Urdaibai - Antropología Social

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IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
Urdaibai1:
Reserva de la Biosfera y espacio articulador de una identidad sustancial del
entorno.
Kepa Otaegi2.
-¿Alguna vez viajaste en un ferrocarril con otra persona,
sentados frente
a frente, cada uno en su ventanilla?
-Creo que sí. Ahora no recuerdo la ocasión precisa. ¿A qué
viene eso?.
-¿No te fijaste que si las dos personas se ponen a comentar
el paisaje
que ven, el comentario del que mira hacia delante no es
exactamente
el mismo que el que mira hacia atrás?.
Mario Benedetti (1982), Primavera con una esquina rota.
1. Introducción.
Urdaibai, es desde 1984 zona declarada como Reserva de la Biosfera, a saber, una zona
definida e identificada como portadora de ciertos elementos dotados de una serie de
valores que derivan en una significación o manera de comprenderla. Sin embargo, la
pluralidad de maneras de interpretarla, y por tanto de definirla, hacen de la
identificación sustancial o general de esta zona geográfica una difícil empresa.
En este sentido, las teorías trabajadas y discernidas desde el ámbito de la teoría
sociológica pueden aportarnos la herramienta para delimitar las diferentes
identificaciones que hacemos sobre los constituyentes vitales. Es por ello que para ver la
manera en que la declaración de Urdaibai como Reserva de la Biosfera (y con ella la
creación de un nuevo espacio propicio para la articulación y definición de las diversas
maneras de comprender el entorno) se erige en la identidad sustancial de esta zona
geográfica vasca, recurramos a algunos aportes de teóricos como E. Morin, R. Ramos, J.
P. Dupuy o M. Callon.
En las páginas siguientes, nos detendremos en varias de las teorías que discurren sobre
las maneras de identificar y definir la realidad. primeramente, y a modo de introducción,
desde lo que se podría entender como la identificación del entorno por parte de los
actores sociales y, posteriormente, desde ese terreno más “experimentado” de las
definiciones de la realidad como es el ámbito de la ciencia. Tras este primer recorrido y
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proponer un espacio para la construcción de una identidad sustancial donde tengan
cabida diferentes perspectivas y percepciones de la realidad, trataremos de ver de qué
manera se refleja esto en el caso de la reserva de la Biosfera de Urdaibai.
2. Algunas notas teóricas sobre la identificación y definición del entorno.
2.1. Sobre la identificación del entorno y del carácter de sus fronteras.
Los actores sociales en su relación con el entorno definen y ordenan su propia realidad a
partir de la traducción y reconstrucción que, a nivel cognitivo, realizan desde los
estímulos o signos captados y codificados por los sentidos (E. Morin, 2001:26). A
saber, los actores constituyen un espacio semántico basado en la delimitación o
distinción de dualismos antagónicos que hacen del contexto un sistema inteligible.
En este sentido, clasificar y definir el entorno supone un ejercicio de separar algunos
“constituyentes vitales” y de conectar otros, es decir, de establecer fronteras. Dice J.
Ibáñez, aludiendo al primer axioma del álgebra de Boole, que el término frontera se
define como la división de un espacio en interior y exterior de tal modo que no se puede
pasar de uno a otro sin pasar la frontera; para que exista una frontera alguien la tiene
que haber trazado; y, para que la haya trazado, los dos bordes tienen que diferir en
valor para él (1995:365). De ello podemos inferir que la frontera establece límites
divergiendo valores y maneras de concebir la vida en base a una lógica dicotómica
como, por ejemplo, bueno / malo, izquierda / derecha, arriba / abajo, nosotros / otros,
etc.
Sin embargo, la realidad, repleta de ambivalencias y de lógicas incompatibles, lleva en
múltiples ocasiones a la mencionada lógica a situaciones paradójicas donde, por
ejemplo, lo bueno no resulta tan bueno pero tampoco se acerca a lo malo, y viceversa, lo
malo no se muestra del todo malo, aunque tampoco se percibe como bueno. Llegados a
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este punto, la cuestión radica en plantearse cómo los actores sociales abordan tal
incompatibilidad.
Podríamos pensar que la paradoja, causada a partir de la ambivalencia, puede conducir
al marco o contexto social hacia un status quo o callejón sin salida donde las normas y
contranormas3 -lo bueno y lo malo, el nosotros y los otros... -se estancarían en lo que
podríamos definir como una “pugna convivencial”. Lejos de esto, la inmovilidad se ve
superada, tal y como afirma R. Ramos, a través de la sabia administración de la paradoja
en forma de prácticas sociales (1997:173); en este sentido, dicho autor propone tres
estrategias donde ubicar la superación de las mencionadas situaciones paradójicas, o
dicho de otra forma, la superación de la rigidez de las fronteras: el compromiso
(estrategia basada, por un lado, en la inclusión de dos opciones supuestamente
incompatibles y, por otro, en la delimitación -o establecimiento de una frontera- del
mismo espacio incluyente), la compartimentación (estrategia definida por el constante
tránsito o franqueo de la línea que divide a las diferentes prácticas, aparentemente,
incompatibles) y la oscilación (estrategia definida como una forma recurrente de
administrar la ambivalencia que reina en espacios muy amplios de la vida social
(Ibíd.:182)).
