Educación Infantil para una Sociedad Sustentable Vital Didonet 30 sept. 2011 Las escuelas, haciendo que los hombres se vuelvan verdaderamente humanos, son los talleres de humanidad. Joan Amós Comenius (1592-1670) Introducción Este seminario internacional nos reúne para estudiar, reflexionar, debatir y proponer sugerencias – y, ojalá, tomar decisiones – sobre un tema de gran importancia para el mundo actual: la sustentabilidad social y, más que eso, la sustentabilidad del Planeta Tierra, de la cual depende la continuidad y expansión de la vida y de la existencia humana en esa Casa Común. Nos preguntan qué la educación infantil puede hacer en esa materia. ¿Tiene ella algún poder para contribuir en la nueva dirección que la sociedad debe tomar en lo referente a su forma de relacionarse con el medio ambiente, los recursos naturales, el uso de las potencialidades de la Tierra y en la forma de conducir el desarrollo económico y las relaciones interpersonales y sociales? El hecho de interrogar a los educadores de la primera infancia revela que los dirigentes mundiales, nacionales, los gestores locales, los expertos del medio científico, técnico, político, económico, cultural y educacional están interesados en vuestra cooperación, estimadas maestras, estimados profesores de educación infantil. La educación de la infancia está inserta en los temas de la naturaleza desde sus comienzos, desarrollando el amor y ternura de los niños y niñas a las plantas, las flores, los animalitos, la belleza, el respeto al otro… Pero, en los últimos años ha ingresado de forma más efectiva en la educación ambiental. En distintos países, ella trabaja con las cuestiones que preocupan la humanidad en lo referente a la calidad de la vida sobre la tierra y la sustentabilidad de la sociedad. Sin embargo, es hora de avanzar. Pasar de experiencias locales, iniciativas en micro regiones, proyectos de escuelas y centros de desarrollo infantil para políticas nacionales y movimientos internacionales. En otras palabras, es hora de la educación infantil articularse al esfuerzo mundial para crear una nueva mentalidad frente a la Tierra, una nueva ética en relación a la sociedad, a la vida y al Planeta que habitamos. Le cabe a la educación infantil ejercer un papel activo en la creación de la nueva mentalidad y de una ética ecológica integral. La pregunta que nos ocupa en este momento es: “¿Qué rol la educación infantil puede ejercer en el esfuerzo global para garantizar la sustentabilidad social, para crear un nuevo modo de relacionarse el ser humano con la Tierra, según una ética ecológica?” Hemos visto, históricamente, la educación infantil como experiencia formadora del niño y la niña según en los aspectos físico, social, emocional y cognitivo. En los últimos años, agregamos la dimensión de ciudadanía y participación. Es en esa dimensión que se encaja su formación para actuar afirmativamente en la creación de una nueva conciencia y de una nueva ética frente al ambiente y a la sociedad. Para analizar este tema, vamos considerar tres puntos: (a) el contexto en que se plantea la cuestión ambiental y de sustentabilidad social: las amenazas y riesgos, ya en curso, 1 de destrucción de las posibilidades de la Tierra continuar existiendo como lugar de vida vegetal, animal y humana, (b) la solución que se está proponiendo y poniendo en marcha y, (c) el papel que la educación infantil puede cumplir para formar una sociedad más justa y solidaria, que cuida de la Tierra, respete sus procesos de desarrollo integral y universal, promoviendo la convivencia y coexistencia harmoniosa en el Planeta. I - Punto de partida (fotos de la Tierra sola y en el conjunto de los planetas y la galaxia) La tierra es azul, dijo Gagarin, desde la nave espacial. Vista de lejos y del alto, ella tiene la belleza de un globo en colores de cumpleaños de niños, de una burbuja deslizando ligera en colores cambiantes en el espacio. Allí hay seres humanos. Allí surgió la vida. Allí nació la conciencia. Allí se formaron los sentimientos de amor y odio, de alegría y sufrimiento, de esperanza y desespero, de confianza y miedo, de envidia y solidaridad, de cooperación y competencia, de dominio y exclusión. Nosotros estamos en esa pelota, agarrados en sus encuestas, tendidos en sus planicies. Allí el hombre encuentra luz, calor, aire, agua, alimento. Allí hizo su casa y tejió sueños. Sueños, deseos y ganas de ser, crecer, conquistar territorios telúricos y espacios siderales. Allí las personas quieren ser felices. El hombre es pequeñito en esa inmensa Tierra. Un surgimiento reciente en el proceso evolutivo de mil millones de años, desde cuando un fragmento de estrella se deprendió de su centro, corrió por el espacio como pelota ígnea, se enfrió, se rodeó de atmósfera, produjo agua, vida y, finalmente, consciencia. El ser humano es la etapa más avanzada, en complejidad, en esa marcha de creciente complejidad, a lo largo del tiempo. En él, la materia adquiere conciencia y libertad, voluntad y capacidad de auto-determinarse. El hombre es grande, en ese pequeño Planeta. Porque él es la consciencia de la materia, la capacidad de interpretar y entender las fuerzas que hacen el mundo planetario y su aventura cósmica. El ser humano es grande, en ese Planeta, porque su consciencia y libertad lo eleva arriba del determinismo de las leyes de la naturaleza, y, por la inteligencia y conocimiento, puede crear significados, abrir caminos, inventar instrumentos tecnológicos para