cuál es la naturaleza del régimen económico existente en México. La característica fundamental de la economía mexicana es, para el autor, la polarización de la sociedad en dos clases principales: burguesía y proletariado, la primera de las cuales monopoliza la propiedad de los medios e instrumentos de producción y de vida de la sociedad, en tanto que la segunda solamente posee en propiedad su fuerza de trabajo. La burguesía C(>m]ira a los obreros su fuerza de traltajo, la cual emplea para producir bienes que icaliza en el mercado : la riqueza social bajo la propiedad de la burguesía se mantiene y crece a través de ese intercambio con el trabajo vivo; en tal virtud, funciona como capital. Las pruebas de la polarización de la. sociedad en dos clases fundamentales, de la concentración de la riqueza en manos de una de ellas, y su funcionamiento como capital, las aporta el autor desde dos campos distintáis: la historia y el análisis económico de la situación actual. En el primer caso encuentra que para 1910, según datos y estadísticas autorizados, ya había quedado estal)lecida la división de la po])lación agrícola en empresarios agrícolas y proletariado rural, concentrada la propiedad de la tierra en poder de la primera, y funcionando esta forma de la riqueza como capital; esta situación fue el resultado de un largo proceso de despojo a los campesinos por la burguesía rural y los terratenientes que se inició aproximadamente en la década del 40 del siglo pasado. Después de 1910, el movimiento económico del país consolida, amplía y reproduce el capitalismo agrario. En el segundo caso, con base en datos de los últimos censos indu.strialcs y de poldación y en los más autorizados cálculos del ingreso nacional, el autor estudia la distribución actual de la propiedad de la riqueza entre los distintos grupo'- y clases sociales, llegando a la conclusión de que para 1960 el 62.21 *^/c de la población econ(')micameníe activa no tiene propiedad fson obreros en activo), el 33.32 9r participa del 0.93 '^f de la riqueza social (en gran parte e?tc fcctor está formado por obreros en reserva) y el 0.77 ^r posee en propiedad el 99.0-3 '^r de la riqueza social ; la relación fundamental existente entre esta-> cla.<es se caracteriza prr la venta de la fuerza de trabaje de los des- 1126 EL TRIMESTRE ECONÓMICO poseídos (la totalidad del 62.21 % y una buena parte del 33.52 % de la población económicamente activa) a los poseedores (0.77 % de la misma), con lo que se mantiene e incrementa la riqueza de estos últimos. En el sector industrial, que es el más dinámico de la economía capitalista, la mayor parte de la producción está concentrada en grandes unidades formadas por gigantescos sistemas de maquinaria, propiedad de unas cuantas personas, en los cuales laboran cantidades masivas de obreros; esta situación es característica de la economía mexicana en los días que corren. El autor llega, en suma, a la conclusión de que en nuestro país existe actualmente el régimen de producción capitalista plenamente desarrollado, que ese régimen había quedado firmemente establecido para 1910 y que su proceso de gestación se había iniciado desde la década del 40 del siglo pasado. Del segundo capítulo en adelante el autor profundiza sobre los puntos fundamentales expuestos en el primer capítulo, empleando meticulosamente los instrumentos teórico? de la economía luarxista en el análisis del capitalismo mexicano. Así. encuentra que también para el caso de México la producción de plusvalía (valor excedente producido por el obrero y que se apropia el capitallí=ta. sin retribución) es el móvil y resultado del funcionamiento de cada empresa capitalista en particular y de la economía nacional como un todo; que el plusvalor que el capitalista .«e apropia es producido por el obrero como un excedente sobre el valor de su fuerza de trabajo; y que toda la riqueza social existente en nuestro país no es sino trabajo obrero excedente acumulado. Para establecer las condiciones generales de la producción capitalista los empresarios mexicanos tuvieron que, par- tiendo de una equivalencia casi exacta entre el valor creado por la fuerza de trabajo de los obreros en una jornada y el salario de los mismos y de una jornada reducida en donde el trabajo se desarrollaba a un ritmo lento y pausado, dividir el tiempo de trabajo en dos partes, en una de las cuales se repone el valor de la fuerza de trabajo del obrero y en la otra se produce valor excedente que se apropia el capitalista sin retribución : con el fin de lograrlo, emplearon la violencia más despiadada para reducir el salario, llevándolo muy por debajo de lo necesario para la subsistencia diaria del obrero, y extender desmesuradamente la jornada de trabajo mucho más allá de sus límites naturales. La plusvalía así producida recibe el nombre de plusvalía absoluta. El establecimiento de la primitiva división de la jornada de trabajo de los obreros mexicanos y las primeras etapas de producción de plusvalía absoluta se remontan a la época inmediata posterior a la revolución de independencia y se extienden hasta la época del Porfiriato. Los resultados de la implantación de este método de producción de plusvalía son (establecidos, según el autor, con datos estadísticos y testimonios irrefutables) : el establecimiento de la esclavitud asalariada para la mayoría del pueblo mexicano; la extenuación y muerte prematura de la fuerza de