En definitiva, vemos cómo frente a una posible “situación conflictiva” derivada de la
pugna entre la construcción de fronteras que dividen, delimitan, definen, etc. distintos
ámbitos de la vida y la ambigüedad o la ambivalencia propias del marco de lo real, se
asoman diferentes estrategias (compromiso, compartimentación, oscilación) que hacen
de la línea que expresa una alternativa entre dos posibilidades -la frontera- una
delimitación no tan objetivada y sí más flexible, dúctil. Llegando incluso a difuminarse
o a diluirse cuando de un contexto definido por términos binarios, pasamos a lo que R.
Ramos define como híbrido heterogéneo (Ibíd.:186) o la simultaneidad de múltiples
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posibilidades. En definitiva, el marco y con ello la frontera, se vuelven promiscuos,
mezclados, fluctuantes de manera que la definición o la identificación de los
“constituyentes vitales” se convierte también en algo temporal, ligado al contexto en el
que sucede dicha definición.
2.2. La frontera en el ámbito de la ciencia.
En relación con el proceso anteriormente mencionado de “parcelación / reducción /
identificación” del entorno, será el entramado “ciencia / epistemología / ontología” el
que lidere por excelencia la producción de conocimientos que, de manera legítima,
aproximan al ser humano al espacio que lo rodea.
Un entramado que E. Morin en su disertación sobre las cegueras del conocimiento
(Ibíd.:25-42), lo define como el gran paradigma de Occidente; el cual determina los
conceptos soberanos y prescribe la relación lógica: la disyunción (Ibíd.:35). Es decir,
un paradigma que basa su labor productora (labor científica) en la objetivación o
algoritmización del sujeto / objeto de estudio de manera que éste es presentado como
“un todo homogéneo” o “un todo absoluto”.
No obstante, esta forma de hacer ciencia (tal y como se ha demostrado desde el ámbito
de la física) se sostiene sobre una base mutilada (Ibíd.:30) dado que los aspectos tanto
relativo, como reflexivo de la producción científica conducen al carácter empírico, que
hasta ahora ostentaba la ciencia, a una disposición de incertidumbre. Frente a esta nueva
situación, los actores (incluidos los científicos) nos vemos abocados a construir espacios
de carácter temporal que nos permitan aprehender el entorno de manera operativa.
2.2.a. Aspecto relativo: Tal y como acabamos de afirmar, la absolutización o
algoritmización del resultado de la praxis científica, dota a éste de una capacidad
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operativa aplicable a cualquier situación espacio-temporal y, por tanto, de una
capacidad “deídica” que todo lo puede ver y controlar llegando a poder hacer
predicciones con una aparente total garantía. Sin embargo, la relación entre observador
y sujeto / objeto observado se constituye de manera condicionada por la posición y el
momento de la observación, es decir, no se puede controlar lo que no se ve desde una
perspectiva y momento definido, a saber, la que ocupa el observador. Luego, esto
significa que las aportaciones tanto teóricas como empíricas de los investigadores
quedan delimitadas a la perspectiva cronotópica (además del número de variables
tenidas en cuenta) desde la cual éstos realizan su trabajo investigador. De manera que la
predictibilidad propia de la lógica causa-efecto, queda igualmente limitada a las
condiciones de la observación.
En definitiva, vemos cómo de la algoritmización / objetivización de lo observado y de la
capacidad “soberana” del observador -propias del paradigma cartesiano o del gran
paradigma de Occidente-, pasamos a la circunscripción de las capacidades tanto del
observador como del observado; al espacio / tiempo relativo a la actividad científica.
2.2.b Aspecto reflexivo: La ciencia social, en su labor objetivadora de la realidad,
transmite, a través de diversas vías4, el resultado de su producción a los actores –a su
vez sujetos / objetos observados-. Producción que a priori define una realidad
estableciendo fronteras que hacen, gracias al “label” de la ciencia, prever los estadios
subsiguientes o, dicho en otros términos, hacer predicciones. Sin embargo, la capacidad
reflexiva de los actores hace que las teorías, hipótesis, estimaciones creadas por las
ciencias sean interiorizadas en su percepción de la realidad de manera que dichos
actores interfieran, consciente o inconscientemente, en las mismas, alterando, así, las
fronteras establecidas -y, consecuentemente, la realidad percibida-. Vemos, pues, que
tanto el observador como el observado reflexionan el uno sobre el otro, en una
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interacción de conocimientos. Peculiaridad esta, que conduce al observador a trabajar
bajo la perspectiva de la doble reflexión, a saber, el observador ha de reflexionar sobre
la reflexión surgida a partir de la interacción observador / observado. En definitiva, el
mundo social (sociedad, ciencia social, sociología) se mueve en un espacio donde la
interacción entre observador y sujeto / objeto observado se efectúa en modo de
reflexividad mutua; una interacción que deriva en una permanente alteración de la
realidad objetivada de consecuencias inciertas.
Consecuentemente, la nueva realidad tiene que ser objetivada / identificada nuevamente
de manera que cada ciclo de “disolución / reestructuración”, constituye una parte más
dentro del gran bucle que, a medida que avanza, se hace un poco más complejo.
2.2.c. El espacio “flexible” de la frontera en el ámbito de la ciencia: Recapitulando,
hemos observado que tanto el aspecto relativo como el reflexivo constituyen parte de un
contexto donde las limitaciones de las producciones de conocimiento derivan en una
alteración de las definiciones o identificaciones -fronteras, en definitiva- acuñadas a la
realidad originando consecuentemente una “constante emergencia de lo nuevo”.
Es decir, el entorno en el que interactúan los actores está inmerso en un proceso
dinámico, de constantes transformaciones inciertas, resultado de la inestabilidad a la que
someten la intervención, tanto, de la producción de conocimiento, siempre insuficiente,
del observador5, como, de la propia capacidad del objeto / sujeto observado para
reflexionar sobre la acción del observador.
