control de maleza en plantaciones de cedro y caoba

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CONTROL DE MALEZA EN
PLANTACIONES DE
CEDRO Y CAOBA
Fernando Rivas Pantoja
Eric Díaz Maldonado
Javier Castillo Huchim
Luis Ortega Reyes
CENTRO DE INVESTIGACIÓN REGIONAL SURESTE
Campo Experimental Mocochá
Folleto Técnico No. 2
Mérida, Yucatán. Diciembre de 2009
No está permitida la reproducción total o parcial de esta
publicación, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier
medio, ya sea electrónico, mecánico, fotocopia, por registro
u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de la
institución.
Instituto Nacional de Investigaciones
Forestales, Agrícolas y Pecuarias
Av. Progreso No. 5. Barrio de Santa Catarina
Delegación Coyoacán, C.P. 04010 México, D.F.
Folleto Técnico No. 2: Control de maleza en plantaciones de cedro y
caoba
Primera Edición 2009
Impreso en México.
La cita correcta es:
Rivas P. F., Díaz M., E.R., Castillo H. J. y Ortega R. L. 2009.
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba.
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas
y Pecuarias. Centro de Investigación Regional Sureste.
Mérida, Yucatán, México. Folleto Técnico No. 2. 80 p.
CONTENIDO
Prólogo
1
1. Relevancia del cedro y la caoba en la actividad
forestal
1.1 Plantaciones forestales en monocultivo
vs. policultivo
2
2. Criterios para el establecimiento de plantaciones de
cedro y caoba
2.1 Principales características agronómicas
del cedro y la caoba
2.2 Producción de planta
2.3 Siembra y establecimiento de plantaciones
2.4 Manejo de plantaciones
2.4.1 Control de maleza
2.4.2 Control de barrenadores
2.4.3 Poda
2.4.4 Aclareo
2.4.5 Cosecha
5
3 Principios en el control de la maleza
3.1 Definición y problemas que ocasionan la
maleza
3.2 Clasificación de maleza
3.3 Métodos de control de la maleza
3.4 Clasificación de herbicidas
3.5 Resistencia a herbicidas
3.6 Uso de aditivos y surfactantes
3
5
7
9
11
12
12
17
18
19
20
20
22
26
29
34
35
4. Control químico de maleza en plantaciones de cedro
y caoba
4.1 Generalidades
4.2 Manejo de la maleza previo a la siembra o
transplante
4.3 Herbicidas con potencial para auxiliar el
mantenimiento de plantaciones de cedro
4.4 Herbicidas con potencial para auxiliar el
mantenimiento de plantaciones de caoba
38
5. Conclusiones
59
6. Literatura citada
60
7. Estipulaciones
66
38
40
44
51
ÍNDICE DE CUADROS
Pag.
No.
1
Resumen de algunos métodos de control de
maleza en plantaciones forestales y ventajas y
desventajas de cada práctica.
28
2
Modo de acción, familia química, nombre común
y comercial de algunos herbicidas utilizados en
plantaciones forestales.
30
3
Principales tipos de
características químicas.
sus
36
4
Altura, diámetro e incrementos de crecimiento en
plantas de cedro en respuesta a tratamientos para
el control de maleza en una plantación comercial
establecida en Sucilá, Yuc., durante el periodo de
lluvias.
45
5
Composición florística de la maleza en plantación
de cedro en Sucilá, Yuc.
48
6
Dosis de herbicidas y aditivos para el control de la
maleza en plantaciones de cedro.
50
7
Altura, diámetro e incrementos de crecimiento en
plantas de caoba en respuesta a tratamientos para
el control de maleza en una plantación establecida
en Mocochá, Yuc., durante el periodo de lluvias.
52
8
Composición florística de la maleza en plantación
de caoba en Mocochá, Yuc.
56
9
Dosis de herbicidas y aditivos para el control de la
maleza en plantaciones jóvenes de caoba.
57
surfactantes
y
ÍNDICE DE FIGURAS
No.
Pág.
1
Los frutos y semillas de cedro (a), se cosechan
entre febrero y mayo y los de caoba (b), entre marzo
y abril. La selección del árbol se debe de basar en
características fenotípicas sobresalientes; esto es
importante para obtener progenies destacadas.
8
2
Ápice de una planta de cedro dañado (a) por el
barrenador de las meliáceas (Hypsipyla grandella
Zeller) (b). Las pérdidas ocasionadas por el
barrenador en las plantaciones son considerables;
su control debe ser integrado dentro del manejo
forestal.
13
3
La falta de un programa de control de maleza en
plantaciones forestales, permite la competencia de
especies indeseables que afectan el desarrollo de
árboles recién establecidos (a) y en etapa juvenil
(b).
21
4
Plantación de cedro donde el chapeo a través de
los años alternado con aplicaciones del herbicida
paraquat, originaron el cambio de una vegetación
heterogénea de especies herbáceas y arbustivas,
a la dominancia de gramíneas.
23
5
Composición florística de maleza herbácea (verde),
de gramíneas (naranja) y arbustivas (azul), sin
tratar (testigo) y tratada con paraquat en dosis de
600 g/ha, en una plantación de cedro de tres años
de establecida.
25
ÍNDICE DE FIGURAS
6
Control manual de maleza mediante el chapeo; el
efecto de este método es temporal, por lo que se
requiere de varios chapeos al año para contener el
crecimiento de las malas hierbas.
27
7
Plantación de cedro donde se evalúa el uso de
herbicidas aplicados al suelo; la zona izquierda se
trató con atrazina, la zona derecha es el testigo.
La ventaja de los herbicidas preemergentes,
es su efecto prolongado en el control de maleza
susceptible.
33
8
Aplicación postemergente de herbicidas. Cuando se
utiliza este método de control químico, la mayoría
de los silvicultores asperjan paraquat o glifosato.
39
9
Biomasa total de maleza en respuesta a
aplicaciones de glifosato (1.6 kg/ha), y de diurón
(3 kg/ha) posterior a glifosato (1.6 kg/ha) en una
plantación de cedro de 2.5 años de sembrada, en
Sucilá, Yuc.
46
10 Reducción de maleza herbácea de hoja ancha
expresada en porcentaje, en respuesta a
aplicaciones de paraquat (0.6 kg/ha), glifosato (1.6
kg/ha), y de diurón (3 kg/ha) posterior a glifosato
(1.6 kg/ha) en una plantación de cedro de 2.5 años
de sembrada, en Sucilá, Yuc.
47
11
49
Plantación de cedro después de cinco semanas de
haberse aplicado diurón en preemergencia. Para
la aplicación de este herbicida al suelo, la maleza
emergida se eliminó con glifosato.
ÍNDICE DE FIGURAS
12 Plantación de caoba de aproximadamente seis
años de establecida y sitio en donde se evaluaron
los tratamientos para el control de maleza. El
terreno es un área de investigación forestal dentro
del Campo Experimental Mocochá, INIFAP.
52
13 Respuesta de herbicidas aplicados al suelo
(preemergentes) y de glifosato en el control de la
maleza hasta 42 días después de la aplicación, en
plantaciones de caoba de seis años de edad.
