Impresiones sobre la manifestación del 22M Y algunas reflexiones

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Impresiones sobre la manifestación del 22M
Y algunas reflexiones
Ha sido una de las grandes manifestaciones de los últimos tiempos. Imposible calcular
si no es con medios de alta tecnología. Así es que nos conformaremos con decir que
éramos decenas de miles o incluso centenares de miles. Que fuéramos medio millón o
trescientas mil no resta un gramo el enorme éxito que ha tenido la convocatoria.
Una convocatoria, por cierto, boicoteada abiertamente por la inmensa mayoría
de los medios de comunicación (desde los recalcitrantes de la derecha hasta los
moderados del grupo Prisa). El clamoroso silencio de los grupos mediáticos se convirtió
en crítica despiadada cuando se acercaba la fecha y las columnas de la Dignidad
llegaban a Madrid. Uno de los portavoces de la caverna –Ignacio González- llegó a
decir “son neonazis” y otros más condescendientes nos aplicaron el calificativo de
“peligrosos anti-sistemas de extrema izquierda”.
Los motivos eran evidentes ya que las Marchas de la Dignidad estaban
alcanzando un eco social notable. Para el PP era intolerable que en el manifiesto hablara
de la crisis del régimen del 78 y pidiera a la ciudadanía que se rebelara contra la
injusticia social que sufrimos o la derogación del artículo 135 de la Constitución. El
PSOE menos beligerante aplicaba la política del avestruz y a esperar que la tormenta
pase como ha venido haciendo otras veces. Después intentarán quedar bien con lo de
siempre “todo el mundo tiene derecho a manifestarse”.
Pero si el éxito de la Marcha ha pasado por encima de los ataques del PP, hay
que decir también, que las cúpulas sindicales de CCOO y UGT, y como decíamos antes,
el aparato de Rubalcaba, les han dado la espalda de una manera flagrante. La foto de
Toxo y Méndez negociando con el gobierno y la patronal en la misma semana que las
columnas venían a Madrid es todo un símbolo.
Con esta situación se han tenido que enfrentar las personas y organizaciones
convocantes, desde el SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores) y decenas de
colectivos pertenecientes al sindicalismo alternativo (Intersindical, Sindicato
Ferroviario, CGT, CNT, CIGA, CSI, etcétera), movimientos sociales y multitud de
grupos de todo tipo cuya lista se haría interminable. También las asambleas del 15M o
la PAH. El órdago de la Dignidad lanzado por los jornaleros andaluces, ha tenido un
seguimiento masivo entre diversas capas, uniendo tanto a nivel estatal como a nivel
social.
Por lo tanto, el 22M, como ya lo fueran las grandes marchas organizadas por el
15M o el surgimiento de las Mareas, son de una u otra forma, el producto de tres
factores convergentes: la crisis social, la negativa e incapacidad de las cúpulas
sindicales mayoritarias para ponerse al frente de una contestación contundente; y, la
apertura de un nuevo ciclo de movilizaciones donde se refuerza la tendencia a que sean
las gentes de base las que se auto-organicen y decidan tomar en sus propias manos la
defensa de sus derechos, mediante las asambleas locales, las redes sociales u otro tipo
de demostraciones.
Llegados a este punto la manifestación del 22M en Madrid nos deja algunos
elementos para la reflexión bastante interesantes.
En primer lugar la masividad y composición social de la manifestación. Ya
dijimos que no entraremos a calcular unas cifras que son difícilmente calculables. Pero
si es importante resaltar que es una movilización con participación de decenas de miles
de trabajador@s de diversos puntos del Estado español. La presencia de colectivos
como los jornaleros, mineros, metalúrgicos, alimentación, parados… se combinaba con
otros menos “clásicos” como la educación, sanidad, bomberos, administración…
Además de una presencia enorme de jóvenes y en menor medida, pero no por ello poco
significativa, colectivos de mujeres reclamando el derecho al aborto o inmigrantes
africanos o latinos reclamando vivienda o la derogación de la ley de extranjería.
Era por lo tanto una manifestación del pueblo en su conjunto con representación
masiva de los sectores que están sufriendo el enorme ataque de las clases dominantes y
de las castas políticas privilegiadas. Pueblo en el sentido genérico y pueblo trabajador
como expresión concreta de reivindicación subjetiva.
Y esto último nos da pie para introducir un segundo aspecto que nos pareció
significativo del 22M. Si lo comparamos a otras marchas del 15M o de las Mareas, nos
da la impresión de que hay un paso en la conciencia colectiva de l@s trabajador@s. En
la Marcha de la Dignidad el sujeto (trabajador@s) no aparece diluido sino que se
manifiesta de una manera consciente con sus lemas y presencia reivindicativa. El 22M
ha sido un gran grito de protesta de las clases más castigadas por la crisis: “¡Basta ya,
estamos hart@s y no aguantamos más!”. Ese era el sentimiento absolutamente
mayoritario que yo personalmente pude apreciar.
Nos quedan por saber dos cosas más. Si ese paso que se ha dado tendrá
continuidad en la movilización social y si también lo tendrá en la radicalización política.
En cuanto a lo primero no podemos descartarlo, pero estamos viviendo unos meses de
reflujo social tras las grandes movilizaciones del 2011 al 2013. En los próximos meses
el punto de gravedad estará situado en las elecciones al parlamento europeo y ya
sabemos que ese no es el mejor escenario. Por lo tanto nos quedan serias dudas.
En cuanto a la radicalización política, aunque solo es una intuición con escasas
muestras objetivas por el momento, la impresión es que hay una tendencia hacia la
izquierda. Eso explicaría ayer -22M- la presencia numerosa de IU y PCE en los cortejos
(con una cantidad importante de jóvenes). Es decir, a diferencia de PSOE, CCOO o
UGT; la dirección de IU toma distancias del conformismo institucionalista para ofrecer
su cara “combativa” al lado de los nuevos procesos que se están dando. Las bases giran
a la izquierda y la dirección trata de acompañar un proceso que, sin ser suyo, no quiere
descolgarse.
Esto es enormemente importante para nosotr@s, tanto como dato de la realidad,
como para tenerlo en cuenta en nuestras futuras estrategias. Pero esto ya no forma parte
del presente artículo sino del proceso de reorganización y construcción de una nueva
alternativa.
Madrid, 23 de Marzo de 2014
Juan Luis Ruiz Jiménez
Jesús Jaén
(miembros del MATS)
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