RESUMEN Promover el desarrollo es bastante complejo, no sólo

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RESUMEN
Promover el desarrollo es bastante complejo, no sólo hacen falta buenas
intenciones, un presupuesto amplio o una tecnología de avanzada. Lo primordial es
que el grupo humano "beneficiario" se involucre, sólo así se puede garantizar su
sostenibilidad en el tiempo. Aquí la comunicación para el desarrollo juega un papel
muy importante y al Comunicador para el Desarrollo le corresponde "hacer
partícipe" a un grupo humano de su propio desarrollo. Porque el desarrollo no puede
imponerse ni planificarse desde afuera, necesita del consenso y la participación de
la comunidad para ser viable. Si es integral y humano, implica un cambio social, una
transformación de los hábitos, actitudes y comportamientos - individuales y sociales
- del grupo que se esfuerza por alcanzar una mejor calidad de vida.
Numerosas experiencias de agencias internacionales como UNICEF,
UNESCO, FAO, iniciativas de orden público, etcétera, han comprobado con
evidentes resultados que la Comunicación sí incide directamente en la consecución
del desarrollo. Tan contundente es esta convicción que los especialistas señalan
casi con unanimidad que si los proyectos de desarrollo carecen de un componente
de Comunicación, el cual pueda asegurar la participación de la comunidad, están
destinados al fracaso.
Sin embargo, esta convicción asimilada en apariencia se debilita en el campo
de la acción, y así muchos proyectos de desarrollo claudican en sus objetivos por
dar un papel reduccionista al componente de Comunicación, circunscrito la mayor
de las veces a tareas propias de las Relaciones Públicas, el Periodismo, Marketing
Social o incluso la Administración.
El objetivo de esta tesis es reflexionar a profundidad sobre el perfil del
Comunicador para el Desarrollo y el Cambio Social, analizar aquellos atributos que
los hacen competente para cumplir su acometido. Con esto no pretendemos
postular categorías o etiquetas clasificatorias sobre el "deber ser" de este
profesional, sino colaborar al debate académico que desde el 2002 ha generad o
este sujeto de estudio, y aportar nuevas ideas que sirvan para apuntalar sus
funciones.
Así el capítulo I está dedicado a resolver la relación que ha sostenido la
Comunicación y el Desarrollo, analiza las alternativas de desarrollo y los modelos de
Comunicación para el Desarrollo que surgieron como complemento a los
paradigmas del desarrollo. De esta parte se entiende cuáles eran los modelos
teóricos de acción que siguieron los comunicadores en cada época, y queda claro
que el modelo de desarrollo humano se presenta como el más completo y coherente
para la acción de la Comunicación para el Desarrollo y de los comunicadores.
El capítulo II sintetiza los principios fundamentales de la Comunicación para
el Desarrollo, los cuales son también principios de acción del comunicador; y analiza
la aplicación práctica de la Comunicación para el Desarrollo a través de la revisión
de cuatro procesos de desarrollo ejecutados en nuestro país y en diferentes épocas.
Esto ha permitido inferir los retos que al comunicador se le han presentado en su
trabajo desde diferentes paradigmas de desarrollo.
El capítulo III se centra en la estructura conceptual del sujeto de estudio, y
ahonda en su "deber ser", en las competencias que necesita poner en práctica para
cumplir su objetivo : hacer que un grupo humano, a través del diálogo, la
comunicación y la participación, se involucre en su propio proceso de desarrollo.
Esta tesis plantea como principal propuesta organizar los rasgos
característicos del Comunicador para el Desarrollo y el Cambio Social, es decir los
atributos que le hacen competente, en tres ejes directrices complementarios : el eje
de comunicación, de antropología y de educación. Lo ideal sería contrastar esta
hipótesis con el margen de acción real que tiene el comunicador en su trabajo, pero
esto corresponde a una próxima investigación que se espera realizar.
Dos de las más importantes conclusiones a las que se llega son las
siguientes:
La comunicación para el desarrollo y el cambio social pretende entablar un diálogo
social entre los miembros de un grupo humano para que participen y se involucren
en un proceso de desarrollo genuino, endógeno y con perspectiva propia, que les
conduzca hacia un cambio social, y alcancen por sí mismos una mejor calidad de
vida. Esto supone un uso intencionado, estratégico, planificado y potencialmente
evaluado de las acciones y recursos de comunicación para impulsar un proceso de
desarrollo concreto.
Aún es prematuro concebir un perfil profesional del comunicador para el desarrollo y
el cambio social, pues aún no se ha consolidado la profesionalidad de esta
actividad; porque, entre otras razones, las alternativas de formación académica
especializada son escasas, son pocos los espacios consolidados de investigación
científica sobre el tema, el reconocimiento social de la actividad no se traduce en
una demanda laboral concreta, y aún no se han establecido códigos de ética para
estos comunicadores.
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