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La STC 122/2003, de 16 de junio: Derecho a la tutela judicial efectiva;
derecho de defensa y a un proceso con todas las garantías. Notificaciones colectivas
e IBI
Luz Ruibal Pereira
Prof. Titular de Derecho Financiero y Tributario. USC
[email protected]
I. DOCTRINA DEL TRIBUNAL
El Tribunal Constitucional, en una reiterada y consolidada doctrina, ha venido
declarando que el derecho a la tutela judicial efectiva incluye el derecho a obtener de los
órganos judiciales una respuesta razonada, motivada, fundada en Derecho y congruente
con las pretensiones oportunamente deducidas por las partes, ya que la motivación de
las resoluciones judiciales (art. 120.3 CE y art. 24.1 CE) es la que permite conocer las
razones de la decisión y la que posibilita su control mediante el sistema de los recursos.
Dicho requisito no puede considerarse cumplido con la mera emisión de una
declaración de voluntad en un sentido u otro, sino que debe ser consecuencia de una
exégesis racional del ordenamiento y no fruto de la arbitrariedad. No basta, pues, con
obtener una respuesta motivada, sino que, además, ésta ha tener contenido jurídico y no
resultar arbitraria.
Por lo tanto, el TC otorga el amparo solicitado por la entidad recurrente
reconociendo su derecho a la tutela judicial efectiva sin indefensión (artículo 24.1 de la
CE), anula la STSJ de Canarias de 6 de septiembre de 1999 y el Auto de dicha Sala de
29 de noviembre del mismo año y ordena retrotraer las actuaciones procesales al
momento anterior al de dictar Sentencia con la finalidad de que, previa reclamación del
expediente administrativo y a la vista del mismo, dicho Tribunal dicte de nuevo
sentencia con base en los elementos probatorios que figuren en autos.
Queda constancia de que la resolución judicial anulada no se atuvo a la realidad
procesal, incurriendo en una desatención patente respecto de la determinación del
presupuesto sobre el que se asienta la pretensión de la parte demandante, al inadmitir el
recurso contencioso-administrativo sobre la irrazonable base de la falta de prueba
acreditativa de las modificaciones sustanciales que justificarían la notificación
individualizada de las liquidaciones tributarias de IBI pretendida por la sociedad
recurrente, y ello a pesar de que existen suficientes datos —tanto en el ramo de prueba
del proceso como en el expediente administrativo que se tiene por reproducido— para
que el órgano judicial llevase a cabo una valoración adecuada de los mismos.
II. ANTECEDENTES JURISPRUDENCIALES
Sobre la necesidad de una decisión motivada y congruente con las pretensiones
vid., entre muchas, las STC 61/1983, de 11 de julio; STC 5/1986, de 21 de enero; STC
78/1986, de 13 de julio; STC 116/1986, de 8 de octubre; STC 75/1988, de 25 de abril,
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FJ 3; STC 22/1994, de 27 de enero, FJ 2; STC 324/1994, de 1 de diciembre, FJ 2; STC
24/1999, 8 de marzo, FJ 3; STC 10/2000 de 31 de enero, FJ 2; STC 163/2000, de 12 de
junio, FJ 3; STC 187/2000, de 10 de julio, FJ 2; y STC 214/2000, de 18 de septiembre,
FJ 4.
Sobre el error en el que haya incurrido el órgano judicial como factor
constitucionalmente relevante a efectos del derecho a la tutela judicial efectiva vid.
SSTC 165/1999, de 27 de septiembre, FJ 7; 206/1999, de 8 de noviembre, FJ 4;
96/2000, de 10 de abril, FJ 5; 217/2000, de 18 de septiembre, FJ 3; 150/2002, de 15 de
julio, FJ 2; y 21/2003, de 10 de febrero, FJ 3.
III. SUPUESTO DE HECHO
El Consorcio de Tributos de la Isla de Tenerife, giró una serie de liquidaciones
en vía de apremio a Urbis, S.A., por el concepto de contribución territorial urbana,
correspondiente al ejercicio 1989, e impuesto sobre bienes inmuebles del ejercicio 1990.
Dichas liquidaciones apremiadas fueron recurridas, primero en reposición, para después,
y contra la desestimación presunta por silencio negativo, interponer recurso
contencioso-administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, el cual
declaró su inadmisión por no haberse interpuesto recurso de reposición contra las
liquidaciones giradas en periodo voluntario.