Esta dinámica, calificada como desordenada, no-equilibrada, caótica, etc. conlleva, por
un lado, la ruptura de la trayectoria constante del devenir, prefijada por las teorías y / o
predicciones de la ciencia determinista y, por otro, la imposibilidad de retornar a un
punto de origen6. Y supone una (eterna) producción plural de descripciones de la
realidad compleja, que acompañada del aspecto multidimensional de las diferentes
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unidades que componen dicha realidad (social, religiosa, biológica, económica,
histórica), dificulta la construcción de fronteras, definiciones, identificaciones del
entorno en el que nos movemos.
En este sentido, la cuestión a plantearse es de qué manera podemos trabajar sobre un
sistema que por su condición inestática y plural, dificulta el mismo hecho de centrarse
en el propio objeto de estudio. Es decir, ¿cómo se puede hablar de lo que no se puede
hablar?. Salvador Pániker, aludiendo a E. Morin, plantea y responde a esta cuestión
cuando sostiene que:
... estamos inmersos en ecosistemas, pero todo ecosistema, como diría E.
Morin, se halla en permanente desorganización / reorganización. Ello es que
la eco-organización evoluciona, alcanza tonos y registros no previstos, con el
impacto de lo perturbador y aleatorio. Navegar por estos territorios resulta
complicado. Es menester una especie de creatividad permanente. Maneras
nuevas de religarse (2002:282).
La necesidad de una “creatividad religadora”, planteada por Pániker se aproxima de
manera significativa al punto de vista de J. P. Dupuy (1990: ) cuando planteó la idea del
retorno de lo sagrado. Dicho autor sostiene que, frente al desarreglo producido entre la
intención predictiva -fruto de la producción de conocimiento- y el resultado real
/“final”, los actores precisan dotar a sus acciones de una cierta solidez que adquirirán a
través de la religación (Religare ! religión). Religación que, contextualizada en el
entorno con el cuál interactúan los actores sociales, se sustenta sobre los cimientos de la
suposición7. En este sentido, cuando R. Ramos afirma que la complejidad es un
desorden aparente donde se tiene razones para suponer un orden oculto (1997:165),
está facultando a la suposición la capacidad para ordenar (en definitiva para clasificar,
definir, identificar...) el desorden que entraña un entorno donde destaca la
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incertidumbre, lo aleatorio, lo perturbador, lo complejo...
En definitiva, la manera de hablar de lo que no se puede hablar radica en la creación de
espacios supuestamente existentes que facilitan, como decía Pániker, la navegación por
esos territorios que, en su dinámica transformadora, van adquiriendo tonos inciertos.
Pero... ¿cómo son esos espacios?.
Inmersos como estamos, en un mar donde la incertidumbre, el desconcierto, la
inestabilidad, etc. son los elementos que imperan a lo largo y ancho del mismo, se
estima necesario trazar o crear espacios -archipiélagos de certeza, como diría E. Morin
(2000.:21)- que permitan una relación operacionalizable entre los actores sociales
(incluidos los científicos) y el entorno. Es decir, espacios que, construidos a partir de la
“creatividad religadora” sustentada en la suposición, permitan, como el caminar, el paso
de una etapa a otra.
M. Callon (1987) en un análisis sobre la Vieira en Bretaña, propone interpretar el
entorno como una red formada por los “constituyentes vitales” que, potencialmente,
pueden llegar a ser dotados de ciertos significados y ser asociados con otros en base a
un interesamiento común de modo que definen su identidad. Las asociaciones de dichos
constituyentes -distinguidos cada uno con un significado concreto y unidos por un
contenido de interés común- pasan a convertirse en archipiélagos de certeza cuando a
nivel cognoscitivo adquieren la relevancia que hacen que a nivel práctico posean un
papel operativo en la relación actor social / entorno.
En este sentido, encontramos una cierta analogía entre este tipo de “archipiélagos” y el
hipertexto de M. Castells. Según éste, el hipertexto es:
Una plasmación objetiva del imaginario social donde caben mezclar códigos
culturales de la extracción más diversa sin un ordenamiento necesariamente
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marcado por sus contextos de origen. Supone una amalgama de textos,
símbolos, imágenes, sonidos de distinta naturaleza y procedencia en un
collage simultáneo disponible a la discrecionalidad de los sujetos (M.
Villacorta, 2002:38).
No obstante, es preciso no olvidar que nos encontramos en un contexto dinámico,
cambiante y de dirección incierta; esta circunstancia hace que en cualquier momento las
asociaciones de interés común o la plasmación objetiva de mezcolanza de diferentes
códigos culturales, sean alteradas y tengan que redefinir, modificar o cambiar el tipo de
asociaciones o interesamientos mantenidos hasta el momento. En definitiva, y
retomando a Callon, los espacios que como mencionábamos anteriormente posibilitan la
relación operativa ente actor social / entorno, se fundamentan en lo que dicho autor
formula como identidad sustancial, definida a su vez a partir de la presencia y acción
del actor / red8.
Hablamos, pues, de un espacio (o eje nodal) donde, por un lado, destaca el aspecto
estanco percibido9 como una totalidad y, por otro -y dado que nos encontramos en un
contexto de constante cambio-, destaca el aspecto efímero, donde elementos de distinta
índole y orígenes diversos son interconectados de manera que conforman una
conjunción de carácter plural. En definitiva, un espacio donde se da la coexistencia de la
diversidad y la creatividad con arreglo a lógicas múltiples, pero que a su vez, se
constituyen en una concepción global o identidad sustancial.
