el peso argentino

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EXPECTATIVAS
LA TRIBUNA
EL PESO
ARGENTINO
Por Pedro Schwartz
Presidente de la Mont Pelerin Society y Secretario de Civismo
L
es contaré mi pequeña aventura
para obtener pesos en la
acogedora ciudad de Rosario,
sita en el epicentro de la
zona agrícola más productiva de
la República Argentina. Aquí se cultivan
la soja y otros cereales, y en el pasado
mucha carne de vacuno, productos luego
enviados a medio mundo a través de una
veintena de puertos privados sobre el
río Paraná. El comercio exterior es el
alma de la zona. Sin embargo, no le fue
nada fácil a este inocente economista
conseguir que le cotizaran un tipo de
cambio debidamente ajustado a la
inflación que sufre esta República, en
vez de un cambio que refleja los deseos
de un Gobierno abusivo y arbitrario.
Pregunté en el hotel a cuánto me
cambiarían los euros. Me dijeron que
a 13,50 pesos por euro. “Pero”, les
objeté, “ésa es la cotización oficial, que
seguramente no me conviene. ¿Cuál es
el cambio en el mercado negro?” Muy
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correcto, el conserje me dijo que ellos
sólo cambiaban al tipo oficial y que a lo
que yo me refería no era el cambio negro
(¡horror!), sino el cambio “blue”. Éste
me lo cotizarían en una casa de comidas
sita a dos cuadras de distancia enfrente
de la delegación del Banco Central de la
República. Allá me fui. Un restaurateur
muy amable me ofreció 15 pesos por
euro – un 11 por ciento más alto que
el oficial. Supongo que podría haber
negociado, pero en las transacciones
libres deben ganar ambas partes.
Nada me dijo el cambista del color de
la transacción realizada. Picado por la
curiosidad, decidí enterarme de lo que
significaba “cambio azul”, inocente
coloración sugestiva de cielo, nubes, y de
elevados ideales de paz y concordia.
Primero está el cambio oficial al que
puede comprarse el dólar (8,510) y
venderse por 8,470 pesos. Decir que
puede comprarse es un eufemismo, pues
EXPECTATIVAS
LA TRIBUNA
a un argentino no se los venden más que si la autoridad
considera que tiene medios suficientes para hacerlo.
A un abuelo le negaron $10 US que quería regalar a su
nieto. Interpuso una reclamación ante los tribunales.
La presidenta Kirchner se burló de él en una de sus
intervenciones televisivas llamándole “abuelo amarrete”
por lo exiguo del regalo.
Luego está el “dólar blue”, vendido en tiendas cambiarias
o en la calle por unos señores a los que les llaman
“arbolitos” porque están plantados en las veredas de
la City de Buenos Aires, dispuestos a acomodar a sus
clientes con una cotización más realista de alrededor de
$12,80 USA. Aún hay más.
Existía un cambio legal
llamado “dólar ahorro”,
a 10 pesos por dólar
más o menos, pero ya se
eliminó hace dos años.
Otro es el cargado cuando
uno utiliza la tarjeta
A un abuelo le negaron $10 US que
de crédito: el “cambio
turista”, que en estos
quería regalar a su nieto. Interpuso
momentos es de 11,489
una reclamación ante los tribunales.
pesos por dólar, lo que hace
las compras demasiado
La presidenta Kirchner se burló
caras para el visitante.
de él en una de sus intervenciones
Es lo primero que me
dijeron: “No usés la tarjeta;
televisivas llamándole ‘abuelo
buscá un arbolito”. A los
amarrete’ por lo exiguo del regalo”
exportadores de soja no les
dan más que 5,532 pesos
por cada dólar que hayan
obtenido en el extranjero.
Y si uno es fabricante de
automóviles y necesita importar piezas para la cadena de
montaje, entonces puede acudir al cambio “al contado
con liquidación” o “contado con liqui”, que consiste en
comprar acciones o deuda argentina con pesos y venderlas
por dólares en la Bolsa de Nueva York o la de Buenos Aires.
Onírico sistema de cambios múltiples montado por la
presidenta Kirchner y mantenido por su ministro de
economía, el keynesiano/marxista Kicillof. Todo menos
enfrentarse con la realidad del desastre argentino. ¡Ah!
Se me olvidaba: han caído las exportaciones de vacuno
porque el Gobierno carga un impuesto a la exportación de
carne. Esto supone forzar a que los bifes se vendan dentro
del país y así abaratarlos pese a la galopante inflación.
“
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