¿Puede la Parte Culpable Volverse a Casar?

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¿Puede la Parte Culpable Volverse a Casar?
Anotaciones
Lección 9
¿Puede la Parte Culpable
Volverse a Casar?
Versículo para recordar: “Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra,
adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera” (Lucas 16:18).
El cuerpo de Cristo ha sido perturbado en algunas secciones del país (particularmente en la costa oeste) por aquellos que hablan en favor de que la parte culpable
bíblicamente se puede volver a casar. Esta posición está estrechamente conectada
con la que está en el capítulo previo. Muchos hermanos que sostienen esta posición también creen esa del capítulo ocho. Las consecuencias de los argumentos
hechos para justificar la posición el divorcio mental llevarán a los mediadores de
ella a tomar la posición bajo revisión en este capítulo. Una razón es que muchos
de los argumentos son el mismo
El lector es animado a notar que el problema básico que tiene esta posición es
el mismo problema que tienen el divorcio mental y las otras posiciones, que es el
fracaso en distinguir el matrimonio y el lazo.
I. La Posición Declarada
Esta posición se enfoca en la parte culpable antes que en la inocente. Dice
que cuando hay un divorcio por fornicación que no solo el inocente es libre para
volverse a casar, sino también el culpable. La idea es que si culpable no continúa
casado con el inocente, entonces es libre para volverse a casar. Los apoyadores de
esta posición creen que si uno de las partes es desatada, ambos están desatados,
permitiendo de esta manera un matrimonio bíblico.
Para ilustrarlo, si Pepe repudia a María por fornicación, entonces ambos están
libres para volverse a casar.
Hay algunos aspectos de esta posición que no son aceptados por algunos que
creen que la parte culpable se puede volver a casar. Algunos nos dirán que la
fornicación automáticamente desune el matrimonio (y el lazo). Además, es argumentado que el adulterio es cometido la primera vez que uno cohabita con otro
(otro que no sea su legítimo cónyuge). Por este acto el primer matrimonio deja
de existir. En vista de que no hay matrimonio, los actos sexuales subsecuentes
no son adulterio.
II. No Puede Volverse a Casar
A. Confundiendo el matrimonio y el lazo. Animo al lector para que vuelva a leer
el capítulo cinco que trata con el matrimonio y el lazo en gran detalle. La falacia
básica de la posición, que dice que la parte culpable se puede volver a casar, es que
confunde el matrimonio y el lazo. No he leído algo de alguno de los defensores
de esta posición que indique que creen que el matrimonio y el lazo son distintos.
El concepto es que el matrimonio y el lazo son lo mismo. De esta manera, si una
pareja no continúa casada, ya no están más atados (u obligados) el uno con el otro.
Para ser más específico, en vista de que el fornicario repudiado ya no continúa
casado, es pensado que no continúa atado y es libre para volverse a casar.
Rom. 7:2-3 demuestra la diferencia en que la mujer aquí estaba sujeta a su primer marido aún cuando estaba casada con otro. Este lazo es la razón por la que
el segundo matrimonio es adúltero.
Es posible estar sujeto a uno y casado con otro. Tal es el caso en Rom. 7:2-3.
La mujer está “sujeta por la ley al marido” aún cuando se “uniere a otro varón”.
Mat. 19:9 dice que el hombre que repudia a su mujer por fornicación bíblicamente
se puede casar con otra. De esta manera, está suelto. Pero el que se casa con la
mujer que es repudiada comete adulterio. De esta manera, ella aún está atada.
Dios ha desatado al inocente que repudia a su cónyuge por fornicación. Dios
no ha desatado al culpable (Mat. 19:9).
B. No está autorizado. El respecto por el Señor y Su autoridad nos hace en-
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tender que actuar sin autoridad es pecado (2 Jn. 9). No podemos ser presuntuosos
y pensar que el silencio de Dios es permiso para actuar. Heb. 7:14 demuestra de
una vez por todas que el silencio de Dios es prohibitorio (no hay autoridad), ni
permisivo. Jesús no podía ser sacerdote en la tierra porque él era de la tribu de
Judá “de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio”.
Dios ha autorizado a la parte inocente para que repudie a su cónyuge por
fornicación y se case de nuevo (Mat. 5:32; 19:9). No hay pasaje que autorice el
fornicario repudiado para que se case de nuevo. Mat. 5:32; 19:9; Mr. 10:11-12 y
Luc. 16:18 no conceden tal derecho. Ni ningún otro pasaje provee la autoridad
necesaria. Usar el razonamiento humano no lo hará. Decir que ningún pasaje
lo prohíbe funciona. Debemos acatar la autoridad de Cristo en esta área como
también en la obra, organización y adoración de la iglesia.
C. Prohibido. No solo Dios no autoriza a la parte culpable para que se case de
nuevo, sino que se lo ha prohibido.
Jesús dijo que cuando el repudiado se casa de nuevo esto es adulterio. “... y el
que se casa con la repudiada, comete adulterio” (Mat. 5:32b). “... y el que se casa
con la repudiada, adultera” (Mat. 19:9b). “... y el que se casa con la repudiada
del marido, adultera” (Luc. 16:18b).