facilitar y acelerar los procesos de desarrollo, puede cambiar rumbos, definir puntos de dirección y llegada. Él puede interferir en la vida y en las condiciones naturales en las que se produce la vida. Así como le brinda a la materia la capacidad de auto-conocimiento y determinación, el hombre también introdujo, en el seno de la Tierra Madre formas egoístas y destructivas de manipulación de los seres vivos, materiales y ambientes y de los mismos hombres. Tales fuerzas están generando serios problemas en el presente y amenazas para el futuro de la sociedad y del mismo Planeta. II - Un proceso de explotación egoísta y destrucción (Fotos sobre los problemas ambientales – contaminación do aire, de las aguas, basura, muerte de peces en los ríos contaminados, deforestación, desertificación, pobreza y miseria humana) El Programa Ambiental Global – GEO3, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, señala cuatro grandes bloques de problemas que afectan la sustentabilidad social y las condiciones del Planeta Tierra seguir siendo la casa de la vida: 2 (a) Concentración de gas carbónico en la atmósfera, que genera el efecto estufa y el calentamiento global (b) Creciente reducción de agua potable, por el aumento de la población, su uso industrial, la agricultura irrigada y su distribución desigual (c) Degradación de los suelos, la erosión, salinización, derrumbe de florestas, uso de máquinas pesadas, la mono-cultura, todo eso generando la inseguridad alimentaria (d) Contaminación de los ríos, lagos y bahías, que absorben materiales tóxicos, de la agricultura y de la industria, orgánicos e inorgánicos. A estos, se añaden otros dos bloques: (e) Extinción de especies animales, que empobrece la diversidad y quiebra la cadena alimentaria (f) Pobreza y la miseria, resultado de la distribución desigual de la riqueza entre países, pueblos y personas y (g) Reducción de la diversidad cultural, con la extinción de culturas. El Informe del Secretario General de la ONU titulado Armonía con la Naturaleza hace una síntesis clara de esa situación: “En la era tecnológica actual hemos asistido a un empobrecimiento de la relación histórica entre los seres humanos y la naturaleza. Se ha considerado a la naturaleza como una mercancía que existía, en gran medida, para beneficio de la gente, y se ha creído que todos los problemas del medio ambiente se podían resolver con soluciones tecnológicas. La pérdida de la biodiversidad, la desertificación, el cambio climático y la alteración de algunos ciclos naturales son parte de los costos derivados de nuestro desprecio hacia la naturaleza y la integridad de sus ecosistemas y procesos vitales”. Este no es el Planeta que evolucionó hacia la conciencia, la libertad y la capacidad de sentir felicidad y amor. Y no lo es porque esta civilización ha tomado rumbos y formas de vivir, trabajar e interferir en el ambiente que no corresponde a la aventura cósmica de la tierra para generar vida, inteligencia, amor y convivencia. ¿Qué hacer? Hay consenso de que no podemos seguir así. Pero, en el interior del consenso, hay disensiones sobre hacia dónde vamos si seguimos en el proceso de degradación de la Tierra. (a) Unos formulan teorías apocalípticas, de que habrá un fin trágico, que la destrucción total se avecina, sea por obra humana, sea por ley de la misma naturaleza que se va agotando, agonizando, muriendo para iniciar un nuevo proceso. Según esa visión, el mundo terminará con grande destrucción, fuego, inundaciones, terremotos, volcanes o frío, oscuridad y soledad; (b) Otros tienen una concepción espiritualista, de que la evolución de la materia para la vida y la consciencia tiene dirección y sentido: que todo converge hacia un punto elevado de conciencia, amor y felicidad. Que hay una energía interna que organiza el proceso evolutivo. Que esa misma energía, una vez consciente en el ser humano, encontrará salidas para los problemas que la naturaleza misma y el hombre van creando a lo largo de la historia. Pienso que el científico (biólogo y paleontólogo) y sacerdote Teilhard de Chardin es el ícono de esa visión (1). 1 Ver sus obras: El Fenómeno Humano, 1955; La Aparición del Hombre, 1956; El Futuro del Hombre, 1959; La Energía Humana, 1962; El Corazón de La Materia, 1976; (Sal Terrae, 2002); Lo que yo creo, 1969 (Trotta 2005); El medio divino – ensayo de vida interior, Alianza Editorial, 2000; Himno al Universo, Trotta, 1996; Ciencia y Cristo, 1965. 3 Unos y otros se comprometen y se movilizan para salvar la Tierra, mejorar las condiciones actuales de vida y garantizar condiciones de habitabilidad para las generaciones futuras… Pero ese propósito es precario, si no mezquino, pues aún antropocéntrico y utilitarista. Una visión más abierta, integral, ve la Tierra como un sistema vivo de interdependencia, convivencia y coexistencia entre todos los seres. El ser humano es la conciencia del conjunto, encargado de elevar la Tierra a niveles aún más altos de complejidad y espiritualidad, como una consagración del insondable misterio de la Vida (2). III - El concepto de sustentabilidad – un poco de historia La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano (Estocolmo, 1972) pidió atención a los problemas ambientales. En la década de los 80, del siglo XX, se ha formulado el concepto de desarrollo sustentable, para expresar la necesidad de equilibrar progreso económico y social con la preservación del medio ambiente y adecuada administración de los recursos naturales. En 