fortalecimiento de sectores productivos a través de la innovación

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Fortalecimiento de los Sectores
Productivos a través de la Innovación
Luis E. Loría y Luis E. López
Junio, 1999
CEN 010
DOCUMENTO EN PROCESO escrito por Luis E. Loría y Luis E. López como parte del
proyecto de investigación sobre Sistemas Nacionales de Innovación del Centro
Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible de INCAE. Este trabajo
busca estimular la reflexión sobre marcos conceptuales novedosos, posibles alternativas
de abordaje de problemas y sugerencias para la eventual puesta en marcha de políticas
públicas, proyectos de inversión regionales, nacionales o sectoriales y de estrategias
empresariales. No pretende prescribir modelos o políticas, ni se hacen responsables el o
los autores ni el Centro Latinoamericano de Competitividad y Desarrollo Sostenible del
INCAE de una incorrecta interpretación de su contenido, ni de buenas o malas prácticas
administrativas, gerenciales o de gestión pública. El objetivo ulterior es elevar el nivel de
discusión y análisis sobre la competitividad y el desarrollo sostenibles en la región
centroamericana. El contenido es responsabilidad, bajo los términos de lo anterior, de
CLACDS y no necesariamente de los socios contribuyentes del proyecto. Junio, 1999.
TABLA DE CONTENIDO
FORTALECIMIENTO DE SECTORES PRODUCTIVOS A TRAVÉS DE LA INNOVACIÓN............................. 1
1.
INTRODUCCIÓN........................................................................................................................................ 1
2.
EL EMPRESARIO Y LA INNOVACIÓN ..................................................................................................... 2
3.
UNIDADES DE TRANSFERENCIA TECNOLÓGICA E INNOVACIÓN..................................................... 3
4.
GOBIERNO E INNOVACIÓN..................................................................................................................... 5
5.
INNOVACIÓN: EL CASO DE COSTA RICA ............................................................................................ 7
5.1.1. Posibilidades de incrementar la eficiencia en el uso del recurso humano..................................... 7
5.1.2. El conocimiento generado en la investigación no logra transmitirse a los Sectores Productivos .. 8
5.1.3. Los Esquemas de Incentivos no han impulsado la innovación y el empresarialismo.................... 9
5.1.4. No se han aprovechado las oportunidades que presenta la Inversión Extranjera Directa para
generar actividad económica e ingreso adicional ..................................................................................... 10
6.
CONCLUSIONES..................................................................................................................................... 12
6.1.1.
Políticas para el Fortalecimiento de Sectores Productivos a través de la Innovación ................. 12
FORTALECIMIENTO DE SECTORES PRODUCTIVOS A TRAVÉS DE LA
1
INNOVACIÓN
Triste del país que no tome las ciencias por guía en sus empresas y en su trabajo. Se
quedará postergado, vendrá a ser tributario de los demás y su ruina será infalible, porque
en la situación actual la que emplea más sagacidad y saber, debe obtener ventajas sobre
las otras.
José María Castro Madríz, 1844.
1.
INTRODUCCIÓN
Cada día se consolida más el concepto de que el conocimiento es un insumo muy
importante en la producción y un factor determinante de la generación de riqueza de un
país. La mano de obra, y sobre todo la mano de obra barata y no especializada, ha
cumplido el papel de generar empleo, pero no el de acrecentar la riqueza. Por tanto, los
países deben orientarse hacia un modelo de desarrollo en el que la innovación, mediante
la aplicación de conocimiento económicamente útil, pueda integrarse efectivamente a los
procesos productivos.
El estudio formal de esto tiene ya algún auge. Quah [1998], por ejemplo, ha escrito
trabajos en los que establece la noción de la “economía ligera” (“weightless economy”).
Con ello, hace referencia a la participación creciente que tienen, dentro de la producción
de los países, compañías de software, empresas de tecnologías de comunicación y
telecomunicaciones, nombres de marca y diseños estéticos, nuevos medios, bibliotecas y
bases de datos electrónicas, la propiedad intelectual, y algunas clases de servicios. Se
ha documentado repetidamente que la tasa de retorno de las inversiones en R&D es alta,
y que es mucho más alta que el retorno sobre la inversión en estructuras, maquinaria y
equipo (Griliches, 1994). Así, no resulta sorprendente que los países industrializados
responden prácticamente por la totalidad de las actividades mundiales de R&D (Coe,
Helpman y Hoffmaister, 1997). Coe y Helpman [1995] estimaron que las siete economías
más grandes del grupo de la OECD, que respondieron por el 92% del R&D mundial en
1991, obtuvieron en promedio una tasa de retorno de largo plazo de 120% sobre su
inversión.
