5º GRUPPO: LA CADUTA AL CEDRON María Encarnación Cabello Díaz En este 5º Grupo, Francesco Nolfo ha recreado una escultura de Jesús de una dulzura extraordinaria que, cuando se cae, porque resbala en el torrente Cedrón, no se inclina, sino que mira hacia arriba, hacia el cielo, clemente y suplicante. Para mí, ahí está la originalidad, porque no es la tradicional posición de las Caídas, con la cabeza hacia abajo, sino que en Trapani, la mirada del Señor se dirige hacia lo alto. La Caduta al Cedron (detalle de Gesù), foto: Beppino Tartaro 1 La expresión de los ojos es estremecedora. El resto del conjunto es bellísimo. Las cejas, la nariz, la boca, la barba, como las que hacían los romanos (tallada a trépano) y dividida en su parte central en dos mechones rizados. El pelo hacia atrás, de manera que la melena le cae por la espalda, con tirabuzones (boccolo). El giro en el cuello, hacia un lado, con esa maravillosa resignación angelical. La corona se ajusta a la perfección al tamaño de su cabeza, de manera que le da una gran majestuosidad, siendo como es una imagen que trasmite humildad: es el sufrimiento de un inocente. El corazón colgado del pecho, con movimiento... Toda la imagen es preciosa. La posición de la pierna izquierda y de las manos completa el movimiento de humildad de Jesús, porque no sobresale al exterior, le confiere una postura sumisa y discreta. La Caduta al Cedron, foto: Beppino Tartaro 2 Jesús cae en el Cedrón. Sobre este accidente geográfico (torrente, valle, arroyo o puente) habría mucho que decir, ya que he estudiado este tema, a través de la Hermandad malagueña denominada Nuestro Padre Jesús de la Puente del Cedrón y María Santísima de la Paloma. Por tanto, expondré, en primer lugar, su situación geográfica y, posteriormente, algunas ocasiones en las que el término Cedrón aparece citado en la Biblia y en otros escritos religiosos1. SITUACIÓN GEOGRÁFICA DEL CEDRÓN Cedrón: en hebreo, Qidrón, significa negro, turbio, oscuro. Dos lugares bíblicos llevan la denominación Cedrón. Se llamaba así a una antigua ciudad palestina poco conocida, de la que se habla en el Libro I de los Macabeos2. Casi con seguridad se trata de la antigua Guederot, concedida a Judá en el reparto de Canaán3, reconquistada por los filisteos, además de otras ciudades de la Tierra Baja, en la época en que reinaba Ajaz 4. En cambio, es conocido y célebre el torrente del Cedrón y su valle. Se trata de un arroyo que separa Jerusalén del Monte de los Olivos. Nace a 2 km. al NO de la ciudad, a unos 790 m. sobre el Mediterráneo, continúa hacia el SE 2 km. y luego gira al S formando una cañada al E de la misma. Al SE se une con el valle de Hinon o Gehena, donde el terreno se ensancha y constituye una zona fértil 1 Extracto del artículo editado en La Saeta, Málaga, 1999 y en Hermandad de la Puente del Cedrón y María Santísima de la Paloma, Antología de textos publicados, Málaga, 2008. 2 I Mac. 16, 9. 3 Js. 15, 41. 4 II. Cro. 28, 18. 3 llamada “huerto del rey”, para luego girar al SO en dirección al mar Muerto, a través del desierto de Judea. Este de la ciudad de Jerusalén 4 Este trazado refleja la visión del profeta Ezequiel: “Estas aguas fluyen hacia la región oriental y desembocan en el mar, en las aguas saladas, y las aguas quedan saneadas”5. El valle del Cedrón, por tanto, rodea la ciudad de Jerusalén por el E y sirve de separación entre el Templo y el Monte de los Olivos. Al pie de este monte, se encuentra Getsemaní (lagar de aceite), finca o huerto plantado de olivos, situado en la orilla oriental del torrente del Cedrón. La distancia entre el Templo y el arroyo es aproximadamente de 100 m. Un puente, de un solo arco, atraviesa, actualmente, el valle entre la puerta de San Esteban o de los Leones y el huerto de Getsemaní, donde el Cedrón tiene una profundidad de 30 m. y una anchura de 120 m. Según