JORNADA LABORAL DOCENTE: ENTRE LA COSTUMBRE Y EL DERECHO El concepto de jornada laboral docente es definido en el artículo 9° del Decreto 1850 de 2002 como “el tiempo que dedican los docentes al cumplimiento de la asignación académica; a la ejecución de actividades curriculares complementarias tales como la administración del proceso educativo; la preparación de su tarea académica; la evaluación, la calificación, planeación, disciplina y formación de los alumnos; las reuniones de profesores generales o por área; la dirección de grupo y servicio de orientación estudiantil; la atención de la comunidad, en especial de los padres de familia; las actividades formativas, culturales y deportivas contempladas en el proyecto educativo institucional; la realización de otras actividades vinculadas con organismos o instituciones del sector que incidan directa e indirectamente en la educación; actividades de investigación y actualización pedagógica relacionadas con el proyecto educativo institucional; y actividades de planeación y evaluación institucional” A su turno, el artículo 11 del mismo decreto determina lo referente al cumplimiento de esa jornada laboral, indicando que “los directivos docentes y los docentes de los establecimientos educativos estatales deberán dedicar todo el tiempo de su jornada laboral al desarrollo de las funciones propias de sus cargos con una dedicación mínima de ocho (8) horas diarias. El tiempo que dedicarán los docentes al cumplimiento de su asignación académica y a la ejecución de actividades curriculares complementarias en el establecimiento educativo será como mínimo de seis (6) horas diarias, las cuales serán distribuidas por el rector o director de acuerdo con lo establecido en el artículo 7o. del presente decreto. Para completar el tiempo restante de la jornada laboral, los docentes realizarán fuera o dentro de la institución educativa actividades propias de su cargo, indicadas en el artículo 9 del presente Decreto como actividades curriculares complementarias” Hasta aquí existe claridad en que los docentes deben cumplir con una jornada laboral en donde desarrollan múltiples actividades – ver art, 9° del Decreto 1850 de 2002 entre las que encontramos el cumplimiento de la asignación académica -; y esa jornada laboral consiste en cumplir un horario – permanecer en la Institución Educativa – por espacio de seis (6) horas diarias – treinta (30) horas semanales – y dedicar el tiempo restante de la jornada laboral – dos (2) horas diarias – al desarrollo de otras actividades diferentes al cumplimiento de la asignación académica contenidas en el artículo 9° del Decreto 1850 de 2002, lo cual puede ocurrir al interior o por fuera de la Institución Educativa. Entendemos que se pretendía con esta norma, facilitar el estilo y forma de trabajo de cada docente al permitirle ubicarse en el ambiente en que le resulte mas cómodo, tranquilo, productivo para adelantar esas otras actividades – dentro o fuera de la sede laboral, según su propio criterio -; puesto que de haberse pensado en la permanencia del docente durante todas las ocho (8) horas de la jornada laboral en la Institución Educativa se habría consignado de esa forma en la norma, lo cual no se hizo, por lo que la permanencia de esas dos (2) horas o parte de ellas en el establecimiento educativo por actividades no planeadas por el mismo docente deben ser la excepción. Existe otro concepto, como lo es el de jornada escolar, que según el artículo 1° del Decreto 1850 “es el tiempo diario que dedica el establecimiento educativo a sus estudiantes en la prestación directa del servicio público educativo, de conformidad con las normas vigentes sobre calendario académico y con el plan de estudios”; el cual debe estar acorde con la jornada laboral de permanencia – seis horas (6) - de cada docente -. En este punto es necesario hacer claridad que el derecho a la educación de los niños y niñas colombianas debe estar en sincronía con los derechos laborales – en este caso en lo referente al tema de jornada laboral – de los educadores. De esta relación entre jornada laboral docente y jornada escolar surge que si para cumplir esta última se requiere mayor permanencia del docente – por encima de las seis horas – se genera para estos una asignación adicional de trabajo, lo que constituye horas extras laborales – las cuales deberán ser concertadas y nunca impuestas -, y tendrán que ser remuneradas en aplicación del principio constitucional contenido en el artículo 53 de la Constitución Política que indica que la remuneración al trabajo debe hacerse en proporción a su calidad, pero también a su cantidad. En el artículo 5° del Decreto 1850 de 2002 se define la asignación académica como “el tiempo que, distribuido en períodos de clase, dedica el docente a la atención directa de sus estudiantes en actividades pedagógicas correspondientes a las áreas obligatorias y fundamentales y a las asignaturas optativas, de conformidad con el plan de estudios”. Y es otro concepto que debe estar sincronizado con los otros dos (2) que hemos señalado. La asignación académica de cada docente que es de 22 horas semanales en básica secundaria y la educación media, y el equivalente a la jornada escolar de la institución educativa para los docentes de preescolar y de educación básica primaria; y la jornada escolar deberán desarrollarse respetando la jornada laboral docente de seis (6) horas diarias de permanencia en las Instituciones Educativas y dos (2) horas para desarrollar las otras actividades que ya hemos señalado. En lo que respecta a este tema de la jornada laboral docente hay que dejar sentadas las siguientes conclusiones: 1. De acuerdo con el Consejo de Estado – Sala de lo Contencioso Administrativo – Sección Primera -, en sentencia de abril 30 de 2008, con ponencia del Consejero CAMILO ARCINIEGAS ANDRADE, en la cual se acumulan los expedientes 11001-03-24-000-200200338-01, 11001-03-25-000-2002-00271-01 y 11001-03-24-000-2003-00024-01 los directivos docentes tienen la facultad de “distribuir los horarios y las jornadas de los educadores para lo cual debe consultar la autonomía escolar y las costumbres culturales o de las regiones y ajustarse a parámetros de proporcionalidad y coherencia de modo que no afecte el normal y adecuado funcionamiento de las instituciones educativas ni lesionen los derechos de los educadores”. 