Nótese que no hay frase de excepción en esta cláusula que recién citamos. La
excepción en la primera cláusula se aplica a uno que repudia a su cónyuge. Considere nuevamente este diagrama:
SEGUNDAS NUPCIAS
Repudia
Es Repudiado
Adultera
Adultera
Salvo por
Causa de
Fornicación
Obviamente, cuando la repudiada (sea por fornicación o alguna otra razón) se
vuelve a casar, eso es adulterio.
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Aunque no es una prueba cien por ciento, la ausencia del artículo definido (“la”)
antes de repudiada en nuestro texto demuestra que una mujer repudiada en particular
no está bajo consideración, antes bien cualquier mujer repudiada.
III. Argumentos
1. “Si el fornicario repudiado no puede volverse a casar sin cometer pecado,
entonces sería pecado para él/ella reconciliarse con su primer cónyuge”.
El pecado está en casarse con otro. “El que” (de Mat. 19:9) que se casa con la
repudiada es obviamente alguien distinto a aquel que la repudio. La reconciliación
sería posible y bíblica, para el primer cónyuge sería el único con quien la fornicaria
estaría ligada (o sujeta). 1 Cor. 7:10-11 muestra que cuando el lazo aún está presente la reconciliación es el único curso posible para tener un matrimonio bíblico.
2. “Si la parte inocente es puesta en libertad, entonces la parte culpable también es puesta en libertad. Cuando el lazo es roto por uno es roto para el otro.
Exactamente como dos personas atadas juntas con una cuerda o esposadas juntas,
si una de las partes es liberada, la otra lo es automáticamente”:
El hombre y su esposa no son los únicos elementos en el lazo. Rom. 7:2-3
nos dice que la ley de Dios (un cónyuge de por vida) ata a los dos. Los dos están
atados por la ley de Dios del uno para con el otro. Un cónyuge podría estar libre
mientras el otro aún está atado por la ley. Por eso, si queremos usar la ilustración
de una cuerda o esposas, tendríamos al hombre y su esposa atados o esposados
juntos, pero también a la ley de Dios. De esta manera, si el hombre es desatado
(debido a la fornicación de su esposa) ella aún está atada por la ley de Dios.
Quizás podemos ver esto aun más claro por medio de la ilustración de un yugo,
en el siguiente diagrama. El hombre y la mujer estaban acoyuntados, pero Dios
podía liberar a uno del yugo y dejar al otro en el yugo.
3. “En vista de que el fornicario repudiado no tiene una esposa entonces es libre
para volverse a casar porque 1 Cor. 7:2 dice ‘cada uno tenga su propia mujer, y
cada una tenga su propio marido’”.
Nuevamente, vemos la confusión del matrimonio y el estar sujeto (ligado). Esto
supone que si uno no está casado, no está sujeto (o ligado). Previamente hemos
mostrado que uno podría no estar casado (divorciado) y aún estar sujeto (o ligado).
Y si uno está sujeto (o ligado), el/ella no es libre para volverse a casar.
Usando la lógica de este argumento, uno podría justificar las segundas nupcias
de uno que ha repudiado a su cónyuge no bíblicamente. Aunque Jesús dijo que
su matrimonio sería adulterio (Mat. 19:9), yo podría razonar que él no tiene una
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esposa, de esta manera 1 Cor. 7:2 dice que él tiene derecho para casarse. Las
consecuencias de este tipo de razonamiento es que no habría ningún matrimonio
no bíblico. Podríamos razonar, si uno está divorciado, no tiene una esposa, de
esta manera las segundas son bíblicas.
4. “¿Dónde está el pasaje que coloca una pena sobre la parte culpable?”
Mat. 5:32b y Mat. 19:9b declara que es cometido adulterio cuando el repudiado
se vuelve a casar. Una mejor pregunta sería, “¿Dónde está el pasaje que concede
al fornicario repudiado la autoridad para volverse a casar?”
5. “Mat. 19:9b (‘y el que se casa con la repudiada, adultera’) fue añadido por
un copista. Está ausente de algunos manuscritos. Por tanto no es parte del texto
original”.
Mire de nuevo a la lección tres (sección sobre los problemas textuales) donde
es discutida la pregunta acerca de esta cláusula.
6. “El adulterio es cometido por uno que está casado. En vista de que el fornicario repudiado no está casado, entonces para él no sería adulterio volverse
a casar”.
Es supuesto que el adulterio es cometido solamente por una persona casada.
Jesús dijo que “cualquiera” (sea casado o no casado) que se casa con la repudiada,
adultera (Mat. 19:9b; 5:32b; Luc. 16:18b). Nótese que él dijo que el (no ella con
quien se ha casado) adultera. Por supuesto, ella también lo hace. O ¿este texto
está diciendo que es adulterio solamente si el hombre que se casa con ella es un
hombre casado?