54
14 Biomasa total de maleza en respuesta a una
aplicación de glifosato (1.8 kg/ha), de metribuzin
(1.2 kg/ha) posterior a glifosato (1.8 kg/ha) y de
atrazina (2.5 kg/ha) posterior a glifosato (1.8 kg/
ha) en una plantación de caoba de seis años de
establecida, en Mocochá, Yuc.
55
15 Parcelas de investigación para el control de maleza
dentro de una plantación de caoba. Se muestra
(a) una parcela no tratada (testigo) y una parcela
tratada (b) con metribuzin en dosis de 1.2 kg/ha
posterior a glifosato en dosis de 1.8 kg/ha.
58
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Prólogo
Este folleto está escrito para técnicos forestales,
productores, profesionistas y estudiantes. Se basa en
experiencias y resultados de investigación desarrollados
en la Península de Yucatán; sin embargo, su contenido
se estima puede ser útil en las regiones tropicales de
México, donde el cedro y la caoba se cultiven.
Este
escrito,
de
forma
condensada,
enfatiza
la
importancia de la producción de plantas, el transplantesiembra, manejo de plagas y el control de la maleza en
plantaciones de dos de las meliáceas más valiosas del
sureste mexicano. Cada tópico aquí mencionado, es
de gran importancia dentro del sistema de producción
forestal; sin embargo, el folleto se pronuncia más sobre
aspectos elementales del efecto de la maleza en los
cultivos, generalidades de los herbicidas y evaluación de
herbicidas en plantaciones de cedro y caoba. Lo anterior,
dirigido hacia el uso racional de los plaguicidas, buscando
la preservación de la actividad silvícola e incrementar su
productividad.
1
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
1. Relevancia del cedro y la caoba en la actividad
forestal
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación, en el mundo existen
272 millones de hectáreas de plantaciones forestales
y se estima un incremento de 30% para el año 2030
(FRA, 2005). En México, la Comisión Nacional Forestal
(2008) reportó la existencia de aproximadamente 140 mil
hectáreas de plantaciones forestales comerciales, de las
cuales, 105 mil se encuentran distribuidas en áreas de
clima cálido-húmedo y subhúmedo.
En el trópico mexicano, especies como el cedro (Cedrela
odorata L.) y la caoba (Swietenia macrophylla King)
ocupan una superficie de alrededor de 53 mil hectáreas
(Díaz et al., 2008); en la península de Yucatán, en 2007 el
INEGI reportó una superficie de aproximadamente cuatro
mil hectáreas forestada con cedro en monocultivo. Cabe
destacar que en las dos últimas décadas, la producción
forestal se ha perfilado como un sector económico de alta
2
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
relevancia ante un mercado con progresiva demanda de
madera (FAO, 2007).
1.1 Plantaciones forestales en monocultivo vs.
policultivo
Se estima que más del 95% de la superficie de
plantaciones forestales en el mundo, son plantaciones de
una sola especie (Nichols et al., 2006). El establecimiento
de monocultivos tradicionalmente ha gozado de alta
popularidad, ya que posee algunas ventajas (Erskine et
al., 2006) comparado con los policultivos. Por ejemplo, el
manejo de la plantación (i.e. podas, aclareos), así como la
manipulación de individuos durante la cosecha, resultan
más simples en los monocultivos. De igual manera, los
monocultivos permiten concentrar todos los recursos
para asegurar el crecimiento de una sola especie con
características deseadas (e.g. tasa de desarrollo,
calidad de madera). Como resultado, existen beneficios
económicos substanciales al establecer un monocultivo,
ya que éste permite aplicar operaciones silviculturales
3
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
estandarizadas
para
generar
productos
uniformes
(Evans y Turnbull, 2004). En el trópico mexicano, dos
de las meliáceas con alta demanda de producción y
utilización por su apreciable madera (cedro y caoba), son
regularmente establecidas en monocultivo.
4
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
2. Criterios para el establecimiento de plantaciones
de cedro y caoba
2.1 Principales características agronómicas del
cedro y la caoba
Cedro. El cedro es una especie importante en la
industria forestal de México; es un árbol de hasta 35 m
de altura total y diámetro a la altura del pecho (DAP) de
1.7 m, con tronco derecho que ha veces forma pequeños
contrafuertes poco prominentes, ramas ascendentes
y gruesas, copa redonda y densa. Su madera es de
color crema-rosado, con un olor muy característico y
sabor amargo. Esta especie es muy abundante en la
vegetación secundaria de diversas selvas. Se encuentra
en la vertiente del Golfo desde el sur de Tamaulipas
y sureste de San Luis Potosí, hasta la Península de
Yucatán; en la vertiente del Pacifico, desde Sinaloa
hasta Guerrero y en la depresión central de la costa de
Chiapas. Se desarrollan también en suelos de origen
volcánico o calizo, siempre que tengan buen drenaje, y
5
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
alcanza sus máximos tamaños e incrementos en zonas
con precipitaciones entre 2,500 y 4,000 mm anuales.
Del cedro se obtiene madera aserrada y chapa para
madera terciada, se fabrican artículos torneados, cajas
y envolturas de puros y se hacen esculturas, entre otros
usos (Francis, 1999; Pennington y Sarukhán, 1968).
Caoba. La caoba es un árbol de hasta 70 metros de
altura total y el DAP puede alcanzar hasta tres metros y
medio; tiene el tronco derecho, ligeramente acanalado
con contrafuertes bien formados de dos a tres m de alto,
con pocas ramas gruesas ascendentes y torcidas, y con
la copa abierta y redondeada. La madera presenta albura
de color blanco a rosado y tiene un olor fragante muy
característico. Esta especie forma parte de selvas altas o
medianas perennifolias y sub-perennifolias, se distribuye
en la vertiente del Golfo desde el norte de Puebla y
Veracruz, hasta el sur de la Península de Yucatán y en la
zona lacandona de Chiapas, donde alcanza sus máximas
tallas. Se desarrolla preferentemente en suelos de origen
calizo o aluvial, que pueden llegar a presentar problemas
6
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
de mal drenaje. La caoba es una especie importante en
la industria forestal de México. Su madera, de excelentes
cualidades produce chapa, madera aserrada sumamente
apreciada en ebanistería y todo tipo de construcciones. Se
exporta en forma de tablas o madera terciada (Whitmore,
2003; Pennington y Sarukhán, 1968).
2.2 Producción de planta
La calidad de la planta es un factor determinante para
su establecimiento; se recomienda que la semilla
provenga de árboles seleccionados con base en el
fenotipo, garantizando en cierta medida progenies de
buena calidad. El período de colecta de los frutos de
cedro se encuentra entre febrero y principios de mayo,
y el de la caoba, en marzo y abril (Figura 1 a y b). Para
su germinación, la semilla se coloca en almácigos o
directamente en bolsas, charolas o contenedores cónicos
para siembra; el sustrato o suelo deberá ser de franco a
franco-arcilloso.
