ESTADfSTICA ESPAÑOLA Núm. 99, 1983, págs. 123 a 12fi Consideraciones sobre los « Elementos de la C iencia de la Estadística », del profesor portugués A. P. F. Sampaio , Madrid , 1841 por JUAN SAI'rJCHEZ-LA FUENTE FERNANDEZ Universidad de Málaga Departamento de Estadística y Econometría A la vista de la edición facsímil de la traducción de la obrita de Sampaio, que tan acertadamente ha realizado el INE, considero necesario hacer algunas puntualizaciones sobre ella, especialmente en cuanto al significado que pudo tener esta traducción, a la altura de su tiempo, dentro de nuestra literatura estadística. En mi obra de 1975, Historia de la Estadística camo ciencia ert España, editada por el INE, citaba de forma incidental este trabajo de Sampaio, el cual no había localizado, y cuya publicación en español calificaba como la primera que con esta denominacián, de elementos de ciencia de la Estadística, existía en nuestro idioma en ese momento; aunque hacia la referencia de Ildefonso Larroche, traductor, en 1845, del Tratado de Dufau, que la consideraba demasiado reducida y se limitaba a enumerar los hechos que debía «abrazar» la Estadística, sin decir nada «de la manera de proceder» (pág. i45}. Después la he podido leer gracias al buen trabajo de su hallazgo, de M. Isabel Sánchez Casado, y a la edición facsímil del Instituto. Realizada su lectura, considero conveniente acomodar nuestra vista a las luces que nos Ilegan de ese período, tanto en trabajos ya publicados, como en hallazgos recientes de nuevas fuentes, para deslindar lo que esta pequeña publicación representa en la España de 1841. Es conveniente no perder de vista que ya, por ejempia, en 181^, Alvaro 1~lórez Estrada, en el «Plan para formar la estadística de la provincia de Sevilla», da una de^nición precisa de lo que se entiende por Estadística en buena parte del siglo pasado, y precisa una metodología empírica para el establecimiento del plan, que en cuanto a h5^r^a[)I57 tCa FSF^aÑ(^[.A método no mejura Sampaia '. Además de lo ya publicado, agreguemos algo más de las ideas que desarrolla Flórez Estrada en este «Plan»: «la estadística, cuya voz ni otra equivalente no se halla en la enciclopedia ni en diccionario alguno francés ni español, no es una ciencia, ni un arte; es el sistema de ciar por cierto métc ^do una noticia exacta, tanto de los medios actuales o posibles que puedan contribuir a aumentar la subsistencia, y comodidades de ]os individuos de una nación, como de los obstáculos físicos y políticos que se oponen a ella...»; «su objeto es que el gobierno y los ciudadanos tengan un conocimiento fácil, y pronto, de to^dos los datos que son necesarios para formar, con a^ierto y seguridad, los planes que puedan ser conducentes a mejorar la suerte de los pueblos» (págs. 3 y 4). Y en la pág. l2K «... a una buena estadística no correspande presentar planes de reformas, le pertenece sóla ofrecer noticias al Gobierno, y a los ciudadanas, para que con ellas puedan formarlos; una estadística no es la que trata de hacer, digámoslo así, el edificio nacional; trata sóla de reunir materiales, y datos, para, con ellos, ievantar el plan y consiruir el gran edificio de la prosperidad nacional». Sobre la forma de reunir estos «materiales y datos», dice Flórez Estrada en 1814, tanto como Sampaio en 1841, y es más explícito que éste en cuanto a la confección de cuadros y tablas (de las que presenta modelos), que es lo que a fin de cuentas se hacía en este tiempo. Este librito de Flórez tiene 134 páginas en octavo, y está fechado en Sevilla el 24 de enero de 1814. Como se puede comprobar, se anticipa en veintisiete años al trabajo de Sampaio, aunque no titule su trabajo Tratado de Estadística, ya que lo escribe con un fin determinado. Por limitarnos a pocos nombres, recordemos sólo que también José Canga ArgiieIles, en su célebre Diccionario de Hacienda, publicado en Londres en 1826-27 y edita+do en Madrid en 1833, demuestra que estaba al c^rriente del conocimiento de su época en esta materia: define la Estadística con erudición y presenta estadísticas Z. Aunque las dos obras anteriormente citadas no aparecen como Tratados de Estadística o K Elementos de Ciencia de la Estadística», tanta Flórez Estrada coma Canga mantuvieron el conocirniento de la Estadística tal como se desarrollaba en Europa en aquellos años cruciales. Flórez hizo su publicación del K Plan» por encargo de la Diputación de Sevilla, y se exilió el mismo año de 1814 al regreso a España de Fernando Vli. Los dos fueron zarandeados por la persecución y el exilio. Flores enriquece nuestra literatura estadística con nuevas publicaciones, posteriormente. Tanto a Flórez Estra^da camo a Canga Argúelles los consideramos incluidos en lo que llamamos generación de 177U, a la que también pertenecerían Tomás González y Miñano. Estos hombres, contra viento y marea, mantuvieron el enlace de nuestro viejo oficio tradicional estadístico, con las nuevas corrientes que lentamente se iban gestanda ' Véase «Histaria de la Estadistica camo ciencia en España», op. crt., pág. l08 en adelante. 