Reflexiones Espirituales: “La Alegría de Navidad”. ¿Qué es la alegría de Navidad?, ¿Y sabes de dónde puede venir tu alegría este mes de diciembre?. No la busques fuera de tu persona; en fiestas, licor o siendo un comprador compulsivo, llenado tu cuerpo de ropas y tu estómago de comida, ahí nunca vas a encontrar la alegría. La verdadera alegría navideña, tiene que nacer de nosotros mismos, tiene que brotar de nuestro corazón. ¿Cómo podremos fabricar la alegría en este mes de diciembre?. Es una buena pregunta, para hacernos y buscar cómo generarla en nuestra vida. Tenemos que empezar por aceptar que la alegría nace en nosotros y sale al exterior, nunca debe de ser al revés. La alegría brota del corazón del hombre al sentir que Dios lo ama, y entender que lo creó para que sea feliz. Tener la alegría al saber que Cristo va a nacer en nuestros corazones, y esa alegría es esa la espera. Sentir que Dios va actuar en nuestra persona este mes de diciembre, en dar felicidad a nuestros semejantes. Pero no dando regalos, fiestas o comilonas; sino dando regalos que no cuestan, esos son: dando servicio, entrega y amor incondicional, así “seremos más felices dando que recibiendo”. Hay que entender que no perdemos la alegría por el dolor, las enfermedades, la falta de dinero o por una carencia física. Perdemos la alegría al no tener a Dios. Él es esa agua viva, que sacia nuestro espíritu y llena nuestra alma, colmándola de paz, amor y esperanza. Y este mes de diciembre al venir a nuestros corazones es un gran motivo para ser felices. Esta Navidad, empecemos a estar alegres con lo que tenemos y no vivir deseando aquello que carecemos. Disfrutar el hoy y vivir el ahora, es una buena fórmula para evitar la neurosis y no caer en la tristeza, que es la peor enfermedad del alma. No olvidemos que la única medicina infalible para este mes de diciembre... ¡es Jesús!. Seamos transmisores del amor de Cristo, comenzando con nuestra pareja, ahí es donde debemos de empezar a generar amor dando protección, amor, respeto y aceptación. Continuemos con nuestros hijos, los cuales están esperando una caricia y una muestra de afecto, tal ves eso les hace mucha mas falta que regalos. No olvidemos dar amor a nuestros padres, hermanos y a todo ser humano. Ahí debe de empezar nuestra Navidad, en dar alegría, comprensión, estímulo y amor incondicional. Y no ser sembradores de odio, intriga y desamor. Esta Navidad el mundo necesita de tu alegría. El mundo de los abandonados, necesita de tu amistad y de tus palabras de vida para seguir esperando. El mundo de la guerra, necesita de tu amor y tu lucha por la paz para ser libre. El mundo de los pobres, necesita de tu compromiso por la justicia para vencer la opresión. En este año que viene, el mundo nos pide: “Flores de alegría y no espinas de dolor. Puertas de fraternidad y no murallas que lo dividan. Caminos de luz por donde puedan pasar pobres y ricos; pequeños y grandes; hombres y mujeres; enfermos y sanos; blancos y negros...un camino de igualdad. Nuestro mundo necesita de una sonrisa.” Esta Navidad estemos alegres esperando el nacimiento de nuestro salvador Jesús. Porque estar alegre es vital para el cuerpo, necesario para la mente e indispensable para el espíritu. Una buena fórmula para vivir la navidad, será conectarnos con Dios, el nos pide que en esta época tengamos aspiraciones elevadas, expectativas moderadas y necesidades pequeñas. Entonces habremos encontrado la alegría de la Navidad. Dr. Roberto Díaz y Díaz. [email protected]