Usaremos el término tecnología para referirnos a los procesos mediante los cuales una
organización transforma trabajo, capital, materiales, y conocimientos en productos y
servicios. El término tecnología, por lo tanto, se extiende más allá de las funciones de
ingeniería y manufactura dentro de la firma, enmarcando un rango mucho más amplio de
procesos empresariales. El término innovación se refiere a cambios tecnológicos que
encuentran aplicación comercial; el famoso innovación = invención + explotación.
1
Se agradece la asistencia y cooperación de PROCOMER, CAPROSOFT, y CONICIT en diversas etapas de
la investigación. Asimismo, se agradecen los comentarios y sugerencias que resultaron de la discusión de
varias de las ideas contenidas en este documento, en especial los de la Cámara de Empresas de Base
Tecnológica, PROCOMER, Consejo Nacional para la Investigación Científica y Tecnológica, SINETEC,
Ministerio de Ciencia y Tecnología.
1
2.
EL EMPRESARIO Y LA INNOVACIÓN
La corrientes económicas dominantes han enfatizado tres factores de producción (tierra,
trabajo y capital) y le han concedido al empresario un rol más bien secundario. Existen
algunos autores, sin embargo, que otorgan al empresario una preponderancia mucho
mayor. Jean Baptiste-Say (1815), entre otros, identificó en su obra al empresario como el
cuarto factor de producción. Schumpeter (1939) ubicó al empresario en el centro de su
obra, al señalar que las innovaciones que el empresario llevaba al mercado, desataban el
proceso de evolución económica capitalista comportándose como “vientos de destrucción
creadora”.
Esta línea de pensamiento, que durante más de dos siglos no ha recibido la importancia
que se merece, ha empezado a tomar fuerza recientemente. The Economist (Febrero,
1999.) habla sobre la importancia de la innovación industrial e identifica al empresario
como el agente de cambio encargado de materializarla:
“Empresarios—los más exitosos, pero no los únicos practicantes de la innovación—
raramente se detienen para ver cómo lo hacen. La mayoría de ellos simplemente se
involucran en la tarea de crear valor al explotar alguna forma de cambio—ya sea ésta en
tecnología, materiales, precios, impuestos, demografía, e incluso geopolítica. Ellos, por lo
tanto, generan nueva demanda, o una nueva forma de explotar un mercado existente. “El
empresario”, decía Jean-Baptiste Say, el economista francés que pasó por el mundo
alrededor de 1800, “transfiere recursos económicos fuera de un área de menor hacía un
área de mayor productividad y mayor margen.”
En casi toda organización pululan ideas acerca de nuevas formas de hacer las cosas:
nuevos productos, nuevas aplicaciones para productos existentes, nuevos enfoques
técnicos, y nuevos mercados. Las innovaciones dan a las firmas ventajas competitivas.
Al innovar, las empresas pueden incluso replantear la forma de competir en una industria,
como lo describiera Schumpeter (1942):
“...no es esa clase de competencia la que cuenta, sino la competencia
producto básico, la nueva tecnología, la nueva fuente de abastecimiento, el
organización... competencia que impulsa una ventaja decisiva en costo o
tiene impacto no en los márgenes de las ganancias y la producción de
existentes, sino en sus fundamentos y sus mismas vidas.”
por el nuevo
nuevo tipo de
calidad y que
las empresas
2
3.
UNIDADES
DE
INNOVACIÓN
TRANSFERENCIA
TECNOLÓGICA
E
La innovación puede ser motor del progreso económico si sus dos propulsores
fundamentales, la generación de conocimiento útil y la explotación y comercialización de
ese conocimiento, funcionan y se complementan. El conocimiento, generado mediante la
investigación básica e investigación aplicada, se debe filtrar a los sectores productivos
para convertirse en conocimiento económicamente útil. Además, la acumulación de
capital humano por si misma es inútil, a menos que se oriente a generar innovación.