1987, el libro “Nuestro Futuro Común” (Our Common Future), de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Comisión Bundtland), recomienda hacerse una declaración universal sobre protección ambiental y desarrollo sustentable como una Carta de principios en la cual ese concepto es definido como el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de atender sus propias necesidades. Más adelante, dicho concepto pareció insuficiente y reduccionista. En 1991, la Unión Mundial de Conservación (UICN), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) publicaron el libro “Proteger la Tierra: Estrategias para una Vida Sustentable” (Caring for the Earth: A Strategy for Sustainable Living), en el cual el desarrollo sustentable está definido como “el que mejora la calidad de la vida humana respetando la capacidad del ecosistema”. Teníamos dos conceptos llave en aquel momento: la realización de las necesidades humanas respetando los compromisos inter-generacionales y el mejoramiento de la calidad de vida humana vinculado a la protección de la capacidad de regeneración de la Tierra. En la Agenda 21, de la Conferencia Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, en Rio de Janeiro (ECO 92), se agrega la importancia de la educación para promover el desenvolvimiento sustentable y mejorar la capacidad de las personas de entender los problemas del medio ambiente y el desarrollo. Desde aquella fecha, hay consenso de que la educación es la fuerza motriz para producir el cambio necesario en la mentalidad, las actitudes y los comportamientos de los seres humanos en su relación con la naturaleza. Se ha agregado, también, que la paz, la salud y la democracia son prerrequisitos del desarrollo sustentable y que se fortalecen mutuamente. O sea, no hay desarrollo que se sostiene en clima de guerra, exclusión social y económica, miseria, injusticia, falta de salud, educación y ausencia de democracia. La Unesco tiene un papel relevante en la afirmación del lugar de la educación en ese contexto, reafirmado y ampliado en el Plan de Acción del Foro Mundial sobre Educación para 2 Culturas orientales (budismo, taoísmo…) tienen esa visión desde siglos. En “Consagración de la Tierra”, Leonardo Boff dice: … Y ahora, Tierra querida, permite que realice el gesto de Jesús en la fuerza del Espíritu. Con él, lleno de unción, a ti te tomo en mis manos impuras, para pronunciar la Palabra sagrada que el Universo escondía y tu esperabas oír: Hoc est corpus meum. Hic es sanguinis meus. Entonces, sentí: lo que era Tierra se transformó en paraíso y lo que era vida humana se transfiguró en vida divina (En A Força da Ternura, pág 92). 4 Todos, en Dakar, en el 2000. La Cúpula de Johannesburgo, en el 2002, propuso la Década de la Educación para el Desarrollo Sustentable. Y la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su 57ª Sesión, en diciembre del 2002, enmarcó la Década en el período 2005-2014. Un paso más adelante se propone en estos años: entender la Tierra como Grande Madre y Casa Común de todos los seres, en una cadena de inter-dependencia e influjos entre todos, en la cual el hombre no es el rey, no está por encima, sino al lado de los otros seres, que tiene deber de cuidar, responsabilizarse y ser solidario con todos, tanto humanos como no humanos. El filósofo y teólogo Leonardo Boff, a mi juicio, el más expresivo pensador, escritor y conferencista que propone esa nueva visión (3), nos dice él: “Sustentable es la sociedad que muestra un sentido de solidaridad y de cooperación con toda la cadena de la vida. Que produce lo suficiente para sí y para los demás seres del sistema de la vida y que lleva en consideración las generaciones futuras, que también tienen derecho de vivir de forma sustentable. Que toma de la naturaleza solamente lo que esta puede reponer. Para ser sustentable, la sociedad debe mostrarse capaz de asumir nuevos hábitos y de proyectar un tipo de desarrollo que cultive el cuidado con los equilibrios ecológicos y que funcione dentro de los límites puestos por la naturaleza” (A Força da Ternura, Sextante, 2006, pág. 99). IV - ¿Cuál es la Propuesta para una Sociedad Sustentable? Medidas en el ámbito legislativo, decisiones, políticas y programas de gobiernos, nuevos procesos en el campo económico, creación de tecnologías… se están poniendo en práctica, a pesar de aún en escala insuficiente. Pero se necesita algo más fundamental, que garantice coherencia, continuidad y universalidad de un nuevo modo de relacionarse con el Planeta. Y eso estás en marcha. Señalo tres de sus expresiones. 1. La Carta de la Tierra…. (video: La Carta de la Tierra para niños – 1 minuto): http://www.youtube.com/watch?v=_jjM3yyo0Qw&NR=1 La Carta de la Tierra es un marco ético de la sociedad civil, que ha recibido respaldo de una gran cantidad de comunidades, organizaciones, empresas y gobiernos. La UNESCO y la UICN la apoyan y promueven. Su redacción es producto de un amplio e inclusivo proceso participativo que jamás una declaración internacional ha logrado hasta hoy. De ahí viene, en grande parte, su legitimidad y fuerza para generar la toma de decisiones y emprender acciones, en ámbito internacional, nacional y local. Ella comienza diciendo que vivimos un momento importante en que la sociedad puede elegir su futuro: que hay grandes riesgos pero también grandes esperanzas. Propone cuatro áreas, que abarcan todo lo fundamental para cambiar el camino errático en que estamos avanzando y construir un nuevo modo de relacionarse con el otro y la naturaleza: (a) Respeto y Cuidado de la Comunidad de Vida (b) Integridad Ecológica 3 Ver sus libros: Ecología: grito de la Tierra, grito de los pobres, Totta, Madrid, 1996; Do iceberg à arca de Noé, Garamond, Rio de Janeiro 2002; Nueva era: la civilización planetaria: desafíos a la sociedad y al cristianismo, Verbo Divino, Estella, 1995; Principio Tierra – El regreso a la Tierra patria común. Atica, Ética de la Vida, Trotta, Madrid; . El cuidado esencial: ética de lo humano-compasión por la Tierra. Trotta, Madrid. La fuerza de la ternura. Sextante, 2006. 