Elite Bucaramanga 1973 - INCAE Business School

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Archivo Vanguardia Lsiberal
El sueño de la
industrialización
• Nacional de Cigarrillos
n las siguientes líneas se sintetizarán cuatro
estudios sobre la industria y la estructura de
poder para el desarrollo que se conformó en
Bucaramanga hacia el final del Frente Nacional, momento en el cual se consolidó un predominio de industriales.
E
¿Cuáles eran los grupos de poder local en 1972?
Aparte de un grupo político (“Los Titos”), el poder para
afectar el desarrollo socioeconómico de Bucaramanga se
encontró en siete grupos empresariales: los Santodomingo,
Buitrago, Silva, Puyana, Liévano, gremios y los señores del
Club Unión. La misma clase dirigente bumanguesa describió
a estos grupos de la manera siguiente.
1- Los Santodomingo ya eran uno de los grupos empresariales más importantes del país; aunque mantenían un perfil
discreto, habían invertido en la ciudad 20 millones de pesos
(el salario mínimo en 1975 era de $30.000 mensuales) a través de la Corporación Financiera y el Banco Santander.
2- El grupo liderado por don Pedro María Buitrago, un boyacense que había trabajado en los Ferrocarriles Nacionales, promotor de empresas tales como la Nacional de Cigarrillos, Hilanderías del Fonce, el Banco Santander y Forjas
de Colombia. Su líder había asociado capitales procedentes
del comercio, la profesión independiente, la industria, la
agricultura y la ganadería, promoviendo una gran mística
Por Enrique Ogliastri
Ph. D. - Universidad de Northwestern
Profesor INCAE Business School, Costa Rica
A lo largo del siglo XX, el
grupo dirigente santandereano
buscó el desarrollo mediante la
industrialización. Al igual que en
toda la América Latina, se comenzó
por un programa de sustitución de
importaciones y, ya en las últimas
décadas del siglo,
por el esfuerzo
de promoción de
exportaciones.
Archivo Vanguardia Liberal
e El sueño de la industrialización f
empresarial que infortunadamente fue frustrada por el fracaso del proyecto de Forjas. Trabajó con empeño hasta el
fin de sus días, cuando desde la gerencia de la Nacional de
Cigarrillos recibió la negativa de Planeación Nacional a una
inversión extranjera de L&M para producir cigarrillos con
tabaco rubio.
5- Don Gustavo Liévano era más un aglutinante que un grupo, un moderador cívico que había sido gerente de la Colombiana de Seguros y presidía la Corporación Financiera.
Fundó varias empresas industriales propias (como Damton
Buxton), pero también formó parte de la asociación de capitales que promovió Buitrago.
6- La ANDI y la Cámara de Comercio, organizaciones gremiales que podían actuar a escala regional, formaban un núcleo de primordial influencia.
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Don Alfonso Silva,
originario de San Gil,
era el prototipo del
empresario industrial
de Santander.
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3- Don Alfonso Silva, originario de San Gil, era el prototipo
del empresario industrial de Santander: había empezado su
carrera en actividades comerciales relacionadas con la venta de vestidos y trajes sobremedida, y su empresa estrella
• Alfonso Silva y esposa.
7- Los nuevos comerciantes enriquecidos que se agruparon
en el Club Unión, quienes en alguna medida despreciaban a
“los ricos de antes que ya no tienen plata”, participaban en
menor grado en los asuntos generales de la ciudad.
• Pedro María Buitrago
había sido Ropa El Roble, fundada por sus socios, la familia
Ferreira. Emparentados con los influyentes políticos Espinosa Valderrama, los Silva administraban un buen grupo de
diversas empresas industriales y comerciales.
4- El grupo liderado por don Armando Puyana tenía un origen familiar pero se había abierto a asociaciones distintas al
núcleo primario. Centrado en la construcción (Urbanas), su
origen fueron las tierras de la hacienda familiar situada al
extremo oriental de la ciudad. A diferencia de los demás grupos, que provenían de las provincias, su nombre encarnaba
el prestigio de una vieja raigambre bumanguesa.