Los centros de investigación
privados y públicos, universidades, institutos y
organizaciones científicas pueden participar o facilitar los procesos de generación,
adopción y difusión de conocimiento. Estas “unidades de transferencia tecnológica”
concentran, y en algunos casos son responsables por la formación de la mayor parte del
potencial creativo de una nación.
La innovación requiere de una vinculación efectiva entre las unidades de transferencia
tecnológica, las empresas y el gobierno. Por ejemplo, en los Estados Unidos, el NSF
procura que ocurra transferencia del conocimiento de los estudios científicos hasta el
mercado. Como indica The Economist (Febrero, 1999):
Aun, la ansiedad sobre la competitividad internacional ha asegurado que los gobiernos
continúen bombeando dinero público hacía R&D en sus universidades, laboratorios
nacionales, consorcios de investigación y compañías—y los han impulsado a que
comercialicen sus resultados. El año pasado, el gobierno americano gastó $65 billones
(aproximadamente 1% del PIB) apoyando al esfuerzo científico del país. Un tercio del
dinero fue a los laboratorios gubernamentales, otro tercio a las universidades y el tercio
final a la industria. Otros países ricos tienen arreglos similares.
La evolución de los principales focos de innovación de los Estados Unidos, la Ruta 128,
en Boston, y Silicon Valley, en California, comparte orígenes comunes: una estrecha
vinculación entre empresas y unidades de transferencia tecnológica, y el acceso a
recursos gubernamentales. La fuerte inyección de recursos gubernamentales durante la
Segunda Guerra Mundial logró crear en Boston condiciones para la innovación únicas en
el mundo, como explicó Saxenian [1994]:
Conforme la guerra se acercó a su fin, el llamado Research Row en el área de Boston—
compuesto por MIT, Harvard, y otras universidades locales y un creciente número de
laboratorios industriales—ofrecía una concentración de talento tecnológico e intelectual sin
parangón en la nación, si no es que en el mundo. Frederick Terman, Decano de
Ingeniería de Stanford, recordaría más tarde sus días como uno de los estudiantes
doctorales de Vannevar Bush en MIT: “Siempre había una industria alrededor de
Cambridge y Boston y MIT estaba justo en el centro de ella. Era fácil para un profesor
encontrar cosas que hacer en la industria para la cual su conocimiento especializado era
de valor para ellos, y sería como divertido para él aplicar parte de su conocimiento en
actividades del mundo real. En cualquier lugar que uno mirara, uno encontraría a los
muchachos haciendo algo con alguna compañía.
3
Terman, posteriormente replicaría su observación en la costa Oeste de los Estados
Unidos y sembraría la semilla que eventualmente se desarrollaría en lo que hoy llamamos
Silicon Valley. En Agosto de 1997, Business Week dedicó una edición especial a tratar
de contestar la pregunta de ¿Qué transformó a un área de huertos de ciruelas en un
epicentro de tecnología global, donde 11 nuevas compañías se crean cada semana? Las
cifras de Silicon Valley son realmente impresionantes: aproximadamente 7.000
compañías de electrónica y software y miles de “start-ups” en un corredor de 50 millas,
20% de las 100 compañías más grandes de electrónica y software se encuentran allí, una
compañía se hace pública cada cinco días, 62 nuevos millonarios cada día, los salarios
reales crecieron 5.1% (cinco veces el promedio nacional), más de 50.000 puestos de
trabajo creados en 1996, las universidades sacaron al mercado 2.268 estudiantes con
grados avanzados de ingeniería, etc. Estas cifras soportan la idea de que la innovación,
llevada al mercado por los empresarios, y vinculada fuertemente con las unidades de
transferencia tecnológica, tiene algo que ver con el desarrollo económico.
4
4.
GOBIERNO E INNOVACIÓN
Los Gobiernos podrían jugar tres papeles fundamentales para apoyar la evolución de los
sectores productivos. El primero, se refiere a la eliminación de distorsiones y barreras al
desarrollo. Chari, Kehoe, y McGrattan [1996] han argumentado que distorsiones internas
(tasas impositivas, sobornos, riesgo de expropiación, y corrupción) contribuyen a una tasa
impositiva efectiva que pesa sobre los agentes económicos, y que podría explicar las
diferencias en los niveles de ingreso entre países. En la misma línea, Hall y Jones [1998]
señalan que las diferencias en productividad entre países podrían atribuirse a diferencias
en la infraestructura social. Estos autores mencionan que, en economías que no cuentan
con una infraestructura social eficiente, parte de la inversión en capital podría destinarse a
actividades para protegerse de las desviaciones (rent-seeking, corrupción, robo, etc.) y
no en actividades productivas. Sin embargo, un país puede sanear sus finanzas, eliminar
las distorsiones económicas y barreras al comercio, y aún así no desarrollarse.