7
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
En el vivero, la altura de las plantas es uno de los
principales criterios para seleccionar aquellas a establecer
en el campo. Se deben seleccionar las plantas más
altas, dando preferencia a aquellas que presenten un
sistema radical con ramificación equilibrada entre raíces
secundarias y un gran número de raicillas laterales. La
relación entre la parte aérea y la raíz se recomienda que
sea de 1:1.
a
b
Figura 1. Los frutos y semillas de cedro (a), se cosechan entre febrero y mayo, y
los de caoba (b), entre marzo y abril. La selección del árbol se debe de basar en
características fenotípicas sobresalientes; esto es importante para obtener progenies
destacadas.
8
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
2.3 Siembra y establecimiento de plantaciones
El transplante es el momento más crítico para las
plantas de cedro; esto es debido a que se trasladan
de un ambiente protegido a uno escampado, en donde
tendrán que competir por agua y nutrientes, y contra
otros factores físicos y biológicos. Para superar esta
etapa, es fundamental el empleo de técnicas adecuadas
para la especie, de acuerdo a las condiciones del área de
siembra (INIFAP, 1997a; INIFAP, 1997b).
La preparación del sitio de plantación comprende
actividades de remoción de la vegetación existente,
de preparación del suelo y de combate de plagas. El
desmonte y limpieza del sitio puede hacerse en forma
manual o mecánica, dependiendo del tipo de vegetación
existente, pedregosidad y topografía del lugar. Cuando
las labores indicadas anteriormente se realizan de forma
manual, la quema después de la limpieza facilita las
labores de plantación, evita o reduce la competencia
de la maleza y libera nutrientes que son aprovechados
9
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
por las plantas. La preparación del terreno de forma
mecánica, considera la labranza convencional donde las
condiciones del suelo lo permitan.
Una vez preparada la cama de siembra, las labores se
inician con el transporte de los árboles del vivero hasta
el plantel. La siembra puede hacerse por cepa común,
método ampliamente utilizado para el establecimiento
de árboles; la efectividad de este método depende de la
profundidad o tamaño de los hoyos y de las condiciones
del sitio. La cepa debe ser adecuada al tamaño del
cepellón, o lo suficientemente amplia y profunda para
permitir que las raíces queden bien extendidas. Donde el
suelo lo permita, se recomiendan cepas con dimensiones
de 40 x 40 x 40 cm. La planta debe enterrase derecha
hasta el cuello de la raíz y apisonarse para evitar que
queden espacios con aire en la zona de las raíces.
El espaciamiento óptimo para la plantación depende del
potencial productivo del sitio, aunque en general, los
mejores crecimientos se han logrado en espaciamientos
10
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
que varían de 2.5 x 2.5 m a 3.5 x 3.5 m. La época de
transplante puede variar dependiendo de la zona; en
general, se debe plantar al inicio de la época de lluvias,
que para el caso de Yucatán, es aproximadamente a
mediados de junio.
Se recomienda fertilizar entre los 15 y 30 días después
del transplante. Las dosis anuales más comunes y
con resultados satisfactorios fluctúan entre 100 y 150
g de N-P-K por planta; formulaciones frecuentemente
utilizadas son 17-17-17; 10-34-6; 10-28-6; 5-30-10; 10-3010 y 5-30-6. El fertilizante deberá colocarse directamente
debajo de la proyección de la copa del árbol y de ser
posible, cubrirse con tierra para reducir sus pérdidas.
2.4 Manejo de plantaciones
El manejo de la plantación comienza cuando la planta
se encuentra establecida; entre las operaciones de
manejo de la plantación se pueden citar el control de la
maleza (Rivas et al., 2008; Rivas et al., 2009), el control
11
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
de barrenadores, la poda, el aclareo y la cosecha (Díaz,
1999; Díaz et al., 2008).
2.4.1 Control de la maleza
Las meliáceas son altamente sensibles a la competencia
de la maleza, por lo que el control de ésta dentro de una
plantación es indispensable, desde el transplante hasta la
etapa en la que los árboles alcanzan un tamaño suficiente
para dominar la vegetación indeseable. En los capítulos
tercero y cuarto se presentan mayores especificaciones
sobre el control de maleza en plantaciones.
2.4.2 Control de barrenadores
Además de otros problemas que enfrentan durante su
desarrollo, las plantas de cedro y caoba son susceptibles
al ataque del barrenador de las meliáceas (Hypsipyla
grandella Zeller) (Figura 2 a y b). Al atacar el ápice o
punta de las ramas, el barrenador provoca la bifurcación
12
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
de los árboles y el consecuente retraso en el crecimiento
y malformación del árbol (Díaz, 1999).
Esta plaga puede afectar a ambas especies antes de
salir del vivero; sin embargo, los ataques más dañinos
ocurren durante los primeros años de vida de la planta,
y parecen estar influenciados por el sitio y altura de la
planta, más que por la densidad de los árboles (Pérez y
Esquivel, 2008). Para que las plantas logren superar con
éxito las etapas juveniles de crecimiento, es fundamental
el empleo de técnicas adecuadas para el control de esta
plaga, las cuales se presentan a continuación.
a
b
Figura 2. Ápice de una planta de cedro dañado (a) por el barrenador de las meliáceas
(Hypsipyla grandella Zeller) (b). Las pérdidas ocasionadas por el barrenador en las
plantaciones son considerables; su control debe ser integrado dentro del manejo
forestal.
13
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Control manual. Es una operación que se realiza cuando
el barrenador ya ha provocado la muerte del brote
principal. En este caso, debido a que en la planta puede
presentar dos o más brotes apicales, se selecciona el
brote más vigoroso y que exhiba el ángulo más cerrado
con respecto al eje principal, y se eliminan los restantes.
Control silvícola. Este método aprovecha el efecto
protector de otras especies que crecen espontáneamente
o inducidas entre las hileras de la plantación, formando
una barrera que resguarda a los árboles de cedro o
caoba.
Control químico. El uso de insecticidas de contacto, de
ingestión o sistémicos, representa una alternativa eficaz
para el control de los barrenadores. Por lo general, para
la mayoría de los insecticidas se recomienda la aplicación
de uno a dos litros por hectárea; éstos se deben mezclar
con agua limpia y asperjar la solución en volúmenes entre
200 y 400 litros de agua por hectárea, lo cual dependerá
de la altura y población de las meliáceas. Durante la
14
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
aspersión de los insecticidas, es importante mantener
una agitación continua de la solución. Se recomiendan
aplicaciones mensuales en la época de seca (de enero
a mayo) y de ser necesario, quincenales en la época de
lluvias (de junio a diciembre).
Control biológico. La aplicación de organismos vivos
para el control de los barrenadores de las meliáceas
es una alternativa viable y también eficaz. Uno de los
organismos que destacan para el control de la Hypsipyla
es el hongo Beauveria bassiana (Bals.-Criv.) Vuill. En
este caso, en tres litros de agua limpia no clorada, se
disuelven 250 g de arroz inoculado con B. bassiana (e.g.
Bea-Sin). Se separan los sólidos (utilizando una malla,
criba o colador) y el líquido remanente se disuelve en 50
litros de agua; a esta cantidad de agua, se puede adicionar
un adherente comercial con base en nonilfenol poliglicol
éter (e.g. Trac W50), en dosis de 15 ml. Esta solución
se aplica directamente al follaje de cada árbol utilizando
una bomba de aspersión calibrada a baja presión. Las
aplicaciones mensuales deben iniciarse en la época de
15
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
seca e intensificarse hasta dos veces por mes, durante
la época de lluvias.