5 (c) Justicia Social y Económica (d) Democracia, No-Violencia y Paz En estas áreas señala algunos principios, que subrayamos ahora porque nos parecen centrales y perfectamente aplicables en la educación infantil: 1. Respetar la Tierra y la vida en toda su diversidad. 2. Cuidar la comunidad de la vida con entendimiento, compasión y amor. 3. Construir sociedades democráticas que sean justas, participativas, sostenibles y pacíficas (el Centro de Educación Infantil es una comunidad en la cual esas características deben ser aprendidas y vividas). 4. Asegurar que la generosidad y la belleza de la Tierra se preserven para las generaciones presentes y futuras. Se está utilizando ampliamente la Carta de la Tierra en las escuelas, incluso en la educación infantil. Hay versiones para niños, videos, documentarios, reportes de proyectos, en distintos países (4). 2. Cuatro ecologías y cuatro principios (propuestas de Leonardo Boff) Las ecologías: Ecología Ambiental: enriquece la comprensión de la Tierra, como un súper organismo. Tierra y humanidad constituyen una única realidad. Ella no simplemente tiene vida en el seno de los mares y en su superficie, sino que ella mismo es un organismo vivo. Nosotros somos la Tierra que en un momento de su evolución empezó a hablar, a abrazar, a pensar, a amar. Hombre viene de humus, que significa tierra fértil, fecunda. Ecología social: estudia las formas como la sociedad se relaciona con la naturaleza, como distribuye los recursos de la tierra, como utiliza los recursos escasos. Tenemos que adoptar un modo sustentable de vivir, de trabajar los recursos escasos y los renovable, como mantener las personas con relativa felicidad y, más, la comunidad de vida (animales…) con sus necesidades satisfechas. Eso implica una distribución justa de la riqueza. Esa ecología camina para reinventar una sociedad en la cual todos puedan vivir en paz y justicia. Ecología mental: se refiere a las visiones de mundo, valores, conceptos que las personas tienen sobre la naturaleza, los otros y la sociedad humana. Ella busca poner en el camino justo las mentes distorsionadas por hábitos culturales que no protegen los seres vivos, que maltratan a la naturaleza, se utilizan, sin respeto de todo lo que las rodea y que les sirven en el momento. Esta ecología busca colocar conceptos, valores, convicciones y disposiciones de acción en la mente de las personas. Cambiar hábitos, cambiar actitudes de consumismo y egoísmo, individualismo y competencia. Ecología integral: expresa la visión del todo, del universo. Ubica la Tierra en el Cosmos: un minúsculo planeta en el sistema solar, cuyo sol es una entre mil millones de estrellas que forman la Vía Láctea, a 29 mil años-luz del centro de esa galaxia, que es una entre millones de otras galaxias.. Pero, en su pequeñez tiene una grandiosidad que la hace más luminosa que mil soles: en ese pequeño planeta surgió la conciencia, la comprensión de sí mismo, la capacidad de amar. En ese contexto, el hombre es el cosmos en miniatura - un microcosmos. Nuestro cuerpo es formado con los elementos de ese universo. Somos pequeñitos, pero singulares en 4 La UNESCO publicó, en noviembre del 2007, un libro sobre buenas prácticas en educación ambiental utilizando la Carta de la Tierra. Disponible para download: http://www.earthcharterinaction.org/invent/images/uploads/Good%20Practices.pdf 6 el Universo, porque dotados de conciencia. ¿Cómo nos integramos y nos movemos en esa inmensa red de seres que se pertenecen, se tejen como una red de energía cósmica? Hay que comprender el hombre y la mujer, los pueblos y la humanidad en ese contexto y cantar el himno al universo, con admiración, respeto y éxtasis. Leonardo Boff sugiere que adoptemos cuatro principios que orienten la acción humana en su relación con la naturaleza, o sea, a cuatro éticas: Cuidado: es una actitud positiva de mirar con atención, comprender y proteger, defender y acariciar. En el cuidado establecemos una relación amorosa y envolvente con la realidad que nos rodea y de la cual somos parte. El cuidado es la mano que se extiende para acoger y recibir. Son los brazos que se abren para entrelazarse con otras personas y las cosas. Existimos porque el cuidado nos protegió desde la concepción y nos brindó atenciones hasta ahora, en este lugar. El cuidado exige una ética de atención al Planeta, a las personas, a las sociedades y culturas. La ética del cuidado es la más urgente porque el considerar las otras personas, los animales y los entes de la naturaleza como medios para el beneficio propio de uno, como objetos de uso, está en la base de la explotación humana y de los recursos naturales, la destrucción de ambientes y ecosistemas, en síntesis, es la causa del desequilibrio ecológico. La actitud ética de cuidado es capaz de rescatar malhechos con la Naturaleza y prevenir daños futuros. Respeto: respeto al otro y