“RAJOY NO HA QUERIDO VER LA CORRUPCIÓN”

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POLÍTICA
José Luis Peñas, exconcejal del PP delator de
la‘Gürtel’ y autor de ‘Uno de los suyos’
“RAJOY NO HA QUERIDO
VER LA CORRUPCIÓN”
Fue concejal del PP en Majadahonda (Madrid). Tras un escándalo en el
Ayuntamiento de esa localidad, fue expulsado del partido. Después, José Luis
Peñas se convirtió en colaborador de Francisco Correa y, cuando se dio cuenta de
que éste era el “Don Vito” de una trama corrupta, decidió grabar sus encuentros
con él. En total, presentó 80 horas.En ‘Uno de los suyos. Confesiones del delator
del caso Gürtel’ (Península), hace un recorrido por sus dos años largos de
grabaciones. Muestra las grandezas, las miserias y la realidad de los protagonistas
de la ‘Gürtel’, tal y como él las entendía. A la prensa le ha subrayado que su libro
no es un panegírico y que no va de mirlo blanco. En la conversación, unas veces
llama a Correa “Paco” y otras, “Francisco Correa” o “Paco Correa”. Lo peor para
Peñas, el delator de la ‘Gürtel’, de todo esto es que “hay un presidente que conocía
la corrupción y que no ha querido verla”.
Por Luis Marchal
su juicio, ¿quiénes son los actores principales de la ‘Gürtel’? ¿Y
los secundarios?
—Por la parte política, los actores principales son los grandes próceres del
PP, aunque no estén encausados. Se ha retratado a Mariano Rajoy, a Francisco Álvarez Cascos, a José María Aznar, a Esperanza Aguirre, aFrancisco Camps, a Rita Barberá. Por la parte mercantil privada de la trama, la figura de Francisco Correa acapara
todos los focos. Es una personalidad sintomática, especial. Engominado, siempre perfectamente vestido y derrochando dinero.
Francisco Correa, con todo lo que era, con
todo lo despreciativo hacia las mujeres y paranoico, luego era muy fácil engañarle.Alrededor de Francisco Correa, había una miríada de personajes secundarios. Está Pablo
Crespo, que es una persona muy gris, pero
es el personaje que encarna lo peor de los
dos mundos. Había sido político y, cuando
le expulsan de Galicia, se pasa a la empresa privada de Correa. Es una persona bastante ignorante y necia. No sabía de sus li-
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mitaciones. Tengo que agradecérselo. A los
fiscales y a los jueces les ayuda mucho el tener personas así a la hora de conseguir pruebas. Tiene un espacio propio Álvaro Pérez,
‘el Bigotes’, con una personalidad arrolladora. Cuando habla, atrae tu atención. Como decía Correa, es capaz de enamorar platónicamente a Ana Botella. Se llevaba de calle a las personas; con coches, con pantallas, con bolsos de Louis Vuitton, con mujeres.Hay personajes que,francamente, se confundieron. Isabel Jordán es una buena persona, pero el poder la confundió.
—¿Cuál era su relación con Correa?“Hubo
un tiempo en que Paco era un auténtico príncipe encantado”, escribe usted en su libro.
—Encantado y encantador. Ahora mismo,
a cualquier persona de España le preguntas
por Francisco Correa y lo único que te va a
saber decir es que ha visto su ficha policial
“El ‘y tú más’ funciona
mucho en este país y
eso ha inmunizado a
los partidos”
en la prensa. Tenemos que retrotraernos a
doce-quince años antes. Ver a José María
Aznar andando antes de un mitin con Francisco Correa. Ver cómo se abría todo el mundo al paso de Francisco Correa. Senadores,
congresistas. Hay que ver a ese Francisco
Correa; verle entrando en la boda de El Escorial, con ese esmoquin hecho a medida,
con esos kilos de gominacasi ensordecedores. Hay que ver a Álvaro Pérez cogiendo
del brazo a don Manuel Fraga Iribarne para
ayudarle a entrar en la basílica de El Escorial. Eso era la ‘Gürtel’. Ahora, han estado o
van a ir a cárcel, están siendo juzgados, pero en un momento dado eran la jet set de este país. En los mítines del PP estaba siempre
Francisco Correa. Hemos visto hace poco
un vídeo de un yate donde iba la flor y nata del ‘peperismo’ político y mercantil. Ese
Alejandro Agag, esa hija del expresidente
del Gobierno [Ana Aznar], ese Tito Pajares,
ese Alberto López Viejo. Y, a los mandos del
yate, el patrón, Francisco Correa. Claro que
era un príncipe encantado. Claro que todo
el mundo quería acercarse a él. En ese momento, nadie, yo mucho menos, podía pensar que era el capo, que era ‘Don Vito’.
