Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. comunicaciones Esófago, estómago, duodeno e intestino delgado/tubo digestivo M oderadores: Dr. José Colom Costa y Dr. Adolfo del Val Antoñana 1. PROTOCOLO Y TRATAM IENTO PSICOLÓGICO DE LOS TRASTORNOS DIGESTIVOS FUNCIONALES. VALORACIÓN INICIAL A. Tomé, E. M edina, E. Ortí, J. Sempere, P. Sánchez* , R. Cortell* , M . Latorre, L. Ferrer, J. Bayona y J. A. Tuset Servicio Patología Digestiva y * Gabinete Psicológico de Salud M ental. Hospital General Universitario de Valencia. Introducción: Los trastornos funcionales en las consultas de aparato digestivo alcanzan cerca del 60% en nuestro medio. Desde febrero de 1999 se esta colaborando con el gabinete de Psicología en el manejo de distintos grupos de pacientes. Aportamos un informe preliminar en la valoración de los resultados obtenidos en un grupo de pacientes funcionales. M aterial y métodos: Se han remitido al gabinete de Psicología 25 pacientes (13 hombres y 12 mujeres), con una edad media de 45 años (16-75) remitidos desde policlínica o ambulatorios del sector, diagnosticados de patología funcional (tras seguimiento de un protocolo), diagnosticados de colopatía funcional (8), dolor abdominal (6), aerofagia (4) y multisintomáticos (7). Se inició con un psicopatograma, seguido de los siguientes test de valoración: STAI-E. (ansiedad), Whiteley (hipocondría), Rosemberg (autoestima), Beck (depresión) y SASS (amplificación somato-sensorial). Posteriormente y de forma individual se les explicó sus problemas y su reflejo en síntomas, así como pensamientos que los pueden producir, se les proporcionó un dossier con estrategias para afrontar stress y ansiedad y finalmente se les enseñó relajación muscular y relajación autógena (Schultz) forma de autohipnosis rápida. No se han administrado tratamientos farmacológicos. Resutados: No se ha encontrado un perfil común en el psicopatograma. La mayoría no presentaban un estado de ansiedad (19/6), aunque sí síntomas. Cerca del 50% (12 presentaban hipocondría). Los valores en cuanto a autoestima se encuentran en los parámetros de normalidad. No hay un mayor grado de estado depresivo en este grupo de forma significativa. Si que es significativa la mayor amplificación somato-sensorial en este grupo (90% ). El 75% (19) encontraron una mejoría muy evidente tras el tratamiento. Dos pacientes han sido dados de alta, 9 no han vuelto a control y 12 siguen «atrapados» en el control. Conclusiones: El tratamiento psicológico puede ser de gran valor en el tratamiento de los pacientes funcionales. El que no exista un perfil definido puede ser debido a que se han agrupado distintos tipos de patología funcional. La única peculiaridad significativa es que la gran mayoría tiene una amplificación somato-sensorial. Uno de los inconvenientes es el número de «atrapados», que se va a intentar solucionar con otras técnicas. Tras esta experiencia inicial creemos muy conveniente el seguir trabajando en este camino incluyendo nuevos grupos tanto funcionales como de apoyo en los orgánicos. 2. LARINGITIS POSTERIOR (LP) Y REFLUJO GASTROESOFÁGICO (RGE). ¿ESTÁN RELACIONADOS? I. Bau, G. Bastida, J. M ora, F. M artínez, L. Gisbert* , V. Garrigues y J. Ponce * Servicio de M edicina Digestiva y Unidad de Foniatría. Hospital La Fe. Valencia. Se ha sugerido que el RGE podría ser un factor causal en muchos pacientes con LP de etiología incierta. Objetivo: Evaluar la asociación entre RGE y LP, valorando la presencia de datos subjetivos y objetivos de RGE en pacientes con LP y analizando el efecto del tratamiento antisecretor. Rev Sdad Valenciana