la tradición, Getsemaní se hallaba a unos 50 m. al E del puente sobre el Cedrón. Por restos arqueológicos y por grabados antiguos, sabemos que existió un antiguo puente al sur del actual, al lado del Pináculo del Templo. Aunque se hable de torrente, el Cedrón es un valle, casi siempre seco, a pesar de que en su orilla occidental se encuentre el manantial del Guijón, donde Salomón fue ungido rey 6. Se alimenta de las aguas turbias procedentes de la arroyada que las lluvias invernales ocasionan en Jerusalén, apareciendo en su cauce torrentes impetuosos. También llegan a él las aguas que provienen del Templo, a las que alude Ezequiel en su profecía sobre la renovación del mundo: “Junto al torrente, en sus riberas, en ambas partes crecerán toda suerte de árboles frutales, su follaje no se marchitará y su fruto no se agotará: cada mes 5 6 Ez. 47, 8. I R. 1, 33. 5 darán frutos nuevos porque sus aguas brotan del Templo. Y sus frutos servirán de alimento y sus hojas de medicina”7. Los sucesivos rellenos de tierra han cubierto, en la actualidad, el fondo del valle, dando lugar a un lecho de hasta 12 m. de suelo, de terreno rocoso. EL CEDRÓN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO En el Antiguo Testamento aparece en varias ocasiones el Valle del Cedrón. Constituía el límite sagrado de Jerusalén; atravesarlo, significaba abandonar la ciudad, puesto que físicamente suponía, y supone, un brusco corte en el terreno. Era un enclave geográfico privilegiado y una magnífica defensa natural de la ciudad, dada su profundidad y su extensión. En la Biblia, la primera vez que se menciona, es con motivo de la huida de David por la rebelión de su hijo Absalón : “Todo el pueblo lloraba a grandes voces mientras desfilaba toda la gente; y pasó el rey el torrente Cedrón y toda la gente pasó al este del camino del desierto”8. Desde allí, viendo que su pueblo marchaba, y con ellos el Arca de la Alianza, se opone (David) a que ésta salga de Jerusalén: “Dijo el rey a Sadoq: Vuelve el Arca de Dios a la ciudad. Si hallo gracia a los ojos de Yahvé, me hará volver y me la hará ver, con su tabernáculo”9. Una vez que David atraviesa el torrente del Cedrón, se dirige al Monte de los Olivos para adentrarse en el desierto: “Subía y lloraba”10. En otra ocasión, el torrente sirve de límite o de separación de la ciudad. El rey Salomón, en un gesto de bondad, concede una casa en 7 Ez. 47, 12. II Sm. 15, 23. 9 II Sm. 15, 25. 10 II Sm. 15, 30. 8 6 Jerusalén a Simi, quien había maldecido a su padre, David, aunque luego saliera a su encuentro en el Jordán. Por este motivo, Salomón le hace el ofrecimiento, pero con la condición de no atravesar el barranco del Cedrón bajo pena de muerte: “Envió el rey a llamar a Simi y le dijo: Constrúyete una casa en Jerusalén y habita allí y no salgas de allí para acá o para allá. El día que salieres y traspasares el torrente Cedrón, ten bien entendido que morirás y tu sangre caerá sobre tu cabeza”11. En el lado occidental del torrente existe una colina, llamada del Ofel, muy cerca del Templo de Salomón. El Libro II de las Crónicas relata la fortificación del foso natural del Cedrón con un muro que rodeaba el Ofel y el Templo, para evitar los ataques enemigos. Esta obra se debe, casi con seguridad, a dos reyes de Judá, Ezequías y Manasés: “Ezequías, viendo que Sanherib había venido y que tenía intención de atacar Jerusalén, tuvo consejo con sus jefes y con sus valientes para cegar las fuentes de las aguas que había fuera de la ciudad y le apoyaron. Se reunió un pueblo numeroso y cegaron todas las fuentes y el torrente que corría por medio de la tierra… cobró ánimo y reconstruyó toda la muralla que había sido derribada y alzó sobre ella torres, y otra muralla al exterior”12. Manasés, hijo de Ezequías, cayó en la idolatría junto con su pueblo; construyó altares a dioses extranjeros, no oyó la voz de Yahvé que le hablaba y descarrió a los habitantes de Jerusalén. Pero el Dios de Israel propició su arrepentimiento: 11 12 I R. 2, 36-37. II Cro. 32, 2-5. 