trabajo del país, y un incremento enorme de la morbilidad y de la mortalidad como nunca antes se había visto en la sociedad mexicana. Casi a la par con la forma de producción de plusvalía absoluta va surgiendo otra forma de producción de plusvalía que se basa en el perfeccionamiento de los métodos e instrumentos de producción y que, al hacer aumentar la productividad del trabajo, provoca el descenso del valor de los medios de vida del obrero NOTAS BIBLIOGRÁFICAS y con ello la reducción del tiempo de trabajo necesario, aumenLaiido propurcionahncnte la plusvalía que se apropian los capitalistas. Este método de ]>roduccion de pluí-valía —relativa— inicia su dciarrolio con las primeras manufacturas que se establecieron en México aproximadauiente en la década del 40 del siglo pasado y tiene su remate en la gran industria maquinizada que existe actualmente en nuestro país. Los resultados del desarrollo de los métodos de producción de plusvalía relativa son, de acuerdo con el autor, los si fruientes: la maquinización de la producción; el reforzamiento de la esclavitud del trabajo asalariado: la ampliación del censo obrero con la inclusión de las mujeres y los nifíos, que a la vez que hacen competencia a los obreros adultos se ven sometidos a la explotación más ignominiosa; un nuevo y gran impulso a la extensión de la jornada de trabajo; la intensificación del trabajo; la degeneración de todos los procesos orgánicos del individuo, que se ve reducido a la calidad de mero apéndice de la máquina; un nuevo descenso de las condiciones de salud de la clase obrera, con el consiguiente incremento de la morbilidad y la mortalidad. Esta situación la resume el autor en los siguientes términos: "De donde se desprende que en su proceso de nacimiento y durante su desarrollo ascendente sobre sus bases específica?, el capital sólo puede vivir a costa de despojar de sus medios e instrumento? de producción al productor directo, de someterlo formal y realmente a su poder, de oprimirlo, tiranizarlo y esclavizarlo a través de la violencia física y moral más espantosa, de socavar sus condiciones de trabaio. reprimir y aniquilar stis facultade-' (físicas y mentales"), de provocar la descomposición y degeneración progresivas de su organismo y la 1127 conversión de sus órganos fundamentales, de medios para realizar sus funciones naturales, en instrumentos para arrancarle más plusvalía trastocando así lodo ios procesos fundamentales de su organismo, de envilecerlo y degradarlo anulando su voluntad, y de postrarlo en una situación interminable de miseria, hambre, eiiíermcdades y muerte. "En nuestro país, a través del desarrollo de las formas de producción de plus\alía ab~oluta y relativa, para 1910 han quedado puestas las bases fundamentales dr un réíj,hnen rspecíficarnente capitalista. De la década del 30 al 40 de este siílo en adi'Ianie. este régimen se desenvuelve ya sobre sus propios pies, einjíleando las dos Termas de jirodiK'cíón de plusvalía para aumentar el volumen de la fuerza de Iraliajo excedente (plusvalía, ganancia) absorbida a los obreros mexicanos." Con el mismo rigor analítico continúa el autor desentrañando las formas que adopta en la sociedad mexicana el régimen capitalista de producción. Estudia el proce.-o de acumulación de capital, la evfdución de los salarios, los métodos especiides empleados por la burguesía mexicana para acelerar la acumulación (la promoción estatal de la industrialización y l.is inversiones extranjeras), la creación de un ejército industrial de reserva, etc. De notable significación es el estudio que el autor hace de los dos sectores fundamentales que componen la econo?:'ía mexicnna: el sector I, integrado priniordialmenle por las industrias que producen medios industriales de producción v bienes de c-nnsumo de lujo, por la gran agricultura capitalista que produce materias primns v alimentos para el mercado interno o la exportación, por el gran fonicrciit i:;terno y externo, y por las altas finanzas: y el sector II, integrado 1128 EL TRIMESTRE ECONÓMICO básicamente por las ramas que producen bienes de concumo que no son de lujo, por aquellas que están formadas por industrias medianas que producen medios de producción, por la mediana agricultura capitalista, por el mediano comercio interior y por alerunos grrupos tancarios modestos. Las relaciones mutuas entre estos dos sectores I'con las implicaciones políticas que les son inherentes) y las que ellos guardan con la productividad del trabajo, las formas de producción de plusvalía absoluta, la intensificación del trabajo y la acumulación de capital, son desentrañadas acuciosamente por el autor, llegando a la conclusión de que ambos sectores de la economía capitalista mexicana se suponen y se engendran mutuamente, alternándose los periodos de predominio económico y político de cada uno de ellos. Los resultados de este mutuo engendramiento de los dos sectores de la economía mexicana son: 1) el perfeccionamiento constante del régimen capitalista de producción existente en México; 2) el aumento de la productividad del trabajo a través del perfeccionamiento de los métodos de producción de plusvalía relativa; 3) el incremento de la extensión e intensidad del trabajo; 4) el aumento de la masa de plusvalía que se apropia a burguesía mexicana; 5) el aumento del volumen de acumulación de capital; 6) y, como consecuencia de todo esto, un vertif?inoso aumento de la