El segundo, tiene que ver con la eliminación de fallas de mercado. La intervención es
necesaria debido a que las empresas no asignarán suficientes recursos al desarrollo de
nuevas tecnologías debido a que éstas son incapaces de capturar la totalidad de los
beneficios de dichas inversiones. A este punto se refiere un documento reciente de la
OECD [1997] al señalar: “En el interés de maximizar los retornos al público general, las
políticas tecnológicas se han enfocado en estimular o auspiciar la inversión en R&D por
parte de la industria a través de instrumentos como créditos fiscales para R&D y
subsidios.”
El tercero, y al que nos referimos aquí con mayor detalle, se refiere a la eliminación de
fallas sistémicas que entorpecen la actividad innovadora de los sectores productivos.
Estas fallas están relacionadas con la ausencia de interacción entre empresas, unidades
de transferencia tecnológica y gobierno. La innovación, y, con ello, el desarrollo
económico y el bienestar, se puede fomentar mediante actividades conjuntas de
investigación y cooperación entre esos tres actores. Estas actividades desencadenan
ciclos positivos auto-reforzantes en dónde el aprendizaje, las mejoras tecnológicas y la
innovación permiten alcanzar niveles superiores de bienestar (Figura 1.).
Estas interacciones generan flujos de conocimiento y redes tecnológicas (Ver López
[1999]). La estrecha colaboración entre los actores del sistema facilita la formación de
vínculos informales, promueve la movilidad del personal y resulta en aumentos en los
niveles de competencia a través de la formación de “start-ups” y “spin-offs” (Ver López,
Loría y Lara [1999]). Al aumentar la tasa de innovación, las empresas deben reaccionar
con más innovación, perpetuando el ciclo.
5
FIGURA Nº 1
Creciente
Productividad
Innovación
Mejoras
Tecnológicas
Fortalecimiento de Sectores
Productivos
Aprendizaje
Exportaciones
Salarios crecientes
Este ciclo lleva implícito un incremento en los niveles de inversión interna, la creación de
nuevos puestos de trabajo, el crecimiento de los salarios reales, el aumento de las
exportaciones y del valor agregado nacional, entre otros. Además, el país o la región, se
convierte en un destino atractivo para la inversión extranjera directa y se facilita la
creación de relaciones perdurables entre inversionistas extranjeros y empresarios
nacionales. La oferta creciente de propuestas de innovación despertaría el interés de
inversionistas privados (“venture capitalists”) por financiar y co-participar en nuevos
emprendimientos y en la expansión de proyectos en marcha.
Cooper [1991] en un estudio sobre innovación en países en desarrollo destacó la
importancia de políticas tecnológicas al contrastar los resultados de promoción de
exportaciones de Corea del Sur y Chile. En Corea el índice de exportaciones de
productos manufacturados creció a tasas anuales cercanas al 20% durante 20 años
después de 1969. Al mismo tiempo, los salarios reales en manufactura crecieron a una
tasa anual de aproximadamente 8% durante el mismo período. En contraste, mientras
que el volumen de exportaciones chilenas creció a tasas anuales de 17% durante el
período entre 1981 y 1987, el crecimiento en este caso se vio acompañado por caídas
anuales en los salarios reales de 5% y un crecimiento insignificante en el valor agregado
por trabajador. Al respecto Cooper concluyó:
Sin embargo, es bastante fácil distinguir entre los dos casos en términos de política
tecnológica, la cual ha estado virtualmente ausente en Chile, pero ha sido una
preocupación constante en Corea del Sur. La acumulación de capacidades tecnológicas –o
lo que resultaría igual—la acumulación de destrezas para la innovación, no sólo es
importante desde el punto de vista de crecimiento agregado; es también una precondición
importante para una distribución funcional equitativa del ingreso.”
6
5.
INNOVACIÓN: EL CASO DE COSTA RICA
5.1.1. Posibilidades de incrementar la eficiencia en el uso del recurso
humano
Una gran cantidad de literatura ha señalado la importancia de la inversión en educación.