7 “Así reconoció Manasés que Yahvé es Dios. Después de esto, construyó el muro exterior de la ciudad de David, a occidente del Guijón, en el valle, hasta la entrada de la puerta de los Peces; rodeaba el Ofel y lo elevó mucho”13. En el año 445 a. de C. llega Nehemías a Jerusalén. Su primera misión es la de reconstruir las murallas de la ciudad que estaban en ruinas y sus puertas destrozadas por el fuego: “Subí durante la noche por el torrente e inspeccioné la muralla, después volví por la puerta del valle y regresé”14. Desde la época de los Reyes, las laderas del valle del Cedrón fueron utilizadas como lugares de sepultura de personajes influyentes y del pueblo llano. Tanto en el lecho del torrente como en los laterales, se sitúan santuarios y cementerios que contribuyen a acentuar aún más el carácter sombrío, oscuro e intocable del valle: “Echó la asera (ídolo) de la casa de Yhavé, fuera de Jerusalén, al torrente Cedrón y la quemó en el torrente Cedrón. La redujo a polvo y echó su polvo en el sepulcro de los hijos del pueblo”15. En la parte del barranco que da a Jerusalén, se encuentran gran número de tumbas, muchas de ellas, artísticos hipogeos, como la de Absalón o la de Zacarías. 13 II Cro. 33, 13-14. Ne. 2, 15. 15 II R. 23, 6. 14 8 Valle del Cedrón Por ser zona relacionada con la muerte, se consideraba contaminado o nefasto todo lo que estuviese en contacto con las tumbas. Por eso eran arrojados allí todos los objetos de los distintos cultos que fuesen en contra de Yahvé. Varios reyes ordenaron quemar y reducir a cenizas y polvo a ídolos, que invadían Jerusalén, cada vez que se purificaba el Templo. Dioses como Astarté o Baal fueron arrojados al Cedrón con su ajuar de culto y sus altares idolátricos16. Los sacerdotes encargados por Ezequías de purificar el templo, arrojaron al Cedrón todo lo que había mancillado el culto a Yahvé. El Libro II de las Crónicas señala varias veces el episodio17. 16 17 II R. 23, 4. II Cro. 29, 16 y 30, 14. 9 NUEVO TESTAMENTO El Cedrón de la Antigua Alianza recobra una nueva imagen en el Nuevo Testamento. Se ilumina y se esclarece con la presencia de Jesús durante su vida en Jerusalén; vida y muerte que determinan y condicionan este lugar y sus alrededores bajo el nombre de Tierra Santa. El barranco del Cedrón era un lugar de paso frecuente de Jesús, cuando entraba y salía de Jerusalén, cuando iba a Betania a ver a sus amigos Marta, María y Lázaro18, o cuando, tras dejar la ciudad, se dirigía al Monte de los Olivos y a Getsemaní. Contrastando con la gran cantidad de veces que el valle del Cedrón aparece reflejado en el Antiguo Testamento, sin embargo, en el Nuevo, se cita una sola vez la palabra Cedrón; lo hace el evangelista San Juan, quien se presenta a sí mismo como “el discípulo amado” y como testigo presencial de los hechos que narra. Es un historiador con excelentes dotes descriptivas, señalando la cronología y topografía de los relatos mucho mejor que los otros tres evangelistas. San Juan comienza la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo con la escena del Prendimiento, en ella relata textualmente: “Dicho esto salió Jesús con sus discípulos, al otro lado del torrente Cedrón donde había un huerto, en el que entró Jesús acompañado de sus discípulos”19. 18 19 Lc. 10, 38-42. Jn. 18, 1. 10 Torrente del Cedrón Según los Evangelios, Jesús, acercándose ya la hora de su muerte, quiso celebrar la cena pascual con sus discípulos. Ellos le preguntaron en qué lugar lo harían: “Él despachó dos discípulos con este encargo: Id a la ciudad y os saldrá al paso un hombre que lleva un cántaro de agua. Id tras él. Y donde él entrare diréis al señor de la casa: el Maestro dice: ¿Dónde dispondré de un aposento en el que pueda celebrar la cena pascual con mis discípulos? Y él os mostrará una estancia en lo alto de la casa, amplia, provista de mesas y divanes, ya preparada. Disponed allí la cena”20. Esta casa hace referencia al Cenáculo, situado al SO de la ciudad, probablemente cedido por su dueño -que era discípulo de 20 Mc. 14, 13-15. 