—¿Cuándo usted decide grabar las reuniones?
—Son dos años de grabación. 80 horas
pueden parecer mucho, pero apenas son 20
reuniones. Hay muchas reuniones perdidas,
que no se grabaron. Empezamos a tratar mucho a mediados de 2005. En octubre, formalizamos el partido CMA Corporación Majadahondaen el Ministerio del Interior y se
alquilan unas oficinas en Majadahonda. Francisco Correase va de su casa a un hotel en
diciembre de 2005, por cuestiones personales. Nos encontrábamos en una reunión
allí y él estaba hablando con Benjamín Martín Vasco, que era entonces presidente de la
Empresa Municipal de Suelo de Arganda del
Rey y concejal. Después, fue uno de los delfines de Aguirre. Uno de esos que le han salido rana. A Francisco Correa le encantaba,
con la gente que quería tener cierta confianza, ponerel manos libresdel móvil. Había un concurso en Arganda, que estaba siendo muy difícil. Al final, Benjamín le vino a
decir que o le daba los 300 millones por adelantado o no salía adelante. Es cuando entiendo que no son un grupo de empresas sino un grupo de atracadores. Yo tengo varias
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opciones. Soy funcionario del Ayuntamiento de Madrid desde 1994, por lo que me podía haber ido a mi plaza. “Ahí os quedáis.
Seguid robando lo que queráis. Conmigo no
contéis”. Podía haber dicho: “vamos a coger una parte del pastel”. O podía hacer lo
que entendí que era correcto. No por nadie,
ni por España ni por Madrid. Por mí mismo.
Apoyado por mi mujer, decidí recopilar el
mayor número de pruebas posibles sobre esta trama que yo empezaba a entrever. Creo
que la decisión fue la correcta.
—Usted está acusado de haberse quedado con 32.000 euros de la red corrupta.
—¡32.000 euros!¡En una trama que está
moviendo miles de millones de euros! José
Luis Izquierdo, el contable de la trama, dice que le da a Pablo Crespo una cantidad de
dinero para dársela a José Luis Peñas. Mi
nombre está en la contabilidad y es por lo
que estoy acusado. La Fiscalía tendrá que
demostrar ese indicio. Francisco Correa, en
sus declaraciones al juez, señala que jamás
me dio un duro para mí. Sólo, a partir de
2005, me dio una serie de ayudas, casi
300.000 euros durante dos años, para el partido político, como donaciones, y están in-
“Los actores
principales de la Gürtel
son próceres del PP y
no están encausados”
gresadas en las cuentas corrientes del partido. Yo tengo presentado todo un tomo de la
instrucción de la ‘Gürtel’, con más de 600
páginas numeradas, con todas las facturas
de lo que se gastó. Se me acusa de algo que
está referenciado ya en la causa. ¿Qué pasa? Que en ‘Gürtel’ hay una ‘mano negra’.
En ‘Gürtel’, hay informes de todo, desde los
cordones que se ponía en los zapatos Francisco Correa hasta la gomina que usaba, hasta si utilizaba uno lentillas, menos de esas
600 páginas.
—¿Qué hay en el fondo de la ‘Gürtel’? ¿Lo
que se ve es la punta del iceberg?
