Actualidad de las nociones de “civilización” y “barbarie”.

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Actualidad de las nociones de “civilización” y “barbarie”. Sarmiento y Benedetti
En el marco de la cátedra de Antropología Filosófica del ciclo de formación
básica del profesorado de la Facultad de Educación Elemental y Especial de la
Universidad Nacional de Cuyo, planteamos la actividad práctica que detallaremos.
En el programa de la asignatura pretendemos, en cada unidad, presentar un
autor representativo del pensamiento latinoamericano, siempre desde una perspectiva
crítica y, por tanto, en algunos casos -como en el de Sarmiento- para reflexionar
respecto de cuáles son algunas de las categorías elaboradas por ese autor y qué
implicancias han tenido en la realidad argentina y, también, latinoamericana.
La actividad propuesta se estructuró enunciando, en primer lugar, a partir de
selección de textos, qué significado otorga Sarmiento a las categorías señaladas y
qué consecuencias ideológicas pueden comprenderse a partir de dichas nociones de
“civilización” y “barbarie”. Después de identificarlas y realizar una definición, se les
sugirió a los alumnos la búsqueda y análisis del poema de Mario Benedetti “El sur
también existe”.
Los instamos a que, además, indagaran en otras manifestaciones artísticas
esas categorías, intentando ampliar el marco de lo requerido. Teniendo en cuenta los
intereses y vivencias de los alumnos encontramos que dichas manifestaciones eran
especialmente del ámbito de la música.
Presentamos como material complementario algunos comentarios y análisis de
varios autores que apoyaban el trabajo que se pretendía concretar. Asumiendo y
explicitando la posición que teníamos respecto a que los autores seleccionados
mostraban su postura crítica acerca de la temática.
Algunas definiciones o comentarios de las categorías analizadas:
En numerosas oportunidades Sarmiento expresa su opinión acerca de la
“civilización” –identificada con la cultura europea- y la “barbarie” –entendida como lo
autóctono y salvaje.
Por ejemplo: “Nosotros, empero, queríamos la unidad en la civilización y la
libertad, y se nos ha dado la unidad en la barbarie y la esclavitud” (Sarmiento, 1999:
25). “Lo que por ahora interesa conocer es que los progresos de la civilización se
acumulan en Buenos Aires” (Ídem: 25). “La ciudad es el centro de la civilización
argentina, española, europea: allí están los talleres de las artes, las tiendas de
comercio, las escuelas y colegios, los juzgados, todo lo que caracteriza, en fin, a los
pueblos cultos” (Ídem: 29).
Y también: “…lucha entre la civilización europea y la barbarie indígena, entre la
inteligencia y la materia” (Ídem: 38) “Había, antes de 1810, en la república Argentina,
dos sociedades diversas, la una, española, europea, culta, y la otra, bárbara,
americana, casi indígena…” (Ídem: 60) “La juventud de Buenos Aires llevaba consigo
esta idea fecunda de la fraternidad de intereses con la Francia y la Inglaterra; llevaba
el amor a los pueblos europeos, asociado al amor a la civilización, a las instituciones y
a las letras que la Europea nos había legado…” (Ídem: 245). “… la lucha actual de la
República Argentina lo es sólo de civilización y barbarie…” (Ídem: 257).
Continuamos: “La barbarie del interior han llegado a penetrar hasta las calles
de Buenos Aires” (Ídem: 74). “Facundo es un tipo de barbarie argentina” (Ídem: 86).
“Pero con la caída de ese monstruo [referencia a Rosas] , entraremos, por lo menos,
en el camino que conduce a porvenir tan bello, en lugar de que bajo su funesta
impulsión nos alejamos, más y más cada día, y vamos
a pasos agigantados
retrocediendo a la barbarie, a la desmoralización y a la pobreza” (Ídem: 261)
Desde estas citas pudimos mostrar en qué sentido entiende Sarmiento las
nociones que se pretendía analizar.
¿Civilización o barbarie? Para Sarmiento no hay grises ni medias tintas, son los
reales argumentos en pugna. Es la barbarie que no sobresale por sí misma sino
confrontada con una civilización a la que él asigna sólo bondades.
Para lograr una mejor y más amplia comprensión de los términos
seleccionados recurrimos a comentarios de otros autores que se interesan por la
temática como, por ejemplo, Felipe Pigna, Alfredo Moffat, José Pablo Feinmann.
Algunos observaciones de otros autores:
Según Felipe Pigna –historiador- Sarmiento pensaba que el gran problema de
la Argentina era el atraso que él sintetizaba con la frase "civilización y la barbarie".
