UNIDAD III IDENTIFICACIÓN DE INTERESES Y APTITUDES

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UNIDAD III
IDENTIFICACIÓN DE INTERESES Y
APTITUDES
“Quién Soy Yo”
Mtra. Ma. De Lourdes Reyes Pérez
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Mi Imagen…
Mis
Capacidades
Que me
disgusta hacer
Qué me gusta
hacer
Los demás me miran
así…
Yo soy…
Mis
intereses
Mi
personalidad
Así soy...
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¿Quién Soy Yo?
Es muy importante tu imagen en tu desenvolvimiento y proyección del futuro.
Es necesario que te cuestiones sobre lo siguiente.
¿Sabes qué imagen proyectas hacia la sociedad (familia, amigos, grupos)?
¿Sabes que imagen proyectas como estudiante?
La presencia escolar esta perdiendo protagonismo en las nuevas generaciones
por lo que requiere redireccionarse y actualizarse en muchos de sus aspectos.
El paso por la escuela, independientemente del grado de aprovechamiento de
la misma, no asegura el manejo de las competencias para toda la vida.
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No se trata ya de imposiciones ni de obligaciones, sino de ofrecimiento, de
disponibilidad y de ejercicios de derecho: todos los estudiantes deben disponer
de oportunidades para acceder a los nuevos conocimientos necesarios:
idiomas, nuevas tecnología, las comunicaciones, problemáticas del mundo
contemporáneo.
Todo esto exige una nueva presencia escolar para que los estudiantes puedan
aprovechar los nuevos saberes que recorren el complejo mundo que vivimos.
En modo alguno podrán repetirse los modelos y los esquemas de las escuelas
del pasado, ya que ni los agentes educadores, ni el funcionamiento de los
encuentros, ni la dinámica de la enseñanza, el aprendizaje y la acreditación
pueden asimilarse a los modelos del pasado, sino que requieren otro tipo de
aportes y resolución.
Mientras el trabajo moderno era un trabajo de por vida, en pocos años los
modelos laborales del presente responden a la provisoriedad, a la búsqueda, a
la vivencia de una transición permanente. Nadie se siente seguro en sus
empleos y, mientras disfruta de uno, piensa cómo logrará reubicarse en otro
mejor. La escuela del pasado preparaba para ese único trabajo, que cada ser
humano debía elegir y mantener de por vida.
La elección vocacional, la opción por determinadas orientaciones, el tipo de
instituciones apuntaba a ese principio. La escuela del presente y la que futuro
necesita y reclama otras respuestas: es imperioso no sólo preparar a los
sujetos para la búsqueda inicial y permanente – disponiendo de las
competencia requeridas - sino que deberá hacerse cargo, especialmente, de
los que – en las diversas etapas – no consiguen trabajo, no pueden mantenerlo
o no logra ser incorporado a ninguno de los puestos disponibles, o exhiben una
serie de síntomas que le impiden ordenar su vida personal y familiar, integrarse
a universo social, mantener una visión batalladora y optimista frente al porvenir.
La vida humana ha crecido en expectativa y duración. En el pasado la
expectativa de vida era más limitada y el período no productivo o pasivo de una
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persona era relativamente corto. Jubilarse o retirarse era una determinación
que se tomaba con una menguada posibilidad de sobre vida.
Hoy sabemos que quienes se retiran – con diversos tipos de beneficios
sociales (o ninguno) – tienen muchos años por delante y que su presencia
como hombres y mujeres de la tercera o de la cuarta edad también requieren
otras intervenciones educativas, ya sea para facilitar una salida laboral de otro
tipo, una presencia productiva y solidaria en la sociedad, o el ingreso a circuitos
de conocimientos que se convierten en un fin en sí mismos o una suerte de
satisfacción de los deseos intelectuales personales, conscientes de la
imposibilidad de poder reingresar al circuito productivo.
Los formatos educativos exigen otra forma de escuela que permita adecuarse a
la realidad de quienes concurren con este tipo de inquietudes y demandas.