Patol Dig 2000;19(3):97-103 97 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. COMUNICACIONES M étodos: Se incluyeron prospectivamente 55 pacientes consecutivos no seleccionados con LP, 42 mujeres (76% ) y 13 hombres (24% ), mediana de edad 40 años (límites 17-69 años). Se les realizó una entrevista clínica específica para LP y RGE, una manometría esofágica, una pHmetría esofágica con doble canal (esófago distal y proximal) y una endoscopia digestiva alta. Los pacientes recibieron tratamiento de fase aguda con omeprazol 40 mg/día, durante 3 a 6 meses según la respuesta de la LP, pasando a una fase de mantenimiento sin medicación. Resultados: Todos presentaban síntomas laríngeos: disfonía, 50 casos (91% ); carraspeo, 40 (73% ); cuerpo extraño, 31 (56% ); quemazón faríngea, 23 (42% ); tos diurna, 17 (31% ); tos nocturna, 13 (24% ); que eran leves en 15 casos, moderados en 24 y graves en 16 casos. La mediana de su duración fue 48 meses (límites 1-360 meses). En 49 casos (89% ) existía síntomas de RGE: pirosis, 46 casos (84% ); regurgitación, 27 (49% ); disfagia, 5 (9% ), que eran leves en 24 pacientes, moderados en 21 y graves en 4 y con una mediana de duración de 60 meses (límites 6-360 meses). Existía esofagitis en 7 casos (13% ): grado 1 en 5 pacientes, grado 2 en 1 y grado 4 en 1 paciente. El tono del EEI (mediana 13 mmHg, límites 5-26 mmHg) fue bajo en 13 casos y el del EES (mediana 54 mmHg, límites 22-155 mmHg) en 5 casos. El pH fue anormal en 27 pacientes (54% ), 5 en el esófago distal, 11 en el esófago proximal y 11 en ambos. Treinta y ocho pacientes han finalizado la fase aguda de tratamiento. Los síntomas de RGE se controlaron en todos los casos. En 6 pacientes (16% ) no se produjo mejoría de los síntomas laríngeos, en 3 (8% ) la mejoría fue de grado medio, en 8 (21% ) se produjo mejoría subtotal y en 21 (55% ) la mejoría fue total. La máxima mejoría de los síntomas de LP se produjo tras una mediana de tratamiento de 16 semanas (límites 1-39 semanas). La LP curó en 31 casos (82% ). En conjunto, en 5 casos no se produjo mejoría clínica ni endoscópica de la LP, en 1 no hubo mejoría clínica pero sí endoscópica y en 2 casos con mejoría clínica no curó la LP. En la fase de mantenimiento se han seguido 23 pacientes, mediana 6 meses (límites 1-18 meses). Se ha producido recidiva clínica en 11 pacientes (48% ): RGE y LP en 8 casos, RGE en 2 y LP en 1 caso. El tratamiento con omeprazol 20 mg/día curó las recidivas en los 4 casos controlados. Conclusión: La presencia frecuente de datos subjetivos y, en menor medida, objetivos de RGE en pacientes con LP no seleccionados, sugiere la existencia de una asociación entre estas dos entidades. El tratamiento antisecretor potente podría ser útil en la LP si se prolonga suficientemente, si bien al suspenderlo, la recidiva es frecuente. 3. FORM AS DE PRESENTACIÓN CLÍNICA DE LA ENFERM EDAD CELÍACA DEL ADULTO, SINTOM ÁTICA R. Giner* , A. Encinas* * , M . García de Paredes* * , A. Llamusi* * , A. Gozalvo* * , J. Alegre* , C. M artínez* , J. M . Gonzalvo* , E. M onzó* * * , H. Tomás* , R. Gil Borras* y M . Bixquert* * Servicio de Digestivo, * * M edicina de Familia y * * * Hematología. Hospital Arnau de Vilanova. Valencia. La mejor manera de sospechar la enfermedad celiaca del adulto (ECA) es sabiendo previamente que existe, ya que aunque no se conoce su incidencia ni prevalencia en nuestro país, se sabe que está infradiagnosticada. El objetivo del presente trabajo ha sido evaluar de forma retrospectiva nuestra experiencia en el diagnóstico de ECA en los útimos 5 años (junio-95 a junio-2000). M aterial