11 Jesús, aunque no se divulgue su nombre- para la ocasión. Los Evangelios no determinan exactamente su ubicación, tal vez por ser demasiado conocida, pero algunos acontecimientos posteriores, como el Concilio de Jerusalén, en vida de los Apóstoles, hacen concretar su situación. 12 Conocer exactamente la localización del Cenáculo es necesario para constatar el episodio del Cedrón. Efectivamente, desde allí hasta el Monte de los Olivos, es obligatorio el paso por el torrente o barranco del Cedrón, y para cruzarlo, lógicamente existirían uno o varios puentes, que pueden coincidir o no con el que hay en la actualidad. Este paraje tétrico debió ser bastante conocido para Jesús, puesto que solía ir con frecuencia al Monte de los Olivos a hacer oración. Dice San Lucas: “Luego salió, y según acostumbraba se dirigió al monte de los Olivos”21. La mayoría de las veces que hacía este recorrido, debía ir acompañado de sus discípulos: “También Judas, el que le entregaba, conocía aquel lugar, pues con frecuencia se reunía Jesús allí con sus discípulos”22. El episodio del paso por el Cedrón está rodeado de oscuridad y tristeza, por el estado de ánimo del Salvador y por las características del entorno: “Y aunque al pasar de este valle y arroyo se esforzaban los discípulos a mostrar buen ánimo, pero de creer es que llevaban mucha congoja y temor; porque el valle era hondo y sombrío, así por la espesura de los árboles como por los riscos y concavidades del monte, la soledad y silencio era grande, la noche oscura y cerrada, que ya había pasado buen espacio de tiempo desde que Judas salió del Cenáculo, y cuando salió era ya de noche”23. A la vuelta, durante la noche, hará el mismo camino, después de ser arrestado, siendo éste el momento que recoge la iconografía de la 21 Lc. 22, 39. Jn. 18, 2. 23 PALMA, L. de la, Historia de la Sagrada Pasión. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid 1967, p. 135. 22 13 Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Puente del Cedrón : Jesús es apresado y conducido, con las manos atadas, a casa de Anás. Dice San Juan: “Y le condujeron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, quien era aquel año sumo sacerdote. Era Caifás el que había dado a los judíos el consejo: Es preferible que muera un hombre solo y se salve el pueblo”24. Una tradición, que no ha llegado hasta nuestros días, habla de una primera caída de Cristo en el puente del Cedrón. Así, un autor del siglo XVIII, Pedro Gómez Durán que relata la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, cuenta lo siguiente: “(...) caminaron con el preso Jesus hasta llegar al Arroyo Cedron, adonde se tiene por tradicion, que el Hijo de Dios, fatigado, y maltratado como iba, quiso beber del agua de este sagrado arroyo, ora fuese por sed, que pudo tener, ò porque se cumpliesse à la letra lo que en persona suya havia prophetizado el Profeta Rey, que bebería en el camino del Torrente; y quiso su Divina Magestad, para memoria de como pasò por alli anhelado, fatigado, sediento, y cansado, que las plantas de sus sacratísimos pies quedassen estampadas en una peña viva; y segun las señales, dice Pantaleon de Avero, que las viò, y considerò atentamente, y le pareciò, segun su figura, que iba como deslizando, y cayendo, ò como quien hace fuerza, porque unas cayeron derechas, y otras como deslizadas, y entre ellas hay una señal de las manos, atadas por los dedos. Algunos dicen, que los que lo traian preso, quisieron en este lugar, con la rabia que tenían, acabarlo entre todos secretamente; y con este intento dieron con su Divina Magestad en el suelo. Dicen los Peregrinos que visitan este Arroyo Cedron, que no tiene agua, ni corre, sino es quando llueve; y segun esto, es creible, que la noche que lo prendieron fuè lluviosa, y tempestuosa, ò lo havia sido el dia 24 Jn. 18, 13-14. 