Walter Bauer dice que la palabra “adulterio” es usada “2. de un hombre, que
se casa con una mujer divorciada Mat. 5:32b; 19:9 v.1 o quien se casa de nuevo
después de divorciarse de su esposa 19:9 ...” (Léxico Griego - Inglés del Nuevo
Testamento y Otra Literatura Cristiana Primitiva, Pág. 256).
Jesús usó la palabra “adulterio” en la misma forma que el argumento de arriba
dice que no puede ser usado. Dijo que un hombre que repudia a su esposa (de esta
manera no casado) y se casa con otra adultera (Mat. 19:9).
El mismo razonamiento usado en el argumento de arriba justificaría unas segundas nupcias para aquel que es repudiad por una causa trivial (o intranscendente).
Tal persona no está casada y por tanto no podría cometer adulterio.
Una mirada cuidadosa a Rom. 7:2-3 revelará que la razón por la que unas segundas nupcias es adulterio es porque uno aún está sujeto (o ligado) a su primer
cónyuge. Cuando uno es desatado de la ley que lo ata a su cónyuge, no hay adulterio si decide volverse a casar.
7. “La frase de excepción en Mat. 19:9a también se aplica a la segunda cláusula
(‘y el que se casa con la repudiada, adultera’)”.
Mire atrás a la lección cuatro (sección sobre la frase de excepción) donde esto
es tratado en detalle.
8. “En la cláusula, ‘y el que se casa con la repudiada ...’ no se refiere al fornicario repudiado, sino a uno repudiado por otra causa”.
El mismo argumento es tratado en dos partes diferentes de la lección ocho (secciones sobre al repudiado se el prohíbe volverse a casar y argumentos).
9. “Bajo el Antiguo Pacto cuando un judío repudiaba a su esposa por una causa
distinta a la fornicación, el efecto era que ambos eran libres para volverse a casar.
En Mat. 19 Jesús no cambió el efecto de la ley sobre el divorcio y las segundas
nupcias, solamente el número de las causas”.
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Jesús también cambió el efecto. El adúltero bajo el antiguo pacto era muerto
(Lev. 20:10). Considere los puntos en la lección seis que muestran un claro contraste entre la vieja ley y la ley de Cristo sobre el matrimonio.
10. “La posición defendida en este libro tendría a dos mujeres sujetas (o ligadas)
al mismo hombre. La fornicaria repudiada y su nueva esposa estarían sujetas (o
ligadas) a él. Si el lazo involucra obligación, entonces ambas están obligadas a
cumplir los requerimientos de 1 Cor. 7:3-5”.
La fornicaria repudiada no puede ya más cumplir los requerimientos de 1 Cor.
7:3-5, exactamente como el que debe vivir una vida célibe (1 Cor. 7:10-11). La
actividad sexual debe ocurrir dentro del matrimonio (Heb. 13:4). El fornicario
repudiado ya no continúa casado.
Considere nuevamente Rom. 7:3-4 que dice que ella está sujeta por la ley a su
marido.
11. “La fornicación corta el matrimonio en el punto en que se ha comprometido,
porque Dios ordenó que los dos son uno y no tres o más para ser uno. Cuando
el matrimonio es disuelto, el inocente no continúa casado con el culpable y el
culpable no continúa casado con el inocente. De esta manera ambos están libres
para volverse a casar”.
La fornicación es la causa y no el divorcio mismo. Jesús dijo que un hombre
podía repudiar a su esposa “por fornicación”. La fornicación es cometida antes
de que ocurra el divorcio. De otra manera, un hombre podría cometer fornicación
y su esposa estar soltera y ni aún saberlo. De esta manera, ella sin saberlo estaría
viviendo con un hombre con quien ni aún está casada.
Este argumento confunde el matrimonio y el estar sujeto (o ligado). Asume
que si uno ya no está casado, no continúa sujeto (o ligado). Ya hemos demostrado
lo contrario.
12. “Si la parte culpable no puede volverse a casar, entonces la inocente tendrá
poder de por vida sobre la culpable para sentenciarlo al celibato”.
No, Dios es el que sentencia al culpable al celibato. Jesús dijo que cualquiera
que se case con el que es repudiado adultera (Mat. 19:9). Dios da solamente al
inocente el derecho para repudiar a su cónyuge que ha cometido adulterio.
IV. Consecuencias
1. Si el fornicario repudiado puede bíblicamente volverse a casar, el juicio
de Dios es más duro sobre el que repudia injustamente que sobre el que repudia
justamente.
2. El intercambio de esposa sería bíblico acorde a esta posición. Para ilustrar
suponga que tenemos a dos parejas casadas en la iglesia local: Juan y Julieta;
Tomás y Juana. Juan fornica con Juana. De esta manera ambos son repudiados
por Juliana y Tomás. Todos concordarán en que Tomás y Juliana se pueden volver
a casar. En ese caso ellos se casan el uno con el otro. Ahora, acorde a la doctrina
bajo revisión en este capítulo Juan y Juana pueden casarse el uno con el otro.
Ambas parejas podrían ser aceptadas en comunión.
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