3. Urdaibai (Bizkaia).
3.1. Localización del entorno.
Situada en la vertiente atlántica de Euskal Herria, concretamente, en el territorio
histórico de Bizkaia, encontramos lo que se conoce como Reserva de la Biosfera de
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Urdaibai. Un ámbito geográfico éste que comprende todo espacio ubicado entre los
cabos de Matxitxako (Bermeo) y la punta de Arbolitz (Ibarrangelua), la desembocadura
de la ría de Mundaka y las cuencas hidrográficas de los ríos Oka, Mape, Artigas y Laga
que vierten sus aguas, de forma directa o indirecta, al golfo de Bizkaia. Hablamos de un
espacio con un total de 230 Km. cuadrados que afectan a 22 términos municipales10, de
los cuales 12 se ven completamente implicados en su extensión territorial.
Dentro de la Reserva de la Biosfera, son tres las áreas que, a grandes rasgos, se
diferencian claramente: la zona de montaña y los valles que descansan a su vera, la zona
de vegas y marismas y, finalmente, la zona de costa. La primera de ellas se caracteriza
por una orografía montañosa de pequeñas altitudes y grandes desniveles. A medida que
descendemos y nos acercamos a los valles, el terreno se va transformando y la presencia
humana se aprecia más claramente, en este sentido, el tipo de asentamiento se
caracteriza, al igual que en el resto de Urdaibai y de la zona atlántica vasca, por un tipo
de población dispersa ligada a anteiglesias o elexaldeak que con el paso del tiempo han
derivado en municipios11.
La segunda zona, la de vegas y campiñas típicamente atlánticas, destaca por ser rica en
sedimentos y espléndida para la práctica agrícola. Por ello, es ésta una importante zona
de tierras de labor, prados y de pequeños bosques “cultivados” de coníferas. Siguiendo
hacia la zona más septentrional de la reserva, a medida que nos acercamos a la costa, el
terreno se ve cada vez más afectado por la acción de las mareas que, a través de su
naturaleza, dan lugar a la presencia de charcas, llanuras de limos negros, zonas de lodo,
arenales, etc., contenedores de un rico y variado ecosistema.
Finalmente, la tercera zona diferenciada recoge la parte de la costa. En esta ocasión una
diversidad de promontorios, grandes y pequeñas playas, laderas que terminan en
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acantilados, calas, peñones, etc. de la costa se van sucediendo de manera aleatoria
dibujando el límite de la zona norte de la reserva, frente a esta línea limítrofe, a 2´5 Km.
de distancia, se sitúa la zona terrestre más septentrional de la Reserva: la isla de Izaro.
En definitiva, la Reserva de la Biosfera de Urdaibai constituye un territorio marcado por
sus características naturales y la interacción que, a los largo de la historia, ha tenido con
los habitantes que la han venido ocupando. Una relación ésta que ha ido variando en
base a la manera de ver y entender el territorio, su ecosistemas y la posibilidad de
aprovechamiento de los recursos naturales que éste ofrece. Así, por ejemplo, la
presencia física de los caseríos nos traen a la memoria los tiempos, no muy lejanos, en
que éstos tenían la capacidad de transformar y gestionar el entorno en base a una forma
concreta de entender y definir el medio. Sin embargo, la industrialización y con ella los
tiempos modernos fueron transformando dicha cosmovisión, orientando, esta vez, la
interacción con el medio a una intervención más agresiva
e impactante que
consecuentemente derivará en la emergencia de valores más sensibles con las
cualidades del entorno. Una nueva forma de entender el territorio que se plasmará en la
declaración por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO) en Reserva de la Biosfera.
3.2. Declaración de Reserva de la Biosfera.
Los nuevos “aires” que a finales del S. XIX y principios del S. XX
trajeron la
industrialización y la modernidad, redefinieron la forma de ver y entender el paisaje
identificándolo, esta vez, como lugar de aprovechamiento de la totalidad de los recursos
del mismo, a partir de la capacidad que el ser humano ostenta desde su dispositivo
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tecnológico, científico y mecánico sin atender las consecuencias que, a medio o largo
plazo, pudieran ocasionar. Esta nueva manera de definir el entorno condujo a los sujetos
a acometer, sin planificación alguna, intervenciones como el asentamiento de industrias
de diversa índole, la explotación de nuevas canteras, el aprovechamiento de la montaña
con fines madereros o la construcción de edificios. Consecuentemente, las imprudencias
ecológicas como la evacuación de residuos sólidos, industriales y fecales, la
provocación de escorrentías y el inevitable efecto erosionador sobre el terreno, la
recalificación de suelos y el posterior efecto especulativo, el aumento de riesgo de caza
de especies protegidas, etc. pronto se hicieron notar.
Inmersos
en
esta
dinámica
de
“aprovechamiento
agresivo12” del medio, en 1968 la Diputación Foral de
Bizkaia ordenó la elaboración de un proyecto de
magnitudes titánicas de desecación y urbanización del
área comprendida entre Gernika y Mundaka. Un proyecto
faraónico
de
importantes
transformaciones
y
consecuencias fatales que provocó el rechazo de un sector
de la población.
Así, en Febrero de 1969 los planos y la maqueta de dicho proyecto fueron robados de la
Casa de Juntas de Gernika, lugar donde estaban expuestos al público. Una acción
preformativa ésta que plasma de manera objetiva una forma de ver y entender el entorno
contraria a la presentada por las instituciones oficiales y de una profunda sensibilidad
con el medio y su naturaleza.
