Exploración hidrocarburífera de frontera: La importancia de los modelos tectónicos Los avances registrados en la comprensión de la dinámica de los procesos tectónicos modernos han transformado las interpretaciones de los ambientes tectónicos antiguos y los regímenes de deformación regionales, efectuadas por los científicos y han generado cambios conceptuales radicales acerca de la evolución tectónica de las cuencas en los ambientes continentales, marginales y oceánicos. Estos nuevos conceptos están produciendo un impacto significativo en las estrategias de exploración de los operadores y en el descubrimiento de extensiones productivas (plays) de hidrocarburos en regiones que previamente eran desconocidas, pobremente exploradas, de difícil acceso o rápidamente descartadas. Los conocimientos tectónicos indican que pueden existir muchos más recursos hidrocarburíferos por descubrir en lugares que en algún momento fueron considerados carentes de valor (véase “De cuenca a cuenca: La tectónica de placas en exploración,” página 38). Por ejemplo, las mesetas orogénicas elevadas, aunque en general se localizan en medio de regiones montañosas, ahora se interpretan como mosaicos de cuencas de drenaje interno en lugar de cadenas de montañas coalescentes. Los procesos dinámicos de superficie, que incluyen la erosión, el transporte y la depositación de sedimentos por la acción de grandes ríos, interactuaron con los bordes montañosos abruptos para conformar la morfología elevada, llana y suave de estas mesetas. Estos procesos formaron las novedosas cuencas “frías,” cuyos mejores exponentes se encuentran en el interior y al norte de la meseta del Tíbet. Las cuencas se rellenaron rápidamente con grandes espesores de sedimentos clásticos Terciarios provenientes del drenaje interno. Es probable que estos sedimentos alberguen yacimientos y sellos potenciales sobre las rocas generadoras, en las calizas o las lutitas lacustres Terciarias y marinas Mesozoicas, que se suman a los nuevos avances (leads) de las altiplanicies emplazadas al sur de las cuencas productivas del oeste de China. En la extensión del margen de la cuenca del Levante correspondiente al Líbano, los levantamientos marinos batimétricos y sísmicos ejecutados recientemente, sumados a los estudios tectónicos terrestres, también aportaron nuevas perspectivas. Estos estudios demuestran que este margen pasivo ha experimentado un proceso de plegamiento invertido desde hace aproximadamente 13 millones de años. Al oeste de Mount Lebanon, que se eleva 4 800 m [15 700 pies] por sobre el piso de la cuenca del Levante, se encuentran una falla de corrimiento activa de 150 km [93 mi] y una faja plegada y corrida sumergida que deforma los carbonatos Tortonianos, las evaporitas Messinianas y las turbiditas de edad Plioceno-Cuaternario. Esta cuña de corrimiento submarina de piel fina, que migra hacia el antepaís, amerita la ejecución de operaciones de exploración con técnicas modernas. Muchas estructuras se encuentran selladas por la sal messiniana que puede entrampar extensos yacimientos, así como también podría hacerlo en otros lugares de la región Mediterránea. Desde el año 2009, los descubrimientos de grandes acumulaciones de gas en los estratos miocenos subsalinos de las áreas marinas de Israel y Chipre han demostrado la importancia de la cuenca del Levante en cuanto a recursos significativos de gas natural. En las fases iniciales de apertura del Atlántico Sur durante el Cretácico y del Mar Rojo durante el Mioceno, la depositación de masas salinas de gran espesor fue controlada por un marco tectónico peculiar en el que el ambiente marino se encontraba restringido entre las “compuertas” fisurales formadas a través del vulcanismo y las fallas de transformación. Es probable que gran parte de la depositación evaporítica sea el resultado de la precipitación producida en las depresiones profundas, por encima de la corteza oceánica, durante la expansión de los fondos oceánicos, característica alguna vez atribuida a la corteza continental hiper-extendida. La existencia de la fosa central del Mar Rojo, la escarpa de Angola y la meseta de San Pablo se explica mejor si se incorpora el fenómeno de extensión de los fondos oceánicos en la evolución inicial de los márgenes. Los modelos de compuertas pueden descartar la extrapolación simple de la estratigrafía terrestre o litoral somera muy por debajo de la sal profunda. Sin embargo, en el año 2007 se comprobó la existencia de extensiones productivas marinas profundas de hidrocarburos en un ambiente mayormente inexplorado a través del descubrimiento del campo presalino Lula —conocido anteriormente como Tupi— en la cuenca de Santos, en el área marina de Brasil, y en el año 2012 a través de los descubrimientos presalinos de las acumulaciones de petróleo Azul y Cameia en la cuenca del Kwanza, en el área marina de Angola. Lo más probable es que existan vastas reservas de petróleo sobre el fondo marino basáltico profundo. La masa salina de gran espesor formada en un ambiente anóxico restringido, resultante de la actividad tectónica, es la clave; la presencia de rocas generadoras previas a los hundimientos (prerift) o contemporáneas con el hundimiento (synrift) podría no ser necesaria. Los márgenes del Atlántico central correspondientes a América del Norte y África Occidental también pueden alojar tales extensiones productivas, selladas muy por debajo de la masa salina de gran espesor. Los científicos comprenderán mejor estos fenómenos si desarrollan modelos tectónicos con centros de expansión traslapados que aíslen porciones continentales en lugar de modelos basados sencillamente en la hiper-extensión cortical. A través de la comprensión de la evolución tectónica de las cuencas, los geólogos pueden modificar las perspectivas clásicas y desarrollar nuevos paradigmas para la exploración de petróleo y gas. Las lecciones más importantes aprendidas de los estudios tectónicos son que ningún ambiente trasciende los límites de la exploración y que los modelos actuales deben ser revisados. Con seguridad, los modelos tectónicos dinámicos y coherentes basados en la cinemática bien restringida de estructuras análogas activas serán esenciales para el futuro de la exploración de hidrocarburos. Paul Tapponnier Profesor y líder del grupo de tectónica y sismos de la Universidad Tecnológica de Nanyang en Singapur Paul Tapponnier es profesor y líder del grupo de tectónica y sismos del Observatorio Terrestre de Singapur, dependiente de la Universidad Tecnológica de Nanyang en Singapur, donde trabaja desde el año 2009. Previamente, integró el grupo de tectónica y mecánica de la litosfera en el Instituto de Física Planetaria de París. Sus contribuciones a la geología, la tectónica y la geofísica abarcan más de 40 años y sus intereses en materia de investigación incluyen la dinámica continental y la tectónica, especialmente en Asia y en la región del Mediterráneo; el fallamiento activo y la sismotectónica; la evaluación de los riesgos sísmicos; la geomorfología cuantitativa; las tasas de los procesos de deformación activos; la mecánica de las rocas y la física de la deformación de las rocas. Es miembro de la Academia Nacional de Ciencias tanto de Francia como de EUA y miembro de honor (fellow) de la Unión Geofísica Americana, la Sociedad Geológica de América y la Sociedad Geológica de Londres. Paul posee una licenciatura en ingeniería en minas de la Escuela Nacional Superior de Minas de París y un doctorado de la Université Montpellier 2 Sciences et Techniques en Francia. 1