Cuando los ricos se hacen más ricos

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Cuando los ricos se hacen más ricos
Personas que hacen fila por un plato de comida, mientras privilegiados se trasladan en
automóviles lujosos con vidrios espejados. Son algunas de las paradojas de la crisis
económica y financiera global.
Estas imágenes son solo algunas de las
contradicciones
observadas
por
Danielle Nierenberg en el viaje que la
llevó por 30 países para supervisar el
estudio “Estado del Mundo 2011:
Innovaciones que nutren el planeta”,
del Worldwatch Institute.
“Puedes ver las marcadas diferencias
muy fácilmente en un solo país, y
todos los días”, dijo. “En África no
parece que la recesión haya afectado a
los más ricos. Perjudicó más a los más
pobres”, apuntó.
Nierenberg se encuentra esta semana en París para presentar “Comment Nourrir 7 Milliards d’Hommes”
(Cómo alimentar a siete millones de personas), la edición francesa del estudio de la institución con sede en
Washington.
El informe se concentra sobre todo en la agricultura de África, pero su presentación coincide con la de un
estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos que detalla la creciente brecha
entre ricos y pobres en los 34 países miembro de la OCDE, entre los que están todos los industrializados.
Ambos estudios llaman a los gobiernos a tomar medidas para aliviar la pobreza y la desigualdad e invertir más
en los sectores necesitados, ya sea en los países en desarrollo o en los industriales.
El informe de la OCDE expresa con cifras y gráficos lo que es una realidad para muchas personas que trabajan
en el terreno en varias regiones del mundo.
El estudio de la OCDE “Divididos estamos: por qué aumenta la desigualdad” indica que “el ingreso promedio
de 10 por ciento de las personas más ricas representa nueve veces el del 10 por ciento de las más pobres”, en
los países que integran la organización.
Aun en “países tradicionalmente equitativos”, como Dinamarca, Suecia y Alemania, la brecha en materia de
ingresos pasó de cinco a uno, en los años 80, a seis a uno, en la actualidad. Pero la distancia aumenta de 10 a
uno en Gran Bretaña, Italia y Corea de Sur, y de 14 a uno en Estados Unidos, Israel y Turquía, señala el
informe.
Los últimos datos de Estados Unidos muestran que la “parte de los ingresos por hogar, tras el pago de
impuestos, del uno por ciento de la población más rica aumentó más del doble entre 1979 y 2007, mientras que
la del 20 por ciento más pobre cayó de siete a cinco por ciento en igual periodo.
“Es una de nuestras evaluaciones más importantes”, señaló el secretario general de la OCDE, Ángel Gurria, en
la presentación del estudio en la sede parisina de la organización. “Decimos ‘divididos estamos’, porque
crecimos en la inequidad”, explicó.
“Unos pocos países lograron ir contra la corriente”, puntualizó Gurria. En los últimos tiempos, la desigualdad
cayó en Chile y México, pero los ingresos de las personas más ricas siguen siendo 25 veces más que la de las
más pobres, apuntó.
Fuera de la OCDE, la desigualdad es mucho mayor en algunas economías emergentes. Por ejemplo, el
gobierno de Brasil tomó medidas para redistribuir la riqueza y logró bajar la inequidad en la década pasada,
pero la brecha sigue siendo de 50 a uno, o cinco veces el promedio de esa organización.
“En países que no son miembros de la OCDE, un periodo de crecimiento sostenido permitió sacar a millones
de personas de la extrema pobreza”, declaró Gurria.
“Pero los beneficios del fuerte crecimiento económico no fueron distribuidos de forma equitativa. La amplia
brecha en materia de ingresos se ensanchó más. Entre las economías emergentes dinámicas, solo Brasil logró
reducir la desigualdad en forma significativa”, añadió.
La principal razón de la creciente desigualdad en los ingresos obedece a la amplia brecha en materia de
salarios, la reducción de beneficios y los recortes de impuestos a las personas con más dinero, señala la OCDE.
Gurria y Nierenberg coincidieron, cada uno por su lado, en que la crisis económica y financiera global
aumentó la urgencia de que los gobiernos tomen medidas sobre estos asuntos.
“El contrato social comienza a deshacerse en mucho países”, indicó Gurria. La sensación de “inseguridad y
miedo al deterioro social alcanzaron a la clase media en muchas naciones. La gente siente que carga con el
peso de una crisis que no causó, mientras que las personas de mayores ingresos parecen haberse salvado”,
explicó.
Las recomendaciones de la OCDE incluyen aumentar la tasa impositiva marginal a los ricos, puntualizó.
“Cuando se habla de los más ricos entre los ricos, estamos diciendo que hay espacio para aumentar los
impuestos”, señaló respondiendo a una pregunta. “Recomendamos elevar los gravámenes al consumo, a la
propiedad y al carbón”, añadió.
Sin embargo, evitó referirse a la postura de la OCDE respecto del impuesto a las transacciones financieras
(ITF), propuesto por numerosas organizaciones no gubernamentales así como por algunos conocidos
economistas.
Guillaume Grosso, director de la organización ONE en Francia, señaló que aumentar los impuestos a las
personas más ricas es solo una parte de la solución a la desigualdad.
“Algunas empresas pagan impuestos, lo que permitirá redistribuir el dinero a los más pobres, pero está claro
que el sector financiero no paga su parte, y mucha gente sostiene que es responsable de los problemas
actuales”, dijo a IPS.
“La idea del ITF para el desarrollo es muy simple, pues se introduce un impuesto muy pequeño sobre las
transacciones financieras. Es casi imperceptible, pero justo. Y es la primera vez que pedimos un esfuerzo a este
sector y el dinero podría usarse para luchar contra la pobreza en los países más necesitados”, añadió.
El estudio de la OCDE tampoco se concentró en la cuestión de la transparencia, observó Grosso.
“Básicamente necesitamos saber cómo usa el Estado el dinero que tiene”, remarcó. “Una de las cuestiones
clave es que a menudo, y en especial en los países más pobres, es muy difícil de saber”, añadió.
“Uno de los ejemplo más llamativos es Guinea Ecuatorial, en África, donde el producto interno bruto por
habitante es similar al de Grecia o Portugal, pero dos tercios de la población vive con menos de un dólar al
día”, indicó.
ONE propone crear un marco legal que sea adoptado por los países ricos para que “sepamos dónde ponen las
empresas de gas y petróleo el dinero”, indicó Grosso.
“Queremos transparencia en la forma en que publican lo que pagan a los gobiernos. Estas son las cosas que la
OCDE no puede decir”, añadió.
Nierenberg, por su parte, también reclamó mayor transparencia, en especial en la forma en que las economías
ricas y emergentes compran tierra para dedicarlas a la agricultura (concentración de la propiedad) en África, lo
que aumenta la pobreza y la desigualdad en algunos países.
“Cuando el precio de los alimentos aumenta tanto, pero no los ingresos de la gente, se ven lasconsecuencias de
ello, niños y niñas con la panza hinchada, señales típicas de desnutrición y hambruna inminente que no se
habían visto cinco o seis años antes”, dijo
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