Control orgánico. El uso del aceite de neem (Azadirachta
indica A. Juss.) asperjado sobre el follaje, reduce la
incidencia de Hypsipyla y los daños ocasionados en
plantaciones de cedro y caoba. La azaridactina del neem
tiene un control de Hypsipyla similar al proporcionado
por otros productos químicos; sin embargo, el hecho de
que es de origen orgánico, inocuo y biodegradable, lo
hace tener ventajas sobre otros métodos de control. El
aceite de neem se perfila como un producto importante
dentro de las estrategias del control integral de los
barrenadores de las meliáceas (Díaz et al., 2008). La
solución para asperjar se prepara mezclando 100 ml de
un producto comercial a base de neem (e.g. Killneem,
con un contenido de azaridactina de 36 g/L), en 20 L de
agua. Las aplicaciones se hacen sobre el follaje de la
planta en forma mensual, y en casos severos de ataque
se deberán efectuar aplicaciones quincenales.
16
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Con los tratamientos de control de barrenadores, en
conjunto con aplicaciones de sulfato de cobre con cal
al tronco del árbol y las podas de corrección de daños,
se ha disminuido la incidencia de Hypsipyla a menos de
20% en las plantaciones de cedro (Díaz et al., 2008).
2.4.3 Poda
Los nudos constituyen uno de los defectos más comunes
de la madera; por tal motivo, el control del crecimiento
de las ramas, así como su eliminación, son prácticas
importantes sobre todo cuando la producción se destina
a madera aserrada o chapa.
La selección de las herramientas para realizar la poda
depende de algunos factores como grosor, ángulo de
inserción y altura de las ramas. Por ejemplo, un operador
con un serrucho manual puede alcanzar desde el suelo
las ramas que se encuentren a una altura de dos a dos
metros y medio. Para alcanzar mayores alturas se utiliza
una extensión de madera o aluminio, donde se monta
17
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
el serrucho. Es importante evitar herramientas que
cortan por impacto como machetes o hachas, ya que
éstas causan un gran daño por desgaje en las ramas y
corteza.
Las podas deben de iniciarse cuando las plantas tengan
entre 12 y 18 meses de edad; el corte de las ramas se
deberá efectuar desde el ras del suelo hasta alcanzar los
dos primeros tercios de la altura total de la planta.
2.4.4 Aclareo
Los aclareos son cortes parciales que se realizan en
poblaciones inmaduras, con el objeto de estimular el
crecimiento de los árboles y aumentar la producción
de madera utilizable. En esta operación se remueven
los árboles excedentes, para que se pueda concentrar
el potencial productivo de la población en los árboles
seleccionados. Para la selección de los árboles a
remover, se deben considerar la forma y calidad del
tronco, sanidad de los árboles, posición relativa con
18
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
plantas adyacentes y condición de la copa. Los aclareos
pueden ser sistemáticos o selectivos.
Los aclareos sistemáticos son cortes aplicados a
poblaciones altamente uniformes, donde los árboles aún
no se diferencian en clases de copa; esto se efectúa en
poblaciones jóvenes no aclaradas anteriormente. Los
aclareos selectivos, por el contrario, implican la selección
de los individuos según ciertas características previamente
establecidas. Los árboles removidos son siempre los de
menor calidad, subyugados o defectuosos.
2.4.5 Cosecha
La cosecha de cedro para madera aserrada, puede
realizarse entre 20 y 25 años después de establecida la
plantación, y en la caoba, entre 25 y 30 años. El volumen
total para ambas especies es de 200 a 300 m3/ha,
dependiendo de las condiciones productivas del sitio de
plantación.
19
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
3. Principios en el control de la maleza
3.1 Definición y problemas que ocasionan la
maleza
Una maleza se puede definir como aquella planta que “se
encuentra en un lugar donde no se desea su presencia”
(Klingman y Ashton, 1975; Zimdahl, 1993). Una de las
características de la maleza es que logra prosperar
eficientemente en terrenos disturbados, de ahí que su
presencia es casi permanente en suelos dedicados a la
agricultura.
Las malas hierbas por lo general, afectan negativamente
a los cultivos; son serias competidoras por recursos,
y pueden retrasar o prevenir el establecimiento o
regeneración forestal (Dixon et al., 2006). Si no se efectúan
prácticas para su control, los cultivos son invadidos
(Figura 3 a y b) dando como resultado disminuciones en
la producción, pudiendo también ocasionar la pérdida
total del cultivo.
20
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
En plantaciones forestales, las principales causas del
enmalezamiento se relacionan con la utilización de
especies poco adaptables a la zona, malas prácticas
de siembra o transplante, condición pobre de los suelos
y fallas en el control de la maleza. Especies como el
cedro y la caoba no escapan a los efectos negativos
de la maleza, ya que debido a su lento crecimiento, son
especies poco competitivas (Otsamo et al., 1995; Morris
et al., 2000; Menalled y Kelty, 2001); en suelos donde la
disponibilidad de nutrientes es baja, el problema del lento
crecimiento de estas meliáceas es más notable (Webb et
al., 2000; Hiremath et al., 2002).
a
b
Figura 3. La falta de un programa de control de maleza en plantaciones forestales,
permite la competencia de especies indeseables que afectan el desarrollo de árboles
recién establecidos (a) y en etapa juvenil (b).
21
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
3.2 Clasificación de maleza
La maleza se puede clasificar en distintas categorías,
siendo la de mayor uso la siguiente.
a) Especies herbáceas anuales o de vida corta como
chichibé (Sida acuta Burm. f.), ikabán (Croton humilis
L.), tajonal [Viguiera dentata (Cav.) Spreng.], bu’ul beech
[Centrosema virginianum (L.) Benth.] y sajum (Wedelia
hispida H.B. & K.), entre otras.
b) Especies arbustivas o plantas leñosas perennes como
tsitsilché (Gymnopodium floribundum Rolfe var. Rekoi),
chukum [Havardia albicans (Kunth) Britton & Rose), subín
[Acacia cornigera (L.) Willd.], catzín (Acacia gaumeri
Blake), jabín [Piscida piscipula (L.) Sarg.] y dzulubtok
(Bauhinia divaricata L.), entre otras.
c) Especies de hoja angosta o gramíneas como el zacate
rosado [Rhynchelytrum repens (Willd.) C.E. Hubb.],
kuzuc [Bouteloua repens (Kunth) Scribn.], alambrillo
22
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
[Bothriochloa pertusa (L.) A. Camus] y kanchim [Urochloa
fusca (Sw.) B. F. Hansen & Wunderlin], entre otras.
La proporción que guarde cada categoría en su
composición florística dentro de un cultivo o plantación,
dependerá principalmente del sitio agroecológico y del
manejo o historia de control que se haya implementado
en la vegetación existente. Por ejemplo, el uso repetido
de herbicidas para el control de maleza de hoja ancha,
paraquat o chapeos, eventualmente derivará dentro de
la composición de la vegetación en una dominancia de
gramíneas (Figura 4).