6 Nuestro Santander
Aunque no existía realmente una pugna entre estos grupos,
su colaboración no estaba exenta de tensiones. La principal
se presentó entre el poder económico (otrora dominante en
la política) y una nueva clase media profesional que desde
hacía años había comenzado a dominar la esfera de la acción
política, pese a cierta descalificación social, lo que probablemente originó la creencia de que había demasiada separación entre el sector público y el sector privado.
La estructura de poder para el desarrollo
Los intereses industriales, combinados con otras actividades
económicas, estaban predominantemente representados en
la dirigencia santandereana al punto que se creía que hacer
industria era un acto “patriótico”. Las fuentes de poder eran
el prestigio personal, el acceso a posiciones directivas (especialmente juntas directivas), y la capacidad de decisión sobre
los proyectos de desarrollo más importantes. Así se pudieron
establecer los nombres de entidades y personas que tenían
e El sueño de la industrialización f
Cuando las ciudades
son pequeñas, los
intereses particulares pueden ejercerse
de una manera personal, es el mundo
del “don” antes del
“doctor”; allí, las
entidades públicas
• Gustavo Liévano
(“descentralizadas”)
aportaban soluciones a los problemas socioeconómicos y se
consideraban más legítimas con poder para el desarrollo. El
poder estaba más concentrado e institucionalizado en las
ciudades mayores de 200.000 habitantes, como en Bucaramanga, donde entidades privadas como la ANDI o la Cámara de Comercio eran consideradas “cívicas”, propiciadoras
del bien común y de un ámbito general.
En esta red de organizaciones eran cruciales las juntas directivas, en las que se tomaban decisiones significativas y donde se enlazaban los dirigentes de la ciudad con los del poder
nacional. Se encontró así que las decisiones más importantes en los proyectos para el desarrollo regional se tomaban
en Bogotá y en el sector público. Aproximadamente, un 10%
de los dirigentes vivían fuera de la ciudad.
Otro hallazgo importante del estudio fue la existencia de un
grupo de dirigentes que trabajaban tanto en el sector privado como en el público, pero que se diferenciaban de ambos
sectores: tenían una visión de largo plazo, les preocupaba
mucho la pobreza, pero no creían en una solución socialista,
daban prioridad a inversiones en infraestructura, apoyaban
moderadas reformas agraria y urbana y la completa separación de la Iglesia y el Estado. Eran intermediarios institucionales y un pivote central de la clase dirigente colombiana. La
mayoría provenía del más alto nivel social (aunque muchos
venidos a menos) tenían carreras diversificadas, mentalidad
cívica y gran capacidad de manejo político. Gustavo Liévano
y Gerardo Silva entraban en esta categoría, pero a la región
le faltaron más de estos dirigentes polivalentes, con habilidad de negociación, como lo demostró la increíble y triste
historia de Forjas de Colombia.
Pedro María Buitrago había logrado aglutinar esfuerzos y capitales para este proyecto, que dirigió hasta montar la planta.
En una región marcada por el individualismo, Forjas repre-
sentó una gran ilusión colectiva: desde 1959 prometió una
“verdadera base para la industrialización... que generara
empleos masivos”. Muchos pequeños inversionistas aportaron mil pesos mensuales durante cuatro años para llegar
a tener una acción de la empresa. Se analizaron tres propuestas alemanas (Krupp, Werner, Reihnstahl) y se escogió
la última por su oferta de financiación. El estudio técnico
incurrió en errores graves de información y cálculo que los
inversionistas posteriores pasaron por alto (corporaciones
financieras Nacional, Internacional y Colombiana, Intercol,
Adela, IFI). La planta fue instalada en 1966, y al año siguiente un estudio de L. B. Knight recomendó liquidarla por los
errores cometidos: inversiones innecesarias, sobrecostos,
un tamaño siete veces el mercado nacional e imposibilidad
de exportar. Los inversionistas habían dejado en manos de
la Reihnstahl la decisión del tamaño y los equipos que vendería, en evidente conflicto de interés y error de negociación.