y métodos: Sólo se han tenido en cuenta pacientes mayores de 18 años, no diagnosticados previamente de EC, ni con antecedentes de celiaquía infantil, con biopsia duodenal o intestinal compatible confirmadora, en los que la sospecha partió del hallazgo de anticuerpos antigliadina IgA positivos. En todos ellos se recogió edad, sexo, motivo de consulta, otros síntomas, signos o resultados analíticos patológicos y retraso entre inicio de síntomas y diagnóstico definitivo. Resultados: Se han recogido 23 pacientes (70% mujeres), con edades comprendidas entre 18 y 82 años (6 con más de 60 años, 5 de ellos mujeres). Como motivos principales de consulta inicial (en atención primaria o especializada) figuraron: a) aumento transaminas 4 casos (2 de ellos con sospecha de hepatopatía crónica), b) diarrea crónica 9 casos (7 de ellos además con anemia, 8 con adelgazamiento significativo), c) anemia crónica refractaria 6 casos (5 de ellos microcitaria, ferropénica, 1 macrocitaria), d) dermatitis herpetiforme 3 casos (uno de ellos con anemia), y e) talla corta 1 caso (mujer, 28 años, hermana de enferma celiaca). De las 7 mujeres diagnosticadas con menos de 31 años (44% del total del grupo femenino), 4 lo fueron tras precipitar sus manifestaciones clínicas el postparto (56% ). En el grupo de más de 60 años había una dermatitis 98 Rev Sdad Valenciana Patol Dig 2000;19(3):97-103 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. COMUNICACIONES herpetiforme, 3 tenían anemia crónica (2 microcitaria) y 2 diarrea crónica (sólo uno con adelgazamiento significativo). Entre síntomas y signos asociados destacan ulceraciones orales recidivantes (6 casos), osteopenia (5 casos) flatulencia exagerada (3 casos), y un caso de epilepsia con calcificaciones cerebrales. El retraso diagnóstico osciló entre 4 meses y 13 años, siendo menor en los casos de dermatitis herpetiforme, 4-6 meses (la mitad de los remitidos, los otros 3 no tienen atrofia villositaria en la biopsia, aunque sí aag IgA+ y por tanto deben considerarse como EC latente), intermedio en los casos de anemia crónica, 6-8 meses, o de hipertransaminemia, 6-9 meses, y absolutamente irregular en los casos de diarrea crónica (6 meses a varios años). Conclusiones: Aunque no es posible saber exactamente la incidencia de la ECA en nuestra área, podemos calcular una aproximación en la ECA sintomática de 2,3 /100.000 hab./año. Lo que no conocemos es la incidencia de las formas silente, latente ni potencial, ya que tal estudio epidemiológico excede nuestras posibilidades. Es importante pensar en la ECA para diagnosticarla, ya que la forma sintomátíca «clásica» (diarrea, adelgazamiento, desnutrición, anemia) sólo se dio en 7 casos (30% ). En el 70% restante la forma de presentación fue oligo o monosintomática: anemia crónica refractaria (26% ), hipertransaminemia no relacionada con infección viral (17% ), y dermatitis herpetiforme (13% ). Sólo el 50% de las dermatitis herpetiformes que estudiamos mostraban atrofia villositaria. Hemos comprobado el predominio femenino de la enfermedad (incluso en dermatitis herpetiforme), pero lo más interesante ha sido encontrar que 6 pacientes (26% ), 5 mujeres, fueron diagnosticados de ECA con > 60 años, luego también se debe pensar en ella en pacientes añosos y ancianos. 