Como muchos pensadores de su época, entendía que la civilización se identificaba
con la ciudad, con lo urbano, lo que estaba en contacto con lo europeo, o sea lo que
para ellos era el progreso. La barbarie, por el contrario, era el campo, lo rural, el
atraso, el indio y el gaucho. Este dilema, según Sarmiento, solo podía resolverse por el
triunfo de la "civilización" sobre la "barbarie". En una carta le aconsejaba a Mitre no
economizar sangre de gauchos ya que consideraba que era un “abono que es preciso
hacer útil al país”. Siguiendo con esta idea afirmaba que “la sangre es lo único que
tienen de seres humanos esos salvajes". Lamentablemente el “progreso” no llegó para
todos y muchos "salvajes y bárbaros" pagaron con su vida o su libertad el "delito" de
haber nacido indios o de ser gauchos.
Alfredo Moffat -especialista en psicología social- por su parte afirma: “El nefasto
y discriminatorio esquema sarmientino de Civilización y Barbarie supone como
civilización la europea y como barbarie la cultura criolla, esto lleva directamente a la
dependencia psicológica y cultural de los valores europeos, también prepara el
sometimiento económico a los imperialismos de turno (español, inglés y ahora
norteamericano.)” (Moffat, 2001: 1)
Y más adelante: “Este mundo globalizado tecnológico de hoy es bárbaro,
inhumano, estúpido, aburrido, injusto...¿cómo lo hemos permitido? ¿cómo nos hemos
dejado engañar? Si no hacemos una autocrítica, si no replanteamos la Argentina
desde nuestras raíces criollas no lo vamos a poder arreglar. ¿Cuál es la civilización y
cuál la barbarie?” (Ídem: 4)
Moffat sostiene que podemos decir que abandonamos nuestra cultura criolla
generosa, comunitaria y elegimos la del imperialismo que nos explota. Dejamos la
cultura de la gauchada y compramos carísima la de la soledad, individualista y
competitiva donde se gana pisándole la cabeza al otro. Debemos concebir una patria
con justicia social, construir una síntesis entre la criolla y la europea, retomando
nuestra historia, teniendo algo que nos singularice.
José Pablo Feinmann -filósofo- también tiene sus propias opiniones al
respecto: “en toda violencia late el esquema civilización y barbarie” (Feinmann, 1996:
1). Y: “la civilización ejerce la violencia en nombre de valores que se proponen como
constructivos […] “Nadie utilizó la violencia civilizadora con más pasión que Sarmiento.
[…] No hay que dudarlo. Si uno quiere saber cómo y por qué se mata en nombre de la
civilización…hay que leerlo a Sarmiento” ((Ídem).
Luego del análisis crítico de las nociones de “civilización” y “barbarie” tal como
las concibe sarmiento y de los comentarios de los otros autores mencionados, la
actividad continuó con lo que habíamos propuesto para averiguar y analizar: el poema
de Mario Benedetti “El sur también existe”.
A partir de dicho poema los alumnos describieron y explicaron imágenes y
nociones que mostraban esta dicotomía “civilización” y “barbarie”, observando que se
presentaba el mismo sentido que habían analizado en el texto de Sarmiento.
Respecto de la noción de “civilización” destacaron, por ejemplo:
Con su ritual de acero
sus grandes chimeneas
sus sabios clandestinos
su canto de sirenas
sus cielos de neón
sus ventanas navideñas
su culto a dios padre
y de las charreteras
con sus llaves del reino
el norte es el que ordena
con sus predicadores
sus gases que envenenan
su escuela de chicago
sus dueños de la tierra
con sus trapos de lujo
y su pobre osamenta
sus defensas gastadas
sus gastos de defensa
son su gesta invasora
el norte es el que ordena
Y, a su vez, respecto de la categoría de “barbarie”:
pero aquí abajo abajo
el hambre disponible
recorre el fruto amargo
de lo que otros deciden
mientras que el tiempo pasa
y pasan los desfiles
y se hacen otras cosas
que el norte no prohíbe
con su esperanza dura
el sur también existe
pero aquí abajo abajo
cerca de las raíces
es donde la memoria
ningún recuerdo omite
y hay quienes se desmueren
y hay quienes se desviven
y así entre todos logran
lo que era un imposible
que todo el mundo sepa
que el sur también existe.
Obviamente, podríamos haber recurrido a muchos otros autores, poetas,
músicos que hacen referencia a lo mismo y con la misma postura crítica.
La contribución de los alumnos frente a la temática consistió, principalmente,
en aportar letras de canciones de grupos como la Bersuit, los Redondos o
representantes de la Cumbia Villera que buscan inventar una nueva cultura de la
rebeldía, de la acusación y el descontento frente a la realidad que consideran
imperante y ante la cual consideran inevitable mostrar sus posiciones y críticas. Los
jóvenes no permanecen indiferentes –como muchas veces se escucha- y esto es
importante destacarlo.
Las conclusiones que de esta actividad se extrajeron lograron que todos,
profesor y alumnos, tuviéramos una visión más actual de aquello que explicaba
Sarmiento cuando escribió su obra: Facundo, y no es de ninguna manera azaroso que
el subtítulo fuera precisamente “Civilización y barbarie”.
Consideramos necesario hacer nuestra propia investigación en aquella
manifestación quizás más típica: la cumbia villera, que provoca diversas posiciones y
opiniones.