depauperación del proletariado mexicano. Más adelante el autor establece que en México tiene plena vigencia la ley general de la acumulación capitalista, conforme a la cual, "a medida que se acumula el capital, tiene necesariamente que empeorar la situación del obrero, cualquiera que sea su. retribución, ya sea alta o baja. Finalmente, la ley que mantiene siempre la superpoblación re- lativa o ejercito industrial de reserva en equilibrio con ct i'olumen y la intensidad de la acumulación mantiene al obrero encadenado al capital con grilletes más firmes que las cuñas de Vulcano con que Prometeo fue clavado a la roca. Esta ley determina una acumulación de miseria equivalente a la acumulación de capital" C. Marx, El capital, t. L Para demostrarlo, compara estadísticamente las relaciones que existen, dentro de la economía mexicana, entre la acumulación, la sobrepoblación obrera y la miseria de los trabajadores. La explosión demográfica, el déficit de alimentos y habitación, el desastroso estado de salud y la creciente degeneración y atrofia de todos los órganos y procesos orgánicos de los trabajadores mexicanos son presentados como resultado directo de la acumulación de capital. Al fina del libro sigue el autor sorprendiéndonos con tesis que nada tienen de ortodoxas en el campo de los estudios "marxistas" sobre la economía mexicana. Esto lo decimos a propósito de la radicalmente nueva periodificación de la historia económica del país que propone. Para él, hubo en México un verdadero régimen feudal —con características propias, desde luego— que se estableció aproximadamente en la segunda mitad del siglo XVII y que duró hasta los primeros años del XIX; la revolución de Independencia encabezada por los pequeños productores de mercancías fue la expresión política de la disolución del régimen feudal. Después de la g;uerra de independencia hubo un florecimiento de la pequeña producción de mercancías que desembocó en la constitución de las primeras empresas capitalistas, tanto agrícolas como industriales; al calor de este progreso económico, los terratenientes, grandes comerciantes, etc., se fueron incorporando al nuevo régimen de pro- NOTAS BIBLIOGRÁFICAS ducción hasta converLiríe, a partir de los años 80 del siglo pasado, en verdaderos productores capitalistas. Los capitalistas agrícolas e industriales mexicanos reconocen, pues, un doble origen: una parte de ellos surgió de entre los pequeños comerciantes y pequeños productores que proliieraron después de la guerra de intiependoncia: otra parte proviene de los grandes terratenientes y grandes comerciantes de la época feudal. La revolución de 1910 no fue otra cosa que un violento enfrentamiento entre estos dos tipos de capitalistas, quienes llevaron a la lucha, como sus peones de brega, a la gran masa obrera y campesina del país. En uno de los apéndices del libro el autor esboza la teoría de la lucha de clases que se desarrolla en nuestro país, sosteniendo que el núcleo de la misma reside en la que se establece entre los dos sectores de la econoinía mexicana (sector I y sector ii) : el desarrollo desproporcionado de uno de ellos provoca necesariamente la reacción del contrario, pasando alternativamente el poder de uno a otro de los grupos en pugna: cl movimiento entre los dos extremos es la con- 1129 dición indispensable del desarrollo ascendente del régimen capitalista mexicano. La pequeña burguesía y el proletariado son arrastrados a la lucha como peones de los grupos burgueses en disputa. Una crítica superficial de este libro podría quizá considerar que un gravo error del mismo es el haberse ceñido dcinasiado a los conceptos teóricos desarrollados por Marx en El capital', esta es, sin embargo, a nuestro juicio, su mayor virtud. Y es así porque en nuestro país no se había intentado siquiera un análisis marxista de la realidad nacional; todos los estudios supuestamente marxistas de la economía mexicana habían sido repeticiones más o menos encubiertas de la formulación teórica de los intereses del segundo sector de la economía mexicana, vale decir, de una forma determinada que adopta la teoría económica burguesa; de aquí entonces que el libro que reseñamos sea el primer análisis verdaderamente marxista que se hace del capitalismo mexicano. F. M. H. NAFI^'SA-0^■UDI, México'. Una cstraícgia para desarrollar la industria de bienes de capital, Nacional Financiera, S. A., México, 1977, 490 pp. En un trabajo realizado por un equipo conjunto de Nacional Financiera (NAFINSA) y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (o^íUDl) se plantean elementos de lo que podría constituir un estrategia destinada a fomentar selectivamente ramas productivas de la industria de bienes de capital en ^México. La prioridad asignada al fortalecimiento de esta indiistria deriva de su significativo efecto sf>bre la balanza de pagos, de su posible contribución a la generación de empleos y de la necesidad de conforníar una estructura industrial iTiás equilibrada y acorde con el desenvolvimiento del país. La obra publicada por Nacional Financiera con el título México: una estrat^gi-a para desarrollar la industria de bienes de capital ofrece primiCro un esquema macroec(¡nómico nacional de referencia, con el propósito de situar el desenvolvimiento de los bienes de capital en la inversión del país y e\aluar sus efectos, directos y colaterales, dentro del ámlñto de las restantes actividades productivas.