4. APLICACIÓN DE LA CLASIFICACIÓN DE VIENA (1998) A UN GRUPO DE PACIENTES CON ENFERM EDAD DE CROHN DEL HGU DE ALICANTE P. Griñó, L. Compañy y J. R. Aparicio, y miembros de la Sección de M edicina Digestiva y Unidad Hepática del Servicio de M edicina Interna Hospital General Universitario de Alicante. Introducción: En 1998, un grupo de expertos, en Viena, ha propuesto una nueva clasificación para la enfermedad de Crohn(1). Ésta se basa en tres criterios: a) edad al diagnóstico (2 grupos), L: Localización (4 grupos), y b) comportamiento (3 grupos). Objetivos: 1) Aplicar esta nueva clasificación a los pacientes con enfermedad de Crohn, seguidos en el HGU de Alicante. 2) Analizar si existen diferencias en cuanto a su localización y comportamiento, en relación a la edad en el momento del diagnóstico. 3) Utilizándolo como índice indirecto de gravedad en la evolución clínica, analizar si existen diferencias en cuanto a la necesidad de usar azatioprina (AZA), en relación con la edad al diagnóstico. Resultados: Se han estudiado 57 pacientes, 31 hombres y 26 mujeres, con una edad media de 57 años (17-86). Los resultados ( en % ) tras cruzar los datos son: TABLA I A1 L1 L2 L3 L4 S A2 B1 B2 B3 B1 B2 B3 S 1,8 14 0 0 15,8 8,8 0 1,8 0 10,6 22,8 1,8 22,8 0 47,4 1,8 3,5 0 1,8 7,1 7 1,8 0 1,8 10,6 7 0 1,8 0 8,8 49,2 21,1 26,4 3,1 100 TABLA II L1 L2 L3 L4 S A1 A2 33,3 15,8 24,6 0 73,7 15,8 5,3 1,8 3,5 26,3 p < 0,05 Rev Sdad Valenciana Patol Dig 2000;19(3):97-103 99 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. COMUNICACIONES TABLA III L1 L2 L3 L4 S B1 B2 B3 S 3,5 17,5 0 1,8 22,8 15,8 1,8 1,8 1,8 21,1 29,8 1,8 24,6 0 56,1 49,1 21,1 26,3 3,5 100 p = 0,000. TABLA IV A1 A2 AZA sí AZA no 89,5 10,5 65,8 34,2 p = 0,056. Conclusión: 1. Los pacientes que se diagnosticaron con menos de 40 años (Al), tienen, de forma significativa, más formas ileales (L1) e ileocólicas (L3). 2. En los pacientes con afectación de colon (L2) la forma no estenosante no penetrante (B1) es significativamente más frecuente, mientras que en la afectación ileal (L1) e ileocólica (L3) es la forma penetrante (B3). 3. Los pacientes que se diagnostican con menos de 40 años (Al), precisan tratamiento con AZA con más frecuencia de forma muy próxima a la significación estadística. Bibliografía 1. Gasche C, Scholmerich J, Brynskov J, et al. A simple clasification of Crohn’s disease: report of the w orking party for the World Congreses of Gastroenterology. Viena 1998. Inflammatory Bow el Diseases 2000;6:8-15. 5. VALIDACIÓN DE UN M ODELO PREDICTIVO DE EVOLUCIÓN EN LA ENFERM EDAD DE CROHN J. M ora, I. Bau, V. Aguilera, P. Nos, V. Garrigues, J. Ponce Servicio de M edicina Digestiva. Hospital La Fe. Valencia. Introducción: En la enfermedad de Crohn (EC) se reconocen dos patrones evolutivos definidos, el estenótico y el fistulizante, con diferente pronóstico. Objetivo: Nuestro grupo desarrolló un modelo matemático (tras un análisis de regresión logística) que detectó 4 variables clínicas de fácil adquisición (duración de la enfermedad, inicio de los síntomas agudo o insidioso, presencia de masa abdominal, y enfermedad perianal) capaces de predecir el patrón evolutivo. El objetivo del presente estudio fue validar la fiabilidad de este modelo. M aterial y métodos: Se incluyeron prospectivamente 83 pacientes en los que se estableció el diagnóstico de EC y se predijo la evolución posterior mediante el modelo matemático Z = –9,49 + 2,2643 (perianal) – 0,0066 (duración síntomas) + 2,5282 (masa abdominal) + 1,3433 (inicio síntomas). En 60 de estos pacientes (46,7% mujeres, 43,3% con localización ileocólica) con media de edad de 31 años, se estableció mediante los criterios de Viena el patrón evolutivo durante el seguimiento (mínimo 1 año). Veintisiete (45% ) presentaron un patrón obstructivo. Resultados: El valor predictivo positivo de establecer un juicio de «probable evolución fistulizante» utilizando la ecuación descrita es de un 100% , con un valor predictivo negativo de un 54% . El modelo califica con una sensibilidad de un 100% y una especificidad del 30,3% a los pacientes que desarrollarán un patrón obstructivo. 