Figura 4. Plantación de cedro donde el chapeo a través de los años alternado
con aplicaciones del herbicida paraquat, originaron el cambio de una vegetación
heterogénea de especies herbáceas y arbustivas, a la dominancia de gramíneas.
23
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
En la Figura 5, se muestra el porcentaje de la composición
florística de maleza herbácea, gramínea y arbustiva en
una plantación comercial de cedro, cercana al municipio
de Sucilá, Yuc. (Rivas et al., 2008). En las áreas sin
control de la maleza (testigo), se puede observar que las
especies de hoja angosta conforman 27% del total de la
vegetación, mientras que en áreas tratadas durante un
año con el herbicida paraquat, las gramíneas presentaron
40% de la composición. El aumento en la cantidad de
gramíneas en las áreas tratadas con paraquat, se debe
a una disminución de la competencia de las especies
de hoja ancha debido a la supresión de su crecimiento
y a una menor tasa de mortalidad de las gramíneas, al
emplear dicho ingrediente activo.
24
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Testigo
Paraquat
27%
40%
72%
59%
Figura 5. Composición florística de maleza herbácea (verde), de gramíneas (naranja)
y arbustivas (azul), sin tratar (testigo) y tratada con paraquat en dosis de 600 g/ha, en
una plantación de cedro de tres años de establecida.
Con respecto a los cambios de vegetación por el uso
continuo de algún herbicida en particular, el conocimiento
de técnicas en el control de la maleza es primordial
para evitar la dominancia de ciertas especies y poder
controlarlas por igual, indistintamente del cultivo a
establecer.
25
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
3.3 Métodos de control de la maleza
Las prácticas de control de especies de plantas
indeseables son variadas; entre las más comunes se
encuentran: a) control cultural, b) control mecánico y c)
control químico (Cuadro 1). a) El control cultural considera prácticas como la
preparación de la cama de siembra, tipo de labranza,
fecha de siembra, aplicación de fertilizantes, quema y
densidad de siembra entre otras acciones. Con lo anterior,
se busca el rápido crecimiento de los cultivos y dejar en
desventaja competitiva a la maleza.
b) El control mecánico consiste en la eliminación ya sea
manual o mecanizada de la maleza; para esta práctica,
se utiliza el chapeo a mano con machete (Figura 6),
con desbrozadoras motorizadas o accionadas con la
toma de fuerza de tractor o con deshierbes manuales o
mecánicos. La efectividad de estos métodos depende del
tipo de práctica y de la frecuencia de su realización.
26
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Figura 6. Control manual de maleza mediante el chapeo; el efecto de este método es
temporal, por lo que se requiere de varios chapeos al año para contener el crecimiento
de las malas hierbas.
c) El control químico se realiza mediante la aplicación
de herbicidas y es una herramienta importante para
el establecimiento y mantenimiento de los cultivos;
es bastante eficiente y en ciertas condiciones, más
económico que algunas prácticas de control mecánico.
27
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Cuadro 1. Resumen de algunos métodos de control de maleza
en plantaciones forestales y ventajas y desventajas de cada
práctica.
28
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Debido a la relevancia que los herbicidas tienen en el
control de la maleza para auxiliar el establecimiento,
mantenimiento y rehabilitación de bosques y selvas, en
los siguientes puntos se describirán algunos aspectos
elementales sobre el uso de este tipo de agroquímicos.
3.4 Clasificación de herbicidas
Los herbicidas pueden clasificarse de diversas maneras.
Algunas clasificaciones son: a) el modo de acción, b)
la familia química, c) la selectividad, d) el tiempo de
aplicación y e) el lugar de aplicación, entre otros.
a) El modo de acción se refiere a toda la cadena de
eventos que llevan a la maleza a la muerte, desde el
primer contacto del herbicida con la planta hasta su
efecto final, y es la forma de clasificación más útil.
b) La familia química se basa en similitudes químicas
entre compuestos. En la actualidad, existen numerosos
herbicidas agrupados en decenas de familias químicas.
29
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Por ejemplo, los herbicidas diurón, linurón y tebuthiurón
pertenecen a la familia de las fenilureas. Algunos modos
de acción (con números) y familia química (con letras) de
herbicidas utilizados en algunas plantaciones forestales
(University of Nebraska Cooperative Extension, 2003) se
presentan en el Cuadro 2.
Cuadro 2. Modo de acción, familia química, nombre común y
comercial de algunos herbicidas utilizados en plantaciones
forestales.
c) La selectividad se refiere al espectro de control de los
herbicidas.
Los herbicidas generales o no selectivos
eliminan toda clase de plantas y generalmente se
30
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
emplean en orillas de caminos, terrenos baldíos, o su
aplicación se dirige hacia la maleza, evitando el contacto
con las plantas cultivadas. En contraste, los herbicidas
selectivos eliminan a ciertas especies (la maleza o
especies indeseables) mientras otras por su tolerancia no
son afectadas (cultivos seleccionados). La causa de la
selectividad es variable, pero en lo general, su explicación
reside en procesos fisiológicos y bioquímicos de las
plantas tales como la absorción, movilización dentro de
la planta y metabolismo. Conocer la selectividad de los
herbicidas en determinada especie vegetal es importante,
ya que a través de este proceso se permite establecer o
mantener cultivos mientras se controla la maleza.
d) Por el tiempo de aplicación, los herbicidas se clasifican
en preemergentes, postemergentes, de presiembra
o incorporados antes de sembrar. Los herbicidas
preemergentes regularmente se aplican al suelo, al
sembrar o antes de que la maleza emerja. Debido a su
actividad residual, estos herbicidas proveen un control
extendido en el tiempo y pueden ser una herramienta
31
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
importante en las plantaciones forestales, ya que las
malas hierbas que germinan de semillas, son serios
competidores por recursos que demandan los árboles
cultivados (Dixon et al., 2006). Por su parte, los herbicidas
postemergentes se aplican a la maleza emergida y en la
mayoría de los casos, su efectividad tiende a disminuir
conforme aumenta la altura de éstas. La aplicación a la
emergencia se refiere a aquella efectuada en la maleza
desde su emergencia hasta que alcance una altura
de cinco centímetros. Los herbicidas en presiembra o
incorporados, se aplican después de la preparación del
terreno pero antes de que el cultivo se siembre y de que
la maleza haya emergido. Normalmente estos herbicidas
se aplican sobre la superficie del suelo y se incorporan al
terreno mediante un paso de una rastra ligera.
e) El lugar de aplicación básicamente describe si éste se
efectúa vía foliar o en el suelo. Algunos herbicidas son
absorbidos principalmente por la hoja o transportados
solamente por el tejido que lleva los alimentos fabricados
(floema). Otros, solamente se absorben por la raíz
32
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
o bien se transportan por el tejido que lleva el agua o
minerales (xilema), por lo que deben de ser aplicados
al suelo (Figura 7). Una variante del lugar de aplicación
cuando las plantas a controlar son árboles o arbustos, es
alrededor del tronco; en este caso, la aplicación se llama
“basal”.
Figura 7. Plantación de cedro donde se evalúa el uso de herbicidas aplicados al
suelo; la zona izquierda se trató con atrazina, la zona derecha es el testigo. La
ventaja de los herbicidas preemergentes, es su efecto prolongado en el control de
maleza susceptible.