También el BID y el Banco Mundial han afirmado repetidamente que los países en
desarrollo crecerían a tasas más aceleradas si estos incrementarán su inversión en
educación. Costa Rica, sin embargo, alcanzó, desde hace varios años, niveles de
educación y desarrollo humano similares a los de países desarrollados, pero la ventaja2
no se reflejó en las tasas de crecimiento económico y bienestar de la poblaciónal sector
productivo, ni se refleja sus tasas de crecimiento económico y bienestar de la población.
Esto podría deberse a un uso ineficiente del recurso humano, al asignarlo en actividades
que no maximizan las posibilidades de generación de riqueza a través de la innovación.
El mercado laboral en Costa Rica no ha favorecido particularmente a las carreras
científicas y a las más estrechamente ligadas con la producción. Durante el período
1990-95, según cifras del Consejo Nacional de Rectores (CONARE), las universidades
estatales y privadas graduaron un total de 56,288 estudiantes. De estos graduados
solamente 4,331 (7.7%) y 1,866 (3.3%) recibieron títulos de ingeniería y ciencias básicas
respectivamente, mientras que el 70.6% se graduaron de carreras relacionadas con las
ciencias sociales y la educación. (Ver Cuadro 1.)
3
CUADRO Nº 1
Graduados en Ingeniería como porcentaje del total de graduados
4
(última cifra disponible)
Costa Rica
6.1%
Alemania
20.0%
Chile
20.8%
Hong Kong
20.7%
China
25.3%
Israel
13.1%
Dinamarca
16.9%
Japón
19.0%
Finlandia
22.8%
México
13.3%
Francia
13.9%
Singapur
40.9%
Los científicos e ingenieros, en la mayoría de los casos, no logran convertirse en
elementos perturbadores del sistema para contribuir a la sociedad por medio de la
innovación. Los graduados de ingeniería pueden trabajar en plantas de producción en una
empresa nacional, en donde el 94% de las empresas emplean a menos de cien
personas5 y solamente 4 empresas tienen un Gerente de R&D, o en una instalación de
ensamble en una empresa multinacional. De manera similar, los profesionales de las
ciencias básicas pueden trabajar en laboratorios estatales, con recursos limitados para su
investigación, o como profesores de secundaria.
Como dice, Rosegger (1996),
2
Durante el periodo 1980-90, se ha observado en Costa Rica una erosión en los niveles de capital humano.
Fuente: UNESCO.
4
La última cifra disponible es: 1996 para Japón, 1995 para Chile, Dinamarca, Finlandia, Alemania y Singapur,
1994 para China, Hong Kong, México, 1993 para Francia y 1992 para Costa Rica.
5
Cifra reportada por la Cámara de Industrias de Costa Rica.
3
7
Existe una tendencia de pensar que los desempleados estructurales son víctimas del
progreso tecnológico en lugar de sistemas educativos incapaces de alcanzar las demandas
del mercado laboral…
En una sociedad donde pocos descubrimientos e innovaciones se producen, la educación
esta en peligro de convertirse en no más que la transmisión de conocimiento codificado y
bien establecido de generación en generación. Tal sociedad podría destinar recursos
sustanciales a la enseñanza, pero la inversión resultaría en nada más que en un cuerpo de
‘hombres educados’ que transmiten un acervo de conocimiento en deterioro en la forma
de reglas y mitos.
Y además, como agrega Edmund Phelps6, la demanda por capital humano podría
relacionarse con la emergencia del empresarialismo, promovido y auspiciado por el
gobierno: “A un grado importante, yo sugiero, que una brecha de capital humano se
encuentra en aquellos países en los que existe poca demanda por él, sus recompensas
siendo insuficientes debido a que los empresarios que podrían introducir mejores
prácticas tecnológicas y entrar a nuevos mercados no les es permitido o fomentado por el
gobierno o por la filosofía económica prevaleciente.”