Frente a dicha Sentencia se promovió recurso de amparo ante este Tribunal
Constitucional que fue admitido a trámite y estimado por STC 96/1999, de 31 de mayo,
al haber incurrido la resolución judicial impugnada en el vicio de incongruencia "por
error". En efecto, el órgano judicial centraba sus fundamentos en el análisis del cambio
de titularidad de los bienes inmuebles y su naturaleza de modificación esencial o no
esencial, para llegar a la conclusión de su carácter no esencial y, en consecuencia,
afirmar la corrección de la notificación por edictos, la falta de interposición de recurso
de reposición contra las liquidaciones así notificadas y, en consecuencia, la firmeza del
acto recurrido. No obstante, la pretensión verdaderamente postulada por la parte actora
se había centrado en la existencia de una modificación de su valor (variación
sustancial), por lo que la respuesta judicial nada que tenía que ver con el debate
planteado.
Como consecuencia de dicho pronunciamiento, las actuaciones fueron repuestas
al momento anterior al de dictar Sentencia, y la Sala de lo Contencioso-Administrativo
del Tribunal Superior de Justicia de Canarias dictó nueva Sentencia de fecha de 6 de
septiembre de 1999, también de inadmisión por firmeza del acto recurrido. En este caso
entendió el TSJ que, aunque la parte actora alega la necesidad de una notificación
individualizada por haberse producido alteraciones y modificaciones sustanciales en el
tributo liquidado, no las acompaña de la prueba acreditativa de cuáles sean en concreto
esas modificaciones sustanciales. Contra esta resolución se promovió incidente de
nulidad de actuaciones, que fue desestimado por Auto de la Sala de 29 de noviembre de
1999.
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Frente a esta situación, Urbis, S.A. solicita nuevamente el amparo por la
vulneración de su derecho a la tutela judicial efectiva sin indefensión (art. 24.1 CE), por
dos razones:
1. Por incurrir nuevamente las resoluciones judiciales en el vicio de la
incongruencia omisiva, causante de indefensión. La incongruencia denunciada, en su
modalidad de omisiva, deriva de no haber dado respuesta el órgano judicial a las
cuestiones planteadas por la parte en lo referente a las variaciones sustanciales de los
elementos esenciales de las liquidaciones: a) falta de notificación individualizada de la
variación del valor catastral asignado a cada inmueble como consecuencia de la revisión
catastral efectuada en el año 1989; b) falta de notificación individualizada de la
liquidación inicial derivada de los nuevos valores catastrales que entraron en vigor en
1990; c) alteración del período voluntario de ingreso de las deudas tributarias; y d)
aplicación de un tipo progresivo en las liquidaciones posteriores respecto de las
precedentes.
2. Por haberse dictado sin tener a la vista los elementos de prueba que permitían
resolver las cuestiones suscitadas, cuando había quedado acreditada en el expediente
administrativo y en el ramo de prueba, tanto la variación en el período de pago
voluntario como la asignación de un nuevo valor catastral a los inmuebles consecuencia
de la revisión catastral operada en el municipio, sin haberse efectuado una notificación
individualizada.
IV. TIPO DE PROCEDIMIENTO
La entidad Inmobiliaria Urbis, S.A., interpuso recurso de amparo ante el TC
contra el Auto de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJ de Canarias (sede
de Santa Cruz de Tenerife), de 29 de noviembre de 1999, dictado en incidente de
nulidad de actuaciones contra la Sentencia del mismo órgano judicial de 6 de
septiembre de 1999, alegando la vulneración del derecho fundamental a la tutela judicial
efectiva (artículo 24 CE) en su vertiente de derecho a obtener una respuesta motivada y
congruente, y derecho a la defensa y a un proceso con todas las garantías.
V. FUNDAMENTOS JURÍDICOS
La argumentación jurídica que realiza el TC en la Sentencia objeto de este
comentario, parte de una Sentencia anterior (STC 96/1999, de 31 de mayo) en la que ya
se había concedido el amparo a la entidad Urbis, S.A. con relación al mismo tema.
En esta primera sentencia el TC entendió que la STSJ de Canarias no había
resuelto las cuestiones que se le habían planteado, obligando, en consecuencia, a
retrotraer las actuaciones con el objeto de que se dictase una nueva sentencia que se
pronunciase sobre dichas cuestiones. La nueva Sentencia, de 6 de septiembre de 1999,
se vuelve a inadmitir el recurso contencioso-administrativo sobre la base de la falta de
recurso de reposición previo, estableciendo la firmeza del acto impugnado.
Por todo ello, entiende el TC que "nos encontramos en este caso ante una
resolución judicial que, al no considerar ni atenerse a la realidad procesal, incurre en
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una desatención patente respecto de la determinación del presupuesto sobre el que se
asienta la pretensión de la parte demandante, pues inadmite —nuevamente— el recurso
contencioso-administrativo sobre la irrazonable base de la falta de prueba acreditativa
de las modificaciones sustanciales que justificarían la notificación individualizada de las
liquidaciones fiscales pretendida por la sociedad recurrente, siendo así que existen
suficientes datos —tanto en el ramo de prueba del proceso como en el expediente
administrativo que se tiene por reproducido— para que el órgano judicial llevase a cabo
una valoración adecuada de los mismos".