Poco a poco, vecinos de la comarca identificados con la nueva manera de entender el
espacio, comenzaron a organizarse y a reivindicar una nueva forma de aprehender el
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espacio ligada a aquellas normas y valores que enfatizan en el respeto y la relación de
equilibrio entre el ser humano y su entorno. De este modo, en 1978 nació el colectivo
Zain dezagun Busturialdea que durante los años 1978 y 1979 se centró en la denuncia
de todas aquellas acciones relacionadas con el impacto medioambiental.
Tras estos iniciales movimientos, durante la primera mitad de los ochenta, las acciones
relacionadas con esta nueva visión del entorno cobraron un importante protagonismo.
En este sentido, grupos como Gernikako Ekología Tailerra, Eki, Eguzki, etc.
comenzaron a ocupar un lugar en la esfera pública denunciando las agresiones
medioambientales y divulgando una nueva forma de relación con el entorno. Asimismo,
en 1982, la Sociedad de Ciencias Aranzadi, bajo encargo del Departamento de Política
Territorial y Obras Públicas del Gobierno de la Comunidad Autónoma Vasca, presentó
un informe preliminar sobre el estudio ecológico integral de la zona de Urdaibai. Sin
embargo, pasaron dos años, en 1984, hasta que dicho informe fue concluido y
presentado a la UNESCO como instancia para solicitar, por parte del Gobierno Vasco,
la inclusión de Urdaibai dentro del programa MaB -Man and Biosphere-. La resolución
a esta petición se dio a conocer el 7 de Diciembre de 1984, declarando a la zona de
Urdaibai Reserva de la Biosfera, entrando así a formar parte de la Red Mundial de las
Reservas de la Biosfera del programa MaB.
No obstante, la declaración de Reserva de la Biosfera era meramente simbólica dado
que carecía de cobertura legal alguna y no garantizaba la existencia de una figura
administrativa que velase por el cuidado y la manutención de los requisitos mínimos
precisados para su inclusión dentro del rango de Reserva de la Biosfera. Por ello, cinco
años más tarde, el 6 de Julio de 1989, el Parlamento Vasco aprobó la Ley 5/1989 de
Protección y Ordenación de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Según ésta, el objeto
de esta ley es:
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El establecimiento de un régimen jurídico especial para la reserva de la
Biosfera de Urdaibai, con el fin de proteger la integridad y potenciar la
recuperación de la gea, flora, fauna, paisaje, aguas y atmósfera y, en
definitiva, del conjunto de sus ecosistemas en razón de su interés natural,
científico, educativo, cultural, recreativo y socioeconómico (G.V./E.J.,
1989:14).
Podemos decir entonces, que fue a partir de ese instante cuando se estableció de “forma
oficial” una nueva manera, diferenciada considerablemente de aquella que en años
anteriores imperaba en diferentes sectores de la sociedad, de definir y entender el
medio. Dicho en otros términos, la visión y comprensión del entorno como lugar
ostentador de recursos naturales dispuestos a ser explotados de manera incontrolada y a
partir de la capacidad científica, tecnológica y mecánica, dio paso a una nueva
identificación sustentada en la protección y potenciación del mismo en razón de su
interés13 natural, científico, educativo, cultural, recreativo y socioeconómico.
Posterior a la aprobación de la citada ley, en 1990 se constituye el Patronato de la
Reserva, órgano de gestión y administración encargado de garantizar, a través de un
Plan Rector de Uso y Gestión de la Reserva (el cual fue aprobado en 1993), el objeto y
la finalidad de la ley 5/1989. Se faculta, en definitiva, todo un marco jurídico y
administrativo que posibilita la consolidación y el desarrollo de los nuevos valores que
invitan al uso y la conservación de los recursos de manera equilibrada, acorde con el
planteamiento contemplado en el programa MaB -Man and Biosphere- de la UNESCO.
Pero ¿Cuáles son las directrices principales de dicho programa?. La declaración de
Reserva de la Biosfera supone la consolidación de una nueva manera de identificar el
entorno; dotado éste de un valor merecedor de ser respetado, aunque siempre sin olvidar
la presencia y acción del ser humano sobre el terreno. Por ello, el objetivo general del
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programa MaB es fomentar y mostrar una relación equilibrada entre el ser humano y el
medio ambiente, es decir, tal y como afirma R. Martín, poner en práctica el concepto y
los contenidos del desarrollo sostenible.... (1993:177).
Desde un punto de vista más específico, dicho objetivo se desglosa y se sustenta en tres
partes: 1-Garantizar la conservación, 2-Desarrollar proyectos de investigación y 3Apoyar y promover el desarrollo de actividades de diversa índole (siempre en sintonía
con los valores defendidos en el programa). Tres objetivos que R. Martín resume y
expone de forma concisa en las siguientes líneas:
....... mejorar y ampliar la Red de Reservas de la Biosfera para poseer al
menos una en cada región biogeográfica de la tierra así como una buena
representación de los ecosistemas de cada una de éstas; mejorar la
ordenación de las Reservas de la Biosfera para que se cumplan sus múltiples
objetivos; velar por la conservación de las especies y ecosistemas; desarrollar
proyectos coordinados de investigación aplicada; reforzar el papel de las
Reservas de la Biosfera en la planificación y desarrollo regional; promover la
participación de los habitantes del ámbito geográfico de cada reserva en el
planteamiento y gestión de la misma; utilizar los recursos que ofrecen las
reservas para desarrollar la educación y la formación ambientales de forma
correcta entre la población; utilizar el sistema de Reservas de las Biosfera
para generar y difundir conocimientos acerca de la conservación de la
naturaleza, así como divulgar el
(Ibíd.:174).