Las sociedades tienen hoy demandas para sus ciudadanos que no son las
mismas que del pasado. Muchas de las nuevas reglas de funcionamiento social
aparecen a lo largo del tiempo y no pueden ser previstas por una educación
inicial y universal.
Las escuelas pueden funcionar como una presencia institucional que atienda a
la educación de los consumidores, la puesta en funcionamiento de
determinadas leyes o costumbres, la seguridad de los conductores de los
diversos vehículos, las actividades solidarias y gratuitas, la formación política
responsable de los ciudadanos, el cuidado de la salud y del propio cuerpo, la
prevención de diversos tipos de enfermedades, las necesidades de quienes
pueden sufrir – en algún momento de sus vidas – algún as situaciones de
soledad, imposibilidad de comunicación, adicciones o enfermedades que
requieren una ayuda específica.
El comportamiento y/o desenvolvimiento, acciones o actividades particulares
hacia el entorno, de alguna forma involucraba la reputación y prestigio de la
entidad a la cual pertenecíamos.
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Con el tiempo la entidad o institución, ya ha adquirido personalidad propia, y
prestigio dentro de la sociedad, algo que, ya no sólo el empleado puede dar a
conocer y manipular, ahora la empresa escoge según los perfiles que demanda
un puesto, al personal que desarrollará funciones en la empresa, cualquiera
que sea la empresa, tendrá el orgullo de trabajar para ella.
Pero, nos encontramos con dos variables importantes en el mercado, dentro
del mundo competitivo:
-La imagen Institucional
-La imagen personal y/o profesional
Uno tanto dependiente de la otra, pero con características totalmente
diferentes, mientras que en una la comercializa una persona, en la otra la
comercializan muchas personas, pero a pesar de ello, juntos lograrán los
objetivos trazados en el ámbito institucional.
Lo importante en una imagen institucional, es resaltar las fortalezas y
oportunidades ante el entorno de tal manera, que pueda posesionarse con
confianza en la mente del consumidor o del mercado potencial.
Las palabras imagen y presencia juegan un papel decisivo en estos asuntos. A
lo largo de tu interactuar social, ya las habrás escuchado; por ejemplo, qué
imagen proyecta “tal” cantante, la presencia del Presidente de la República, e
incluso algunas personas llegan a mencionar la importancia de un “cambio de
imagen”.
La aplicación de los presentes conceptos puede ir desde la manera como
pensamos hasta lo relacionado con el aspecto físico: Si nos agrada nuestra
estatura, nuestra complexión, nuestro cabello, el color de nuestra piel, etcétera.
Entonces, ¿Cómo entendemos imagen y presencia? ¿Son estas concepciones
similares o iguales?, y ¿De qué sirve hablar sobre ello?
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Más allá de la buena presencia: ¿Qué es y cómo se construye una imagen
profesional? Como ejemplo se te da el de una persona con apariencia diferente
a la que normalmente estamos acostumbrados a tratar:
Un joven con rastas, graduado con honores en finanzas, se presenta a una
entrevista para un puesto de analista bursátil. El reclutador inmediatamente le
dice: "Disculpe, creo que usted no es lo que estamos buscando"...
La imagen profesional es una serie de características de una persona
percibidas por aquellos con los que interactúa laboralmente. Colegas, jefes y
clientes, observando su aspecto y comportamiento, construyen interpretaciones
sobre sus competencias y valores. Inevitablemente, estas interpretaciones se
difundirán por el mercado y afectarán las oportunidades de carrera de una
persona.
Sin embargo, señala un artículo de la escuela de negocios de Harvard, no sólo
el comportamiento de una persona contribuye a la formación de su imagen
profesional.
Existe un factor que escapa a nuestro control y que suele ser decisivo en la
determinación de la forma en que nos percibe el mercado: el estereotipo.
En los Estados Unidos, por ejemplo, los afroamericanos son percibidos como
menos inteligentes que los blancos.
