Informativo Caballero Bustamante Fuente: www.caballerobustamante.com.pe Derechos Reservados Deducibilidad de gastos destinados a carreteras Casación N° 2743-2009-LIMA Asunto : Gasto deducible para Impuesto a la Renta ––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––– Procedencia : Lima Fecha : 14.09.2011 ––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––– 1. Criterio adoptado por la Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema de la República “Los gastos de mantenimiento de carreteras por parte de la empresa demandante para efectos de permitir el tránsito normal y seguro hacia y desde el campamento devienen en gastos necesarios y razonablemente convenientes para el funcionamiento de la misma, y con ello, permitir obtener los ingresos gravados con renta; actividad que deviene en normal, razonable y por tanto en general atendiendo a las actividades mineras generadores de dichos ingresos, por lo que siendo así, dichos gastos no pueden ser reputados como liberalidades al amparo de lo dispuesto por el artículo 44º inciso d) del Texto Único Ordenado de la Ley de Impuesto a la Renta, al encontrarse vinculados con la actividad generadora de renta, lo que descarta un ánimo de liberalidad de la empresa” (el subrayado nos corresponde). 2. Principales Incidencias del Proceso En el caso materia de análisis, la SUNAT reparó los gastos realizados por la contribuyente (empresa minera) relacionados al mantenimiento y reparación de la carretera que conducía a su campamento minero, señalando que dichos gastos constituían actos de liberalidad y que no cumplían con el Principio de Causalidad al ser una obligación de cargo del Estado. Dichos argumentos fueron confirmados por el Tribunal Fiscal en el procedimiento de apelación. El órgano colegiado concluyó que los gastos de mantenimiento de carreteras, para ser deducibles, debían ser de carácter extraordinario y no rutinario; asimismo, no debían ser de cargo u obligación de un tercero. En la vía judicial, el contribuyente demandó a la SUNAT, al Tribunal Fiscal y al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), consignando como pretensión la nulidad de la resolución del Tribunal Fiscal, y las resoluciones de intendencia que le dieron origen. Cabe indicar que en primera instancia, la demanda interpuesta fue declarada infundada. En segunda instancia se reformó la sentencia declarándose fundada. Ante ello, la SUNAT y el MEF presentaron recursos de casación, los que fueron declarados infundados a través de la sentencia casatoria que es materia del presente comentario. 3. Argumentos esgrimidos en el caso 3.1. Argumentos del contribuyente - Demandante La empresa demandante (contribuyente) alegaba que conforme se apreciaba del segundo párrafo del artículo 37° del TUO de la Ley del Impuesto a la Renta, LIR en adelante, y la Tercera Disposición Final de la Ley N° 27356 (1), se admite la deducción de todos los gastos que de acuerdo a las circunstancias de cada empresa resultan razonablemente convenientes, apropiados, favorables o coadyuvantes en el desarrollo de sus actividades orientadas a la generación de rentas gravadas, no existiendo norma legal alguna que señale que un gasto, para ser deducible, deba ser obligatorio por mandato legal o estipulación contractual, ni que deba corresponder a su objeto social o que no deba ser atendido –en principio–, por el Estado, ni que sólo deba recaer en activos de la empresa. Por tal motivo, a efecto de contar con carreteras seguras que permitan un tránsito normal y protegido hacia y desde el campamento minero, existía la necesidad de incurrir en gastos esenciales de mantenimiento de las carreteras, esto es, gastos necesarios para que el transporte regular de carga y pasajeros al campamento no tenga inconvenientes ni sufra daños ni retrasos en el traslado de la mina, lo cual además era parte de sus políticas de seguridad. Además, la recurrente precisó que dichos gastos guardaban perfecta proporcionalidad y razonabilidad con los ingresos de la empresa y con las obligaciones de seguridad que debía cumplir. Concluyó, en ese sentido, que dichos gastos se encontraban sustentados en un expediente técnico presentado ante el Ministerio de Transporte y Comunicaciones (MTC), en el cual podía apreciarse un conjunto de pruebas concluyentes y directas respecto a la necesidad de dichas vías en las actividades mineras que desarrollaban. 3.2. Argumentos de la Administración Tributaria - Demandada La SUNAT alegó que en la sentencia de vista se había realizado una interpretación errónea del artículo 37° de la LIR, dado que incluía dentro de los gastos deducibles, erogaciones realizadas por la empresa en calidad de liberalidades, cuando la citada norma claramente establecía que es necesario que el gasto cumpla con las características de ser necesario, general y proporcional, para mantener la fuente productora o para producir la misma; siendo así, las liberalidades no son objeto de deducción del impuesto conforme al inciso d) del artículo 44° de la LIR, con lo cual la Ley establece el Principio de Causalidad entre el gasto y el mantenimiento o producción de la fuente generadora de la renta. Asimismo, señaló que para que un gasto cumpla con el Principio de Causalidad y, por tanto, sea deducible, no basta con considerar solamente el Criterio de Normalidad, debiéndose considerar los Criterios de Generalidad, Razonabilidad y Proporcionalidad. En ese sentido, el mantenimiento de la carretera realizada por la empresa demandante es un acto de liberalidad porque no cumple con los requisitos del Principio de Causalidad y como tal el gasto no es deducible. 