5.1.2. El conocimiento generado en la investigación
transmitirse a los Sectores Productivos
no
logra
En Costa Rica se invierten cantidades considerables de recursos para generar
conocimientos que no se logran aplicar en la producción. En 1996, la inversión total en
R&D alcanzó $108.10 millones7 (1.19% del PIB)8. El Gobierno Central invirtió $17.38
millones en R&D, las instituciones descentralizadas comprometieron $40.37 millones (en
donde RECOPE respondió por $28.8 millones), el sector productivo sumó $18.82
millones, los organismos internacionales acreditados en Costa Rica y organismos no
gubernamentales destinaron $15.53 millones, y el sector académico público gastó $16.00
millones. La imposibilidad de transferir los conocimientos a los Sectores Productivos
para su aplicación podría explicarse por un débil vínculo entre las unidades de
transferencia tecnológica, el gobierno y las empresas.
En 1996, la inversión en R&D fue absorbida por 1.867 investigadores (0.15% de la
Población Económicamente Activa). El mismo año se inscribieron en el Registro Nacional
de la Propiedad Intelectual 7 patentes. Según estas cifras, el gasto anual promedio por
investigador fue de aproximadamente $57.900 por investigador. La inversión promedio
por patente fue de $15.44 millones, y la relación entre investigadores y patentes sería de
267 a 1 (una relación de 0.003 patentes por investigador). El Cuadro 2 presenta una
comparación del número de patentes por millón de habitantes en varios países en 1996.
6
En un comentario acerca de un artículo reciente sobre crecimiento económico (Mankiw [1995]).
Estas cifras fueron reportadas por la Contraloría General de la República, Instituciones Descentralizadas,
Sector Productivo, Organismos Internacionales Acreditados en Costa Rica, Organismos no Gubernamentales
y el Sector Académico Público.
8
Vale la pena aclarar que, en opinión de autoridades del MICIT, este monto posiblemente no refleja la
inversión real en R&D, ya que no existe una definición clara para su contabilización, ni se lleva un registro
adecuado del destino final de estos recursos (que podría ser a actividades no relacionadas con R&D). Según
autoridades del MICIT, la inversión real en R&D en Costa Rica no llega al 0.5% del PIB.
7
8
9
Costa Rica
Chile
China
Dinamarca
Finlandia
Francia
CUADRO Nº 2
10
Patentes por millón de habitantes en 1996
1.9
Alemania
12.6
Hong Kong
2.4
Israel
2,184.3
Japón
449.2
México
843.6
Singapur
676.9
349.4
374.7
1,710.4
34.2
1,094
El débil vínculo entre unidades de transferencia tecnológica en el Sector Académico
Público, que agrupa aproximadamente al 80% de las unidades de investigación11, y los
sectores productivos ha sido documentado. En 1993, se realizó una “Evaluación de las
Posibilidades de Transferencia Exitosa de Resultados de Investigación Universitaria de la
UCR”12. La evaluación incluyó a más de 100 proyectos de investigación científica
aplicada, realizados entre 1989 y 1992, en 5 centros de investigación. Un sondeo inicial
identificó 30 proyectos que buscaban resolver problemas concretos en la producción o en
los servicios públicos. En la preselección la lista se redujo a 13 proyectos. Finalmente,
quedaron sólo 5 proyectos de investigación con posibilidades de transferencia exitosa13.
El estudio también reveló que ninguno de los 5 proyectos había realizado estudios de
preinversión para analizar las posibilidades de éxito comercial de la tecnología en
desarrollo y que solamente un proyecto había establecido contacto con un cliente
potencial.
5.1.3. Los Esquemas de Incentivos no han impulsado la innovación y
el empresarialismo
El modelo de sustitución de importaciones (1963-72) surgió de la creencia de que se
requerían de barreras arancelarias y cuotas a la importación para que los países en
desarrollo lograran industrializarse. Otro argumento a favor de esta estrategia era el de la
“industria naciente”. Bajo esta lógica los productores domésticos contarían con un
mercado cautivo que les permitiría desarrollar capacidades tecnológicas y economías de
escala necesarias para luego competir en el mercado internacional. Sin embargo, la
mayoría de empresas creció a ritmos acelerados hasta que saturó su mercado cautivo.
En la ausencia de competencia las empresas desarrollaron elevadas estructuras de
costos y un rezago tecnológico considerable que las incapacitaba para competir en
mercado internacional.
Los Certificados de Abono Tributario (CATs) (1972-99) se crearon como subsidios
explícitos a las exportaciones fuera del área centroamericana. Las exportaciones no
tradicionales que eran, en 1972, un 26% de las exportaciones totales pasaron a responder
por el 64%, en 1997. Asimismo, el porcentaje de las exportaciones no tradicionales fuera
9
Los datos de patentes se tomaron del World Intellectual Property Organization y los de población de los
World Development Indicators [1998] del Banco Mundial.