a todas las cosas, animales, plantas - a todo lo que existe. Cada persona es única e insustituible, original e irrepetible. Tiene sus tradiciones, creencias, valores, que no pueden ser aplastados por una cultura hegemónica, por conceptos de superioridad ajena, por deseos autoritarios de imponer hábitos y costumbres de una civilización o cultura que si juzga más desarrollada. El respeto a las personas, pueblos y naciones se inserta en la visión más amplia de respeto a todos los seres animados e inanimados, del entorno próximo y remoto. “La erosión de las culturas es, quizás, más grave que la degradación del medio ambiente” (5). La ética del respeto exige que mis acciones no disminuyan, no ofendan, no deprecien el otro, antes, que lo mire y considere en su dignidad esencial de persona que, como yo, proviene desde lo más hondo misterio del Existente, del Universo. Y que, igual, considere la naturaleza en su equilibrio ecológico antes que en su valor económico. Responsabilidad: es la actitud de convivencia con el otro y con la naturaleza, en que todos nos consideramos responsables los unos por los otros, los hombres por la Tierra. Esta tiene sus fenómenos que destruyen vidas y bienes, equilibrios actuales y ambientes aparentemente estables, y por esos fenómenos no podemos nos responsabilizar. Pero ciertos fenómenos que suceden hoy derivan de formas de vida, trabajo y uso de la Tierra que generan y aceleran desequilibrios. Y por esos somos, sí, responsables. La ética de la responsabilidad está en el deber y la capacidad de responder por nuestras decisiones y actitudes, por nuestros pensamientos y formas de relacionar con el otro y con la naturaleza. Solidaridad: los seres humanos dependen de la solidaridad. Un niño es recibido en el mundo por manos, mirada y voz que calientan, acogen y protege. Sin solidaridad, ¿qué niño, qué niña podría sobrevivir y tornarse adulto? ¿Qué adulto sería feliz en un ambiente de agresión, desprecio, exclusión, sin una amistad, una actitud solidaria? La competencia sin 5 Paulo Delgado, sociólogo brasileño, en Una mirada africana, Correio Braziliense, 2 de octubre del 2011, comentando libro de Mia Couto (¿Y si Obama fuera africano?). 7 medida y en todos sectores, el egoísmo e individualismo son fuerzas que generan la nosustentabilidad social. En la competición, solo uno gana. En la solidaridad, todos ganan. La ética de la solidaridad genera actitudes de amistad, compromiso, compañerismo, complicidad, camaradería, confianza, lealtad, fidelidad; extiende la mano para ayudar; pronuncia palabras para consolar y fortalecer; aproxima para apoyar. 3. Educación para una sociedad sustentable Como hemos visto, se necesita una nueva concepción de la aventura evolucionaria de la Tierra en el cosmos, de la vida en su cuerpo materno y de las relaciones entre todos los seres y, en especial, de los hombres entre sí mismos y con el Planeta. Presión social, argumentos científicos, demostraciones fácticas visuales de los problemas, conferencias, acuerdos y documentos internacionales y nacionales tienen un papel relevante. Sin embargo, hay algo más profundo, que está en la raíz de los problemas y las soluciones – que es la concepción que tiene el ser humano de sí mismo y del mundo del cual es parte. Conceptos, valores, principios determinan decisiones, actitudes y comportamientos. Esa es materia de la educación, desde la cuna hasta la tumba. La educación tiene un rol decisivo e insustituible en el cambio mental necesario, en la generación de actitudes y formas prácticas de vivir, trabajar y relacionarse con el ambiente. Se ha creado la Educación para el Desarrollo Sustentable (EDS), que tiene las características de: Interdisciplinaridad y visión holística: se discute, observa, experimenta y aprende en todos los momentos y áreas de conocimiento Adquisición de valores: no basta conocimientos, son necesarios principios que definen comportamientos Pensamiento crítico y capacidad de encontrar solución para los problemas: enseñar a tener confianza delante de los problemas Multiplicidad de caminos (métodos): utilizar la palabra, el arte, el debate, desarrollar proyectos relacionados al medio ambiente Participación en la toma de decisiones: que cada niño y niña se sienta invitado a contribuir y sea escuchado Integración de las experiencias de aprendizaje en la vida personal, familiar (y profesional, en el caso de estudiantes de secundaria y superior, y de maestros y profesores) Vinculación a los problemas locales – de la escuela, del barrio, de la ciudad, del país… y relacionarlos con los problemas del mundo. Como dice la Carta de la Tierra: “Somos ciudadanos de diferentes naciones y de un solo mundo al mismo tiempo, en donde los ámbitos local y global se encuentran estrechamente vinculados”. Por eso, debemos “vivir de acuerdo con un sentido de responsabilidad universal, identificándonos con toda la comunidad terrestre, al igual que con nuestras comunidades locales”. La EDS nos forma para comprender que: Somos seres eco-dependientes Somos seres interdependientes No existimos: co-existimos No vivimos: convivimos Y visa desarrollar capacidades para comprender, sentir y expresar: 8 1 - Amor a la Tierra, Encantamiento por la Naturaleza, Interacción, Coexistencia, Convivencia (Carta de la Tierra: “… El espíritu de solidaridad humana y de afinidad con toda la vida se fortalece cuando vivimos con reverencia ante el misterio del ser, con gratitud por el regalo de la vida y con humildad con