3.3. Sentencia de la Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema de la República Respecto a la correcta interpretación del artículo 37° de la LIR (1), la Sala señaló que dicha norma regulaba que: “(…) a fin de establecer la renta neta de tercera categoría se deducirá de la renta bruta los gastos necesarios para producirla y mantener su fuente, así como los vinculados con la generación de ganancias de capital, en tanto la deducción no Informativo Caballero Bustamante esté expresamente prohibida por esta ley, en consecuencia son deducibles". Precisó que la referida norma consagraba el denominado Principio de Causalidad, conforme al cual se establece una relación de necesidad que debe establecerse entre los gastos y la generación de renta o el mantenimiento de la fuente. Además, los alcances del artículo precedente fueron precisados por la Tercera Disposición Final de la Ley N° 27356, la cual prescribía: “Precísase que para efecto de determinar que los gastos sean necesarios para producir y mantener la fuente, a que se refiere el artículo treinta y siete de la ley, éstos deberán ser normales para la actividad que genera la renta gravada, así como cumplir con criterios tales como razonabilidad en relación con los ingresos del contribuyente, generalidad para los gastos a que se refiere el inciso i), de dicho artículo”, lo cual llevaba a concluir que el Principio de Causalidad no debe interpretarse en un sentido restrictivo, sino en sentido amplio dentro de los márgenes de la normalidad, razonabilidad y generalidad. Asimismo, del análisis de las normas mencionadas no se advierte que se exijan como requisitos que un gasto, para ser deducible, que este deba ser obligatorio por mandato legal, ni que deba corresponder al objeto social de la empresa, así como que la actividad que origina el gasto no sea desarrollada por el Estado. Se concluyó que el sustento de la resolución impugnada referida a que los gastos de mantenimiento de carreteras, para ser deducibles, tenían que ser de carácter extraordinario y no rutinarios, así como que no correspondan ser realizados por terceros como el Estado, devenían en exigencias que no se desprendían del propio texto del ar­tículo 37° de la LIR, vigente en aquella fecha, en concordancia con lo previsto en la Tercera Disposición Final de la Ley N° 27356, que precisó los criterios para considerar un gasto como necesario para producir y mantener la fuente, destacando entre ellos el referido a la normalidad, razonabilidad y generalidad. Fuente: www.caballerobustamante.com.pe Derechos Reservados 4. Nuestros comentarios 4.1. Alcances del Principio de Causalidad En principio, para que un gasto sea deducible, debe cumplir necesariamente con el Principio de Causalidad, que en nuestra legislación ha sido consagrado positivamente en el artículo 37° de la Ley del Impuesto a la Renta, conforme al cual se establece una relación de necesidad entre los gastos y la generación de renta o el mantenimiento de la fuente. En este sentido, para admitir un gasto como deducible para efectos del Impuesto a la Renta, estos deben guardar una estricta relación con los ingresos gravados por el impuesto y, además, los que no tienen una relación directa, también deben guardar cierta conexión a fin de permitir la generación de renta o el mantenimiento de la fuente. Así, la Ley del Impuesto a la Renta exige en primer lugar el cumplimiento del Principio de Causalidad y los Criterios de Normalidad, Razonabilidad y Generalidad, no existiendo disposición o norma en el sentido que en determinados casos, el gasto debe tener la calidad de extraordinario o que el mismo no debe ser desarrollado por el Estado, para una deducibilidad efectiva y correcta del mismo para efectos del Impuesto a la Renta. En consecuencia, resulta correcto y conforme a Ley, que la Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema de la República haya precisado los alcances normativos del referido artículo 37°, al señalar que el Principio de Causalidad es uno amplio que admite y permite la deducibilidad de gastos en tanto estos tengan relación directa o indirecta con la producción de renta, que además cumplan con los Criterios de Normalidad, Razonabilidad y Generalidad; sin perjuicio de las otras exigencias establecidas en la Ley como el devengo del gasto. Así, por ejemplo, en el caso resuelto a través de la RTF N° 5355-1-2002 se había reparado: “(…) el gasto correspondiente a un estudio arquitectónico para evaluar la posibilidad de adquirir un inmueble colindante con el fin de ampliar las oficinas, dado que se dejó