Forjas contó con dos juntas directivas interconectadas por el
principal líder de la región (Liévano), con la de suplentes en
Bucaramanga. La incapacidad de negociación fue patente no
sólo en las experiencias con Reihnstahl, sino con distribuidores y clientes (Caterpillar, Ferrocarriles), con los ingenieros y técnicos, con el gobierno y sus políticas de protección,
con proveedores (Paz de Río), y con el IFI y la CCA, con los
cuales no se negociaron buenos acuerdos ni se mantuvieron
garantías. Esta dolorosa experiencia, fácil de criticar a posteriori, tuvo un fuerte impacto en el espíritu empresarial de
la región.
La industria en Bucaramanga
Por razones históricas de su desenvolvimiento y estructura
económica, en Santander se había desarrollado una mentalidad individualista, agresiva, franca e industriosa, que era conArchivo Vanguardia Liberal
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poder para influir en
el desarrollo.
• Forjas de Colombia
Nuestro Santander 7
e El sueño de la industrialización f
• Gerardo Silva
sistente con el artesanado, el minifundio y la pequeña empresa. Durante la primera parte del siglo XX la mayoría de las
46 principales empresas santandereanas eran comerciales,
sólo 12 eran industriales y se concentraban en productos de
consumo inmediato, a excepción de una sola, dedicada a la
producción de maquinaria agrícola e industrial.
A lo largo de este siglo, los gobiernos colombianos trataron
de reemplazar las importaciones mediante protección a las
nacientes industrias. Con el apoyo de la promotora del gobierno –el IFI– desde 1942, en las mayores regiones del país
este proceso se inició por los bienes de consumo y llegó a producir materias primas para otras industrias e incluso empresas de bienes de consumo durable. La Gran Depresión, las
Guerras Mundiales, los ingresos del café de exportación, la
urbanización, fueron algunos factores que propiciaron este
desarrollo en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla. Pero la
región santandereana no había llegado todavía a este nivel.
En 1969, las principales industrias empleadoras de Bucaramanga eran las del sector de prendas de vestir, alimentos,
tabaco y textiles. Se exportaban tejidos de fibra vegetal, manufactura de cuero y confecciones. En 1972 existían 112 industrias, de las cuales sólo 11 superaban los 100 empleados
y la mitad ocupaban a menos de una decena de personas. En
1976, treinta y cinco empresas tenían más de 50 empleados
y la industria era exclusivamente de bienes de consumo, con
poca inversión extranjera, bajo nivel tecnológico y del sector tradicional (no de un sector dinámico con potencial de
8 Nuestro Santander
Los dirigentes bumangueses eran parte de una estructura de
poder nacional y su industria no se encontraba en la frontera
de la industrialización colombiana. La asociación de capitales, un origen financiero de la industria y un concepto asociativo de conjunto, se produjeron después con el grupo de
Promisión y la Corporación Financiera de Santander, lo que
nos lleva hasta el siglo XXI y sus perspectivas.
Este período marca el fin de un modelo de desarrollo (sustituir importaciones y promover exportaciones), de una estructura regional de poder (centralizado, presidencialista y
con un eje clave en el sector público), del bipartidismo, de
limitaciones a la competencia e inversión extranjeras, de
considerar opciones socialistas y la primacía del Estado para
promover desarrollo económico.
• Apolinar Pineda
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crecimiento y desarrollo tecnológico). La pequeña y mediana empresa (PYME) familiar caracterizaba a Bucaramanga,
lo cual tenía algunas ventajas y serias desventajas que aún
se pueden ver. Entre estas últimas están las siguientes: las
PYMES no permiten una acumulación de capital que pueda
ser reinvertida, convirtiéndose en mera subsistencia sin crecimiento; la renovación tecnológica que les puede permitir
competir a largo plazo se pospone hasta que es necesario dar
un gran salto en maquinarias o procesos, lo que pone en gran
riesgo su supervivencia. La competencia se hace cada vez más
nacional e internacional y las PYMES no tienen capacidad
económica para ampliar la distribución, hacer publicidad y
renovar productos; la administración recae en la familia, que
frecuentemente no deja progresar la empresa con una gerencia más profesional.
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