concepto de Reserva de la Biosfera
No obstante, todos estos objetivos y maneras concretas de ver y entender -definir, en
definitiva- el entorno son promovidas por una organización, la UNESCO, y establecidas
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por una élite concreta de científicos y expertos en la materia, reunidos por dicha
organización. Por ello, tal y como afirma X. Arana -Director Conservador de la Reserva
de la Biosfera de Urdaibai- en una entrevista concedida a la revista Expansión:
Todo esto se debe acompañar de una importante labor informativa, científica
y formativa que, a la postre, permita la capacitación y sensibilización de la
población local en aras a su implicación y participación voluntaria en el
proceso de desarrollo sostenible que se está impulsando en este territorio
(Expansión, Atlas de las Autonomías, Noviembre 2001:34).
Si bien en un principio las nuevas formas de aprehender el entorno partieron de un
sector de la población, la legitimación y concreción de ésta se establecieron a través de
una serie de instituciones y élites consolidadas. Por ello, era (y aún es) necesario, como
afirma el Director del Patronato, transmitir a la sociedad una idea global acerca del
medio con el fin de poder establecer una visión del mismo acorde con los valores
defendidos por el programa MaB. En la misma entrevista X. Arana destaca la labor que,
a nivel cognitivo, supuso inicialmente introducir los ya mencionados valores:
...habría que destacar el impacto psicológico que supuso la confirmación de
la realidad de la Reserva de la Biosfera con la aprobación de la Ley de
Urdaibai, ya que, en general, los espacios naturales protegidos (E.N.P.) se
asocian automáticamente con restricciones y penurias para la población
local. Afortunadamente, se ha superado esa etapa inicial... (Ibíd.: 34).
3.3. Galtzagorriak, una protección y potenciación de intereses plurales.
La declaración de Reserva de la Biosfera despertó en las conciencias de sus habitantes
una cierta inquietud respecto de los nuevos valores dotados a su entorno. Tomando
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como referente dichos valores, durante los primeros años de la década de los noventa,
surgieron diversas asociaciones o agrupaciones relacionadas con la protección y
potenciación de los diferentes elementos que componían la realidad de Urdaibai.
Una profusa actividad asociativa14 comenzaba a adquirir presencia en el marco de la
reserva: Asociaciones de actividades medioambientales (Aixereku); asociaciones
arqueológicas (Agiri); nuevos, viejos o redefinidos grupos ecologistas (Zain dezagun
Urdaibai15 o Gernikako lan tailerra); asociaciones de corte cultural o etnográfico
(Urdaibai txatxi), asociaciones de ornitología (Lanius), asociaciones de surf (Surfrider),
sindicatos (E.H.N.E.), etc.
No obstante, todas ellas actuaban sobre el terreno de manera aislada y desde diferentes
perspectivas, intereses e iniciativas. Por ejemplo, mientras unas se afanaban en
organizar campañas de seguimiento ambiental, otras trataban de recoger y censar los
puntos de valor tanto histórico como arqueológico, o de hacer labores de limpieza del
litoral, o de realizar estudios de riqueza ecológica e impactos medioambientales...
En definitiva, se germinó todo un movimiento donde, si bien todos los grupos actuaban
bajo una premisa común -protección y potenciación del entorno-, cada uno de ellos
interpretaba y actuaba, consecuentemente, en base a la manera específica que tenían de
definir / identificar el entorno.
Tras varios años de acción sobre el terreno, donde cada asociación operaba según sus
sensibilidades, surgió una nueva línea de actuación relacionada con una interpretación
más amplia del entorno. A iniciativa del colectivo Gernikako lan tailerra, en 1998 se
convocó a las asociaciones de Urdaibai a una reunión para proponer una nueva forma de
actuación sobre la riqueza y patrimonio del entorno. Según uno de los miembros de
dicha iniciativa:
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
La idea era que frente a los retos interesantes que ofrecía Urdaiabai, los
grupos o asociaciones no gozábamos de la capacidad suficiente para
abordarlos de forma individual. Además, el patrimonio había estado ligado de
alguna manera al ámbito ecológico y, aún siendo éste de gran interés, también
considerábamos que era necesario tener en cuenta el aspecto cultural.
En definitiva, el propósito era crear un espacio común a las distintas sensibilidades que
operaban sobre la Reserva de la Biosfera y articularlas en base a un objetivo común: la
protección y potenciación de los bienes contenidos en Urdaibai. Esto suponía que dicho
espacio se mostraba abierto a la participación de, no solamente las asociaciones de la
zona, sino también todas aquellas personas que a título personal, tenían ganas e
inquietudes por trabajar y aportar su punto de vista sobre Urdaibai. Las líneas de trabajo
establecidas se basaban (y se basan) en reuniones o asambleas de carácter abierto donde
cada persona o asociación propone un proyecto. Tras analizar y debatir el grado de
interés y la viabilidad del mismo, la asamblea terminará aceptándolo o rechazándolo.
