Jackie Robinson, hombre de vanguardia que supo combatir el racismo estadounidense Caracas, 31 Ene. AVN.- El pueblo Cairo del estado Georgia, en Estados Unidos, vio nacer hace 96 años al pelotero que rompió la barrera racial y cambió para siempre la historia social del béisbol en los Estados Unidos. Este 31 de enero, se cumple un natalicio más de este hombre que fue nieto de esclavos y que se elevó hasta convertirse en leyenda y en defensor de los derechos civiles de los afroamericanos en esa nación. Jack Roosevelt Robinson, mejor conocido como Jackie, forma parte de la historia universal. Fue el primer beisbolista afroamericano en jugar en las Grandes Ligas, un deporte donde la segregación era mandato desde 1889. Robinson fue el menor de seis hermanos, hijo de un campesino que abandonó la familia seis meses después de su nacimiento. Junto a su familia se mudó a Pasadena, California, en 1920, en la búsqueda de nueva vida, y siempre convivió con la discriminación. Fue muy competitivo en cualquier pasatiempo o deporte que practicó. Su carácter de ganador lo demostró como atleta en el Pasadena Junior College. Ingresó a la Universidad de California (UCLA) y brilló al destacar en cuatro disciplinas deportivas: atletismo, baloncesto, fútbol americano y béisbol, siendo el primer atleta en la historia de esa institución en obtener este logro. Previo a su debut, trató de convertirse en un jugador del gran nivel. Hizo una prueba con los Medias Blancas de Chicago, en 1942, pero ese mismo año fue reclutado para servir en el ejército de Estados Unidos en la II Guerra Mundial. Salió en 1944 y comenzó a jugar en las ligas negras, una liga paralela en la que jugaban los afroamericanos que eran excluidos por el sistema de las Grandes Ligas en ese momento, producto de la segregación racial. Fuerza moral La aparición de Jackie Robinson en las Grandes Ligas se dio gracias a la figura de Branch Rickey, gerente general de los Dodgers de Brooklyn. Años más tarde Rickey firmaría al puertorriqueño Roberto Clemente, el primer jugador latino con un lugar en el Salón de la Fama estadounidense. Rickey, ambicioso empresario, decidió que Robinson era lo suficientemente fuerte como para resistir el abuso verbal y psicológico del cual fue objeto durante años. Lo contrató y éste se incorporó al equipo Montreal Royals, filial de los Dodgers. Así, el 15 de abril que de 1947 Robinson, a los 28 años, salió al campo con la camiseta de los Dodgers de Brooklyn con el número 42, el único número retirado de todo el circuito del béisbol estadounidense y que se usa a modo de recordatorio para condenar la segregación racial. Ese día Jackie no pudo conectar de hit, sin embargo fue héroe al anotar la carrera que le dio la victoria a su equipo. Consciente de lo significativo que representaba para el resto de los atletas afroamericanos su entrada a las Grandes Ligas, Jackie guardó distancias y se mantuvo al margen de cualquier conflicto, incluso cuando sus compañeros de equipo pedían que fuese expulsado del mismo por ser "de color". Ataque racial En su primer año, Robinson era el blanco de todos los ataques racistas en la pelota rentada de EEUU. Recibía cartas con amenazas de muerte, lanzadores que tiraban la bola hacia su cabeza y piernas; y receptores escupiendo en sus zapatos. Soportó un intento de rebelión de algunos de sus compañeros de equipo, amenaza de huelga por parte del equipo Cardenales de San Luis, y fanáticos arrojaban gatos negros al campo mientras él jugaba. A pesar de la presión, mantuvo el control y soportó todos los vejámenes con silencio. Así se ganó el respeto de sus compañeros y el de sus contrincantes. Dos años después, en 1949, empezó a cambiar el trato hacia él. Era animado por sus compañeros, umpires y rivales. No obstante, cuando discutía una sentencia que consideraba injusta, era considerado un "negro arrogante". Esa temporada fue el Jugador Más Valioso con un promedio de bateo de .342, con 37 robos, 124 carreras impulsadas y 122 anotadas. En el campo, Robinson destacaba por su ímpetu, su bailoteo en las bases, que utilizaba para desconcentrar al lanzador. Entre sus marcas más importantes posee el haberse robado 19 veces el home plate. Robinson, que jugaba en el cuadro y en los jardines en el terreno de juego, fuera del campo impulsó proyectos para mejorar la vivienda de los afroamericanos y se relacionó con personalidades como Martin Luther King y los presidentes estadounidenses Dwight David Eisenhower, John Fitzgerald Kennedy y Richard M. Nixon. Trabajó con iglesias y organizaciones sociales. Logros y números A lo largo de 10 temporadas, Robinson bateó para .311 de promedio, con 137 jonrones y 734 carreras impulsadas en 1.382 encuentros. Conectó 1.518 imparables. En 1947 ganó el Novato del año y el título nacional de bateador de la liga (.349). Llevó los Dodgers de Brooklyn a seis campeonatos en 10 años y fue elegido como Jugador Más Valioso en 1949. Asistió en seis ocasiones al Juego de Estrellas. En 1962 fue exaltado al Salón de la Fama de las Grandes Ligas, siendo el primer pelotero negro en recibir ese honor. Obtuvo 124 de los 160 votos (77,5%) para ingresar al Salón de la Fama del béisbol estadounidense. Su último juego como pelotero activo se registró el 30 de septiembre de 1956. En la Serie Mundial de 1972 apareció nuevamente frente al público, enfermo de diabetes y casi ciego. Murió días después, el 24 de octubre. Como recordatorio de la gesta de Robinson, cada 15 de abril, en todos los parques de Grandes Ligas cada equipo juega con el número 42. Powered by TCPDF (www.tcpdf.org)