2. En la Directiva ministerial N° 16 de junio 12 de 2013 se reafirman los siguientes elementos: La jornada escolar se cumplirá durante 40 semanas lectivas Las intensidades académicas de los estudiantes son de 20 horas semanales para preescolar, 25 en primaria y 30 para la básica secundaria y la media La asignación académica para los docentes de la básica secundaria y la media es de 22 horas semanales, y para los de preescolar y primaria de acuerdo a la jornada escolar, esto es, 20 y 25. El recreo o descanso pedagógico se reconoce como actividad curricular complementaria El periodo de jornada laboral que deben permanecer los docentes en los establecimientos educativos es de treinta (30) horas semanales – seis (6) diarias -. El recreo o descanso pedagógico debe estar incluido dentro del periodo de permanecía de los docentes en los establecimientos educativos; esto es; dentro de las treinta (30) horas semanales – seis (6) diarias – está contemplado el recreo o descanso pedagógico. 3. En el concepto ER2012ER88193 el ministerio de educación también había dejado claro que el recreo está incluido dentro de la jornada laboral: “Por su parte el tiempo que dedican los docentes a la atención del recreo de los estudiantes, está incluido dentro de la jornada laboral y no corresponde a la asignación académica” 4. Cualquier determinación, orientación o manifestación que se tome por parte de autoridades territoriales (Gobernadores, alcaldes, secretarios de educación) o directivos docentes, contraviniendo lo que se ha indicado en materia de derechos laborales de los educadores, referente a asignación académica y jornada laboral constituye un desconocimiento precisamente de esos derechos amparados constitucional y legalmente; y valga decir que dichas conductas tienen relevancia disciplinaria y penal. Lo hasta aquí expresado da muestra de cómo en lo que se refiere al descanso pedagógico - como se le llama hoy a lo que se conocía anteriormente como recreo -, y su reconocimiento dentro de la jornada laboral docente no es más que el tratamiento jurídico a una situación que siempre estuvo regulada por la costumbre dentro de los establecimientos educativos, pues siempre ha sido necesario ese descanso, mas para los estudiantes que para los docentes, puesto que para estos últimos, el recreo o descanso pedagógico no implica pausar sus actividades laborales sino por el contrario cambiar a por lo menos una de esas otras actividades contempladas dentro del artículo 9° del Decreto 1850 como es la de ejercer una función de disciplina, sin contar con la regulación y acompañamiento del sinnúmero de actividades lúdicas y deportivas en las que se ocupan los estudiantes durante el recreo DE LOS RECTORES Y EL GOBIERNO ESCOLAR FRENTE A JORNADA LABORAL Y ASIGNACION ACADEMICA El artículo 10° de la Ley 715 de 2001 dentro del cual se establecen las funciones de los rectores o directores se indica entre otras: “10.9 Distribuir las asignaciones académicas, y demás funciones de docentes, directivos docentes y administrativos a su cargo, de conformidad con las normas sobre la materia”; lo cual debe hacer atendiendo a lo dicho por el Consejo de Estado en la sentencia arriba mencionada, esto es, consultando “las costumbres culturales o de las regiones y ajustarse a parámetros de proporcionalidad y coherencia de modo que no afecte el normal y adecuado funcionamiento de las instituciones educativas ni lesionen los derechos de los educadores” Pero también deben los rectores y directores atender a las competencias de los diferentes órganos del gobierno escolar establecido en el marco de la Ley General de Educación (Ley 115 de 1994) como instancia de participación democrática dentro de cada establecimiento educativo del Estado. De acuerdo con el artículo 20 del Decreto 1860 de 1994 el Gobierno Escolar está conformado por: 1. El Consejo Directivo, como instancia directiva, de participación de la comunidad educativa y de orientación académica y administrativa del establecimiento. 2. El Consejo Académico, como instancia superior para participar en la orientación pedagógica del establecimiento. 3. El Rector, como representante del establecimiento ante las autoridades educativas y ejecutor de las decisiones del gobierno escolar. Los diversos órganos del Gobierno Escolar están facultados para participar en la administración del establecimiento educativo, y tomar decisiones que afecten el funcionamiento del mismo, de manera que la competencia del rector en cuanto a definir la jornada escolar, fijar el horario de cada docente y distribuir el tiempo que dedicaran los docentes al cumplimiento de la asignación académica, ha de entenderse como desarrollo de las decisiones de dichos órganos, siendo el rector o director, como bien lo determina el numeral 3° del artículo 20 del Decreto 1860 de 1994 quien aplica y ejecuta las decisiones de esas instancias de participación democrática llamadas gobierno escolar. GUSTAVO GARNICA ANGARITA Asesor jurídico ADEMACOR