100 Rev Sdad Valenciana Patol Dig 2000;19(3):97-103 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. COMUNICACIONES La distribución de los pacientes según el juicio predictivo emitido y su patrón evolutivo real fue: Juicio fistulizante Juicio estenosante Patrón fistulizante Patrón estenosante 10 23 – 27 10 50 33 27 60 Conclusiones: 1. Se demuestra la validez del modelo matemático. 2. La predicción de evolución a patrón fistulizante es altamente fiable, asegurando la toma de decisiones clínicas, aunque identifica aproximadamente la mitad de los pacientes que evolucionan a ese patrón. 6. ESTUDIO PROSPECTIVO SOBRE LOS M OTIVOS DE LA FALTA DE ASISTENCIA A UNA EXPLORACIÓN ENDOSCÓPICA M . M artínez, M . Luján, P. Canelles, F. Quiles, S. Pamos, J. Andreu, E. Ortí, J. Cuquerella y E. M edina Unidad de Endoscopia. Servicio de Patología Digestiva. Hospital General Universitario. Valencia. Introducción: La suspensión de la citación es uno de los factores que más reducen la productividad de una Unidad de Endoscopia. Objetivo: El propósito de nuestro estudio ha sido conocer los motivos por los que los pacientes no acuden a su cita para la realización de una exploración endoscópica. Pacientes y métodos: Desde el 1 de marzo al 31 de mayo de 1999 se recibieron 1.154 peticiones de endoscopia diagnóstica, de las cuales no se presentaron 203 pacientes (17,6% ). Se intentó contactar telefónicamente con éstos para averiguar las causas de la no asistencia, dividiéndolas en 3 grupos: fallo administrativo, problema personal grave y negativa voluntaria del paciente. Se ha analizado exhaustivamente este último grupo por ser el único susceptible de corrección por parte del personal sanitario. Resultados: De los 203 pacientes no presentados se logró entrevistar a 99 (63 hombres y 36 mujeres, con edad media de 57 años). Por fallo administrativo no acudieron 40 pacientes (40,5% ) y 8 (8% ) por problemas personales graves. En 51 casos (51,5% ) el motivo fue la negativa voluntaria. De éstos, 31 estaban citados para gastroscopia y 20 para colonoscopia. El grupo de gastroscopia estaba formado en su mayoría por pacientes varones (58% ), entre 40 y 70 años (61,3% ) sin enfermedades asociadas (55% ), siendo la procedencia de la petición de ámbito hospitalario (55% ) y el motivo de consulta la epigastralgia (42,5% ). El grupo de colonoscopia estaba formado en su mayoría por pacientes varones (60% ), con edad > 70 años (55% ) sin enfermedades asociadas (75% ), siendo la procedencia de la petición extrahospitalaria (60% ) y el motivo de consulta la rectorragia (30% ). Conclusiones: 1. En nuestra Unidad de Endoscopias la falta de asistencia es del 17,6% . 2. El motivo más frecuente es la negativa voluntaria del paciente. 3. Probablemente una adecuada indicación de la exploración y la explicación comprensible de la técnica endoscópica son factores en los que habría que incidir para evitar la falta de asistencia. 