14 antes; porque dice el Evangelista San Juan, que hacia frio”25. La Caduta al Cedron (detalle), foto: Beppino Tartaro En el siglo XIX, Sor Catalina Emerich, relataba lo siguiente: “(...) andaban de prisa y llegaron al puente sobre el torrente de Cedrón…al llegar al medio del puente, su crueldad no tuvo límites: empujaron brutalmente a Jesús atado, y lo echaron desde su altura en el torrente, diciéndole que saciara su sed. Sin la asistencia divina esto sólo hubiera bastado para matarlo. Cayó sobre las rodillas y sobre la cara, que se le hubiera despedazado contra los cantos, que 25 GOMEZ DURÁN, P., Historia Universal de la Vida y Peregrinación del Hijo de Dios en el Mundo. Muerte, Passion, y Resurreccion de Chisto, Redemptor, y Señor nuestro, con toda la descripcion de la Tierra Santa de Jerusalén, Madrid, 1767, pp. 356 y 357. 15 apenas estaban cubiertos por un poco de agua(…) sus rodillas, sus pies, sus codos y sus dedos, se imprimieron milagrosamente en la piedra donde cayó, y esta marca fue después objeto de veneración. Las piedras eran más blandas y más creyentes que el corazón de los hombres, y daban testimonio, en aquellos terribles momentos, de la impresión que la verdad suprema hacía sobre ellas”26. A lo largo de la Pasión, Jesús no bebe ni una sola vez, a pesar de haber sudado sangre en el Huerto de los Olivos27 y, a pesar también, de que le ofrecieron vinagre mezclado con hiel cuando llegó al Gólgota para ser crucificado28. Sin embargo, en esta primera caída, bebe agua del Cedrón cuando le echaron desde el puente, para que se cumpliera la profecía de los Salmos: “Beberá del torrente durante el camino”29. Sobre el origen del madero o leño con el que se hizo la Cruz de Cristo, han existido, desde tiempos remotos, diversas suposiciones o conjeturas. Una tradición medieval atribuye al rey Salomón la construcción del puente del Cedrón, elaborado en madera, puesto que a dicho rey se le relaciona en la Biblia con gran cantidad de árboles: “Y habló de los árboles desde la madera del cedro que está en el Líbano hasta el hisopo que está en la pared”30. Con una parte de la madera del puente del Cedrón, se llevó a cabo la fabricación de la Cruz31, de tal 26 Varios textos hacen mención a la caída de Cristo desde el puente del Cedrón. El que aquí se recoge corresponde al siglo XIX, por lo que se puede afirmar que, hasta entonces, por lo menos, pervivía esta piadosa tradición. Pertenece esta cita a Sor Ana Catalina Emmerich, religiosa alemana, nacida en 1774 y muerta en 1824, quien recopila sus visiones personales en una obra llamada “Las revelaciones de la pasión y muerte de Jesús”, cuya 1ª edición es del año 1833. 27 Lc. 22, 34. 28 Mt. 27, 34; Mc. 15, 23; y Jn. 19, 28-30. 29 Sl. 109, 7. 30 I R. 5, 13. 31 POGGIBONSI, F.N. da, Libro d’oltramare (1346-1350). Tipografía dei PP. Francescani. Gerussalemme 1945. 16 forma que, cuando Jesús comienza su camino hacia el Calvario, pisan sus pies el leño con el que, posteriormente, redimirá al mundo. En tiempos de Jesús, Israel era una verdadera teocracia. El clero constituía la nobleza y el Sumo Sacerdote se erigía en el miembro más importante del pueblo, en el representante de Dios, puesto que tenía la capacidad de ofrecer sacrificios, realizando la expiación por la comunidad32. Al Sumo Sacerdote le correspondían una serie de privilegios y de deberes. Entre estos últimos, figuraban los gastos de construcción del puente sobre el torrente del Cedrón. Según relatan el Libro de los Números y el Talmud de