10
El dato de Costa Ricas es de 1993, pero parecería que la relación no ha cambiado significativamente.
11
Según el CONICIT, de un total de 174 unidades de investigación registradas en 1997, 136 pertenecían a
universidades estatales, 29 a instituciones públicas y 9 al sector privado.
12
La investigación fue realizada por Guillermo Monge y Ana Beatriz Picado en Agosto de 1993.
13
Entre los factores más importantes que impedían la transferencia exitosa se identificaron: (1) alto costo de
actividades faltantes en el desarrollo del proyecto, (2) dificultades para obtener materia prima, (3) costo de
producción mayor que el de productos alternativos en el mercado.
9
de Centro América con respecto al total de exportaciones no tradicionales pasó del 27%,
en 1972, al 72% en 1997. Sin embargo, los subsidios de los CATs14, beneficiaron a un
grupo pequeño de empresas15, no elevaron considerablemente el valor agregado
nacional. Los CATs terminaron, en una medida importante, subsidiando la importación de
bienes intermedios ($0.40 por dólar de CAT) y no variaron estructuralmente los patrones
de producción del país (Cuadros 3 y 4).
Participación en las
Exportaciones Totales
CUADRO Nº 3
16
100%
80%
60%
40%
20%
0%
1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996
Productos Primarios
Productos Manufacturados
17
CUADRO Nº 4
Exportaciones Manufacturadas como porcentaje del total de exportaciones en 1996
Costa Rica
24.5
Alemania
86.6
Chile
14.7
Hong Kong
92.3
China
84.4
Israel
91.1
Dinamarca
59.4
Japón
94.9
Finlandia
83.3
México
78.2
Francia
79.3
Singapur
83.5
5.1.4. No se han aprovechado las oportunidades que presenta la
Inversión Extranjera Directa para generar actividad económica e
ingreso adicional
La atracción de Inversión Extranjera Directa (IED) es deseable por su impacto evidente en
la generación de empleo y el aumento en las exportaciones. Además, la IED presenta
oportunidades para generar actividad económica e ingreso adicional al vincularse con la
industria local. Sin embargo, como menciona un reporte del Foreign Investment Advisory
Service (FIAS) [1996], existen casos en los que las operaciones de las compañías
extranjeras dependen principalmente de sus proveedores tradicionales localizados en
14
Reportes de PROCOMER y el Banco Central de Costa Rica indican que los montos concedidos por
concepto de CATs superaron los $100 millones en 1996 y 1997. Los CATs superaron los $150 millones en
1998.
15
Según PROCOMER, el 20% de las empresas beneficiadas recibía aproximadamente el 80% del monto de
los CATs. Además, varias de estas empresas registraban pérdidas en sus estados financieros.
16
Fuente: World Development Indicators [1998] del Banco Mundial.
17
Los datos de patentes se tomaron del World Intellectual Property Organization y los de población de los
World Development Indicators [1998] del Banco Mundial.
10
terceros países y la IED tiene poca conexión con la economía del país en que realiza las
operaciones.
En Costa Rica, la estrategia de atracción de IED (particularmente bajo el régimen de
Zonas Francas (1981-2003)) ha sido exitosa en la atracción de inversión extranjera en
actividades como maquila textil y ensamble electrónico. El impacto sobre la economía ha
sido, sin duda, importante. En 1998, las exportaciones de más de 200 empresas
establecidas en Zona Franca llegaron cerca de los $2,000 millones y generaron 27,200
empleos. Sin embargo, a pesar de varios esfuerzos explícitos18, no se ha logrado
aprovechar en su totalidad el potencial de desarrollar vínculos comerciales entre las
empresas multinacionales y la industria local. Según la Cámara de Industrias, en 1997,
cerca del 7% (aproximadamente $52 millones) de las compras totales de insumos de
empresas de Zona Franca se suplió localmente19.