33
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
3.5 Resistencia a herbicidas
La resistencia se define como la habilidad de una planta
para soportar la toxicidad de un químico. En el contexto
de la maleza, la resistencia a los herbicidas se define
como una característica de una planta o grupo de plantas
a soportar la dosis de un herbicida substancialmente
más alta de lo que otras plantas de la misma especie
podrían soportar dentro de una población. El uso intenso
y continuo de los herbicidas en las últimas cinco décadas,
ha resultado en el desarrollo y evolución de biotipos de
maleza resistentes a agroquímicos que normalmente los
controlarían.
Las plantas resistentes heredan a sus descendientes las
características requeridas para evolucionar mecanismos
de escape a los efectos de los herbicidas. Las especies
resistentes a los herbicidas son finalmente el resultado
de una presión de selección intensa ejercida en la
población de la maleza (Rao, 2000). A nivel mundial, el
número de biotipos de maleza resistente a herbicidas es
34
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
de aproximadamente 330 y éste se incrementa año con
año (Heap, 2009).
Dos acciones principales para reducir los riesgos de
resistencia a herbicidas en la maleza son el uso de
herbicidas con diferentes modos de acción y el uso de
prácticas de control integrado (por ejemplo, combinar o
alternar el uso de herbicidas con prácticas de labranza,
chapeo y control biológico de la maleza, entre otras).
3.6 Uso de aditivos y surfactantes
Los aditivos son substancias que facilitan o modifican
la acción del ingrediente principal; por esta razón, un
surfactante se considera un aditivo. Los surfactantes
actúan sobre la superficie de las plantas y su función es
la de mejorar la dispersión, humectación, adherencia y
penetración entre otras propiedades modificadoras; su
principal característica es la de actuar sobre la superficies
de las plantas y mejorar la acción de los herbicidas (Van
Valkenburg, 1982; Riechers et al., 1994). Sin profundizar
35
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
en el tema, según sea su ionización en el agua, los
surfactantes pertenecen a uno los tres grupos que se
indican en el Cuadro 3.
Cuadro 3. Principales tipos de surfactantes y sus características
químicas.
Algunos surfactantes no iónicos comúnmente utilizados
en las aspersiones de agroquímicos son: glicol con óxido
de etileno + éter de polietilenglicol + dimetilpolisiloxano
36
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
(Inex-A), alquilaril polioxietanol + N-butanol (Novasurfa) y
nonil fenol polietilénico (Tacsapen); éstos, son utilizados
en dosis de entre uno y cuatro mililitros por litro de agua.
En maleza cerosa, bejucos, arbustos y en alta densidad
de follaje, los surfactantes se deben utilizar en sus dosis
más altas. recomendadas.
37
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
4. Control químico de maleza en plantaciones de
cedro y caoba
4.1 Generalidades
El control químico de las malas hierbas, ha probado ser
indispensable en las plantaciones forestales (Wagner
et al., 2006); sin embargo, en la península de Yucatán,
existen pocas opciones para éste tipo de control.
La mayoría de los herbicidas con posibilidades de ser
utilizados en las actividades forestales, tienen efectos
temporales en el control de la maleza. La duración del
control después de su aplicación, fluctúa de uno a tres
meses. Una vez que el efecto residual de los herbicidas
disminuye, la maleza resurge ya sea de rebrotes de
plantas que escaparon o resistieron los tratamientos, o
de semillas almacenadas en el suelo y que permanecían
en latencia (Neumann, 2001).
38
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Por otra parte, ninguno de los herbicidas actualmente
disponibles provee un control total sobre un amplio rango
de maleza; por esta razón, es necesario determinar
una combinación de herbicidas preemergentes y
postemergentes que controle tanto maleza emergida
(Figura 8), como por emerger.
Adicionalmente, se
deberán de establecer estrategias de manejo de los
herbicidas para el control de especies anuales o perennes
recurrentes y su periodicidad de aplicación.
Figura 8. Aplicación postemergente de herbicidas. Cuando se utiliza este método de
control químico, la mayoría de los silvicultores asperjan paraquat o glifosato.
39
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
4.2 Manejo de la maleza previo a la siembra o
transplante
La preparación de la cama de siembra para establecer
las plantas de cedro o caoba varía de acuerdo al tipo
de terreno o condición del suelo y posibilidades técnicas
y económicas del productor; es decir, la preparación
del terreno de siembra podría fluctuar entre un sistema
de tumba y quema y el mecanizado. No obstante, con
frecuencia el silvicultor se enfrenta con escenarios
donde indistintamente del método de preparación del
suelo, las lluvias se podrían adelantar y dar comienzo
a una emergencia temprana de la maleza. Es en casos
como este, donde el efecto residual de los herbicidas
preemergentes podría prevenir un rápido enmalezamiento
del terreno y permitir la continuidad en las operaciones
de siembra.
La maleza puede ser una mezcla de herbáceas anuales y
gramíneas perennes o bien arbustos en diversos estados
de sucesión hacia el clímax de vegetación. Si dentro del
40
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
plan de manejo de la maleza se tiene contemplado el
uso de herbicidas preemergentes y hay presencia de
vegetación emergida, ésta deberá ser eliminada con
antelación utilizando herbicidas postemergentes.
En el caso de una dominancia de herbáceas de hoja ancha
y gramíneas perennes de menos de 15 cm de altura, se
recomienda aplicar glifosato sobre la maleza en dosis de
1.6 kg por hectárea. Para mejores resultados, se requiere
esperar aproximadamente dos semanas después de su
aplicación para aplicar algún herbicida preemergente o
efectuar alguna práctica de labranza.
Cuando la maleza es de tipo arbustivo, su control dentro
de la plantación es más complejo. El primer paso hacia
su control, consiste en reducir o cortar (de ser necesario)
los arbustos indeseables por debajo de la altura de los
árboles cultivados; esto, con la finalidad de reducir en
los árboles los riesgos de contacto con los herbicidas
aplicados. Se deberá esperar el crecimiento de nuevos
rebrotes de los arbustos y proceder a la aplicación
41
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
dirigida (hasta punto de goteo) de herbicidas a base de
glifosato en cantidades de 15 ml/litro de agua (Harrington
y Miller, 2005). En ocasiones, se requerirán de dos o
más aplicaciones secuenciadas para eliminar algunos
arbustos nocivos.
La cantidad de agua necesaria para asperjar de manera
uniforme una hectárea, varía de acuerdo a la altura y
densidad de la maleza. Para conocer el volumen requerido
en una plantación, se realiza el siguiente procedimiento:
con una cantidad de agua conocida, se asperja la maleza
en una superficie determinada y se registra la cantidad de
agua utilizada en dicha superficie (por substracción del
agua inicial); posteriormente, se calcula la equivalencia
a litros por hectárea. En muchas condiciones, se utilizan
400 litros de agua para preparar la solución y asperjar
una hectárea.