— ‘Gürtel’ son dos macrocausas que hay
en la Audiencia Nacional, Época I y Época
II. Son las seis causas que hay en Valencia.
Los trajes de Francisco Camps; con dos personas acusadas, sentenciadas y condenadas.
Los papeles de Bárcenas. El ‘caso Bárcenas’
es una pieza separada de ‘Gürtel’, qué a nadie se le olvide. ‘Gürtel’ es la pieza separada de ‘Aena’. Muy importante. ‘Gürtel’ es lo
que se está viendo ahora de Arganda del Rey.
Es Jérez de la Frontera. Es Castilla y León.
‘Púnica’ empezó en ‘Gürtel’. La primera referencia que tiene la policía de David Marjaliza, y de Francisco Granados como conseguidor, es de José Luis Peñas. En 2008, yo
entrego un audio en el que se habla de Marjaliza. En el que un interlocutor, miembro
de Dico, una de las empresas de la trama,
dice claramente que el problema de Francisco Granados es que lo coge todo y no reparte nada. La policía, cuando transcribe ese
audio, pone en esa frase, que se oye claramente, “inaudible”. En vez de Marjariza, pone “Margarita”, como si fuera una bebida.
‘Gürtel’ no es una punta del iceberg. ‘Gürtel’ es en sí un Everest. El problema es que
lleguemos a verlo todo. Al final hay un partido político corrupto, con corruptores, con
corruptos. Lo peor para mí es que hay un
presidente que conocía la corrupción y que
no ha querido verla.
—¿Mariano Rajoy no ha querido ver la corrupción?
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—Evidentemente. Ya lo dijo recientemente. “Yo, ni idea”. Después de lo que ha pasado, que me diga qué control democrático
ha puesto en su partido. Él era consciente de
lo que estaba haciendo Francisco Correa. Yo
no puedo decir si Mariano Rajoy ha metido
la mano. Creo que no. Pero, es peor que el
quemás se beneficia de la corrupción, siendo presidente, diga que no tiene ni idea y
que mire a otra parte. Porque a Rajoy le informa Luis Bárcenas en una reunión de que
Francisco Correa está metiendo la mano, de
que está haciendo cosas raras en Arganda
del Rey. Se lo dice a Aguirre y a Rajoy. Y no
hicieron nada. No denunciaron.
—Aguirre se jacta de que ella fue la que
destapó la ‘Gürtel’.
—Es la persona más falaz con la que me
he encontrado en mi vida, no sólo en mi vida política. También tengo que decir que es
una de las mejores políticas que conozco.
Ella marca sus tiempos. Decide cuando entra, cuando sube, cuando baja. Nunca ha
asumido su responsabilidad política, al igual
que Rajoy. Cuando eres el responsable máximo de un partido político tan obscenamente corrompido, pútrido, tienes que tener
una responsabilidad.
L. M.
—Ha dimitido como presidenta del PP de
Madrid.
—Pero sigue de concejala y de portavoz.
O sea, tiene un pie en el cielo y otro en el
infierno. Ella sigue saliendo, sigue adoctrinando. Sigue afirmando que Pablo Iglesias
es estalinismo. ¿Y lo suyo? ¿Qué ha hecho
en la televisión madrileña durante años? ¿Y
en la Comunidad de Madrid? ¿Eso no es estalinismo? ¿No ha habido purgas? Ahora que
habla tanto Cristina Cifuentes, el nuevo verbo de la derecha española, no me valen las
palabras. Tendrá que hacer gestos y hechos.
Yo tenía una cita hace poco programada con
Telemadrid, para una entrevista, y me veta-
Denunciar no sale gratis
José Luis Peñas asevera que
“denunciar la corrupción no sale gratis”, aunque matiza que
piensa que eso sucede en todos los países. En primer lugar,
el delator de la ‘Gürtel’ está
procesado. “El que esté imputado y procesado es lo de menos. Creo que no va a llegar a
nada. Pero el que me metieran
en la cárcel es lo que menos
me importa. El único hecho claro, verídico y real es que hay
una persona que denuncia, que
da un primer paso”, manifiesta.