respecto al lugar que ocupa el ser humano en la naturaleza”) 2 - Esperanza y confianza en la Humanidad: los hombres y mujeres tienen inteligencia y capacidad técnica de encontrar solución para todos los problemas, que se presentan como desafíos más que amenazas 3 - Coraje para anunciar que se abre un nuevo tiempo para la historia del Planeta Tierra y la humanidad: “una humanidad que llegó a percibir a Dios en el universo, portadora de consciencia y de responsabilidad, puede todavía rescatar la vitalidad de la Madre Tierra y salvar nuestro ensayo civilizatorio” (Leonardo Boff, Con Nuestra América, 24 sept. 2011). Observemos que la Organización de las Naciones Unidas, en la 27ª Sesión Especial de la Asamblea, en 2002, sobre Un Mundo para los Niños, estableció como 10º objetivo de la sociedad y de los gobiernos, Proteger la Tierra para los Niños. Y así argumenta: Debemos defender nuestro ambiente natural con su diversidad biológica, su belleza y sus recursos, todo lo que mejore la calidad de vida para las generaciones actuales y futuras. V - La Educación infantil frente al desafío de construir la eco-sustentabilidad Toda la vida es tiempo de aprendizaje y se puede aprender sobre eco-sustentabilidad en todos los momentos, edades y circunstancias. Sin embargo, los primeros años son más propicios y fértiles, porque son los más sensibles. En ellos se forma la personalidad, se estructura la mente, de construye la inteligencia y la afectividad, así como la sociabilidad de la persona. En otras palabras, en la primera infancia se lanzan las bases del edificio del saber y del vivir. La estructura de valores y actitudes construida en la primera infancia señala la ruta más firme y estable para la vida. Decisiones importantes que el hombre y la mujer habrán de tomar en distintos períodos y circunstancias de su vida se sostienen y se edifican sobre aquella base de la infancia. Por tanto, si deseamos que las próximas generaciones respeten la naturaleza y cuiden del Planeta Tierra, es importante incluir ahora, en el currículo de educación infantil el estudio de la naturaleza y de la interdependencia entre el ser humano y el ambiente. Es bien conocido y hartamente mencionado el libro de Robert Fulghum: “Todo lo que necesitaba saber lo aprendí en el jardín de infantes”. Escribió él: “Todo lo que hay que saber sobre cómo vivir, qué hacer y cómo debo ser lo aprendí en el jardín de infantes. La sabiduría no estaba en la cima de la montaña de la universidad, sino allí, en el arenero. Estas son las cosas que aprendí: Compártelo todo. Juega limpio. No le pegues a la gente. Vuelve a poner las cosas donde las encontraste. Limpia siempre lo que ensucies. Pide perdón cuando lastimes a alguien. Lávate las manos antes de comer. (…) Vive una vida equilibrada. (…) Dibuja, pinta, canta, baila, juega y trabaja cada día un poco. (…) Permanece atento a lo maravilloso. Recuerda la pequeña semilla en el vaso, las raíces bajan y la planta sube y nadie sabe realmente cómo ni por qué, pero todos somos así. (…) Recuerdo una de las primeras palabras que me enseñaron, una muy grande: MIRA. Todo lo que necesitas saber está allí, en alguna parte. La regla de oro, el amor y la higiene básica. La ecología y la política, la igualdad y la vida sana (…) “. 9 Hay un factor adicional que argumenta en pro de la relevancia del papel de la educación infantil en la creación de la nueva mentalidad y la nueva ética que se requiere: los niños y niñas son muy sensibles, atentos e interesados en los elementos de la naturaleza – animales, plantas, flores, semillas, piedras, los fenómenos del fuego, agua, viento, tierra y cielo. Es esa la razón por qué el contacto lúdico con esos elementos siempre estuvo presente en las experiencias educativas en el jardín de infantes y en los centros de desarrollo infantil. Esa experiencia, ahora, necesita adquirir un espacio más amplio en el currículo y una consideración orientada hacia la comprensión del enfoque que se propone para la sustentabilidad – la ecología ambiental, social, mental e integral y sus respectivas éticas. El currículo de educación infantil incluye dos ámbitos de actividades en el área del ambiente: (a) conocimiento, por medio de experiencias concretas, de la naturaleza y de los problemas que la están afectando y (b) re-significación de materiales, por su transformación y reutilización. Desde sus comienzos la educación infantil trabaja con elementos de la naturaleza. Ellos son transformados en juguetes, instrumentos musicales, materiales de arte y juegos. Semillas, cáscaras, conchas, arena, piedras, vasos y botellas de plástico, papeles de distintos colores, texturas y tamaños, cajas de papelón, pedazos de tubos de papelón y plástico, hilos de algodón y metal, retazos de tela, ropas fuera de uso, sombreros y zapatos antiguos, gafas, espejos y… una infinidad de residuos adquieren nuevas formas y entran en la creación de objetos, instrumentos, juguetes, escenarios, verdaderas obras de arte. En el espacio del taller, la creatividad de los niños, incrementada por la de la maestra, hace surgir caballos y coches, barcos y carabelas, telescopios y observatorios, submarinos y camiones, trenes y helicópteros, fábricas y hogares. Y… todo eso suscita historias, organiza enredos, crea sentidos. Puede ser, también, que esos nuevos objetos son creados para entrar como personajes en historias presentes en la mente de los niños. Los centros de educación infantil utilizan distintas metodologías, situaciones