En el volumen de agua requerido, se deberá mezclar el
herbicida seleccionado más un surfactante no iónico;
éste surfactante puede ser éter de polietilenglicol +
42
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
glicol con óxido de etileno + dimetilpolisiloxano (Inex-A)
a razón de 250 ml por cada 100 L de agua. En aguas
duras con alta concentración de sales (e.g. cationes de
calcio y magnesio) como las existentes en los suelos
calcáreos de Yucatán, es recomendable acidificar la
solución con la finalidad de incrementar la eficacia de los
herbicidas, particularmente cuando se utiliza glifosato
(Buhler y Burnside, 1983; Mueller et al., 2006). Aditivos
que permiten la acidificación de la solución pueden ser
aquellos a base de ácidos orgánicos policarboxílicos
(Buffex) en dosis de 1.5 g por litro de agua (Dzib, 2008)
o agentes acidificantes + alcohol tridecil polioxietilenado
+ dietilenglicol (pHase 1), con dosis a calcular según la
dureza del agua y el pH deseado. En general, el agua con
valor de pH entre 4.5 y 5.5 se considera adecuada para
la mayoría de los agroquímicos (Fishel y Ferrel, 2007).
A continuación, se presentan algunos resultados de
investigación en el control químico de la maleza en
plantaciones de cedro y caoba; estos trabajos se
realizaron en el INIFAP, por los autores del presente
43
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
escrito. La información se presenta de manera separada
para cada especie, debido a que los datos proceden de
sitios agroecológicos distintos.
4.3 Herbicidas con potencial para auxiliar el
mantenimiento de plantaciones de cedro
El control eficaz de la maleza, mejora el crecimiento
de árboles de cedro de tres años de transplantados.
De entre diversos herbicidas evaluados (atrazina,
diurón, imazapyr, imazethapyr, metribuzin, glifosato y
paraquat), diurón, posterior a glifosato, promovieron las
condiciones para que en un período de seis meses, los
cedros incrementaran su altura y diámetro en 5 y 9%,
respectivamente. El control de maleza con solo glifosato,
únicamente promovió el incremento en la altura de las
plantas, pero no en el diámetro (Cuadro 4).
44
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Cuadro 4. Altura, diámetro e incrementos de crecimiento en
plantas de cedro en respuesta a tratamientos para el control de
maleza en una plantación comercial establecida en Sucilá, Yuc.,
durante el periodo de lluvias de 2008.
Altura y diámetro al pecho en plantas de cedro a una edad de 2.5 años.
Glifosato se aplicó a maleza de aproximadamente 15 cm de altura y dos semanas
después, se aplicó el diurón.
a
b
Los incrementos de crecimiento observados en las
plantas de cedro con la aplicación de glifosato más diurón,
se deben principalmente al buen control de la maleza o
supresión de la competencia derivado de la aplicación de
este tratamiento, como se observa en la Figura 9.
Con dos aplicaciones por año, glifosato y diurón causaron
una reducción de 60% de la biomasa total de maleza,
mientras que dos aplicaciones de glifosato únicamente
redujeron 31%. La biomasa total de maleza se constituye
45
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Figura 9. Biomasa total de maleza en respuesta a aplicaciones de glifosato (1.6 kg/
ha), y de diurón (3 kg/ha) posterior a glifosato (1.6 kg/ha) en una plantación de cedro
de 2.5 años de sembrada, en Sucilá, Yuc., en 2008.
de especies herbáceas, gramíneas y arbustivas; en
el Cuadro 5 se indica la composición florística de las
especies registradas en el área de evaluación, dentro de
la plantación.
La mayoría de la maleza (Cuadro 5) se conformó de
herbáceas anuales de hoja ancha (66%), seguido por
gramíneas (27%) y con menor participación plantas
de tipo arbustivo (7%). Los tratamientos de glifosato +
diurón, glifosato, y paraquat, disminuyeron 38, 25 y 19%
46
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
la maleza herbácea, respectivamente (Figura 10). De
estos tres tratamientos, el mayor espectro de control en
las herbáceas se logró con la combinación de la actividad
sistémica del glifosato y el efecto residual del diurón sobre
las semillas de maleza en el suelo (Figura 11).
Figura 10. Reducción de maleza herbácea de hoja ancha expresada en porcentaje,
en respuesta a aplicaciones de paraquat (0.6 kg/ha), glifosato (1.6 kg/ha), y de diurón
(3 kg/ha) posterior a glifosato (1.6 kg/ha) en una plantación de cedro de 2.5 años de
sembrada, en Sucilá, Yuc., en 2008.
47
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Cuadro 5. Composición florística de la maleza en una plantación
de cedro en Sucilá, Yuc., en 2008.
1
Especies diversas con una composición florística individual <1%.
48
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
En el Cuadro 6, se indica el tratamiento con mejor potencial
para el control químico de maleza en plantaciones
jóvenes de cedro. El número de aplicaciones por año,
dependerá de la presión de la maleza y de la frecuencia
y volúmenes de precipitación, entre otros factores.
Figura 11. Plantación de cedro después de cinco semanas de haberse aplicado diurón
en preemergencia. Para la aplicación de este herbicida al suelo, la maleza emergida
se eliminó con glifosato
49
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Cuadro 6. Dosis de herbicidas y aditivos para el control de la
maleza en plantaciones de cedro.
Faena® contiene 356 g de glifosato/L y Kator® contiene 800 g de diurón/kg.
Con base a un volumen de 400 L/ha.
c
Éter de polietilenglicol (52 g/L), glicol con óxido de etileno (206 g/L),
dimetilpolisiloxano (18.5 g/L); Inex-A®, Cosmocel, S.A.
d
Agentes acidificantes (510 g/L), alcohol tridecil polioxietilenado (210 g/L),
dietilenglicol (75 g/L); pHase 1®, Arysta-GBM.
a
b
50
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
4.4 Herbicidas con potencial para auxiliar el
mantenimiento de plantaciones de caoba
El control químico de la maleza, mejoró el diámetro de
plantas de caoba de aproximadamente seis años de
transplantadas (Figura 12). De entre diversos herbicidas
evaluados (atrazina, dimetenamida, diurón, glifosato,
imazethapyr y metribuzin), metribuzin, posterior a glifosato,
promovieron las condiciones de control para que las
caobas incrementaran significativamente su diámetro, en
un período de seis meses. El control de maleza solo con
glifosato, no incrementó significativamente el diámetro
de los árboles (Cuadro 7).
51
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Figura 12. Plantación de caoba de aproximadamente seis años de establecida y sitio
en donde se evaluaron los tratamientos para el control de maleza. El terreno es un
área de investigación forestal dentro del Campo Experimental Mocochá, INIFAP.
Cuadro 7. Altura, diámetro e incrementos de crecimiento en
plantas de caoba en respuesta a tratamientos para el control
de maleza en una plantación establecida en Mocochá, Yuc.,
durante el periodo de lluvias de 2008.
Altura y diámetro al pecho de plantas de caoba a los seis años de edad.
Glifosato se aplicó a maleza de aproximadamente 15 cm de altura y dos semanas
después, se aplicó el metribuzin.
a
b
52
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
El control de la maleza declina en función al tiempo
transcurrido después de la aplicación de los tratamientos.