La principal barrera existente para el desarrollo de proveedores locales podría ser el
rezago tecnológico existente entre los sectores productivos nacionales y las empresas
multinacionales, el cual no permite a las primeras cumplir con los requerimientos de las
últimas20. Las empresas nacionales, en su mayoría sub-capitalizadas, producen con
tecnología y equipo que tiende hacia la obsolescencia. Posiblemente, estas no son
capaces de cerrar la brecha tecnológica debido a que en son empresas pequeñas (94%
con menos de 100 empleados) y sus actividades internas de R&D son débiles o
inexistentes.
18
El programa MIL, PROFOVE, y la Bolsa de Subcontratación son algunos ejemplos de esfuerzos de
instituciones como CINDE, PROCOMER, y la Cámara de Industrias.
19
El FIAS [1996] mencionaba como ejemplos de vínculos débiles entre multinacionales y la industria local los
casos de Indonesia (fabricantes de productos electrónicos de consumo compraban solamente cerca del 25%
de los productos intermedios a proveedores locales), Filipinas (ensambladores de automóviles compraban
localmente menos del 15% de sus necesidades de partes intermedias), y México (las maquiladoras
compraban menos del 2% de sus insumos a compañías mexicanas).
20
FIAS [1996] identificó algunas de las quejas comunes de empresas multinacionales sobre la falta de una
respuesta adecuada de los proveedores locales a requerimientos como: (1) precio competitivo, (2) control de
calidad (baja tasa de defectos), (3) tiempo de entrega (cumplimiento de promesas), (4) flexibilidad y velocidad
para cambiar diseños/producción, (5) habilidad para diseñar partes y componentes, y (6) compromiso de largo
plazo.
11
6.
CONCLUSIONES
6.1.1. Políticas para el Fortalecimiento de Sectores Productivos a
través de la Innovación
Varios países se han comprometido con políticas para la estabilización macroeconómica,
la apertura comercial y la eliminación de distorsiones. Los logros de estas políticas han
sido importantes, pero no son suficientes para desencadenar una evolución económica
impulsada por “vientos de destrucción creadora”. Para lograr esto, las políticas
tradicionales deberían acompañarse de políticas que promuevan la innovación y la
emergencia del empresarialismo.
Una idea para promover estos asuntos, podría ser un Fondo de Apoyo a los Sectores
Productivos21 (Ver Figura 2). El Fondo fomentaría avances en la tecnología y proveería
servicios tecnológicos a empresas que difícilmente podrían abastecérselos. Las empresas
y las unidades de transferencia tecnológica presentarían propuestas conjuntas de
innovación que competirían por la asignación de recursos. El acceso a tales recursos
requeriría, necesariamente, la elaboración de contratos entre los centros y los
participantes del sector productivo para la explotación de las nuevas tecnologías22.
De esta manera, los recursos del gobierno se invertirían en financiar actividades de
investigación aplicada, diseño y desarrollo de productos y procesos en las unidades de
transferencia tecnológica. Además, las unidades de transferencia tecnológica y las
empresas cubrirían parte del costo del cambio tecnológico mediante aportes financieros o
en especie (tiempo de técnicos e investigadores, uso de laboratorios, etc.). Los detalles
para lograr apropiarse del beneficio de estas innovaciones tendrían que definirse
cuidadosamente.
21
El Fondo sería compatible con las disposiciones de la Organización Mundial del Comercio. El incentivo
sería no recurrente, de naturaleza general (no se escogen ganadores), no es de naturaleza fiscal, y no tendría
impacto directo sobre los precios.
22
La asignación de los recursos dependería de una evaluación integral del impacto potencial de la innovación
en la economía.
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FIGURA Nº 2
Fondo de Apoyo a Sectores
Productivos
Empresa
Empresa
Generación, Adopción y
Difusión de Conocimientos
Empresa
Empresa
Unidad de
Transferencia
Tecnológica
Empresa
Empresa
INNOVACIÓN
En resumen, argumentamos que un Fondo de Apoyo a los Sectores Productivos podría
eliminar fallas sistémicas y permitiría aspirar a niveles superiores de bienestar. Los
aumentos en bienestar provendrían de (a) aumentos en la eficiencia en el uso del recurso
humano, (b) salarios crecientes para científicos e investigadores, (c) generación y
transferencia a los sectores productivos de conocimiento económicamente útil, (d)
fortalecimiento de los vínculos entre empresas multinacionales y proveedores locales, (e)
aumentos en la competitividad de los exportadores nacionales, (f) emergencia de nuevos
empresarios (start-ups y spin-offs), y (g) aumentos en la competencia.
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