Los asiáticos, por su parte, están catalogados como buenos técnicos pero
carentes de habilidades interpersonales (una notable restricción a la hora de
aspirar a posiciones de liderazgo).
Incluso, por más asombroso que pudiera parecer en el siglo XXI, muchos
todavía asocian la imagen de una mujer con delantal con una enfermera.
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Desde luego, el hecho de que usted decida peinarse con rastas no implica
necesariamente que usted carezca de las habilidades para trabajar, por
ejemplo, de analista bursátil en un banco multinacional.
Sin embargo, en un proceso de selección, es probable que usted se encuentre
en desventaja contra candidatos de cabello al ras y prolijamente afeitados.
Ahora bien, vencer un estereotipo no es tarea sencilla. No existe ninguna
receta única de construcción de imagen profesional (la situación es mucho más
compleja que la vieja máxima de "vístete de acuerdo al trabajo que querrías
tener").
No obstante, señala el artículo de Harvard, algunas pautas de análisis pueden
ser útiles para evaluar la imagen actual que percibe el mercado e identificar
algunos pasos a seguir para proyectar la imagen deseada:
1) Identificar la imagen deseada.
Según su plan de carrera, ¿Cuáles son las competencias y actitudes que desea
que la gente asocie con usted? ¿Cuáles de sus características profesionales
desea enfatizar en sus interacciones laborales? ¿Cuáles prefiere minimizar?
2) Evaluar la situación actual.
Imagine que las personas con las que interactúa profesionalmente se reunieran
para hablar de usted a sus espaldas ¿Qué cree que dirían? La respuesta a
esta pregunta es, precisamente, su imagen profesional ¿Esta percepción es
coherente con lo que usted desea transmitir?
3) ¿Vale la pena el cambio de imagen?
Es frecuente que la imagen deseada sea diferente de aquella que actualmente
usted proyecta al mercado. Sin embargo, esto no necesariamente significa que
sea hora de cambiar.
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Los procesos de cambio de imagen exigen gran esfuerzo psicológico. Por lo
tanto, antes de emprender la tarea, es aconsejable un minucioso análisis de
costo-beneficio ¿Vale realmente la pena?
4) Credibilidad versus autenticidad.
El objetivo de un cambio de imagen profesional radica en incrementar la
credibilidad. Es decir, lograr que los demás crean que usted posee ciertas
competencias que usted considera valiosas para su carrera.
Sin embargo, existe un trade-off (pros y contras, ventajas y desventajas,
ventajas e inconvenientes, interrelación, equilibrio, renuncia a algo por otra
cosa) entre credibilidad y autenticidad.
Ser usted mismo (ser auténtico) puede perjudicar su credibilidad si las
competencias que el mercado percibe en usted no son las que necesita para su
carrera.
Sin embargo, esforzarse demasiado en construir la imagen deseada, le hará
perder autenticidad. Su actitud no sólo parecerá impostada sino que hasta
tendrá grandes costos psicológicos.
Los cambios radicales son imposibles e indeseables. Dejar de ser uno mismo
para consolidar una carrera es una apuesta inútil.
5) Monitoreo de los resultados del proceso.
Un proceso de cambio de imagen requiere un enfoque coherente y orientado
por los resultados, muy similar a cualquier proyecto corporativo.
Por lo tanto, a lo largo del proceso, es necesario mantener una coherencia en
el comportamiento y monitorear las reacciones de los otros para ir ajustando el
mensaje.
En definitiva, la construcción de una imagen profesional es un proceso que se
desarrolla inevitablemente.
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Le guste o no, colegas, jefes y clientes siempre recibirán una imagen de usted
y la utilizarán para realizar inferencias sobre sus competencias.
Y, si usted no se toma unos minutos para pensar en la imagen que proyecta,
posiblemente termine siendo víctima de estereotipos que afectarán sus
oportunidades de carrera.
Comunicación corporativa.
Pero, ¿Qué es la imagen? ¿Para qué sirve la imagen? ¿Cómo controlarla?
¿Qué elementos componen la imagen de las escuelas, personal, profesional?