sin efecto dicho proyecto y no se generó ingreso alguno para la recurrente, siendo contrario al Principio de Causalidad que recoge el artículo 37° de la Ley del Impuesto a la Renta”. El Tribunal Fiscal levantó el reparo precisando que resultaba razonable que una empresa evalúe a través de un informe técnico, si la inversión destinada para adquirir un local es adecuada o favorable para sus intereses, por lo que el gasto realizado con ese fin cumplía con el Principio de Causalidad previsto en el artículo 37° de la LIR, en consecuencia, correspondía dejar sin efecto el reparo. En otro supuesto se consideró causal los gastos por servicios de seguridad contratados por la recurrente para su personal extranjero y sus familias. Así, en la RTF 612-4-2000 el Tribunal Fiscal se pronunció como sigue: “Que dado que los trabajadores de la recurrente realizan sus labores en circunstancias especiales, que implican su estadía en la mina de manera casi permanente, es razonable aceptar que la seguridad de sus familias sea un requisito para la prestación de sus servicios por lo que, al existir una vinculación de causalidad con la generación de los ingresos gravados, procede la utilización del crédito fiscal derivado de la adquisición de los servicios de seguridad citados”. Por último, aplicando el Principio de Causalidad de forma amplia el Tribunal Fiscal en la RTF Nº 646-4-2000 aceptó como gasto el alquiler de macetas y el servicio de música dado que: "(…) son elementos que, razonablemente, ayudan a crear un mejor ambiente de trabajo y, asimismo, teniendo en cuenta que el monto de dichos gastos no resulta considerable en relación al total de ventas netas o ingresos por servicios consignados por la recurrente en su declaración jurada anual del Impuesto a la Renta”. 4.2. El Criterio de Normalidad del gasto El Criterio de Normalidad debe entenderse como la exigencia de que el gasto sea inherente y habitual a la empresa. Asimismo, las normas citadas no exigen como requisitos para la deducción de un gasto que éste deba ser obligatorio por mandato legal y deba corresponder al objeto social de la empresa, y tampoco que no sea una obligación del Estado. Así, la sentencia en comentario, interpretando los alcances de lo dispuesto en el precitado artículo 37° de la LIR, señaló que el concepto “normal” al que hace referencia la última de las normas precitadas, debe entenderse como inherente, natural, acostumbrado, habitual y que no requiere ser indispensable ni obligatorio en tanto no existe norma que establezca tales características para la deducción del gasto. En el caso, la empresa recurrente al haber costeado los gastos de mantenimiento de las carreteras mencionadas tenía como finalidad satisfacer una necesidad urgente que redundaba en su actividad generadora de renta; es decir, los gastos en mantenimiento de carreteras eran gastos específicamente ligados a la actividad minera que desempeñaba la demandante, ya que de no hacerlo se hubiera perjudicado con el mayor costo del transporte, una carencia de una vía segura, así como por una mayor demora en sus actividades. Por ello, contrariamente a lo que señalaba la SUNAT y el Tribunal Fiscal, no se trataba de liberalidades, motivo por el Informativo Caballero Bustamante Fuente: www.caballerobustamante.com.pe Derechos Reservados cual no era aplicable el inciso d) del artículo 44° de la LIR, sino que mas bien se trata de un gasto necesario para generar renta y normal según las circunstancias del caso. En ese sentido, la normalidad de gasto se debe evaluar en cada caso, dado que la realidad es mucho más compleja que lo que se puede regular en una norma; de ese modo, la normalidad para un sujeto puede resultar anormal o no común para otro. Así, en cada caso, corresponde evaluar lo que califica como normal, necesario e indispensable al sujeto para la generación de renta. 4.3. La exigencia de que el gasto sea extraordinario La exigencia de que el gasto sea extraordinario, fue un criterio adoptado por el Tribunal Fiscal -entre otras– en las RTFs N° 04807-1-2006, N° 019325-2004, N° 05732-5-2003, estableciendo que los gastos por mantenimiento de carreteras debían tener el carácter de extraordinarios e indispensables para el transporte de los bienes de la empresa, como por ejemplo los gastos que se realizarían por daños producidos por el Fenómeno del Niño, en cuyo caso, para el Tribunal Fiscal, sí calificaría como un gasto necesario para efectos del Impuesto a la Renta. En ese sentido, concordamos con la posición adoptada por el Poder Judicial en la sentencia materia de comentario, en el sentido que el sustento de la resolución del Tribunal Fiscal, referido a que los gastos de mantenimiento de carreteras, para ser deducibles, debían ser de carácter extraordinario y no rutinario, y su realización no debe corresponder a terceros, son exigencias que no se desprenden del artículo 37° de la LIR ni de otra disposición positiva. En este caso, dicho criterio resultaba de una interpretación restrictiva del Tribunal Fiscal que no se desprende de la norma y que carece de mayor sustento. En ese caso, los gastos incurridos para permitir a la empresa minera el tránsito normal y seguro hacia y desde su campamento, devenían en gastos necesarios y razonables para el funcionamiento de la misma, pues permiten obtener ingresos gravados con el impuesto y, sobre todo, para mantener la fuente productora de la renta. 