7. SIGNIFICADO DE LA DETERM INACIÓN DE ANTICUERPOS FRENTE AL CITOPLASM A DE LOS NEUTRÓFILOS (ANCA) Y DEL TIPAJE HLA EN LA ENFERM EDAD INFLAM ATORIA CRÓNICA INTESTINAL (EICI) A. García-Herola, P. Nos, J. Hinojosa* , M . Hoyos, S. Pascual* , M . Bustamante* , J. R. M olés* , J. Ponce y J. Berenguer Servicio de M edicina de Digestivo. Hospital La Fe. Valencia. * Servicio de M edicina Interna. Sección de Aparato Digestivo. Hospital de Sagunto. Antecedentes: La etiología de la EICI es desconocida. Numerosos estudios apoyan la contribución de los factores genéticos en la patogenia de la EICI. Considerando el papel del sistema inmune en el daño tisular en Rev Sdad Valenciana Patol Dig 2000;19(3):97-103 101 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. COMUNICACIONES la EICI, la mayoría de estudios han investigado la posible contribución de los genes HLA de clase II en la génesis de estas enfermedades. El significado de los ANCA en la EICI está por dilucidar. Se ha sugerido que los ANCA permitirían estratificar a los pacientes con EICI en diferentes subgrupos y que actuarían como marcadores subclínicos de heterogeneidad genética. Objetivos: Determinar la prevalencia de ANCA en la colitis ulcerosa (CU) y en la enfermedad de Crohn (EC). Determinar la relación entre la presencia de ANCA y determinadas variables clínicas. Conocer el fenotipo HLA de nuestros pacientes. Determinar la relación entre la seropositividad de los ANCA y la presencia o ausencia de determinados antígenos HLA. M étodos: Se analizaron 261 sueros (100 grupo control, 97 CU y 64 EC) detectando los ANCA por IFI. En los pacientes con EICI se documentó: edad, sexo, localización, actividad y antecedentes de cirugía. Se determinó el tipaje HLA en 70 pacientes (46 CU y 24 EC) mediante técnica de microlinfocitotoxicidad, comparándose las frecuencias de los antígenos HLA con un grupo control formado por 156 sujetos. Resultados: La frecuencia de ANCA fue significativameme mayor en la CU que en la EC (p < 0,05), siendo su sensibilidad y especificidad diagnóstica de 0,47 y 0,84. No se observaron diferencias estadísticas al relacionar la positividad de los ANCA con la localización y extensión de la enfermedad, actividad inflamatoria y antecedentes de cirugía. En el grupo de CU se observó una frecuencia significativamente aumentada del antígeno HLA-DR2 respecto al grupo control. Se observó relación negativa con el antígeno HLA-DR6 en la CU sin alcanzar significación estadística (p = 0,06). No se observaron diferencias significativas en ninguno de los antígenos HLA estudiados en el grupo de EC. Observamos una frecuencia aumentada de ANCA en pacientes con CU y HLA-DR2 pero sin alcanzar significación estadística. Conclusiones: En nuestro medio se detecta una elevada prevalencia de ANCA en la CU. La prevalencia de ANCA en la EC y en la población general es mucho menor. La presencia de ANCA no parece ser capaz de distinguir subgrupos de pacientes ni tener utilidad como marcador de actividad. La asociación de un marcador subclínico (ANCA) y marcadores genéticos (genes HLA) demuestra la presencia de heterogeneidad genética dentro de la CU. La asociación encontrada, aun sin alcanzar la significación estadística, entre HLA-DR2 y ANCA en la CU, apoya dicha heterogeneidad genética. 8. ESTUDIO DE LA ABSORCIÓN INTESTINAL M EDIANTE EL TEST DE KENDALL EN PACIENTES ALCOHÓLICOS CRÓNICOS, SIN Y CON HEPATOPATÍA CRÓNICA M . Bixquert, A. M onforte, J. M . Gonzalvo, C. M artínez, H. Tomás y R. Gil Borras Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Arnau de Vilanova. Valencia. Las alteraciones funcionales intestinales más frecuentes en el alcohólico crónico son diarrea crónica y malabsorción. Respecto a esta última su génesis es multifactorial, y hay controversia respecto a si existe o no alteración de la función absortiva intestinal, o bien la esteatorrea (cuando está presente) se debe a pancreopatía crónica o al descenso del pool de sales biliares caso que haya hepatopatía crónica. El objetivo del presente trabajo ha sido estudiar la absorción intestinal en un grupo de