y circunstancias para trabajar los temas del medio ambiente. Como ejemplos, citamos: Visitas a sitios para observar, explorar y conocer los espacios y ambientes naturales – el campo, un bosque, el rio y lagos, barrios y casas de distintos niveles socio-económicos, granjas. En ese contacto, los niños aprenden sobre manejo sostenible, procesos erosivos, degeneración de ambientes, residuos y basura y sus efectos sobre el medio ambiente, cuidado, solidaridad, responsabilidad, necesidad y posibilidad de cambio de actitudes y formas de actuar etc. Planificación y realización de Proyectos. Los temas o problemas de interés son definidos por los mismos niños y niñas con sus profesores. Estos sugieren, despiertan interés, informan sobre problemas, comentan una noticia publicada en el periódico o narrada en la televisión… Son comunes y conocidos proyectos como Nuestro Rio, El Lago, El cielo de nuestra ciudad, Las flores en nuestra ciudad. El mar, Yerbas medicinales etc. Experimentos: laboratorio con semillas de distintas especies y calidades; construcción de una estufa solar; cuidado de pequeños animales Paseos a sitios de la naturaleza, observando, investigando, recolectando hojas, semillas, piedras, y, después, las clasificando en el aula, dibujándolas Trabajos en arte. En el campo de las artes es posible hacer cantidad de trabajos que expresen la visión de los niños sobre los distintos temas de la naturaleza Proyección de fotos, por ejemplo, sobre el fondo del mar, pájaros, animales grandes, animales pequeños, la vida de las hormigas y de las abejas, todo eso seguido de charlas, cuentos, canciones, trabajos en arte (pinturas, dibujos, modelaje) Cuidado de un huerto y un jardín 10 Promoción del multiculturalismo, conociendo las distintas culturas representadas por los niños o presentes en su ciudad y país Prácticas de separación de materiales desechables: orgánicos, papeles, plástico… Práctica de las cuatro “R” del ambiente ecológicamente justo se utilizan bien en la educación infantil: Reducir: disminuir la utilización y consumo de productos no necesarios: servilletas, vasos de plástico, bolsas de plástico. Sustituir por objetos reutilizables. Reutilizar: antes de desechar cualquier producto, sacarle todo el partido posible. Reciclar: devolver al ciclo productivo los productos que se utilizan el hogar y pueden ser recuperados, transformados. En el centro de educación infantil, la utilización de materiales de desecho, como envases, botellas de plástico, recortes de papeles de gráficas, Recuperar: en vez de botar algo simplemente porque se rompió, desarrollar habilidad de concertarlo; utilizar el residuo generado en otro proceso distinto del que lo ha producido. Los niños pueden visitar un taller de recuperación de muebles, de aparatos domésticos, pero también pueden aprender a ellos mismos recuperar objetos de su uso diario en el centro de educación infantil. Cabe, ahora, una pregunta: ¿Qué eso tiene que ver con la educación de los niños y niñas y, más, con la sustentabilidad? La respuesta comienza en la afirmación de la Carta de la Tierra, de que la construcción de una sociedad sustentable “requiere un cambio en la mente y en el corazón”. ¿Qué cambia más la mente y el corazón que la educación? En la educación infantil ni siquiera es necesario cambiarlos, pues se está iniciando su formación… por tanto, se trata de formarlos ya de manera adecuada a los nuevos conceptos y actitudes. La transformación, por reciclaje o atribución de otra finalidad a elementos de la naturaleza, de objetos del pasado y productos de la industria, tiene significado filosófico, psicológico y pedagógico y un profundo sentido ético en las relaciones entre las personas y de estas con toda su existencia. ¿Qué significado es? La industrialización ha promovido el surgimiento y la expansión de la sociedad de consumo, atendiendo a necesidades reales y creando necesidades artificiales. La cantidad y diversidad de objetos, asociadas a la relativa reducción de los precios y a la propaganda en los medios de comunicación, con gran poder de convencimiento, hacen crecer el deseo y la sensación de necesidad, sino mismo en algunas personas, la compulsión, por poseerlos. Una definición que se introdujo para el ser humano es de “consumidor”… Y lo somos, no apenas de lo necesario en vista de la calidad de la vida, sino consumidores de la última moda, del producto más nuevo, de la invención más reciente. Estamos en una corrida sin freno para sustituir aparatos que se van volviendo obsoletos en velocidad creciente. Estamos viviendo en un círculo de producción-consumo-sustitución-descarte… Dicho fenómeno está creando el hábito de sustituir todo y una corrida por las novedades. Desciende de ese comportamiento una progresiva actitud de desprecio por lo viejo, por lo antiguo, por el modelo anterior. ¡Cuántas personas se sienten incómodas por poseer un electrodoméstico, un teléfono celular, una computadora, una televisión con tecnología ultrapasada, un pen-drive ou I-pod con baja capacidad. Algunos niños tienen vergüenza que sus padres los buscan en la escuela con un auto viejo o más sencillo! El consumismo engendra, así, no apenas una fascinación por novedades tecnológicas, sino, también, un mal disfrazado desdén por aquello que ya fue intensamente utilizado, por lo que nos es nuevo, por lo que está tecnológicamente ultrapasado. Recurrir cada vez menos a recomponer o arreglar cosas que se hayan roto está causando un aumento exponencial