En ese mismo año se creó la Plataforma de Voluntarios en Favor de Urdaibai
Urdaibaiko Galtzagorriak16, una plataforma que tal y como afirman en el nº 1 de su
revista:
...... Horrexegatik egiten dugu lan Urdaibairen alde ikuspuntu zabal batetik,
gure ondare arkeologikoa, etnografikoa, ekologikoa, paisajistikoa eta
kulturala gure baitako zerbait delako, eta galdu, desagertu edo apurtzen den
bakoitzean gure izaera, gure nortasuna ahulagoa bihurtzen da17..... (IVILIA,
2001: 1)
Es decir, una plataforma que define y entiende el entorno como un espacio amplio,
donde confluyen y coexisten diversas interpretaciones que, con arreglo a lógicas
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
múltiples, identifican el entorno. Un entorno, añaden, que forma parte de los habitantes
de la Reserva y de su propia identidad. En definitiva, Galtzagorriak, interpreta y define
el entorno en connivencia con los valores de desarrollo sostenible que promulga el
programa MaB de las Reservas de la Biosfera de la UNESCO, más concretamente con
las actividades relacionadas con la conservación, protección y difusión del acervo
cultural y ambiental contenidos en Urdaibai18. En este sentido, las actividades más
significativas desarrolladas desde la creación de la plataforma han sido las siguientes: Creación de un banco de semillas autóctonas de Urdaibai; -Conservación histórica,
cultural y ambiental del encinar de Urdaibai; -Instalación de un observatorio de aves en
las marismas de San Cristóbal; -Protección de los ecosistemas dunares de la playa de
Laga; -Rehabilitación del antiguo langostero / vivero de Itsasbegi; -Recuperación de
caminos tradicionales de la ruta costera del camino de Santiago; -Recuperación de los
antiguos mahats parralak para la producción de txakolí; -y un largo etcétera19.
Actividades que, tal y como ya hemos apuntado, van en connivencia con una manera de
ver y de identificar el entorno ligadas a la conservación, protección y difusión de todos
aquellos bienes que atesora Urdaibai.
4. Conclusión.
Apuntábamos al principio de estas líneas que los actores sociales en su relación con el
entorno definen y ordenan su propia realidad. Un ejercicio éste que hace que la
interacción entre sujeto y entorno sea operacionalizable. Es decir, los actores clasifican,
definen y construyen fronteras para poder constituir un espacio semántico haciendo del
entorno un sistema inteligible y, por tanto, una base sobre la que poder actuar de una u
otra manera. Para ello, han desarrollado todo un sistema basado en la delimitación o
distinción de dualismos antagónicos. Construyen fronteras estableciendo limites,
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divergiendo valores y formas de ver y entender la vida.
No obstante, si bien las fronteras son una inmejorable vía para construir sistemas
inteligibles, tanto el carácter reflexivo de los actores como la posición relativa al espacio
/ tiempo en que éstos las construyen, hacen que éstas no siempre resulten tan rígidas u
objetivas. La ambivalencia, las lógicas incompatibles ... rondan, fluctúan y se mueven
en / entre estos límites, haciendo de la frontera un espacio flexible, dúctil y plural.
Frente a esta nueva concepción de la frontera, donde su construcción y, por tanto,
definición e identificación del entorno, resulta enormemente dificultosa, aludíamos a la
“capacidad creadora” propuesta por E. Morin. Una capacidad que trata de crear o trazar
archipiélagos de certeza, es decir, espacios que permitan establecer una relación
operacionalizable entre los actores y el entorno. En este sentido, nos centrábamos en la
labor que M. Callón realizó en torno a la figura de la “vieira” donde planteaba entender
el entorno como una red formada por “constituyentes vitales” que potencialmente
podían obtener ciertos significados y ser asociados con otros en base a un
interesamiento común constituyendo lo que sería la identidad, y por tanto, la definición
del, en nuestro caso, entorno. Una identidad que se convierte en ese espacio o
archipiélago de certeza que permite una relación operativa en la interacción Actor /
entorno.
En el caso concreto de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, ésta se erige en el espacio
/ red donde se alberga esa diversidad de maneras de identificar y definir el entorno. Los
constituyentes vitales que forman la realidad de este espacio concreto de la geografía
vasca son dotados de diferentes tipos de significados. Así, la playa, los bosques, la
diversidad medioambiental, etc. suponen para los actores que la ocupan una amplia
variedad de significados y valores (no tendrá el mismo valor la playa para un
veraneante, que para un ecologista, que para un mariscador).
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Con la declaración de Reserva de la Biosfera algunos de estos significados son dotados
de una legitimidad que, frente a los otros, goza de un mayor grado valorativo (tal y
como lo corrobora la aprobación de la ley 5/1989). Sin embargo, estos continúan
divergiendo en la forma de definir e identificar, en este caso, el entorno, a saber,
Urdaibai: para los ecologistas dicha zona se definirá según su valor ecológico, para los
arqueólogos, por su parte, dicha identificación se hará en términos de riqueza
arqueológica, etc. Aún así, la necesidad de crear una relación operativa entre los actores
y el entorno precisa de una identidad sustancial que, en nuestro caso, proviene de los
valores que tanto el programa MaB como la ley 5/1989 promulgan en sus respectivas
declaraciones, a saber, el fomento de una relación equilibrada entre el ser humano y el
medio ambiente y la potenciación y protección del conjunto de sus ecosistemas en razón
de su interés20 natural, científico, educativo, cultural, recreativo y socioeconómico
(G.V./E.J.,1989:14). En este sentido, la figura de la plataforma Galtzagorriak se nos
presenta como el mejor ejemplo del modo en que, a partir de un punto de interés común
(o interesamiento), se desarrolla toda una forma de ver, definir e identificar el entorno.