4.4. Los criterios de razonabilidad y proporcionalidad El Tribunal Fiscal ha establecido (RTF 1596-3-2003, 2792-4-2003 y 13171-2005), en base al último párrafo del artículo 37º de la LIR, que la causalidad de los gastos financieros debe apreciarse con criterios de razonabilidad y proporcionalidad, atendiendo a la actividad que realiza la empresa y que requiere ser sustentada con información o análisis, como el flujo de caja, que permita establecer dicha vinculación con la obtención de rentas gravadas o con el mantenimiento de la fuente. Sin embargo, respecto a los citados criterios, en la legislación del Impuesto a la Renta no se ha establecido un concepto; por ello, a efectos de conocer su alcance y conceptualización conviene remitirnos a los pronunciamientos del Tribunal Fiscal al respecto. Así, en la RTF 06767-3-2010, la SUNAT había reparado los honorarios que excedían a la remuneración abonada al funcionario de mayor jerarquía en una empresa, considerando que los mismos no eran razonables en relación con los ingresos facturados y en que el giro y antigüedad de la empresa no ameritaban los servicios declarados. El Tribunal Fiscal revocó el reparo señalando que: “(…) si bien es cierto que en diversas resoluciones (…) se había establecido que la necesidad del gasto debía ser analizada en cada caso en particular, considerando los criterios de razonabilidad y proporcionabilidad, tales como que los gastos sean normales con el giro del negocio o que mantengan cierta proporción con el volumen de las operaciones, entre otros, también es cierto que no existe norma legal que fije los parámetros empleados por la SUNAT para efecto de reconocer una parte de los importes pagados por los servicios recibidos”. En otro caso, en la RTF 17044-8-2010, a fin de sustentar la deducción de intereses, comisiones y diferencia de cambio, el contribuyente presentó diversa documentación contable. Asimismo, presentó un control permanente de bienes del activo fijo, los flujos de caja de los ejercicios fiscalizados y los Estados de Flujos de Efectivo auditados de los ejercicios fiscalizados. El Tribunal Fiscal, luego de la evaluación de dicha información, concluyó que: “(…) los medios probatorios aportados por la recurrente sólo reflejaron los registros contables de los financiamientos o su origen, y no demostraron que los recursos provenientes de dichos financia- mientos hubieran sido empleados en la generación de renta o el mantenimiento de su fuente (…)”. Agregó que: “(…) para la sustentación del gasto materia de reparo, no era suficiente la presentación del registro contable del abono o ingreso de los financiamientos, de los Estados de Flujos de Efectivo o de los flujos de caja que demostraran el movimiento del dinero y su utilización en adquisiciones, pagos a terceros, pago de planillas y otras actividades vinculadas con el giro del negocio, sino que conforme con el criterio establecido en la Resolución N° 01317-1-2005 (…), a efecto de acreditar el destino de los recursos obtenidos, es necesario contar con la documentación sustentatoria de dichas utilizaciones y/o análisis que permitieran verificar en forma específica la vinculación de los financiamientos con la obtención de las rentas gravadas o el mantenimiento de su fuente (…)”. 5. Conclusiones El artículo 37° de la LIR consagra el Principio de Causalidad, conforme al cual debe existir una relación de necesidad entre los gastos y la generación de renta o el mantenimiento de la fuente. Este principio no debe interpretarse en sentido restrictivo, sino en sentido amplio dentro de los márgenes de normalidad, razonabilidad y generalidad. El Criterio de Normalidad debe entenderse como la exigencia de que el gasto sea inherente y habitual a la empresa. Asimismo, las normas de la LIR no exigen como requisitos para la deducción de un gasto, que deba ser obligatorio por mandato legal y deba corresponder al objeto social de la empresa, y tampoco que no sea una obligación del Estado. La normalidad debe ser evaluada en cada caso concreto, toda vez que ante una situación diferente el mismo gasto podría calificar como anormal y –por tanto– no deducible. La exigencia de que los gastos de mantenimiento de carreteras, para ser deducibles, deben ser de carácter extraordinario y no rutinario, y su realización no deba corresponder a terceros, son exigencias que no se desprenden de la LIR. En general, se debe considerar que siendo los gastos por carreteras necesarios y razonables para el funcionamiento de la empresa, constituyen gastos deducibles en tanto procuren obtener ingresos gravados con el impuesto. NOTA (1) Aplicable al presente caso por razones de temporalidad. Pero a efectos del actual artículo 37° de la LIR, tiene los mismos alcances, toda vez que el sentido de la norma es el mismo. n