Creemos que si bien éste puede ser un costado que no debe ignorarse también
plasma una realidad que para algunos -sus actores- es la única forma que les permite
expresar lo que consideran real y manifiesto, consecuencia de la marginalidad que
padecen.
Por ejemplo Luz Mardone dice: “Porque, si las historias oficiales han sido
construidas desde los discursos hegemónicos de supresión, la cumbia villera se
presenta como una de las tantas formas de leer la Argentina de la última década”
(Mardones, 2007: 88) Y también: “Más allá de cualquier enfoque al que se adhiera, la
cumbia villera es una práctica cultural, y sus raíces no son sólo argentinas…” (Ídem:
88). Más adelante: “Hoy, la cumbia villera nos dice, no sólo desde el lenguaje con sus
símbolos significantes que, cuando se siente que no hay presente, ya no hay nada que
perder… no siquiera la vida. Así, desde la música que los identifica, los villeros
acribillan con violencia a un destino inapelable que los escudriña cotidianamente. La
cumbia villera, narra lo que la sociedad expulsa, y retoma en las páginas amarillas de
los medios gráficos, los programas de más rating de la radio o la TV, las crónicas
policiales, las fiestas o el análisis o la TV, las crónicas policiales, las fiestas o el
análisis académico…” Ídem: 88)
Por su parte Juan Pergoraro, del Instituto Gino Germani, sostiene: “Los
Piqueteros, los cartoneros, los marginales, los villeros, los excluidos en general no han
sido ni son lo mismo pero han comenzado a ser señalados con un común
denominador: incómodos, desagradables, ser señalados con un común denominador:
vagos, desafiantes, peligrosos, y además se les atribuye una predisposición natural a
la indigencia y a la ilegalidad. No son todos lo mismo, repito, pero por pertenencia a un
similar status social una de las expresiones culturales que se les atribuye,
genéricamente, es la “cumbia villera” en gran medida transformada por los medios de
comunicación en un negocio manipulable y redituable por su difusión inocua en otros
sectores.” (Pergoraro, 2004: 1) También: “no exaltan las “instituciones republicanas”,
(porqué habrían de hacerlo?) ni denuncian la opresión capitalista o el imperialismo e
ingenuamente dicen que el poder es el dinero, o en algunos momentos las drogas y el
sexo. Vaya esta ingenueidad, Verdad? Tampoco pregonan la revolución (¿?) aunque
sí el “aguante”, esa solidaridad de espalda que fuera blasón de gauchos “vagos y mal
entretenidos” frente a la partida policial, honorable institución…” (Ídem: 2) Y,
podríamos
citar
a
modo
de
conclusión:
“Centrar
el
repudio
ante
ciertos
comportamientos de algunos pobres, desocupados, marginales, villeros, arrojados
fuera de todo sistema de protección social es como mínimo obsceno y delata la
incomprensión de la realidad del ordenamiento social, cuando no la complicidad de
esas voces realidad del ordenamiento social, cuando no la complicidad de esas voces
con la política de exclusión y la brutal transferencia de ingresos a los sectores altos por
medio del proceso de privatizaciones y la gestión del sectores altos por medio del
proceso de privatizaciones y la gestión del estado en la última década.” (Ídem: 4)
Las últimas citas pretenden ser sólo un aporte personal en un intento por
aproximarnos a una manifestación que por razones generacionales y gustos musicales
nos es ajena. Nuestra pretensión fue que los alumnos no nos percibieran en la “otra
vereda” y no queriendo ni pudiendo acercarnos para intentar comprender esa
manifestación. Manifestamos nuestras opiniones al respecto pero insistimos en el
intento de comentar elementos que también se presentan como negativos en cuanto
a la ubicación dentro de la sociedad. Es cierto, una sociedad que no es justa y que
genera la necesidad de expresar injusticias y contradicciones, por ejemplo, entre
tantos otros, en la cumbia villera. Como dijimos antes, los jóvenes no permanecen
diferentes ante esta realidad y buscan su propio modo de hablar de ella.
Bibliografía:
-
Benedetti, Mario. “El padre nuestro latinoamericano” ¿???
-
Benedetti, Mario. “El sur también existe” ¿??
-
Feinmann, José Pablo. Civilización y barbarie. Diario Página 12, 14/09/1996.
-
Lardone, Luz, M. “El “glamour” de la marginalidad en Argentina: cumbia villera
la exclusión como identidad”. En: Revistas Sociales 116: 87-102, 2007.
-
Moffatt, Alfredo. Civilización y barbarie… ¿cuál es cuál? En: Diario Página 12,
13/07/2001.
-
Pergoraro, Juan S. “Sucios, feos y malos” En: Debate Revista Semanal de
opinión. 20-02-2004.
-
Pigna,
Felipe.
Domingo
Faustino
Sarmiento
(1811-1888)
www.elhistoriador.com.ar
-
Sarmiento, Domingo Faustino. Facundo. ¿??, El aleph, 1999.
En:
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