La tasa de disminución en la eficacia de los herbicidas
varía en relación a la vida media de los ingredientes
activos, las características de la planta, las condiciones
edáficas y la disipación y/o degradación en el perfil del
suelo, entre otros factores (Rauch et al., 2007; Robinson,
2008; Minton et al., 2008). En todos los herbicidas
evaluados se redujo el porcentaje de control a través
del tiempo; sin embargo, hasta los 42 días después de
la aplicación, diurón, metribuzin y atrazina exhibieron
mejores índices de control comparado con imazethapyr,
dimetenamida y glifosato (Figura 13).
El control de maleza registrado en las áreas tratadas
con diurón, metribuzin y atrazina fue entre moderado y
satisfactorio, mientras que la eficacia del resto de los
tratamientos varió entre pobre y deficiente (Rao, 2000).
53
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Figura 13. Respuesta de herbicidas aplicados al suelo (preemergentes) y de glifosato
en el control de la maleza hasta 42 días después de la aplicación, en plantaciones de
caoba de seis años de edad.
La maleza dominante se conformó por herbáceas anuales
de hoja ancha (76%), seguido por gramíneas (22%) y con
menor participación plantas de tipo arbustivo (2%). La
composición florística de la maleza del sitio de evaluación
se presenta en el Cuadro 8. A tres meses de la aplicación
de los tratamientos, únicamente glifosato + metribuzin y
glifosato + atrazina redujeron de manera significativa la
maleza; en ese orden, éstos herbicidas suprimieron 43 y
45% de la maleza, mientras que glifosato 5% (Fig. 14).
54
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Figura 14. Biomasa total de maleza en respuesta a una aplicación de glifosato (1.8
kg/ha), de metribuzin (1.2 kg/ha) posterior a glifosato (1.8 kg/ha) y de atrazina (2.5
kg/ha) posterior a glifosato (1.8 kg/ha) en una plantación de caoba de seis años de
establecida, en Mocochá, Yuc., en 2008.
No obstante que atrazina, al igual que metribuzin,
disminuyeron considerablemente la maleza total dentro
de la plantación, el mayor crecimiento diametral de las
plantas de caoba registrado en las áreas tratadas con
metribuzin (Figura 15b), se atribuye a que éste herbicida
disminuyó 87% la biomasa de la gramínea nej boob,
mientras que la atrazina únicamente 44%.
55
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Cuadro 8. Composición florística de la maleza en una plantación
de caoba en Mocochá, Yuc., en 2008.
1
Especies diversas con una composición florística individual ≤ 1%.
En el Cuadro 9 se indica el tratamiento con mejor
potencial para el control químico de las malas hierbas
en una plantación de caoba de seis años de edad. El
número de aplicaciones requeridas por año, dependerá
56
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
de la presión de la maleza y de la frecuencia y volúmenes
de precipitación, entre otros factores.
Cuadro 9. Dosis de herbicidas y aditivos para el control de la
maleza en plantaciones de caoba.
a
Faena® contiene 356 g de glifosato/L y Sencor® contiene 480 g de
metribuzin/L.
b
Con base a un volumen de 400 L/ha.
c
Éter de polietilenglicol (52 g/L), glicol con óxido de etileno (206 g/L),
dimetilpolisiloxano (18.5 g/L); Inex-A®, Cosmocel, S.A.
d
Agentes acidificantes (510 g/L), alcohol tridecil polioxietilenado (210 g/L),
dietilenglicol (75 g/L); pHase 1®, Arysta-GBM.
57
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
a
b
Figura 15. Parcelas de investigación para el control de maleza dentro de una plantación
de caoba. Se muestra (a) una parcela no tratada (testigo) y una parcela tratada (b)
con metribuzin en dosis de 1.2 kg/ha posterior a glifosato en dosis de 1.8 kg/ha.
58
Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
5. Conclusiones
El herbicida paraquat, cuyo uso en plantaciones forestales
es común, tiene un control limitado sobre la maleza
requiriéndose de frecuentes aplicaciones anuales.
El herbicida glifosato, tiene un control aceptable sobre
las malas hierbas y puede formar parte importante en
un programa de control de maleza, particularmente
cuando es utilizado estratégicamente con herbicidas
preemergentes.
Las
plantas
de
cedro
y
caoba,
incrementan
significativamente su crecimiento cuando la competencia
de la maleza es suprimida de forma eficiente. El herbicida
glifosato
asociado
estratégicamente
a
herbicidas
preemergentes como el diurón y el metribuzin, podrían
ser herramientas importantes para el control de la maleza,
en plantaciones comerciales de cedro y caoba.
59
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Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
7. Estipulaciones
En esta publicación, la mención de algún producto o
marca comercial no significa que el autor o el INIFAP
lo acrediten o garanticen, así como tampoco descarta a
productos de similar acción.
Los pesticidas mencionados pueden ser nocivos para los
humanos, fauna y plantas deseables si no son manejados
apropiadamente. Las precauciones y recomendaciones
de su uso deben de ser observadas de acuerdo a las
instrucciones indicadas por los fabricantes.
Ni el INIFAP o los autores asumen responsabilidad por
algún daño o costo de cualquier tipo que se haya, o
sufrido o incurrido, resultante del uso de los agroquímicos
mencionados en este folleto.
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Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Agradecimientos:
Los autores expresan su reconocimiento al profesor Raúl
Monforte Peniche, por brindar las facilidades para llevar
a cabo la investigación, validación y transferencia de
tecnología, en su plantación forestal.
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Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
En el proceso editorial de la presente publicación participó
el siguiente personal:
COMITÉ EDITORIAL DEL
CENTRO DE INVESTIGACIÓN REGIONAL SURESTE
Presidente
M.C. Jaime Piña Razo
Secretario
PhD. Luis Ortega Reyes
Revisores
Dr. Valentín A. Esqueda Esquivel
M.C. Espiridión Reyes Chávez
M.C. Alfonso de la Rosa Vázquez
Edición
M.C. Hector Torres Pimentel
Dr. Raúl Díaz Plaza
Formación y Diseño
L.D.G. Miguel Cetina Muñoz
Fotografía
PhD. Fernando Rivas Pantoja
Coordinación de Producción
M.C. Hector Torres Pimentel
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Control de maleza en plantaciones de cedro y caoba
Para mayor información sobre el contenido de este
documento y otras tecnologías diríjase a:
INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIONES
FORESTALES, AGRÍCOLAS Y PECUARIAS
Progreso Núm. 5. Barrio de Santa Catarina
C.P. 04010 Delegación Coyoacán, México, D.F.
www.inifap.gob.mx
CENTRO DE INVESTIGACIÓN REGIONAL SURESTE
Calle 6 No. 398 X 13, Av Corea Rachó
Col. Díaz Ordaz, Mérida Yucatán
C.P. 97148 Tel. 999 196 11 81 al 88
CAMPO EXPERIMENTAL MOCOCHÁ
Km 25 antigua carretera Mérida - Motul
C.P. 97454 Tel: 991 916 22 15
Mocochá, Yucatán
70
Esta publicación se terminó de imprimir en
Diciembre de 2009, con un tiraje de mil ejemplares
en Grupo Impresor Unicornio, S.A. de C.V.,
Calle 41 Número 506 por 60 y 62 Centro,
C.P. 97000 en Mérida, Yucatán México.
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