Aprendiendo a construir su propia casa Marcelino Rocha Cayllahua, es un padre de familias, de 42 años. Vive en la localidad de Chuschi, Ayacucho, y su familia fue una de las afectadas en el sismo. Su casa hecha de piedra y adobe fue catalogada como inhabitable debido a las profundas rajaduras de las paredes. En esa casa vivían con su esposa, su hijo, nuera y nieto. Ahora tenía que buscar la manera de dar cobijo a sus seres queridos y no iba a escatimar esfuerzo para lograrlo. Soluciones Prácticas llegó a la zona afectada con una alternativa de autoconstrucción, que se inició con la capacitación de los beneficiarios. Marcelino nos cuenta: “Para la capacitación primero era organizarse por grupo, después preparar cimiento con madera, luego colocar adobe con barro y piedra. Finalmente colocamos armazones y tijerales. Los técnicos nos enseñaron hacer el tijeral con madera, clavo y correa, eso lo hacíamos para el techo”. Algo que Marcelino siempre recuerda es que el trabajo se realizó en grupo y gracias a ello lograron avanzar rápidamente y apoyarse unos a otros “Nos organizamos por grupo, todos hacíamos como una minka, así todos un día para uno y otro día para otro”. Su grupo se llamaba Belén, quienes trabajaron en turnos de 6am a 8pm, todo para la autoconstrucción de sus propias casas. A Marcelino que, antes había trabajado en carpintería y un poco de albañileria, se fue más fácil aprender. “Me capacite para construirla. La capacitación fue teórica – práctica primeramente ampliación de terreno, apertura de zanja, sobrecimiento, percar el muro, elaborar el adobe”. Antes la casa de Marcelino era de solo para vivienda, ahora cuenta con más habitaciones para toda la familia. Reconoce que ha aprendido mucho en los talleres. “Nos enseñaban a aplanar la tierra, hacer trazos, abrir zanjas, empaque de cemento y sobre cimiento, a hacer la teja con cemento y mezcla para luego lo llevaba a la maquina que elaboraba las tejas”. Todas las cosas que ha aprendido le servirán para cuando desee mejorar su casa y haga trabajo en albañileria que permitan ganarse la vida. Su familia está contenta de tener su nueva casa y están seguros que seguirán ampliando los espacios con más habitaciones, cuando la familia siga creciendo.