La paz mundial – ¿qué es? por el Padre Nicholas Gruner, S.T.L., S.T.D. (Cand.) Desde el comienzo de la historia escrita, hace 6000 años, la humanidad ha sufrido más que 14.400 guerras de varios tipos – guerras tribales, guerras inter-raciales, guerras de construcción de imperios, guerras entre familias reales competiendo por el mismo reino, guerras de ideologías rivales, guerras civiles, etc. Esto representa casi 2,5 guerras por año en los últimos 6000 años. Nunca hubo una era de paz en la historia de la humanidad. Pero esto es lo que está predicho en la promesa y profecía de Nuestra Señora de Fátima. Dijo Ella: “Por fin Mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre Me consagrará Rusia que se convertirá y será concedido al mundo algún tiempo de paz”. Toda la humanidad, todo el mundo gozará un reinado de paz. Considerando la historia de la humanidad en su todo hasta ahora, ésta es verdaderamente una gran promesa. Este mismo período de paz fue también predicho en la Biblia. Encontramos esta profecía anunciada varias veces en el Antiguo Testamento: “Convertirán sus espadas en rejas de arados y sus lanzas en azadones; una nación no empuñará la espada contra otra, ni estudiarán ya más el arte de guerrear”. (Miqueas 4:3) De sus espadas forjarán rejas de arado, y hoces de sus lanzas; no desenvainará la espada un pueblo contra otro, ni se adiestrarán más en el arte de la guerra”. (Isaías 2:4) “Habitará el lobo juntamente con el cordero; y el tigre estará echado junto al cabrito; el becerro, el león y la oveja andarán juntos, y un niño pequeñito será su pastor”. (Isaías 11:6) Consideremos qué enorme cambio esto significará. En los últimos 6000 años – es decir, en las últimas 240 generaciones – una generación pasó a la siguiente el conocimiento de cómo planear, comenzar, mantener y ganar guerras. Esto ha sucedido de siglo a siglo, de generación a generación, de guerra a guerra a guerra. Pero este “arte de la guerra” no fue sólo enseñado y mantenido por las naciones del mundo a través de la historia; fue recientemente aumentado de las maneras más asustadoras. En los últimos 150 años, nuestras guerras han sido luchadas cada vez más en términos nuevos. La guerra moderna es caracterizada por la “guerra total”. La guerra ya no es limitada a los campos militares opuestos – ejército contra ejército. 1 http://www.fatima.org/span/resources/losservatore/408.pdf Ahora los civiles son también tratados como combatientes, de modo que las naciones en guerra consideran la idea de matar toda la gente del lado contrario, si sea por el uso de armas nucleares, con el propósito de destruir ciudades enteras (nos recordamos de Hiroshima y Nagasaki) o si sea a través de soldados o revolucionarios que queman aldeas y villas, matando todos sus habitantes – hombres y mujeres, jóvenes, niños y bebés. Este nuevo concepto de guerra, la guerra total, amenaza la propia existencia de la humanidad. Actualmente, ya existen armas nucleares más que suficientes (en los arsenales de varias naciones hostiles, que ellas apuntan unas a las otras) para matar todos los hombres, mujeres y niños que ahora viven a la faz de la tierra – o sea, 7 mil y 100 millones de personas de toda la humanidad. Por increíble que parezca, hay algunas personas que desean la guerra. No dan atención a los horrores, a las mortalidades, a la devastación, a las tragedias humanas incontables, y ni siquiera a las muertes inesperadas con la consecuente pérdida de almas. Sólo ven, por lo contrario, la oportunidad de beneficio y conquista. Los vientos de guerra están soplando hoy, y no hay forma de detener el complexo financiero-militar-industrial, tanto del Este como del Occidente, que ha tomado el curso actual. Fueron experimentadas muchas “soluciones” falladas – esfuerzos sin Dios, condenados al fracaso desde el inicio: el Tratado de Versailles, la Liga de Naciones, las Naciones Unidas; la 1ª Guerra Mundial (“para acabar con todas las guerras”, nos dijeron), la 2ª Guerra Mundial (que supuestamente haría un mundo seguro para la democracia), la Guerra Contra el Terrorismo, etc. etc., etc. – un escenario Orwelliano de Guerra perpetua como el precio de una “Paz Perpetua”. Nuestra Señora de Fátima nos dijo claramente: “Sin esta Consagración [de Rusia] el mundo no podrá tener paz”. Consideraremos además que el mundo gasta más de un trillón de dólares ($1.000.000.000.000) por año en máquinas y armas de guerra. Sólo en el año 2000, los países del Tercer Mundo (esto es, los países más pobres, los países subdesarrollados industrial y económicamente, cuya pobreza pone limitaciones severas a los recursos de los respectivos Gobiernos centrales) consiguieron gastar 798 mil millones de dólares en armamentos. ¡Esto es, $798.000.000.000! Esta cantidad es simplemente para armamentos comprados (en la mayor parte en los Estados Unidos y otros fabricantes de armas modernas), y no incluye otros gastos militares ni el dinero gastado en armamento proporcionado por otras naciones. Ni incluye los presupuestos militares de cualquier uno de los países del G-8, como los Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Inglaterra, o Israel. Y esto va en adelante año tras año. Estas cantidades enormes nunca han dejado de ser atribuidas para efectos de “defensa” – es decir, para la Guerra. Reflexione en lo que sucedería si todas aquellas “espadas” se transformasen en “rejas de arado” – si todos los arsenales, todas esas balas y mísiles y bombas, todas esas 2 http://www.fatima.org/span/resources/losservatore/408.pdf rifles y ametralladoras, todos aquellos vehículos blindados y buques y submarinos y cazabombarderos, todos los satélites militares y armas electrónicas, etc. – con el valor de 1 trillón de dólares en todo el mundo – fuesen transformados en instrumentos de producción de alimentos, en “rejas de arado”. Piense en lo que se podría conseguir con tanta riqueza y esfuerzo humano, como, por ejemplo, para irrigar tierras secas y proporcionar semillas, fertilizantes y equipamiento agrícola a áreas necesitadas. Gran parte del hambre en el mundo de hoy, si no toda, podría ser aliviada. O imagine el progreso que podría hacerse en la medicina, y los cuidados médicos que podían ser proporcionados a todos nosotros – a todos los 7 MIL MILLONES de nosotros. Se podrían evitar o eliminar tantas enfermedades y sufrimiento desnecesario. El mundo nunca ha visto un tal tiempo, pero está profetizado que vendrá: “ni estudiarán ya más el arte de guerrear”; “De sus espadas [y todas las armas de guerra] forjarán rejas de arado [y otros instrumentos para producir alimentos y para curar]”. Esto sucederá cuando los pedidos de Nuestra Señora de Fátima sean atendidos – pero sólo entonces, cuando se obedece a Su pedido de la Consagración de Rusia: “Por fin Mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre Me consagrará Rusia que se convertirá y será concedido al mundo algún tiempo de paz”. Que Su Triunfo venga rápidamente, y venga a tiempo de evitar que se cumpla Su profecía de que “varias naciones serán aniquiladas” si Sus pedidos no sean atendidos a tiempo. 3 http://www.fatima.org/span/resources/losservatore/408.pdf