Jerusalén, este puente se construía cuando una vaca roja iba a ser quemada en el Monte de los Olivos. En el mismo Talmud, hay controversia sobre si el puente era sufragado con los denarios del templo o lo mandaban levantar los sumos sacerdotes a sus expensas33. El valle del Cedrón se convierte así, en un lugar sagrado y trascendental para los creyentes, marcado por peregrinaciones constantes desde los primeros siglos del cristianismo. Y dos extremos del valle, el norte y el sur, recuerdan la primera muerte por Cristo y la primera traición al Maestro: San Esteban, el primer mártir de la religión católica, fue lapidado en la parte norte de la ciudad. 32 33 Ex. 30, 10. Nm. 19, 1-10, y j. Sheq. IV. 2 y 3, 48ª 35 (III / 2, 285). 17 Martirio de San Esteban, Juan de Juanes, Museo del Prado (Madrid) Y en el valle de la Gehena (lugar de reprobación), al sur, sitúa la tradición la muerte de Judas. 18 Judas Iscariote, Francisco García Bazán Al fondo del torrente, la presencia de la Madre de Dios se hace visible en la Iglesia de la Asunción. En ella se encuentra la tumba de María, donde reposó el cuerpo de la Virgen antes de ser asunta a los cielos. La profundidad de la misma, da idea de la elevación del lecho del Cedrón en dos mil años, como consecuencia del arrastre de las lluvias. Desde el siglo IV d. de C., el valle del Cedrón, se conoce con el nombre de “valle de Josafat” (Yahvé juzga) o “valle de la Decisión”. La tradición judía y mahometana sitúa en él el Juicio Final34, de ahí el deseo por parte de estos pueblos, de tener en el valle una sepultura en el mismo lugar donde se desarrollará el Juicio. Las tumbas del cementerio judío están colocadas en la zona oriental del torrente, y las de los musulmanes, en la pendiente opuesta. Las tres grandes 34 Jo. 4, 2. 19 religiones monoteístas esperan la entrada definitiva del Mesías a Jerusalén por el barranco del Cedrón. La mejor ilustrada gráficamente, es la leyenda judía, que relata cómo en el Juicio Final, dos puentes cruzarán el valle de Josafat: uno de hierro y otro de papel. La humanidad entera deberá atravesar el valle para ser juzgada por Dios. Los malvados, quienes sólo confían en el mundo terrenal y sus atributos, elegirán el puente de hierro, que caerá a los abismos; los justos, confiando únicamente en Dios, tomarán el puente de papel y serán salvados. Así, el barranco del Cedrón, considerado como la nueva Jerusalén, será consagrado a Yahvé el último día: “Y todo el valle de los cadáveres y de las cenizas, todos los campos hasta el torrente Cedrón, hasta el ángulo de la puerta de los caballos al oriente serán cosa santa para Yahvé: No serán ya jamás destruidos ni devastados”35. Jerusalén desde el Valle del Cedrón y el Monte de los Olivos 35 Jr. 31, 40. 20 Volviendo al paso de los Misterios de Trapani de la Caduta al Cedron, sobre los soldados que acompañan a Jesús, también son varias las coincidencias porque las conexiones con el grupo malagueño son muchas, no con el actual trono o grupo escultórico, sino con el antiguo del siglo XIX. Algún malagueño estuvo en Trapani en tiempos pasados y se inspiró o relacionó las dos imágenes, si no, no es posible tanto parecido, que es enorme. No en la escultura del Señor, sino en el grupo, en los sayones, hasta el detalle de la verruga en la cara de uno de ellos. Aquí en Málaga, la tiene igual y se le llama “El Berruguita”. Se dice que representa el rostro de un gobernador que mandó fusilar a un capitán liberal, o sea, era como un verdugo, igual que he leído que ocurrió en Trapani. La Caduta al Cedron (detalle), foto: Beppino Tartaro 21 “El Berruguita” personaje del trono del Señor de la Puente, foto: Eduardo Nieto 22 Fotos Rosa Giaquinto, Ediciones Antiguo trono del Señor de la Puente del Cedrón (siglo XIX) 23 Trono actual del Señor de la Puente del Cedrón María Encarnación Cabello Díaz Marzo, 2010 24