pacientes alcohólicos crónicos (sin y con hepatopatía crónica) en los que no se demostró previamente esteatorrea patológica (test de Van de Kamer en heces de 3 días consecutivos inferior a 6 g de grasa/24 h). M aterial y métodos: Se ha estudiado la absorción intestinal mediante el test de Kendall, que consiste en la doble prueba de estudio de la xilosuria a las 5 horas tras la administración oral e intravenosa (con un intervalo de 48-72 horas) de 5 g de la pentosa, en un grupo de 17 alcohólicos crónicos que cumplían los criterios de la OM S-94 para «abuso franco» durante un mínimo de 15 años, 12 de los cuales no tenían datos clínicos, biológicos ni morfológicos de hepatopatía crónica (11 hombres) y 5 (4 hombres), sí. Los pacientes con CH eran negativos para virus B o C y estaban en estadio A de Child. Asimismo se realizó el test en un grupo de 12 sujetos controles (10 hombres), voluntarios sanos, con edades entre 25-38 años. En cada caso se procedió al estudio de la xilosuria a las 5 horas de la administración de la D-xilosa y se estudió el porcentaje de eliminación en orina del test oral en comparación con el intravenoso, considerando éste como 100. Las comparaciones entre el grupo control y los dos grupos de alcohólicos se hicieron mediante t de Student. Resultados: 1) Sujetos controles: edad: 29 ± 4,1 años; xilosuria a las 5 horas tras administración oral, 1,54 ± 0,31 g (96% están entre 0,92-2,16 g); proporción oral/perfusión 78,9 ± 14,0% (96% están entre 51-100% ). 2) Grupo alcohólico sin CH: edad 46,4 ± 9,7 años (p < 0,05); xflosuria a las 5 horas tras administración oral, 102 Rev Sdad Valenciana Patol Dig 2000;19(3):97-103 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. COMUNICACIONES 1,22 ± 0,43 g (p < 0,05); porcentaje oral/perfusión, 68,5 ± 16,3% (p < 0,05). 3) Alcohólicos con CH: edad 50,2 ± 11,2 años (p < 0,05); xilosuria a las 5 horas tras administración oral, 1,31 ± 0,4 g (NS); porcentaje oral/perfusión, 69,7 ± 14,3% (NS). Analizando caso a caso en el grupo alcohólicos sin CH hay 4 pacientes (33% ) cuyas cifras de xilosuria tras administración oral están por debajo del intervalo inferior de la normalidad, 2 de los cuales tienen cocientes oral/perfusión significativamente inferiores al 50% . En el grupo alcohólico con CH hay un caso (20% ) cuyas cifras de xilosuria tras administración oral y proporción oral/perfusión están por debajo del intervalo inferior de la normalidad. Discusión y conclusiones: Se han escogido pacientes sin esteatorrea para valorar más específicamente cambios sutiles en la absorción intestinal. Se ha empleado el test de Kendall porque evita alteraciones de la eliminación urinaria de la D-xilosa no relacionados con la absorción, ya que los valores tras la perfusión del azúcar pueden tornarse como el 100% , y además la administración de 5 en lugar de 25 g es mucho mejor tolerada por los pacientes. Aunque la edad era superior en los alcohólicos, no pensamos que ello haya influido en los resultados, ya que sólo por encima de los 75 años la absorción de la D-xilosa se ve alterada. Los pacientes cirróticos estaban en estadio A y no tenían ascitis, que altera la distribución vascular de la pentosa y modifica su eliminación. En relación a nuestros resultados podemos concluir que entre el 20 y el 33% de los alcohólicos crónicos tienen malabsorción intestinal subclínica, que no depende de la presencia de hepatopatía crónica. Por tanto a la malnutrición de los enfermos alcohólicos crónicos puede colaborar en algunos casos la presencia de malabsorción intestinal. Rev Sdad Valenciana Patol Dig 2000;19(3):97-103 103