¿Qué papel tienen los edificios en la composición de esa imagen?
Intentaremos contestar a todas las preguntas con algunos ejemplos, e
iniciaremos con lo que parece claro que la imagen se define:
Imagen se define como la “reproducción concreta o mental acerca de la
percepción general o particular de aspectos tangibles o intangibles de una
persona o institución”.
Consecuentemente, entenderemos como imagen aquello que atribuimos a
personas o grupos de personas, como las cualidades que más las o los pueden
identificar; en otras palabras, implica conocer la forma como se ve algo o
alguien.
Como ejemplo, y para comprender mejor el término “imagen”, podemos decir
que es común escuchar que se hace referencia a la imagen que tiene alguna
empresa de nuestra comunidad y la forma como es vista por la mayoría de las
personas. Hay ocasiones que, hacia su interior, una empresa puede llegar a
considerar que tiene una determinada imagen con sus clientes; sin embargo, al
preguntarles a éstos, puede no corresponder con los que sus integrantes
piensan de ella. Cuando se toma conciencia de ellos, se pueden hacer los
ajustes requeridos.
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IMAGEN OBJETIVA
IMAGEN PROSPECTIVA
IMAGEN OBJETIVA
IMAGEN OBJETIVA
En la imagen anterior se pretende expresar la necesidad de una profunda
interrelación entre las cuatro imágenes.
La imagen objetiva representa no solamente el edificio y su estado de
conservación sino también la oferta curricular concreta, la imagen de los
alumnos saliendo del colegio, sus equipos deportivos, artísticos, el profesorado,
las actividades que se hacen en el colegio al terminar las clases…..pero no es
esta la imagen que llega al espectador sino…
La imagen pública, porque esta modificada por rumores, ruidos de la
comunicación, famas anteriores, comparaciones con otros colegios que la
gente hace, etc. Y también esta modificada por otras dos imágenes que tienen
una especial importancia para la gestión de la organización y de su imagen.
Se trata de la auto- imagen que tiene especial importancia en el mundo
escolar, se trata de la imagen tal y como es captada por los propios agentes de
la imagen, especialmente por los profesores y tiene que ver con su propia
autoestima como profesionales, el grado de confianza y entusiasmo derivado
de un proyecto educativo que se lleva a la practica, su cultura de solución de
problemas, una organización centrada en el alumno, una conciencia clara de la
trascendencia social de la profesión. Hemos dicho que reviste de especial
importancia porque no vemos que se hable últimamente de satisfacción
docente, sino más bien de malestar. Y ese malestar incluye esa imagen de la
escuela pública y de la profesión en general.
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Esta imagen puede transmitirse con facilidad a los alumnos o a los padres de
familia y entonces estamos echando piedras sobre nuestro propio tejado.
Una imagen negativa como puede ser en el clima, no solamente tiene efectos
en la relación con los padres, sino, sino a través de la auto-imagen, en la propia
salud de los profesores y en ultimo termino, en la calidad del trabajo y en los
resultados escolares.
Por último está la imagen prospectiva que es la que detectan o cuidan los
directivos de la organización y la que debe de ir unos pasos delante de todas
las demás imágenes, todas estas tienen algo de superior a la realidad,
situación que debe de ser aprovechada por los directivos para salir adelante y
realzar las expectativas, ya que si bien es cierto la mayoría tiene resistencia a
cambiar, adaptarse a novedades o a cambios de su entorno.
Referencias
Marcuschamer, Eva (1999). Orientación vocacional, decisión de carrera. Ed.
Mc Graw Hill, México.
Valdés Salmerón, Verónica (2004). Orientación Profesional, un enfoque
sistémico. Editorial Pearson, México.
Carter, Carol, et. Al (1999). Orientación vocacional: como alcanzar tus metas.
Ed. Prentice Hall Hispanoamericana, S. A. de C. V. México.
Webgrafía
Rodríguez Espinar (1993) señala tres principios básicos de la orientación:
consultada el 24 de mayo de 2010. http://www.orientared.com/orientacion.php
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