Acto seguido, expresa que lo
peor fueron los “años de calvario” que se dieron tras destaparse la trama corrupta. “Vi34
vía en Majadahonda, que es territorio comanche total, con un
70-80% de votantes del PP.
Esos cuatro años que vivieron
mis hijos no se los perdonaré
nunca a las personas. Iba por
la calle, me insultaban, me señalaban. ‘¡Cómo no has robado lo suficiente, has denunciado al partido!’. Y después venían unos epítetos en los cuales se mezclaban recuerdos para mi padre y para mi madre.
Yo he estado haciendo la compra, con mi hijo en brazos, me
han rodeado diez-doce personas y me han insultado, me han
escupido. ¡Con mi hijo en brazos! Personas de 80 años insultando a mi mujer. Cuando
27 de junio–3 de julio de 2016. nº 1161
salieron los papeles de Bárcenas, todo fue ya mucho mejor”,
explica.
Por otro lado, Peñas habla de
lo que son “las ironías del destino”. Durante cuatro años trabajó, “codo con codo”, con Mari Carmen Rodríguez Quijano,
la que era mujer de Francisco
Correa, como asesores del alcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega. Esta amistad fue
el nexo de unión entre él y Correa. “Paco había estado en mi
boda unos años antes. Habíamos coincidido en alguna fiesta también”, cuenta. Es decir,
una ironía del destino, Correa
estuvo en la boda de su delator. Otra ironía: “A Paco Correa
le grabé con unos mecanismos
que él había vendido al Ayuntamiento de Majadahonda”.
ron. ¿Eso es el nuevo PP? ¿Son los nuevos
cachorros? Ser demócrata, entender la democracia en su justo sentido, es muy duro y
muy difícil. Ellos nunca lo entenderán. Entienden la democracia en un sentido tan restringido que se acerca más al estalinismo de
Aguirre que a la libertad real.
—Cifuentes aparece en su libro. ¿De qué
manera les aconsejó que se metieran una
temporada “en el congelador”?
—No sólo ella. Todo el partido. En aquella época, sobre todo con el ‘caso Majadahonda’, a nosotros nos llamaban los concejales díscolos. Hubo unos meses de mucho
ruido mediático, de muchas portadas y acudimos a la Fiscalía Anticorrupción. Se montó una gestora en Majadahonda, liderada por
Elvira Rodríguez. “¿Cómo vais a denunciar?”,
“¡Venga, chicos!”. Teofilo de Luis, parlamentario desde la primera legislatura, a la
sazón era el presidente del Comité de Garantías, lo mismo. “¿Cómo vais a denunciar
al partido? Por Dios”. Un día,teníamos una
reunión con Francisco Granados. Estábamos
esperando en la salita de espera de Génova.Cifuentes nos vio sentados a Juan José Moreno y a mí y se sentó con nosotros. Se interesó personalmente por nuestra situación.
Lo que pasa es que, al final, el partido político es una secta. Y lo peor que lleva una
secta es que un miembro se separe de la misma y encima le denuncie. Es preferible ser
corrupto que ser delator. Es muy triste, pero
es así. Y Cifuentes nos dijo:“¿Cómo vais a
denunciar al partido?”, “vais a perjudicar a
mucha gente”, “o vais a perjudicar a vosotros”. Es la idiosincrasia de las sectas.
—Por último, ¿qué les contesta usted a los
que dicen que lo de los ERE de Andalucía,
u otros casos de corrupción, es mayor que
lo de la ‘Gürtel’?
—El ‘y tú más’ funciona mucho en este país. El problema es que eso hace inmune al
partido político en cuestión. Primero, que
no son comparables los casos. Son corrupción, evidentemente, pero no son comparables. Segundo, cuando se corrompe y hay
corrupción, hay corrupción. El querer quitarse la mierda con la mierda de los demás
lo único que te dice es que vamos a seguir
en este país con mucha mierda. Y con muchos políticos que están con mucha mierda
hasta arriba y que no van a querer limpiar
este país nunca. No les interesa. l