2 16ídem , págs. 113 en ade lante . C`C)NSI[)F:RAC'K)NES S()BRE l.,()s «Fi_EMEIVTC)s DE l..A CI^-:NCIA DE l_A ES^TA[)IS"T^It'A» ]?S en Europa, influyendo sus trabajos de una forma determinante, en nuestra saber estadistica de buena parte del siglo x^x. No creo exagerado afirmar que ya con lo anteriormente reseñado, sin extendernos más, se aclara algo que podemos anticipar: esta abra de Sampaio no aporta nada n uevo al conocimiento estadistico español de la época. Y si la comparamos con los trabajos de la generación española de 1770 es porque, al menos, esta publicacián concreta del profesar portugués, publicada también en Portugal en 1841, está al nivel científico de dicha generación. Sampaio nació en Coimbra en I810, y podríamos cla ^sifica^-lo en la generacic5n posteriar, de Mador, Ibáñez, etc. Pero la praducción de Mador e Ibáñez es más <<moderna», al menos respecto a la obra analiza.da. Aunque en la.s ediciones posteriores que amplió, las cuales desconocemos, seguramente será comparabie. A nivel de Europa tampoco se puede comparar este opúsculo, por ejemplo, can el «Tratado de Estadística o teoría del estudio de las leyes, según las cuales se desarrollan los hechos saciales», de Pedro Armando Dufan, publicado en París en 1840. Pero lo que me ha impulsada eseribir sabre el tema ha sido e1 hallazgo de un libra (un pequeño libro de lOl páginas en octavo) titulado Leccinnes de Estadística, redactadas por D. J. Herrera Dávila y D. A, Alvear, Sevilla, con lrcencia, Imprenta de 1,^. 1t^lariano Caro, 1829. E1 libra pertenece a una «Colección de tratados breves y rnetódicos de ciencias, literatura y artes. Redactados por D. J. Herrera Dávila y D. A. Alvear». Fuera del texto viene la relación de las publicaciones que hacen y la lista de sus suscriptores en toda España, aunque la de Sevilla sea la más nurnerasa. Reproduce las ideas al uso sabre la estadística y su aplicación. Dice en e! prólogo: «Desde que el entendimiento humano ha podido, en la serie de sus progresos, reducir a un sistema sencillo y claro los conocimientos, que se dirigen a la perfección de las sociedades civiles, ha sido de suma importancia el estudio de la Estadística camo una de 1as principales ciencias, que se han formada según las diversas relaciones bajo las cuales se pueden considerar las sociedades de los hombres sobre la tierra». Define la Estadística en la página ^: «Esta se puede definir exactamente diciendo que es una ciencia, la cual enseña a canocer y ordenar metódicamente todo lo que es, sobre la tie ^-ra, obra del hombre reunido con otros en sociedad civil, o como miembro de un Estado a cuerpo político» . Después trata de las materias que abar: a la estadística. Ai caer en mis manos este cornpendio, algo más amplio que el de Sampaio, aunque menos sistematizado que él, editado doce años antes, parece que es necesario escribir unas líneas para evitar caer en la trampa de que se pueda creer que nuestro conacimiento de 1a Estadística de la época lo recibimos exclusivamente de nuestros vecinos portugueses. Vecinos que, según comunica actualmente el profesor Graça-C'osta, se adelantaron a nosotros en la incorporación de la enseñanza de la Estadística en la Facultad de Derecho. Afirmemos, una vez más, que el caudal de nuestra Estadística es bastante más ancho que tado eso, tiene una vieja raíz de anticipación metodológica y 12(i ESTADISTICA ESF'AI'^IOLA una puesta al día, en cada época histórica, por influencias procedentes de los cuatro puntos cardinales. Me he sentido obligado a poner de manifiesto estas matizaciones, que creo están implícitas en mis trabaEjos publicados sobre este tema. Considero, por otra parte, muy lúcida la indicación que se hace, por Eduardo García España, en la «Apostilla^ de la edición facsímil del opúscufo de Sampaio, de que el verdadero primer tratado de Estadistica en español es el de José M. [báñez por su extensión y contenido. Así lo cansiderábamos en su día a través de su lectura, y de los comentarios de nuestras estadisticos posteriores. P'iernas Hurtado decía que el Tratado de lbáñez habia sido, durante mucho tiempo, la obra española de Estadística más original y extensa. Se trata, efectivamente, de una obra que es ya de un nível muy superior a las anteriores. Con lo dicho no trato de desmerecer la importante labor de M. Isabel Sánc hez Casado, en el hallazgo de la obra de Sampaio y sus oportunos comentarios sobre ella. Repito, una vez más, que mis consideraciones han sido redactadas ante el temor de que, sin proponérnoslo, demos una falsa imagen de io que ha sido la Estadística española. También hay que encorniar la edición facsímil por parte del 1NE. Se trata de una aportación al conocimiento de las obras clásicas de la Estadfstica y de la Historia de la . Estadistica que, a mi modesto entender, habria que continuar. 1 - diciembre - 19R2