Como se desprende del razonamiento recogido, el TC no se pronuncia sobre la
necesidad o no de notificación individual en el caso concreto que se plantea
(modificaciones sustanciales en el IBI fruto de la alteración del plazo voluntario de
ingreso de la deuda tributaria y de la asignación de un nuevo valor catastral a las fincas),
sino que es el propio modus operandi del TSJ el que provoca la vulneración del derecho
fundamental a la tutela judicial efectiva. Una sentencia que deniega el acceso al recurso
sobre la base de que no se han acreditado los hechos alegados, cuando existe un
expediente administrativo que el Tribunal no reclama y en el que consta que se ha
practicado prueba, resulta totalmente inadmisible.
Por otra parte, el TC pone de relieve como el TSJ ha utilizado los motivos de
inadmisibilidad de forma distinta a cómo operan ordinariamente, siendo necesario
diferenciar dos situaciones distintas. Una cuestión es que exista un motivo fundado de
inadmisibilidad en el proceso, de tal forma que el tribunal pueda no entrar en la cuestión
de fondo sin que ello suponga una vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva.
Otra, distinta, es que dicho tribunal condicione la resolución sobre el motivo de
inadmisibilidad a la respuesta que otorgue al problema de fondo y que éste último se
entienda como distinto al verdaderamente planteado por el recurrente.
Si se tiene en cuenta que el TSJ de Canarias consideró que la cuestión de fondo
era una (cambio de titularidad de los bienes inmuebles y su naturaleza o no de
modificación esencial) y ésta no era la realmente aducida por la parte recurrente
(variación del valor catastral, liquidación inicial y aplicación de un tipo progresivo), el
vicio de fondo se traslada a la cuestión de forma, provocando la vulneración del
derecho. Se trata, por lo tanto, de un error que reúne los requisitos que, como ha
señalado el TC en diversas ocasiones, le dotan de relevancia constitucional, en cuanto
vulnerador del derecho a la tutela judicial efectiva. Estamos ante un error patente, que
produce efectos negativos en la esfera del ciudadano, no siendo imputable a su
negligencia y que resulta determinante de la decisión adoptada, constituyendo el soporte
único o básico de dicha resolución.
VI. COMENTARIO CRÍTICO
De forma acertada, la STC objeto de este comentario se centra en el derecho a la
tutela judicial efectiva, dejando una vez más constancia de la necesidad de que se
produzca una resolución, que debe ser además fundada y congruente para, de este modo,
dar cumplimiento al contenido del citado derecho.
Como ha puesto de manifiesto la propia doctrina constitucional, la existencia de
"un error patente en la determinación y selección del material de hecho o del
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presupuesto sobre el que se asienta su decisión, produciendo efectos negativos en la
esfera jurídica del ciudadano, se vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva; y ello
porque en este caso la resolución judicial no es expresión del ejercicio de la justicia
sino una simple apariencia de ésta" (vid., por todas, la STC 21/2003, de 10 de febrero,
FJ 3).
VII. RELEVANCIA JURÍDICA
La Sentencia del TC ofrece un marco de reflexión para los tribunales a la hora de
desestimar las pretensiones de los demandantes sin ofrecer una adecuada motivación.
Asimismo, entendemos que resulta de relevancia la diferencia que, como señala
el TC, debe realizarse entre los motivos de inadmisibilidad y las cuestiones de fondo,
dotando a cada uno de ellos de los efectos que les corresponden.
VIII. BIBLIOGRAFÍA
Picó Junoy, J., Las garantías constitucionales del proceso, Barcelona, 1997;
Chamorro Bernal, F., La tutela judicial efectiva, Barcelona, 1994. Sobre el tema de
fondo, entre otros, Hernanz Martín, A., "Las notificaciones administrativas, especial
referencia a las e naturaleza tributaria", Gaceta Fiscal, n. 200, 2001; Litago Lledó, R.,
"La notificación edictal de las liquidaciones tributarias", Fiscal mes a mes, n. 42, 1999;
Gomar Sánchez, J.I., "Alguna sreflexiones sobre las notificaciones tributarias válidas y
la jurisprudencia", Impuestos, tomo I, 1997; Zabala Rodríguez Fornos, A, "Apuntes
sobre el nuevo régimen de notificaciones tributarias", Tribuna Fiscal, n. 99, 1999;
García Novoa, C., Las notificaciones tributarias, Aranzadi, 2001.
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