Un espacio, en definitiva, donde confluyen y coexisten diversas interpretaciones que,
con arreglo a lógicas múltiples, dan una identidad sustancial al entorno y lo hacen
operativo. En la actualidad, al referirse a esta zona geográfica vizcaína se está evocando
cada vez con más consistencia, en el imaginario de la población, a esa identificación que
desde múltiples perspectivas y maneras de ordenación y definición se hace del entorno
como lugar a proteger y potenciar21.
Galdakaon, 2002.
NOTAS:
1
Término eusquérico cuya traducción literal podría ser ría de los jabalís.
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
2
El presente texto ha sido realizado durante el disfrute de la Beca de Formación de Personal Investigador
del Gobierno Vasco, Departamento de Educación, Universidades e Investigación.
3
Ver R. K. Merton (1980: 31).
E. Lamo de Espinosa, en su obra La sociología del conocimiento y de la ciencia, define tres tipos de
reflexividad, de los cuales podemos inferir tres vías de transmisión: a) la técnica: aquella que procede de
actuaciones de la ingeniería social; b) la mediata: aquella que dimana de la difusión de los conocimientos
científicos a través de los medios de comunicación, educacionales, etc.; c) la inmediata: aquella que
proviene de la propia indagación del actor.
5
Producción, ésta, procesada de manera aislada por la imposibilidad de articular y organizar las
condiciones iniciales (Pániker 2000: 104) o los elementos y relaciones que comportan el entorno, que tras
ser “aplicada” en el marco de la realidad, desencadena una alteración transformando el entorno.
6
A saber, lo que Prigogine (1999) ha definido como un proceso irreversible.
7
Según el Diccionario de la Lengua Española, la suposición es la acción de suponer, dar por sentada y
considerar como existente una cosa para pasar a otra. Fingir una cosa.
8
Según M. Callon el actor /red no es reducible ni a un actor ni a una red. Como las redes está compuesto
por una serie de elementos heterogéneos, animados e inanimados, que han sido ligados entre sí por un
cierto periodo de tiempo (...) pero, por otro, el actor / red no ha de ser confundido con una red que ligue
de alguna forma predecible elementos que están perfectamente bien definidos y sean estables, pues las
entidades de las que está compuesta, ya sean naturales o sociales, podrían en cualquier momento
redefinir su identidad y mutuas relaciones de forma distinta y apoyar nuevos elementos a la red. Un actor
/ red es simultáneamente un actor cuya actividad radica en en-redar (networking) elementos
heterogéneos y una red capaz de redefinir y transportar aquello de lo que está hecha (1987: 93).
9
Percibir, entendido como sensación, se define como un proceso cognoscitivo complejo que comprende,
unificándolas, un gran número de sensaciones (entendidas como hechos o datos elementales de la
conciencia sensible) y las refiere a un objeto distinto del percipiente y de los otros objetos (Enciclopedia
de la filosofía, 1992: 754). Es decir, podríamos decir que se trata de establecer una frontera con el fin de
determinar una distinción indicando, por tanto, una dicotomía.
10
Los municipios son: Ajangiz, Amorebieta-Echano, Arratzu, Arrieta, Bermeo, Busturia, Elantxobe, Ereño,
Errigoiti, Forua, Gautegiz Arteaga, Gernika-Lumo, Ibarrangelu, Kortezubi, Mendata, Morga, Mundaka,
Munitibar-Arbatzegi Gerrikaitz, Murueta, Muxika, Nabarniz y Sukarrieta.
11
Concretamente, y en el caso que nos ocupa, la media de habitantes por municipio -exceptuando los
dos núcleos urbanos más importantes de la comarca- ronda los 500 aproximadamente.
12
Por “aprovechamiento agresivo” entiendo todas aquellas acciones que provocan una fuerte degradación
ambiental producidas por el desarrollismo incontrolado.
13
El subrayado es mío.
4
14
15
Una actividad gestada y desarrollada desde el seno de la sociedad.
Grupo heredero del colectivo antes mencionado Zain dezagun Busturialdea.
Una plataforma compuesta por las asociaciones Aixereku, Agiri, Zain dezagun Urdaibai, Gernikako lan
tailerra y Urdaibai txatxi, aunque mantiene un carácter abierto a la participación de todo aquel que quiera
implicarse aportando su visión y trabajo. Un ejemplo de ello es la invitación que Galtzagorriak hace a las
asociaciones y vecinos de las localidades, barrios, etc. en la cual tienen previsto emprender un proyecto.
17
.... Dado que el patrimonio arqueológico, etnográfico, ecológico, paisajístico y cultural forma parte de
nosotros, cada vez que se pierde, desaparece o se rompe, nuestro carácter, nuestra identidad se debilita,
por ello trabajamos a favor de Urdaibai desde una perspectiva amplia...
18
En este sentido, Galtzagorriak guarda una relación estrecha con el Patronato de la Reserva,
principalmente en la labor de promoción y realización de actuaciones para el estudio, divulgación y
disfrute de los valores de la Reserva.
19
Junto a estas actividades, una de las últimas iniciativas a realizar es la incorporación del logo de la
Reserva de la Biosfera de Urdaibai en todos los carteles, trípticos, paneles informativos o anunciadores,
etc. Este aspecto resulta de gran interés ya que, desde la perspectiva simbólica, el logo de Urdaibai se
erige en una representación figurativa que agrupa valores y /o significados relacionados con la manera de
ver, identificar y definir la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.
16
20
El subrayado es mío.
21
Una identificación que se representa de manera figurativa en el logo de la Reserva de la Biosfera de
Urdaibai.
5. REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍAS:
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