La provincia de Camagüey es la más grande de Cuba y la capital

3/24/2016
¿Nubes negras en el horizonte? Camagüey y La Habana - Guggenheim Blogs
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May 22, 2015 | LATIN AMERICA @ES | PERSPECTIVES @ES
¿Nubes negras en el horizonte? Camagüey y La
Habana
INGLÉS | ESPAÑOL
BY ELVIS FUENTES
Marlon Portales con su cuadro en relación al anuncio de Castro y Obama de conversaciones entorno a la normalización de las
relaciones entre Estados Unidos y Cube. Foto: Cortesía de Elvis Fuentes
La provincia de Camagüey es la más grande de Cuba y la
capital que le da nombre; celebró su quinto centenario en
2014 mediante la reparación y pintura de fachadas
antiguas y la instalación de esculturas de gusto popular en
muchas de sus plazas. También acogió FIVAC —un festival
de videoarte desarrollado por el artista Jorge Luis Santana.
La sexta edición del evento incluyó cientos de obras de arte
de más de treinta países. En la apertura, Santana agradeció
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al gobierno por la realización del nuevo teatro que acogerá
al Circuito para la Exposición, Desarrollo e Investigación de
Nuevos Medios (CEDINM). La tarea de la organización es
hercúlea en un país donde los equipos electrónicos cuestan
tres veces más que en cualquier otro lugar y donde una
hora de conexión muy lenta a internet cuesta el salario
mensual de un trabajador. Después de que un grupo de
bailarines se presentó con videos de fondo, se llevó a cabo
la proyección de los videos concursantes; uno de ellos,
realizado por Marlon Portales —sobre palabras que
regurgitan— llamó mi atención; y al final resultó ser el
ganador del premio otorgado por la Brownstone
Foundation.
Dos semanas después conocí a Portales en La Habana,
donde estudia en el Instituto Superior de Arte (ISA). Me
decepcionó un poco darme cuenta que ahora está pintando
obras que parecen diseñadas para atraer a la gran cantidad
de coleccionistas americanos que todos estaban
esperabando. Una de sus obras más recientes, representa a
su padre en una bañera en una posición que remite a “La
muerte de Marat” de Jacques Louis David. Sobre el vientre
sostiene un libro rojo inscrito con la histórica fecha en la
que Barack Obama y Raúl Castro anunciaron el principio de
un diálogo dirigido a normalizar las relaciones entre ambos
países. La emoción de este cambio histórico es palpable
entre los artistas y la población en general.
Mariannys Montes de Oca, estudiante
de tercer año en ISA. Foto: Cortesía de
Elvis Fuentes
Los artistas consagrados están celebrando una iniciativa del
gobierno diseñada para proporcionarles espacios en los
cuales puedan crear estudios­galerías. Normalmente, este
tipo de espacios son viejos y se encuentran en mal estado.
Tania Bruguera en el tejado del edificio
Altamira. Foto: Cortesía de Elvis
En Cuba los materiales de construcción también son muy
Fuentes
caros, lo que significa que los artistas deben tener un
capital para invertir y sólo aquellos cuyas trayectorias han
sido reconocidas a nivel internacional, entran en esa
categoría. Pero en el ISA, los artistas más jóvenes también están produciendo
febrilmente obras para la próxima Bienal de La Habana, un evento supuestamente
alternativo que en los últimos tiempos se ha convertido en algo más cercano a una feria
de arte cubano. El programa de exposiciones internacionales es menos ambicioso y los
artistas “invitados” tienen que cubrir sus propios gastos. De hecho, el lugar más
importante de las ediciones anteriores —la inmenza Fortaleza de la cabaña— ahora
dedicada especificamente una sección para presentar exposiciones individuales sin
curaduría, su nombre es Zona Franca. El gobierno parece estar apostando por seducir a
los artistas cubanos de renombre internacional para que regresen a la isla y, de hecho,
varios han regresado. Sin embargo, no existe protección legal para estos “recién
llegados” y muchos temen perder su estatus privilegiado si expresan preocupación
alguna sobre la política cubana o su liderazgo; este es uno de los factores que explica el
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mutismo casi total de los artistas cubanos en relación con el asunto de Tania Bruguera.
Del mismo modo, algunos coleccionistas parecen estar ansiosos por las atenciones y los
placeres que Cuba pueda ofrecer.
Recientemente, visité a Tania Bruguera dos veces. La primera vez pasamos un par de
horas en El Vedado, en la azotea del edificio Altamira —en un departamento donde vive
la madre de Bruguera— que ahora está monitoreado por el cuerpo de seguridad estatal.
Hablamos de su situación. Está preocupada por la salud de su familia y prácticamente
aislada de sus compañeros y amigos. No se le permite salir de La Habana, tampoco del
resto de Cuba, ya que su pasaporte fue confiscado junto con su computadora, memorias
externas y teléfono. La mayoría de los artistas tienen miedo de ponerse en contacto con
ella. De hecho, tienen mucho que perder; a pesar de las expresiones que afirman lo
contrario, el gobierno todavía tiene consideraciones especiales con artistas cubanos a
cambio de su silencio y conformidad. La situación de Bruguera es incierta. En este mismo
momento, mientras yo estoy escribendo, ella espera saber si el gobierno presenta cargos
en su contra. En paralelo se inició la campaña difamatoria usual que parece dirigida a
destruir su nombre. Por ejemplo, ella me platicó que había visitado a varias personas,
pero un video distribuido por el cuerpo de seguridad estatal asegura que con quienes
Bruguera se involucra, en gran mayoría son disidentes. Es presentada como la piedra
angular de una conspiración internacional para irrumpir la luna de miel entre Obama y
Castro.
Hablé con Bruguera sobre la llamada al boicot de la Bienal de la Habana, pero respondió
que ella es ‘una hija de la bienal’ y que el tema es mucho más grande —libertad de
expresión— la herramienta más poderosa del arte. Ella está extremadamente agradecida
y conmovida con los artistas y curadores que la han apoyado y han declinado la
invitación a participar en la bienal. Pero también entiende a los artistas que decidieron
asistir y los anima a hablar libremente y a crear obras que realmente reflejen el poderlos
esenciales de la expresión. Bruguera considera que ellos tendrán la oportunidad, por una
vez en la Habana, de hacer frente a la falta de libertad política en la isla y ejercer presión
sobre los responsables de lo que acontece. Yo añadiría que también deberían buscarla;
ella recibirá con gusto y agradecimiento a cualquiera que se atreve a defender la libertad
fundamental que el arte constituye.
La vista desde la azotea de Bruguera es impresionante. El malecón y el Hotel Nacional
están delante de nosotros, pero todo alrededor son las magníficas torres del Vedado
moderno, incluyendo el edificio FOCSA y el hotel Habana Libre. Mi segunda visita fue más
ligera. La curadora Dannys Montes de Oca me llevó a la playa, donde hablamos de la
bienal que está co­curando (ella es la encargada de arte africano) y el énfasis
problemático que el Consejo de Artes Visuales está dando a Zona Franca. Después
pasamos la noche con Bruguera. Nos enteramos de que ambas leen las cartas del Tarot,
cosa que hicieron para cada una. Al parecer, “todo va a estar bien” para las dos. ¿O
quizás no son más que buenas amigas escondiéndose de las nubes oscuras en el
horizonte? De cualquier forma, si vas a La Habana visita a Bruguera porque ella puede
ver el futuro —al menos, eso es lo que todos dicen.
Nota: Este texto ha sido modificado de su versión original.
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