de la basura electrónica, radioactiva, contaminante. Más grave son las consecuencias de ese comportamiento sobre las relaciones humanas: el amor pasa a ser visto, por mucha gente, como una emoción pasajera; la amistad, 11 como un sentimiento superficial; las relaciones humanas, evaluadas según el criterio de utilidad. De esa forma, las personas pueden ser fácilmente remplazadas, puestas en segundo plano, abandonadas como objetos desechables. Un pequeño desacuerdo y un conflicto ocasional es suficiente para romper lazos que unen un matrimonio, padres e hijos, novios, amigos. Las personas mayores son vistas como un obstáculo, enviadas para un hogar de tercera edad, pocas veces o nunca visitados por sus familiares. Revalorizar, atribuyendo un nuevo significado a algunos objetos usados, puede desarrollar en los niños un sentido de permanencia, de pertenencia. En la educación, desde la infancia, esa acción pude crear el valor de la conservación, del respeto, de la gratitud a todo lo que nos sirve, a las cosas con las cuales vivimos. La lección que aprendimos es relevante: los objetos de la naturaleza y muchas cosas hechas por la mano humana no mueren, permanecen acá, pertenecen al mundo y pueden transformarse en otros seres. Re-significados, adquieren una nueva expresión y sentido, y, así, se quedan con nosotros durante más tiempo, en vez de se volvieren basura y contaminantes. Es obvio que ni todos los objetos descartados sirven para reciclaje. Lo que merece ser registrado es la posibilidad y el significado de esas actividades con los niños. Haciéndolo, los niños y niñas aprenden dos valores: a) que hay algo más allá de la utilidad. La Tierra y todo lo que la hace ser un planeta habitado por la vida no valen solo porque son útiles y atienden al interés inmediato de bienestar, de acumulación de riqueza o disfrute del ser humano. Sino que tienen un valor intrínseco, que es la existencia misma y una condición de permanencia y desarrollo determinada por la Naturaleza y la Cultura; b) que las cosas tienen una existencia multi-significante. La noción de trans-utilidad profundiza la visión humana sobre el significado del mundo y, consecuentemente, de la propia existencia y de las relaciones entre las personas. Somos creadores de significados y portadores de muchos posibles…. Toda actividad en educación infantil tiene que tener sentido para los niños. Ellos necesitan construir significados sobre lo que ven, observan, analizan, hacen. No se trata de un simples hacer cosas, tener experiencias de…, sino formar su “yo” y el “nosotros” delante de la realidad en la cual están inmersos y de la cual son parte. Eso se traduce por “ser sujetos de su historia”. Si hay un objetivo capaz de movilizar a los niños y niñas en el tema del ambiente es el de despertar en ellos y hacerlos sentir Amor por la Tierra, encantamiento por la Naturaleza. Así lo expresa la poeta y profesora brasileña Cecilia Meireles: “La única lección que es posible transmitir con belleza y recibir con provecho; la única, eterna, digna y valiosa: el respeto por la vida” (6). =-=-= Bibliografia BOFF, Leonardo. A força da ternura – pensamentos para um mundo igualitário, solidário, pleno e amoroso. Rio de Janeiro : Sextante, 2006. 6 Cecilia Meireles, em el Diário de Notícias, RJ, 1930, cit. por: Vamos cuidar do Brasil – conceitos e práticas de educação ambiental na escola, Brasília, 2007. 12 -------. Ecologia: grito de la Tierra, grito de los pobres, Totta, Madrid, 1996; -------. Do iceberg à arca de Noé, Garamond, Rio de Janeiro 2002; -------. Nueva era: la civilización planetaria: desafíos a la sociedad y al cristianismo, Verbo Divino, Estella, 1995; -------. Principio Tierra – El regreso a la Tierra patria común. Ática, -------. Ética de la Vida, Trotta, Madrid. ……… . El cuidado esencial: ética de lo humano-compasión por la Tierra. Trotta, Madrid. BRASIL, Ministerio de La Educación y Ministerio del Medio Ambiente e UNESCO. Vamos cuidar do Brasil – conceitos e práticas de educação ambiental na escola, Brasília, 2007. Disponible en: http://portal.mec.gov.br/dmdocuments/publicacao3.pdf CAPRA, F e outros. Alfabetização Ecológica – a educação das crianças para um mundo sustentável. São Paulo : Edit. Cultrix, 2006. DIDONET, Vital. Educação Infantil para uma sociedade sustentável. Em: Salmaze, Chaves e Spindola (org). Desenvolvimento e Sustentabilidade – revelando olhares, valorizando vozes na educação infantil. Campo Grande : Editora Oeste, 2011. FAVARÃO M.J. e GADOTI, M. (org.) Educação para uma vida sustentável. Educação como Direito Humano, palestras e conferências. São Paulo : Edit. e Livraria Instituto Paulo Freire, 2010. ONU. Relatório da Sessão Especial da Assembléia Geral das Nações Unidas sobre a Criança. Um Mundo para as Crianças - As metas das Nações Unidas para o Milênio. Nova Iorque : Nações Unidas, 2002. SACHS, Ignacy. Caminhos para o Desenvolvimento Sustentável. Rio de Janeiro : Garamond, 2002. SAMUELSSON PRAMPLING, I. and KAGA, Y. The Contribution of Early Childhood Education for a Sustainable Society. Paris : UNESCO, 2008. UNESCO. Education for Sustainable Development Toolkit, Paris : 2006. -----------. Good Practices in Teacher Education Institutions, 2006. -----------. Teaching and Learning for a Sustainable Future – a multimedia teacher education programme. Disponible en: http://www.unesco.org/education/tlsf/. VEIGA, José Eli Desenvolvimento Sustentável: o desafio do século XXI. Rio de Janeiro : Garamond, 2008, 3ª ed. 13